sábado, abril 28, 2012

REAL SOCIEDAD 3 - RACING 0 Y se acabó

Se acabó la temporada. La Real ha conseguido con el 3-0 de esta jornada el único objetivo que se ha querido proponer para la temporada 2011-2012, la permanencia, y lo ha hecho el mismo día que el Racing de Santander ha certificado su descenso a Segunda División. Lo que podría haber sido una dulce venganza por lo que sucedió en Anoeta hace cinco años, en el fondo ha sido el resultado de un partido frío e insulso, aburridísimo en la primera mitad y animado por los goles en la segunda. Una vez más, la Real ganó al paso y por inercia un partido que pareció sencillo, ante un rival que no opuso la más mínima resistencia. El 3-0 fue natural, lógico, previsible. Montanier hablaba de un partido difícil, ante un rival que lo daba todo. Nada de eso. Ni por asomo. Lo que ha mostrado el Racing ha sido sólo lo que la Real le ha dejado, y como el marcador ya era abultado sin necesidad de descubrir los principios del fútbol con su juego, el resultado sólo podía ser uno, la victoria local.

Una vez más, Montanier dejó una alineación que siembra dudas en cuanto a su gestión de la plantilla y a la confección de sus convocatorias. No por la enésima suplencia de Rubén Pardo, porque esta vez se podía estar pensando en que jugara con el Sanse el domingo, motivo por lo que no llegó a jugar en la segunda parte, sino por sus atacantes. ¿Necesita la Real tener tres delanteros en el banquillo en un partido que juega en casa? ¿Y los necesita cuando sólo tiene un jugador defensivo, Cadamuro, para completar la lista? Agirretxe, Llorente e Ifrán comenzaron el partido como suplentes y Vela repitió, como en muchos partidos lejos de Anoeta, como delantero centro. Y no es que deje dudas, es que hace tiempo que está más que confirmado que no es un motivador. Si la Real, ante uno de los rivales que más celebró el descenso txuri urdin en 2007, sólo es capaz de jugar al ritmo que ofreció hoy de salida, mal vamos. Y, sí, mal hemos ido durante toda la temporada. Que el Racing se vea ya descendido y juegue a cámara lenta tiene un pase. Lo de la Real en el primer acto, no.

En los primeros 45 minutos, el equipo de Montanier sólo disfrutó de dos ocasiones de gol, las dos en los pies del realista más inspirado de la segunda vuelta, Carlos Vela. En la primera se equivocó con un disparo blandito y a las manos del portero racinguista, Mario. En la segunda, en cambio, conectó un espléndido cabezazo que obligó al guardameta visitante a realizar un auténtico paradón. ¿El Racing? Pues prácticamente nada. Estuvo a punto de aprovechar un error de un Elustondo fallón para generar peligro, pero su disparo desde fuera del área fue horrible. Luego Acosta vio tarjeta amarilla por protestar un penalti que no pareció, en una jugada en la pugnó con Mikel González y en la que no se aprecia dónde puede haber contacto. A Xabi Prieto sí parecieron hacerle penalti nada más arrancar el partido, cuando su entrada en el área fue recibido por el codo en alto de un defensor racinguista, pero Estrada Fernández, que poco después hizo un auténtico placaje a De la Bella, no pitó nada.

La pitada en el descanso fue mucho más tibia de lo que se mereció el equipo. Ante un Racing que no disputó el partido en ningún momento, el centro del campo naufragó. Ninguno de los tres mediocampistas se ofreció a la defensa para dar salida a los cuantiosos toques que dieron entre sí los cuatro defensores (se bastaron para las tímidas llegadas del Racing) sin recibir ayuda alguna. Elustondo sigue en una línea muy plana, Aranburu no apareció en el partido e Illarramendi confirma que después de las muchas lesiones sufridas está lejos del nivel de comienzos de la temporada. Tampoco fueron capaces de construir nada, con lo que los tres de ataque estaban desasistidos y algo desesperados. El 0-0 al descanso era el único resultado posible y la certificación del auténtico tostón que vivió Anoeta en ese primer acto ante el colista, un equipo que llegó a Donostia sin ganas de jugar el partido. Eso, se mire como se mire, es grave. Unido a otra primera parte tirada a la basura, una de tantas esta temporada, sumió a todos los espectadores del encuentro en un profundo sopor.

El Racing, a pesar de estar descendido y rendido, introdujo un cambio en el descanso. Eso habría que analizarlo, porque desde el banquillo de la Real se sigue renunciando a cambiar los partidos pronto. Hoy, en todo caso, no hubo rival como para cuestionar el resultado final. En cualquier caso, el partido sólo duró dos minutos más, los que tardó Griezmann en hacer el 1-0. Xabi Prieto metió un buen centro desde la banda derecha, envenenado por un leve toque en un defensor, y el francés consiguió anticiparse a su marcador. Griezmann, en estado de gracia tras el descanso, hizo el segundo cuando no se había cumplido el primer cuarto de hora de la segunda mitad. La jugada nace de nuevo en los pies de Xabi Prieto, que saca rápido y con inteligencia una falta, para que Zurutuza, ya en el campo, asista a Griezmann y este marque a placer. El tercero fue obra de Agirretxe, a pase de Griezmann. Los dos extremos fueron los mejores en la segunda mitad, los que mejor entendieron cómo estaba el partido y cómo se podía aumentar el marcador. Nada del otro mundo, desde luego, pero lo suficiente para ganar un partido sencillo en Anoeta más, quizá el más sencillo, y mira que en esta segunda vuelta pocos equipos han puesto resistencia a la Real en su estadio.

Lo cierto es que el marcador pudo ser bastante más abultado que ese 3-0 final que demostró que el partido era bastante más sencillo de lo que se quiso decir en la previa. Illarramendi, antes de dejar su puesto a Zurutuza, tuvo una ocasión clarísima. También Agirretxe, que sustituyó a un Vela que no pareció marcharse demasiado contento, pudo aumentar su cuenta, al igual que Griezmann, Ifrán salió enchufado al partido en lugar de Xabi Prieto y rondó también el gol en los pocos minutos de la basura de los que dispuso, que sonaron casi a despedida de Anoeta. Y Elustondo fue objeto de un penalti clamoroso que Estrada Fernández tampoco quiso pitar. ¿El Racing? A lo poco que podía ofrecer. Que era muy, muy poco. Pero aún así la relajación y el habitual paso atrás de la Real con el 1-0 para buscar el contragolpe le dio a los cántabros la posibilidad de dominar algo más el balón y de llegar hasta la portería de Bravo. El chileno estuvo sobresaliente, como lo viene demostrando en los últimos partidos, e incluso se ganó de nuevo la aclamación de la grada cuando hizo el paradón del partido en el minuto 91.

La Real está salvada. Con estos tres puntos, el equipo txuri urdin garantiza su presencia en la Primera División de la temporada 2012-2013, a pesar de la victoria hoy del Sporting y sin necesidad de tener en cuenta lo que haga mañana el Zaragoza en La Romareda ante el Athletic. El deficiente nivel de los equipos que transitan la parte baja de la tabla ha permitido que este año se consiga la salvación cuando quedan tres partidos para el final de la temporada. Europa está hoy a cinco puntos, pero es obvio que nadie está mirando en esa dirección y, además, ya hay demasiados equipos de por medio como para que la opción sea creíble. En todo caso, la sensación es pobre. Veremos qué nos deja el equipo en los tres partidos que hay que jugar antes de bajar el telón de esta Liga que hoy, en realidad, se ha acabado. Y veremos qué sucede después, con las decisiones que se tomarán o no en torno a un equipo que, habiendo ganado unos cuantos partidos con mucha claridad en el marcador a lo largo de la segunda vuelta, no ha conseguido dar una sensación de poderío ni evitar las dudas de buena parte de la afición txuri urdin. Pero se acabó, y eso, aunque sea con toda la tranquilidad del mundo, es un motivo de satisfacción.

viernes, abril 27, 2012

PREVIA Real Sociedad - Racing. La hora de tener memoria, cerrar la temporada y mirar al futuro

La Real afronta la primera posibilidad de cerrar la temporada, matemática e irremediablemente (sábado, 18.00 horas, Anoeta, Canal + Liga 2, PPV). Si gana al Racing, colista de la categoría, certificará su presencia la próxima temporada en Primera División. Y si eso sucede, será momento de empezar a mirar al futuro. Pero el partido de esta jornada también obliga a mirar al pasado y tener memoria. En este tramo final de temporada, el equipo txuri urdin jugará prácticamente con los mismos equipos con los que cerró la Liga del descenso de 2007. Y es momento de recordar cuál fue la actitud del Racing en Anoeta, como celebraron que Calatayud detuviera un penalti que condenó a la Real a penar en Segunda División, cuando los cántabros ya no tenían nada que hacer en la competición. Cinco años después, y al tiempo que la Real puede celebrar su permanencia, el Racing puede ser equipo de Segunda. Hora de tener memoria y también de comportarnos con el honor que no tuvieron entonces algunos de nuestros rivales.

Las listas de Philippe Montanier ya no suelen esconder tantas sorpresas como hace algunas semanas. Dos novedades hay en la convocatoria para recibir al Racing y las dos son relevos directos, uno de ellos además ya conocido desde el encuentro de la pasada jornada. Mikel González regresa al grupo, y a la titularidad, después de cumplir un partido de sanción por su expulsión en Málaga, y lo hace en lugar de Demidov, que es el sancionado esta semana tras ver la quinta tarjeta amarilla ante el Villarreal y, por tanto, cumplir ciclo de amonestaciones. La otra novedad es el regreso de Cadamuro en lugar de Carlos Martínez. Esta es una decisión técnica del entrenador francés. Las dos bajas por lesión con las que cuenta el primer equipo son las ya sabidas de Iñigo Martínez y Markel Bergara, en una semana en la que no ha sido necesario registrar ni bajas ni dudas.

El once se asemejará mucho al de las semanas precedentes, salvo sorpresa, con las dudas habituales que ofrece el técnico txuri urdin. Bravo estará bajo palos, con Mikel González y Demidov por el centro. La lógica invita a pensar que De la Bella y Estrada seguirán en los laterales, aunque Cadamuro tendrá opciones en función de cuanto esté pensando Montanier en que el próximo miércoles la Real afronta la última jornada entre semana. Por delante, contando con la habitual suplencia de Pardo, los tres puestos del centro del campo se los juegan Elustondo, Illarramendi, Aranburu y Zurutuza. Y por delante sucede lo mismo, como ha venido sucediendo durante buena parte de la temporada por no decir toda. Xabi Prieto, Vela, Griezmann y Agirretxe pugan por las tres plazas, dejando a Llorente e Ifrán en el banuillo esperando ocasiones que pocas veces les llegan.

Primer match ball. Si la Real gana, sella su permanencia en Primera. El equipo de Montanier ocupa la decimocuarta posición con 40 puntos, nueve por encima de los dos equipos que marcan la frontera del descenso, Zaragoza y Sporting. Con ambos tiene ganado el golaverage particular, lo que en un triple empate le daría una ventaja definitiva. Un empate ante el Racing y una derrota de sus dos rivales también basta para la salvación, pues serían diez puntos de ventaja con sólo nueve por jugar. El Racing es colista con 26 y ya sólo podría salvarse cazando al Villarreal. La Real, que lleva cuatro empates consecutivos y cinco jornadas sin perder, sólo ha sumado más puntos en casa que siete equipos de Primera. El conjunto cántabro, a la deriva ya desde hace algunas semanas, descenderá si pierde e incluso ganando si el Villarreal suma los tres puntos en esta jornada. El rival de la Real, aún sumando sólo diez puntos como visitante, tiene cierto peligro lejos de El Sardinero, pues ha puntuado en ocho de sus salidas. Su única victoria como visitante y la última que ha conseguido en la Liga fue en Pamplona, a mediados de enero nada menos.

La estadística juega a favor de la Real en sus enfrentamientos contra el Racing. En total, 58 visitas ha rendido el equipo cántabro a Donostia, con la mitad de triunfos realistas, nueve empates y diez victorias de los cántabros. De esos duelos, 38 han sido en Primera, con un balance de 24 victorias para la Real, siete empates y otras tantas derrotas. El Racing estuvo casi cuarenta años sin ganar en San Sebastián en Primera, catorce encuentros desde el 1-2 de la temporada 1953-1954 hasta el 0-1 de la 94-95. La mayor victoria realista ante el Racing, de hecho la goleada más abultada de equipo txuri urdin en Primera División, es el 8-0 de la temporada 1932-1933, bajo el nombre de Donostia. Urtizberea hizo cinco goles, completando el marcador Tolete, Chivero y Aldazábal. El Racing logró su triunfo más claro en la temporada 31-32, en la que ganó por 1-5. Un año antes, en la 30-31, su espectacular triunfo en Atotxa fue nada menos que por 4-7. Pocos olvidarán el Real - Racing de la penúltima jornada de la 2006-2007. El 0-0 inicial no se movió porque Calatayud, después de destrozar el punto de penalti, le detuvo el lanzmiento a un Savio que acabó llorando. Una semana después, la Real bajó a Segunda.

La pasada temporada, la 2010-2011 el Racing cayó en Anoeta por 1-0. El marcador fue uno de los más engañosos de la campaña de regreso de la Real a Primera, pues los de Martín Lasarte merecieron ganar con mucha mayor claridad. El gol llegó pronto. Xabi Prieto metió un balón en profundidad a un Llorente que parecía estar en fuera de juego y éste anotó así su tercer gol de la temporada. Fue casi la primera llegada de peligro, pero en absoluto la única. Todos los jugadores de ataque tuvieron opciones de marcar. El Racing apenas inquietó a Bravo. Álvarez Izquierdo, colegiado del encuentro, compensó con creces el aparente error del gol y perdonó dos tarjetas rojas al Racing, además de otros tantos penaltis en su área. Era la cuarta victoria en Anoeta en los cinco primeros partidos de la temporada. Sólo el Real Madrid había sido capaz de marcar en el estadio txuri urdin y la Real estaba demostrando, con su fortaleza como local, que estaba más que preparada para el regreso a Primera. Lástima que la segunda vuelta como visitantante emborronara un tanto esa percepción.

En el partido de la primera vuelta de la presente temporada, la 2011-2012, Racing y Real empataron a cero en un partido que estaba para ser ganado y en el que hubo que dar por buena la igualada después de jugar con diez durante bastantes minutos. La Real jugó más, a pesar de que Montanier decidió colocar de mediocentro a Demidov, y tuvo más ocasiones de gol que su rival, que buscó muy poco la portería de Bravo. Velasco Carballo expulsó a Iñigo Martínez al poco de iniciarse la segunda mitad. Le amonestó en el descuento de la primera parte por protestar un golpe que sufrió Demidov y por una falta del montón ya en el segundo acto. Era el segundo partido consecutivo fuera de casa que la Real tenía que afrontar con diez hombres. De Villarreal sacó unempate y de Santander también. Sólo que aquí siguió gozando de las mejores ocasiones para ganar, en los pies de Griezmann, que ya en la primera parte había disparo al palo, e Ifrán. Tras una racha de ocho jornadas sin ganar, la Real encadenaba con este empate cinco partidos sin conocer la derrota.

domingo, abril 22, 2012

REAL SOCIEDAD 1 - VILLARREAL 1 Como lágrimas en la lluvia

 
Otro partido más de la Real que no pasará precisamente a la historia, que se irá, como decían en aquella película memlorable de ciencia ficción, como lágrimas en la lluvia. Y se va de una forma insulsa, ante un rival de medio pelo que, una vez más, no demostró tener más capacidad que el equipo txuri urdin para sacar puntos de este encuentro. La Real volvió a tirar muchos minutos a la basura, y eso que esta vez Montanier reaccionó mucho más temprano que de costumbre e introdujo cambios que sí hicieron por virar el rumbo del partido. Pero para entonces la Real ya iba perdiendo, ya tenía el partido cuesta arriba y a la grada de Anoeta mosqueada, deseosa de certificar el final de una temporada que está un punto más cerca, también gracias a la derrota ayer del Zaragoza, pero que todavía tendrá que esperar al menos una semana más. Un punto es punto, y más si llega en el minuto 86.

Montanier tiene un problema, y es que, saque la alineación que saque, nunca parece acertar. Hoy optó por la defensa más previsible, por el centro del campo formado por Elustondo, Aranburu y Zurutuza y un ataque en el que el suplente fue Griezmann. Sobre el papel, no parece una mala elección, casi nunca lo parece en realidad salvo por la obstinación en no hacer jugar a Rubén Pardo, pero el resultado sobre el césped siempre parece inferior a lo que podría ser. Y eso que el arranque parecía prometer otra cosa. Agirretxe presionaba muy arriba, con una valiosa ayuda sin balón de Zurutuza. Casi parecía por momentos que Montanier había desplegado un 4-4-2 que estaba haciendo imposible la salida del Villarreal. A veces la Real sorprende y hace pensar por qué no es capaz de prolongar esos momentos. O, ya puestos, porque no hace los últimos cinco minutos que hizo hoy en los cinco primeros.
La primera parte fue muy mala. Mucho. La verdad es que es una muestra de la categoría de la Liga española, muy por debajo de lo que muchos presumen, y que luce de una forma muy diferente lejos de las luces que tanto ciegan de un Barcelona - Madrid. Real y Villarreal son dos equipos que hoy necesitaban ganar para cerrar la temporada y salieron al campo como si nada. Los vistantes tardaron poco más de media hora en generar una ocasión de peligro, y a ésta respondió la Real con la única que tuvo en la primera mitad, una espléndida jugada de Xabi Prieto que acabó estrellando en el palo. El 10 txuri urdin hizo un partido que refleja exactamente lo que está siendo para él esta temporada: fallón, precipitado, poco arriesgado... y decisivo cuando recupera su nivel. Su disparo cruzado mereció ser gol, pero esta vez la suerte no le acompañó.
El partido estaba, como tantos otros de la temporada, para aquel que quisiera hincarle el diente. Y, casi por casualidad, fue el Villarreal el equipo que lo hizo antes de llegar al descanso. Senna hizo el 0-1 en el único disparo entre los tres palos que hizo el equipo castellonense en esa primera mitad. No se veía venir por fútbol, porque apenas huboi futbol en unos 45 primeros minutos muy aburridos, pero visto desde el punto de vista de la Real sí se podía intuir por ambición. Por falta de ella, más bien. Cuando un equipo que juega en casa y que está a tres puntos de cerrar una agria temporada deja pasar tantos minutos sin dar señales de vida, casi parece justo que se lleve un susto. Anoeta despidió a los suyos con merecida música de viento, aunque esta vez no lo personificó en Montanier como hace una semana.
La segunda parte cambió ligeramente el escenario. Fútbol no hubo, pero sí un punto de locura. Una locura que le sienta bien a la Real, demasiada encorsetada casi siempre. Pero hubo llegadas, hubo ocasiones. Y hubo, eso es noticia, reacción desde el banquillo. Era el minuto 57 cuando Montanier hizo el primer relevo. Griezmann entró por un Zurutuza que no acertó en nada de lo que intentó, reflejo de un centro del campo en el que, en contra de lo que dice Montanier, Elustondo no está mejor que Pardo. Y Pardo, precisamente, fue el segundo relevo. Y con ambos en el campo, la cara del partido cambió. Al joven canterano le saca Montanier en momentos límite o en los minutos de la basura, y eso a veces le lleva a la precipitación de querer hacer muchas cosas en poco tiempo. Pero es indudable que ofrece cosas que el resto de los centrocampistas de la Real no tienen.

A pesar de que Griezmann, Agirretxe, Xabi Prieto e incluso Elustondo tuvieron opciones de marcar, no se escapaba cierta sensación de que el 0-2 no era precisamente una quimera. Volcada arriba la Real por corazón mucho más que por fútbol, dejaba enormes espacios en el centro del campo que el Villarreal aprovechaba para lanzar contraatques. De hecho, Bravo tuvo que hacer dos auténticos paradones que la grada, sabio medidor del estado de ánimo de este equipo, agradeciendo coreando el nombre del chileno. Lo cierto es que la defensa fue lo más sobresaliente de todo el partido de la escuadra realista. Los 90 minutos estuvo a gran nivel, y es obligada destacar una semana más a un Ansotegi colosal. Doble mérito el suyo por no haber jugada nada hasta hace poco menos de un mes.
El gol llegó cuando casi ya no se le esperaba. Vela coronó una buena jugada de Griezmann y Xabi Prieto por la banda derecha con una media chilena. Y ahí, sólo ahí, se desató la Real. Sus últimos cinco minutos son los que Anoeta está esperando desde el inicio, en algúna situación límite o en uno de los partidos señalados. Pero no han llegado en toda la temporada en esos momentos soñados. Hoy llegaron sólo para calentar brevemente una fría y gris mañana en la que la lluvia congeló aún más el poco ánimo que genera este triste horario matinal. Y eso fue a pesar del sorprendente cambio de Montanier de sustituir a Agirretxe por un Llorente que nunca llegó a entrar en el ritmo del partido y no olió el balón en el cuarto de hora en el que estuvo en el césped. Montanier cortó las alas de la bendita locura con la que se podría haber empatado, porque no hacía falta ya una defensa de cuatro. Y Lotina ayudó con sus cambios ultradefensivos, ninguna sorpresa por ahí, evitando ese 0-2 tan temido al contragolpe.

Durante esos frenéticos minutos finales en los que Anoeta recobró la vida, Griezmann y Vela tuvieron sendas ocasiones para que el partido acabara con 2-1. Pero no llegó. El empate era el resultado más justo por la timorata presencia y nula ambición de ambos equipos desde el principio, pero el final dejó un mal sabor de boca porque quedó la impresión de que se fueron dos puntos. La derrota del Zaragoza hace que la distancia con respecto al descenso vuelva a ser de nueve puntos. Es decir, tres partidos. Y quedan sólo cuatro por jugarse. Eso quiere decir que sólo una debacle importante y una reacción imposible de uno de los dos equipos que suman 31 puntos, Zaragoza y Sporting, daría con los huesos de la Real en Segunda. No va a suceder. Pero pensar que el equipo ha crecido con respecto a la pasada temporada es absurdo, por mucho que la salvación matemática pueda llegar la próxima semana, tres antes que hace un año, en caso de ganar al Racing.

sábado, abril 21, 2012

PREVIA Real Sociedad - Villarreal. Buscando la sentencia ante Lotina

La Real busca la sentencia de la temporada (domingo, 12.00 horas, Anoeta, Canal + Liga 2), llegar a los 42 puntos que, no de forma matemática pero sí virtual, confirmen lo que ya se vislumbra con cierta claridad, que el equipo txuri urdin estará la próxima temporada en la Primera División. Lo curioso de la cita es que el rival será el Villarreal, entrenado por el técnico que comandó a la Real Sociedad que se fue a Segunda División, Miguel Ángel Lotina. Toda una ironía que se quedará en segundo plano en cuanto comience el encuentro. Entonces sólo habrá un rival que está por debajo de los realistas en la clasificación y la necesidad de ganar para que siga siendo así hasta el final de la temporada. Anoeta volverá a juzgar cómo está viendo la temporada, después de haber pedido la dimisión de su entrenador, Philipe Montanier, en la última comparecencia en casa, el empate ante el Betis.

Según se aproxima el final de la temporada, Montanier está viendo reducidas sus opciones para configurar sus convocatorias. De esta forma, sólo ha tenido que descartar a un jugador para enfrentarse al Villarreal y ese ha sido Cadamuro. La expulsión de Mikel González la pasada semana en Málaga reveló cuáles serán los planes del técnico francés en caso de sufrir un contratiempo en el centro de la zaga, colocar a Elustondo como central. Una semana más no habrá ningún central en el banquillo. Son cuatro las novedades de la lista. Entra Zubikarai en el habitual relevo de porteros suplentes. Vuelven tras sus molestias Demidov, Aranburu e Ifrán. Y se quedan fuera con respecto a la pasada jornada, en la que sólo hubo 17 jugadores, el sancionado Mikel y Javi Ros. Bajas por lesión son Markel Bergara e Iñigo Martínez.

Bravo estará bajo palos. Por delante, los centrales serán los únicos disponibles, Demidov y Ansotegi. De la Bella tampoco tendrá recambio en el lateral izquierdo y estará en el once. En la derecha se juegan la titularidad Estrada y Carlos Martínez. El primero viene ocupando ese puesto en las últimas semanas, pero Charly regresó al equipo en la segunda mitad ante el Málaga, eso sí, de extremo. Por delante, acostumbrados a que Pardo no sea titular, hay cuatro jugadores con opciones de formar esa línea: Elustondo, Aranburu, Illarramendi y Zurutuza. El suplente, presumiblemente, saldrá de los tres primeros. Y en ataque, con Llorente e Ifrán en la misma situación que Pardo, sería una sorpresa que el tridente no lo formaron tres de entre el cuarteto que forman Griezmann, Vela, Xabi Prieto y Agirretxe. El 9, adelantado por el mexicano como máximo goleador del equipo, fue quien se quedó en el banquillo la semana pasada. Montanier ya no sorprende tanto en sus onces como en la primera vuelta, pero nunca se sabe.

La Real comienza la jornada en la decimoquinta posición. En circunstancias normales, ese puesto podría ser un drama con sólo cinco partidos por jugar, pero no lo es por el bajo nivel de los tres equipos que ocupan los puestos de descenso. Así, el equipo txuri urdin tiene un margen de ocho puntos sobre el Zaragoza, cuando quedan quince por jugarse. El Villarreal está tres puntos por debajo de la Real y una derrota en Anoeta sin duda le complicaría el final de la temporada. Los de Montanier, que encaran ahora dos partidos consecutivos en casa, han ganado siete de los dieciséis encuentros que han disputado como locales, han empatado cinco y ha perdido cuatro. Sólo tres equipos han encajado más goles que la Real. Los de Lotina, tercer entrenador del Villarreal esta temporada, es el peor visitante de la categoría junto al Sporting, y sólo ha sumado dos victorias y tres empates. Lotina vuelve de nuevo a San Sebastián, ya lo hizo la pasada campaña con el Depor. Por si alguien lo ha olvidado, es el técnico que se sentó en el banquillo del equipo que acabó con 40 años consecutivos de la Real en Primera.

El Villarreal ha jugado en San Sebastián en nueve ocasiones, todas ellas en Primera División y todas ellas en Anoeta, desde que lo hiciera por primera vez en la temporada 1998-1999. Y es un rival muy poco propicio para los intereses de la Real, que sólo ha conseguido derrotar a los castellonenses en dos ocasiones, ha empatado en tres y ha caído en cuatro de esos encuentros. Lo dice todo que el marcador más claro a favor del equipo txuri urdin es el agónico 2-1 de la temporada 2001-2002. De Paula consiguió el gol del triunfo en el minuto 86, tras empatar Arruabarrena el gol inicial de Aranburu. Las victorias del Villarreal, además de ser más que las de la Real, han sido mucho más claras. La mayor goleada fue el 0-4 de la temporada 2004-2005, con dos goles de Forlán, uno de Riquelme y otro de José Mari. El Submarino Amarillo, como se ha venido a conocer este equipo, sumó cinco visitas consecutivas a Donostia sin conocer la derrota entre las campañas 2002-2003 y 2006-2007, la del descenso txuri urdin.

La última comparecencia del Villarreal a Anoeta fue, precisamente, el partido que suponía el regreso a Primera de la Real, en la temporada 2010-2011. Y el equipo comandado por Martín Lasarte logró una victoria de categoría ante un equipo que acabó clasificándose para la Champions League. Comenzó mandando el Villarreal en el juego, pero la Real, en un espléndido partido defensivo, apenas le concedió ocasiones de gol. Poco a poco, y bajo el mando de Zurutuza, los realistas se fueron haciendo con el partido. El gol llegó a los diez minutos de la segunda mitad, en un jugadón de Llorente, que dejó de tacón a Xabi Prieto para que éste marcara el gol del regreso a Primera. El Villarreal intentó cercar el área de Bravo y lo consiguió, pero sin estar demasiado cerca del gol gracias al descomunal despliegue físico de la Real. Fueron tres puntos de oro que demostraron que, pese a las dudas de muchos, la Real estaba más que preparada para competir en Primera.

En el partido de la primera vuelta de la presente temporada, la 2011-2012, el resultado fue de 1-1, pero era un partido que la Real podría haber ganado de no haber mediado la lamentable actuación arbitral. Aranburu hizo el 0-1 ante la pasividad de la defensa local. El Villarreal consiguió en algunos momentos jugar con soltura frente al área de Bravo, pero apenas disparó a portería. Hasta que Undiano Mallenco convirtió una faltita de Elustondo, aunque fuera una temeridad por su parte, en su segunda tarjeta amarilla y llevó el partido a una fase completamente nueva. El Villarreal entonces sí se lanzó en busca del gol y lo encontró a veinte minutos para el final. Nuevamente la Real tuvo que tirar de casta y sacrificio y así consiguió, al menos aguantar el punto que tenía. Fue la cuarta jornada consecutiva del equipo txuri urdin sin conocer la derrota después de la racha de ocho partidos sin ganar. Vencer en Anoeta no sólo distancia al Villarreal en seis puntos, sino que le otorga el golaverage particular. Por si acaso.

domingo, abril 15, 2012

MÁLAGA 1 - REAL SOCIEDAD 1 Punto de orgullo y de regalo arbitral

La Real sacó de Málaga un punto. Al comienzo parecía improbable, en el descanso parecía inverosímil, en el minuto 90 casi parecía injusto por escaso ante la exhibición de casta que estaba dando el equipo y cuando llegó el final fue un bálsamo con regalo arbitral incluido. Ver para creer con González González dirigiendo el encuentro. En una temporada en la que tanto han quitado las decisiones arbitrales, resulta curioso que dos de los árbitros que con más saña han arbitrado al conjunto txuri urdin sean quienes le han dado regalos en sus dos últimas salidas. Porque hoy es evidente que el Málaga no ha ganado porque le han anulado un gol legal en el descuento. El partido quedó condicionado por la justa expulsión de Mikel González al filo del descanso, cuando ya iba ganando el equipo local. Y ahí es cuando la Real ha sacado el orgullo y ha jugado exactamente como tiene que jugar en inferioridad. Hoy sí. Por fin. Aunque es obligado decir que Bravo hizo un partidazo y fue el verdadero artífice del punto que se traen los de Montanier de Málaga. Un punto más cerca.

Montanier no sorprendió en absoluto con su once inicial. En el centro del campo jugaron todos menos Rubén Pardo y arriba Agirretxe, que había tenido molestias durante la semana, fue el que se quedó en el banquillo. Con el once esperado, el partido fue, en realidad, el esperado. El Málaga no achuchó demasiado y la Real quería esperar atrás para buscar contraataques, lo que ha venido haciendo en los últimos encuentros fuera de casa... e incluso en Anoeta de vez en cuando. No funcionó en ningún momento, quizá por la superioridad numérica del Málaga en el centro del campo o quizá porque esta vez no surgió ningún balón desde el centro del campo que encontrara la velocidad y el acierto de Vela. Los locales estaban contentos con cierto dominio territorial y casi sin entrar en el área de Bravo. De hecho, la primera ocasión fue txuri urdin, un disparo de Griezmann que rebotó en un defensa para irse a córner. Pudo caer dentro, pero no es la temporada de los rechaces de la Real.

Con el paso de los minutos, ese aparente buen inicio de los de Montanier acabó diluido. Y se reprodujeron los defectos ya conocidos de la Real, un centro del campo nada presionante y una defensa a veces vendida a las arrancadas fulminantes desde atrás de los atacantes malaguistas y a veces demasiado atrás. En una jugadas de esas del primer grupo llegó la primera tarjeta a Mikel González. En una de las segundas, el gol del Málaga. Un disparo de Isco, en el minuto 19, rebotó en Ansotegi y cogió una parábola imposible para Bravo. No tiene fortuna la Real con los rebotes, no. En realidad, pareció la única forma de que el Málaga batiera hoy al chileno, que a la media hora sacó un complicado disparo de Cazola. Seba Fernández tuvo una nueva ocasión antes de llegar al descanso, de cabeza, pero la mandó fuera. Y así llegó una jugada que pudo ser clave en el devenir del encuentro, la expulsión de Mikel González.

No han sido demasiado justas la mayoría de las tarjetas rojas que ha visto la Real esta temporada pero la de hoy sí lo fue. Muy clara. Mikel, clamoroso error por su parte teniendo una tarjeta amarilla, salió de su posición de central para cortar un avance de Seba por la banda. El malaguista simplemente se dejó arrollar y González González se acercó a la jugada ya con las dos tarjetas en la mano, la amarilla y la pertinente roja. Esa situación, accidental, demostró lo equivocado de llevar sólo 17 jugadores a un partido profesional. Es algo que ningún entrenador tendría que hacer, salvo que el partido no interese o no haya nada en juego y no quede más remedio. Pero Montanier lo hizo. No había centrales en su convocatoria de 17. La única fórmula factible con los suplentes que tenía era colocar a Carlos Martínez, que algún partido tuvo que jugar en ese puesto en el tramo final de la etapa de Lillo. Montanier, no obstante, decidió aguantar con lo que tenía y poner a Elustondo de central.

La Real de la primera parte fue más de lo mismo de este equipo en esta larguísima temporada. Un equipo anodino, agarrado a la velocidad o la genialidad de alguno de sus jugadores, sin presión ni control en el centro del campo y supeditado a lo que quiera hacer el rival con él. El Málaga no había hecho mucho, pero iba ganando. Y tenía 45 minutos por delante para disputarlos contra diez jugadores. Lo curioso es que a la Real le van estas situaciones límites y su actuación en la segunda mitad nada tuvo que ver con la de la primera. Todo lo que hizo mal en el primer acto lo convirtió en lecciones de casta y fútbol en el segundo. Es evidente que el Málaga tuvo opciones de llevarse el partido, aunque menos de las que cabría suponer vistos los antecedentes y la diferencia de los objetivos de uno y otro equipo. Pero también es cierto que la Real defendió razonablemente bien e incluso se asomó con peligro a la portería de Rubén.

Lo primero hay que agradecérselo al crecimiento de Illarramendi, retrasado a la posición de 4. No estaba dando la impresión de estar cerca del nivel que mostró antes de sus lesiones, pero en la segunda parte se hinchó a robar balones. También al partidazo de Ansotegi, infranqueable por tierra, mar y aire, lo que tiene aún más mérito porque ha estado toda la temporada sin jugar. Y, por supuesto, a la impresionante actuación de Bravo, que paró todo lo parable, e incluso alguna que pareció imparable, sobre todo un tiro de Rondón, que estaba anulado por juego peligroso. Tan bien estaba haciendo las cosas la Real ya desde el inicio que no fue una sorpresa que empatara el encuentro a los tres minutos de la reanudación. Una falta lejana mal despejada por la defensa del Málaga cayó en la frontal del área a los pies de Xabi Prieto, cuyo empalme se convirtió en un gran gol, su segundo de la temporada.

Tras unos minutos algo tocado, el Málaga se recuperó y empezó a generar peligro en torno al área de Bravo, pero el chileno estuvo descomunal. Montanier, como siempre, esperó hasta el minuto 70 para introducir su primer cambio y esta vez acertó en el jugador que colocó sobre el césped. Agirretxe se manejó como pez en el agua en esta situación de inferioridad, bajó tantos balones como pudo y dio muchos respiros a su defensa. Sorprendió que fuera Vela el sustituido, aunque últimamente siempre le toca a él, pero el mexicano hoy no estuvo tan afortunado como en jornadas precedentes. Xabi Prieto entendió el momento tanto como Agirretxe. Por eso, las dos grandes ocasiones que tuvo la Real hasta el final del partido las firmaron ellos. Prieto, tras un jugadón, se topó con Rubén. Agirretxe también, aunque González González decidió anular la jugada por un inexistente fuera de juego. Con diez, pero la Real daba sensación de peligro, mucho más que en la primera mitad.

Que la convocatoria era corta se manifestó también en que Montanier no hiciera el tercer cambio. El segundo fue colocar a Carlos Martínez de extremo, sustituyendo a Griezmann y mandando a Xabi Prieto a la derecha. El Málaga, sin fútbol pero tirando de épica, estaba convirtiendo a Bravo en el área del partido. La única que el chileno no consiguió detener la anuló González González. Demichelis marcó en posición legal, Zurutuza (brutal despliegue defensivo el suyo) le habilitaba, pero el árbitro señaló fuera de juego a instancias de su asistente. Un error gravísimo, porque era una jugada en la que había muchos jugadores estáticos. Debió verlo. Su negligencia, esta vez, jugó a favor de la Real, que mantuvo con esta jugada un empate que, pese a ello, seguramente mereció por su orgullo y porque supo hacer muchas cosas bien en inferioridad numérica. La frontera con respecto al descenso se estrecha a ocho puntos por la victoria del Zaragoza, pero el empate de hoy sabe mucho mejor que los dos últimos cosechados por el equipo. Da la impresión de que con una victoria más, la temporada llega a su fin.

sábado, abril 14, 2012

PREVIA Málaga - Real Sociedad. Un imposible posible

La Real viaja a Málaga (domingo, 16.00 horas, La Rosaleda, Canal + Liga 2, PPV) para dar un paso más hacia el final de esta temporada, más agria que dulce para la mayoría de los que sentimos los colores txuri urdin. La salvación ya parece un objetivo más que asegurado, más por los deméritos de los tres últimos que por los méritos que sí pueda haber acumulado hasta ahora el conjunto donostiarra, y en las dos próximas jornadas podría quedar finiquitado a poco que el equipo txuri urdin haga los deberes. Y para eso el calendario le depara uno de esos imposibles que, en realidad, es más posible de lo que muchas veces se quiere creer. Con la trayectoria como visitante que tiene el equipo de Philippe Montanier en la segunda vuelta visitar el campo del cuarto clasificado tendría que asustar, pero está sin sus dos primeros porteros y la Real ya ganó en Mestalla, tercer clasificado. Es un imposible posible y en manos de los realistas está demostrarlo. Ganar casi sería la sentencia de la temporada, a falta de otros cinco partidos por disputarse.

Muchísimas bajas las que tiene Montanier para afrontar este compromiso liguero. Tanto es así que a Málaga sólo viajan 17 jugadores, dos de los cuales no tienen ficha del primer equipo. Iñigo Martínez y Markel Bergara eran las bajas por lesión ya conocidas. A ellos también se presumía que se iban a unir Aranburu y Demidov. Con lo que no se contaba era con que tampoco viajarían Cadamuro e Ifrán, que sufren sobrecargas musculares según anunció el club. A cambio, Montanier recupera a dos jugadores que no estuvieron el pasado miércoles ante el Betis. Regresa Bravo, después de cumplir la vergonzosa sanción que le impuso el Comité de Competición, el mismo que no tuvo ningún reparo en levantar varias tarjetas amarillas sólo un par de días después. Vuelve también Pardo tras superar la enfermedad que le dejó fuera entre semana. Y Javi Ros, que ya formó parte de la expedición que viajó a Barcelona para jugar en el Camp Nou, entra en su segunda convocatoria de la temporada con el primer equipo. Además, Ramírez ocupa el lugar de Zubikarai.

Tras 69 partidos seguidos completos y decansar el miércoles ante el Betis, Bravo volverá a situarse bajo palos. El mayor riesgo de la exigua convocatoria de Montanier y de su intención de no recurrir al Sanse con más frecuencia (aunque para esta lista lo haga con Ros) está en la defensa, donde Mikel González y Ansotegi son los únicos centrales. De la Bella estará en la izquierda y, presumiblemente, Estrada en la derecha, aunque Carlos Martínez es la alternativa. Descartando la titularidad de Ros, está por ver si Montanier, en contra de lo que viene haciendo durante toda la temporada, pone en el once a Pardo. Si no, jugarán Elustondo (será su partido número cien con el primer equipo), Illarramendi y Zurutuza. En el ataque, Agirretxe sí ha superado sus molestias y está en la convocatoria, pero esa situación posibilita que Montanier le deje en el banquillo para que el tridente de ataque titular sea el que forman Xabi Prieto (que volvería al once tras ser suplente ante el Betis), Griezmann y Vela. Llorente, salvo sorpresa mayúscula, sigue sin tener opciones de formar parte del equipo que inicie el partido.

La Real comienza la jornada en la decimoquinta posición, con 37 puntos. El descenso está a diez, con sólo dieciocho por jugar de aquí al final de la Liga y el average ganado a los dos equipos contra los que ya ha jugado ambos duelos, el Sporting y el Zaragoza. La salvación no puede certificarse esta jornada, porque incluso si la Real gana en Málaga y pierden estos dos equipos la distancia sería de trece puntos con quince por disputarse. Los gijoneses visitan el Bernabéu y los maños reciben al Granada, que tiene dos puntos menos que la Real. El Málaga de Pellegrini alcanzó la tercera plaza la pasada jornada, pero la cedió al perder en Villarreal tras la expulsión de Kameni. Ocupa en todo caso plaza de Champions League, la cuarta, gracias a sus 50 puntos, doce más que la Real. Tan lejos y tan cerca esa gran gloria europea. El Málaga basa su gran temporada en casa, donde ha ganado once de los quince partidos que ha jugado. La Real aún no ha ganado lejos de Anoeta en la segunda vuelta y sumó su primer punto en el último partido como visitante, ante el Espanyol.

Málaga ha recibido a la Real en 29 ocasiones, 26 de ellas en Primera División. En esos encuentros, el conjunto txuri urdin ha conseguido siete victorias y cinco empates, por catorce derrotas. En sus cinco últimas visitas en la élite, el balance es aplastantemente positivo para los realistas, que sumaron una sola derrota y cuatro triunfos, entre ellos el más abultado de la historia, el 1-5 de la temporada 2004-2005, con dos goles de Kovacevic, otros tantos de Nihat y otro de Labaka. Para encontrar el triunfo malacitano más holgado hay que retroceder hasta el primer encuentro jugado entre estos dos conjuntos en Primera, en la campaña 49-50. Aquel encuentro acabó con el resultado de 5-2, en el que Caeiro y Castivia de penalti hicieron los goles realistas. En Segunda se han cruzado en tres ocasiones, la Real perdió en las dos primeras y ganó en la última, en la temporada 2007-2008, por 0-2, con goles de Labaka y Gari Uranga. Eso eleva a cinco las victorias en las últimas seis visitas a este estadio. Aquel año, el Málaga subió y la Real no, con el escándalo de la compra de partidos que denunció Iñaki Badiola de por medio.

El último duelo fue el de la pasada temporada, la 2010-2011. La Rosaleda vio una gran actuación de la Real, que ganó con total merecimiento, aunque el corto resultado, 1-2, hiciera que algunos temieran por el desenlace del encuentro. El equipo de Martín Lasarte se adelantó gracias a un buen saque de Bravo que dio pie a un fulminante contragolpe en el que tocaron el balón Xabi Prieto, Llorente y el autor del gol, Griezmann. A esas alturas, González González ya había dejado de señalar dos penaltis a favor de los visitantes. Xabi Prieto dio ya en la segunda parte la asistencia a Llorente para que hiciera el 0-2. Eliseu mandó un balón al larguero cuando quedaban 25 minutos para el final y ahí parecieron morir las ganas del Málaga, hasta que el árbitro las reanimó. González González obvió otra mano en el área local y después señaló un penalti light. Bravo lo detuvo, también el rechace, pero la jugada continuó y acabó, ante la pasividad de la defensa, en el 1-2. Aunque el colegiado le dio al Málaga incluso cinco minutos de descuento, la victoria no corrió peligro por el buen hacer de la Real en ese tiempo.

En el partido de la primera vuelta de la presente temporada, la 2011-2012, Anoeta vivió todo un milagro. La Real perdió por 1-2 en el minuto 88 y acabó ganando 3-2 gracias a dos golazos. Venía Montanier de salvar la cabeza en el Benito Villamarín con el gol desde el centro del campo de Iñigo Martínez en el descuento y la euforia se prolongó una semana más. El 1-0 vino por un precioso cabezazo de Agirretxe repelido por el palo que Demichelis no pudo evitar introducir en su propia portería. Rondón empató de cabeza todavía en la primera mitad. El inicio de la segunda fue de color malacitano. Irse a por el partido desembocó en el 1-2, de Seba Fernández aprovechando el único error grave de Mikel González en toda la temporada. Montanier, por una vez, se jugó la baza más épica y colocó a todo su arsenal en el campo. Y todo es todo. Mikel luchó un balón en el área que se le quedó perfecto a Vela para marcar un golazo de chilena. 2-2, minuto 88. Y quedaba lo mejor. Ifrán recibe en el área, regatea a un defensa, da un toque y después acomoda el balón con suavidad en el fondo de las mallas. Minuto 91, 3-2 y llega el delirio a Anoeta. Montanier, más fuera que dentro en el minuto 88, salva otra vez el puesto.

martes, abril 10, 2012

REAL SOCIEDAD 1 - BETIS 1 Sin entrenador

Ya se han jugado 32 partidos. La temporada no ha terminado, no. Hoy podría haber quedado casi finiquitada de haber ganado, pero no se ha ganado. Y con 32 partidos disputados, aunque queda el juicio final de la temporada, ese que tiene que llegar cuando se hayan jugado los 38, es bastante aceptable tener claro ese juicio, más allá del sin duda anodino puesto final que ocupará la Real cuando esto acabe. Y el único juicio posible es que la Real no tiene entrenador. Puede tener un alineador. Puede tener un preparador físico. Pero no tiene un entrenador. Son ya incontables los partidos en los que el entrenador rival, ese que sí tienen los equipos que juegan cada semana contra el conjunto txuri urdin, da una lección táctica a quien se sienta en el banquillo local de Anoeta. Y, por si la memoria no quiere trabajar, son dos los partidos consecutivos en que los cambios del entrenador rival impiden la victoria de la Real. Hoy, empate. Como el sábado. Sí, se pudo ganar, y más si tenemos en cuenta que Ansotegi estrelló el balón en el palo en el minuto 92. Pero se pudo perder. Cuando y como quiso el Betis, un equipo con sus limitaciones pero con entrenador. El nuestro no lo tiene.

El partido comenzó con un nuevo escándalo ante el que la Real no levantará la voz, y van ya unos cuantos esta temporada. Tres horas antes del comienzo del encuentro, el Comité de Competición decidió sancionar a Bravo, denegar la suspensión cautelar y colocar a la Real en una situación inausmible de indefensión jurídica por impedirle reclamar al Comité de Apelación, un derecho que todos los equipos han tenido y tendrán en todas las jornadas de esta competición. Todos menos la Real. Eso es adulterar la Liga y el club tiene que defender sus intereses, pase lo que pase por hacerlo. Pero no, lo habitual es el silencio y eso es lo que se escuchará ahora también. De esta forma, Zubikarai debutó en Primera División. Por delante, lo esperado. Montanier colocó a los dos jugadores que eran duda, Mikel González en el centro de la defensa e Illarramendi en el centro del campo, y de los cuatro de arriba con posibilidades de jugar en este equipo decidió sentar a Xabi Prieto. Vela, goleador de la pasada jornada, recibió esta vez el indulto de la pena que solía pesar sobre quien veía puerta. Es decir, que Montanier tenía el banquillo un central, un lateral, un centrocampista y tres atacantes de los cuales dos no tienen opciones de jugar. Eso es tener las ideas claras.

El Betis es un equipo muy limitado que está haciendo maravillas con lo que tiene. Se merece un aplauso sincero por haber llegado a estas alturas de temporada como ha llegado. Pepe Mel es un gran entrenador y saca petróleo muchas veces de donde no lo hay, y está llevando a muchos de sus jugadores más allá de sus límites futbolísticos. Y daba la sensación de que el equipo verdiblanco llegó a Anoeta con ganas de marcha. Entró bien en el partido, bastante mejor que la Real, pero pronto se diluyó. Fue cuando tuvo una gran ocasión de adelantarse, en el minuto 18. Ansotegi se resbaló, llovió en algunos momentos del encuentro, y permitió la carrera de Jefferson Montero. Su pase al interior del área encontró a Rubén Castro, pero su disparo se topó con un espléndido Zubikarai. Quizá muchos pensaron que era el momento de hacerle un corte de mangas imaginario al Comité de Competición, pero era demasiado pronto. Poco a poco, y en función de lo entonado que estuviera Illarramendi, que no termina de coger el protagonismo que tuvo antes de la primera lesión, la Real intentó hacerse con el mando del partido. No es fácil cuando el pensamiento que el entrenador ha instalado en el equipo es el de buscar el contragolpe, incluso como local y ante equipos que no obligan a ello.

Como con fútbol no se llegaba con claridad al área, a balón parado sí estaba creando peligro la Real. En varios córners (hoy ni un solo gilicorner, todos botados al área de la misma forma y sin variación alguna que evidencie un trabajo serio en este aspecto) nacieron sus mejores ocasiones. Zurutuza pudo marcar en el 35, pero su disparo se marchó tan ajustado al palo que su rebote en la publicidad engañó a buena parte de Anoeta, que vio gol. Tres minutos después, Vela, en el primer disparo entre los tres palos, forzó la intervención de Fabricio. Un minuto después pudo haber un penalti por mano en un disparo de Griezmann que acabó en córner y al botarse ese saque de esquina Mateu Lahoz sí concedió la pena máxima, también por mano. Cañas cortó con su brazo el cabezazo de Agirretxe. Dice el reglamento que eso es roja, pero ya sabemos que para la Real el reglamento suele ser otro. Más aún con Mateu Lahoz, un árbitro sobrevaloradísimo. El caso es que lo pitó. El último, y hasta hoy único, penalti a favor fue hace una vuelta, en el Benito Villamarín. Entonces, como hoy, Xabi Prieto no estaba en el campo. Hoy quien falló fue Agirretxe, que hizo una extraña paradinha lejos del balón y telegrafió su disparo.

Fue en esos minutos cuando la Real tuvo el partido de su lado, con más inercia y empuje que fútbol y calidad, pues fue otro día de continuas imprecisiones en el pase, sobre todo en desplazamientos de balón que no requerían demasiada técnica. En cualquier caso, fue el equipo txuri urdin el que consiguió adelantarse en el marcador. Fue el minuto 55. Illarramendi inició la jugada, Vela condujo el balón hasta la frontal del área, cedió después a Agirretxe, que entraba por la banda izquierda y se desmarcó hasta el punto de penalti para recibir el pase del 9 realista y marcar con calidad y a placer. Una jugada de manual ejecutada a la perfección en la mejor de las suertes de la Real esta temporada, el ataque rápido y en velocidad. Además, la racha del mexicano es impresionante. Hoy anotó su décimo gol de la Liga, cuando el primero llegó precisamente contra el Betis en la primera vuelta. Diez goles en veinte partidos. Impresionante. Empiezo a temer que nos va a pasar lo mismo que con Mark González y con Savio y que estamos viendo sus últimos partidos de txuri urdin.

El gol de la Real cambió el partido, pero sin duda no como le hubiera gustado a Montanier. Mel tardó un minuto, insisto, un minuto, en montar una doble sustitución con la que intentar sacar algo de Anoeta. Es lo que hacen los entrenadores normales que ven que pierden un partido, buscar soluciones para no perderlo, pero el francés no aprende. Entraron Pereira y Beñat, y especialmente decisivo fue el segundo. Ante un centro del campo txuri urdin que no funcionó, este jugador dominó por completo la parcela decisiva del campo. No es que el Betis se convirtiera de repente en un vendaval ofensivo, pero entre su mejora y el ya más que habitual paso atrás de la Real para defender un resultado a favor, las sensaciones del encuentro cambiaron por completo. Era difícil no ver que sólo podían ocurrir dos cosas. O los locales sentenciaban a la contra, como ya hicieron ante el Rayo Vallecano, o los visitantes empataban en alguna de las muchas llegadas al área que iban a tener. Sucedió lo segundo. Y sucedió en el minuto 69, pillando con la guardia baja al entrenador de los cambios en el minuto 70.

El gol retrató a la Real. Después de haber visto cómo el Betis cortaba una docena de salidas en ataque del equipo txuri urdin con faltas indiscriminadas (no me cansaré de decir que acciones como la de Chica sobre Vela que Mateu Lahoz dejó en tarjeta amarilla para mí tendrían que ser roja; él sí fue a hacer daño y no Illarramendi, el "violento"), hasta tres jugadores de la Real naufragaron en un quiero y no puedo para cortar la carrera de Montero (Griezmann e Illarramendi incluso intentaron derribarle sin conseguirlo) que acabó en la asistencia a Rubén Castro y el gol del empate. Su disparo le salió bastante centrado, y quizá Zubikarai pudo hacer algo más, pero no seré yo quien arremeta contra el hoy portero titular de la Real, que ya había hecho un paradón y que todavía hizo uno más de escándalo para salvar el empate. De Muñiz y del adulterador Comité de Competición, en todo caso, sí me acordé. No se sabe si fue el empate o el despertador del minuto 70 lo que llevó a Montanier a mover el banquillo, pero hoy se ganó a pulso los gritos de "Montanier dimisión" que se llegaron a escuchar desde la grada de Anoeta.

Xabi Prieto entró al campo en el minuto 72 por Agirretxe. La Real se quedó sin su delantero centro otra vez más. Vela pasó a ocupar esa posición. Tan poco claro tiene Montanier cómo colocar a sus hombres de ataque que poco después fue Griezmann quien estaba en punta, con Xabi Prieto siempre por la izquierda y finalmente Vela por la derecha. Algún día quizá Montanier podrá explicar porqué todos sus jugadores de ataque han jugado los últimos partidos fuera de sus posiciones habituales. En el minuto 77 entró Aranburu por Illarramendi, se supone que no estaba para los 90 minutos y que de esta forma se intentaba frenar la sangría en el centro del campo. Y hay se acabaron las brillantes deducciones futbolísticas de Montanier, que en un partido en casa, con empate en el marcador y dos delanteros en el banquillo decidió no agotar las sustituciones. El trato a Llorente roza ya la vejación y lo sorprendente es que haya gente que pueda no entender a Ifrán cuando nos anuncia su marcha en cuanto pueda. No es de recibo que el club, por medio de su dirección técnica, y su entrenador no sean claros con dos jugadores que se han dejado la vida cada vez que se han puesto la camiseta txuri urdin. No cuentan. Punto. Lo demás son milongas.

En condiciones normales, ahí se habría acabado el partido, pero quedaban para el descuento emociones fuertes. Siempre pareciendo más cercano el 1-2 que el 2-1, Zubikarai salvó el tanto de la victoria bética en el minuto 91, despejando a córner un disparo a bocajarro de Roque Santa Cruz. Y en la jugada siguiente, tras varios caracoleos de Xabi Prieto, Ansotegi lanzó un cabezazo a la madera. Supongo que habrá que considerar justo el empate, pero estoy convencido de que Pepe Mel ha salido de Anoeta, como en su momento salieron Luis García o Pocchetino, pensando que se le han escapado dos puntos. La Real volvió a dar una demostración de que gana partidos por pegada y ante rivales de poca entidad, pero que cuando las cosas se complican mínimamente tiene que solventar sus problemas sin entrenador. Mel, como el mismo Pocchetino hace sólo cuatro días, dio una lección a Montanier de lo que hay que hacer para intentar evitar una derrota. Y lo consiguió. Por eso es justo que el Betis siga una semana más por delante de la Real. La salvación sigue a tiro, pero todavía no se consigue con estos 38 puntos porque la ambición ha desaparecido de nuestro ideario. Y si gana el Zaragoza el jueves, toca hacer cuentas otra vez. Qué cruz de temporada.

lunes, abril 09, 2012

PREVIA Real Sociedad - Betis. Casi para finiquitar la temporada

Sin tiempo para celebrar o lamentarse del empate ante el Espanyol, según sea la lectura de cada cual de aquel encuentro, vuelve la Liga (martes, 20.00 horas, Anoeta, Canal + Liga 2, PPV). Y lo hace con la primera oportunidad real de finiquitar la temporada. De vencer, la Real alcanzará los 40 puntos. Sólo para alcanzar esa cifra, el Zaragoza tendría que ganar cuatro de los siete partidos que restán. Otra victoria txuri urdin más hasta el final de la Liga obligaría a que fueran cinco de siete. Seis en el caso de los otros dos equipos que están en puestos de descenso. Todo un mundo. La temporada quedaría casi finiquitada y la permanencia de los realistas sería prácticamente un hecho en el caso de derrotar al Betis, un equipo que no conoce el empate a domicilio en lo que llevamos de Liga. Montanier, pese a que habla de 45 puntos, sabe que vencer acerca al objetivo, y por eso sus mensajes previos a los dos últimos encuentros hablan de mantener la intensidad hasta el final de la competición.

La precariedad se asoma a la lista de Philippe Montanier por las lesiones, las bajas inesperadas y el asombroso funcionamiento de las instancias federativas. Son 19 los jugadores que forman la convocatoria de la Real para enfrentarse al Betis debido a que el Comité de Competición no decide hasta mañana si sanciona a Claudio Bravo por las dos inverosímiles tarjetas que le mostró Muñiz Fernández. Apelación no se reúne hasta el jueves, así que la Real solicitará la suspensión cautelar de dicha sanción. El chileno está convocado junto a Zubikarai y Toño. Se cae de la lista, como hacía temer su sustitución en Barcelona, Demidov. De forma inesperada y por enfermedad, tampoco estará Rubén Pardo. En el lugar de ambos, los que vuelven a la convocatoria son Mikel González e Illarramendi, aunque no es fácil calibrar en este momento el nivel de riesgo que se está corriendo con ambos para disputar este encuentro. Su presencia o su ausencia en el once titular será el mejor baremo para tenerlo claro.

Si ya es difícil anticipar el once de Montanier, las circunstancias lo complican aún más. Perdonado o con la suspensión cautelar en la mano, Bravo estaría bajo palos. Sin esa opción, Zubikarai, que jugó en la Copa, tendría ventaja sobre Toño. En la defensa, la precariedad imposibilita adelantar el cuarteto que formará de inicio. De la Bella en la izquierda y Ansotegi en el centro parecen los más seguros. Estrada y Carlos Martínez luchan por la banda derecha y Mikel sería la opción lógica si está para jugar. Cadamuro sería la única alternativa posible. En el centro del campo, si Illarramendi está al cien por cien será titular. Si no, Montanier tendrá que repetir con Elustondo, Aranburu y Zurutuza, que ya formaron esta segunda línea en Cornellá-El Prat. Y en el ataque se reproduce el mismo dilema de siempre, cuatro hombres para tres puestos. Xabi Prieto, Vela, Griezmann y Agirretxe son los que tienen posibilidades. Ifrán y Llorente, a tenor de la confianza que tiene en ellos Montanier, no parecen contar.

El empate en Cornellá-El Prat hizo perder una posición en la tabla a la Real pero le dio un punto más de colchón con respecto al descenso. El equipo txuri urdin es decimoquinto con 37 puntos, con nueve de ventaja sobre el Zaragoza. Que desde esa plaza se esté más cerca de Europa que del descenso, y que Europa haya sido tabú para la Real esta temporada, habla mucho de esta extraña Liga española. Su rival, el Betis, está un punto y dos puestos por encima. Los de Montanier buscan afianzar unos números en casa cada vez mejores, con siete victorias, cuatro empates y otras tantas derrotas. Los de Pepe Mel ofrecen un rendimiento extremo como visitantes: cinco victorias (Granada, Athletic, Atlético de Madrid, Zaragoza y Málaga) y diez derrotas, ni un solo empate. Por sorprendente que parezca, el Comité de Árbitros vuelve a colocar en un partido de la Real a otro árbitro que ha perjudicado claramente al equipo txuri urdin, esta vez a Mateu Lahoz, que pitó en San Mamés y no concedió un gol de Vela que traspasó la línea con claridad.

El Betis ha visitado Donostia en un total de 42 ocasiones, 38 de ellas en Primera División. El balance en la máxima categoría es de 23 triunfos locales, cinco visitantes y diez empates. En Anoeta, sin embargo, la estadística está más igualada: doce partidos, de los cuales seis acabaron en empate, dos en derrota y cuatro en victoria de la Real. Entre esos partidos destaca el inolvidable empate a tres de la temporada del subcampeonato, la 2002-2003. La última victoria realista data de la temporada 2004-2005, con un solitario gol de Kovacevic. La más contundente, un 6-0, se produjo en dos ocasiones, en las campañas 1961-1962 (tres de Villa, y uno de Urreisti, de penalti, Rivera y Herrera) y 1971-1972 (dos de Boronat y Ansola, uno de Urreisti y Arzak). El 0-4 de la temporada 2003-2004 es tanto la última victoria del Betis como la mayor goleada que ha conseguido en terreno donostiarra. En Segunda División, los cuatro partidos se saldaron con victoria local, incluyendo el del último partido jugado entre ambos, el 2-0 de la 2009-2010.

Aquel encuentro fue uno de los mejores que disputó la Real en el año en que regresó a la Primera División, el último de los que disputó en el 2009 en el que celebraba su centenario. El 2-0 final fue incluso corto para los méritos de los realistas en este encuentro, jugado a las doce de la mañana y con la nieve rodeando el espléndido césped de Anoeta. Carlos Bueno marcó el primer gol del encuentro, después de que minutos antes se le hubiera anulado otro tanto por un fuera de juego inexistente. Xabi Prieto, ya en el tramo final del encuentro, hizo el 2-0, encarando y regateando con maestría al meta bético. El 10 txuri urdin, que además asistió a Bueno en el primero, coronó así un auténtico partidazo por su parte. Como todos los jugadores en este gran día, Bravo también tuvo su protagonismo con un par de buenas intervenciones. Aquel partido supuso la séptima victoria consecutiva en Anoeta y sirvió para dejar en aquel momento al Betis a nueve puntos de distancia. El gran final de 2009 tuvo su merecido premio, el ascenso, en junio de 2010.

En el encuentro de la primera vuelta de la presente temporada, la 2011-2012, la Real consiguió una inverosímil victoria que, además, puso fin a la racha de ocho partidos sin conocer el triunfo que sufrió el equipo en la primera vuelta. En la primera mitad, sin Xabi Prieto en el campo, Griezmann falló un penalti cometido sobre él mismo. El partidazo de Agirretxe se plasmó, ya en la segunda mitad, en el primer gol del encuentro, de cabeza y a la salida de un corner, y en la asistencia a Carlos Vela para que estrenara su cuenta goleadora con el equipo txuri urdin. El cómodo 0-2 a falta de un cuarto de hora para el final invitaba a pensar en que el partido estaba hecho. Pero Montanier hizo uno de sus inexplicables movimientos, colocó una innecesaria defensa de cinco y todo se fue al traste. El Betis empató en cinco minutos y estaba más cerca el 3-2 que el 2-3. Pero Iñigo Martínez, con toda la raza del mundo, robó un balón, se apoyó en Griezmann e hizo, ya en el descuento, el gol de la Liga desde su propio campo. El segundo desde una distancia así, pero éste además valió los tres puntos. El gol salvó la cabeza de Montanier.

sábado, abril 07, 2012

ESPANYOL 2 - REAL SOCIEDAD 2 De locos

Tablas entre Espanyol y Real Sociedad en otro partido de locos que confirma que esta temporada es de todo menos normal. Tan de locos que Muñiz Fernández fue decisivo... y a favor de la Real. Un escandaloso penalti de Bravo a Sergio García fue el colofón a un encuentro extraño. Los de Montanier, claramente encerrados atrás y buscando el contraataque como única arma, se pusieron 0-2 con una facilidad impensable ante un equipo que ha estado toda la temporada en la parte alta de la tabla. Como en Sevilla ante el Betis pero a base de goles psicológicos, los realistas dejaron escapar esa ventaja, esta vez con tantos de rebote, el primero de ellos ahondando en la leyenda txuri urdin en propia puerta. Vela, autor de los dos goles de la Real y un peligro constante para la defensa espanyolista, y Xabi Prieto tuvieron claras ocasiones para volver a poner en ventaja a los visitantes y Bravo, penalti al margen, acabó erigido en el mejor realista del encuentro. De locos. Y, por supuesto, con Montanier contribuyendo a esa sensación.

Lo malo de ganar por 4-0 y tener tres goleadores diferentes es que Montanier no podía cumplir con la tradición de sentar al autor del tanto del partido anterior. Pero hizo lo que pudo y sentó a Agirretxe, como en otras salidas recientes como Bilbao o Getafe. La apuesta del francés fue clara. En defensa y en el centro del campo salió con lo previsto, con Pardo, por supuesto, en la suplencia. En ataque, Montanier colocó a Vela en punta y a Xabi Prieto y Griezmann de nuevo cambiando sus posiciones más habituales sin que todavía sepamos qué aporta eso exactamente al juego del equipo. Desde luego, hoy nada por parte del francés, que lleva unos cuantos partidos desaparecido y que no se dejó ver en Cornellá-El Prat salvo para intentar cerrar los ataques del Espanyol. Al margen del éxito de la forma de jugar por la que optó Montanier, el equipo local fue sin duda el mejor aliado de los realistas, ofreciendo una imagen paupérrima y bastante sorprendente. Los periquitos, lejos de lo que cabía esperar, no acertaron en nada en algo más de 30 minutos de juego.

Defendiendo fatal y con un claro agujero en el centro del campo, el contraataque de la Real fue efectivo porque arriba tiene mucha más calidad de lo que el propio equipo cree a veces. En este caso, además, todo pivotó en torno a un solo jugador, Carlos Vela. Decir que el mexicano fue una pesadilla constante para la defensa del Espanyol es quedarse corto. A los diez minutos ya había disparado en dos ocasiones, en cuanto tuvo el balón controlado y vio la portería al fondo. En el minuto 12 aprovechó que un flojísimo Didac le permitió llevarse el balón en la banda para encarar la frontal y colocar un buen disparo que, eso sí, parecía bastante parable. Pero Casilla no lo paró y la Real se adelantó en el marcador. Sólo dos minutos después, otra horrenda defensa de los locales la aprovechó Zurutuza para meter un buen balón a Vela, para que éste superara de vaselina al portero local. Catorce minutos y la Real ganaba 0-2. Ver para creer. Está claro que el equipo estaba cumpliendo a rajatabla las órdenes del entrenador y que éstas, sin la oposición del rival, bastaban para ganar con holgura.

Lo cierto es que el partido se puso muy de cara. En un estadio semivacío que veía con cierta indiferencia la debacle de los suyos, la Real podría haber goleado. No tengo dudas de que equipos con el hambre de Real Madrid o Barcelona hubieran descosido el encuentro hasta colocar un marcador de escándalo que hubiera hecho imposible la remontada. Pero la Real no. Uno de los defectos más criticados, y con razón, del equipo de Martín Lasarte de la pasada temporada era lo atrás que defendía. Hoy se han revivido esas sensaciones, y más por apuesta propia que por presión del rival. Sólo había dos diferencias, los dos goles de ventaja y que el Espanyol no atinaba en nada. Sólo Coutinho parecía tener claro cómo hincarle el diente al partido y suyas fueron las escasas aproximaciones de peligro del Espanyol. Hasta que sucedió lo que hay que catalogar como inevitable. Cuando uno se encierra en el área, cualquier rebote acaba siendo gol. Pues bien, éste llegó ya en el descuento de la primera mitad. Tan encerrada estaba la Real que un despeje de Ansotegi rebotó en Demidov y se introdujo en la portería de Bravo. Sólo habían pasado tres minutos desde el primer remate del Espanyol entre los tres palos, pero por lo visto había que defender así no sé muy bien el qué.

El 1-2 al descanso, hay que decirlo, generaba la sensación de que el partido no iba a acabar así. Y no hubo que esperar mucho tiempo para confirmar. Si un gol en el descuento de la primera mitad es psicológico, también lo es uno en el minuto 2 de la reanudación. Esta vez llegó en un corner, mal defendido como muchos de este encuentro y, de nuevo, tras un rebote tras el disparo de Weiss, aunque no se vio claro en quién tocó la pelota antes de cambiar de dirección y despistar a Bravo. Weiss, por cierto, había sido el primer cambio de Pochettino. En el minuto 38 de la primera mitad. Justo en ese momento, y aunque Montanier no sea capaz de ver las posibilidades de un cambio más que para dar descanso o cumplir el expediente, el partido modificó su rumbo. No con fútbol, porque el Espanyol no lo tuvo en los 90 minutos, pero sí solventando el agujero que tenían los locales en el centro del campo y apostando por un ataque mucho más incisivo. Algo diferente le dio buenos resultados al Espanyol. Desde la envidia, hay que aplaudir ese movimiento, que no encontró respuesta alguna desde el banquillo txuri urdin.

Con el empate a dos, el partido se abrió de una forma inusual y los dos equipos dispusieron de ocasiones para desnivelar el marcador. Vela pudo hacer el tercero de su cuenta de chilena y a pase de Xabi Prieto, y el 10 txuri urdin la tuvo culminando una gran jugada de Rubén Pardo en la frontal del área, pero falló estrepitosamente un gol que parecía sencillo. No está siendo la temporada de Prieto, al que cabe exigir mucho más. En la otra portería, Bravo acabó salvando un punto en varias ocasiones. Hasta con tres paradones evitó la victoria del Espanyol, la última de ellas a bocajarro, en el remate de un corner y con la pierna. Bien es cierto que el chileno también fue protagonista de una jugada determinante. En el minuto 66 arrolló a Sergio García cuando éste estaba en disposición de marcar. El penalti fue clamoroso. Y habría sido también tarjeta roja para el guardameta txuri urdin. Pero esta vez Muñiz Fernández, qué cosas, decidió no pitar nada, confirmando que, decidiendo a favor o en contra, es un árbitro muy, muy malo. Puede que intentara compensar con las tarjetas que mostró a uno y otro equipo, pero el penalti fue determinante en el resultado. Cuando el error es a favor se dice con la misma determinación que cuando es en contra.

Montanier no tomó nota del tempranero cambio de Pochettino. Ni siquiera de sus constantes modificaciones en busca de una fórmula productiva para ganar a la Real. Recibir tan pronto el empate trastocó sus planes habituales y trató de adelantar su primer cambio. Pardo tuvo que esperar cuatro minutos en la banda y por eso el relevo no se produjo hasta el minuto 67, pero habrá que destacar el adelanto del reloj del francés en todo caso. Entró por Zurutuza, sin mucha incidencia en el panorama del esquema táctico. Pardo, no obstante, buscó cosas diferentes, y eso es lo que hace incomprensible que no haya tenido una oportunidad como titular salvo con cuatro centrocampistas lesionados. Montanier sabrá. El segundo cambio sólo se puede justificar en el cansancio de Vela, pero la inexistencia de Griezmann en el plano ofensivo le hacía un candidato mejor para el relevo. Entró Agirretxe, que apenas pudo entrar en juego. Quizá Ifrán, ahondando en el planteamiento del contraataque, hubiera sido mejor opción. El tercer relevo pareció obligado. Demidov salió cojeando ligeramente y permitió que Cadamuro jugara, al fin, unos minutos como central.

Una vez más, la Real deja una sensación decepcionante. Una vez más, deja la impresión de creerse peor equipo de lo que realmente es. Para explotar la calidad que hay arriba no parece tan necesario ceder una posesión tan evidente al rival con tantos metros de carrera que cansen a los atacantes realistas, pero esa fue la elección hoy de Montanier que, al menos, sirvió para ponerse por delante en el marcador con mucha facilidad. Sigo planteándome qué podría hacer este equipo si se soltaran sus ataduras, pero tengo ya demasiado claro que no va a suceder algo así. Y sigo pensando en qué pasaría si durante los partidos se intentara cambiar su curso de verdad, cuando se tienen ocasiones como las de hoy, antes del minuto 70. Otro 0-2 que se va, y esta vez no hubo gol salvador de Iñigo Martínez para sumar tres puntos. Se va la primera ocasión de llegar a una puntuación que prácticamente hubiera certificado la salvación y, muy probablemente, la penúltima de haber aspirado todavía a algo más esta temporada. Digo la penúltima casi por decir, porque no hay ambición en esta Real como para que ese crecimiento sea creíble. Al menos, ya queda un punto menos para finiquitar la temporada.

viernes, abril 06, 2012

PREVIA Espanyol - Real Sociedad. La distancia que separa de Anoeta

La Real afronta una ocasión más de calibrar cuál es la distancia que le separa de Anoeta (sábado, 18.00 horas, Cornellá-El Prat, Canal + Liga 2, PPV). La distancia que separa al equipo que ha ganado cinco de los seis partidos disputados como local en la segunda vuelta del que ha perdido todos los que ha jugado como visitante desde que cruzamos el ecuador de la Liga. Dice Montanier que no le gusta la palabra tranquilidad, que es lo que ha conseguido el equipo con su contundente victoria ante el Rayo, y no le falta razón. Si la marejada de la semana posterior a los dos días libres en Madrid está detrás de esa victoria, se confirmaría que, efectivamente, la tranquilidad es mal compañero de viaje para este equipo. Y con la salvación tan cercana, la relajación promete ser el mayor enemigo de aquí a final de temporada. Al menos sigue habiendo retos de aquí en adelante. Ganar fuera de casa es el primero de ellos.

Con las lesiones, Montanier ha perdido toda la capacidad de sorprender en la convocatoria. Los 18 jugadores disponibles son los que viajan a Barcelona. Lesionado de gravedad la pasada semana ante el Rayo, Iñigo Martínez ya no volverá esta temporada. Su ausencia en el centro de la defensa se suma a la de Mikel González, quien sí podría estar listo para el próximo encuentro y con el que el entrenador txuri urdin no ha querido arriesgar. En el centro del campo también hay dos bajas, mucho más sensible la de un Illarramendi al que las dolencias físicas le están truncando la que debía ser la temporada de su consagración. También está de baja Markel Bergara. Iñigo e Illarra son los que salen de la lista del técnico francés para dejar su hueco a los otros dos jugadores del primer equipo que no estuvieron en la pasada jornada, Carlos Martínez e Ifrán. Montanier ya ha dejado claro, con hechos y con palabras, que prefiere contar con ellos antes que incluir en el grupo a algún jugador del Sanse.

Bravo seguirá siendo el guardameta titular, con Zubikarai de nuevo esta semana en el banquillo. Por delante, los dos únicos centrales disponibles, Ansotegi y Demidov, apercibido éste de sanción, formarán una pareja inédita esta temporada pero que sí tuvo minutos la pasada campaña con Martín Lasarte en el banquillo. Los laterales, en buena lógica, serán Estrada y De la Bella, con lo que Carlos Martínez y Cadamuro tendrían que esperar su oportunidad en el banquillo. En el centro del campo, con sólo cuatro jugadores disponibles, se hace difícil pensar que Montanier seguirá sin darle la titularidad a Pardo. Eso colocaría en el once a Elustondo, Aranburu y Zurutuza. En el ataque también hay costumbres que no parece que vayan a romperse en esta jornada. Viajan los seis hombres que Montanier usa en esas tres plazas, pero ni Llorente ni Ifrán tienen opciones realistas de ser titulares. Así, Xabi Prieto (que no jugó ni un minuto la semana pasada y, aunque sólo sea por eso, apunta al once), Griezmann, Vela y Agirretxe se disputan los tres lugares restantes.

La Real comienza la jornada en la decimocuarta posición, con 36 puntos. La ventaja con respecto a los puestos de descenso está en ocho, lo que quedando apenas ocho encuentros por jugarse es una diferencia que tendría que ser suficiente para garantizar la permanencia a poco que el equipo sume algo más. El Espanyol es noveno con 41 puntos y está a solo dos de la sexta plaza. Los objetivos de ambos equipos son muy distintos en estos momentos. Sólo cuatro equipos han ganado en casa más que los periquitos, aunque de los quince partidos que ha jugado en Cornellá-El Prat ha empatado dos encuentros y ha perdido cinco, incluyendo el último que ha disputado como local ante el Málaga. La Real, por contra, es el segundo equipo que más ha perdido a domicilio, diez de los quince encuentros jugados, incluyendo los cinco que se han jugado en la segunda vuelta. El equipo txuri urdin no puntúa lejos de Anoeta desde el 0-1 en Valencia de mediados del mes de enero. Pita Muñiz Fernández, que suele armar escándalos cada vez que nos cruzamos con él. Dos veces esta temporada, dos derrotas por 4-0, dos penaltis en contra y un expulsado. Casi nada.

Espanyol y Real Sociedad se han visto las caras en encuentro liguero en 63 ocasiones, sólo una de ellas en Segunda División (0-0 en la temporada 62-63). De los 62 partidos en Primera, 32 acabaron con triunfo loca, 21 en empate y sólo nueve con victoria txuri urdin. La Real apenas ha jugado una vez en el actual estadio espanyolista, y se saldó con derrota, pero el anterior feudo periquito fue todo un oasis para los realistas. En Montjuic jugaron en diez ocasiones y sólo perdieron en las dos últimas (por 1-0 en ambas, temporadas 2005-2006 y 2006-2007). Lo demás, cuatro empates y otras tantas victorias, la más contundente de ellas el 0-3 de la temporada 1997-1998 (Loren y dos de Kovacevic, uno de penalti), un gol por debajo del triunfo más claro de la Real en terreno del Espanyol, el 0-4 de la campaña 1987-1988 (dos goles de Loren, uno de Zamora y otro del fallecido Mugika), que se produjo obviamente en Sarriá. El 8-0 de la 41-42 es el más severo correctivo que se ha traído la Real de Barcelona en estos enfrentamientos.

La pasada temporada, la 2010-2011, la Real salió goleada de Cornellá-El Prat en su primera visita al nuevo estadio del Espanyol. En realidad, no mereció semejante castigo. O quizá sí, según el prisma con el que se mire el partido. Porque la Real de Martín Lasarte hizo una espléndida primera mitad, en la que mereció adelantarse. Pero fue el Espanyol el que marcó, en el minuto 42, gracias a una falta inexistente que señaló Ayza Gámez y que acabó con Estrada marcando en propia puerta. El mismo jugador anotó en la otra portería un minuto después, consiguiendo así su primer gol con el primer equipo. Con ese gol piscológico llegó el descanso, y a su fin desapareció la Real, que dejó que el Espanyol acabara goleando con una facilidad inusitada. Bravo fue un espectador en la primera mitad y su sufrimiento se incrementó exponencialmente en la segunda. El 4-1 final fue un duro castigo para lo que la Real desplegó en el arranque, pero un justo correctivo para lo que enseñó al final. Era entonces la tercera derrota consecutiva a domicilio de la segunda vuelta.

En el partido de la primera vuelta de la presente temporada, Real y Espanyol empataron a cero en Anoeta. El partido fue el úlitmo de los ocho que estuvo sin ganar el equipo de Montanier en la primera vuelta, sumando dos de los 24 puntos posibles en ese tramo de la temporada. Con un equipo nuevamente revolucionado por el entrenador francés, nada pareció salir bien. Con Zurutuza en la grada, Anoeta estalló contra el bajísimo rendimiento de Mariga e Illarramendi acabó lesionado y sustituido. Llorente fue titular por primera vez en la temporada, sin que mediara explicación de por qué no lo había sido antes o por qué lo fue aquel día, y dispuso del único tiro a puerta de la Real en todo el partido. Si no se movieron las tablas iniciales fue, además de por la incapacidad del equipo txuri urdin, por el conformismo del Espanyol, que nunca hizo demasiado por marcar un gol. Bravo tampoco tuvo demasiado trabajo, pero un disparo a la madera pudo dar el triunfo a los catalanes. Por el partido y por la situación entonces en puestos de descenso, uno de los peores días en Anoeta de esta temporada. Aunque se lograra un punto.

martes, abril 03, 2012

Ataque por todos los flancos

No soy amante de las teorías conspirativas y menos aún en el deporte. Lo digo porque no quiero que quien lea estas líneas piense que soy alguien fácilmente impresionable o que siempre busque a los males propios culpables ajenos. En algún momento he tenido la impresión de que todo lo que ahora mismo me perturba tiene relación con esta extraña Liga de dos, Real Madrid y Barcelona, en la que los otros 18 equipos no pintamos mucho, la impresión de que algún seguidor del Rayo, el Mallorca, el Sporting o el Sevilla podría pensar lo mismo que yo. Pero creo que la situación de la Real excede esa bipolaridad. Sin un estudio pormenorizado, desde luego, pero no concibo que haya algún otro equipo con tantos motivos para sentirse despreciado como el nuestro. Ninguno. Y eso es un ataque por todos los flancos que, sinceramente, me preocupa ahora más que nunca.

Pensad en cualquier aspecto del desarrollo de esta Liga. En todos hemos salido claramente perjudicados. No voy a hablar de los arbitrajes, de las expulsiones, de las decisiones de los comités. De todo eso ya se ha hablado largo y tendido en su momento, y todos sabemos que viene de largo. Lo único novedoso a lo que me puedo referir hoy sobre este aspecto es la lesión de Iñigo Martínez (¡ánimo, volverás tan grande como ya nos has demostrado que eres!). Fortuita, sí, pero producto de algo denunciable en lo que casi nadie repara. Viene de una falta alevosa de Diego Costa. Hoy sólo Noticias de Gipuzkoa recordaba que, en Segunda y militando en el Albacete, ya le hizo una entrada criminal a Castillo que también se saldó entonces con tarjeta amarilla. ¿Sabéis quién pitó entonces? El hoy colegiado de Primera González González. Qué cosas. Hay jugadores que tienen una forma de jugar basada en la falta sistemática sin que los árbitros se preocupen de las consecuencias que ahora sufre Iñigo, y Diego Costa es uno de ellos. Pero luego el "violento" es Illarramendi. ¿Os acordáis de la lesión de Aranburu? ¿O de la de Díaz de Cerio? Aquellas no fueron ni falta.

Vamos a la violencia. La historia no tan lejana nos lleva a recordar el cierre que sufrió Anoeta hace una década. Cosas peores se han visto desde entonces sin cierre de estadios. Yendo a sucesos más recientes, el incidente de Getafe es oscuro a más no poder, y a nadie parece importarle, más que a dos o tres de los periodistas que cubren la información de la Real. Publica hoy El Diario Vasco que en la misma nota del Ministerio del Interior en la que se proponían las sanciones de 10.000 euros y dos años de prohibición de acceso a recintos deportivos a los miembros de la Peña Mujika, se proponía castigar a otros responsables de agresiones físicas con una multa de 3.500 euros. ¿Por qué esa diferencia? ¿Por qué sólo se identificó a seguidores de la Real en Getafe? ¿Acaso alguien piensa que se pelearon solos? Recordemos San Mamés, el campo ejemplar a ojos del mundo entero. Allí aficionados realistas que lo único que hicieron fue ver un partido de fútbol y animar a los suyos fueron golpeados y amedrentados por agentes de seguridad privada. ¿Ha pasado algo? Nada en absoluto. ¿Alguien se ha hecho eco fuera del entorno de la Real? Nadie.

Y es que ese es otro de los grandes ninguneos de la Real, un equipo invisible para el resto del mundo gracias a la inexplicable labor de los medios de comunicación. ¿En algún lugar ajeno al entorno txuri urdin se destaca la masiva presencia de canteranos de Zubieta en la plantilla, superior a la de otros equipos alabadísimos por ello? En ninguno. ¿En alguno se destaca aquello que perjudica a la Real? La respuesta en obvia, más aún mirando esas hipotéticas clasificaciones de sin errores arbitrales que aparecen tras cada jornada y en la que casi salimos beneficiados. ¿Y en cuántos se refleja lo negativo? En casi todos. Pensemos en la juerga nocturna de Madrid. ¿Serán los jugadores de la Real tan especiales como para ser los únicos que protagonizan historias así? Pero de los demás nada sabemos. O quizá habría que recordar la repercusión mediática que tuvo aquel manifiesto que firmaron ocho realistas en apoyo a una manifestación de los familiares de presos etarras. O la que se armó para frustrar la cesión de Zubikarai al Hércules. No creo que sepamos más de la orientación política de ningún jugador de Primera más que de algunos de la Real, como si eso importara a la hora de saltar al césped. Pero importa, porque genera animadversión.

Es demasiado común escuchar una retransmisión de un partido de la Real y que se digan burradas. El pasado domingo, en Canal + Liga se habló del regreso de Estrada al once tras no sé qué lesión. Hace unas semanas, en el esquema de un once inicial, aparecía Elustondo de central. Muy pocos han hablado esta semana de la lesión de Iñigo Martínez, jugada que ni siquiera apareció en el resumen del partido que emitió Canal +, o de la operación a la que hoy mismo ha sido sometido. Se lesiona cualquier otro jugador de cualquier otro equipo y parece que obtiene más atención. Y, ojo, que con Iñigo Martínez hablamos de un jugador que, en algunas informaciones, ha estado relacionado con Real Madrid, Barcelona o Manchester United, y que, habiendo sido ya internacional sub-21, tenía opciones de estar en los Juegos Olímpicos de Londres del próximo verano. Esa es otra, las selecciones. Para mí fue asombroso que ni el central, ni Illarramendi, ni siquiera Rubén Pardo estuvieran en la última lista de la segunda selección española, una lista que se consideró la antesala de la que acudirá a la cita olímpica. Pocos equipos hay más jóvenes que la Real, pocos tienen tres jóvenes tan destacados, dos de ellos titulares, pero la mirada muy pocas veces se detiene en ellos.

La situación no es tampoco nueva. El descenso de un histórico con 40 años consecutivos en Primera no generó atención mediática, cuando llena páginas de prensa y minutos de radio que bajen a Segunda otros equipos con menor relevancia histórica. Nadie destaca los desaguisados que le ha perpetrado el colegiado de cada fin de semana (nadie titulará una información con Muñiz Fernández antes del partido de Cornellá de este sábado). Se ningunearon en su día denuncias claras de compras de partidos que impidieron el ascenso en 2008. Los arbitrajes no han hecho sino empeorar sin que nadie publique el claro perjuicio que le ha supuesto a la Real (incluso en noches tan desgraciadas como la eliminación copera de Mallorca se mandó al olvido un claro penalti y roja que seguramente habría clasificado a la Real). Las quejas ahora de Aperribay en Madrid cayeron en saco roto, ni Liga ni Federación nos consideran en absoluto. El ninguneo se prolonga en los horarios a los que juega el equipo. Y eso ya sin profundizar en temas de gran calado económico, como el impago de Mediapro del contrato televisivo o la ausencia de ayudas para remodelar Anoeta, algo más sangrante todavía si tenemos en cuenta que ese proyecto en un estadio de titularidad pública cuesta la misma cantidad que recibirá el Athletic por construir el nuevo San Mamés y quedárselo en propiedad.

Y para colmo, la afición txuri urdin es tan mal recibida en algunos sitios que no dejo de asombrarme. Todavía resuenan en mis oídos unos inmotivados gritos de "a Segunda, a Segunda" hace poco más de una semana en el Santiago Bernabéu. Pero es que en Getafe se escucharon en la temporada en la que, efectivamente, se consumó el descenso. A pesar de un comportamiento modélico en docenas de ciudades españolas durante los últimos años, incluso y sobre todo durante las temporadas que vivimos en Segunda División, hay un ambiente enrarecido y politizado en demasiados lugares. A Lillo le pegaron un botellazo en Málaga y no pasó nada, como para que pase después de lo que muchos dicen que fue una emboscada en Getafe, cuestión que no puedo obviar aquí aunque ya la haya mencionado más arriba. Y eso sin recordar ya cuestiones mucho más graves, como el asesinato de Aitor Zabaleta en las inmediaciones del Calderón (ni se suspendió el partido) o que esta misma temporada los Ultra Sur tuvieran entradas en Anoeta, cabe suponer que por cortesía de su club, antes y después de generar importantes disturbios (¿y sus sanciones?). Si hasta en Bilbao o en Vitoria ha habido situaciones desagradables de distinta índole, ¿qué no esperar en otros sitios o de otras aficiones?

Insisto en que no creo que todos conspiren contra la Real, porque mi naturaleza me impide pensar que una trama de semejantes proporciones pueda tener una orden primera que todos sigan. Pero también me parece incuestionable que nadie está precisamente ayudando a este equipo. Me choca lo que está viviendo en los últimos tiempos. Me choca y me preocupa. Porque no es un tema, ni dos. Ni siquiera tres. Es que en el plano deportivo la duda siempre cae para el mismo lado. Y lejos del plano deportivo, también. No es cuestión de que nos sintamos víctimas de nada. Es cuestión de que denunciemos las cosas tal y como se producen. Que reclamemos el lugar que nuestra historia y nuestro comportamiento merece. Y ese, hoy por hoy, exige mucho más de lo que estamos recibiendo de todos los que intervienen en el fútbol español, desde el primer aficionado hasta el último dirigente, pasando por los medios de comunicación o los árbitros. Me preocupa este ataque por todos los flancos que está sufriendo la Real desde hace tiempo porque tiene muchos y muy negativos efectos, que padece en primer lugar la afición sin que nadie se detenga a pensarlo. No creo en fantasmas, pero a veces la única explicación posible es, por inverosímil que parezca, la única que no se puede descartar.

lunes, abril 02, 2012

REAL SOCIEDAD 4 - RAYO VALLECANO 0 Con lo fácil que parece esto a veces...

Lo que los realistas le piden a la Real no suele ser mucho. Y ese poco que se le exige suele bastar para ganar partidos. Esa es la conclusión que deja la goleada ante el Rayo Vallecano. Una goleada sencilla, ante un rival flojito, que ha tenido una noche horrible y ha dado tantas facilidades que casi parecía un entrenamiento. Pero la Real ha sabido hacer lo mínimo, insisto. Ese mínimo es correr, presionar, sudar. Del minuto 1 al 90. Y eso es lo que ha permitido al equipo de Philippe Montanier primero ponerse en ventaja muy pronto y después devolverle al Rayo la goleada que le infringió en la primera vuelta. Con lo fácil que parece esto a veces y cuánto nos cuesta con demasiada frecuencia. Luego los pequeños detalles dejaron el habitual poso de cierta decepción, aunque en la victoria sea más difícil encontrar apoyo en el argumento. La lesión de Iñigo Martínez fue la peor noticia de la noche, y la cosa no tiene buena pinta. Pero además queda la nueva desilusión de no ver ni un minuto a Pardo e Illarramendi juntos. O que a Llorente se le pase otro marcador abultado casi sin minutos para reencontrarse con el gol.

Anoeta no recibió de uñas a la Real. Es lo de siempre. Los cabreos nos los llevamos entre semana y difícilmente llega hasta el comienzo del siguiente partido. Lo del Atlético de Madrid fue una leve excepción y ya levantó ampollas. Esa era la noticia antes de que arrancara el encuentro, aunque es más que tentador asociar el resultado final a la exigencia de ganar sí o sí que la afición había colocado sobre la cabeza de sus jugadores para no pasarles factura al final por lo vivido en los últimos días. También era noticia antes del encuentro la alineación de Montanier, donde se reservó dos espacios para sus habituales movimientos. Xabi Prieto, goleador en el Bernabéu y de lo poco salvable de la debacle madrileña, cumplía la tradición de que el que ve puerta se va al banquillo. Elustondo, el nombre más destacado de la juerga posterior al 5-1 por viajar a Madrid sin formar parte de la convocatoria, volvía al equipo como titular. Y los extremos, como ante el Madrid, jugaron cambiados de banda, esta vez Griezmann por la derecha y Vela por la izquierda. Lo difícil es saber qué habría pasado si los primeros seis minutos de partido hubieran sido diferentes.

En esos instantes, el Rayo avisó dos veces de que podía provocar un incendio en Anoeta. En la primera, Bravo tuvo que salir con contundencia a los pies de Michu. En la segunda, Diego Costa mandó altísimo un disparo que parecía mucho más sencillo tras aprovechar un error de compenetración de los centrales realistas, e incluso de todo su centro del campo. Ahí sonaron algunos pitos, que no fueron a más porque la Real reaccionó con la contundencia del gol. O con la endeblez defensiva del Rayo, que también contó. Zurutuza inició la jugada con un buen pase en profundidad a Estrada, cuyo centro de primeras lo remató Agirretxe en el primer palo. La jugada es perfecta, de libro, pero contó con la colaboración del marcador del nueve realista (que alcanza, precisamente, los nueve goles en esta Liga), que se quedó mirando desde el suelo como armaba el disparo a placer. Minuto 6 y el partido había cambiado por completo con respecto a lo que podría haber sido. La decisión con la que el Rayo encaró el partido se diluyó de una forma sorprendente. Los de Sandoval desaparecieron en todas las facetas salvo en una, la posesión del balón. Los de Montanier, encantados, porque ya iban por delante en el marcador.

Ahí la Real supo entender el partido, y eso hay que reconocérselo. Sus llegadas, aunque muchas no llegaran a culminar en disparo a puerta, generaban peligro. Su presión casi siempre desembocaba en el robo de la pelota. El Rayo despareció, y en eso también tuvo mucho que ver el buen partido de Iñigo Martínez y Demidov en el centro de la defensa y de Illarramendi en el centro del campo. Griezmann y Agirretxe pudieron marcar el segundo, pero éste no llegó hasta los 31 minutos. Los protagonistas, cambiados sus papeles en la jugada, los mismos del primer gol. Esta vez fue Estrada quien inició la jugada con un pase desde su banda hacia el segundo palo, Agirretxe la puso de cabeza y con inteligencia en el extremo opuesto del área y ahí Zurutuza no tuvo más que ponerla en la portería también con la cabeza para hacer el 2-0. La defensa rayista estuvo igual de blandita aquí que en el primer gol, pero la Real encontró bien por dónde atacar sus puntos flacos. Cuando podría haber sido una noche de severas urgencias, con el descenso a cinco puntos a eso de las 21.30 horas, el partido pintaba bastante bien al descanso.

Cediendo aún más descaradamente la posesión del balón en la segunda mitad, la Real, esta vez sí y a diferencia de tantos otros días, finiquitó el partido al contraataque. En el minuto 51 fue Griezmann el que marcó. En el 53, Vela. Las dos jugadas fueron muy similares, la primera con asistencia de Elustondo y la segunda del propio jugador francés. Y las dos contaron de nuevo con la escasísima oposición de una defensa rival de bajísimo nivel, en la que Diamanka fue el reflejo de la impotencia ya desde que Vela le forzó la tarjeta amarilla en la primera mitad. La celebración del tercer gol fue una piña con el entrenador junto al banquillo, reflejo de la que sólo los jugadores habían formado al inicio de la segunda mitad. Curioso, desde luego, y más con la semana que hemos vivido. Que cada cual lo interprete como quiera. Lo que está claro es que la afición txuri urdin es muy, muy, muy permisiva para con los suyos. Ni silbidos, ni protestas, ni nada. Es más, con el 4-0 Anoeta hizo la ola ante un equipo que goleaba pero que, no lo olvidemos, ocupa la decimocuarta posición. No creo que ningún jugador txuri urdin viva en algún otro lado tan bien como aquí.

El partido estaba más que acabado en el minuto 53, cuando la Real ya le había devuelto al Rayo la goleada de la primera vuelta. Está más que claro que a nadie se le pasó por la cabeza superar el resultado de Vallecas, ni por superar el gol average para deshacer un posible empate al final de la Liga ni por el orgullo de superar la herida sufrida. Y si faltaba algo por terminar de enfriar el partido, llegó la lesión de Iñigo Martínez. Son cosas que se ven venir cuando los árbitros son tan permisivos con determinados tipos de faltas o de jugadores. Pero, no lo olvidemos, el "violento" es Illarramendi, que él sí tuvo que ver la roja y cumplir dos partidos de sanción. No habrá reflexión sobre este asunto, así que asumo que clamo en el desierto. Con la ausencia de las radios en las retransmisiones deportivas, la escasa información llega vía Twitter. La Real informó de que el central sufre una torsión traumática de la rodilla derecha y que las pruebas complementarias establecerán el diagnóstico definitivo. Es decir, que no sabemos si es grave o no. Pero lo pareció en el campo, porque Iñigo se marchó en camilla y sin poder apoyar la pierna. La anécdota, si es que se le puede encontrar un lado positivo a esta lesión, es que trastocó los planes habituales de Montanier, que tuvo que adelantar su primer cambio. Sólo dos minutos, que nadie se alarme.

Los cambios, precisamente, tampoco contribuyeron a que la noche fuera redonda. Sí el de Ansotegi, que es uno de esos jugadores que se merecen más momentos en el terreno de juego por ser profesionales como la copa de un pino. Llorente entró en el 77, con muy pocos minutos de un partido muerto para intentar marcar ese gol que no llega. Y no llegó. Es más, no gozó el delantero de ninguna ocasión de anotarlo, pero sí tuvo tiempo de ofrecer a Zurutuza una preciosa asistencia que el de Rochefort no pudo alcanzar y que le aplaudió como merecía. Dos minutos después Montanier agotó el cupo de relevos retrasando, una semana más, el ver juntos a Illarramendi y Pardo. Suena a misión imposible, cuando lo que es imposible es saber qué hace falta para que ambos coincidan en el césped o explicar por qué no ha sucedido todavía. El Rayo, mientras tanto, se sumó al buen rollo en Anoeta con una afición maravillosa, que se pegó una paliza descomunal para estar en Donosti y demostrar la gran sintonía entre los seguidores de ambos equipos, y dando entrada a Tamudo para que los realistas pudieran aplaudirle.

Otra goleada de la Real que deja un sabor raro. Raro era el ambiente antes del encuentro y eso condiciona. Por supuesto, ganar 4-0 siempre indica que algo se ha hecho bien, pero el Rayo ha dejado una sensación tan pobre, sobre todo defensivamente, que es inevitable seguir pensando que esta Real aún no ha superado grandes montañas para sumar los 36 puntos que tiene. Y que tiene mejor equipo de lo que ha conseguido demostrar hasta ahora esta temporada. Tiene la materia prima, pero la exhibe con cuentagotas, a pesar de que es capaz de golear con poco. Griezmann y Vela estaban pasando desapercibidos hasta que marcaron. Agirretxe, él sí, hizo una primera parte maravillosa, y sigue siendo de lo mejor de esta Real. Como sus centrales, hoy con un Demidov entonadísimo y al mejor nivel que demostró la pasada temporada. Pero sabe raro ganar sin que Xabi Prieto, ahora que estaba recuperando su mejor nivel, juegue un solo minuto. Muchas cosas raras siguen planeando en el ambiente. Hasta el 4-0 suena raro. Pero la distancia con los puestos de descenso aumenta a los ocho puntos y ya se respira mejor. Todavía falta, pero el colchón es bueno. Y a Europa está prohibido mirar, pero el Athletic está a dos puntos. Un poco de grandeza de aquí al final no estaría de más en esta temporada tan rara.