viernes, noviembre 29, 2013

PREVIA Espanyol - Real Sociedad. El regreso a la realidad

Zurutuza marcó en Cornellá-El Prat la temporada pasada.
La eliminación de la Champions League devuelve a a Real a la realidad (sábado, 22.00 horas, Cornellá-El Prat, Canal + Liga y Gol TV). No a la triste realidad, porque la tristeza esta temporada se la ha llevado prácticamente toda la competición continental, sino a la realidad a secas, la del torneo que ocupa el pensamiento de jugadores y aficionados durante buena parte de la temporada, ya sin alusiones al disfrute o a la gloria, centrando los esfuerzos únicamente en sumar tres puntos más. El partido tiene que servir para comprobar cómo afecta la herida europea a la moral txuri urdin y cómo se repone a las bajas y al precario estado de algunos de sus centrocampistas. Pero sobre todo puede valer para que la Real comience a afianzarse en la parte alta de la clasificación, de la que estuvo alejada por aquella racha de siete jornadas sin ganar, y haga cálculos para luchar de nuevo por la cuarta plaza.

Tan precaria es la situación de la Real, sobre todo en su centro del campo, que Jagoba Arrasate ha decidido no dar a conocer la convocatoria hasta el momento del viaje, que se producirá en la mañana del sábado. Hay bajas confirmadas ya desde antes de la escasísima preparación de este partido (una vez más, los demenciales horarios de la Liga perjudican al equipo txuri urdin, que no tenía impedimento alguno para jugar el domingo, al no volver a un terreno de juego hasta el próximo viernes, ya en Copa), las de Granero, Ifrán y Estrada, y a ellos se sumará con seguridad Chory Castro, con una rotura. En principio, Carlos Martínez no tendría problema para estar en la lista de 18 y en teoría Rubén Pardo sí podrían ser parte del grupo, teniéndolo más complicado Zurutuza. De esta manera, Jagoba cuenta seguro con 17 integrantes del primer equipo. A la espera de lo que suceda Pardo y Zurutuza espera su oportunidad Gaztañaga, que ya viajó con el equipo a Donetsk aunque no jugara ni un minuto.

Hay varias certezas en el once en todo caso. Bravo estará bajo palos y los centrales, salvo sorpresa mayúscula (como la de Donetsk, por cierto), serán Iñigo Martínez y Mikel González. Si Carlos Martínez está en la lista será titular, y es bastante probable que José Ángel vuelva a jugar para dar descanso a De la Bella. En el centro del campo, la opción más probable, viendo el estado físico de los posibles aspirantes al once, es que Jagoba repita ese centro del campo que tantos debates genera en la afición, el formado por Markel y Elustondo, con Xabi prieto junto a ellos. El técnico txuri urdin confirmó que jugará uno de los dos nueves de la plantilla, Seferovic o Agirretxe (ambos salieron en el Donbass Arena al mismo tiempo), con Vela y Griezmann en las bandas. Zubikarai, Cadamuro, Ansotegi y Ros estarán en la lista pero no en el once, aunque en el caso de Ansotegi podría entrar si Carlos Martínez no estuviera para jugar y Mikel González fuera el elegido para el lateral.

La Real arranca la decimoquinta jornada de Liga por primera vez en puestos europeos, en la sexta plaza de la clasificación, aunque todavía a seis puntos del quinto, el Athletic, y a siete del cuarto, el Villarreal. El Espanyol es noveno con 18. El equipo txuri urdin ha puntuado en cuatro de sus siete desplazamientos, la victoria en Valencia y los empates ante Elche, Levante y Valladolid. Aún así, sólo hay dos equipos que hayan sumado menos puntos que la Real fuera de sus estadios, el Málaga con cuatro y el Betis con uno. El cuadro barcelonés, por su parte, ha vencido sólo en tres de los siete partidos que ha jugado en Cornellá-El Prat, y apenas uno de los últimos cuatro que ha disputado como local. Eso sí, fue una victoria de prestigio, en el único partido que ha perdido el Atlético de Madrid en lo que llevamos de Liga. El Betis y el Málaga arrancaron de allí un empate a cero, el Getafe un 0-2 y el Sevilla un 1-3.

Espanyol y Real Sociedad se han visto las caras en tierras catalanas en 65 ocasiones, todas en Primera División salvo el 0-0 de la temporada 1962-1963, en Segunda. En la máxima categoría, la Real ha ganado sólo en nueve ocasiones y ha empatado en otras 23, con 32 partidos en los que se volvió de vacío. La mayor goleada conseguida por el conjunto txuri urdin es el 0-4 de la temporada 1987-1988, con dos goles de Loren, uno de Zamora y otro más de Mugika. El peor correctivo que le ha dado el Espanyol a la Real es el 8-0 de la campaña 1941-1942. Pero, ojo, dos datos recientes que son contradictorios. El primero, que estas visitas no se le dan nada mal al conjunto donostiarra últimamente, porque en los anteriores 16 choques, desde la temporada 1994-1995, apenas ha sufrido cuatro derrotas. El segundo, sin embargo, es que la Real no conoce la victoria en Cornellá-El Prat, campo espanyolista desde 2009, donde ha cosechado una derrota y dos empates.

La pasada temporada, la 2012-2013, Espanyol y Real Sociedad empataron a dos, en un partido peor de lo que refleja el número de goles marcados. La Real quiso dominar desde el principio, pero el Espanyol se adelantó en su primera ocasión de gol. Sergio García convirtió con facilidad el 1-0 en el minuto 8. Zubikarai, que suplía a Bravo, quizá pudo hacer más, pero el fallo en la defensa llegó antes. Aunque el equipo txuri urdin no jugó una buena primera parte, consiguió empatar precisamente en su primer disparo a puerta, antes de la media hora, de Zurutuza, sin dejar caer el balón y desde fuera del área. El Espanyol volvió a coger ventaja antes del descanso en su segundo disparo a puerta, esta vez de Stuani y con bastantes errores tácticos de los realistas. En la segunda parte, la Real fue volcándose poco a poco sobre la portería de Casilla, y el empate llegó a quince minutos del final, cuando Javi López interceptó un pase de Griezmann que buscaba a Agirretxe y lo introdujo en su propia portería. A partir de ese momento, el partido sólo lo pudo ganar la Real, pero faltó ambición, una pizca de suerte y acierto arbitral en un par de penaltis que no señaló.

miércoles, noviembre 27, 2013

SHAKHTAR DONETSK 4 - REAL SOCIEDAD 0 We are not Champions League

Goleada y eliminada. Adiós a la Champions.
La aventura europea de la Real ha llegado a su fin de una forma triste y con una explicación muy evidente: el equipo txuri urdin jamás ha creído en sus posibilidades de hacer algo bonito. Nunca ha pensado que tenía nivel para jugar la Champions League. No ha jugado ninguno de los cinco partidos, incluso aquellos en los que mereció mucho más de lo que le dio el marcador final, pensando en que era mejor que el rival. O que, incluso siendo inferior, podía plantar cara. La Real se pasó dos años sin creer en sus posibilidades reales desde que regresó a la Primera División y pasado el entusiasmo de aquella primera vuelta inicial con Lasarte. Cuando creyó, ya con Montanier y año y medio después de su llegada, se salió de las tablas. Eso es lo que hay que lamentar. La fe mueve a la Real. Así ha escrito su gloriosa historia, con fe. Pero en esta competición la fe se acabó contra el Olympique. Y lo más triste es que con una actuación tan pobre como ésta, se han llevado por delante uno de los cánticos más bonitos que se han escuchado en los últimos meses. Porque así we are not Champions League. No lo somos y ya no lo seremos. Adiós a Europa. Y sin la cabeza alta.

Repasando los cinco encuentros de la Real en Champions, y el de hoy no ha sido ninguna excepción, no hay apenas un solo jugador que haya mostrado su verdadero nivel. Un Griezmann que encadena cinco jornadas consecutivas en Liga marcando y un Vela que es capaz de meter cuatro en un solo partido han pasado con más pena que gloria por los partidos europeos. Un central de enorme categoría como Iñigo Martínez ha demostrado un nivel pobrísimo, regalando dos goles clave en Old Trafford y hoy en el Donbass Arena. De la Bella, uno de los jugadores más en forma del primer tercio de la temporada, no sólo ha pasado desapercibido en este torneo, sino que a veces ha dejado auténticas autopistas en su banda. La eficacia goleadora de la Real ha muerto en la Champions, con un solo gol, y de rebote de un penalti, en los cinco primeros partidos. Pardo no ha mostrado nunca su enorme categoría. Ninguno de los jugadores que podía dar un paso al frente lo han dado, ni Chory, ni Cadamuro, ni Ros, ni Elustondo. No, en esta Champions no se ha disfrutado lo más mínimo. Porque disfrutar es competir y luchar por algo. Y no se ha hecho.

Sólo Bravo ha tenido grandes momentos europeos después de que Vela coronase con brillantes aquella maravillosa jugada en el descuento del partido de vuelta contra el Olympique de Lyon. A partir de ahí, absolutamente todo ha sido un quiero y no puedo. Porque la Real ha querido, esto tampoco se debe dudar. No ha sido un problema de actitud o de entrega. Ha sido un problema de fe y de confianza. De las dos cosas. Ambas han faltado en el campo, en las declaraciones previas, en la forma en que se ha encarado la competición. Se podía hablar de errores cuando la Liga era un reflejo de la mala marcha en Champions, incluso aunque justo entonces fue cuando más se mereció en Europa. Pero ahora no. Después del ejercicio de fe ante el Celta o la goleada al Osasuna no basta con eso. Y sí, se puede uno lamentar de los paupérrimos arbitrajes que ha sufrido en Champions, aunque hoy lo más grave sólo haya sido la actitud de Benquerença y que perdonara algunas tarjetas claras, incluyendo probablemente la segunda a Rakitskiy. O que la Real haya sumado más palos que goles en estos cinco partidos, algo inaudito. Pero el fallo clave es la ausencia de fe.

Porque este equipo, y para eso hace falta fe, no ha sabido aprovechar sus mejores momentos. Hoy en Ucrania arrancó así. Dominante. Con fuerza. Tocando la pelota con soltura y llevando el juego al borde del área del Shakhtar. Y eso se prolongó durante unos diez minutos y con el único bagaje de un disparo de Vela no demasiado peligroso para Pyatov. Pero ahí acabó todo. La enorme desidia de Cadamuro, incomprensible a este nivel y más teniendo en cuenta de que estaba jugando en el lateral derecho que normalmente ocupa en la selección argelina, llevó la tensión a la defensa realista. Algún despeje errado de Elustondo también. Pero paradójicamente a la Real no se le abrió la herida mortal por culpa de ninguno de los dos, por mucho que vayan a protagonizar muchos debates sobre la alineación que hoy presentó Arrasate. En el minuto 35 llegó el primer aviso serio del Shakhtar, con una falta que Srna estrelló en el larguero, y dos después Griezmann regaló un corner que ningún jugador de la Real defendió con la mínima tensión exigible. No hubo marcas. No hubo presión. Ni siquiera hubo carreras desesperadas al ver que el equipo ucraniano lo botaba en corno y con rapidez. Y Luiz Adriano hizo el gol.

Se suele decir que ese error es propio de juveniles, pero hoy no se puede usar esa expresión, porque los juveniles sí han dado la cara por la Real en su versión de la Champions y se han clasificado para los octavos en la misma jornada en la que sus mayores se han despedido de la competición. Ese gol, impropio de un equipo de primer nivel, sentenció a la Real. Porque esta Real de Champions no cree en las remontadas. El Shakhtar es indudablemente un buen equipo, como lo son los otros dos rivales de un grupo en el que cabía pensar tanto en esta posibilidad de acabar en la última plaza como haberlo hecho en la primera. Sobre el papel, el equipo txuri urdin no tiene menos potencial que sus rivales. Ni mucho menos. Pero no se ha atrevido a creer en su fuerza para plantar cara, apenas sí para sobrevivir en Anoeta ante el Manchester, para buscar el primer triunfo contra el Shakhtar en San Sebastián o para mostrar algo de orgullo en Alemania. Pero nunca bastó para ganar. Y el partido acabó con el 1-0. No había ninguna duda, a pesar de que fue justo después, y antes del descanso, cuando Iñigo Martínez tuvo la mejor ocasión para marcar, al rematar pegado al larguero un córner botado en corto que Cadamuro acabó poniendo dentro del área.

Dio la impresión de que Jagoba, habitualmente lento a la hora de hacer los cambios, iba a alterar su ritmo habitual para poner a Seferovic sobre el césped, pero nada más arrancar la segunda mitad llegó el 2-0, en otro clamoroso error de la defensa realista, esta vez de un Iñigo Martínez, que dio un insensato pase atrás de cabeza que impidió cualquier respuesta de Ansotegi o Bravo en la internada de Alex Teixeira. Como la actitud no fue el problema cuando aún quedaba un soplo de vida, fue después del 2-0 y con la eliminación ya como una certeza clarísima cuando el equipo txuri urdin hizo su mejor jugada. Un sensacional pase de Xabi Prieto por encima de la defensa lo dejó de pecho Vela para Griezmann enganchara un buen disparo que Pyatov alcanzó a desviar lo suficiente para que el balón se estrellara en el poste. No, tampoco ha llegado a tener suerte la Real en esta competición, porque siempre se ha estrellado con los palos cuando luchaba por meterse en los partidos. Como no entró esa jugada, todo acabó. Arrasate no vio la forma de insuflar vida a su equipo y los jugadores se desinflaron con enorme facilidad. Con más de media hora por delante, la única posibilidad de cambio era una goleada. Y se produjo.

Fueron cuatro y pudieron ser más si el Shakthar los hubiera necesitado, porque la Real se encontró con una doble muralla. En primer lugar, bajo los brazos. Y en segundo lugar, por las razones que sea, el estado físico de sus jugadores no fue el mejor para un encuentro de alto nivel. De ahí al final todo fueron malas noticias. En el minuto 68 cayó el tercero, un golazo de Douglas Costa con un poderoso zapatazo que se coló por la escuadra derecha de Bravo. En el 70 Pardo se marchó probablemente lesionado tras un choque de trenes en el que había dado la sensación de que el peor parado había sido el balón, pinchado por los tacos agresivos de un jugador del Shakhtar en una jugada en la que, por supuesto, tampoco se señaló falta. Vela y Griezmann se marcharon en el 74 sin que Europa, más allá del Olympique, sepa de su nivel. Dejaron su sitio a Seferovic y Agirretxe, que apenas tuvieron una tímida ocasión de gol cada uno. En el 87, Douglas Costa hizo el cuarto en una jugada defendida ya con la desidia propia de un equipo que se sabía derrotado. E incluso la Real acabó con diez porque un Chory Castro tocado se retiró con los tres cambios ya realizados.

La Real jugaba hoy en dos campos. El Manchester United le insufló vida porque cumplió con creces lo que se esperaba de él. Ganó 0-5 en Alemania, e incluso marcó el primero cuando el marcador del Donbass Arena registraba aún el 0-0 inicial. Pero como la Real no creyó jamás en su sueño, no desde que el Shakhtar anotó su primer gol en el ya lejanísimo primer partido de esta fase de grupos, el otro partido que jugaba el equipo realista, el suyo, sólo podía acabar en derrota. Y de esta forma, la Real cierra la que seguramente la historia acabará calificando como la más decepcionante, triste e insuficiente participación europea de toda su centenaria existencia. Porque pocas veces se habrá presentado la Real en Europa con tantas posibilidades de hacer algo tan bonito y se habrá marchado sin demostrar absolutamente nada. Quedan en el recuerdo esos días felices en los que la afición cantaba y probablemente seguirá cantando con orgullo aquello de "we are Champions League". La afición sí lo creyó, apoyó en masa en los viajes más apetecibles e incluso estuvo presente hoy en la gélida noche de Donetsk. Pero el equipo no creyó. Nunca. Y así es imposible. Dentro de dos semanas, el funeral al sueño europeo que así, de repente, se ha convertido en una pesadilla.

martes, noviembre 26, 2013

PREVIA Shakhtar Donetsk - Real Sociedad. ¿Cree la Real en una gesta europea?

Vela y Griezmann, ante el Manchester United en Anoeta.
La Real creyó el sábado en ganar un partido que perdía por 1-3 con poco más de media hora por jugar. ¿Cree ese mismo equipo todavía en el milagro europeo? Sólo tiene dos oportunidades de demostrarlo y la primera (miércoles, 20.45 horas, Donbass Arena, Canal + Liga de Campeones) es ineludible si se quieren tener opciones en la última jornada. Y sólo vale ganar. Después de haber sumado apenas un punto en las cuatro primeras jornadas, todas las opciones, tanto las de seguir en la Champions League como la de acceder a la Europa League, pasan irremediablemente por sumar los seis que quedan y que el Manchester United preste su ayuda para la gesta europea de la Real. Con bajas pero con ánimos renovados por la remontada lograda ante el Celta, el equipo de Jagoba Arrasate ya no tiene más oportunidades en Europa. Es ganar o ganar. Y es el día de que esta generación demuestre, aunque luego la diosa fortuna le dé la espalda, que quiere seguir creciendo.

Arrasate tomará sus decisiones sobre el terreno, ya que ha decidido llevarse veinte jugadores a Ucrania, incluyendo como es habitual en los partidos de Champions a tres porteros. Dos son los jugadores que se caen de la convocatoria contra el Celta, Zaldúa y Markel. El primero acabó agotado en su debut con el primer equipo pero con un espléndido sabor de boca y el segundo está sancionado para este encuentro. Las novedades, a la espera de conocer el descartado que se unirá al tercer portero en la grada, son cuatro: Royo, Elustondo, Cadamuro y Gaztañaga. El último podría ser el primer canterano en debutar esta temporada en competición europea (ya jugó en Liga los minutos finales del encuentro ante el Getafe), pero también ser el descartado, como ya le sucedió en Lyon en la previa. Carlos Martínez no ha superado las molestias que le impidieron jugar ante el Celta y se queda en casa, ocupando la enfermería junto a Granero, Ifrán y Estrada.

El once que saque Arrasate en el Donbass Arena depende de dos decisiones clave, las que apuntan al lateral derecho y al mediocentro defensivo. Bravo, Mikel González e Iñigo Martínez son seguros, y es más que probable que De la Bella estará en la izquierda. Ros jugó en el lateral derecho los minutos final del partido ante el Celta, pero Cadamuro parece tener más opciones. José Ángel a banda cambiada es otra opción. Por delante, la vuelta de Elustondo podría ser arriesgada tras su lesión pero en absoluto se puede descartar. Si no jugara, Gaztañaga o Pardo podrían ejercer de cuatro, aunque Arrasate ya ha mostrado en público sus dudas sobre colocar ahí al riojano en ese puesto, el que ocupa en la selección sub-21. Xabi Prieto y Zurutuza estarían por delante. Griezmann y Vela son seguros y puede ser que haya más opciones de ver a Agirretxe o Seferovic en punta que la repetición del esquema ante el Celta con Chory Castro por una banda y el francés y el mexicano alternándose en punta. Zubikarai y Ansotegi son los únicos suplentes claros

El punto que sumó en Anoeta ante el Manchester United no impidió que la Real siga ocupando la última posición del grupo A. Tiene a su rival, el Shakhtar, cuatro puntos por delante, mientras que el Bayer Leverkusen es segundo con siete y el Manchester es líder con ocho. En esta quinta jornada, pase lo que pase, sólo un equipo podrá certificar que estará en el sorteo para los octavos. Manchester y Bayer pasan ganando y no haciéndolo el Shakhtar. Si la Real no gana, se acabó su aventura europea. Si lo hace y el equipo inglés no gana en Alemania en el otro partido de la jornada, pierde todas las opciones de seguir adelante en la Champions. Para la Real no hay más cuentas que esa. En cambio, si le vale el premio de la Europa League, lo que en realidad conviene es lo contrario, que gane el Bayer, se clasifique por tanto para los octavos de la máxima competición y llegue de vacaciones a Anoeta. Eso convertiría el Manchester - Shakhtar de la última jornada en una final por la segunda plaza, que de acabar con el triunfo de los ingleses dejaría en manos de la Real la consecución de la tercera posición. Pero hay que ganar en Ucrania.

Este Shakhtar - Real Sociedad será un duelo de equipos en forma. El conjunto ucraniano es líder en su Liga con 38 puntos, aunque apenas le saca un punto al segundo clasificado, el Dnipro. Como local, no conoce la derrota: ocho victorias y un empate en los seis partidos, aunque en la Champions empató sus dos partidos en el Donbass, a uno con el United y a cero con el Leverkusen. En casa, el Shakhatar no ha perdido sus últimos 31 encuentros. La Real, con su goleada al Celta, se ha encaramado a los puestos europeos de la Liga, concretamente a la sexta plaza. Como visitante, suma dos derrotas en Champions y una victoria en los siete partidos ligueros disputados a domicilio (1-2 en Valencia). Nunca ha jugado la Real en este país en sus anteriores andaduras continentales, aunque sí ha visitado otras repúblicas ex soviéticas. En Bielorrusia empató a cero y cayó eliminada contra el Dinamo de Minsk en la Recopa de la temporada 1987-1988, mientras que en Rusia ganó 2-3 al Dinamo de Moscú en la UEFA de la 1998-1999. En Copa de Europa y Champions, la Real ha jugado X partidos como visitante, con dos victorias, un empate y seis derrotas.

domingo, noviembre 24, 2013

Vela, octavo jugador de la Real en marcar cuatro goles

Vela, con el balón por los cuatro goles.
Los cuatro goles que marcó ayer Vela ante el Celta de Vigo colocan al mexicano dentro del olimpo de los goleadores realistas. Anotar en cuatro ocasiones en un mismo partido es algo sumamente excepcional, tanto que un jugador de la Real no conseguía semejante hazaña desde el año 1995. Tanto que sólo ocho jugadores, contado ya a Vela, pueden presumir de haber hecho algo parecido a lo largo de la ya centenaria historia del equipo realista. Sólo en doce partidos se ha visto a un futbolista con la camiseta txuri urdin introducir el balón en la portería rival en cuatro ocasiones. Con el mexicano son cinco los realistas que marcaron los cuatro goles que hizo la Real en el partido en el que sobresalieron de esta manera. Y en Anoeta apenas había visto esta prodigiosa actuación en una ocasión antes de la de ayer. Casi nada.

Vela se convirtió ayer en el sexto jugador de la Real en anotar cuatro goles en un partido de Primera División. El primero en hacerlo fue Paco Bienzobas, el único realista que ha inscrito su nombre en la lista de máximos goleadores de una Liga (la primera, la 1928-1929). Consiguió esos cuatro tantos ante el Valencia en la temporada 1931-1932, en un encuentro que acabó con un contundente 7-1, siendo el autor de los tres primeros y del sexto. Arregi hizo cuatro goles en dos ocasiones en la misma temporada, la 1967-1968. En el 6-0 al Sabadell convirtió el primero de penalti y los tres últimos, y en el 5-1 al Córdoba hizo los cuatro primeros, dos de ellos anotando sendas penas máximas.

El máximo goleador de la historia de la Real, Satrústegui, también puede presumir de haber marcado cuatro goles en el mismo partido. Lo hizo en la temporada 1977-1978, en el 4-1 al Atlético de Madrid, anotando dos de ellos de cabeza. Bakero fue el siguiente en firmar esta hoja goleadora excepcional y además el último en hacerlo en el viejo Atotxa, en el 4-1 al Valencia de la temporada 1984-1985. Ya en Anota, la temporada 1994-1995 vivió esa formidable actuación goleadora protagonizada por Kodro, que firmó cuatro tantos en el 5-2 al Tenerife, marcando los dos primeros (el 2-0 de penalti) y los dos últimos.

Los cuatro de Satrus, en El Diario Vasco.
También se han visto actuaciones como la de Vela en los pasos de la Real por Segunda. Fernando Terán consiguió cuatro goles en dos partidos de la temporada 1939-1940. La primera de ellas, en el 7-0 ante el Arenas de Guecho, marcando el 3-0 desde el punto de penalti y los tres últimos tantos del encuentro. La segunda, y la única en que un jugador de la Real ha metido cuatro goles en un partido disputado lejos de San Sebastián, en el 0-6 al Alavés, convirtiendo el primero, el tercero, el cuarto y el quinto. Terán es también el único realista que llegó a firmar esa excelencia goleadora en tres ocasiones. La última de ellas, en la temporada 1940-1941, fue en el 7-1 ante el Castellón, en el día en que se logró el ascenso a Primera. Terán hizo los dos primeros, el cuarto y el séptimo.

En la Copa han sido dos los realistas en firmar una gesta de este calibre. También fue Bienzobas el primero en anotar en cuatro ocasiones en la competiciónm del KO y esa fue, de hecho, la primera vez en que un jugador de la Real hacía cuatro goles en partido oficial. Fue en la campaña 1930-1931, siendo el único goleador txuri urdin de un 4-1 al Betis, pero por desgracia pasó a la historia como una hazaña en balde, porque no bastó para remontar el 5-1 de la ida. Sarasqueta le imitó con mejor fortuna en la temporada 1953-1954, pues el 4-1 que firmó ante Las Palmas sí sirvió para seguir adelante tras el 0-0 del primer partido.

Vela podría haber hecho aún más historia porque marcó cinco goles, pero el primero se lo anularon por un inexistente fuera de juego (aunque sí lo estaba previamente Chory Castro, el realista que le dio la asistencia). Con ese gol, habría igualado a los cinco jugadores que han convertido cinco tantos en un partido vistiendo la camiseta de la Real. Chivero lo hizo en el 8-1 de Copa ante el Castellón de la temporada 1931-1932, Urtizberea en el 8-0 al Racing de la 1932-1933, y ya en Segunda Chipia en el 14-2 al Valladolid de la 1940-1941, Ontoria en el 0-7 de la 1945-1946 y Olano en el 7-2 al Basconia de la 1962-1963. Vela pudo marcar el quinto también al final, pero fue generoso y dio dos asistencias a Griezmann, que no pudo hacer su gol e igualar otra enorme marca anotadora, las seis jornadas consecutivas marcando de Aldridge en la temporada 1989-1990 y Kovacevic en el tramo final de la 2001-2002 y el inicial de la 2002-2003.

sábado, noviembre 23, 2013

REAL SOCIEDAD 4 - CELTA 3 Vela lidera una tarde histórica

La tarde memorable de Vela: cuatro goles.
Pocos valientes podrán decir que con el 1-3 confiaban en que la Real siquiera llegaría al empate ante el Celta. Pero haberlos, como las meigas, los había. Porque lo de hoy fue una tarde memorable en la que el equipo txuri urdin consiguió una remontada para la historia en un partido alocado, vibrante, de fútbol ofensivo y muchos momentos culminantes que exigieron un ejercicio de fe por parte de los hombres de Jagob Arrasate y del propio entrenador. Y en la tarde en la que era Griezmann el llamado a hacer historia, se erigió Vela para firmar cuatro goles que le llevan, si no lo estaba ya, al panteón de los goleadores realistas. Fue un partido para valientes y la Real, esa Real a la que tantas veces se le niega el carácter que tiene, respondió con grandeza, levantándose ante un marcador muy adverso y una calamitosa actuación de Muñiz Fernández, un colegiado que no tiene nivel ni para regional. Y aunque la Real encajó hoy tantos goles como llevaba en sus seis partidos anteriores en Anoeta, el valor de una victoria memorable es inmenso. La de hoy fue así.

Antes de la locura, hubo un detalle para analizar Y puede que el mensaje del once pase desapercibido, pero es importante destacarlo. Ante la ausencia de los dos laterales derechos del primer equipo, Arrasate optó por subir al titular del Sanse. Eso es importante en la Real, no sólo por tradición sino por ser el último paso en su formación. Es un claro mensaje a los chavales: tienen que estar siempre al cien por cien porque su oportunidad puede llegar en cualquier momento. La polivalencia de los jugadores del primer equipo es útil, pero sin duda a Zaldúa la habría parecido descorazonador que faltando los dos laterales de la Real se optará por cambiar a un zurdo de banda o colocar un central. Y eso es algo que, por ejemplo, Montanier convirtió en norma en su etapa. El resto del once, más o menos lo previsto, con Griezmann y Vela en punta, con la entrada de Chory y un centro del campo formado por Markel, Zurutuza y Xabi Prieto, en el único paso de Arrasate pensando en Donetsk, donde el primero de ellos no estará por sanción y dejará su lugar a Pardo.

Al contrario de lo que suele ser norma en la Real, el arranque fue explosivo. Tanto, que en apenas seis minutos se produjeron tras jugadas trascendentes dentro del área del Celta. En la primera, Vela anotó un fantástico gol de tijera a centro de Chory Castro, pero Muñiz Fernández, cuya presencia en Primera División evidencia el paupérrimo nivel del arbitraje español, cometió un doble error. El mexicano no estaba en fuera de juego, y ese es el que señaló su asistente, pero el uruguayo sí. En las imágenes se aprecia a Muñiz mirando a su linier en ese primer paso y dando continuidad a la jugada. Acto seguido, Xabi Prieto cayó dentro del área. No es que fuera un penalti clamoroso, ni mucho menos, pero mucho más livianos ya se han señalado. Y en la tercera, un Vela que parecía querer darle la razón a su entrenador, que había intuido un gran partido de su estrella, volvió a marcar. Y esta vez sí subió al marcador. Griezmann metió el balón en profundidad a De la Bella para que éste asistiera desde la línea de fondo al mexicano. Un muy buen gol.

Con ventaja en el marcador, la Real fue dejando poco a poco que el Celta se adueñara de la pelota. Seguramente no fue una elección y sí un problema de un centro del campo en el que Markel nunca se impuso y Zurutuza no llegó a aparecer. En esos minutos siguió generando peligro la Real, aunque sin provocar ocasiones demasiado claras. El dominio territorial del Celta dejaba espacios. Pero, curiosamente, cuando el marcador se volvió a mover no lo hizo ni por el peligro de los locales ni por el dominio de los visitantes. En una jugada aislada, muy bien trenzada desde la banda izquierda del ataque vigués, Rafinha conectó un muy buen cabezazo cruzado ante el que nada pudo hacer un Bravo que ni siquiera había tocado la pelota todavía cuando llegó el 1-1. Y lo peor es que cinco minutos después, sin que el chileno tuviera que actuar, encajó el 1-2. Ese sí fue un claro error de la defensa realista. Los dos centrales salieron a tapar el mismo hueco y dejaron un enorme espacio para que Álex López se introdujera en el área e hiciera el gol a placer.

Justo antes del gol del Celta, Muñiz dejó sin señalar un penalti a favor del equipo txuri urdin, en una mano extendida dentro del área con la que un defensor visitante controló el balón. Del 2-1 al 1-2 y a partir de ahí el dominio de la Real volvió a ser notorio, aunque solamente fuera porque todas las llegadas de peligro se dieron de su lado. Vela recuperó su papel de provocador de tarjetas, incluyendo un claro piscinazo en la frontal que le costó la amarilla a Cabral. La falta, por cierto, la colocó Griezmann entre los tres palos pero contra el cuerpo de Yoel. De nuevo Griezmann pudo marcar de tijera, pero sobre todo fue Vela quien más cerca estuvo del gol en una memorable jugada personal en la que el meta visitante desvió el balón con l punta de los dedos pero Muñiz, no podía ser de otra forma, no vio el claro córner. Griezman tuvo la última antes del descanso, después de que Arrasate tuviera que hacer su primer cambio. Zurutuza, que pasó muy desapercibido, tuvo que dejar su sitio a Pardo. El 1-2 al descanso no parecía justo en absoluto.

Ya se estaba viendo un partido abierto, pero nada podía anticipar lo que estaba por venir. Mucho más teniendo en cuenta que el arranque realista no tuvo nada que ver con el de la primera mitad y se asemejaba más a un quiero y no puedo que a un verdadero intento de remontada. El Celta, bien armado atrás, no sufrió mucho en los primeros minutos. De hecho, la primera jugada destacada fue el 1-3 del equipo vigués, que llegó en el minuto 57. Una jugada que salió de la nada y en la que la defensa realista se confió en exceso, puede que incluso también por la acción de un desquiciante Muñiz Fernández, que en la jugada anterior señaló como falta en ataque un levísimo contacto de Xabi Prieto en el salto, hecho que le permitió inhibirse en una mano clamorosa, y después no quiso saber nada del mismo contacto entre Rafinha e Iñigo Martínez. Con 1-3 todo parecía perdido, pero la Real reaccionó muy rápido. Apenas cuatro minutos después, en el 61, Vela hizo de cabeza el 2-3, rematando de cabeza un córner botado por Chory Castro y se metió en el partido.

Se metió la Real y se metió Anoeta. Pero sobre todo se metió un Vela descomunalmente estelar. Cada balón que tocaba suponía una pesadilla para el Celta. Y en el 65 miró a la portería desde el centro del campo, arranco con una firmeza impresionante y fue derribado por Fontás. Segunda amarilla, roja y espaldarazo definitivo a las ilusiones de la Real por remontar el partido. Arrasate reaccionó de inmediato con una apuesta valiente y decidida: Agirretxe por Mikel González. El Celta trató de frenar la avalancha de cualquiera, con muchas faltas (nada menos que 24) y muchas tretas de eso que se llama eufemísticamente fútbol subterráneo, como el de Charles metiéndole el codo en el salto a Iñigo Martínez y desmayándose después ante una temeridad de Markel Bergara, parecida a aquel tortazo a Herrera de la temporada pasada y que Muñiz dejó en amarilla. El follón se terminó de liar en una jugada en la que sacó otra amarilla a Prieto por dejarse caer dentro del área rival. Poco fue para pitar penalti, pero cosas peores se han visto.

Minuto 78.Y Vela llega al hat trick. En fuera de juego, todo hay que decirlo, porque lo de Muñiz Fernández y sus asistentes hoy no tuvo nombre. Con el empate, un bravísimo Zaldúa, que había sido objeto de una patada durísima que se quedó sin amonestación para el jugador del Celta, y tras demostrar que en el Sanse hay jugadores que pueden dar el salto al primer equiopo perfectamente, tuvo que dejar su puesto a Ros, que actúo de improvisado lateral y Markel se incrustó como central junto a Iñigo. Antes de que el cambio pudiera tener algún efecto en el partido, Vela terminó de convertir una tarde grande en una prodigiosa y memorable. Griezmann metió un espléndido balón entre la defensa para que Vela metiera el cuerpo y cerrara una remontada épica. Aunque la Real tuvo algunas dudas en el tramo final, el resultado no corrió peligro. Incluso debió ser más amplio, pero Griezmann dejó pasar su cita con la historia y no convirtió el que habría supuesto seis jornadas seguidas marcando, a pesar de que Vela le dejó solo ante Yoel dos veces en la misma jugada.

Se presumía un partido abierto, pero pocos imaginaban una tarde de tantas sensaciones. Y menos todavía que fuera una memorable. Jagoba dijo en la víspera que tenía la intuición de que Vela se iba a salir, pero seguro que ni él imaginaba que los cuatro goles del mexicano iban a servir para certificar una de las mayores remontadas de la historia de la Real. Es verdad que el triunfo llegó contra diez jugadores y que la enorme efectividad del Celta (Bravo apenas intervino en todo el partido), pero eso no puede quitar nada de brillo a la espectacular victoria, que sirve para certificar la buena marcha del equipo que se había truncado con el mal partido del Bernabéu y para coger moral de cara al definitivo encuentro de Champions que espera el miércoles. Recuperando la eficacia ofensiva y con Griezmann y Vela al nivel que se les presupone, pocos retos se le pueden escapar a este equipo. Y superar el de hoy lleva a la Real a la zona europea por la que indudablemente tiene que luchar también esta temporada, independientemente de su actuación en Europa o en la Copa.

viernes, noviembre 22, 2013

PREVIA Real Sociedad - Celta. Una victoria para mirar a Europa

Agirretxe, bigoleador la temporada pasada ante el Celta.
Vuelve la competición (sábado, 18.00 horas, Anoeta, Canal + Liga y Gol TV) después de dos semanas en las que, aún en el buen camino en Liga, se ha arrastrado el mal sabor de boca de la contundente derrota en el Santiago Bernabéu y de la situación limite en la Champions que queda tras el empate ante el Manchester. La visita del Celta es el arranque del último tramo del año, el que por fuerza aclarará el futuro europeo de la Real y dará pistas de las opciones del equipo en la Liga y en la Copa. Jagoba Arrasate cuenta con varias bajas, pero eso no le impedirá presentar un once prácticamente de gala ante el equipo gallego, uno de los mejores conjuntos de la competición a domicilio. Para que el cuadro txuri urdin pueda mirar hacia Europa, hacia arriba en la tabla ya de forma definitiva, la victoria es importante y permitiría asentar el fortín de Anoeta, campo en el que sólo se ha llevado los tres puntos el Atlético de Madrid.

La principal novedad de la convocatoria con respecto al encuentro contra el Real Madrid es la ausencia de Carlos Martínez, que finalmente no ha superado sus molestias físicas y no estará frente al Celta. En su lugar, la espléndida noticia es la inclusión por segunda vez en una lista de Joseba Zaldúa, que podría ser el tercer canterano en debutar con el primer equipo esta temporada (ya lo hicieron Gaztañaga y Sangalli). Y tiene opciones de hacerlo incluso desde el inicio, porque la única ausencia por decisión técnica es la de Cadamuro, uno de los aspirantes a la banda derecha y que esta semana ha disputado partidos internacionales y se ha clasificado con su selección, Argelia, para el Mundial del próximo año en Brasil. Las otras cuatro ausencias están motivadas en sus lesiones. Granero, Ifrán, Estrada y Elustondo son los cuatro jugadores que ocupan la enfermería. Los otros 17 jugadores del primer equipo completan la convocatoria.

Bravo estará bajo palos, con una defensa en la que lo único seguro es que jugarán Iñigo Martínez y Mikel González, pero no sus posiciones. Mikel es una de las tres opciones para la banda derecha, junto con Zaldúa y Ros. En la izquierda, y tras dos semanas de parón, es difícil aventurar si jugará José Ángel o De la Bella, aunque el segundo parece tener más opciones. Markel, sancionado en Europa, es fijo en el centro del campo. Junto a él jugarán dos del río que forman Pardo, Prieto y Zurutuza, quizá más probablemente estos dos últimos. Vela y Griezmann (que busca igualar el récord en la Real de jornadas consecutivas marcando que tienen Aldridge y Kovacevic) parecen seguros, y la duda está en el atacante, Agirretxe o Seferovic. Si no hay sorpresas, Zubikarai, Ansotegi y Chory Castro serán suplentes, aunque no hay que descartar que salga éste último con Vela en punta.

La Real comienza la jornada en la séptima posición, con 17 puntos, a tres de la sexta plaza y a siete de la cuarta, que con 24 puntos ocupa ahora mismo el Villarreal. El Celta es decimosexto con 12 puntos, los mismos que ocupa el Rayo, primer equipo en la zona de descenso. Como local, el equipo txuri urdin ha ganado tres de los seis partidos que ha jugado en Anoeta, con dos empates y una única derrota. El realista es el conjunto que menos goles ha encajado en su propio estadio, sólo tres. El dato peligroso para los de Arrasate es que al Celta a domicilio sólo le superan tres equipos en goles marcados (Barcelona, Real Madrid y Sevilla) y sólo seis equipos en puntos sumados, gracias a sus tres victorias (1-2 al Betis, 0-5 al Málaga y 0-1 al Sevilla), logrando además las dos últimas en sus dos desplazamientos más recientes. Sus otras tres salidas han sido derrotas, por lo que no conoce el empate. Arbitra Muñiz Fernández, un árbitro que encadena escándalos esta temporada y con el que la Real no gana desde hace once años, 1-3 en Valladolid en la 2003-2004. Después de eso, trece partidos sin ganar y los últimos siete con derrota.

Este Real Sociedad - Celta se ha jugado ya en 50 ocasiones en la competición de Liga, 41 de ellos en Primera División. En la máxima categoría, el balance es muy positivo para el equipo txuri urdin, con 25 triunfos, doce empates y sólo cuatro derrotas, la última de ellas el 0-2 de la temporada 1999-2000. Desde entonces, tres victorias de la Real y cuatro empates. La victoria local con más ventaja fue el 5-0 de la campaña 1954-1955 (con goles de Paz, Elizonso, Zubillaga, Iriondo y Sarasqueta), pero destaca el 7-3 de la temporada 1952-1953 (Echeveste e Igoa hicieron sendos dobletes y el resto de los goles realistas los hicieron Juan Francisco en propia puerta, Carlos y Barinaga). La victoria más clara del Celta fue el 1-3 de la Liga 1970-1971. La estadística se completa con nueve partidos en Segunda, con seis victorias, dos empates y una derrota. Para la historia queda uno de esos partidos, el 2-0 de la temporada 2009-2010, el día que la Real certificó su regreso a Primera.

La última vez que Real Sociedad y Celta se vieron las caras fue la pasada temporada, la 2012-2013, y el triunfo fue merecidamente para el conjunto txuri urdin por 2-1. Fue el primer partido de la temporada en Anoeta, al que el equipo de Montanier llegó tras caer goleado en el Camp Nou, y fue uno notable. Ya en la primera mitad mereció adelantarse en el marcador, y si no lo hizo fue porque falló ocasiones muy claras y porque el árbitro perdonó un penalti y anuló un gol legal de Agirretxe. El partido pudo irse después de que el Celta se adelantara nada más arrancar la segunda mitad con un tanto de De Lucas. Pero se gestó la remontada con un Griezmann estelar como mediapunta. El empate lo hizo Agirretxe rematando un sensacional envío cruzado del francés. Y de nuevo Agirretxe hizo el 2-1, adelantándose a la defensa del Celta tras luchar Vela por un balón que Griezmann había puesto en la línea de fondo. Ya con Pardo en el campo, sensacional, la victoria no se podía escapar. Fueron los tres primeros puntos de una temporada feliz.

lunes, noviembre 18, 2013

AQUELLOS MARAVILLOSOS CROMOS Juan Bagur

La pasada semana nos dejó Juan Bagur. Nito o Juanito le llamaban los suyos. Poca repercusión ha tenido la noticia, a pesar de que estamos hablando del quinto guardameta que más veces ha defendido la portería de la Real Sociedad, sólo por detrás de Arconada, Alberto, Bravo (le ha superado esta misma temporada) y Esnaola. Jugó un total de 203 partidos, 145 de ellos en Primera, 26 en Segunda, 27 en la Copa, cinco en la fase de permanencia en Primera de la Liga 1954-1955, a lo largo de las trece temporadas que permaneció en San Sebastián. Es natural de Menorca y eso le convierte en el portero español no vasco que más tiempo se puso bajo palos con la Real, aunque él siempre se consideró vasco. Y eso que durante mucho tiempo no fue titular por la presencia de un monstruo como Eizaguirre. Cuando se publicó este cromo, en el álbum Campeones editado por Bruguera para la temporada 1957-1958, Bagur venía de jugar 29 de los 30 partidos de la Liga anterior y los siete de la Copa, pero la irrupción de Araquistain le fue dejando sin partidos.

Bagur debutó en la Real en un encuentro de Copa sin historia que se jugó el 13 de junio de 1948. El equipo txuri urdin se había plantado en las semifinales de la competición, pero fue arrollado por el Sevilla en el partido de ida de esa ronda. Galarraga, que era el portero titular de la Real por aquel entonces, tuvo que recoger el balón del fondo de su portería nada menos que en siete ocasiones y sus compañeros sólo pudieron oponer un gol, logrado ya al final por Pérez. En Atotxa, el 7-1 fue imposible de remontar, pero al menos la Real ganó el partido por 1-0. Un partido insulso, por cierto, que apenas se recordará por ser el primer partido del portero. "Ni siquiera nos cupo en suerte medir las posibilidades del debutante Bagur. El Sevilla no dio al joven meta ni una sola oportunidad", dice la crónica de El Diario Vasco de aquel día.

Su protagonismo fue absoluto en las dos campañas siguientes. Se convirtió en el portero del ascenso en 1949 y el de la permanencia en 1950, jugando todos los partidos de ambas Ligas. Pero Eizaguirre volvió a la Real en el verano de 1950. Se pasó dos campañas sin jugar en Liga, sólo en Copa, incluso teniendo que suplir al titular, lesionado, en la final de la competición del KO que perdió la Real contra el Barcelona en Chamartín. A pesar de su alargada sombra, Bagur, cuyo contrato vencía en 1952, decidió renovar por otros cinco años más, y de nuevo firmó por el mismo periodo de tiempo cuando finalizó ese segundo contrato. Y jugó bastante, a pesar de que Eizaguirre era el titular. Aunque su deseo era acabar su carrera profesional vestido de txuri urdin, la irrupción de otro gran portero, Araquistain, le llevó a plantearse el traspaso. Y a la Real, que siempre ha vivido en una importante precariedad económica, el dinero de la venta le venía fenomenal.

El Diario Vasco informaba de la presencia en la grada de Atotxa de José Samitier, secretario técnico del Real Madrid, viendo el Real Sociedad - Oviedo de la temporada 1959-1960. Bagur ya no jugaba, bajo palos estaba Araquistain. Ya ese mismo día se daba por seguro el traspaso al equipo blanco, y se hacía con una colección de elogios hacia el ya entonces casi ex realista: "En todo momento portero de indudable categoría, fueron muchas las ocasiones en las que puso a prueba su condición de un donostiarra más, amante como el primero de los colores blanquiazules". Bagur se marchó pues al Real Madrid, donde estuvo hasta la temporada 1961-1962. En ese tiempo, y aunque sólo jugó cuatro partidos oficiales, ganó una Liga, una Copa de Europa y una Copa Intercontinental, siendo el único jugador de Menorca que ha logrado el máximo título europeo. Fichó después por el Racing, precisamente cuando Araquistain volvió a cerrarle las puertas de la titularidad ahora en el Madrid. En Santander jugó una temporada, hasta que se retiró para atender su negocio familiar de alimentación en Menorca, donde residió hasta su muerte con 85 años.

miércoles, noviembre 13, 2013

Griezmann, a por un récord legendario

Griezmann, en el Bernabéu.
Antoine Griezmann está en disposición de igualar en el próximo partido, ante el Celta, un récord legendario en la historia de la Real. Si marca ante el equipo vigués, habrá convertido al menos un gol en seis jornadas de Liga consecutivas, algo que en la historia txuri urdin sólo se ha producido dos veces a lo largo de la historia y una en una misma temporada. John Aldridge, el primer nueve extranjero de la era moderna, lo hizo en la temporada 1989-1990. Y Darko Kovacevic, el jugador foráneo que más partidos ha disputado con la camiseta txuri urdin, igualó la proeza en las jornadas finales de la 2001-2002 y las iniciales de la 2002-2003. Griezmann tendría un mérito añadido si consigue ese gol en el próximo encuentro, y es que alcanzaría esa marca sin jugar como delantero centro. Nombres míticos como los de Kodro, Nihat o Satrústegui no consiguieron esa impresionante racha.

Mestalla vio el comienzo de la racha goleadora de Griezmann, abriendo el marcador de un partido que finalmente acabó en 1-2. Sumó los dos primeros goles en el 3-0 ante el Almería. Después hizo los dos tantos en el empate en Valladolid. Continuó con el tercer tanto del 5-0 al Osasuna en Anoeta. Y, finalmente, hizo el 4-1 en el Bernabéu, en un partido que acabó 5-1. Con sus siete goles, la Real ya ha sumado tres victorias y un empate, cosechando una única derrota. La marca que ahora tiene Griezmann es la de cinco partidos consecutivos marcando, que es la que logró el ya mencionado Satrústegui en la temporada 1976-1977. La racha del mejor 9 de la historia txuri urdin arrancó con dos tantos en un partido mítico, el 5-0 al Athletic de Bilbao en Atotxa, el famoso día de la ikurriña. Continuó marcando el 2-1 en el Camp Nou, con dos tantos más en el 3-0 en Atotxa ante el Hércules, y otros dos dobletes más en el 0-3 al Sevilla y el 4-1 al Burgos.

Aldridge y Kovacevic marcaron en seis jornadas seguidas.
Tuvo que pasar más de una década para que esa marca de Satrus se batiera. Aldridge alcanzó los seis partidos consecutivos marcando entre las jornadas 23 y 28 de la Liga 89-90. Primero hizo de cabeza el empate a uno final en El Sadar ante Osasuna. Con el pie, firmó también la igualada a uno en Atotxa ante el Oviedo. Logró a continuación el 0-2 definitivo en Castellón. Cerró el mismo marcador en Donostia ante el Mallorca. Acto seguido firmó ambos tantos en la memorable remontada en el Camp Nou hasta el empate a dos final. E hizo el segundo y el cuarto en el 4-2 ante el Rayo Vallecano, de nuevo en Atotxa. Su racha se rompió en el Santiago Bernabéu, donde la Real cayó 3-0 ante el Real Madrid y a pesar de que el irlandés jugó los 90 minutos. En total, anotó ocho goles en esas seis jornadas, una racha en la que la Real no conoció la derrota y firmó tres victorias y otros tantos empates.

Por su parte, Kovacevic arrancó su racha en la temporada 2001-2002 ante el Real Madrid en Anoeta, haciendo de penalti el primer tanto del 3-0 final. Después, y también desde el punto de penalti, hizo el 1-3 definitivo en Valladolid, el día en el que la Real certificó matemáticamente su permanencia en Primera. Y marcó de cabeza el último gol de la campaña en el 1-1 ante Las Palmas. La racha anotadora de Darko se prolongó en el comienzo de la siguiente temporada. Un cabezazo suyo supuso el 4-2 definitivo en el partido inaugural de la campaña en Anoeta ante el Athletic, cerró con el pie el 1-3 ante el Espanyol y anotó un doblete, para empatar a dos y poner en ventaja a la Real, en el 3-3 ante el Betis que se vivió en Anoeta. Kovacevic truncó su racha en Pamplona, donde no marcó a pesar del 2-3 final y donde sólo jugó los primeros 45 minutos. Números totales, siete goles que ayudaron a lograr cuatro victorias y dos empates. Ahora es Griezmann quien tiene la ocasión de sumarse a esta antológica lista de goleadores realistas.

lunes, noviembre 11, 2013

Mis tres primeras veces

La primera vez que vi a la Real en el Santiago Bernabéu fue cuando aquel equipo de los Arconada, Górriz, Gajate, Zamora, Bakero y Begiristain salió aplaudido por la parroquia madridista después de endosar a los blancos un maravilloso 0-4 en las semifinales de la Copa del Rey. Dado que la Real ha ganado muy pocas veces allí, supongo que mucha gente tendrá la tentación de no creerme si les digo que mi segunda visita, la primera en Liga, acabó también con victoria txuri urdin, 0-2 en la temporada 93-94. El jugadón de Alkiza en el centro del campo para el maravilloso desmarque de Kodro y el gol de Imanol en el descuento. Y rizando aún más el rizo de lo imposible, mi tercera visita fue un empate a cero, en un día en el que Kodro y Zamora luchaban por el Pichichi que finalmente se llevó el chileno. Mis tres primeras veces, canté seis goles de la Real y no vi ninguno del Real Madrid. Después de aquella última, yo era un chaval de 16 años que se sentía invencible en el campo de aquel equipo que me contaban ya tenía cinco Copas de Europa y era uno de los más temibles no sólo de España sino del mundo. Pero a mí no me había ganado.

Por supuesto, luego vi derrotas. Pero como no sólo de victorias vive el aficionado, no son éstos los únicos recuerdos maravillosos que tengo del Bernabéu. Yo vi ante el Real Madrid y en su estadio cómo la Real de Alberto, Idiakez, Karpin y De Pedro le levantó un 2-0 a los merengues en siete minutos, en la temporada 1995-1996, sólo para acabar derrotada por la cobardía de un árbitro que señaló el oportuno penalti para los locales antes de llegar al final. Me emocionó el vuelo de Kovacevic en el siguiente partido en Chamartín, para anotar un sensacional gol de cabeza, aunque después la Real saliera goleada. Recuerdo a Pikabea marcar un gol con el hombro en la temporada 1999-2000 para conseguir un valioso empate. O a Mark González en la 2005-2006 para hacer lo propio en la 2005-2006. Vi a once jugadores con el nombre de Aitor Zabaleta en la espalda disputando el partido hasta el final, con orgullo, pese a perder por 3-2 en la Liga 1998-1999, con dos goles de Darko, bestia negra de los blancos. He vivido un hat trick de Xabi Prieto, y una memorable actuación suya con el número 26, en el 1-4 de la campaña 2003-2004 Y vi uno de los mejores partidos que recuerdo a la Real como visitante, el increíble 0-0 de la 2002-2003.

Tengamos en cuenta estos recuerdos y que he visto desde un asiento del Santiago Bernabéu tres de las cinco victorias que ha conseguido la Real en ese imponente estadio (en la semifinal de los pitos de 1951 no había nacido y sólo me perdí el 2-3 de la temporada 1990-1991 de las que podría haber visto por edad). Tengamos en cuenta que he visto portando la camiseta del Real Madrid a siete jugadores que han ganado el Balón de Oro (Ronaldo, Zidane, Figo, Owen, Cannavaro, Kaká y Cristiano Ronaldo), que he visto a la Quinta del Buitre, a incontables internacionales con la selección española y con las más potentes selecciones de todo el planeta, incluso a once campeones del mundo de selecciones. Y tengamos en cuenta que en la portería local he visto a tipos como Iker Casillas, Illgner o Buyo. ¿Esta todo eso claro? Porque lo que vengo a decir es que la Real, aún perdiendo casi siempre en el Bernabéu, solía competir ahí. A veces ganaba o empataba, la mayoría de las veces perdía. Y, sin pretender que se entienda que el Madrid no tiene ahora uno de los mejores equipos de su Historia, lo hacía contra jugadores de una calidad extraordinaria que, como poco, nada tenían que envidiar a estos.

Así que vamos a dejarnos ya de mitos y excusas baratas. A la Real jamás se le va a exigir ganar en el Bernabéu. Auténticas leyendas realistas se retiraron sin saber lo que era eso. Pero esas mismas leyendas daban la cara. Los justificados enfados de los realistas vienen porque eso ya no sucede. Ahora la Real salta al césped del Bernabéu pero es como si no lo hiciera. En realidad, peor que si lo hiciera. Porque lo que enseña es lamentable y vergonzoso. Perder no, pero ésto sí. No competir es vergonzoso. Asumir una derrota antes de jugar es vergonzoso. Es tristísimo estar toda la semana hablando de que se puede ganar en el Bernabéu para que después el madrdismo vea semejante caricatura de equipo y los realistas tengamos que salir de ese estadio con el rabo entre las piernas y rumiando cada uno a nuestra manera la enésima derrota, una nueva goleada, otro día triste. Basta ya de explicaciones tópicas y manidas. Ya sé que el Real Madrid es muy bueno. Ya sé que es muy difícil ganar en el Bernabéu. No es eso lo que se le exige a la Real. Se exige orgullo y respeto por su escudo. Y yo eso no lo vi el pasado sábado. Ni en las últimas visitas.

Mis tres primeras veces no fueron un espejismo. Sé que no. Sí fueron una afortunada coincidencia, porque es dificilísimo encadenar tres resultados positivos en el Bernabéu. Eso es así. Lo que no puede ser es que la Real asuma una inferioridad tan lastimosa que no se corresponde ni con el potencial que, aún con sus elementos a mejorar, tenía el equipo que presentó ayer Jagoba Arrasate, ni con la historia de este club. Por ejemplo, en esos 19 partidos que he visto en el Bernabéu, encadené cinco derrotas consecutivas después de esas tres primeras veces, entre las temporadas 1995-1996 y 2000-2001. 3-2, 6-1, 2-0, 3-2 y 4-0. Todas aquellas derrotas, incluso las más abultadas, fueron infinitamente más honrosas que las cuatro que ya he encadenado desde el regreso a Primera. Con la Real en Segunda, me pasé tres años pasando por delante del Bernabéu mirándolo con melancolía. Echaba de menos a la Real allí. Ahora, cuando toca volver a ver a los míos, me acerco siempre ilusionado. Eso siempre. Y después del partido, salgo abatido por lo que he visto. Y lo peor es que no entiendo las causas. No me importa perder, pero hacerlo así es una puñalada directa a mi corazón txuri urdin. ¿El año que viene? Volveré a apostar por la victoria de la Real. ¿Me llevaré otra bofetada?

sábado, noviembre 09, 2013

REAL MADRID 5 - REAL SOCIEDAD 1 Una primera parte de vergüenza


Recordaremos la primera parte de la visita al Bernabéu durante años. O intentaremos olvidarla cuanto antes. Porque hoy fue un día en el que la Real dio vergüenza en el coliseo madridista y encajó una goleada, 5-1, que si no llegó hasta extremos más dañinos fue porque el Real Madrid se conformó con ir sumando goles sin esforzarse demasiado. No le hacía falta porque enfrente no tuvo un equipo, sino una banda en la que no hubo ni un solo detalle que recordara a la Real. Ni su camiseta, hoy negra, ni su actitud, sencillamente ridícula. Y es que en el Bernabéu se puede perder, incluso salir goleado, con cierta facilidad porque el Real Madrid es un equipazo, compuesto a base de talonario y con jugadores deslumbrantes. Pero pocos equipos escogen para hacerle frente la paupérrima forma en la que Real trató de mantener el 0-0 inicial, que duró muy poco, y que fue una invitación al sonrojante marcador final. Que encima resultó escaso para lo que de ver se merecía hoy la Real.

Hay una diferencia muy notable entre la forma en que la Real salió goleada en el Camp Nou y la que derivó en su terrible derrota en el Santiago Bernabéu: la actitud. En Barcelona el partido se dio por perdido desde el principio. En Madrid no. En Madrid se perdió por una desesperante actitud y por la asunción de una inferioridad, algo deplorable para cualquier equipo de Primera División pero mucho más para uno que este año puede presumir de estar disputando la Champions. Pero ese fue el único detalle de grandeza del que pudo presumir hoy la Real en la primera mitad. El único. Como muestra, dos indicadores. El primer balón que toca Diego López en el partido llegó en el minuto 33, y fue un centro de Vela desde la banda izquierda que rebotó en un defensa madridista. El primer disparo, aunque no entre los tres palos y también de Vela, llegó en el 49. Nunca hará un equipo que haga más sencillo el debate en torno a la portería del Madrid.

Lo fácil sería decir que el partido se acabó cuando el Madrid marcó su primer gol, en el minuto 12, pero no sería del todo adecuado porque acabó mucho antes. Acabó con el pitido inicial. Así de claro. Que el marcador se fuera conformando con el paso de los minutos no invalida esa apreciación, porque la Real no saltó al césped del Bernabéu como un equipo de fútbol, y su tímida reacción de la segunda mitad, ya con un dolorosísimo 4-0 en contra, no es ningún consuelo. Parece imposible que a un equipo de primer nivel le cueste tanto dar dos pases segudidos, controlar balones fáciles, defender a un rival sin necei o incluso tener alguna mínima sobre cómo llevar el balón al área contraria. Pero eso es lo que mostró la Real en la peor primera parte que se le recuerda, no ya en el estadio madrileño, sino en muchos años. Por resultado, por juego, por actitud y por todo.

Así, que cayeran goles por parte de un equipo comandado a gusto pero con maestría por Xabi Alonso, sólo era cuestión de tiempo. En el minuto 12, como está dicho, llegó el primero, con un balón cruzado de banda a banda, que recibe Cristiano Ronaldo en la derecha para fusilar a Bravo a placer con un tiro cruzado. El 2-0 llegó sólo seis minutos después, tras una jugada de Cristiano, que cedió el balón atrás para que Benzema lograra su gol sin marcaje alguno que se lo impidiera. Para que no faltara nada en la fiesta, el 3-0 llegó de penalti, después de una jugada en la que Benzema había hecho falta y en la que la pena máxima se antoja exagerada. Tanto, que no hubo ni amonestación, a pesar de señalar una mano que cortaba un disparo a puerta. Cristiano batió a Bravo con comodidad. Y el 4-o llegó en el minuto 36, obra de Khedira.

¿La Real? Como si no estuviera. Vela y Griezmann trataron de hacer alguna arrancada, pero sin éxito. La fórmula de colocar a Markel y Elustondo en el centro del campo fracasó una vez más y esta vez con más estrépito del acostumbrado por comparación con el genial ex realista que había enfrente. Elustondo no consiguió hacer nada que sumara para el equipo en los 45 minutos que jugó y Markel evidenció que era dificílismo hacer daño al Madrid con una cesión de cabeza a Bravo más allá del centro del campo, desde más de 50 metros. Seferovic fue una vez una isla, Prieto mostró un nivel de forma increíblemente bajo y las dos bandas, en manos de Carlos Martínez y José Ángel fueron autopistas para los atacantes madridistas. Ni siquiera Iñigo o Mikel consiguieron imponerse con cierta facilidad. Bravo, en realidad, apenas tuvo que hacer paradas de mérito, porque cada vez que el Madrid intentaba marcar un gol, lo marcaba. Salvo el disparo que Cristiano estrelló en el larguero todavía con empate a cero.

Tan acusado fue el ridículo que estaba haciendo la Real en el Bernabéu durante la primera parte, que la mejora en el segundo fue evidente. Claro que con 4-0 en 45 minutos parecía imposible hacerlo peor. Arrasate introdujo dos cambios en el descanso, uno obligado por su estado físico, el de Seferovic, y otro por la fallida estrategia, el de Elustondo. Entraron en el campo De la Bella y Zurutuza, y Vela y Griezmann se colocaron como los hombres más adelantados. Y el francés evidenció que es el jugador más en forma del equipo. Todas las jugadas de ataque pasaban por él. Pidió un penalti rondando el cuarto de hora, y casi sin tiempo para reclamarlo acabó marcando el 4-1, al recibir un buen pase de Vela y picar el balón por encima de Diego López en su salida. Y pudo hacer alguno más si el ambiente del partido hubiera sido otro.

Como a perro flaco todo son pulgas, Carlos Martínez dejó el partido renqueante tras una entrada que le costó la tarjeta amarilla a Arbeloa y entró Ansotegi en el centro de la zaga y Mikel se pasó a la banda derecha. Con medio equipo descolocado de sus posiciones habituales, incluso se pudo marcar algún gol más. Pero quien marcó, no podía ser de otra forma, fue Cristiano. Y de falta. Hay un problema muy severo con los libres directos, porque este equipo es incapaz de marcar un gol de esa manera y encaja muchísimos, lance quien lance y por mucho que hoy fuera Cristiano, autor de otro hattrick. A última hora, Vela pudo marcar, pero Diego López añadió un punto más ese famoso debate de la portería con una gran parada, y Morata pudo certificar una goleada aún más escandalosa, pero Morata (el Madrid ya estaba en modo homenaje y tanto Xabi Alonso como Benzama recibieron ovaciones, de distinto nivel) falló una clarísima ocasión a puerta vacía.

La segunda parte sólo confirmó que la Real podría haber jugado el partido y plantar cara al Real Madrid, aprovechar un ambiente de absoluta frialdad, ya que la grada ni siquiera animó durante buena parte del partido. Y si la Real hubiera llegado a Chamartín de otra manera, sigue quedando el convencimiento de que se puede hacer más. Al menos, lo que otros equipos hacen. Porque luego se puede perder. Pero así no. Porque así lo único que se puede destacar es que el Madrid no quiso firmar una goleada de absoluto escándalo. La disposición hoy de la Real, si el Madrid hubiera querido hacer sangre, le habría llevado a encajar un marcador incluso de dos dígitos. Y eso, se mire como se mire, es vergonzoso. Pero el Madrid perdonó un resultado más amplio, el Bernabéu incluso le pidió a sus jugadores que fueran más incisivos. Pero 5-1 ya está bien. Porque, con el también decepcionante paréntesis del año pasado, empieza a ser una costumbre.

viernes, noviembre 08, 2013

PREVIA Real Madrid - Real Sociedad. Esta vez no vale tirar el partido

Xabi Prieto, hat trick la Liga pasada en el Bernabéu.
Esta vez no vale tirar el partido (sábado, 16.00 horas, Santiago Bernabéu, Canal + Liga, Gol TV). Después de ver las nefastas consecuencias que tuvo esa actitud en el Camp Nou, no del todo reconocida en público pero sí asumida claramente, la Real no puede permitirse el lujo de tirar el duelo del Santiago Bernabéu. Esta vez no puede esgrimir que lo importante es Anoeta porque ya está empezando a conseguir que su estadio sea un fortín. Esta vez no hay nada que reservar para un partido dentro de tres días porque no lo hay. Esta vez la Real ya está en disposición de asaltar los puestos europeos en la Liga y no hay desánimo en esta competición. Y esta vez la Champions no puede distraer porque no vuelve a jugar en ella hasta dentro de tres semanas. La Real está obligada a hacer algo más que firmar el acta. Está obligada a pelear por la victoria y sacarse la espina de la temporada pasada. Porque la Real, y lo dice un ex madridista como Granero, está capacitada para ganar en cualquier sitio.

A diferencia de lo que sucedió en el Camp Nou, donde Sangalli llegó a ser titular, Arrasate sólo se lleva a Madrid jugadores del primer equipo. A las ausencias ya conocidas, las de Dani Estrada, Diego Ifrán y Esteban Granero, se suma Rubén Pardo, que tiene una sobrecarga en la cadera, después de haber sido titular tanto el sábado ante el Almería como el martes ante el Manchester United. Con esta situación en ela enfermería, el técnico txuri urdin sólo ha tenido que hacer un descarte por decisión técnica, y el jugador que ha escogido para que se quede en Donostia es Cadamuro. Así, son dos los jugadores que se incorporaran al grupo de 18 con respecto a la última lista de Champions, Javi Ros, que no había entrado en una convocatoria desde que Elustondo dejó atrás su última lesión, y José Ángel, que fue titular en el último partido liguero ante el Osasuna.

Otra semana más resulta complicado anticipar los planes de Arrasate para el once titular. Bravo estará en la portería y Carlos Martínez seguirá sin entrar en rotaciones en la banda derecha. Lo normal es que jueguen los centrales del once de gala, Mikel González e Iñigo Martínez, y la primera duda está en el lateral izquierdo, donde es posible que vuelva José Ángel en lugar de De la Bella. Markel parece seguro. Elustondo y Zurutuza se juegan el otro puesto de pivote y Xabi Prieto estará por delante de ellos. Es posible que Chory Castro vuelva a tener otra oportunidad en el once y a quién siente dependerá del esquema por el que opte Arrasate. Lo normal sería que jugaran Griezmann o Vela en la otra banda y Seferovic en punta, pero también es posible que el suizo sea suplente y jueguen ambos rotando en la delantera, como sucedió ante Osasuna. Zubikarai, Ansotegi, Ros y Agirretxe completan la convocatoria y parecen suplentes casi seguros, aunque el último también podría tener opciones de jugar como hombre más adelantado.

La buena racha de diez puntos de los últimos doce en juego ha llevado a la Real a la séptima posición, con 17 puntos, dos por detrás de la zona de Europa League y a seis de la cuarta plaza que da derecho a Champions. El Real Madrid ocupa la tercera posición de la Liga con 28 puntos, seis por debajo del líder, el Barcelona y a cinco del Atlético. La Real sólo ha ganado uno de los seis partidos que ha jugado como visitante, 1-2 en Valencia, pero apenas ha perdido dos (4-1 en el Camp Nou y 1-0 en Vallecas), lo que quiere decir que ha puntuado en el 66 por ciento de sus salidas. El Madrid, por su parte, ha ganado en cinco ocasiones en el Bernabéu, donde ha marcado 18 goles (tres por encuentro), pero ya conoce la derrota, 0-1 ante el Atlético. El Málaga es el único equipo que se marchó del coliseo madridista sin anotar un solo gol. Este partido será el primero en el que Illarramendi se enfrente a la Real. En las filas madridistas hay otro ex realista, Xabi Alonso. El ex madridista de la Real, Granero, no podrá visitar el Bernabéu por su conocida y grave lesión de rodilla.

Pocos campos son más duros para la Real que el del Real Madrid. La historia recuerda que este partido se ha jugado en Madrid en 67, todos ellos en Primera División, y apenas tres acabaron con victoria txuri urdin. Ganó la Real en la temporada 1990-1991 por 2-3 (goles de Carlos Martínez, Aldridge y Uría), en la 1993-1994 por 0-2 (Kodro e Imanol) y en la 2003-2004 por 1-4 (doblete de Xabi Prieto, Kovacevic y De Paula). En otras 16 ocasiones consiguió arrancar un empate, pero en las 47 restantes fue el Real Madrid el equipo que consiguió la victoria. La más abultada en este estadio es también la mayor goleada que ha recibido nunca la Real, el 9-1 con el que saludó el conjunto madridista al realista en su regreso a la Primera División en la temporada 1967-1968. El conjunto donostiarra aún no ha conseguido la victoria ante el Madrid desde que volvió a la máxima categoría y suma cuatro derrotas seguidas en el Bernabéu. El último empate fue en la Liga 2005-2006, a uno y con gol realista de Mark González.

La pasada temporada, la 2012-2013, la Real dejó pasar una gran ocasión de puntuar en el Bernabéu. Y aunque el resultado final, 4-3, podría indicar que fue un partidazo, lo cierto es que la sensación fue agridulce. Mermada por una gastroenteritis en varios jugadores, aún así la Real tuvo claras opciones. Y eso que encajó un gol de Benzema en el minuto 2. Pero en el 8 Xabi Prieto anotó desde el punto de penalti. La pena máxima la forzó Vela y supuso la expulsión de Adán. Jugando el Madrid con diez, la Real no fue capaz de aprovechar su ocasión. Khedira volvió a adelantar al Madrid, y Xabi Prieto replicó con el empate a dos. Así se llegó al descanso. En la segunda parte, una Real sin garra vio cómo se le iba el partido con dos goles de Cristiano Ronaldo, el segundo de ellos en una falta que sorprendió a Bravo. Xabi Prieto logró un histórico hat trick sin premio, pero la posibilidad de remontar se abortó cuando Estrada vio la segunda tarjeta amarilla e igualó las fuerzas. La Real debió sacar algo del Bernabéu, pero sólo Xabi Prieto pareció creer en ello.

martes, noviembre 05, 2013

REAL SOCIEDAD 0 - MANCHESTER UNITED 0 Rendirse no tiene sentido tras sufrir tanto

Pardo, luchando con Rooney.
La Real sigue viva después de empatar a cero en Anoeta ante el Manchester United. No está siendo una Champions fácil para el equipo txuri urdin, que está sufriendo mucho más que los rigores habituales de la competición. Hoy ha sido inferior al United. No hay vergüenza alguna en esa afirmación. Habrá quien vea el vaso medio lleno o medio vacío a la hora de juzgar la actuación de la Real, y por eso lo único evidente es que hoy en Anoeta pudo ganar cualquiera pero, ante la ausencia de puntería en las estrellas vestidas de txuri urdin, habría sido menos sorprendente un triunfo de los diablos rojos. Sobre todo porque Van Persie estrelló un balón en el palo y falló un penalti que calificar de risible se queda corto, otra muestra más de que eso de los arbitrajes europeos no es más que un mezquino eufemismo para esconder lo de siempre. Con todo, la Champions aún no ha acabado para la Real. Es evidente que cada vez es más complicado, ¿pero qué sentido tendría rendirse después de haber sufrido tanto? Ninguno. Dos victorias realistas todavía pueden dar el pase a octavos. No es poco teniendo en cuenta la desesperada situación en la que estaba el equipo.

Antes de encarar cualquier análisis del partido, cabe recordar que delante estaba el Manchester United. Esa afirmación ni es una excusa, ni es una explicación en sí misma. Es la realidad. Su superioridad sobre el papel se plasmó sobre el campo, en los dos partidos y en muchos terrenos del juego. El esencial, probablemente, el físico. La Real no pudo superar al equipo inglés con claridad en ninguna fase de los 180 minutos disputados contra él. Y aún así, tuvo opciones de sacar algo positivo en los dos partidos y ningún jugador del United fue capaz de superar a Bravo. Una pírrica satisfacción, pero no por ello menos cierta. Es verdad también que con la apuesta por Pardo en el once inicial quizá se esperaba una Real que intentara dominar al menos la posesión del balón con más claridad, pero el equipo de David Moyes salió dispuesto a impedirlo y lo consiguió. No necesariamente por tener el conjunto visitante la pelota, porque tampoco gozó de una posesión aplastante, pero sí porque impedía el robo de balón txuri urdin en las cercanías de la portería de De Gea y, por tanto, que Vela y Griezmann aprovecharan su velocidad.

Quizá el principal error de la Real fuera no tratar de explotar eso que parecía su apuesta clara, el toque por abajo, el comienzo de sus jugadas en los pies de Pardo. Los muchos balones largos que jugó se toparon con la potencia de Fellaini, Vidic, Ferndinand o Smalling, además del inconveniente que supuso el fuerte viento que azotó Anoeta en esta noche europea. Una vez aclarada la predisposición de ambos equipos, parecía claro que el partido iba a tener muy pocas ocasiones de gol. Kagawa protagonizó las dos primeras, provocando un córner en la primera y poniendo a prueba a Bravo, aunque no con demasiado acierto, en la segunda. La Real sufrió mucho en esos minutos. Veía su incapacidad para poner el partido en el camino que le podía beneficiar y eso multiplicó sus lanzamientos en largo, sin opciones casi nunca para que Agirretxe bajara alguno o para que Vela y Griezmann, otra vez algo ausentes, corrieran al espacio. Pardo se vació haciendo kilómetros y jugando prácticamente por toda la línea de tres centrocampistas. Zurutuza estuvo desaparecido y Markel no tuvo trascendencia alguna.

La primera noticia importante de la Real en ataque no llegó hasta el minuto 29, cuando una de las poquísimas apariciones de Zurutuza, por la banda derecha, concluyó con un servicio atrás que Agirretxe intentó rematar de primeras y lo hizo desviado. Fue una de esas jugadas que hace no muchos meses habrían sido gol, pero Agirretxe por el momento no se parece al jugador de la temporada pasada. Según pasaban los minutos, la Real se dio cuenta de que el United era un equipo batible. Poderoso y temible, desde luego, pero que podía caer en Anoeta con algo más de fe, cuya carencia también penalizó demasiado al equipo de Arrasate en Old Trafford. Las dos últimas jugadas de la primera mitad, de hecho, probaron a la Real que ganar era posible. En la primera, Vela se internó con peligro en el área, pero Vidic consiguió rebañarle el balón cuando estaba a punto de armar el disparo. Y después un disparo de De la Bella se marchó lamiendo el palo izquierdo de un De Gea ya batido porque no había visto la pelota hasta que era demasiado tarde.

El arranque de la segunda mitad pareció corroborar que la Real se iba a por el partido, pero fue un espejismo que no duró demasiado. Pardo probó fortuna desde fuera del área al minuto de la reanudación, pero su disparo se marchó fuera. Y Evra, el mejor del United en la segunda mitad dando una espectacular lección defensiva, se erigió en un titán para arrebatar a Vela una ocasión clarísima. Pero con sólo cinco minutos jugados, Chicharito envió fuera de forma incomprensible, pisando la línea del área pequeña, un magnífico envío de Kagawa desde la izquierda. La jugada devolvió a la Real el pánico que está atenazando su juego y su  puntería en esa Champions, y probablemente cortó de raíz el dominio que el equipo txuri urdin quería ejercer en estos segundos 45 minutos. El partido se abrió mucho a partir de esa jugada pero, curiosamente, ninguna de las dos porterías llegó a vivir peligro alguno. Hasta que apareció en el césped Van Persie, uno de esos delanteros descomunales que siempre está cerca del gol, sustituyendo a un Rooney menos acertado que en el encuentro de Old Trafford. Prácticamente en el primer balón que tocó el holandés, minuto 65 ya, lo estampó en el palo izquierdo de Bravo.

Cuatro minutos después de esa jugada, Nicola Rizzoli confirmó los peores presagios, los que venía apuntando desde el comienzo del partido y puso todo de su parte para desnivelar definitivamente el partido. En ese minuto 69 decidió inventarse un penalti. Y la palabra, por mucho que duela a algunos, es inventarse, sí. Estaba a dos metros de la jugada y convirtió un piscinazo de Ashley Young que tendría que haber sido tarjeta amarilla para el inglés, en penalti y amonestación para Markel, que no jugará el próximo partido de Champions. No fue una sorpresa, porque en el minuto 5 perdonó una clamorosa tarjeta a Smalling por derribar a Bravo cuando iba a sacar rápido, ya en la segunda parte volvió a advertir al hoy lateral del United para no mostrarla la tarjeta a amarilla, además de haber perdonado a Fellaini la segunda amonestación a media hora del final, después de que viera la primera en una entrada que dejó un surco en forma de taco en la pierna de Markel. Es el cuarto arbitraje perjudicial que sufre la Real en Champions. Si los arbitrajes europeos son esto, mejor no volver a verlos. Van Persie, en todo caso, estrelló el lanzamiento del penalti en el mismo palo que había impedido su gol minutos antes y devolvió la esperanza de ganar.

La Real seguía viva, pero con menos fuerza, porque su momento, en realidad, había pasado. Arrasate no quiso arriesgar nada con sus cambios, sin duda temeroso de que un intercambio de golpes acabara con una goleada del United a la contra, pero tampoco pareció acertar con los hombres sustituidos. Era evidente que con el paso de los minutos, si el marcador no era favorable, iban a entrar en el campo Chory Castro, Xabi Prieto y Seferovic, y el técnico realista cumplió con lo previsto, aunque sus relevados sean más discutibles. El uruguayo fue el primer en entrar por un nuevamente desafortunado Agirretxe, recuperando la táctica de falso nueve. Después fue el turno del capitán, y a Anoeta no le gustó en absoluto que el sustituido fuera Pardo. En primer lugar, pensando sólo en el partido de hoy, porque se le veía mucho más entero que a Zurutuza, pero también porque incluso con muchos más minutos que la temporada pasada sigue teniéndose la sensación de que no se está siendo justo con Pardo. El tercer cambio, la entrada de Seferovic, silbado por cierto, fue para retirar a Griezmann. Cambios en la misma posición, riesgo cero cuando la victoria tenía que ser imprescindible.

Los cambios no acercaron a la Real a la victoria, incluso se escapó algo más el control del centro del campo. No obstante, en esos minutos sí tuvo más ocasiones de gol el equipo txuri urdin que el inglés. La primera, a medias, fue un intento de cabezazo de Iñigo Martínez en un córner, que golpeó más bien con el hombro a pesar de hacerlo libre de marca. La segunda, un tiro e pecho de Vela desviando un lanzamiento de Xabi Prieto, que se fue rozando la escuadra. Y la tercera, ya en el descuento, estuvo en las botas de Seferovic, que disparó al lateral de la red después de fallar en un control que le podía haber dejado solo y con ventaja delante de De Gea. El United asustó de nuevo en el minuto 80, cuando Mikel González tuvo que sacar bajo palos un disparo de Valencia que ya había superado a Bravo. El colegiado, el italiano Rizzolli, que venía con la vitola de haber sido el escogido para pitar la última final de la Champions, quiso compensar su calamitoso arbitraje con una de esas decisiones que cabrean aún más por tardías y expulsó a Fellaini, mostrándole una segunda amarilla que había merecido minutos antes. Cuando vio la roja, su expulsión sólo sirvió para que se perdiera un tiempo que el árbitro ya no quiso descontar de los tres minutos que añadió.

Habrá quien piense que el 0-0 tuvo su causa en el vértigo de la Real y habrá quien piense que fue más determinante que enfrente estaba todo un Manchester United, por muy disminuida que se quiera pensar que es esta versión del todavía campeón inglés. Lo que está claro es que la Real lleva cuatro partidos sufriendo en Champions. Ha sufrido su falta de puntería, su inferioridad frente al mejor equipo del grupo, los arbitrajes, y la búsqueda de un fútbol que todavía no ha recuperado del todo. Sólo ha marcado un gol y ha sumado su primer punto en este cuarto partido de la liguilla. Pero sigue viva. Una combinación tan poco inverosímil como que la Real gane sus dos partidos y el United también lo haga puede llevar al equipo txuri urdin a octavos si el golaverage acaba siendo también favorable (en esos cuatro triunfos habría que sumar ocho goles de diferencia). Muy difícil, cada vez más, ¿pero sirve de algo rendirse cuando se ha sufrido tanto y aún queda un hilo de vida? Para los menos optimistas, la tercera plaza está a cuatro puntos, lo que obliga a la Real también a ganar sus dos partidos y que el Shakhtar no gane al United.