lunes, julio 25, 2011

AQUELLOS MARAVILLOSOS CROMOS: Jesús Mari Zamora

Jesús Mari Zamora es el autor del gol de Gijón. Aquel 2-2 que, el 26 de abril de 1981, convirtió a la Real en campeona por primera vez en su historia. A veces da la sensación de que su carrera queda limitada a ese momento, a ese instante, a ese disparo, a esa carrera hacia la grada de El Molinón, a ese grito de rabia que trasladó al mundo entero la felicidad txuri urdin. Pero Zamora ya era entonces mucho más que eso, y tras ese instante se convirtió en mucho más para la Real. Sí, fue con aquel gol el hombre que culminó el trabajo de una temporada, de toda una vida, pero cuando ese momento llegó Zamora ya llebaba seis años jugando con el primer equipo, desde que debutara en Málaga el 16 de febrero de 1975. Fue Andoni Elizondo quien le dio la alternativa con la Real, pero quien insistió para que eso se produjera fue Javier Expósito, el auténtico padre del equipo campeón.

El cromo que encabeza estas líneas pertenece a la temporada 1976-1977. Zamora no tenía todavía el pelo tan largo como le vemos siempre en esas inolvidables fotos de Gijón y no tenía el bigote tan perfilado como en sus imágenes más conocidas. Pero ya era Zamora. Ya era ese zurdo que dominaba el centro del campo de la Real y hacía cosas imposibles con el balón y con el juego del equipo. Ya era el jugador por el que Núñez suspiraba para el Barcelona, y por el que llegó a ofrecer a Orbegozo el pago de la construcción de Zubieta (por él y por Arconada). Acabó jugando 588 partidos con la camiseta txuri urdin, sólo superado por Górriz y Arconada. Marcó 79 goles, con sólo once jugadores con más tantos en el ránking histórico. Y jugó 30 veces con la selección española, sólo superado en lo que a realistas se refiere por Arconada (68) y Satrústegui (32).

En su libro Diarios del galés, Toshack hace una primera anotación sobre Zamora de lo más curiosa, fechada el 27 de julio de 1985. "Zamora y Larrañaga necesitan ser más positivos y pasar balones hacia delante con más frecuencia. Abusan del pase horizontal o atrasado". Como no podía ser de otra forma, Toshack también se rindió a la calidad de Zamora y fue uno de los pilares de su Real, como lo había sido de la de Ormaetxea, de la de Irulegi y, por poco tiempo, de la de Boronat. O del Sanse de Expósito, donde jugó 52 partidos y marcó 12 goles. Zamora se retiró al finalizar la temporada 88-89, después de ser uno de los siete jugadores que han ganado todos los títulos que ha ganado la Real. Se despidió junto con Arconada, dando una vuelta de honor en Atotxa.

Su último gol se lo marcó, como no podía ser de otra manera, al Athletic de Bilbao y en San Mamés. Hasta en eso demostró ser un realista de corazón. Aquel día la Real ganó 2-3 y Zamora hizo el que entonces era el 0-2. Justo un mes antes, Zamora había anotado el último gol de la Real en la UEFA de aquel año, el 1-0 ante el Sttutgart, en Atotxa. No bastó para pasar una eliminatoria que se decidió por penaltis. Aquel partido fue, quizá, la última gran lección magistral de Zamora, la última pica que puso, por triste que fuera debido a una increíble e injusta eliminación, en la historia europea de la Real. Porque si Zamora es algo en la Real, es precisamente eso: historia. Y de la grande.

lunes, julio 18, 2011

¿Fichajes? Ya hay fichajes

Fue terminar la Liga y empezar a hablar de fichajes. En el caso de la Real, ese debate comenzó unos días más tarde porque teníamos las manos llenas con el despido de Martín Lasarte y la llegada de Philippe Montanier, pero ha llegado con fuerza debido a que el equipo txuri urdin es uno de los tres que todavía no han contratado a ningún futbolista nuevo, junto al Barcelona y al Racing de Santander. No creo andar muy desencaminado si digo que la amplia mayoría de la masa social realista considera necesarios unos cuantos fichajes. Y yo, me vais a permitir que me deje llevar de nuevo por mi sempiterno optimismo con respecto a la Real, no lo tengo tan claro. ¿Fichajes? Ya tenemos fichajes. ¿Cómo podemos considerar si no a Illarramendi, Ros, Cadamuro, Iñigo Martínez, Albistegi e Iker Hernández? ¿No se les puede dar esa consideración a jugadores como Agirretxe, Ifrán o Llorente? El primero no contó en la pasada temporada y los otros dos se perdieron media Liga cada uno por lesión.

Para mí, son fichajes, ya lo creo que lo son, porque mejoran lo que tenía la Real en la competición que acabó hace ya casi dos meses. Sobre todo los potrillos que suben desde el Sanse. Quienes defienden el cese de Lasarte suelen esgrimir que es una decisión valiente, que indica que el club ha decidido no acomodarse y buscar cotas más altas. Un perfil alto en los fichajes, que es el que se está viendo en los nombres apuntados en la prensa, también denota valentía y esas ganas de progresar. Pero si esas opciones no son viables al final, fichar por debajo de lo deseado y buscado es un signo de lo contrario, de cobardía. Y lo es porque la Real ya tiene un equipo hecho. Un buen equipo además, aunque se desconfíe demasiado de él. Los fichajes, todos los que vengan de fuera, tienen que mejorar lo que ya tiene el equipo txuri urdin. Si no, estamos dando pasos en falso, estamos acometiendo huídas hacia adelante y a muy corto plazo, estamos (entonces sí) cortando el camino a quienes intentan dar el salto al primer equipo desde las categorías inferiores.

Vi el partido del sábado en Beasain. Un partido de pretemporada, sin duda. Pero vi cosas que la Real no tenía el año pasado. Vi a Ifrán como un puñal por la banda. Vi a Illarramendi controlando una amplísima zona del centro del campo. Vi a Mikel González e incluso a Iñigo Martínez arriesgándose a salir con el balón jugado desde atrás. Vi una gran movilidad en los tres hombres del centro del campo como nunca tuvo el doble pivote. Sí, obviamente era el primer partido y ante un rival de mucha menor entidad que la Real. Pero las pretemporadas sirven para esto, para ajustar lo que quiere el entrenador y comprobar si los jugadores que tiene le sirven para sus propósitos. Tengo que reconocer que andaba entre los escépticos cuando se dijo que Montanier quería jugar con un 4-3-3. Pero, tal y como ya me sucedió con el 3-4-3 de Lillo, empiezo a estar convencido de las posibilidades que tiene. Y eso con sólo un partido jugado, un partido además lleno de las imprecisiones típicas del verano.

Portería y defensa no van a dar muchos quebraderos de cabeza. Bravo será el titular y queda por ver si este año Loren es capaz de colocar al portero que ha puesto en el mercado (Zubikarai), a diferencia de lo que sucedió en la 2009-2010, cuando quiso vender a Bravo y Riesgo para ganar dinero y no colocó a ninguno de los dos. En el lateral derecho, Carlos Martínez y Estrada pelearán por el puesto. El izquierdo, el punto más débil todavía de esta Real, es de De la Bella, con Cadamuro o Mikel González como recambio de emergencia. Por el centro sobra uno o quizás dos entre los Demidov, Ansotegi, Mikel González, Labaka, Cadamuro e Iñigo Martínez. Pero a partir de ahí no sé si somos conscientes de lo que ya tenemos y de que cada semana habrá jugadores importantes que se queden en el banquillo. Y es ahí donde tendrá que entrar en juego la pregonada valentía de Montanier. Sólo hay tres puestos en el centro del campo y otros tres en el ataque. Una obviedad, claro, pero ahora pongamos nombres a esos tres puestos.

En la primera línea de tres tienen encaje Elustondo, Markel, Aranburu, Zurutuza e Illarramendi, a los que habría que sumar a Albistegi y Ros así como al fichaje que todo el mundo da por seguro que llegará para esa línea. ¿Griezmann? Igual el francés le encuentra acomodo ahí, no lo descartaría del todo. ¿Quiénes se quedarán primero fuera del equipo y después del once titular? Se me antoja una difícil elección. Illarramendi viene muy fuerte, pero Elustondo está ante la oportunidad de su vida en el puesto en el que Lillo le hizo explotar antes de sufrir una grave lesión. ¿Zurutuza al banquillo? Es el jugador de más calidad. ¿Aranburu? El capitán acabó la Liga en una forma espléndida. Ros me ilusiona, y lo hará más si gana en llegada al área y explota el gol que tiene (11 en 84 partidos con el Sanse). Sólo juegan tres, insisto, y, para mí, el nivel puede ser muy alto en esta zona del campo, por paradójico que sea la que más dolores de cabeza ha dado a los últimos entrenadores de la Real.

Para la segunda línea de tres, la cosa es aún más complicada, y eso que Tamudo ya no está en el equipo. Pero que Agirretxe, Llorente, Xabi Prieto, Griezmann e Ifrán opten a esos tres puestos ya complica mucho la aceptación del once liguero que Montanier configure cada semana. Y eso sin contar a Sarpong y Sutil, jugadores que, al margen de la concepción que tengamos de ellos cada uno de nosotros, todos colocamos por el momento en un escalón más bajo e incluso en riesgo de seguir en el equipo. Tengamos en cuenta que se ha hablado de un fichaje para la parte izquierda e incluso del de un delantero. El overbooking está servido y eso sin haber podido calibrar todavía si Iker Hernández está en disposición de dar el salto al primer equipo durante esta temporada (no digo ya en la pretemporada). Sobra decir que mantengo en Agirretxe toda la confianza del mundo, más después de sus dos goles del sábado, y Llorente, si su lesión está curada, es una garantía. ¿Y por la izquierda? ¿Griezmann o Ifrán? Porque Xabi Prieto es, con Bravo y De la Bella, el único indiscutible del once en estos momentos.

Ahora, después de este primer análisis surgido del debut en la premtemporada y de la configuración actual de la plantilla, pensemos con frialdad: ¿necesitamos fichajes? Igual sí. Pero si los hay, que mejoren lo que hay. Si no, recordemos lo que somos, tengamos claro que la Real es un equipo de cantera. Y apostemos por la valentía de no fichar si no es posible incorporar a alguien que mejore lo que ya tenemos. Al final, el tema de los fichajes no deja de ser un reflejo de la escasa confianza que a veces mostrarmos en las posibilidades de nuestros propios jugadores. Para mí, Illara y Agirretxe son dos grandes fichajes para la Real. El primero de hecho, el segundo de derecho. Grandísimos. Ya lo creo que lo son. Y ojalá lo demuestren a lo largo de la temporada.

miércoles, julio 13, 2011

Al otro lado de la autopista

De un tiempo a esta parte reconozco que le echo más vistazos de los que quisiera a los del otro lado de la autopista. Y es que los focos de relación del Athletic con la Real cada vez son más numerosos. Hay que mirar a los ex realistas que juegan allí, a los realistas que puede que jueguen allí algún día, al entrenador que pudo entrenar aquí y acaba haciéndolo allí. Muchos sitios a los que mirar, muchos, ¡incluso al equipo femenino! Y el primero y fundamental de esos focos de interés pasa por los jugadores que un buen día decidieron cambiar la Real por el Athletic aduciendo que era la oportunidad de sus vidas. Bielsa acaba de aterrizar en Bilbao y ya ha hecho siete descartes. Tres de ellos son ex realistas. Poco negativo se puede decir del caso de Balenziaga, puesto que fue la Real quien traspasó al jugador (aunque luego éste ya se ocupó de intentar ganarse con palabras a su nueva afición) antes de debutar con el primer equipo, pero los casos de Zubiaurre y Díaz de Cerio sí que me dan que pensar.

El lateral no llegó nunca a tener ficha del primer equipo, pero Amorrortu le había dado la alternativa en Primera División, donde llegó a jugar 20 partidos con la camiseta txuri urdin. Asesorado por vete a saber qué clase de indocumentado, decididó presentarse con el Athletic sin tener la carta de libertad de la Real. Con ese absurdo movimiento, cavó su tumba él solito. Como jugador profesional quedó acabado. Sin ser un jugadorazo, a mí era un chaval que me gustaba. Le recuerdo un gran partido en el Santiago Bernábeu. Tenía la impresión de que sería uno de esos futbolistas que podían hacer una larga carrera en la Real, que quizá no hubiera fichado jamás otro equipo de Primera, pero que aquí, como tantos otros que han vestido la camiseta txuri urdin, podría servir siempre y cuando no saliera ningún portento de Zubieta. Pero él decidió tirar por tierra todo eso con una arriesgada apuesta que, sobra decirlo, salió mal. ¿Qué le promterían desde Bilbao? ¿Sólo dinero? Cuánta tristeza me produce que alguien olvide tantos años con una camiseta sólo por dinero.

Muy similar es el caso de Díaz de Cerio. Quizá éste es peor, pues contaba con el agravante de que el delantero ya había conseguido hacerse un hueco privilegiado en el primer equipo de la Real. Había conseguido ser el delantero titular del equipo txuri urdin, había alcanzado un aceptable nivel futbolístico y anotador y había conseguido que la afición se fijara más en sus virtudes que en sus defectos. Pero nos engañó diciendo que no descartaba su renovación, cuando ya tenía apalabrado su fichaje por el Athletic. Y en Bilbao descubrió que el cariño que le podía profesar la afición de San Mamés no tenía ni punto de comparación con el que estaba en condiciones de recibir en Anoeta. Lo aprendió por las malas. Y hoy ya no cuenta en el Athletic. ¿Qué hace un jugador que ha desertado de Zubieta cuando le rechazan después en el Athletic? Imagino que buscarse la vida por Segunda División o Segunda División B. Ojalá estos casos sirvieran para que futuros realistas se den cuenta de cómo son las cosas, pero me temo que los años sólo harán que se sumen nuevos casos a la lista de ex realistas que no triunfan en Bilbao.

Y hay que asumir que será así por el otro gran punto de interés que genera para la Real la actualidad del Athletic: Marcelo Bielsa. El recién elegido presidente del club de Bilbao, Josu Urrutia, aseguró nada más tomar posesión de su cargo, el pasado sábado, que su entrenador no le había pedido ningún refuerzo. Hoy ha sido Bielsa quien ha dicho que no descarta fichar. ¿Y de dónde va a fichar? Pensemos mal y acertaremos. Hagamos historia, historia reciente pero historia al fin y al cabo. Cuando la Real decide prescindir de Martín Lasarte para la próxima temporada que comienza a finales de agosto, y siempre según la versión oficial, el club habla con varios entrenadores que responden al perfil que busca. Uno de ellos es Bielsa. Y sabemos que el ahora técnico del Athletic estudió a la Real. Dicen, y esto ya no es oficial, que fue él quien paralizó el regreso de Barkero a San Sebastián. El jugador, no lo olvidemos, venía con la carta de libertad. Dado que, según esa versión, Loren no le cogía el teléfono, Barkero decidió fichar por el Levante.

Seguimos sin saber cuál fue la verdadera historia de Bielsa y la Real, al menos los detalles que más pudieron preocuparnos en estos momentos. Es decir, ¿qué conocimiento tiene el técnico del equipo y/o del club que pueda preocuparnos en estos momentos? ¿Es posible que lance sus garras hacia algún jugador del primer equipo o del Sanse? ¿Habrá alguno que no tenga en mente los casos de Díaz de Cerio y Zubiaurre y esté dispuesto a escuchar los cantos de sirena? Reconozco que es una posibilidad que me preocupa. No porque alguien se vaya, porque sigo diciendo que en la Real juega quien quiera estar en la Real. Me preocupa porque ha sido la Real, por medio de sus dirigentes, la que ha puesto esa información en sus manos. Como si la Real no tuviera técnicos en cartera como para depender de lo que diga alguien sin contrato. No es que el Athletic vaya a ganar a la Real en los dos partidos de Liga gracias a esto, pero cosas así aumentan las suspicacias de quienes no conocemos los verdaderos entresijos del club. Contar las cosas a la gente sería una buena idea. El oscurantismo no tiene ningún sentido en este asunto.

miércoles, julio 06, 2011

Recuerdos, fantasmas... y olvidos históricos

Cuando se sortea el calendario, casi todo el mundo está atento a la primera jornada. Yo no demasiado. Yo miro siempre la última. Quiero saber con quién es posible que me juegue la vida o los éxitos. Luego casi nunca llega a ser así, y es que en los últimos años la última jornada para la Real no ha sido trascendente más que en la pasada temporada. Pero la mirada se me va hacia esa jornada 38. Recibimos al Valencia. Y me acuerdo de que la última vez que nos enfrentamos a ese equipo en la última jornada fue cuando descendimos a Segunda en 2007. Qué recuerdos de aquel día. Un día trsite, sí. Pero un día en el que todos los que estuvimos en las gradas de Mestalla recordaremos con bastante orgullo. Nosotros estuvimos allí. Nosotros soñamos hasta el final. Nosotros seguimos siendo de la Real incluso cuando el árbitro pitó el final y nos condenó a pensar ya en la Segunda División. Nosotros arropamos al equipo. Orgullo, sí. Lo curioso es que, además de a la Real, el Valencia lleva dos años seguidos descendiendo a su rival del último día, Deportivo (2010-2011) y Tenerife (2009-2010). No será nuestro caso en la 2011-2012. No tengo dudas.

Tras ver la última jornada, busco en cualquier caso la primera y echo la vista más atrás para recordar la última vez que abrimos la Liga jugando contra el Atlético de Madrid. Fue en la temporada 1995-1996. Y perdimos 4-1 en el Calderón. Ya son dos los fantasmas que depara el calendario, fantasmas contra los que tendrá que luchar la Real. Pero será una lucha diferente, porque esta vez las dos batallas se librarán en Anoeta. Lasarte pidió el año pasado un comienzo fuerte (y lo tuvo; ¿soy el único que tiene la sensación de que apenas se valoró como merecía la gran victoria ante el Villarreal en el partido inaugural?), y este año el comienzo será también exigente, pues el Barcelona será el segundo visitante de Anoeta unos días antes de visitar el Sánchez Pizjuán. Anoeta seguirá siendo la clave, como también lo será la regularidad, y por ello es bueno comprobar que los partidos con los grandes están repartidos entre la primera y la segunda vuelta. Así se evitará jugar contra casi todos los más fuertes como visitante en el segundo tramo de la Liga, algo que le pesó demasiado al equipo de Lasarte en la temporada recién finalizada.

Aunque siempre hay sorpresas, tras un primer vistazo al calendario cabe pensar que la Real tendrá un mes y medio complicado para abrir la Liga, que después es donde se concentran los partidos en los que habrá que almacenar puntos para que la salvación sea asequible y que el final de Liga va a ser todo un reto. Lo mejor en ese sentido es que el equipo txuri urdin jugará en Anoeta tres de las últimas cuatro jornadas de Liga. Atendiendo a los precedentes históricos, el tramo complicado de la temporada está entre las jornadas 14 y 23. Diez partidos, seis fuera de casa y en dos ocasiones habrá dos de forma consecutiva (Villarreal y Racing primero, Valencia y Atlético de Madrid después). Ojo también a las semanas con tres partidos que tan mal se nos han dado recientemente. Así, en septiembre se jugará en Sevilla y Mallorca, recibiendo entre medias al Mallorca; en octubre se recibirá a Getafe y Real Madrid, con el viaje para jugar contra el Levante en jornada de miércoles; en marzo coincidirá ese mismo tramo de partidos pero en la segunda vuelta; y en abril Anoeta verá al Rayo y al Betis, con la vista al Espanyol el miércoles intermedio. Montanier tiene estos retos para desterrar los fantasmas de la era Lasarte.


Y toca la parte de los olvidos históricos. Toca porque la chapuza es de órdago, se mire como se mire. Resulta que el año pasado hubo un equipo que, por primera vez en 21 años, no vio ninguna tarjeta roja en la Liga y el premiado por juego limpio es otro. Vale que es un reconocimiento que tiene sus normas, ¿pero no basta la excepcionalidad histórica para hacer una distinción, aunque sea de forma añadida, a quien ha aguantado 38 jornadas sin ver una sola tarjeta roja? Pues no, por lo visto no. Así que es el Barcelona el equipo que se ha llevado el premio al juego limpio que da la Federación y la Real no es que haya quedado segunda, no. Es que el equipo realista es quinto en esta clasificación oficial de la Federación. Quinto. Mi asombro crece y me obliga a indigar. El caso es que las informaciones sobre este tema son tan confusas como la propia clasificación de este premio y, por extensión, como todo lo que sale de las altas esferas del fútbol español. Y es confuso porque las cifras no cuadran. Veamos.


Dicen las noticias aparecidas hoy y la nota en la web de la Federación que el Barcelona ha ganado este premio con 100 puntos. Sin buscar las normas del premio, cabe pensar que el premio se ha dado por las tarjetas vistas por cada equipo. El blaugrana de Pep Guardiola vio 73 tarjetas amarillas y dos rojas, según la web oficial de la Liga BBVA. Segundo ha sido el Mallorca. Con las mismas fuentes, suma 101 con 90 amarillas y cuatro rojas. Tercero, el Racing con 108 puntos, 92 amarillas y siete rojas. Cuarto, el Hércules, que suma 109 puntos con sus 100 amarillas y ocho rojas. ¿La Real? 111 puntos con 80 tarjetas amarillas y, tengo que insistir porque me parece impresionante, ninguna roja. ¿Alguien tiene la explicación de este desaguisado estadístico? ¿Cómo es posible que equipos con 20 tarjetas amarillas y ocho rojas más que el txuri urdin queden por delante de la Real?


Como nada cuadra, busco las normas del trofeo. Las encuentro. Parece que explican algo más este embrollo. Bueno, es un decir. La tarjeta amarilla cuenta un punto. La roja por doble amarilla, dos. La roja directa, tres. Hasta ahí, todo perfecto. Pero hay más. Los partidos de suspensión acordados por el Comité de Competición a entrenadores, directivos y otros empleados, suman cinco puntos. Y las sanciones por la afición, en función de su gravedad, suman cinco, seis o siete puntos. ¿Conclusión? Que este premio lo puede ganar cualquiera sin que medie explicación alguna. Como ha sido el caso. Pero, estadísticas e inverosímiles normas al margen, ¿en qué cabeza cabe que no se distinga por el juego limpio a un equipo que ha acabado todos sus partidos de una Liga con once jugadores? La marca de la Real 2010-2011 es histórica. Y no reconocerlo, cuando todo el mundo se llena la boca hablando de fair play, es demencial. Casi como cualquier cosa en el fútbol español.

lunes, julio 04, 2011

Perplejo y harto. ¡Aupa Eñaut!

Perplejo y harto. Así me siento después de leer las informaciones sobre la frustrada cesión de Eñaut Zubikarai al Hércules. Como es un tema delicado, y para quitar razón desde el principio a los posibles ataques de aquellos que desen lanzar su hipocresía y sus insidias contra cualquiera que salga a defender a Zubikarai, empezaré diciendo que repudió toda clase de violencia, que desprecio el terrorismo de ETA, que se me revuelte el estómago cada vez que escucho las noticias de un atentado, una agresión o una amenaza y, por si acaso, que no soy independentista ni nacionalista. ¿Tranquilos todos? ¿Ya podemos debatir sólo sobre el caso de Zubikarai? Perfecto, voy a ello entonces. Porque el tema da para debatir y mucho. Y empezaré por la conclusión, para que tampoco haya lugar a equívocos. Lamento por cobarde la postura del Hércules (aunque públicamente el club ha dicho que hay razones económicas y no de otra índole para no fichar a Zubikarai) y rebato, y lo haré con argumentos, a quienes han aplaudido la decisión de no contratar a Zubikarai.

"El único 'delito' que ha alejado realmente a Zubikarai del Hércules han sido los que cometió su padre", sentencia el diario Las Provincias para explicar el fichaje fallido. "En el momento en que se vinculó el nombre de Zubikarai al de la entidad blanquiazul empezaron a surgir dos corrientes de opinión, a favor o en contra de su llegada, pero nunca por una cuestión deportiva y siempre basadas en el entorno que rodea al futbolista. Así las cosas, y después de darle muchísimas vueltas, el Hércules ha adoptado la postura de no fichar al futbolista. El miedo a que un sector de la afición se pudiera poner en contra y que se hablara del jugador por temas extradeportivos podría haber enturbiado el proyecto del club alicantino antes de iniciarse la pretemporada. La decisión del Hércules no ha sido fácil y en el club blanquiazul son conscientes de que van a recibir aplausos por un lado, pero también críticas de aquellos que consideren que se ha sido injusto hacia una persona por un delito que no había cometido él sino un allegado", explica el mismo periódico.

En El Mundo encontramos explicaciones de una fuente no identificada del Hércules. "Cuando interesa un jugador nos fijamos en sus cualidades, no en si es de derechas o de izquierdas o si le gustan los hombres o las mujeres. Pero esto es un tema que puede herir la sensibilidad de mucha gente. (...) Sabíamos que su estética era la típica abertzale, pero como la de tantos otros jóvenes vascos", dice. El Mundo sentencia que "también se ha valorado que la presencia de Zubikarai en la meta del Hércules podría provocar un ambiente hostil irrespirable para el equipo en los partidos a domicilio". A esto hay que sumar tendenciosos titulares como los de Alicante Actualidad, que en Google News se encuentran de forma más cruda y desenmascarada que en su propia página (de "El portero Eñaut Zubikarai, posible fichaje del Hércules, apoya a ETA" pasamos al "pide el acercamiento de los presos de ETA a las cárceles vascas") o los que escribieron el pasado mes de enero a cuenta de la polémica por aquel documento en favor de una manifestación (permitida por un juez, por cierto) de medios como La Gaceta ("Los lazos de sangre entre ETA y Zubikarai") o Libertad Digital ("El portero de la Real, hijo de un etarra que participó en tres asesinatos").

Vayamos por partes. En primer lugar, queda claro que Zubikarai no ha cometido delito alguno (con cierta sorna, Libertad Digital explica que cuando su padre sí los cometió, "el ahora jugador realista tan solo tenía cinco años"). Lo que se le aplica, por tanto, es una discriminación por las acciones de su padre, un comportamiento hacia Eñaut (¿qué diríamos si eso nos pasara a nosotros mismos en cualquier otro ámbito de la vida?) a todas luces despreciable. "Los españoles sin iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social", dice el artículo 14 de la Constitución. Es también evidente que, al rechazar a Zubikarai por motivos de opinión o por sus circunstancias personales o sociales se está vulnerando la Carta Magna con la que se llenan la boca quienes ahora aplauden la decisión de rechazar al portero txuri urdin. Y esto sólo tiene un nombre: hipocresía. Quienes alzaron la voz de forma tan vehemente contra el Barcelona y la UEFA por los insultos racistas que, dicen, profirió Busquets contra Marcelo en la Champions ahora callarán por este asunto, de eso no hay duda. Racismo no, pero ésto sí. Vaya.

Lo que sucede, entonces, es que se puede discrminar a un futbolista por su ideología política o por los delitos que haya podido cometer su padre, pero al parecer sólo si estas dos cosas se acercan a la esfera abertzale. Repito, por si alguien se ha olvidado, que estoy en las antípodas del nacionalismo y de ese nacionalismo. ¿Pero todavía no nos hemos dado cuenta de que esa es una opción política tan legítima como las de extrema derecha? ¿No queremos ver que el único límite para ambas está en la Ley? ¿Por qué nadie publicita las ideologías radicales de otros signos que no sean los abertzales? ¿Por qué se consienten otros tipos de comportamientos despreciables sin que pase absolutamente nada pero contra éste todo el mundo se siente legitimado para actuar? La democracia es otra cosa, y quienes ahora se felicitan son precisamente los más antidemocráticos de esta historia. No sólo eso (y ahí seguro que les escocerá a los ahora felices), si hay un ganador del no fichaje de Zubikarai por el Hércules es precisamente el mundo abertzale, que encuentra más motivos aún para sentirse agraviado (como con las respuestas a la elección de San Sebastián como capital cultural de 2016). Comportamientos radicales como éste les dan alas a los abertzales. Y, por mucho que duela leerlo, también a ETA.

Si Eñaut Zubikarai quiere ser abertzale, me guste o no, está en su derecho. Si quiere firmar un documento de apoyo a los presos de ETA, es legal y puede hacerlo. Si quiere sacar una foto de su padre en un acto que no haya sido prohibido por apología del terrorismo, por incómodo que a mí me pueda resultar, también es libre de hacerlo. Dije en la polémica de enero que los jugadores de la Real tendrían que tener cuidado con sus manifestaciones públicas sobre este asunto, y lo mantengo, porque los más perjudicados podemos ser siempre los aficionados. Somos la parte frágil de este viciado mundo del fútbol en el que nos movemos. Sé, y me da mucha rabia, que diciendo esto me sumo al miedo que me provoca que algún descerebrado me reviente la cabeza en cualquier ciudad de España sólo por llevar una camiseta de la Real. Pero yo soy sólo una persona, mi único poder radica en el respeto que siempre he tenido por el contrario y eso sólo se puede comprobar con la palabra y con mis ánimos.

Que un club actúe, como se reconoce en la información de El Mundo, con esa idea en mente es la asunción de que los violentos ganan la batalla. Y los violentos aquí no son los que la mayoría creerá. Porque violencia es que yo no pueda animar a la Real en cualquier parte. El Mundo habla de "ambientes hostiles irrespirables" que podría padece el Hércules por la presencia de Zubikarai. Eso evidencia que los hay contra la Real, aunque los grandes medios guarden silencio sobre este tema, y lamentablemente posturas como ésta los legitiman. Si los clubes ceden también a presiones así, quiere decir que los aficionados más radicales se van a sentir respaldados cuando insulten al equipo txuri urdin y a sus gentes, en la grada, en la calle, en los foros de Internet. Y ojalá sean sólo insultos y no tengamos que lamentar algo más. Como hemos de asumir que es lícito crear ambientes hostiles contra la Real sin razones deportivas de por medio, tengo que decir que admiro aún más a quienes visten la camiseta txuri urdin. Me acuerdo de un chaval del Vicente Calderón que llamó "terrorista" a Jesuli en la temporada 2006-2007. Aquel día se me pasó por la cabeza que podía ser algo aislado. Pero no lo es, no.

Zubikarai es un gran portero. En los tres años que lleva en el primer equipo de la Real, ésta es la segunda vez que me veo en la necesidad de hablar de él como algo más que un futbolista. En ambos casos, sobre todo en este segundo porque en el primero sí se significó de alguna manera con su firma, ha sido por la acción de un tercero y no por algo que él hiciera. Es injusto, es antidemocrático, es discriminatorio. Pero nadie va a alzar la voz. La AFE no sirve para nada. La LFP menos aún. A nadie le importa este tema. Pero a mí sí. Porque estoy harto de que se me considere terrorista por llevar la camiseta de la Real o que alguien se lo pueda llamar a Zubikarai, o a cualquier otro jugador, por los delitos de su padre o por apoyar iniciativas que son legales. Legales, sí. Asumidlo todos. Son legales. Cuando sean ilegales, seré el primero en denunciarlo. Sea Eñaut o cualquier otro. Pero yo no me sumaré al pelotón de fusilamiento contra alguien sólo porque no me guste lo que piensa o lo que hace. Zubikarai, para mí, es un porterazo que, espero, tenga la suerte de encontrar un equipo que disfrute de sus actuaciones sobre el campo la próxima temporada. Y punto. ¡Aupa Eñaut!


sábado, julio 02, 2011

Una de camisetas

Cuando la Real anunció su compromiso con Nike tengo que reconocer que me alegré. Con cautela, pero me alegré. He visto en la larga relación de Astore con el equipo txuri urdin algunas camisetas preciosas pero otras que no me han gustado tanto. Pero, sobre todo, mantengo muy vivo el disgusto por lo sucedido con la camiseta del centenario, que no estuvo en condiciones y en gran número en las tiendas y a disposición de los aficionados para celebrar ese día tan grande y especial en el que la Real cumplió cien años de vida. Aquello, por imperdonable, me pareció motivo más que suficiente para dar por finalizada la relación contractual con la marca. La decisión la ha tomado el Consejo que preside Jokin Aperribay con un año de retraso, pero la ha tomado y entonces lo vi como un paso adelante. Además, parece que el contrato con esta marca ofrece unas ventajosas condiciones económicas que empezarán a verse claras a ojos de los aficionados cuando a partir del día 8 se pueda comprar la nueva camiseta. Pero ahí está el quid de toda cuestión de esta índole, en la camiseta que vestirá la Real. ¿Me gusta? No, tengo que reconocer que no.

Y no es una opinión formada en base a su diseño, a pesar de que hay detalles que no me terminan de llenar. Aunque para gustos los colores, como se suele decir, a mí no me convence que las rayas de la camiseta tengan un acabado en forma de rayo, no me gusta demasiado su cuello redondo. Y veo la espalda demasiado azul para lo que estoy acostumbrado, aunque eso servirá indudablemente para que los números y los nombres de los realistas se vean a la legua (por desgracia, eso no impedirá que los comentaristas televisivos sigan equivocándose con los nuestros como hasta ahora, eso seguro...). Las medias me encantan, eso sí tengo que reconocerlo y que desde la distancia se vea un diseño más o menos clásico encaja con lo que me convence. Y no, tampoco digo que no me gusta la camiseta porque, una vez más, sigo sin ver nada clara la asociación entre la Real y su segunda camiseta (a pesar de que el diseño me entusiasma mucho, tanto como los detalles de sus mangas). No, no van por ahí los tiros. ¿Y por qué no me gusta entonces? Porque el diseño no es un trabajo específico para la Real. Y ahí la responsabilidad no es tanto de Nike, que también, como de la propia Real Sociedad.

El Deportivo Alavés presentó su camiseta para la temporada 2011-2012 el pasado mes de febrero. También es de Nike. Y lucirá prácticamente el mismo diseño que la elástica de la Real. Mismo cuello, mismas mangas, mismas rayas y mismos detalles en forma de raya. Cambia el tono del azul. Pero el diseño es el mismo. La camiseta de la Real se presentó a finales de junio, la del Alavés, insisto, en febrero. Cuatro meses de diferencia. ¿No vio la Real que el diseño que le presentó Nike era prácticamente idéntico al que ya había hecho público otro equipo? ¿De verdad que no lo vio? ¿No se estudiaron los modelos presentados por otros equipos? Para los amantes de lo clásico y los que quieran lucir una camiseta sin publicidad, a lo mejor les sale más rentable comprarse una camiseta del Alavés y colocar un escudo de la Real sobre el del equipo vitoriano. Pero es que, además, no es un diseño nuevo. Todo lo contario, es perfectamente accesible para cualquiera. La web LaRealSociedad.com adelantó el diseño de la camiseta utilizando una aplicación que ofrece la propia Nike en su web y lo único que parece diferente entre ese esbozo de camiseta y la que será oficial es el tono del azul.

Uno espera de una multinacional de la talla de Nike un trabajo específico para cada uno de los equipos que viste. Es obvio que tienen que tener unos patrones básicos que ofrecer a los clubes con los que vayan a trabajar, pero Nike mejor que nadie tendría que entender que la camiseta es lo más sagrado de un equipo y no puede ser como la de otro, ni en forma, ni en detalles, ni en colores. Las camisetas de la Real y del Alavés sólo se diferencian en el escudo, en la publicidad y en el tono del azul. En nada más. Y eso, sinceramente, me parece aberrante. Desde mi humilde punto de vista, Nike no ha estado a la altura, las venda o no como churros entre los aficionados realistas y genere o no ingresos para las siempre maltrechas arcas del club. Una cosa es la economía y otra el corazón. Aún así, creo que el principal defecto de este asunto está en el club. No me cabe en la cabeza que nadie viera las similitudes con la camiseta del Alavés antes de aceptar este diseño. Y, ya puestos, no entiendo cómo ningún gran medio de comunicación se ha hecho eco de este asunto y le ha preguntado por él al propio Aperribay, fuera en el acto de presentación de la camiseta o después.

Pequeños detalles, sí. Ya sé que lo importa es que la Real gane partidos, se salve con holgura, luche por Europa, fiche jugadores que nos lleven a objetivos más grandes y ambiciosos y todo eso. Lo sé. Perfectamente. Y sé que una vez el balón eche a rodar, siquiera en los primeros amistosos de pretemporada, nadie volverá a hablar de este asunto. Pero para mí la camiseta significa mucho. Y estoy decepcionado.