sábado, febrero 22, 2014

REAL SOCIEDAD 3 - BARCELONA 1 Memorable honra al escudo

La celebración del primer gol.
El de hoy era algo más que un partido. Y es imposible encontrar una mejor forma de honrar al escudo que la memorable victoria que hoy ha conseguido la Real ante el Barcelona. Una victoria lograda con fútbol, con carácter y con ilusión. Jugadores como Sergio Busquets, acostumbrados a las mareantes alturas del fútbol, no se dan cuenta de lo que mueven con irrespetuosos gestos como el que desató el ataque de dignidad de Jagoba Arrasate en la Copa del Rey. Aunque él no lo entienda, ahí comenzó el Barça a perder este partido liguero. Y ahí comenzó a ganarlo la Real. Cuando este equipo siente el escudo y la camiseta, cuando logra esta sensacional comunión con su afición, es prácticamente imparable. Y el Barcelona no ha sabido parar a una Real que ha ganado por 3-1, que ha pasado por encima a su rival en todas las facetas del juego, y que ha debido lograr una goleada incluso mayor. Elustondo, Griezmann y Zuturuza, como autores de los goles, pasarán a la historia como los artífices de esta victoria, pero hoy, más que nunca, el triunfo fue de toda la Real. De toda. Y de su escudo.

Pensemos en cualquier faceta del juego. En todas y cada una de ellas, la Real fue hoy mucho más que el Barcelona. Mucho más. Y eso tiene dos explicaciones básicas. La primera está en su banquillo. De Arrasate se pueden decir muchas cosas, pero una de ellas no será nunca su falta de valentía. Tienes unas ideas y muere por ellas. Pero muere, además, sacando resultados y sorteando los muchos problemas que ha tenido desde que se sentó en el banquillo txuri urdin, lo que incrementa el peso de su valentía. Aún sin haber ganado nunca desde el ascenso de 2010, el Barcelona nunca fue tan claramente superado en Anoeta como lo ha sido hoy, porque la Real nunca había leído un partido con tanto acierto como en esta ocasión. Y si eso implica colocar a Elustondo en el campo, Arrasate le coloca. Si eso implica mantener a Zaldua en el once, se le mantiene. Y si eso supone tener en el banquillo a Pardo, Prieto o Chory, se les tiene. No hay unanimidad de los realistas en torno a sus decisiones, ni sería bueno que la hubiera, pero Arrasate se merece el aplauso por su tesón, por la firmeza con la que defiende su idea futbolística por encima de presiones.

La segunda explicación está en el campo. La Real tiene un auténtico equipazo, con una calidad como pocas veces ha tenido a lo largo de su historia, algo que no deja de crecer a tenor del resultado ya palpable del fichaje de Canales, y que ha sido capaz de superar el mayor freno que tenía: la falta de ambición. Esto arranca en Segunda División, con un Martín Lasarte que insufló espíritu ganador a un equipo que entonces se rompía con enorme facilidad, y con la inagotable buena estrella de Griezmann, y con el crecimiento que ha tenido esta generación y que va a permitir que tenga una continuidad en el futuro por el sensacional trabajo en Zubieta. Pero no se ganan los partidos sólo con calidad. Si algún chaval de Zubieta piensa que vale con ser muy bueno, hay que darle la grabación de este partido. Además de ser muy bueno, hay que luchar cada balón como si fuera el último. Bravo, Zaldua, Iñigo, Mikel, José Ángel, Markel, Elustondo, Zurutuza, Canales, Griezmann y Vela, y después Prieto, Ansotegi y Pardo, jugaron así hoy. Y así superaron al Barcelona desde el primer hasta el último minuto.

Porque el resultado fue de 3-1, pero pudo ser más abultado. Debió serlo, en realidad. Si hasta hoy el Barça siempre se adelantó en el marcador jugando con relativa comodidad en Anoeta, hoy no se acercó hasta el área de Bravo hasta el minuto 19, con un disparo de Pedro que se marchó fuera. La presión de la Real, cuando podía hacerla cerca de la parcela de Valdés, sí daba en cambio una enorme sensación de peligro continuo. Y ahí hubo un hombre que se antojó determinante en el desarrollo del partido: Canales. El ex valencianista ha demostrado en poco más de dos partidos que va a encajar con mucha facilidad en el fútbol de la Real. Cubriendo una inmensa cantidad de terreno, robaba y asistía. Él dio el primer aviso serio al Barça de que este partido iba a ser más duro de lo que seguramente pensaban robando un balón y provocando la tarjeta amarilla a un Busquets desbordado y que hoy no tenía el mismo sentido del humor que no dudó en mostrar en el partido de Copa. Vela compensó la ocasión de gol de Pedro con un doble disparo, el primero fuera y el segundo provocando la primera intervención de Valdés.

La Real, a diferencia de las últimas visitas del Barcelona, se adelantó en el marcador. Canales botó en corto un córner hacia Vela, el mexicano le devolvió la pelota y el reciente fichaje realista colocó un maravilloso centro en el área que peinó Elustondo, tocó en Song y se introdujo en la portería. La celebración de Elustondo estaba más que justificada, por la importancia del partido y por el desquite personal que supuso para él, no olvidemos que fue silbado ante el Barcelona en el duelo copero de hace diez días. La suerte, en todo caso, sonrió al Barcelona, porque empató casi en la siguiente jugada, tres minutos después. Fue su primer tiro a puerta, ya en el minuto 35, por supuesto una pequeña maravilla de un Messi hasta entonces desaparecido, anulado por el enorme trabajo de la Real. Sin la necesidad de buscar culpables en el gol sencillamente porque no los hubo, el enorme mérito del equipo txuri urdin fue no hundirse por tan temprano empate. Ayudó, probablemente, que la Real tuviera una inmejorable ocasión para empatar a renglón seguido, pero Vela, tras sentar a Piqué, disparó alto.

Con el empate a uno se llegó al descanso, pero también con la sensación de que el marcador no era justo con los méritos de uno y otro. La Real había hecho mucho más que el Barcelona en la primera mitad y había salido triunfante, incluso a pesar del empate en el marcador, con su empuje, su presión y su ambición. Había contenido espléndidamente al Barcelona, pero estaba jugando para ganar. En la segunda mitad, los primeros en golpear fueron los centrales. Bartra remató primero a las manos de Bravo y Mikel González después no encontró portería en otro testarazo a pesar de la mala salida de Valdés, en una falta con la que un bravísimo Zaldua, que firmó su mejor partido con el primer equipo, había conseguido una amarilla para Piqué. Casi a continuación, la Real se puso en ventaja. Un saque largo de Bravo fue peinado atrás por Bartra ante la presión de Zurutuza, habilitando a Carlos Vela. El mexicano, partidazo el suyo, cruzó el área con su envío para que Griezmann, en el segundo palo, rematara y superara la salida de Valdés. 15 goles lleva el francés. Cifras propias del crack que es.

El Barcelona quiso lanzarse a por el empate, pero Bravo ejerció una vez más del porterazo que es y sacó a córner un balón de Song que se colaba. Y justo después llegó el 3-1. Llegó porque el partido estaba mucho más para 3-1 que para 2-2 y hoy el fútbol fue justo con la Real. Griezmann colgó un balón al área desde la banda derecha y Zurutuza, colándose como un puñal por entre la defensa blaugrana y sin marca alguna, se adelantó a Valdés en su salida para subir al marcador la enorme superioridad que mostró el equipo txuri urdin durante todo el partido. Quedaba media hora para el final y el Barcelona, con Martino en la grada después de ver la roja en el túnel de vestuarios durante el descanso por menospreciar a Txema Lumbreras, quiso poner atacantes buscando recortar distancias. Arrasate respondió reforzando el centro del campo con Xabi Prieto y después la defensa con Ansotegi. Y el Barcelona apenas tuvo una ocasión de Messi, que Mikel González evitó como un jabato.

Por contra, la Real daba siempre sensación de peligro y sobre todo Vela estuvo cerca de firmar el cuarto al lanzar al palo un balón que le había cedido Prieto. Todo salió tan perfecto que hubo tiempo hasta para que Arrasate propiciara la ovación a Elustondo cambiándole en el descuento por Pardo. La felicidad era absoluta porque se ganó bien y siguiendo el plan. Más posicionalmente que con robos de balón, Markel, Elustondo, Zurutuza y Canales asfixiaron al Barcelona por el centro, haciendo que ni Messi ni Neymar fueran participes nunca del juego. Cuando el balón llegaba a los extremos, la defensa de la Real fue impecable, con un gran partido de José Ángel pero sobre todo uno excepcional de Zaldua, valiente apuesta de Arrasate y a quien ya se puede considerar ya como miembro de pleno derecho del primer equipo. Sufrir sólo se sufrió a balón parado, en los innumerables córners que botó el equipo culé. Y cuando tocaba salir, la inteligencia de Canales y la categoría de Griezmann y Vela bastaban para que el Barcelona se las viera y se las deseara para cortar cada avance realista.

Así fraguó Arrasate la victoria de la Real, porque fue su plan lo que salió bien y es justo reconocerlo. Luego los jugadores lo hicieron posible, pero se ganó desde el vestuario. O, como se ha dicho, desde el partido de vuelta de la Copa, porque todo eso cuenta, por mucho que técnico y jugadores le hayan querido quitar importancia. Quizá es su forma de decir que al Barcelona simplemente se le ha ganado hoy jugando mucho mejor al fútbol que el equipo de Martino. Y ojo, que eso tiene un mérito enorme. Cuatro años ya lleva el Barcelona sin ganar en Anoeta. Ni con su árbitro fetiche, un Fernández Borbalán, con quien el Barça acumulaba 15 victorias consecutivas. Ni con su liderato, que se queda en Donostia para que lo exhiba, quizá, el Real Madrid en su próxima visita. Ni con la prepotencia de algunos jugadores blaugranas y de algunos integrantes de su entorno, quienes hoy han de esconderse debajo de alguna piedra, derrotados por el fútbol y la dignidad de un equipo y de su escudo. La Real, con enorme brillantez, se mete de lleno en lo que busca, la pelea por la cuarta plaza. La que busca y la que poco a poco va mereciendo otra vez.

viernes, febrero 21, 2014

PREVIA Real Sociedad - Barcelona. Tenemos escudo, demostrémoslo

Así hizo Agirretxe el 3-2 de la temporada pasada.
Uno de los aspectos más maravillosos del fútbol es que permite revanchas con mucha facilidad. La Real fue eliminada de la Copa por el Barcelona y con detalles que no gustaron. "Tenemos escudo", gritó Jagoba Arrasate durante el partido, en una imagen de orgullo, reclamando la dignidad de la que algunos se querían mofar. Pues bien, llega la hora de la revancha. Diez días después de aquella eliminatoria, el Barcelona vuelve a Donostia (sábado, 20.00 horas, Anoeta, Canal + 1) y llega el momento de demostrar esa dignidad que tenemos y el valor del escudo que llevan los jugadores, el cuerpo técnico y los 30.000 aficionados que habrá en el estadio. Y los incontables que habrá lejos de allí. Tenemos escudo y tenemos historia. Una que habla de que Anoeta se está convirtiendo en un feudo casi inexpugnable en general y por completo para el Barça desde que la Real volvió a su lugar, a Primera División. El Barcelona, además, es líder, Y para colmo son tres puntos que pueden catapultar al equipo txuri urdin en su lucha por la cuarta plaza. Casi nada.

Sólo hay un cambio en la lista de Arrasate con respecto a los que se desplazaron a Málaga para lograr allí los tres puntos, y es el regreso de Carlos Martínez en lugar de Ifrán, que se quedará por tanto otra semana sin debutar después de su lesión. En principio, en la enfermería ya sólo queda Granero, con lo que el resto de las decisiones las ha tenido que tomar el técnico realista en base a criterios técnicos. Agirretxe, aunque participó en el último entrenamiento, ya había sido descartado en la rueda de prensa anterior por Arrasate. De la Bella y Estrada, aunque ya están con el grupo, no parecen haber llegado al mínimo ritmo competitivo que estima necesario el entrenador, algo especialmente reseñable en el primero, ya que José Ángel es el único jugador que no ha tenido descanso en lo que llevamos de año. Con una sola competición y una enfermería vacía, Ros vuelve a quedarse fuera y no parece probable que cuente con muchas más opciones de jugar.

Bravo estará bajo palos, con Zubikarai en el banquillo. En la defensa hay dos posiciones asignadas sin duda, la de José Ángel en la izquierda y la de Iñigo Martínez por el centro. Lo normal sería que, ya sin la necesidad de rotar, Mikel González recuperarse su plaza junto a Iñigo, aunque la apuesta por Ansotegi no es tan descabellada vistos los antecedentes. Y en la derecha, podría volver Carlos Martínez pero a nadie sorprendería tampoco la continuidad de un Zaldua que está respondiendo fenomenal a la confianza. Markel y Pardo parecen fijos en la medular, ya que no parece probable que Arrasate apueste por el tan criticado doble pivote Markel-Elustondo, y a partir de ahí comienzan las dudas, empezando por el esquema. Al no estar Agirretxe ni Ifrán, parece claro que Seferovic empezará desde el banquillo. De esta forma, Vela y Griezmann serán los más adelantados. Si Arrasate refuerza el centro del campo, Canales, Zurutuza y Xabi Prieto se jugarían dos plazas en el once. En un esquema algo más ofensivo, entraría Chory Castro.

La Real arranca la jornada en la sexta posición con los mismos 40 puntos que tiene el equipo que le precede, el Villarreal. Esta jornada sus rivales por la cuarta plaza jugarán más tarde que el conjunto txuri urdin. El Barcelona es líder, con 60 puntos, los mismos que tienen Real y Atlético de Madrid. Y Anoeta es un fortín. La Real acumula ya nueve partidos sin perder en su estadio (seis victorias y tres empates), en los que ha marcado 24 goles y ha encajado sólo cinco. Además, en toda la presente temporada sólo el Atlético de Madrid se ha llevado los tres puntos y esa ha sido la única derrota en los últimos 25 partidos jugados en el estadio donostiarra. Como local, y quitando a los tres colíderes, la Real es el equipo de la Liga que tiene un mejor promedio goleador en su estadio. El Barça, que se ha dejado puntos en tres de sus últimas cinco salidas, ha ganado ocho de los doce partidos que ha jugado en Liga lejos del Camp Nou y sólo ha perdido uno, el que disputó en San Mamés. A domicilio ha hecho 27 goles, una media de más de dos por partido.

En 66 ocasiones se han visto ya las caras en encuentro liguero disputado en suelo donostiarra la Real y el Barcelona, siempre en Primera División, y el balance es favorable a la Real, con 26 victorias, 23 empates y 17 triunfos para el conjunto blaugrana. En Anoeta han sido 17 los enfrentamientos, con igualdad total: cinco triunfos para cada equipo y siete empates. La mayor goleada conseguida por la Real, un 4-1, se produjo en dos ocasiones y las dos en Atotxa. La primera fue en la temporada 1930-1931, con dos goles de Bienzobas y uno de Cholín y Mariscal, y la segunda en la 1987-1988, con dos de Zamora y uno de Górriz y Bakero. La mayor goleada del Barcelona sí llegó en Anoeta, el 0-6 de la campaña 2000-2001. Desde que la Real volvió a Primera, el Barcelona se adelantó en los cuatro partidos jugados en Anoeta (tres de Liga y uno de Copa), incluso en dos de ellos con un 0-2, y no consiguió ganar ninguno de ellos, perdiendo dos y empatando otros tantos.

El encuentro de la temporada pasada, la 2012-2013, fue la remontada perfecta. Primero, por el escenario. Anoeta, casi abarrotado, vivió el encuentro en vísperas de San Sebastián, por lo que sonaron los tambores en su interior antes de trasladarse al resto de la ciudad. Messi adelantó al Barcelona en el minuto 6 y Pedro puso el 0-2 en el 24. Parecía que el Barcelona tenía el dominio, pero la Real tiró de casta. Chory hizo el 1-2 antes del descanso, devolviendo la ilusión por sacar algo positivo. El arranque de la segunda mitad fue un auténtico vendaval txuri urdin, que se llevó por delante a Piqué, expulsado por dos amarillas provocadas por Vela, y y puso el empate en el marcador, obra de nuevo de Chory Castro con un disparo tras el rechace de un córner que rebotó en un defensa y descolocó a Valdés. Cuando parecía que el 2-2 iba a ser el resultado final, ya en el último suspiro del encuentro, Carlos Martínez metió con su pierna izquierda un sensacional centro para que Agirretxe rematara al borde del área pequeña, adelantándose a Mascherano. Anoeta estalló de felicidad por una merecida victoria.

El Barcelona ya ha visitado Anoeta esta misma temporada, en el encuentro de vuelta de las semifinales de Copa, y tampoco pudo llevarse la victoria. El 2-0 del partido de ida, mediatizado por la actuación de González González y el penalti a Vela que no quiso pitar aún con 0-0, hizo que el Barça tocara el balón con tranquilidad pese al enorme trabajo txuri urdin. Messi hizo el 0-1 aprovechando un error de José Ángel. Pero la Real acabó empatando con una excepcional jugada que inició Canales con un desplazamiento en largo, continuó Chory con una asistencia al primer toque y finalizó Griezmann con un poderoso zurdazo. En el partido de la primera vuelta de la Liga, el Barcelona ganó 4-1. Con un equipo con el que Arrasate dio a entender que el choque no era tan importante en plena Champions, la Real ya perdía por 3-0 a los 24 minutos, con tantos de Neymar, Messi y Busquets. De la Bella recortó distancias en la segunda mitad pero la Real nunca creyó en la machada y encajó un tanto más, obra de Bartra.

martes, febrero 18, 2014

MÁLAGA 0 - REAL SOCIEDAD 1 Sufrir para escalar

La Real celebra el gol de Vela, que dio los tres puntos.
Jornada perfecta para la Real. El equipo de Jagoba Arrasate saltó al césped de La Rosaleda sabiendo que habían perdido los dos equipos que le preceden en la tabla, Villarreal y Athletic, y que los dos que le siguen, Sevilla y Valencia, habían empatado entre sí, con lo que ganar en Málaga suponía cerrar esta 24ª estación de la Liga de una forma insuperable. Y el conjunto txuri urdin sacó los tres puntos de un estadio que se ha convertido en talismán en los últimos años. Lo hizo con un golazo, anotado por Vela pero achacable a la calidad de todo el equipo del centro del campo en adelante. Casi a partir de ese momento, la Real se diluyó de todas las facetas del juego salvo de la defensiva y comenzó algo más de una hora de sufrimiento para mantener ese 0-1 y llevarse los tres puntos de vuelta a Donostia. Esta vez, y aunque es mal camino para conseguir victorias, sufrir dio su fruto y sirve para escalar. Con estos tres puntos, la cuarta plaza sigue ahí como claro objetivo.

El equipo que dispuso Arrasate, con un centro del campo formado por Markel, Pardo y Canales estrenando titularidad, estaba pensado para mandar y la Real salió mandando. Pocas veces lo habrá hecho con más comodidad que en los primeros veinte minutos del encuentro de Málaga. Pardo se imponía deliciosamente en el campo con y sin balón, robando como ya es bastante habitual más balones que Markel, que siempre mejora sus números en las segundas partes y con los partidos más rotos (un balón cortado al descanso, seis en total). Canales se mostraba con mucho acierto en una parcela de campo muy amplia y la conexión con Vela era notable. El Málaga, en cambio, salió asustado, quién sabe si por lo que demostró la Real desde el primer minuto o porque su situación en la tabla clasificatoria ya empieza a apretar. Bravo fue un espectador de lujo en esos minutos, pero incluso la línea defensiva txuri urdin veía el partido con una placidez bastante inusual.

La Real buscó el primero a balón parado, y Seferovic mandó arriba un córner botado por Pardo a la frontal. Era el minuto 2. Para el 7, la Real ya había decidido que quería ganar el partido por la vía rápida. Una sensacional asistencia de Canales, casi de espaldas, dejó a Vela presto para encarar a Caballero, pero estorbado por la defensa conectó un disparo muy flojo que atrapó sin problemas el guardameta argentino. El gol no tardó más que tres minutos más en llegar y fue un jugadón extraordinario. Pardo lo inició con un sensacional cambio de juego que atrapó Griezmann en la banda izquierda. Tras controlar el balón, su pase por arriba a la carrera de José Ángel encontró el magnífico desmarque de Seferovic hacia dentro, llevándose a dos defensas, y la magnífica entrada de Vela desde el segundo palo para rematar así a placer. Lo dicho, un gol extraordinario, de esos que si marcan los intocables adalides del tiki-taka se ven una y otra vez en los informativos. Y Vela pudo ser aún más decisivo, pero por algún extraño motivo la patada que le dio en el minuto 39 Antunes ya en el suelo, después de ganarse la amarilla con la falta, se quedó sin sanción.

La superioridad de la Real alcanzó más o menos hasta el minuto 20. No es que el Málaga bordara el fútbol a partir de ese minuto, ni mucho menos, pero con un mejor posicionamiento en el campo y una presión algo más acertada consiguió que el equipo txuri urdin se olvidara del magnífico trato que le había dado al balón en el primer cuarto del partido. Pero la virtud realista en Málaga fue que cerró por completo los caminos al equipo local, que no fue capaz de disparar sobre la portería de Bravo hasta pasada la media hora. El autor del disparo fue Iakovenko, que acabó el partido con un turbante que le tuvieron que retocar tres veces tras un choque fortuito con Iñigo Martínez, y sorprendentemente sin la tarjeta amarilla que merecieron sus cinco faltas. Bravo estuvo seguro en esa acción y en todos los balones que le llegaron. En la primera parte el chileno sólo tuvo que intervenir en esa jugada y en otro disparo centrado de Darder, en el último minuto, que atrapó en dos tiempos.

En la segunda mitad, la Real renunció ya por completo a la pelota, abrazó el sufrimiento que ya se intuía en el tramo final del primer acto y se encomendó a la heroica para sacar los tres puntos de La Rosaleda. Por lo que hizo la Real, bien pudo ser así, pero lo cierto es que no hubo más épica porque el Málaga no fue capaz de generar demasiadas ocasiones de gol y la seguridad de Bravo bastó para conjurar el peligro que rondaba la portería txuri urdin. Eso y el partidazo de Ansotegi, un auténtico mariscal en el centro de la defensa, que cumple cada vez que juega, además de la mejoría de Zaldua, que sufrió mucho en la primera mitad pero que en la segunda no sólo se entonó sino que fue el más valiente al ataque. El arrojo del lateral canterano estuvo a punto de darle el premio del gol, en una contra que montó junto a Vela a los diez minutos de la reanudación. Poco después, Seferovic disparó desde la frontal pero Caballero atrapó sin problemas en dos tiempos.

Para cuando llegaron esos dos ataques consecutivos de la Real, ya había avisado el Málaga con un disparo cruzado de Amrabat que no cogió portería. Los locales trataron de intensificar su dominio con los cambios, y poco a poco lo fueron consiguiendo. En respuesta, Arrasate trató de apuntalar el centro del campo. Colocó sobre el césped a Zurutuza y Xabi Prieto por un Canales muy interesante pero de más a menos y un Seferovic que sigue protagonizando actuaciones ingratas (no sólo por su responsabilidad, aunque es obvio que Arrasate quería algo más de la presión que aporta el suizo). Los cambios no funcionaron porque el control del partido estuvo siempre lejos de los méritos de la Real. En todo momento dio la impresión de que Pardo tenía que trabajar por tres, y ese sobreesfuerzo es lo que le convirtió en el tercer cambio del técnico realista, que dio minutos a Elustondo.

Duda, que entró en el descanso, y Roque Santa Cruz, la última bala del sancionado Schuster, fueron quebraderos de cabeza constantes para la defensa realista, el primero a balón parado y el segundo en los balones largos. Estos dos jugadores gozaron de las más claras ocasiones para el equipo local, pero Bravo estuvo segurísimo, atajando primero con firmeza una falta lanzada por Duda que le botó justó delante y sacando con las manos abajo un disparo cruzado de Santa Cruz. Ya en el descuento, de nuevo Santa Cruz pudo nivelar el partido, pero Iñigo Martínez se lanzó al suelo como un jabato para interceptar su disparo desde la frontal del área y conjuró el peligro. El partido acabó cuando Xabi Prieto tiró de oficio para forzar la amarilla de Duda en un despeje.

La Real sacó de Málaga tres puntos valiosísimos, que tenían un valor añadido viendo cómo había transcurrido la jornada antes de que el partido de La Rosaleda supusiera su punto final en el infame horario de los lunes. No lo hizo jugando un buen partido, porque hubo demasiados jugadores desconectados, ausentes o por debajo de su nivel. Seferovic sigue sin aportar lo que se espera de él e incluso se lo llegó a recriminar Griezmann en una jugada, a Markel le pasó por encima el partido (especialmente la primera mitad, aunque en la segunda sí ayudó mucho colaborando con los centrales), José Ángel estuvo dubitativo, Zaldua tuvo que pelear demasiado para que no le hicieran peligro por su banda, Griezmann estuvo desacertado en las pocas ocasiones en que pudo conectar con el balón y Zurutuza, clave para el juego realista, no llegó a entrar en el partido. Pero todo el equipo sufrió, corrió y presionó como tiene que hacerlo en los partidos en los que el fútbol no aparece. Eso que no normalmente no es suficiente en este partido es lo que le permite a la Real sumar tres puntos más y llegar a los 40. A cuatro de la Champions y escalando.

domingo, febrero 16, 2014

PREVIA Málaga - Real Sociedad. Concentrados ya en la Liga

Xabi Prieto hizo el gol de la victoria la temporada pasada.
Por penúltima vez en lo que queda de temporada, pues ya sólo queda una jornada de miércoles, la Real vuelve a la Liga sin tiempo para lamentarse por su partido entre semana (lunes, 22.00 horas, La Rosaleda, Cuatro). Champions y Copa ya son historia y al equipo txuri urdin ya sólo le queda el torneo de la regularidad de aquí a que se acabe la competición en mayo. Y el objetivo es claro: la cuarta plaza. Para ello, la primera parada es Málaga, una ciudad que no se le ha dado nada mal en los últimos años y ante un equipo, el local, que no está viviendo días fáciles, muy lejos de las posiciones de privilegio y con mucha irregularidad. Toca olvidar ya lo más exigente de esta temporada, lo que ha llevado a jugar miércoles y domingo prácticamente de forma ininterrumpida desde el mes de agosto, y buscar el ritmo parecido al del tramo final de la pasada campaña para volver a escuchar la música de Champions o, al menos, asegurar la plaza de Europa League que ya está defendiendo.

Viendo las novedades, hay decisiones importantes en la convocatoria de Jagoba Arrasate. Salen de la lista Agirretxe por lesión, Gaztañaga para volver de momento al Sanse (con el que ya jugó este sábado) y Ros, y entran Iñigo Martínez tras su sanción, Markel Bergara y Diego Ifrán, que se estrena así en una convocatoria tras la lesión que sufrió el pasado verano. Junto a Agirretxe, los únicos jugadores que siguen lesionados son Estrada y Granero. Eso quiere decir, en primer lugar, que se recupera la normalidad en el centro del campo, con Ros como primer descartado. Después, en los laterales, que Zaldua está ahora mismo por delante de Carlos Martínez y que De la Bella aún no tiene ritmo de competición a ojos de su entrenador. Y tercero, que se recupera la versión original del centro del campo, con Markel y Elustondo como los jugadores a los que acudir en la posición de cuatro y en principio Gaztañaga de nuevo en el filial para seguir sumando minutos de competición.

Teniendo en cuenta estos detalles, el once que puede presentar Arrasate arrancaría de nuevo con Bravo bajo palos, finalizada la titularidad de Zubikarai en la Copa. En la defensa hay tres puestos a priori seguros, los de Zaldua y José Ángel en los laterales y el de Iñigo Martínez en el centro. La duda es quién le acompañara, aunque lo lógico es que vuelva la pareja habitualmente titular, la que forma Iñigo con Mikel González. Por delante de ellos estarán Markel y Pardo, éste segundo después de no jugar ni un minuto contra el Barcelona, aunque no se puede descartar que el acompañante de Markel sea Zurutuza. El propio Zurutuza, Prieto y Canales se juegan la posición de mediapunta. Vela y Griezmann serán titulares salvo sorpresa y la ausencia de Agirretxe le abre al técnico la posibilidad de jugar otra vez sin nueve puro, lo que daría un puesto en el once a Chory Castro. Seferovic es la otra opción. Ansotegi, Elustondo e Ifrán, que parecen tener menos opciones de ser titulares, completarían el banquillo.

Una jornada más y pase lo que pase en su partido y en el de sus rivales, la Real no se moverá de la sexta plaza que ocupa con los 37 puntos que suma. El Villarreal, que ya ha perdido su partido de esta jornada (aunque tiene el average particular ganado y siete goles de diferencia en el general), tiene 40, mientras que el Sevilla había sumado seis puntos menos que la Real en las primeras 23 jornadas. El Málaga está en zona de peligro y antes de iniciarse la jornada era decimosexto con 24 puntos. A domicilio, la Real ha logrado trece puntos, gracias a tres victorias y cuatro empates, aunque sólo ha sumado un punto y ha encajado nada menos que once goles en sus tres últimas salidas. Fuera no conoce la victoria aún en 2014. En general, tras empatar en Anoeta contra el Levante, el equipo txuri urdin suma cinco de los últimos quince puntos en juego. El Málaga como local es muy poco fiable y ha ganado los mismos partidos que ha perdido, cinco, con un único empate. Aunque sólo ha caído en uno de los últimos cuatro en La Rosaleda, suma en total apenas cuatro de los últimos 18 puntos en disputa y viene de caer goleado en Vallecas.

La Historia dice que la Real ha puntuado en casi la mitad de sus viajes a Málaga. De 31 partidos jugados, nueve acabaron con victoria txuri urdin y seis en empate. En Primera División han sido 28 los encuentros, con 14 victorias para el Málaga, ocho para la Real y las seis igualadas que se han producido entre ambos contendientes. La victoria más clara de la Real es el 1-5 de la temporada 2004-2005, con dos goles de Kovacevic y Nihat y uno más de Labaka. La peor goleada sufrida por el conjunto donostiarra es el 5-2 de su primer partido en Málaga, en la temporada 1949-1950. Completan la estadística tres encuentros en Segunda, con una victoria realista (0-2 en la 2007-2008) y dos derrotas (ambas en los años 40, 4-2 en la temporada 1946-1947 y 3-1 en la 1948-1949). El equipo realista ha vencido en tres de sus últimas cuatro visitas y empató en la otra, no pierde en La Rosaleda desde el 3-1 de la temporada 2005-2006 y apenas ha cosechado esa derrota en sus últimas nueve visitas.

La última vez que se vieron las caras en La Rosaleda, en la temporada 2012-2013, la Real encontró en Málaga un punto de inflexión en su hasta entonces errática trayectoria con Montanier como técnico. En el único partido en el que Illarramendi y Pardo jugaron juntos en el centro del campo, la Real se exhibió por momentos, gracias también a que cobró ventaja en el primer minuto. Chory robó el balón, se lo cedió a Ifrán, y éste desde la banda izquierda envío el cuero a Vela para que hiciese el 0-1. Conteniendo francamente bien al Málaga, el equipo txuri urdin encajó el empate defendiendo muy mal un córner, ya en el minuto 36, en el que Saviola consiguió llevar el balón al fondo de la portería. Aunque el Málaga dominó el arranque de la segunda mitad gracias a los cambios, fue la Real el equipo que marcó. Xabi Prieto recibió un rechace dentro del área y regateó con su temple habitual a Caballero para marcar a puerta vacía. Zubikarai salvó después el empate. En Málaga, lugar entonces de Champions, cambió el rumbo de la Real para llegar precisamente a ese objetivo.

jueves, febrero 13, 2014

REAL SOCIEDAD 1 - BARCELONA 1 Una noche de orgullo

Vela, en su ocasión de la primera mitad.
La Real no jugará la final de la Copa del Rey, pero ha protagonizado una noche de orgullo. No ha sido el partido para la historia que soñaba la afición realista, pero sí la demostración de que la Real es grande. Enorme. 28.153 espectadores han desafiado un horario deleznable, la tarea imposible en la que se convirtió la eliminatoria con la actuación de González González en el Camp Nou, el dañino 2-0 que logró el Barcelona aprovechando errores realistas y los deseos nada ocultos de Tebas de que la final fuera la que va a ser. Otro error de los de blanco y azul, esta vez de José Ángel, dio al equipo blaugrana la ventaja en Anoeta y la sentencia a la eliminatoria. Pero el orgullo que llena a este equipo, la fuerza que emana de la camiseta y el escudo que defienden quienes los portan, además de la comunión con una grada entregada, merecedora de elogios sin medida y que se negó a ver la evidente derrota, llevó a la Real al empate. El Barça nos deja sin final, pero sigue sin ganar en Anoeta. Habrá revancha. Esta equipo no va a dejar que pasen otros 26 años sin una semifinal.

Para intentar la gesta, Arrasate apostó por un centro del campo formado por Gaztañaga, Zurutuza y Xabi Prieto, con Vela, Griezmann y Seferovic por delante. Y la apuesta era clara. Daba igual durante cuánto tiempo quisiera tocar la pelota el Barcelona en su propio campo, hasta que no pasaran con cierta profundidad la línea divisoria no había necesidad de forzar la presión, a menos que se viera una buena opción de hacer sangre, algo que Pinto arriesgó en más de una ocasión con la fortuna de no fallar. El técnico realista interpretó con acierto que la idea del Barça iba a ser la de tocar, tocar y tocar para que los minutos pasaran. Y eso el equipo de Martino lo hace desde su propia línea defensiva. Es verdad que de esa forma se daba por perdido el centro del campo y que el Barcelona tocó mucho y con mucha libertad, pero no fue una mala apuesta, como tampoco lo fue la del Camp Nou. Con los métodos tradicionales, la Real llegaba casi siempre a los descansos de los partidos contra el Barcelona con una desventaja de dos o más goles. Así, la intensidad cogió le protagonismo y ahí el duelo fue titánico.

Lo fue porque en la Real la presión funcionaba, sostenida por un Gaztañaga sensacional que ya se ha ganado un puesto en el primer equipo, muy por encima de todos los que han jugado en su posición a lo largo de la temporada y con una regularidad espectacular. El problema era que el balón le duraba muy poquito en los pies a los jugadores realistas, y no necesariamente porque buscaran el balón largo de forma inmediata. Y también porque de todos los jugadores que podían tener un papel en el ataque sólo Vela parecía lo suficientemente enchufado para cumplir su cometido. La conclusión es que la defensa estaba siendo impresionante, con una concentración digna de elogio, pero al mismo tiempo parecía complicado llevar un balón al área de Pinto, incluso contando con un jugador más que en el Camp Nou para esa tarea. De todos modos, el partido pudo cambiar si en el minuto 9 el asistente no señalaba fuera de juego a Seferovic en una jugada en la que ya sólo faltaba un toque al centro del área para marcar el 1-0 a placer. Ante la duda, que no tendría por qué haber tenido, en dos ocasiones ese mismo linier decidió cortar el ataque realista, algo que en la segunda parte no hizo con las internadas de Messi o Alves.

El éxito del planteamiento de la Real fue que redujo las ocasiones del gol del Barcelona a la mínima expresión. En la primera mitad, Mikel González cortó un centro de Pedro desde la izquierda y Zubikarai despejó con acierto un disparo de Alves que había tocado en la bota de Zurutuza. Y ya. Eso sí, a la Real le costó un mundo llevar el balón al campo contrario. El propio Zurutuza tuvo una clara opción de disparo tras el rechace de un córner, pero su volea, que estaba en condiciones de generar mucho peligro, se marchó muy desviada. Con el partido presidido por la intensidad, fue la falta de ella lo que movió el marcador. José Ángel cometió un error grave en el centro del campo, queriendo dejar un balón de primeras y en el aire, y lo que hizo fue dejárselo a Messi para que lanzara su carrera con la defensa realista descolocada. Por supuesto, Messi no falló. Llevó la pelota hasta la frontal del área zigzagueando para despistar a los defensores y conectó un disparo que Zubikarai llegó a tocar pero que le rebotó al portero realista para introducirse en la portería.

Ahí se acabó definitivamente la semifinal, aunque en realidad se había acabado en aquel minuto del Camp Nou en el que González González no quiso señalar el clamoroso penalti que Mascherano cometió sobre Vela y expulsar al defensa argentino, el Barcelona marcó el 1-0 en la siguiente y después el colegiado sí se atrevió a mandar a la ducha a Iñigo Martínez, con el oído que no demostró tener cuando la misma expresión que escribió en el acta se la espetó Busquets bien a él o bien a Zurutuza, sancionables en ambos casos. La Real, no obstante, se olvidó del marcador, no quiso pensar que tenía que marcar cuatro goles para superar esta semifinal, y mantuvo el plan. A diferencia de lo que pasó en Barcelona, la ocasión que buscaba llegó esta vez después del error propio que le costó el gol. Vela controló el balón dentro del área, y el esférico acabó superando a Pinto casi llorando, pero con tiempo suficiente para que Alves lo despejara a córner. Con el 0-1 terminó la primera mitad y probablemente todas las esperanzas de lograr el milagro. ¿Acaso se vació Anoeta como el Calderón 24 horas antes cuando vieron perdida su eliminatoria? Ni mucho menos. Anoeta jugó hasta el final.

Que a la casta de la Real le faltaba suerte era algo que había quedado claro ya desde el Camp Nou, pero el palo volvió a evidenciarlo al poco de arrancar la segunda mitad. Vela conectó un zurdazo sensacional que superó a Pinto pero que se estrelló en la madera de forma espectacular. Era el minuto 54 y para entonces el partido se había partido por completo. Eso permitió al Barcelona tener algunas ocasiones bastante claras, pero se topó con la figura de la eliminatoria, Zubikarai. Sobre todo con una doble parada que hizo primero a Messi y después a Cesc pero también con un mano a mano que le sacó a Dani Alves, el de Ondarroa, el portero suplente de Bravo, se ganó crédito ilimitado para jugar en cualquier circunstancia en que sea necesario. Eñaut ha firmado una Copa sobresaliente y contra el Barcelona se ha doctorado. Siendo eso algo fundamental para entender su trayectoria en la Real, Zubikarai ya no es sólo el portero del ascenso. Ya es un portero de Primera.

Arrasate corrigió con sus cambios algunos detalles que no terminaron de salir bien. Sacó primero del campo a Seferovic, que no fue capaz de cumplir el papel asignado, no se anticipó a ningún balón y no generó ninguna ocasión de gol, y puso sobre el césped a Chory Castro, entregado sin final al esfuerzo aún sabiendo que no habría premio. Después quiso cortar el correcalles en que se había convertido el partido, y puso a Elustondo (al que Anoeta recibió con silbidos) en lugar de un Gaztañaga ejemplar. Y finalmente, dio diez minutos a Canales por Xabi Prieto. Y Canales dio motivos para la esperanza. Llegó a firmar tres pases sensacionales, uno de los cuales acabó dando a la Real el premio que merecía por el corazón que le puso a esta hazaña imposible de la remontada. Su balón en largo para la carrera de Chory Castro por la izquierda encontró dos toques de primeras absolutamente magistrales, primero el del uruguayo para colocar el balón en la frontal del área y allí el de Griezmann para pillar a Pinto a contrapié y subir el empate al marcador. Otro de esos goles que si los hubiera firmado el rival habrían conseguido elogios desmedidos. Siendo ya el minuto 88, la pena es que no hubo opción real de buscar al menos el 2-1.

Aún no habiendo ya eliminatoria para cuando ese gol llegó, la segunda parte retrató al fútbol que nos quieren vender. Un Barcelona sublime, sí, uno que dominó el partido con su toque continuo en corto para tratar de desfondar a una Real que, con su esfuerzo, se ganó el empate. Pero un Barcelona, recordemos, no ganó el partido ante una Real con canteranos en su once inicial. Uno que, habiendo sido claramente beneficiado en la ida, no dudó en buscar otra vez la aquiescencia arbitral con malas artes. Busquets exageró ya en la primera mitad un toque de Vela buscando la roja. Pedro e Iniesta, sin ver tarjeta por ello, no dudaron en volar en el área de Zubikarai para provocar inexistentes penaltis, en una actitud diametralmente opuesta a la de Vela en el Camp Nou, que por encima de todo quiso jugar. Teixeira Vitienes, sabedor de que la final soñada por tantos era el condenado Barcelona - Real Madrid, negó hasta las migajas a la Real con su triste arbitraje, decisivo sólo en los mencionados fueras de juego de la primera mitad pero desquiciante en muchos detalles. Y Cesc, ya en el descuento, lanzó una durísima entrada a Canales que no venía a cuento, desatando las iras de Arrasate, que no dejaba de señalarse el escudo que llevaba en su chaqueta y sobre su corazón con un enfado monumental. Quien quiera entender el mensaje, ahí lo tiene.

La Real quedó eliminada, pero cayó de pie, sin perder el partido de vuelta ante su gente, una gente que ha demostrado, una vez más y ya son incontables, que no hay otra afición como la realista. Se podrá pensar que la Real planteó esquemas muy defensivos en ambos partidos, pero tampoco se puede negar que la Real ha perdido esta eliminatoria por un marcador mucho más ajustado de lo que la mayoría esperaba, 3-1, sin duda mucho más cerrado que la derrota que se llevó el Atlético de Madrid en la otra semifinal, nada menos que un 5-0. Y se ha encontrado por el camino algunas buenas noticias. Mantiene la imbatibilidad en Anoeta contra el Barcelona, que no es poco premio para lo complicada que estaba ya la eliminatoria. Zubikarai se ha reivindicado. La Real ha encontrado dos jugadores de futuro y de presente en Gaztañaga y Zaldua. Pero sobre todo ha vuelto a demostrar al mundo que no hay una afición como la suya. Ellos, vosotros, nosotros, somos los que hacemos que la Real sea campeona todos los días de su vida. Haya o no finales de por medio. Pero que quede claro que, con este corazón y con el talento que hay en el equipo, no pasarán muchos más años antes de volver aquí. Y habrá revancha.

martes, febrero 11, 2014

PREVIA Real Sociedad - Barcelona. La historia se escribe con ilusión y unión

El gol de Agirretxe de hace un año.
Llegó el día (miércoles, 22.00 horas, Anoeta, Antena 3). 26 años años después, la Real se juega de nuevo el pase a la final de la Copa del Rey. Esta vez lo hace en Anoeta, con la rabia que provocó el arbitraje de González González en la ida, con un horario terrible y con todo en contra ante el Barcelona, sobre todo ese 2-0 que se dio en el Camp Nou. Pero la historia se escribe en noches como ésta, con la ilusión de demostrar que el fútbol sigue siendo un deporte en el que todo es posible, con la magia que desprende la camiseta txuri urdin y que ha sido heredada de generación en generación para que la actual viva por fin su momento de gloria en esta competición, y con la unión que ha de haber entre equipo, afición, escudo y fútbol. Todo eso es lo que puede conducir a la Real a vivir una de las noches más mágicas de su historia reciente. O, al menos, para morir de pie ante los elementos. 90 minutos, dos goles para la prórroga, tres para ganar y tres de ventaja si el Barça marca un gol. Esa es la forma de escribir la historia.

La gran noticia para Jagoba Arrasate es que la enfermería la tiene ya prácticamente vacía para afrontar el partido, el más importante de la temporada porque superar la eliminatoria ante el Barcelona, además de una final, da el billete para disputar la Europa League. A la baja por sanción de Iñigo Martínez, que cumplirá el primero de los partidos de sanción en Copa que siguen a su expulsión en el Camp Nou, sólo se unen Estrada y Granero. Es decir, que el técnico realista tiene a su disposición a los 20 jugadores restantes de la primera plantilla más Zaldua y Gaztañaga, ya habituales en el grupo. Los cuatro descartes se conocerán horas antes del partido, pero no hay mucha información sobre quiénes podrían ser porque no están nada claros los planes del técnico. En condiciones normales, dos de ellos serían los potrillos, pero que no esté Zaldua dependerá del estado de De la Bella y Gaztañaga ya tiene muchas opciones de seguir ahí por su espléndido rendimiento.

Si adelantar la convocatoria es complicado, mucho más lo es adivinar el once que pondrá en liza Arrasate. Las dudas arrancan desde la portería, aunque parece probable que Zubikarai seguirá siendo el portero de la Copa. Ante la ausencia de Iñigo Martínez, los centrales serán Ansotegi y Mikel González. A partir de ahí, muchas incógnitas. Parece seguro que Carlos Martínez ocupará el lateral diestro y seguramente José Ángel el izquierdo. Markel estará por delante de ellos, pero sus dos acompañantes no están nada claros. Gaztañaga, Zurutuza, Pardo, Elustondo, Prieto y Canales tienes opciones en esas dos plazas. Por delante de ellos también se puede dar por segura, como en el Camp Nou, la presencia de Griezmann y Vela. Pero para el nombre que complete el once primero habría que saber qué esquema pretende usar Arrasate. Si repite el del Camp Nou, serán tres los lugares a completar por los seis centrocampistas. Si juega sin nueve, entrará Chory Castro, o quizá Canales. Y si hay nueve, tendrá que decidir entre Agirretxe y Seferovic. Para recibirles a todos ellos, habrá concentración en el estadio a las 20.00 y kalejira desde el Boulevard a las 19.00.

Desde que la Real ascendió a Primera División al final de la temporada 2009-2010, el Barcelona no ha sido capaz de ganar en el estadio de Anoeta. Perdió por 2-1 en la temporada 2010-2011, empató a dos en la 2011-2012 después de ir ganando 0-2, y dilapidó la misma ventaja ante una arrolladora Real que logró un enorme 3-2 en el último minuto en la 2012-2013, con aquel mítico gol de Agirretxe en la víspera de San Sebastián. En las 67 visitas del Barcelona a la Real en su estadio, 26 acabaron con triunfo txuri urdin. De todas esas, sólo los resultados de tres de ellas le darían el pase en esta eliminatoria tras el 2-0 de la ida, el 3-0 de la 1928-1929, el 4-1 de la 1930-1931 y el 4-1 de la 1987-1988. Ese 2-0 que mandaría a la prórroga se ha dado en seis ocasiones. En la presente temporada, la 2012-2013, la Real ha ganado siete de sus once partidos como local, y todas esas victorias menos el 4-3 al Celta le bastarían para al menos forzar la prórroga. El Barcelona sólo ha perdido un partido a domicilio esta temporada en Liga y fue por 1-0 en el nuevo San Mamés.

La historia es una enemiga más para la Real. De las quince semifinales de Copa anteriores, en ocho cosechó un resultado negativo en el partido de ida. Y nunca consiguió una remontada como la que necesita ahora. Cuando sí consiguió darle la vuelta a la eliminatoria fue en los octavos de la temporada 1979-1980 ante el Barcelona. Perdió la Real 2-1 en el Camp Nou y venció después en Atotxa por 3-0. El 2-0, en cambio, es un resultado que jamás ha conseguido remontar la Real cuando se ha traído de un partido de ida disputado a domicilio. Le sucedió en siete ocasiones precedentes y cayó eliminada en todas ellas. Lo igualó en las temporadas 1934-1935 ante el Unión y en la 1994-1995 ante el Numancia, pero en la primera fue eliminada en un partido de desempate que acabó 3-0 y en la segunda por penaltis. La última vez que la Real encajó un 2-0 en Copa fue precisamente la temporada pasada ante el Córdoba y en la vuelta Anoeta vio un 2-2. El Barcelona ha conseguido nueve veces un 2-0 en un partido de ida de la Copa y sólo en una ocasión fue eliminado. Y fue hace nada menos que 81, en la temporada 1933-1934, cuando el Betis remontó ese marcador con un 4-0.

En Donostia, siempre hasta ahora en Atotxa, se han jugado once encuentros de Copa entre la Real Sociedad y el Barcelona, con un bagaje favorable a los blaugranas, que se han llevado para tierras catalanas cinco victorias y tres empates, por sólo tres triunfos del equipo txuri urdin. Siempre que la Real ganó en Atotxa consiguió la clasificación, lo hizo en con el mencionado 3-0 de la temporada 1979-1980 y con el 5-1 del partido de ida de 1968-1969, que el Barça no pudo remontar con el 3-0 de la vuelta. Ese 5-1, con dos goles de Urreisti y uno de Silvestre, Arzak y Gaztelu, es la mayor goleada realista al Barça en Copa. Su otra victoria fue el 5-4 de la liguilla previa de la temporada 1927-1928, en la que ambos equipos acabarían disputando la final. El 1-3 que logró en los cuartos de final de la temporada 1918-1919 es la más clara de las cinco victorias cosechadas en Atotxa por el Barcelona. El último choque, el de la 1989-1990, acabó con el marcador de 0-1 para el Barça, gol de Julio Salinas, aunque en el Camp Nou hiciera falta una prórroga para que el equipo catalán siguiera adelante.

domingo, febrero 09, 2014

REAL SOCIEDAD 0 - LEVANTE 0 Paso atrás de la Real ante el fútbol pedestre de Caparrós

Keylor Navas se estira. El penalti a Agirretxe es anterior.
La Real dio un paso atrás en su objetivo de alcanzar la cuarta plaza. Paso atrás porque otra vez no fue capaz de marcar ningún gol y eso provocó que el Levante se llevara un punto de Anoeta. Más era imposible porque el fútbol pedestre que plantean los equipos de Joaquín Caparrós no suele aspirar a más. Hoy, desde luego, no lo hizo, convirtiendo a Bravo en un espectador más. Pero como espectador fue mucho más dañino Clos Gómez, que se sumó a la táctica del Levante durante los 90, consintiendo su juego violento sin las necesarias tarjetas que cortarían de raíz una forma de jugar al fútbol por lo visto sólo denunciable si los afectados son Cristiano Ronaldo o Messi. Para no variar la tendencia, Agirretxe fue objeto de un claro penalti que David Navarro reconoció tras el partido ante las cámaras sonriendo cuando se le preguntó por la jugada aunque sus palabras lo dejaran en el aire. Si a eso se junta el espectacular partido de Keylor Navas, uno más en la temporada brutal que está haciendo, el 0-0 inicial era la única opción posible para el partido.

No hubo sorpresas en Anoeta en la forma de jugar de los dos contendientes. La Real maneja los partidos con más lentitud que la temporada pasada, esperando las oportunidades de que sus jugadores atacantes brillen. Hoy tocaba tener la pelota, sobarla, mimarla, moverla de un lado a otro del campo buscando los huecos en la aparentemente monolítica defensa del Levante. Y en ese aspecto, los de Jagoba, con el once esperado, cumplieron razonablemente bien durante los 90 minutos, brillantemente en las ráfagas que más le acercaron al gol y generando suficientes ocasiones de gol en cada periodo. El Levante, por contra, sólo tenía un objetivo: defender. Evidentemente, cada uno juega el fútbol que quiere o que puede, pero lo realmente desesperante es que sus continuas faltas no encuentren el necesario castigo. Se habla de premiar el fútbol de ataque o de proteger a las estrellas y es mentira. Eso sólo sucede en ocasiones muy puntuales y nunca a favor de quienes visten de txuri urdin, porque no es la primera vez que sucede en Anoeta.

El principal acertijo que se plantea el aficionado realista esta temporada, y este partido incide en ello, es saber qué ha limitado a algunas zonas de los partidos el frenético ataque desbocado que lucía la pasada campaña. Puede ser que la fuga de Illarramendi y la ausencia de un recambio de similares características haya obligado a reducir el ritmo de juego, puede ser que el cansancio acumulado por la Champions y la prolongada trayectoria en la Copa sea otro factor, o quizá las lesiones hayan mermado al equipo en lo que más necesitaba para lograr esa continuidad. O quizá es una mezcla de todo. El caso es que Anoeta vive esta temporada partidos más fríos. El de hoy, lo fue. No hubo noticias certeras de la chispa ofensiva de la Real hasta casi el primer cuarto de hora, cuando Griezmann peinó un centro desde la derecha para que Agirretxe fuera el primero en toparse con un enorme Keylor Navas. Cinco minutos más tarde, Griezmann enganchó un disparo envenenado que Agirretxe acertó a tocar y el guardameta levantinista consiguió despejar antes de que traspasara la línea.

El equipo titular ante el Levante.
Es en esa jugada donde Agirretxe fue objeto de penalti. Como sucedió en Barcelona con la ya famosa jugada entre Mascherano y Vela, el hecho de que hubiera un disparo fue erróneamente interpretado por el colegiado. Como explicó el mexicano, de no mediar falta un delantero tiene más opciones. Si Agirretxe no es obstaculizado, quizá Keylor Navas no habría tenido tiempo de llegar a sacar la pelota. Fue la única jugada de esas que en el cómputo arbitral se consideran decisivas, porque el gol anulado a Vela ya en la segunda mitad fue un acierto del asistente. Pero la labor del árbitro ha de analizarse más en profundidad y por desgracia sólo se hace cuando conviene. Si un equipo integra las faltas continuas en sus táctica, ha de ser sancionado por ello. Nada de dialogar o de dar la ley de la ventaja que lleva tarjetas al limbo, como sucedió en Anoeta Antes de los minutos finales, cuando una amarilla ya deja de tener valor, el Levante sólo vio la de Vyntra, y al final del encuentro, pese a ver señaladas en su contra el doble de faltas, el equipo de Caparrós sólo había visto una tarjeta más que la Real.

El golpe de gracia de Clos Gómez fue el descuento. A pesar de que Keylor Navas perdió casi dos minutos tirándose al suelo por un golpe recibido tres jugadas atrás, y de que otro jugador del Levante estuvo casi uno tirado en el suelo ya en la prolongación, el árbitro apenas dio cuatro minutos y no sumó ni un segundo más. Era evidente que este árbitro, el mismo que en la batalla campal del Bernabéu del pasado miércoles en Copa apenas mostró cinco tarjetas amarillas (exactamente las mismas que hoy, que cada cual juzgue por tanto si el suyo fue un buen arbitraje en aquel partido o en éste), no iba a frenar al Levante, y por eso la Real se armó de paciencia. Y tuvo tanta en la primera que su segundo arreón no llegó hasta los minutos finales. La mejor ocasión para marcar fue doble, y ambas las tuvo Griezmann. Primero conectó un gran zurdazo después de una preciosa dejada de Xabi Prieto y después fue un cabezazo. En ambas ocasiones se encontró, como no podía ser de otra manera, con Keylor Navas. ¿Y el Levante? Sólo tuvo una aproximación de peligro, un disparo de Barral buscando el primer palo que Bravo, aunque dio la impresión de que no iba a coger portería, envió a córner.

Para el Levante, por su planteamiento y por sus deseos futbolísticos, era absolutamente imposible llegar a la portería de Bravo si no mediaba una enorme casualidad o una catástrofe defensiva. Esa ocasión de Barral tuvo una causa muy clara, una grave pérdida de balón de un Markel Bergara intrascendente en el partido para todo lo que beneficiaba a la Real y peligroso en esas jugadas, pues nada más comenzar el segundo tiempo protagonizó una segunda pérdida que el Levante esta vez ni siquiera consiguió convertir en ocasión de gol. Tan desafortunado fue el partido de Markel que hasta se llevó más de un golpe, especialmente un codazo de Barral, un jugador que siempre sorprende que acabe los partidos sin ver la tarjeta amarilla, tal y como sucedió en el de hoy. Como en la primera mitad, el Levante no vio la portería de Bravo en la segunda hasta las postrimerías del encuentro, esta vez con un córner que se paseó por el interior del área hasta que finalmente el chileno atrapó la pelota. ¿Tiros a puerta del Levante en todo el partido? Ninguno. Ahí está la explicación a uno de los dos ceros del marcador.

Los motivos del otro cero fueron los ya apuntados. Al margen de la actuación del Levante y del árbitro, a la Real le faltaron suerte y acierto. Un Chory Castro voluntarioso pero que no pudo marcar diferencias tuvo su mejor ocasión al cuarto de hora de la reanudación, con un disparo que cogió una magnífica parábola y que, por supuesto, Keylor Navas envió a córner. El uruguayo fue el primer sustituido por Arrasate, para dar entrada a Vela en el partido. Antes de eso, Agirretxe estuvo cerca del gol con un espléndido control dentro del área, pero al girarse para enfilar la portería se le adelantó David Navarro. Y entre ambos, usurbildarra y mexicano, fabricaron la ocasión más bonita de la Real. Vela arrancó casi desde el centro del campo, recibió una precisa pared en corto de Agirretxe, y el disparo del recién incorporado al partido se marchó lamiendo el palo. A continuación llegó el ya mencionado gol anulado a Vela, que estaba ligeramente adelantado cuando remató con acierto un magnífico centro de un Griezmann algo más fallón que de costumbre.

Hasta ahí aguantó Jagoba para hacer sus dos cambios finales, ofensivos y acertados sobre el papel. Canales y Seferovic entraron por Markel y Agirretxe, dejando a Pardo como pivote único. Lo que falló en los cambios, además de que Seferovic sigue arrastrando una ansiedad que le impide acertar, es que Canales no pudo entrar demasiado en juego y sí notó en alguna jugada que falta la intuición que dan los partidos y los entrenamientos para entender a sus compañeros. Pero lo más arriesgado de su apuesta no tuvo efectos negativos y el entramado defensivo de la Real se sostuvo sin problemas ante la negativa del Levante a emplear la pelota. La entrada de Vela, que sufrió un par de contundentes patadas por detrás, sí había mejorado el juego realista, pero no fue suficiente. Seferovic, con un cabezazo que pareció a destiempo tras un buen centro de Xabi Prieto, fue quien más cerca estuvo del gol. A la Real le faltó temple en los minutos finales para hincarle el diente al Levante y cayó tantas veces en su trampa que en esos minutos finales Clos Gómez casi igualó la estadística de tarjetas amonestando a Iñigo y a Carlos Martínez.

El marcador final.
La Real mereció ganar, que nadie lo dude, por mucho que el resultado pueda desatar alguna crítica al equipo. Pero con este empate se queda a las puertas de lograr su récord de victorias consecutivas en Anoeta, quedándose en el mismo registro que logró el equipo entrenado por Javier Irureta en la temporada 1995-1996. Eso es lo anecdótico. Lo trascendente es que se pierde una oportunidad de seguir escalando. Es verdad que se recorta un punto al Villarreal, a la espera de lo que haga el Athletic en Vigo en el partido que cierra la jornada, pero es un ritmo insuficiente. Este tramo de la temporada está siendo duro a la Real, que ha sumado sólo una victoria en los últimos cinco encuentros. A pesar de todo, la quinta plaza está a tres puntos (con el average con el Villarreal prácticamente perdido con el 5-1 de El Madrigal, no hay que olvidarlo) y la cuarta estará como mucho a nueve en caso de triunfo del Athletic. Son distancias a tener en cuenta pero no son insalvables. En todo esto habrá que pensar desde el jueves, después de que, para bien o para mal, quede atrás la semifinal contra el Barcelona.

sábado, febrero 08, 2014

PREVIA Real Sociedad - Levante. Buscando una victoria histórica para iniciar la remontada de Champions

Así forzó Vela el penalti la temporada pasada ante el Levante.
La Real busca una victoria histórica (domingo, 19.00 horas, Anoeta, Canal + Liga y Gol TV), que sería la séptima lograda de forma consecutiva en Anoeta, algo que no ha conseguido en las dos décadas de historia del estadio, para batir el récord de seis que estableció el equipo de Javier Irureta en la temporada 1995-1996. Y sería una victoria que después de unas fechas complicadas en la Liga, sacando sólo un punto de las tres últimas salidas (empate en Getafe, derrotas por goleada en El Madrigal y en el Vicente Calderón) y cuatro de los últimos doce, tendría que ayudar a reenganchar al equipo en la lucha por la cuarta plaza, que ahora se ha alejado hasta los siete puntos de diferencia. Jugar en casa y que sus dos rivales claros en esta lucha, Athletic y Villarreal, lo hagan fuera, puede hacer que la jornada sea propicia. Siempre y cuando no distraiga la Copa, sus efectos, la rabia que dejó el arbitraje de González González y, por qué no, la posibilidad de firmar una gesta ante el Barcelona el próximo miércoles.

Para este partido, y con la vuelta de Copa en el horizonte que también obliga a poner las decisiones en perspectiva, Jagoba Arrasate ha aprovechado que la enfermería realista está por fin prácticamente vacía para volver a recurrir únicamente al primer equipo para formar su convocatoria. De esta forma, salen de la lista con respecto al último choque Gaztañaga y Zaldua, aunque eso supone que en la lista no habrá más defensas que los que serán titulares. Junto a ellos, el otro jugador que sale del grupo es Mikel González, obligado por la fisura en una costilla que sufrió en el partido del Camp Nou y que le hace ser seria duda para el encuentro de vuelta. En su lugar, vuelven los dos jugadores descartados para Barcelona, Chory Castro y Agirretxe, y Markel, que regresa después de su última lesión. Siguen en la enfermería Estrada, De la Bella y Granero, mientras que Ifrán, ya con el alta médica desde hace algunas jornadas, es el único descarte por razones técnicas que hace Arrasate para esta jornada.

Con estos elementos, hay bastantes dudas en torno al once que podría presentar Arrasate. No en la retaguardia, puesto que Bravo volverá a la portería tras el paréntesis copero y por delante de él, sin mayor margen de elección, jugarán Carlos Martínez y José Ángel en las bandas y Ansotegi e Iñigo Martínez en el centro. Markel volverá a ocupar el pivote defensivo, y lo normal es que Pardo esté junto a él, aunque no es descartable la presencia de Elustondo o de Zurutuza en esa posición. Lo normal es que Canales aún no arranque como titular y que sea Xabi Prieto el tercer centrocampista. En el ataque, presumiendo que Vela o Griezmann podrían descansar, parecen seguros Chory Castro y Agirretxe. Dado que Vela entrenó a menor ritmo tras el partido del Camp Nou, parece más probable que sea él el suplente y que Griezmann sí esté en el once. Incluso podría entrar Seferovic y que tampoco jugara el francés. Zubikarai y Ros son los únicos ocupantes del banquillo que parecen seguros en esta ocasión.

La Real no podrá moverse en la clasificación, pase lo que pase en la jornada. Es sexta, con 36 puntos, cuatro menos que el equipo que le precede, el Villarreal, y cinco más que su primer perseguidor, el Sevilla. Sin embargo el objetivo txuri urdin sigue siendo recortar la distancia con el Athletic, cuarto clasificado con 43. El Levante, por su parte, arranca la jornada noveno con 28 puntos y busca acercarse a la Europa League. Los realistas siguen basando su buena temporada liguera en Anoeta, donde sólo ha perdido un encuentro, en la lejana tercera jornada y ante el Atlético de Madrid. Suma ya seis victorias consecutivas como local y busca la séptima, algo que nunca ha logrado en Anoeta. La Real ha ganado siete de sus diez partidos como local. El Levante ha vencido cuatro de los once partidos que ha jugado lejos de su estadio (1-2 al Rayo, 0-1 al Osasuna y al Celta y 2-3 al Sevilla) y ha empatado otros dos (2-2 al Almería y 0-0 al Betis), sumando además ocho de los últimos doce puntos y cuatro jornadas sin perder.

Apenas son diez los precedentes entre Real Sociedad y Levante y no es precisamente el equipo valenciano uno que se le dé muy bien a los realistas. Cinco de esos choques se produjeron en Primera División y sólo uno de ellos acabó con la victoria del conjunto txuri urdin, el 1-0 de la temporada 2006-2007, la del descenso de la Real, con gol de Ansotegi. El Levante ganó otro de esos cinco partidos, 1-3 en la temporada 2011-2012. Los otros tres duelos acabaron en empate. Desde que regresó a la máxima categoría en 2010, la Real no ha sido capaz de ganar al Levante en ninguno de los tres enfrentamientos que ha acogido Anoeta. En Segunda División la estadística mejora bastante para la Real, con tres victorias y un empate en los cuatro partidos disputados. La mayor goleada, el 6-2 logrado en la temporada 1946-1947, con tres goles de Vázquez y uno de Castivia, Patri y Pérez. La estadística se completa con el 2-3 de la fase de ascenso a Primera de la temporada 1939-1940.

La pasada campaña, la 2012-2013, el resultado en Anoeta fue de empate a un gol. La Real no supo aprovechar el cansancio acumulado por el Levante, que tres días antes disputó un partido de la Europa League, y el equipo levantino buscó las contras con bastante facilidad por ese motivo. Y eso que se adelantó la Real al cuarto de hora, al transformar Vela un penalti que él mismo había provocado colocándose delante de Karabelas en su carrera. Hizo más el atacante que el defensa por forzar el penalti. Pero diez minutos más tarde, el Levante empató también desde los once metros, castigando Lell la ingenuidad de Chory Castro para cometer la infracción. Aunque el conjunto visitante se quedó con diez jugadores en el minuto 56 por la expulsión de Nikos (era el octavo partido consecutivo en el que la Real forzaba la expulsión de un rival, récord histórico de la Liga), a Montanier y a sus jugadores les faltó ambición para buscar el 2-1. José Ignacio Martínez estuvo más listo y su equipo conservó el empate en Anoeta.

jueves, febrero 06, 2014

BARCELONA 2 - REAL SOCIEDAD 0 La forma más mezquina de romper un sueño

El decisivo penalti no pitado sobre Vela. 
Qué fácil es acabar con un sueño. Hasta la más bonita de las ilusiones, aquella que se forja durante años, se puede frustrar en un instante. González González es un árbitro que tiene un largo historial de agravios hacia la Real Sociedad, él sabrá por qué, que arranca en los años de Segunda División. Hoy ha destrozado el sueño txuri urdin de jugar la final de la Copa del Rey omitiendo un clamoroso penalti sobre Vela que habría supuesto la expulsión de Mascherano, y mostrando después la tarjeta roja directa por algún comentario a Iñigo Martínez. La Real ha perdido 2-0, una desventaja durísima para una eliminatoria de Copa ante un rival como el Barça que obliga a la más absoluta perfección en el partido de vuelta para recuperar el sueño que alevosa y miserablemente ha roto González González. Quizá es que la Real sobraba en este absurdo duelo de tres en que se quieren convertir todas las competiciones, eso sólo lo sabrá González González y quienes hayan hablado con él, porque hasta eso se nos escamotea en este deleznable fútbol que tenemos, la explicación a por qué ha pasado lo que ha pasado. Y lo que ha pasado es que nos han roto un sueño de forma mezquina.

Por desgracia, el análisis futbolístico queda en un segundo plano, porque el fútbol, las fuerzas que han medido dos rivales en un terreno de juego y que ha prometía un duelo apasionante, no es lo que ha decidido el partido. Ha sido González González y ha sido porque ha querido. No hay más y cualquier disculpa sonará a hueco o a interesada. Él sabe perfectamente que Mascherano cometió penalti sobre Vela. Y sabe que el argentino tendría que haber visto la segunda tarjeta amarilla. Lo sabe. No caben ya más ingenuidades sobre esto ni eufemismos sobre las actuaciones arbitrales. Lo sabe él porque lo ha visto todo el Camp Nou, por despoblado que estuviera y porque lo ha visto todo el mundo por televisión. La casualidad ha querido que en la siguiente jugada el Barcelona se adelantase en el marcador, lo que ha propiciado que Iñigo Martínez se fuera a hablar con el árbitro, que de forma despiadada, como si estuviera deseando hacerlo, expulsó con roja directa a Iñigo Martínez. Si la expulsión es justa o injusta lo sabremos con el acta, pero da igual. Eso no cambia nada.

Porque todo se cae por su propio peso y en la injusticia siempre sale perdiendo la Real. En la otra semifinal, la que han disputado Real Madrid y Atlético de Madrid ha habido incontables acciones barriobajeras, provocaciones, agresiones, insultos. Sobrados motivos para que las tarjetas amarillas hubieran volado, incluso las rojas y las sanciones que podrían llegar hasta la final. Y sin embargo ha habido menos amonestaciones ahí que en el partido de la Real. Con Diego Costa, Godín y Raúl García por un lado y Sergio Ramos, Pepe y Arbeloa por el otro protagonizando continuas macarradas, apenas tres tarjetas amarillas. Sólo la Real ha visto más en un partido jugado en el Camp Nou con la nobleza habitual de este equipo. El premio a que Vela intente seguir jugando y no se deje caer ante Mascherarno es nulo. Provocar, protestar (como hoy, por ejemplo, lo ha hecho el Barcelona en repetidas ocasiones, rodeando tres y cuatro futbolistas al árbitro, por ejemplo cuando perdonó una clara amarilla a Gaztañaga) y el antifútbol tienen premio. La Real no sabe jugar a eso. Y por eso es más fácil romper sus sueños que los de otros equipos.

No seré yo quien hable de villaratos, conspiraciones y demás cortinas de humo que se ha sacado de la manga la prensa al servicio de los poderosos, ni siquiera de lo fácil que es arbitrar a la Real, que hoy sufre un expolio en el Camp Nou para que seguro se destaque como jugada clave el gol en propia puerta de la misma forma que en el Vicente Calderón el domingo hubo tres jugadas de penalti analizables que no formaron parte de ningún análisis. Pero como decía esta semana Iturralde, ese que incluso antes de estar oficialmente retirado se puso la camiseta del Athletic en la grada, los árbitros son humanos. Eso quiere decir que se pueden equivocar, por supuesto. Pero también que cuando se equivocan muy frecuentemente hacia un lado es que no se trata de un error. González González ha protagonizado más de un atropello ante la Real, ya desde que militaba en Segunda División, donde, por ejemplo, no tuvo la mínima dignidad de señalar falta o de parar el juego cuando a Díaz de Cero le rompieron la pierna en una durísima entrada del portero del Eibar. A partir de ahí, la hemeroteca está para saber si González González ha sido un juez ecuánime y justo con la Real. Mi veredicto es que no. Y él sabrá los motivos, desde fuera no se pueden prejuzgar.

Hasta que González González decidió cambiar el rumbo del partido y destruir el sueño de la Real, lo cierto es que había un triunfador claro en el partido: Jagoba Arrasate. Podrá gustar más o menos lo que hace, o acercarse a lo que haría el entrenador que todos y cada de los aficionados y periodistas que seguimos el fútbol tenemos dentro. Pero lo que es innegable es que es valiente y decidido y muere con sus ideas, por impopulares que sean. Es el único entrenador de la Real que en los últimos años ha conseguido hacer funcionar una defensa de cinco. Eso es lo que plantó en el Camp Nou. Y eso es lo que desquició con bastante acierto al Barcelona durante 43 minutos. La idea era que Mikel González, Ansotegi e Iñigo Martínez, con Zaldua y José Ángel en las bandas, Gaztañaga por delante de ellos, y Elustondo y Zurutuza un paso más lejos de Zubikarai, fueran capaces de contener al Barcelona para que Vela y Griezmann se jugaran con su categoría las pocas opciones que tendría la Real frente a Pinto. Dos del Sanse, el discutido Elustondo y el falto de forma Zurutuza. Y así, en el minuto 3, Vela ganó la pelea a Mascherano y cedió el balón a Griezmann para que lo estrellara en el cuerpo del meta blaugrana. Menuda declaración de intenciones.

Y eso que Arrasate tiene que lidiar con mil y un infortunios. Para un día que decide jugar con tres centrales, se lesiona uno. Iñigo Martínez recibió un golpe fortuito de Pedro en el costado y, aunque hizo lo imposible por aguantar en el partido, tuvo que dejar su sitio a Carlos Martínez, improvisado central. A partir de ahí, e incluso con el cambio, el esquema defensivo de la Real se ejecutó con sublime brillantez. Los once jugadores de la Real hicieron exactamente lo que les había mandado Arrasate. Las líneas se cerraban magníficamente, los hombres basculaban a la perfección. Y el Barcelona, aunque entendía que la mejor manera de hincarle el diente a la defensa realista era por las bandas y las buscaba con ahínco, apenas encontraba huecos. Las pocas veces que sí conseguía rematar, Zubikarai se mostró como un excepcional guardameta, que ha ido creciendo oportunidad a oportunidad. Se puede discutir que juegue la Copa por delante de Bravo, por supuesto. Pero sus actuaciones no forman parte de la ecuación. La Real no ha perdido ni ha encajado dos goles por estar él en el campo. Al contrario, ha evitado alguno más.

Las contras realistas, además, ponían el partido en una situación muy interesante para los intereses de la Real, porque en poco más de media hora ya se habían conseguido sendas tarjetas amarillas para Busquets y Mascheron, dos de los tres jugadores encargados de frenar los ataques de Vela y Griezmann, lo que llevaba el partido a una posible superioridad numérica realista a poco que sus atacantes forzaran la máquina con acierto. Por supuesto, el Barcelona tuvo ocasiones de gol. Sólo faltaba. Pero la más clara fue una falta que Messi estampó en el larguero, no por el juego o por el cerrojo realista, y el primer gol llegó en un córner y con un culpable al que señalar. Elustondo se queda enganchado en el palo y rompe la posición de fuera de juego de Busquets, que marcó a placer. Como se ha comentado, ese gol llega en la jugada posterior al clamoroso penalti sobre Vela, da pie a la expulsión de Iñigo Martínez y todo ello cuando quedaba un minuto para llegar al descanso. González González había destruido el partido, dejando muy pocas opciones a una Real que, por fin, había conseguido disputar un partido en un campo grande sin verse goleada desde los primeros minutos.

Con diez jugadores sobre el césped, Arrasate reestructuró el equipo. Volvió a formar una defensa de cuatro, e incrustó a uno de los dos atacantes en la segunda línea defensiva, normalmente Griezmann aunque hubo alguna rotación con Vela. Y lo cierto es que, incluso con inferioridad, el esquema defensivo de la Real siguió siendo mucho más efectivo que el ofensivo del Barcelona. Antes de la decisiva mediación del árbitro, Arrasate ganó en la pizarra a Martino de la misma forma que los Ansotegi, Carlos Martínez y compañía vencieron a Messi, Alexis y los suyos. Pírrica victoria viendo el marcador y el futuro de la eliminatoria, pero es importante destacarlo. Porque la Real le ha puesto un corazón enorme al partido que ha acompañado con un grado de concentración excepcional, como no había visto el Camp Nou en el conjunto txuri urdin ni con Lasarte ni con Montanier como técnicos, ni mucho menos en el partido jugado en Barcelona en la presente Liga.

Pero el partido, y quién sabe si también la eliminatoria, se terminó de marchar al cuarto de hora de la segunda mitad. Y nuevamente hay que mirar a Elustondo, aún con más claridad en este segundo tanto. Salvo el error en el fuera de juego del primer gol blaugrana, no estaba haciendo un mal partido. No era una nota discordante en el sensacional esfuerzo del equipo. Pero el segundo gol es un mazazo que dice demasiado. Alexis remató al palo, Elustondo estaba completamente solo para despejar el balón en cualquier dirección, sin que hubiera un solo jugador blaugrana atosigándole. Y tomó la peor de las decisiones. De forma incomprensible, cruzó el balón hacia el área realista, estampándolo contra Zubikarai cuando éste estaba levantándose y firmando así el más amargo gol en propia puerta que se recuerda. Ni el Barcelona lo estaba mereciendo por su fútbol, ni el trabajo de la Real hacía pensar que estuviera cerca ese 2-0, más allá del hecho de estar defendiendo con diez. Pero llegó de la forma más cruel posible. Un Barça con superioridad sólo pudo marcar gol a una Real cargada de ilusión pese a los contratiempos a balón parado y en propia puerta. Eso dice mucho de la ejecución táctica del equipo txuri urdin en el Camp Nou.

La Real había fiado sus opciones de marcar un gol a una genialidad que no llegó a producirse. En una desigual pelea contra molinos de viento, Vela y Griezmann, como después Canales (que jugó sus primeros minutos con la camiseta de la Real) y Seferovic no llegaron a inquietar más la portería de Pinto, que vivió una segunda parte plácida. El dúo ofensivo que había planteado Arrasate tenía la capacidad de generar peligro y se vio en los primeros 45 minutos. Pero el nuevo partido que creó González González con su prevaricadora decisión de no señalar el penalti sobre Vela y no dejar al Barcelona con un jugador menos redujo esas opciones a lo quimérico. El único objetivo posible con diez jugadores, más allá del milagro de cazar así una contra, era que el partido terminara con el menor número de goles del Barça. Fueron dos y pudieron ser más, pero tampoco hubo que soportar un vendaval blaugrana. Quizá los jugadores culés también eran conscientes de que el que jugaron no era el partido que tenía que estar jugándose y no hicieron más sangre.

Con todo, el 2-0 deja la eliminatoria muy encarrilada para el Barcelona. Aunque el equipo blaugrana no conoce la victoria en Anoeta desde que la Real regresó a Primera División, siempre ha marcado, lo que obligaría a la Real a anotar como mínimo cuatro goles si quiere acceder a la final de la Copa, algo que tampoco ha hecho contra el Barça en estos últimos cuatro años. González González, el partido que ha creado y el marcador sobrevenido a esas circunstancias redujeron muchísimo las opciones de la Real, que necesitará una absoluta machada para ganar la eliminatoria. ¿Imposible? Nada es imposible, y más si la Real exhibe en Anoeta dentro de una semana el mismo corazón que ha mostrado en el Camp Nou en un esfuerzo titánico y sin premio. Pero harán falta más cosas. Por ejemplo, que si Mascherano agarra a Vela dentro del área, se pite el maldito penalti. Porque de lo contrario, quien quiera pensar en fantasmas y en lo bonita que será para los defensores de este fútbol viciado una final entre Real Madrid y Barcelona, tendrá vía libre para pensar tan mal como quiera.

martes, febrero 04, 2014

PREVIA Barcelona - Real Sociedad. ¿Soñar? Más bien pelear por ganar

Aldridge pugna con Aloisio en el choque de la 1989-1990.
Han tenido que pasar 26 años para ver a la Real en un partido de semifinales de la Copa del Rey (miércoles, 22.00 horas, Camp Nou, Antena 3). Y es, por tanto, la hora de soñar. Para el aficionado, mientras haya vida. Para el equipo, hasta que González González señale el comienzo del partido. Ni un segundo más. Entonces llegará el momento de pelear por ganar este partido 180 minutos y dos partes. No vale asumir que la Real es inferior al Barcelona. No vale quedarse en el sueño de disputar una final de Copa. Ni mucho menos esa idea de "disfrutar" que tan nefasta ha resultado esta misma temporada en la Champions League. Hay que luchar para romper de nuevo la Historia. El listón tendría que estar ahí. Es verdad que el Barcelona está por encima de la Real. Lo es tanto como que la Copa es el torneo en el que las sorpresas pueden suceder en cualquier momento. La Real ha sufrido muchas de esas sorpresas en sus propias carnes. Es hora de pensar también en disfrutar de una, que además sería histórica y épica.

El gran dilema antes del partido es saber si la Real lo afronta como el partido más importante de la temporada, palabras pronunciadas por el propio Jagoba Arrasate, o si pesa más la historia reciente en la Copa y ante el Barcelona en el Camp Nou. Por lo pronto, la convocatoria del técnico txuri urdin ofrece alguna sorpresa. Arrasate deja en Donostia a Agirretxe y Chory Castro, ambos por decisión técnica, e introduce en su lugar a Canales, que entra así por primera vez en una convocatoria un día después de ser presentado como nuevo jugador de la Real, y a Elustondo, recuperado por sorpresa de la lesión en el hombro con la que terminó el partido de Getafe. Si ante el Racing el mensaje de las convocatorias fue ofensivo, con todo el arsenal dispuesto en el campo o en el banquillo y poco más de la defensa titular para la retaguardia, contra el Barcelona se opta por una prudencia mayor y por fortalecer el centro del campo. Siguen fuera del equipo por lesión De la Bella, Estrada, Markel Bergara, Granero e Ifrán y se mantienen en la lista los dos potrillos ya habituales, Zaldua y Gaztañaga.

Arrasate volvió a confirmar que Zubikarai estará en la portería realista, como ha sucedido a lo largo de las tres eliminatorias anteriores de la Copa, en las que ha respondido con categoría. A partir de ahí, no hay nada confirmado y poco seguro. Entre esto último está que José Ángel, sin recambio directo, estará en el lateral izquierdo. Iñigo Martínez y Mikel González serán los centrales, y lo normal es que Carlos Martínez esté en la derecha, aunque no se puede descartar que Zaldua sea titular. Sin Markel y con Pardo en un pequeño bache, se antoja más que posible que el doble pivote lo formen Gaztañaga y Elustondo. Y si Arrasate apostó por dejar fuera del once del Vicente Calderón a Agirretxe y Seferovic, parece probable ante la ausencia del primero que repita la estrategia. Vela y Griezmann serán dos de los cuatro jugadores que faltan y los otros dos puestos se los jugarían Xabi Prieto, Zurutuza (los dos que jugaron ante el Atlético) y Canales. Menos opciones parece tener la posibilidad más defensiva de introducir a Ros, aunque no es tampoco descartable. Para el banquillo quedarían, además de los mencionados, Bravo y Ansotegi.

La Real se ha plantado en semifinales tras eliminar al Algeciras (1-1 y 4-0), Villarreal (0-0 y 0-1) y Racing de Santander (3-1 y la conocida retirada del equipo cántabro para llamar la atención sobre su precaria situación económica y social). No conoce la derrota en el torneo, ni siquiera como visitante. El Barcelona, por su parte, no es que no haya perdido, es que cuenta sus partidos por victorias. Venció al Cartagena por 1-4 y 3-0, al Getafe por 4-0 y 0-2, y al Levante por 4-1 y 5-1. Sólo el equipo valenciano ha sido capaz de marcar en el Camp Nou en la Copa. La Real viene de sufrir una contundente goleada a domicilio, 4-0 ante el Atlético de Madrid, y el Barcelona de perder su primer partido de Liga en el Camp Nou, 2-3 ante el Valencia. Los barcelonistas contaban hasta ese momento sus diez partidos ligueros en casa por victorias, con apenas seis goles encajados, y cinco equipos se habían ido de allí sin marcar. El equipo txuri urdin ha ganado tres y empatado cuatro de sus doce encuentros lejos de Anoeta en la Liga, perdiendo los cinco restantes. La Real sólo ha dejado de marcar algún gol en tres de sus partidos como visitante.

Las pobres estadísticas de la Real en el Camp Nou se coronan con las 16 derrotas que ha cosechado en sus últimas visitas en Liga, con 45 goles en contra y sólo ocho a favor. Eso sí, ha marcado en las últimos tres. El Barcelona es el rival contra el que más partidos de Copa ha disputado la Real, 30, divididos en cuatro finales, una liguilla previa y diez eliminatorias. Y los precedentes están del lado blaugrana, que se llevó todos los trofeos y sólo fue eliminado dos veces por el conjunto txuri urdin, en las temporadas 1968-1969 y 1979-1980. Más aún, la Real ha perdido en diez de las once ocasiones que jugó contra el Barcelona en su feudo en partido de Copa, incluso en esas dos eliminatorias que superó, en las que tuvo que remontar un 3-0 y un 2-1 respectivamente. El único empate logrado por la Real fue agridulce, pues el 3-3 de la 1989-1990, con dos goles de Aldridge y el otro de Mentxaka, no impidió la eliminación realista. La mayor goleada conseguida por el Barcelona en estos duelos, 6-0, se repitió en dos ocasiones, en las temporadas 1918-1919 y 1928-1929. De los diez choques eliminatorios, la Real consiguió marcar en terreno contrario en cinco ocasiones, pero sólo convirtió más de un gol en el mencionado 3-3 de 1990.

Ese 3-3 es, precisamente, el último duelo copero entre Barcelona y Real Sociedad que ha acogido el Camp Nou hasta ahora. En la ida, 0-1 para el equipo blaugrana. En la vuelta, el conjunto txuri urdin llegó a forzar la prórroga con su victoria por 2-3 en los 90 minutos reglamentarios. Se adelantó el Barça por medio de Bakero, pero la Real le dio la vuelta al partido. Primero al marcar Aldridge un penalti que Aloisio cometió sobre el irlandés y después hacerlo Mentxaka tras un gran pase de Goikoetxea. Igualó el Barça gracias a Laudrup, pero Aldridge de nuevo puso el 2-3 que llevaba al tiempo suplementario (no existía entonces el valor doble de los goles en campo contrario que hoy habría clasificado a la Real). El gol definitivo lo logró Laudrup en la primera parte de la prórroga. La Real ya ha visitado el Camp Nou esta temporada, la 2013-2014, y salió de allí con una contundente goleada, lo habitual en los últimos años. El 4-1 lo firmaron Neymar, Messi, Busquets y Bartra, los tres primeros en apenas 22 minutos, y De la Bella puso en su momento el 3-1 sin que la Real tuviera la más mínima convicción para inquietar la victoria del Barcelona.

lunes, febrero 03, 2014

Así fueron las quince semifinales de Copa que ha jugado la Real

El último cuarto de siglo ha dejado la errónea impresión de que la Copa es un torneo maldito para la Real. Contando las de 1988, el equipo txuri urdin había jugado hasta entonces las semifinales del torneo nada menos que en catorce ocasiones. Este Barcelona - Real Sociedad será la decimosexta semifinal de la Copa. Es decir, que desde 1923 hasta 1988 la Real llegó a una semifinal casi cinco años. Los 26 años que han transcurrido desde la última semifinal, aquella de 1988 ante el Real Madrid, suponen el periodo más largo sin acceder a esa ronda. Y con mucho, porque la siguiente marca se queda en la mitad, los trece años, incluyendo el largo parón en el fútbol por la Guerra Civil Española, que transcurrieron entre la semifinal ante el Valencia de la temporada 1927-1928 y la que tuvo de nuevo al equipo colchonero como rival en la campaña 1940-1941 (que tuvo el mérito añadido de lograrse jugando en Segunda División).

Diez de las quince semifinales precedentes acabaron con derrota realista, sólo una de ellas en la tanda de penaltis y ante el Real Madrid y otra en un partido de desempate ante el Elche, y en cuatro accedió a la final, perdiendo en tres ocasiones precisamente ante el Barcelona en todas ellas y ganando el único trofeo que tiene en su haber (dejando al margen el que logró en 1909 el Club Ciclista San Sebastián, parte imborrable de la historia de la Real aunque se consiguiera el triunfo con otro nombre), el que conquisto en 1987 con aquella inolvidable tanda de penaltis en La Romareda contra el Atlético de Madrid. Y como curiosidad, tres de las cuatro veces que superó las semifinales lo hizo dejando a cero a su rival en los dos partidos, mientras que la Real marcó al menos un gol en todas estas eliminatorias salvo en la primera, la de 1923 ante el Athletic. Así  fueron las quince semifinales anteriores jugadas por el conjunto txuri urdin.

1922-1923
Real Sociedad 0 - Athletic 0
Athletic 2 - Real Sociedad 0
Global: 0-2
Aunque la Real ya había disputado la final de la Copa, en un fútbol español dividido, lo hizo con sistemas de clasificación diferentes y su primera semifinal no llegó hasta 1923, después de haber superado al Sporting de Vigo en un partido de desempate por 4-1, tras perder por 3-1 y ganar por 3-0. Y en las semifinales, derbi vasco contra el Athletic. En Atotxa no se movió el marcador, y eso fue sobre todo por la sensacional actuación de Eizagirre, que incluso detuvo un penalti, aunque ninguno de los dos equipos estuvo a la altura de la expectación que levantó el encuentro en la víspera. Todo quedó pendiente para el encuentro de vuelta, en San Mamés, y allí el Athletic venció, aunque había llegado con algunas bajas importantes al choque en el que se resolvió la eliminatoria. La primera mitad tuvo claro color rojiblanco y ahí llegaron los dos tantos del Athletic, de Germán en el minuto 15 y de Carmelo en el 44. Aunque en la segunda mitad empujó la Real con ganas, fue incapaz de marcar y no consiguió la clasificación para la final.

1927-1928
Real Sociedad 7 - Valencia 0
Valencia 3 - Real Sociedad 2
Global: 9-3
La Real primero superó un grupo que compartió con el Patria (0-3 y 4-1), el Barcelona (derrota por 4-1 y victoria por 5-4), el Real Unión (victoria por 4-1 y derrota por 3-1) y el Iberia (5-1 y 1-4), y después superó una eliminatoria con el Celta (2-1 y 3-0) antes de enfrentarse en la semifinal al Valencia. En el encuentro de ida, la Real barrió a los valencianistas por un contundente 7-0. Marculeta, Cholín, Mariscal y de nuevo Cholín pusieron el 4-0 al descanso y en la segunda parte redondearon el marcador Kiriki en dos ocasiones y de nuevo Marculeta. Y eso que Bienzobas falló un penalti y el meta valencianista, Pedret, fue el mejor de su equipo. Fue un partido algo bronco por momentos y en el minuto 88 fue expulsado el visitante Reyes. En el partido de vuelta, el Valencia salió al ataque y Picolín y Ródenas pusieron un claro 2-0. Hasta entonces el mejor realista había sido Izagirre, pero el equipo reaccionó y acortó distancias por medio de Kiriki. Nada más arrancar la segunda parte, el Valencia hizo el tercero, de nuevo Ródenas, y Kiriki hizo el 3-2 definitivo en el minuto 85. La Real pasaba así a la histórica final de Santander que ganaría el Barcelona al tercer partido.

1940-1941
Español 6 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 2 - Español 2
Global: 2-8
Aunque la Real militaba en la Segunda División, protagonizó una espléndida Copa en esta temporada. Primero eliminó al Valladolid (1-0, 3-2 y 3-1 en el partido de desempate) y después, con enorme brillantez, al ya campeón de Liga, el Atlético Aviación (0-0 y 2-1). Pero las semifinales fueron demasiado para el equipo txuri urdin. El Español, con una gran actuación, pasó por encima a la Real en el encuentro de ida, jugado en Sarriá, y logró marcar nada menos que seis goles. Chas y Mas encarrilaron el encuentro en la primera parte y en la segunda fueron Macala, Chas en dos ocasiones más y Mas de nuevo quienes convirtieron la victoria en goleada. Llegó el Español a Atocha desganado y convencido de que tenía resuelta la eliminatoria. Eso, combinado con el buen juego que desplegó la Real en el primer tiempo, hizo que los donostiarras se fueran al descanso con un merecido e incluso corto 2-0. Fernando Terán hizo los dos goles. Pero en la segunda parte el Español remontó con goles de Llimos y Mas. Chipia fue expulsado por una dura entrada a Gonzalvo, que tampoco pudo acabar el partido por esa lesión.

1947-1948
Sevilla 7 - Real Sociedad 1
Real Sociedad 1 - Sevilla 0
Global: 2-7
La Real estuvo cerca de desquitarse en la Copa de los sinsabores de la Liga, que dieron con sus huesos en Segunda División justo antes de iniciarse el torneo del KO. Tras apear a Atlético Zaragoza (0-3), Sabadell (2-0), Tarragona (2-3 y 3-2) y Valencia (3-2 y 0-0), al equipo txuri urdin le tocó en suerte el Sevilla. Pero como la Copa entonces se jugaba tras el final de la Liga, hubo un enemigo más en el partido de ida de la semifinal, jugado en tierras andaluzas: el calor. El duelo se jugó a las 16.30 horas del 6 de junio y en Sevilla había una temperatura superior a los 40 grados. Ontoria, Pérez y Castivia no fueron capaces de aguantar el partido completo, extenuados y sin fuerzas. Campos abrió y cerró el marcador para el equipo local, y sumaron los siete que encajó Galarraga Domenech, Alconero, Pineda en dos ocasiones y Arza, antes de que Pérez hiciera de falta directa el gol de la honrilla realista. Tan de trámite era el partido de vuelta, que en la portería de la Real debutó un joven guardameta llamado Bagur. El equipo txuri urdin consiguió al menos ganar ese partido con un solitario gol que Pérez convirtió en el minuto 80, rompiendo la numantina defensa que planteó el Sevilla.

1950-1951
Real Sociedad 1 - Real Madrid 0
Real Madrid 0 - Real Sociedad 2
Global: 3-0
Tras eliminar a Celta (4-1 y 1-1) y Racing (3-2 y 0-3), la Real se enfrentó en las semifinales al Real Madrid, un equipo con el que había protagonizado importantes goleadas en la Liga, a favor con el 6-2 de Atotxa y en contra con el 7-2 de Chamartín. En ese mismo orden se jugó en la Copa, pero nada tuvieron que ver los choques del torneo del KO con los del de la regularidad. En Donostia ganó la Real por 1-0. Muy cerca del final, Artigas hizo el gol que desniveló un duelo bronco e incluso violento. En Madrid sentó muy mal la derrota, hasta el punto de que se decidió recibir al equipo txuri urdin en la capital con un concierto de hasta 40.000 silbatos, lo que hizo que ésta pasara a la historia como la semifinal de los pitos. Pero la respuesta de los de Benito Díaz fue extraordinaria y también consiguieron la victoria en el partido de vuelta. Pasado el primer cuarto de hora, Barinaga consiguió el 0-1, concluyendo un jugadón de Alsúa. La Real aguantó las acometidas madridistas y ya en el minuto 72 Caeiro hizo de cabeza el 0-2 definitivo, adelantándose a la salida de Alonso. En la final, precisamente jugada en Chamartín, el Barça superó a los realistas por un claro 3-0.

1956-1957
Real Sociedad 1 - Barcelona 5
Barcelona 5 - Real Sociedad 1
Global: 2-10
Tras el sufrimiento de la eliminatoria contra el Zaragoza (0-0, 1-1 y 1-0 en el partido de desempate) y el carácter arrollador con el que se superó al Deportivo (0-0 y 7-1), la Real sufrió un severo correctivo en la semifinal contra el Barcelona. El conjunto txuri urdin perdió los dos partidos por el mismo resultado, 5-1, sin tener la más mínima opción de superar al equipo catalán. Todo quedó decidido en Atotxa, donde el Barça dio una soberana lección de fútbol de contragolpe. Se adelantó por medio de Tejada al cuarto de hora. Y aunque Gordejuela hizo el empate de penalti, Tejada volvió a adelantar al conjunto blaugrana. Ya en la segunda parte cayeron los goles de Villaverde y los dos de Martínez ante los que nada pudo hacer Bagur. La vuelta era un trámite y la Real la encaró con un planteamiento defensivo. Y aún así también salió goleada de Las Corts. De nuevo Villaverde y Martínez, en dos ocasiones cada uno, volvieron a ejercer de verdugos realistas y entre los goles de uno y otro anotó también Vergés. Ucelay, de cabeza hizo el gol realista cuando aún faltaba el quinto del Barça.

1957-1958
Real Madrid 4 - Real Sociedad 1
Real Sociedad 1 - Real Madrid 1
Global: 2-6
Por primera vez, la Real jugó la semifinal de Copa por dos temporadas consecutivas. Llegó a esa ronda eliminando a Osasuna (0-0 y 1-0) y Jaén (2-1 y 7-0) y le tocó en suerte el Real Madrid, que se cobró cumplida venganza de la semifinal de los pitos, siete años atrás. Claro que la actuación arbitral fue determinante para que la eliminatoria no fuera igualada. La Real buscó el cerrojazo en el Bernabéu y la apuesta salió mal, pues a los 22 minutos Rial hizo el primero. Y después arrancó el show arbitral. Gento agredió a Irulegi y Rey Martínez, incomprensiblemente, expulsó a los dos, para sorpresa incluso del público del Bernabéu. Mateos y Joseíto agrandaron el marcador, pero Lacalle marcó en el 87, dando algo de vida a la eliminatoria. Entonces apareció de nuevo el árbitro para señalar un inexistente penalti en el 89 que Di Stéfano transformó. En Atotxa la Real salió a tumba abierta. Marcó Laguardia en el minuto 16, pero de nuevo hubo circunstancias anómalas. Blanco Pérez anuló el 2-0 a Elizondo por una imaginaria falta de Sarasqueta. ¿Cómo habría sido el partido si la Real se hubiera puesto a un solo gol de pasar? Ciencia ficción. El empuje realista fue grande, su primera parte excepcional, pero no bastó. Joseito empató en el 79 y fulminó las pocas esperanzas que quedaban ya de pasar.

1964-1965
Atlético de Madrid 8 - Real Sociedad 1
Real Sociedad 3 - Atlético de Madrid 3
Global: 4-11
De nuevo desde la Segunda División, como ya sucedió en la temporada 1947-1948, la Real alcanzó las semifinales de Copa. Eliminó a Ceuta (3-2 y 4-0), Betis (1-2 y 2-0) y Sporting (3-2 y 0-0) antes de cruzarse con el Atlético de Madrid. La Real aguantó muy dignamente en el Metropolitano hasta el descanso, perdiendo sólo por 1-0, gol de Cardona, pero el calor y la diferencia de categoría se notaron de forma aplastante y exagerada en la segunda mitad. 8-1 acabó la ida, aunque Mendiluce de penalti llegó a subir el 2-1 al marcador. Antes había marcado Glaría y después lo hicieron Adelardo en dos ocasiones, Cardona en otras dos, de nuevo Glaría y Collar. La Real, al menos, pudo despedirse de la Copa con un gran espectáculo en Atotxa, con un gran empate a tres goles. El arbitraje fue tan lamentable, que incluso el atlético Collar, en un gran gesto deportivo, tuvo que corregir uno de los errores del colegiado, impidiendo que expulsara a Arzac. Urreisti hizo los tres tantos realistas, poniendo primero un 2-0 en el marcador, pero Jones anotó el 2-1 en claro fuera de juego y Collar el empate de inexistente penalti. La Real hizo el tercero en el minuto 60, pero en la jugada siguiente empató el Atlético y ya no se movió más el marcador.

1968-1969
Elche 3 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 4 - Elche 1
Global: 4-4
Desempate: Elche 2 - Real Sociedad 0
Una brillante Real había dejado en la cuneta a Barcelona (5-1 y 2-0) y Atlético de Madrid (1-2 y 1-1). En semifinales, el Elche. Todo salió mal en el partido de ida, en un campo duro y seco, con mucho calor, entradas violentas que el árbitro no supo cortar y con un resultado final de 3-0. Casco hizo dos goles y Curro el restante. Los dos primeros, para colmo, llegaron en sendos saques de banda. La Real se conjuró para remontar y lo hizo a la heroica. En el minuto 61, Casco hizo el 1-1, después de que Urtiaga adelantara al equipo txuri urdin. Pero los realistas apretaron de una forma impresionante en la última media hora y lograron los tres goles que necesitaban. Silvestre marcó de penalti en el 67, Urtiaga colocó a la Real al borde del empate en el 81 y Silvestre hizo el 4-1 final en el 87. El Athletic, mientras tanto, había eliminado al Granada en la otra semifinal, por lo que la final podía ser un derbi vasco. Pero el partido de desempate que se jugó en Madrid no t4rajo esa suerte para la Real. La jugada clave fue la expulsión de Santamaría al borde del descanso, cuando fue él quien resultó lesionado en un choque. De hecho, se enteró de la expulsión en los vestuarios, cuando recobró el conocimiento. El Elche aprovechó su superioridad para hacer dos goles y dejar a la Real sin esa final soñada.

1975-1976
Real Sociedad 0 - Atlético de Madrid 1
Atlético de Madrid 1 - Real Sociedad 1
Global: 1-2
La Real superó al Celta (0-0 y 2-1) y a Las Palmas (3-1 y 2-0, pasó el equipo txuri urdin por penaltis) antes de enfrentarse nuevamente en las semifinales al Atlético de Madrid. Atotxa vivió un gran encuentro, pero la Real no tuvo suerte. Se adelantaron los madrileños pasada la primera media hora con un tanto de Panadero Díaz, que, tras despejar Arconada un córner, enganchó desde la frontal del área un afortunado disparo que se coló entre multitud de piernas. El Atlético fue algo mejor en la primera mitad, pero el ataque realista de la segunda mitad no encontró el premio merecido. Con esa desventaja se presentó la Real en el Calderón dispuesta a dar la sorpresa. Se le pusieron aún más difíciles las cosas con el tempranero gol de Gárate, en el minuto 12, pero antes de la media hora Muruzabal había igualado el marcador con un potente disparo desde fuera del área que dejó literalmente congelado a Reina. A pesar de un arbitraje casero y de los constantes fueras de juego que señaló a la Real, el equipo txuri urdin tuvo ocasiones para igualar la eliminatoria, sobre todo en el balón que Kortabarria estrelló en la escuadra. La Real quedó eliminada, aunque dejó una gran imagen.

1977-1978
Real Sociedad 0 - Barcelona 0
Barcelona 2 - Real Sociedad 1
Global: 1-2
Brillante la Copa que hizo la Real en la temporada 1977-1978, eliminado a Acero (5-1 y 1-0), Xerez (1-1 y 2-2, clasificada la Real por penaltis), Toledo (1-3 y 6-0), Real Madrid (2-0 y 2-1) y Valencia (1-1 y 4-1), antes de cruzarse en unas igualadas semifinales con el Barcelona. Atotxa vivió el primer acto. La Real lanzó un furibundo ataque sobre la meta de Artola, pero la defensa blaugrana prevaleció, con la fortuna arbitral de cara al no señalarse un penalti de Asensi sobre Alonso. Con el 0-0 de la ida, la eliminatoria se resolvió en el Camp Nou. De nuevo la actuación arbitral fue determinante para que la Real no superara esta ronda. El equipo txuri urdin se adelantó muy pronto en el marcador, al recoger Iriarte el balón tras salir Artola a los pies de Satrústegui y mandarlo a puerta vacía al fondo de las mallas. Pero pasada la media hora, Sánchez Arminio expulsó a Diego, sacándole dos tarjetas en un minuto, la segunda por lanzar el balón contra el suelo al protestar un saque de banda. Antes de eso, una criminal patada en la cabeza de Fortes a Arconada se quedó sin sanción disciplinaria y provocó que el arquero realista tuviera que dejar su sitio a Cendoya en el descanso. Y para culminar el despropósito, cuando Migueli ya había puesto el empate en el marcador, señaló un inexistente penalti de Gajate sobre Cruyff, que Rexach no perdonó. Una eliminación injusta.


1981-1982
Real Sociedad 1 - Real Madrid 0
Real Madrid 1 - Real Sociedad
Global 1-1. Pasa el Madrid por penaltis
La Real bicampeona de Liga también estuvo cerca de triunfar en la Copa. Los penaltis tuvieron mucho que ver en su fortuna. Eliminó en cuartos al Athletic en la tanda fatídica (después de un 1-0 y un 3-2), después de superar previamente a Bilbao Athletic (1-3 y 1-0), Osasuna (1-1 y 3-1) y Valladolid (3-3 y 0-2), pero cayó de la misma forma ante el Real Madrid. De nuevo, el primer acto se vivió en Atotxa. La Real no salió acertada, pero en la segunda mitad puso cerco a la portería de Agustín, hasta que en el minuto 59 Satrústegui acertó a enviar al fondo de las mallas un córner de López Ufarte que había atravesado por bajo el área madridista. La Real se plantó en el Bernabéu dispuesta a defender su exigua ventaja con uñas y dientes, jugando muy bien en la primera mitad, y casi lo consiguió, pues encajó el gol que igualaba la eliminatoria en el minuto 89. Su autor fue Juanito, después de que Arconada salvara un primer disparo del madridista. La prórroga no cambió el marcador y la tanda de penaltis acabó con empate a tres, pero Kortabarria, a pesar de ser un especialista, marró el sexto lanzamiento de la Real, Ito no falló y el equipo madridista impidió al realista optar al doblete en el año de su segunda Liga.

1982-1983
Barcelona 2 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 1 - Barcelona 2
Global: 1-4
La temporada más exigente de la historia de la Real, la que llevó a los de Ormaetxea a ganar la primera Supercopa y a las semifinales de la Copa de Europa, también tuvo su reflejo en la Copa. Los realistas eliminaron por penaltis al Salamanca (tras un doble 2-0) y después al Valladolid (1-0 y 3-0) antes de vérselas con el Barcelona. La eliminatoria pudo haber quedado sentenciada en el Camp Nou. Maradona y Schuster brillaron. Víctor hizo el 1-0 en la primera mitad y el astro argentino puso el 2-0 definitivo ya en la segunda con una parábola que levantó al público de sus adientos. Arconada evitó un tanteo mayor con una colección de paradas memorables. Con un Atotxa a reventar como en las grandes citas, la Real se preparó para la remontada... y no estuvo lejos de conseguirla, a pesar de que García de Loza colaboró con el Barça expulsando a Górriz. Le había señalado incontables faltas sobre Maradona que enfadaron con justicia al público, le sacó la amarilla al central realista, y en la misma jugada le mostró la roja directa por la protesta. Aún con inferioridad, Uralde, en plancha, culminó una espectacular jugada trenzada entre Celayeta y Bakero. Era el minuto 57. Pero el Barcelona hizo valer su ventaja numérica. Marcos marcó en el 59 y Maradona hizo el 1-2 definitivo en el 76.

1986-1987
Real Sociedad 0 - Athletic 0
Athletic 0 - Real Sociedad 1
Global: 1-0
El camino de la Real no fue para nada complicado hasta llegar a esta semifinal contra el Athletic, sin llegar a enfrentarse a ningún equipo de Primera. Dejó en la cuneta a Baskonia (0-1), Montijo (0-1), Villarreal (0-1), Eibar (0-2 y 2-0) y Mallorca Atlético (0-0 y 10-1; esta es la mayor goleada de la historia conseguida por la Real en la Copa). Pero el derbi fue duro e intenso. No salieron bien las cosas en Atotxa, donde a la Real no le quedó más remedio que defender el empate a cero inicial, porque tuvo que hacerlo con sólo nueve jugadores sanos. Loren tuvo que sustituir al lesionado Zubillaga, pero él mismo se retiró casi enseguida con problemas físicos. Y pocos minutos después Santi Bakero quedó dañado, pero permaneció en el campo, colocándose de delantero centro para estorbar lo menos posible. El Athletic, incomprensiblemente, no se lanzó a por el gol, confiado en que San Mamés le daría la ventaja soñada. Pero allí fue la Real quien golpeó. Mediada la primera mitad, Bakero marcó de cabeza, lanzándose en plancha para rematar un córner, y el Athletic no fue capaz de igualar. Como todo el mundo sabe, la final fue contra el Atlético de Madrid, el partido acabó en 2-2 y fue la tanda de penaltis, con la decisiva parada de Arconada, la que dio el título de Copa a la Real.

1987-1988
Real Sociedad 1 - Real Madrid 0
Real Madrid 0 - Real Sociedad 4
Global: 5-0
Tras eliminar a Cartagena (1-0 y 2-0), Sporting (0-0 y 4-0) y Atlético de Madrid (2-1 y 3-1), la semifinal deparó el mejor enfrentamiento posible de la temporada. Primero contra segundo de la Liga, Real Madrid contra Real Sociedad, toda una final anticipada. Y la Real consiguió uno de los triunfos más memorables de su historia en el torneo copero. Atotxa vio un partido áspero, en el que los dos equipos entendieron que había más riesgo de perder la eliminatoria que de dejarla definitivamente encarrilada. Un gol de Bakero conseguido de cabeza en un córner dio ventaja a la Real antes de visitar el Santiago Bernabéu. Con polémica, porque se levantó a Hugo Sánchez una sanción para que pudiera disputar el partido. Sin embargo, la Real supo defender la ventaja de la ida en la primera mitad y en la segunda machacó al Real Madrid, hasta el punto de provocar los aplausos de la afición loca. Górriz, Bakero, Begiristain y de nuevo Bakero ametrallaron la portería de Buyo en apenas 17 minutos, destrozando la defensa blanca con precisos robos en el centro del campo y certeros contragolpes, y dieron el pase a la final. La Real era favorita, pero el Barcelona ganó precisamente en el Bernabéu por 1-0.