No voy a engañaros. Cuando el Rácing de Ferrol marcó el segundo gol, comencé a escribir la crónica. Pensaba hablar del mal juego, de la falta de ideas en ataque, del nerviosismo atrás y de todo lo que la Real ha hecho mal a lo largo del partido, como consecuencia de una mala racha deportiva que dura ya tres semanas. Pero no. No puedo. Digan lo que digan, porque es una parte decisiva de este deporte. Me una rabia tremenda tener que analizar sólo el juego de la Real cuando la actuación arbitral ha sido tan determinante, y no lo voy a hacer. No es ocultar lo que ha hecho mal la Real. Es abrir los ojos y ver todo lo que nos rodea.
Hay que reconocer (y decir, estamos obligados a ello como parte del análisis) que lo de hoy ha sido un escándalo. Y sumado a lo que llevamos viendo en los últimos tiempos, huele muy mal. El árbitro ha hundido a la Real. Así de claro. Por muy mal que haya jugado el conjunto txuri urdin, que lo ha hecho, ese es el análisis esencial que debe hacerse de este partido. Por muchos motivos que se han ido viendo a lo largo del partido, pero esencialmente, es lo que afecta al final al resultado que refleja el marcador, porque el árbitro dio la ventaja al Rácing de Ferrol con un penalti inexistente y, en el arreón final de la Real, le anuló un gol sin que nadie sepa muy bien por qué.
Lo de hoy no es un hecho aislado. No lo es y cada vez es más indignante. No es un cabreo en caliente de una mala tarde arbitral, es el momento álgido de una horrenda temporada de los colegiados con este equipo. Son muchos puntos los que se han quedado en el limbo por cuestiones que nada tienen que ver con los méritos futbolísticos de la Real o de sus rivales. Ya son demasiados y tendrían a la Real en una situación bien distinta a la que vive hoy. Además del gol anulado en el descuento y del penalti de los últimos minutos de la primera parte, Díaz De Cerio fue objeto de una agresión en la primera parte. Nadie la vio. Vaya por Dios. Y en la segunda mitad, bien es verdad que ya con el 0-2, Delibasic sufrió una patada (con el balón en juego aunque en manos del portero) que, en lugar de saldarse con penalti y roja, finalizó con amarilla al delantero realista. Y Nacho se fue lesionado por una dura entrada que no fue castigada.
Todo es bastante inexplicable. Pero comienza a ser rutinario, durante toda la temporada y, sobre todo, en los últimos partidos. Para ganar parece a veces que hay que superar el rival y demasiadas decisiones arbitrales. A lo mejor es demasiado para esta Real que se ha sobrepuesto a muchas situaciones extrañas en esta temporada. Hoy nos ha pitado un árbitro que tenía una media de más de siete tarjetas por partido y que sólo ha sacado una al Rácing de Ferrol, que contaba sus partidos por victorias locales y que hoy ha acabado con triunfo visitante. No deja de ser curioso, y así lo reflejo. Eizmendi ha llegado a pedir una reflexión a fondo para conocer de verdad por qué se genera violencia en los campos de fútbol. Más claro, agua.
Y es triste tener que hacerlo cuando tenemos un equipo en el que nadie finge penatis, nadie se tira ni exagera entradas, nadie se emplea con violencia, nadie complica la vida a los árbitros con sus protestas y, además, tenemos una afición que no ha generado ningún incidente, ni en casa ni en los desplazamientos fuera de San Sebastián. Como decía Eizmendi después del partido, esto no debe entenderse como una reacción a una derrota. No tiene nada que ver con eso (como admitía Aranburu, "igual suena a excusa barata" por el resultado), sino que es una situación mucho más profunda ante la que demasiada gente se tapa los ojos.
Dicho esto, es cierto que hay que mirar a muchos sitios, más allá de la actuación arbitral, para entender el varapalo que se ha vivido hoy en Anoeta, a pesar de que Eizmendi dijo en rueda de prensa que "no hemos jugado tan mal". Lo primero, lógicamente, es analizar lo que se ha hecho desde el banquillo. Eizmendi no ha sabido atajar la depresión futbolística y de resultados que arrastra la Real desde hace dos semanas. En Albacete, hace ya cuatro jornadas, se acabó el vendaval ofensivo realista que nos había ilusionado desde el comienzo de 2008, y ha desaparecido de forma preocupante. El técnico realista ha mantenido el esquema (aunque haya superioridad numérica del rival, el Rácing de Ferrol no puede superar a fútbol al centro del capo realista) y, prácticamente, los jugadores. Los cambios realizados durante los partidos no funcionan, como no han funcionado en realidad en ningún momento de la temporada.
Sólo se pueden destacar un par de detalles que ha dejado Mérida (hoy, finalmente, primer cambio en la segunda parte, 35 minutos que no han sido determinantes pero algo sí se ha visto). Otro día más, la Real ha acabado sin zurdos en la banda izquierda. La escasez de ocasiones claras de gol se agrava cuando no se es capaz de rematar con peligro ni uno solo de casi una decena de córners a favor. Sin fútbol, eso hay que reconocerlo, la Real ha vuelto a tirar de orgullo y eso ha permitdo el gol de Carlos Martínez y el arreón final que acabó con la protesta tumultuosa al árbitro por el empate anulado. Pero llegó muy tarde. Muy, muy tarde. La Real tiró demasiados minutos a la basura. Eizmendi despreció los diez primeros de la segunda parte (que fueron, además, los mejores del Rácing de Ferrol, con claras llegadas al área de Riesgo), y los jugadores no sacaron ese orgullo hasta que vieron el doloroso 0-2 en el marcador de Anoeta.
Y es que no hay que mirar sólo a la banda, también hay que hacerlo al campo. En la primera parte, Nacho ("está mejor", se limitó a decir Eizmendi en la rueda de prensa posterior al partido, lo que apunta a que no será una lesión importante) y Xabi Prieto tuvieron alguna incursión, pero nada más. El resto de jugadores no existieron en ataque. Víctor fue sustituido y si Eizmendi busca cambios quizá sea él el sacrificado la semana que viene ante el Hércules. Díaz de Cerio sigue dejándolo todo en el campo, pero no acierta de cara a puerta. Si Skoubo fuera una opción realista... Y Prieto, con toda su calidad, no puede permitirse el lujo de desaparecer de los partidos como lo ha hecho en la segunda parte de hoy. Es el jugador de más clase de Segunda, pero si no lo demuestra, es un valor inútil. Encima, el segundo gol es un error del mejor defensor de la temporada, Mikel González. Quizá un error aislado, quizá algo que deba entenderse en el rendimiento general de todo el equipo.
Hoy la situación es complicada. Son tres derrotas consecutivas, algo que no habíamos vivido todavía en toda la temporada y son cuatro puntos (tres reales y el gol average particular) los que nos separan de los puestos de ascenso. Ni siquiera los demás resultados pueden consolar a los realistas en la una tarde muy mala. Ni Sporting, ni Elche ni Castellón han podido ganar sus partidos, pero todos ellos han sacado en esta jornada un punto más que el conjunto txuri urdin. Los ilicitanos han empatado ya a puntos a la Real y el Celta, rival realista dentro de dos semanas, también recorta un punto y todavía podría soñar con el ascenso. Se pierde el primero de los dos partidos consecutivos en casa que muchos esperábamos como el aldabonazo definitivo para el asalto a los tres primeros puestos.
Nada está perdido. Hay que mirar ya al Hércules. Pero hoy es un día nefasto. Por todo.
2 comentarios:
Ahora mas que nunca, arriba ese animo, no es la primera vez que nos tenemos que sobreponer a los elementos, sobre todo a este tipo de elementos, vamos muchachos, que seguimos sabiendo que vamos a ascender al final de esta temporada, por nuestros méritos propios.
Esperemos no sigan recompensando a quien comete estas injusticias, que en ocasiones uno termina pensando que no es algo fortuito.
Un abrazo y arriba esos corazones, que no podrán vencer a nuestra ilusión
Vamos Nani, esperamos ese menaje, y la gente de las islas, que les pasa como a mí que ahora seguimos leyendo pero no escribiendo.
Seamos positivos. Esta derrota escuece pero de todo se aprende. Ya no hay peros. El que quiera subir tendrá que jugar al 100%. Se han acabado las contemplaciones, las pruebas y demás sandeces. El equipo está a 4 puntos reales del ascenso. Los "crack" ya han tenido tiempo para adaptarse y parece que no era oro todo lo que hace unas semanas relucía. Es hora de apostar por la calidad pero también por el coraje y las ganas. El que no vaya a por todas sobra del equipo. Hay que volver a creer, como pasó contra el Alavés en Anoeta. Mis esperanzas siguen intactas, pero si no se gana contra el Hercules.... tendré que tragarme este comentario.
Animo, y parafraseando un anuncio de la tv.:
la Real; porque tu lo vales!!!
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