Xabi Prieto por fin ha renovado. Será jugador de la Real hasta junio de 2013. Aunque no todo el mundo esté satisfecho con el rendimiento de Prieto, el acuerdo es una noticia espléndida. Es uno de los jugadores más emblemáticos que ha dado la cantera de Zubieta en los últimos tiempos. Es uno de los de más clase. Es uno de los pocos que puede ser traspasado por una buena cantidad de dinero. Pero, sobre todo, es uno que puede reforzar las opciones futbolísticas de la Real, esta temporada y en el futuro.
La noticia de la renovación ofrece varias conclusiones. La primera de ellas, la más evidente, es que Xabi Prieto no se había comprometido con ningún otro equipo. Obvio, ¿verdad? Pues no tanto. Desde hace mucho tiempo se ha criticado a Prieto por no renovar, se le puso en el disparadero, acusándole de tener ya precontratos con otros equipos. Se habló del Betis, del Valencia y, cómo no, del Athletic. Pero Prieto, a pesar de que desde el 1 de enero podría haber firmado con quien hubiera querido, ha esperado a la Real. "Mi club de toda mi vida", dijo en la rueda de prensa en la que se anunció la renovación. Y firmó sin supeditar el acuerdo al ascenso a final de temporada. Qué alegría seguir teniendo canteranos que piensan y actúan así. Gracias, Xabi.
La segunda conclusión es que de Iñaki Badiola ha cumplido una promesa electoral. Se comprometió a renovar a Xabi Prieto y Xabi Prieto ya está renovado, además con un contraro largo y con una elevada cláusula de rescisión que se acerca a los 50 millones de euros. Y ha demostrado que sabe adaptarse a las circunstancias. El jugador no quería ser contratado por Lighthouse, la empresa de Badiola, a pesar de que eso era lo que proponía el presidente. Y Badiola ha sabido reaccionar sin imponer condiciones sine qua non. Xabi Prieto es y seguirá siendo jugador de la Real, aunque Lighthouse ponga el dinero que las maltrechas arcas de la Real no tienen. Badiola se sigue jugando su propio dinero, y eso es digno de reconocerse. Nos guste o no nos guste lo que haga o diga Badiola.
Y hay una tercera conclusión, en línea con lo que escribía ayer. La cantera realista tiene y recibe el valor que se merece. A Xabi Prieto se le ha renovado con un sueldo de los más altos de la plantilla (se habla de cantidades cercanas al millón de euros). Se le ha presentado con rango de estrella. Pero hay más. En la rueda de prensa en la que se anunció el acuerdo estuvo también presente el entrenador, José Ramón Eizmendi. Una simple imagen, pensarán algunos. Pero no. Su asistencia va más allá. Es la forma de vincular al entrenador de la Real, a un técnico de la casa, al futuro del club. Quizá el próximo año no esté sentado en el banquillo del primer equipo, pero cuenta para el presente y para el futuro de la Real. Badiola lo ha querido dejar claro con su presencia en esta convocatoria.
Dice Xabi que su situación contractual no ha influido en su rendimiento en el campo a lo largo de la temporada. Los números de Prieto en esta andadura en Segunda no son malos. Decir lo contrario sería faltar a la verdad. Con más de 2.400 minutos de juego, es el segundo jugador más utilizado de la plantilla, sólo superado por Asier Riesgo. Fijo en las alineaciones de Coleman y de Eizmendi, ha jugado todos los partidos, aunque en dos lo hizo saliendo desde el banquillo, ambos bajo el mando del galés. Lleva cuatro goles (uno de ellos de penalti) y cinco asistencias, y participó en las jugadas de cuatro goles más. Es decir, ha colaborado en 13 de los 36 goles que ha marcado la Real en las 29 jornadas que llevamos de Liga, algo más de la tercera parte de la cuenta anotadora del equipo.
Pero todos sabemos que Xabi Prieto puede dar mucho más de sí. Tiene más calidad que la práctica totalidad de los jugadores con los que nos hemos enfrentado. Y, aunque se le han visto buenas cosas, ha sido de forma muy intermitente. Todos sabemos que tiene una capacidad mucho mayor para influir en los partidos que lo que ha enseñado hasta ahora. Tiene magia en las botas, pero la vemos con cuentagotas. Alguna aparición en los partidos, pero no ese jugador desbordante y decisivo que intuíamos cuando debutó en el primer equipo, allá por octubre de 2003. A los mejores se les exige más, Xabi. Es el precio que hay que pagar por tener tanta clase. Enséñala más. Te estamos esperando.
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