miércoles, marzo 31, 2010

No pasa nada

Claudio Bravo no va a jugar más esta temporada con la camiseta de la Real. No pasa nada. Él mismo lo ha dicho. Tenemos otros dos grandes porteros sin jugar que iban a disputarse el puesto del chileno cuando éste se marchara al Mundial. La pugna se adelanta, pero da igual. Yo voy a mojarme: prefiero que juegue Zubikarai. No desconfío de Riesgo, ni pienso decir una sola mala palabra de un portero que me hubiera encantado que fuera el siguiente gran guardameta canterano de la Real después de la marcha de Alberto, por mucho que todo apunte a que dejara el equipo a final de temporada. Pero creo que Eñaut se merece el premio, por calidad, que la tiene, y por fidelidad a estos colores, que la ha demostrado con creces. Y de Bravo qué voy a decir. Que ojala la última imagen que tengamos de él en la Real no sea tendido en un banquillo con la rodilla vendada. Ha hecho historia en la Real hasta el último día, con ese penalti parado. Es un porterazo. Y un tipo sensacional, como siempre lo ha demostrado. Ánimo y recupérate.

Xabi Prieto se perderá el partido de la temporada, ante el Hércules en Anoeta. No pasa nada. Prefiero quedarme con que Cartagena, Betis, Numancia y Levante han sucumbido ya en Anoeta. Bien es verdad que su ausencia por lesión coincidió con la peor racha del equipo, tanto de juego como de resultados, pero hay en la plantilla realista jugadores capacitados para suplirle. No para ofrecer lo mismo que el 10 realista, porque parece que al fin esta temporada todos somos ya conscientes de que no hay nadie con el nivel de Xabi en la Real, pero sí para jugar un buen partido y equilibrar al once que esté sobre el campo el domingo por la mañana. Pueden jugar Nsue, Songo'o o incluso Griezmann. No se va a acabar el mundo por la ausencia de dos jugadores. Por desgracia, Xabi Prieto ha tenido lesiones más o menos graves las tres temporadas que llevamos en Segunda. Y hemos sobrevivido hasta el día de hoy. Pero que no se pierda más partidos, porque, eso sí es verdad, Xabi aporta algo diferente incluso en los días en los que no está al nivel que se espera de él durante los 90 minutos.

A Xabi, por cierto, le han quitado sólo una de las dos tarjetas amarillas que vio en Córdoba, la segunda, con lo que el Comité de Competición ha reconocido que sufrió un claro penalti. No pasa nada. Aquí sí que no pasa nada y da rabia pensarlo. De tener un penalti a favor para empatar el partido se pasó a seguir perdiendo y con diez jugadores en el campo, independientemente de lo mal que estuviera jugando la Real. Y no me resisto a hacer un poco de fútbol ficción. Imaginemos que el árbitro pita penalti. Imaginemos que Xabi lo tira y lo mete. Imaginemos que el empate, como otros días, le da fuerzas a la Real para irse a por el partido. Imaginemos que marcamos un segundo gol. Imaginemos que el Córdoba no puede meter ya balones a la espalda de la defensa realista porque es el equipo txuri urdin el que se puede permitir el lujo de esperar atrás. Imaginemos que Bravo no se lesiona en una de esas jugadas. Imaginemos que la Real vuelve de Córdoba con tres puntos, con seis de ventaja con respecto al Hércules, con el liderato asegurado otra semana más incluso aunque los alicantinos ganaran en Anoeta, y con diez puntos más que el tercer y el cuarto clasificado. Imaginemos, sí.

De las dos acciones del árbitro del pasado sábado, el tinerfeño Trujillo Suárez, que ha evaluado el Comité de Competición, en una le ha quitado la razón. No pasa nada. No puede pasar ya en un partido que la Real perdió y será la Real la que pague las consecuencias de lo vivido en El Arcángel cordobés. Este árbitro seguirá pitando. Nunca hay consecuencias para los árbitros. Nunca. Lo hagan mal o lo hagan peor. Lo que está claro es que en Córdoba realizó una actuación nefasta cortada por un patrón que habría que erradicar del fútbol: todo a favor del equipo de casa. No fue la única causa de la derrota de la Real en Córdoba, ni mucho menos, pero sí tuvo una gran importancia. Lo he dicho más veces, pero, visto el bajísimo nivel arbitral, no está de más repetirlo: no sé por qué hay tanto miedo a evaluar con serenidad y con ecuanimidad lo que hacen los colegiados. Trujillo Suárez perjudicó claramente a la Real. Se dice y punto. Sin necesidad de hablar de villaratos, manos negras o cosas parecidas, por mucho que este equipo colecciones actuaciones perjudiciales de los árbitros en los últimos años.

Y ahora viene otro punto en el que me hace gracia que no pase nada. Durante la retransmisión del partido en Punto Radio (inconvenientes de no vivir en Euskadi, que no tuve la posibilidad de ver el partido por televisión), se dejó bien claro que Xabi Prieto se tiró, pero nadie habló de la exagerada caída del cordobesista Pepe Díaz en el penalti que sí se pitó en contra de la Real. Leyendo al día siguiente El Diario Vasco, apenas se hace mención de la actuación arbitral más que con tintes de duda. No las hubo ni siquiera en Córdoba, donde periodistas y miembros del club reconocieron la claridad del penalti. Uno ve el resumen de Canal +, y ni siquiera ponen la jugada de la expulsión de Xabi Prieto. Nadie, absolutamente nadie, se paró a pedir falta de Asen (¡ni mucho menos tarjeta!) en la jugada en la que se lesiona Bravo. Y prácticamente nadie se ha detenido en la última jugada del partido, en la que hay un gol fantasma a favor de la Real. El árbitro pitó rápidamente el final por si acaso.

No seré yo quien comparta esas aberrantes portadas que la prensa madrileña y catalana dedican a los árbitros cuando creen que ha perjudicado o beneficiado a los suyos, pero a veces uno tiene la sensación de que somos idiotas. Si nos regalan algo los árbitros, lo admitimos sin tapujos, incluso parece que sentimos la obligación de sentirnos culpables por ello. Si nos lo quitan, parece que nos duele decirlo en voz alta, parece que siempre encontramos una explicación mejor a las derrota que la arbitral, por mucho que a veces sea sólo un pitido del colegiado el que nos separa de la victoria. Preferimos tirar piedras contra nuestro propio tejado. Y luego, como decía Lillo, hay muchos realistas por ahí sueltos. No pasa nada. Nunca pasa nada.

sábado, marzo 27, 2010

CÓRDOBA 2 - REAL SOCIEDAD 0 Un auténtico desastre

Esperando una tarde de gloria, la Real se ha topado con la mayor de las desgracias. Con un auténtico desastre que no se puede esconder de ninguna de las maneras. Con una nueva derrota en el campo, la primera por más de un gol y sin recibir un penalti (excepción hecha de la goleada que le endosó el Hércules) y con graves consecuencias además para la próxima semana y, probablemente para más. El Córdoba ha ganado con justicia a una Real triste, anodina y carente de personalidad. El equipo txuri urdin ha hecho el peor partido de la temporada, sin ninguna duda, y lo reconoció Lasarte. Pero es que además el destino le reservaba más fatalidades que nadie podía esperar cuando, mediada la primera mitad, Claudio Bravo detuvo por fin un penalti. Xabi Prieto fue expulsado, ironías de la vida, por caer dentro del área. Y, lo peor de todo, Bravo se marchó lesionado en la rodilla. Parecía de gravedad, aunque puede que haya suerte y sea algo que no le haga perderse mucho tiempo de competición. Y para colmo, con otra intervención arbitral negativa. Ahora toca levantarse de este desastre.

Lasarte, como estaba previsto, repitió la alineación que venció al Levante hace una semana. Zurutuza, que era la única variación probable en el once antes del partido, tuvo que esperar su oportunidad en el banquillo. Ni siquiera fue el primer cambio, algo que también sorprende, pero acabó saltando al campo en la segunda mitad. Y el cambio fue el mismo de las últimas tres semanas, ya que entró por Elustondo. A pesar de la leve mejoría de la semana pasada, Elustondo no está bien. Después de lo visto en Córdoba, sería difícil de entender que Zurutuza no fuera titular la semana que viene ante el Hércules. Muy difícil de entender, a pesar de que tampoco marcó una diferencia en Córdoba en los minutos que tuvo. El problema de la Real sigue estando en el centro del campo. Ahí es donde el Córdoba empezó a fraguar el claro dominio que ejerció en la primera mitad. Dispuso de algunas ocasiones bastante claras para meter un gol, pero perdonó bastante. El tópico, en cualquier caso, no se cumplió y los cordobeses acabaron adelantándose en el marcador.

Antes de eso, una de las ocasiones que perdonó el Córdoba fue un penalti. Sí, otro penalti en contra. Pero esta vez, si es que sirve de consuelo, un penalti claro, cometido por Mikel González, que no termina de encontrar el nivel que le corresponde. Y esta vez Bravo, que ya ha pasado a la Historia esta temporada por ser el primer portero txuri urdin en marcar un gol en su centenaria andadura, decidió poner una nueva pica en su brillante carrera en la Real y lo detuvo. Hacía más de siete años que un guardameta realista no paraba un penalti y que el rechace no acabara en gol. Siete larguísimos años. Y esta temporada por fin se rompió la maldición. Bravo lo paró y, a diferencia de la pena máxima lanzada por el Levante hace seis días, no hubo quien remachara el balón a la red. El penalti parece clarísimo. Pero es muy sintomático que sólo haya errores que perjudican a la Real, nunca los hay en contra. Se quejó el Levante, y a saber si ha tenido algo que ver, pero no creo que nadie, con la mano en el corazón, se haya sentido robado en un partido ante la Real en mucho tiempo.

No es normal que este equipo siempre acabe con más tarjetas que el contrario, cuando no pega una triste patada. No es normal que en el área contraria nunca haya penaltis a favor de la Real. No es normal que una caída de Xabi Prieto en el área, sea o no sea penalti (Zubillaga, director deportivo del Córdoba, admitió que sí fue penalti), acabe en su expulsión, porque no siempre se muestra la amarilla en una caída dentro del área sin que haya derribo y hoy sí se ha sacado. No es normal, lo veamos como lo veamos. Hoy pitaba un debutante en Segunda División, la semana pasada un veterano que ya había pasado por la Primera. Qué más da. No es que no le regalen algo a la Real, que no tienen que hacerlo. Es que siempre perjudican. A veces acertando, a veces fallando, a veces exagerando, pero las decisiones siempre van en contra de la Real. Lo de Prieto es una exageración tremenda que, además, tiene consecuencias para la semana que viene. No estará ante el Hércules. No lo habría estado aunque no hubiera sido expulsado, pues ya había visto su quinta amarilla. Ahora se queda con cuatro y un partido de sanción. Con lo que le pegan habitualmente a Xabi, y que sea él expulsado. No es normal, no.

Pero volvamos al partido. Tras aquel momento de gloria al parar el penalti, y después de que Gerardo tirara al palo, pocos podíamos imaginar lo que se le veía encima a la Real. El primer detalle sorprendente es la forma en la que llegó el primer gol del Córdoba. Sorprendente a medias vista la caraja con la que jugó hoy la Real (bueno sería que alguien explicara cómo se puede salir así después de la inyección de moral de la semana pasada y de saber que el Betis había perdido), pero sorprendente. Lo cierto es que el equipo se durmió, todo el equipo, en una falta lanzada por los andaluces. Esto es lo que suelen llamar una falta de pillo. Pero en realidad es una falta de concentración impresionante. Y sorprendente por eso, porque no es lo que se espera de una Real que está escribriendo una brillante página de la Historia. No hay forma de justificar que llegue un gol cuando la defensa se está colocando. Pero no podía considerarse sorprendente el gol viendo lo que se estaba viendo sobre el césped. El 1-0 era muy justo y lo lógico tras lo visto en los primeros 45 minutos. El Córdoba salió a por el partido y la Real sólo dispuso de una ocasión clara, en los pies de Griezmann, y un par de llegadas no excesivamente claras.

La segunda parte no cambió mucho el panorama. Más bien nada. Incluso empeoró con las circunstancias que se vivieron en los segundos 45 minutos. Y el panorama ya era poco alentador en el descanso. Y digo poco alentador por tratar de utilizar un adjetivo lo menos dañino posible para la Real, que hoy se ha merecido calificativos mucho más crueles. Posesiones escasas y muy breves, un centro del campo que no dominaba el juego y un equipo que no sabía aprovechar sus virtudes. Sólo una y de forma muy puntual: la subida de los laterales. A los diez minutos de la segunda mitad, la Real enseñó otra: la llegada al área de sus pivotes. Elustondo tuvo una ocasión muy clara que no aprovechó. Pero fueron eso, fogonazos. Detallitos insuficientes en un partido para olvidar. Para entonces, el Córdoba ya había apostado claramente por un juego de contraataque buscando el segundo gol. Luego llegó la expulsión de Xabi Prieto y el partido entró en una nueva fase, una aún más perjudicial para la Real, si es que era entonces posible empeorar un resultado en contra y un juego más que decepcionante en el día en que todos esperábamos un golpe sobre la mesa.

Alberto Iturralde, con Lasarte en la grada sancionado, decidió mover ficha. Quitó a un Griezmann desaparecido tras la ocasión inicial y metió a Nsue en el campo. La banda derecha quedó para Carlos Martínez. Instantes después se produjo la entrada de Zurutuza. La Real perdió todo el orden en el campo y el partido entró en una fase de alocado correcalles. El Córdoba buscaba ataques rápidos y el equipo txuri urdin se estrellaba constantemente en la defensa andaluza. Así dicho, parece que la Real dominó más, pero no fue así. Fue, de hecho, totalmente al contrario. El balón siempre fue del Córdoba, el peligro siempre estuvo en el área de Bravo, que salvó el segundo en una doble intervención a quince minutos del final, justo antes de tener que marcharse lesionado, rubricando una tarde muy dolorosa. Y la concentración de la Real durante toda la temporada, la sensación de que este equipo sabe lo que hace, saltó por los aires como seña de identidad de este equipo con esta nefasta actuación.

Con un Zubikarai ya en el campo sin calentar, lo normal era que llegara el segundo. El Córdoba se cansó de perdonar y marcó de nuevo, sentenciando un partido que siempre pareció tener en su mano y que la Real jamás hizo nada por ganar. Nada salió bien, absolutamente nada. Lo de hoy es más preocupante que la goleada que sufrió en Alicante hace justo una vuelta por lo visto y por las consecuencias que ha tenido. Sobre todo lo de Bravo, sí, pero también porque es un mazazo a la ilusión que había generado la gran victoria en Anoeta ante el Levante y da al Hércules la posibilidad de recuperar mañana el liderato. Porque no ha funcionado nada sobre el campo, ni siquiera cuando el Córdoba se quedó también con diez jugadores en el descuento. Porque ésta no puede ser la actitud con la que puede saltar a cualquier campo un equipo que quiere y va a volver a Primera División.

El caso es que la Real encaja su quinta derrota de la temporada, cuatro de ellas lejos de Anoeta. El equipo txuri urdin acumula ya cinco jornadas sin ganar como visitante, y eso impide que el equipo dé el ansiado golpe de efecto, el que esperábamos en los dos partidos consecutivos en casa o en las salidas a Huesca o Salamanca, con miles de realistas arropando al equipo en las gradas. El ascenso tendrá que esperar y más vale que todos tengamos claro que, por bien que vayan las cosas, hay que pelear por el objetivo todos los días. Lo bueno, una vez más cuando la Real no consigue la victoria en esta cada vez más agobiante Segunda División, es que no hay daño clasificatorio. La derrota del Betis minimiza el impacto, pues la cuarta plaza seguirá a siete puntos de distancia. Pero salvo eso, todo salió mal. Un desastre. Un auténtico desastre.

viernes, marzo 26, 2010

PREVIA Córdoba - Real Sociedad. Que se vea al líder lejos de Anoeta

La Real viaja a Córdoba (sábado, 18.00 horas, Nuevo Arcángel; ETB 1, Canal Sur) con la intención de que se vea allí al líder. No sólo que salte al campo, sino que demuestre tal condición. Tras el golpe de efecto dado el pasado domingo ante el Levante, es hora de que el conjunto txuri urdin gane de nuevo lejos de Anoeta, algo que no consigue desde hace dos meses. Es necesario que refrende como visitante la buena imagen que suele ofrecer cada quince días en el estadio donostiarra. Es necesario dar un paso más que afiance los sueños de ascenso que ya irremediablemente están instalados en los corazones realistas. El liderato no es una anécdota, es algo que se ha ganado la Real a lo largo de las 29 jornadas que ya se llevan disputadas. Quedan trece estaciones para llegar a la meta. Y el líder tiene que dejarse ver en algunas más, también lejos de San Sebastián, para que el ascenso sea una realidad.

Martín Lasarte ha cerrado ya el grupo de jugadores con el que culminará el asalto a la Primera División y en él no están hombres como Sergio o Viguera (Riesgo sólo entrará cuando Bravo se marche al Mundial). Si no es por sanción o lesión, los cambios en sus convocatorias son mínimos. Con respecto a la jornada pasada, sólo hay una novedad en la expedición a Córdoba y es, además, un relevo habitual en las últimas semanas. Vuelve Nsue, se cae Songo'o (que ni siquiera llegó a tener minutos ante el Levante). Teniendo en cuenta que los 18 escogidos son prácticamente los mismos, no sería descabellado pensar que los once que saltarán al campo cordobés serán también los mismos que jugaron ante el Levante. Sólo un cambio parece posible, la entrada de Zurutuza ya en el once inicial después de tres semanas consecutivas saliendo desde el banquillo. El sustituído podría ser bien Elustondo o bien Aranburu.

Una vez que los tocados de la última semana han superado sus molestias, y teniendo en cuenta que Estrada y Labaka son los únicos inquilinos de la enfermería txuri urdin, lo lógico es que no haya variaciones en la defensa. Bravo estará en la portería, con Carlos Martínez y De la Bella en los laterales y Mikel González y Ansotegi en el centro. Por delante, y como viene siendo habitual, Diego Rivas es fijo, igual que Xabi Prieto en la banda derecha y Bueno en la punta de ataque (más después de recuperar el acierto goleador hace una semana). Los otros tres puestos son los que están en el aire. Zurutuza y Aranburu pugnan por la mediapunta; el capitán y Elustondo por el segundo mediocentro (aunque lo normal es que Lasarte siga apostando por Elustondo, lo ha hecho cuando el 4 estaba dando un rendimiento peor que la semana pasada); y Griezmann es la primera opción en la izquierda pero también tienen posibilidades tanto Nsue como Johnatan Estrada.

La posición de la Real al comienzo de la jornada es inmejorable y, además, llega con el subidón de adrenalina producido por la forma en que llegó la victoria ante el Levante. Es líder, con 55 puntos, con tres de ventaja sobre el segundo clasificado, el Hércules (con el que se enfrentará dentro de diez días en Anoeta; será, pase lo que pase esta semana, un partido de primero contra segundo), y siete con respecto al tercero y al cuarto, el Betis y el Cartagena. Los de Lasarte saltarán al campo sabiendo ya lo que ha hecho el Betis y, en parte, si juegan para conservar la distancia que les separa de la cuarta posición o si pueden aumentarla. Jugará al mismo tiempo que el Levante, y tendrá que esperar al domingo para conocer los resultados de Hércules, Cartagena y Numancia. El equipo txuri urdin acumula cuatro jornadas sin conocer la derrota y tres victorias consecutivas en Anoeta, pero también cuatro salidas sin volver a San Sebastián con el botín de los tres puntos, desde que Nsue diera la victoria en Vigo el 16 de enero.

La leyenda negra de la Real en el sur es extensa, pero es menos intensa desde que el equipo bajó a Segunda en el verano de 2007. En Córdoba ha jugado ya siete veces y sólo en una de ellas ha conseguido la victoria, arrancando además otros dos empates. Pero es que esas tres ocasiones en las que ha puntuado están entre las cuatro últimas visitas realistas al feudo cordobés. En Primera División, la Real jugó tres veces allí y sólo consiguió arrancar un empate, en la temporada 68-69, gracias a un tanto de Mendiluce. La mayor goleada encajada en la máxima categoría fue en la campaña anterior, la del regreso a la élite tras el ascenso de Puertollano, 2-0. En Segunda, la Real perdió 3-0 en su primera comparecencia, en la temporada 45-46, y 3-2 en la campaña siguiente. Pero desde que volvió a la categoría de plata hace tres años, no ha perdido allí. En su primera visita, en la 07-08, la Real, con Eizmendi en el banquillo, jugó uno de los mejores encuentros de la temporada y ganó 1-3.

La pasada campaña, la Real pudo perder, debió ganar y acabó empatando en un partido dirigido (es un decir) por ese malísimo colegiado que ahora todos tenemos en la cabeza gracias al espectáculo del pasado domingo en Anoeta, Pino Zamorano. Marcos anotó el primer gol de la Real, pero el Córdoba empató, se fue arriba y tuvo claras ocasiones para hacer el 2-1. Pero llegó un gran ataque realista y el propio Marcos asistió a Agirretxe para que hicera el segundo gol txuri urdin. La Real bajó muchísimos enteros en su ya de por sí escaso fútbol aquel día y no cerró el partido. En un descuento alargado hasta el extremo sin justificación alguna, Pino Zamorano dejó sin señalar una clara sobre Carlos Martínez y en el subsiguiente rechace el Córdoba empató. Volaron dos puntos en el descuento y con una clara colaboración del colegiado. Pero nadie puede decir que la Real mereciera ganar en Córdoba.

En la primera vuelta, la Real sufrió muchísimo para llevarse la victoria ante los andaluces. El Córdoba dominó en la primera mitad y dispuso de alguna clara ocasión que obligó a Bravo a actuar una vez más de salvador. La Real mostró en la primera mitad un juego lento y previsible, y Lasarte metió en el descanso al jugador más veloz que tenía en el banquillo: Nsue. Nada más regresar de los vestuarios, el fue el autor del único gol del partido. Se colocó en la banda derecha y eso dio libertad a Xabi Prieto, que se movió por el centro en la segunda mitad y dio todo un recital. Los tres puntos ya no peligraron. Ante el Córdoba, la Real consiguió su tercera victoria consecutiva en Anoeta y se afianzó en los puestos de privilegio de la Liga, unos puestos que ya no ha abandonado. Y que no abandonará. En Córdoba tiene una buena oportunidad de demostrar que esas son sus intenciones.

miércoles, marzo 24, 2010

Visiones y conspiraciones

En la temporada del último subcampeonato se produjo una circunstancia que en su momento me pareció algo indignante y, con los años, curiosa. Durante la parte intermedia del torneo liguero, la Real sufrió una serie de arbitrajes nefastos. La actuación arbitral fue uno de los factores que llevó a la Real a jugarse la vida en Vigo ante 9.000 realistas ilusionados. Muchos tendrán en la memoria el penalti inexistente en el último minuto en el campo del Betis. Otros el interminable descuento en Anoeta ante el Villarreal, descuento alargado artificialmente hasta que los visitantes empataron. También habrá quien recuerde la colección de penaltis de Aitor Ocio a Kovacevic en San Mamés. Y algunos menos tendrán en la memoria la lesión de Xabi Alonso ante el Espanyol por una criminal patada de Lopo que ni siquiera se sancionó con falta, el penalti en el Calderón que no impidió que la Real ganara o el gol del Valencia a dos jornadas del final, tras una falta inexistente.

Fueron muchos los puntos que se quedaron en el camino. Puntos que, a la larga y le pese a quien le pese, influyeron lo suyo en que la Real no finalizase la Liga como campeona. Fue inevitable que se hablara hasta de manos negras en contra del equipo txuri urdin (no hay que olvidar que su anerior subcampeonato, el de 1980, se produjo con primas desde Madrid a Betis y Sevilla). De Pedro lo hizo, por ejemplo. Y Westerveld habló sin reparos de que habríamos estado de fiesta antes del final de la Liga si no hubiera sido por los árbitros. Pues bastó una sola decisión arbitral favorable a la Real para que saltaran algunas voces riéndose de las quejas procedentes de San Sebastián. Fue en Málaga, a cuatro jornadas del final. Los andaluces sufrieron una expulsión injusta, la de Sandro (que, por cierto, ocultó otra mucho más clara, la de Romero, que perdonó el colegiado aquel día, González Vázquez) y hubo un penalti por mano de Xabi Alonso no señalado. El ínclito Fernando Sanz, entonces jugador, no tuvo reparos en quejarse ninguneando todo lo anterior que sufrió el conjunto de Denoueix. "Joder con el complot arbitral contra la Real", dijo, encontrando después eco en algunos jugadores del Madrid como Michel Salgado.

Me ha venido a la cabeza aquella muestra de cinismo al ver parte de lo que se ha desatado tras la victoria de la Real el domingo ante el Levante. Leyendo algunas informaciones de prensa de los últimos días, la vergüenza ajena es lo único que se puede sentir. Pino Zamorano es un árbitro malo. Malísimo. De lo peor. Yo no sé si tiene algún tipo de especial manía persecutoria hacia el Levante, como llegan a insinuar algunas informaciones, porque no sigo tanto al equipo valenciano. O manía a Ballesteros, algo que también se apunta por ahí. Lo que pasa es que las informaciones hay que apuntalarlas con hechos, y no con parrafadas forofistas que no llevan a ningún lado, que confunden a los lectores que no hayan visto el partido y que, sí, eso también, generan violencia. No suelo tener buenas palabras hacia los árbitros, porque creo que hacen mal su labor, rematadamente mal, en casi todos los partidos. Creo sinceramente que arbitrar no es tan difícil como hacen que parezca. Creo que sus errores no son del todo humanos, sino perfectamente subsanables. Pero lo que he leído no es lo que sucedió.

La lectura de la labor arbitral del domingo es bien sencilla. Tras una labor general más bien discreta y con cierto tono anticasero, señala un penalti inexistente a Diego Rivas. Inexistente. Lo pongo dos veces por si alguien tiene alguna duda, porque parece que algunos periodistas han preferido omitir este detalle en su relato de los hechos. Si se pita penalti, la tarjeta a Rivas es clara, y habría supuesto su expulsión. Expulsión injusta porque el penalti es igual de injusto, pero expulsión. Acto seguido, expulsa a Ballesteros. La tarjeta amarilla es justa por golpear a Xabi Prieto con el codo en el pecho en pleno salto. Esta tarjeta se la han quitado porque el árbitro miente en el acta, donde señala que amonestó a Ballesteros por "sujetar a un adversario en la disputa del balón, impidiendo su progresión". Nada que ver con la realidad. El motivo de la segunda amarilla no se vio por televisión. Tampoco el acta del colegiado lo aclara. Seguro que fue excesiva. A Ballesteros le han puesto una tarjeta más por su deliberado retraso en abandonar el campo, con lo que está igualmente sancionado para la próxima jornada. Eso es lo que pasó.

Causa vergüenza ajena, como decía antes, ver cómo periodistas afines al Levante deciden escribir con la camiseta de su equipo puesta. Por ejemplo, la versión digital de AS lleva dos días hablando de un robo al equipo valenciano sin rubor alguno. Y no deja de ser curioso, porque la edición en papel del lunes hablaba de una actuación arbitral perjudicial para la Real. Igual es que para la versión digital pesa más la publicidad que el Levante lleva en el pantalón, curiosamente de ese mismo periódico. A mí no deja de hacerme gracia que se prefiera escribir así a contar la verdad. Yo vi un arbitraje de un colegiado incontrolado e incontrolable que cambió un partido que la Real tenía totalmente controlado. Si con la excusa de Pino Zamorano, otros (incluyendo al entrenador visitante) vieron que los levantinistas tenían el partido en su mano, de verdad que lo siento mucho por ellos, porque Bravo apenas tocó el balón en todo el encuentro y nadie en su sano juicio o que no falsee la realidad por intereses partidistas puede ver otra cosa.

Yo no sé si hubo una conspiración para que la Real no ganara la Liga en 2003. Tampoco sé si algunos han tenido visiones durante el partido contra el Levante. Lo que sé es que esta Real es líder destacada con sólo un penalti a favor en toda la temporada. Si esto acaba así, habrá que tirar de hemeroteca para saber cuántos equipos han subido a Primera con ese pobre bagaje arbitral a favor. Y esgrimiendo ese dato, no sé como a algunos no se les cae la cara de vergüenza al intentar poner a la Real como un equipo beneficiado por los árbitros. Cuando lo es, lo digo. Cuando le perjudican, lo digo aún más alto en esta jungla en la que se ha convertido el fútbol, en la que a nadie ya le importa la limpieza y la justicia de la competición. ¿O es que tenemos que volver a recordar a los Sanz? No, mejor no. Que este año tiene pinta de que no pueden con nosotros ni siquiera así.

domingo, marzo 21, 2010

REAL SOCIEDAD 3 - LEVANTE 1 Nada puede con la Real

Nada, absolutamente nada puede con la Real. Ni los rivales, que caen todos como moscas en Anoeta ante el dominio aplastante del equipo txuri urdin (ganar al próximo, al Hércules, disparará los cálculos sobre dónde puede puede producirse el ascenso). Ni los árbitros. No, los árbitros tampoco. Ellos tuvieron buena parte de culpa, se diga lo que se diga, en que la Real no subiera hace dos años y no luchara en realidad por los tres primeros puestos en la pasada temporada. Este año la suerte no estaba siendo tan esquiva, pero ante espectáculos como el de hoy es difícil enfrentarse. La Real lo ha hecho dando una lección soberbia de saber estar. Y lo ha hecho con las armas del fútbol. Del buen fútbol, del de Xabi Prieto y Zurutuza. De la garra, la de Ansotegi, la de Rivas, la de Bueno. La de todos. Porque hoy la Real ha subido un peldaño maravilloso en su camino de regreso a la Primera División. No importan los defectos, importa que las virtudes han colocado al conjunto de Martín Lasarte donde se merece: arriba, muy arriba. Líderes en la tabla y con una ventaja magnífica para afrontar el tramo final de la competición. Esta Real es grande. Nada puede con ella.

Antes de llegar al demencial y vergonzoso show arbitral que por fortuna no ha tenido incidencia en el resultado final, pasemos por lo futbolístico. Lasarte no sorprendió con el once. Como en las últimas semanas, la apuesta en el centro del campo fue por Diego Rivas y Elustondo (de nuevo sustituido) en el mediocentro y Aranburu por delante, con Griezmann y Xabi Prieto por las bandas y Bueno arriba. El uruguayo recuperó su puesto en la delantero y lo hizo bastante más entonado que en sus últimas apariciones. La Real saltó al césped olvidando por completo lo atenazado que jugó el equipo en las últimas comparecencias fuera de casa. Había que ganar, tercera victoria consecutiva en casa, para dar un importante puñetazo sobre la mesa y el equipo lo entendió a la perfección. La presión fue espléndida y el balón era por completo txuri urdin. El Levante no era capaz de unir tres pases seguidos. El único pero es que el control absoluto del partido no desembocaba en ocasiones claras de gol. Sólo Bueno dispuso de una bastante clara.

Hasta que apareció Xabi Prieto. El 10 realista es un genio. Pero es un genio al que le cuesta mucho recuperar el ritmo de competición cuando sale de una lesión más o menos larga. Le ha pasado en las tres temporadas de la Real en Segunda. En las tres se lesionó de gravedad y en las tres fue mejor antes que después de la lesión. Pero es un genio que hoy ha sumado dos asistencias más para su cuenta. Su primer balón reseñable en el partido es un maravilloso pase a Carlos Bueno, facilitado además por el generoso esfuerzo de Carlos Martínez, que se llevó dos defensas con su subida por banda. El uruguayo no falló. Ocho goles ya. Por fin se rompió la sequía de los delanteros. Y, viendo las prestaciones del Levante hasta ese momento, el 1-0 podría y tendría que haber bastado para ganar el partido. Pero apareció Pino Zamorano. Antes de eso, bien es verdad, el Levante recuperó algo de balón, aunque sin forzar ocasiones de peligro ante Bravo. Nada, a excepción de un centro que el chileno no atajó y que permitió lucirse a su defensa para evitar el gol.

La segunda parte no cambió mucho el panorama. Quizá el Levante podía tener un poco más el balón, pero el dominio del partido era txuri urdin y la sensación de peligro sólo se vivía en el área levantinista. Griezmann, en unas de sus pocas intervenciones decisivas en ataque (compensadas por el generosísimo esfuerzo en defensa), dejó en bandeja el segundo gol a Aranburu con una magnífica dejada atrás desde la línea de fondo, pero su disparo salió repelido por la defensa. Y apenas instantes después de esa jugada, ahora sí, apareció Pino Zamorano. Hasta entonces había hecho un arbitraje horrendo. Muy poco casero en realidad. Estaba dejando sin pitar muchas faltas del Levante, muchas de las muchísimas que hizo para cortar la salida de la Real o las intentonas de Xabi Prieto (como siempre). Estaba errando incluso en los saques de banda. Se le pidió un penalti por mano en la primera parte, pero era difícil de pitar. Tan difícil, eso sí, como el de Ansotegi en Girona que sí se pitó. Acabó expulsado a los dos entrenadores (Lasarte pidió disculpas por sus acciones, producto de las pulsaciones que las que el uruguayo vive el fútbol) y hasta al delegado de la Real, Juantxo Trezet, todavía no se sabe muy bien por qué.

Y entonces llegó la jugada clave. Un penalti, un penalti inverosímil, que sólo un mal árbitro puede pitar. Pino Zamorano es muy malo y lo pitó, claro. Bravo ya había dicho que quería pitar un penalti decisivo para romper esa racha que ya dura siete años. Hoy lo era. Y lo paró. Pero el rechace fue gol. El horrendo colegiado protagonista, que ya había provocado casi diez minutos de retraso en el partido por no se sabe muy bien qué problema con las medias de algunos jugadores, no vio o no quiso ver que el autor del tanto, Juanlu, estaba dentro del área en el momento en que su compañero disparó a puerta. Estaba justo al lado del árbitro. Era imposible no verlo. Y tan claro debió de ver que no era penalti, que parece imposible que no sacara tarjeta amarilla a Diego Rivas (que, casualidades de la vida, también cometió el penalti del partido de ida ante el Levante). ¿Cargo de conciencia? No seré yo quien diga lo contrario. Como, quizá, la expulsión de Ballesteros apenas unos instantes después. Admito que no sé a qué se debió. Ballesteros es un jugador de esos que se tiene ganado saltar al campo con tarjeta amarilla. Hoy ha visto la roja. No sé si justa o injusta, pero tampoco sé si se puede quejar mucho.

Quedaban quince minutos para el final y el árbitro había empañado un partido que estaba totalmente bajo control. Sólo por medio de córners se estaba acercando el Levante a la portería de Bravo, pero de nuevo sin crear demasiado peligro. Pero Pino Zamorano, que aumenta la leyenda negra de los penaltis esta temporada en contra de la Real (a favor y en contra), soliviantó a la grada de Anoeta, revivió un partido que estaba bastante cerrado y dio opciones al Levante. Pero, como decía, nada puede con la Real, que a partir de entonces vivió un hermoso y memorable éxtasis. Lasarte movió las fichas adecuadas. Metió en el campo a Johantan Estrada (algo revolucionado; tampoco se le puede achacar nada al jugador visto el ambiente) y Agirretxe, y sacó del césped a Aranburu y Elustondo. Antes se había marchado Griezmann para dejar su sitio a Zurutuza. En medio de la ansiedad por la actuación arbitral, de la tensión que te genera que haya un incompetente al mando de un partido, la Real mantuvo la calma de una forma admirable.

Y gracias a eso, a que esta es la Real, llegó el segundo gol. Un golazo. Una maravilla que crearon los dos jugadores de más talento. Zurutuza, que ayudado por la inferioridad numérica del Levante ya se había hecho dueño y señor del centro del campo, puso un balón en la banda a Xabi Prieto. Éste, en otra genialidad, puso el balón en el área. Y llegó Ansotegi. Llegó como un tren, con una fuerza inusitada. Con la fuerza que tiene que dar esta camiseta, estos colores y esta afición. Llegando desde atrás en carrera. Dicen que Ansotegi es lento, y es verdad. Tras el gol de hoy, ya sabemos que las ganas de subir te dan hasta velocidad, porque partía de bastante atrás. Cuarto gol de Ansotegi y el delirio en la grada. Un gol clave para el ascenso y así tendrá que verse en los próximos meses y cuando se escriba este capítulo de la Historia de la Real. Dio tiempo hasta para un tercero, para un maravilloso gol de Zurutuza después de que Xabi Prieto descompusiera por completo a la defensa del Levante con un control del balón asombroso.

La victoria de la Real no es sólo muy merecida. Es de las que hacen época. Por la forma en que llegó, por el sabor a fútbol que desprede. Por el ambiente. Por el color txuri urdin. Por el partidazo de los laterales Carlos Martínez y de la Bella, por la leve mejora de Elustondo, por la impresionante seguridad de los centrales, sean quienes sean. Por la tensión desde el minuto 1. Por los goles. Por la entrega. Por todo. Ha sido una gozada, una de las victortias bonitas de verdad. Una de las que destacará para siempre en el camino a Primera. La Real ha ganado en Anoeta a todos los rivales por el ascenso que han pasado por allí. Es líder con 55 puntos, tiene tres más que el Hércules, siete más que el Cartagena. Y a la espera de lo que haga el Betis esta tarde, a diez puntos del cuarto clasificado. El Levante se queda esa misma distancia, pero en realidad a once puntos con el golaverage. Porque hoy importaba ganar. Pero ganar por dos goles de diferencia aportaba un punto más. Ansotegi llevó el deliro a todo aquel que tiene corazón txuri urdin. Zurutuza puso la guinda. Qué grande.

sábado, marzo 20, 2010

PREVIA Real Sociedad - Levante. A por ellos

A por ellos. A por el Levante (domingo, 12.00 horas, Anoeta, Canal +). A por el sueño de la Primera División, cada vez más cercano pero todavía con fechas por delante en el calendario para verlo hecho realidad. Queda un tercio de campeonato y ya no importan tanto los debates sobre el juego y los jugadores. Lo que importa es sumar de tres en tres y llegar cuanto antes a la meta. El partido de este fin de semana tiene una importancia capital. Tras la hermosa demostración de fidelidad de la afición en Salamanca y la pequeña decepción que supuso el empate a pesar del liderato, toca hacer de nuevo un fortín de Anoeta. Son dos victorias consecutivas las que ya acumula la Real y tendrán que ser tres para alejar casi definitivamente a uno de los seis equipos que todavía sueñan con subir a Primera el 20 de junio. Como ya se hizo con el Numancia hace quince días. Como se tendrá que hacer con el Hércules dentro de otros tantos.

Para afrontar este nuevo partido con aroma de final, Martín Lasarte cuenta con la baja ya conocida de Dani Estrada (que está a punto de reaparecer; él mismo habló de sus posibilidades de viajar a Córdoba) y con la Mikel Labaka, tras el rodillazo que sufrió en Salamanca. Afortunadamente, el técnico uruguayo puede contar de nuevo con Mikel González, que será titular en su regreso tras una lesión. También hay novedad en este sentido en la convocatoria. Si Lasarte venía apostando por Sarasola como único defensa suplente, en esta ocasión será Esnaola quien esté en el banquillo. La recuperación de Mikel, que este año ha jugado más de lateral que de central, ha privado al canterano de su segunda oportunidad sobre el césped, pero al menos estará en la convocatoria. Con Bravo bajo los palos, la defensa titular la formarán Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González y De la Bella.

Lasarte admitió en su rueda de prensa del viernes que mantiene alguna duda sobre el equipo titular que pondrá en liza el domingo a mediodía, y esas dudas parecen estar en el centro del campo. La veteranía de Aranburu, la confianza absoluta que mantiene en Elustondo a pesar de las críticas que recibe el juego del canterano en los últimos meses y la apuesta personal del técnico por el buen juego de Zurutuza, siempre que las lesiones se lo permitan, parecen jugarse dos puestos en esa línea. Diego Rivas parece indiscutible en el pivote, al igual que Xabi Prieto en la banda derecha. A pesar de que acumula muchos minutos recientemente, más aún gracias a la convocatoria de la selección francesa sub-19, lo normal sería que Griezmann estuviera en la izquierda, como en los partidos importantes. Bueno podría recuperar la titularidad, después de dos partidos en el banquillo que Agirretxe no ha aprovechado para aumentar su cuenta goleadora, estancada desde comienzos de enero.

La sorpresa en la convocatoria, aunque ya es menos sorpresa visto lo visto en semanas precedentes, es la ausencia de Nsue. Parece que éste y Songo'o van a pelear cada semana hasta el final de la temporada por un puesto en la convocatoria. La semana pasada fue Nsue el que viajó y jugó algunos minutos, pero ésta será Songo'o quien tenga que esperar una oportunidad en el banquillo, ya que parece harto improbable que sea de la partida. Completan la convocatoria, además de Zubikarai como portero suplente, un Markel Bergara que ha perdido mucho protagonismo en los últimos meses de competición y un Johantan Estrada que no termina de tener minutos, a pesar de los constantes elogios del técnico hacia él desde que pasaron las vacaciones invernales.

Hace una semana, la Real tuvo una gran oportunidad porque casi todos los rivales directos jugaban en casa y cualquier pinchazo se podría haber visto magnificado. No pinchó más que el Hércules y la Real se colocó líder. Esta jornada, la oportunidad es doble. Por un lado, el Levante es uno de esos rivales directos, por lo que está en juego distanciarle a nada menos que diez puntos, que podrían ser once si se le supera en el average particular. Por otro lado, casi todos los equipos de la cabeza de la tabla juegan fuera, lo que aumenta las posibilidades de que se dejen puntos. Ya le sucedió ayer al Hércules, que con su empate ante el Murcia, un equipo de la zona baja que acabó además con nueve jugadores, obliga a la Real a puntuar para mantener el liderato con el que parte esta semana. El equipo txuri urdin saltará al campo sabiendo lo que ha hecho también el Cartagena en su visita a Vigo, pero tendrá que esperar a la tarde del domingo para conocer las distancias con respecto al cuarto, ahora el Betis con 45 puntos, siete menos que los realistas.

La Historia y la estadística son benévolas para la Real en sus enfrentamientos contra el Levante en San Sebastián, pero también engañosas. Seis encuentros y sólo una derrota. Pero sólo tres victorias, el 50 por ciento, y no siendo el 1 el signo más frecuente en los partidos más recientes. El único triunfo del Levante se remonta a la temporada 39-40, al primer encuentro que enfrentó a ambos equipos y en Segunda. El resultado fue de 2-3. La Real no subió aquel año. La mayor goleada txuri urdin llegó en el siguiente partido entre ambos, en la campaña 46-47. El contundente 6-2 lo firmaron Vázquez, con tres goles, Castivia, Patri y Pérez. De los tres últimos partidos disputados, entre ellos los dos únicos en la Primera División (04-05 y 06-07), el Levante sólo ha perdido en una ocasión y nunca ha encajado más de un gol. La derrota llegó en el último partido en Primera. Ambos luchaban por no descender y la Real ganó con un solitario gol de Ansotegi, insuficiente eso sí para superar el average particular. Aquel año, el equipo txuri urdin bajó a Segunda.

La pasada temporada, el Levante visitó Anoeta en la penúltima jornada de Liga, sin que ninguno de los dos equipos tuviera ya nada en juego. Para la Real fue una tarde de despedidas y de bienvenidas. Abreu se despidió de la afición realista marcando su último gol, el undécimo en sólo media temporada. Necati se fue sin marcar, para seguir la tónica de la campaña. También se fueron Moha o Gerardo. Y Lillo, el técnico más realista de los que ha pasado por el banquillo txuri urdin en los últimos tiempos y que, sin embargo, no podía dejar el regalo del ascenso en San Sebastián. Ros, tras su ilusionante partido en Salamanca, se presentó en sociedad en Anoeta. Sólo el árbitro animó el partido, que acabó con empate a un gol (el Levante se adelantó gracias a un error de Labaka). Expulsó injustamente a Zubikarai, y con eso permitió el debut con el primer equipo de Toño Ramírez, y más adelante perdonó una agresión sobre Agirretxe, que reclamó sin éxito con la cara ensangrentada. Un triste final para una triste temporada en casa.

El partido de la primera vuelta supuso la primera derrota de la Real esta temporada. Llegó, como dos de las otras tres ocasiones en las que el equipo de Martín Lasarte salió derrotado hasta la fecha (excepción hecha del partido ante el Hércules), desde el punto de penalti. Diego Rivas se quejó de que no había cometido infracción alguna, pero pareció que el balón daba en su brazo despegado y frenaba un disparo de un jugavor del Levante. 1-0 y partido finiquitado. Un mal árbitro perjudicó a la Real pero acertó en las dos jugadas decisivas, el penalti señalado y un gol anulado a Labaka. Como el arbitraje, el terreno de juego también fue impropio de un partido profesional, pero eso cuenta para los dos equipos y el Levante supo leer mucho las circunstancias en las que se debía desarrollar el encuentro, aunque no hiciera mucho más que el conjunto txuri urdin para llevarse los tres puntos. A pesar de la derrota y de perder la condición de invicto, la Real seguía instalada en los puestos de ascenso. Sólo un gol de ventaja tiene el Levante en el average particular. Ganar es importante. Ganar por dos goles también.

miércoles, marzo 17, 2010

Cobardes

No me gustan los cobardes. No me gustan en la vida y no me gustan en el fútbol. El partido de Salamanca, por desgracia, deja unos cuantos cobardes que enturbian en cierta medida un partido que otorgó a la Real el liderato de Segunda y que se desarrolló en un ambiente festivo gracias a uno de los viajes más bonitos y numerosos de la afición txuri urdin en los últimos años. Por ser lo que afecta al juego, la mayor cobardía de todas fue la que cometió Linares, un delantero del Salamanca que, ni corto ni perezoso, agredió a Labaka en la espalda sin que todavía se sepa muy bien el motivo. El juego estaba detenido, pero eso no le impidió dar golpes al central realista. Golpes que, por cierto, le van a tener de baja al menos un mes.

Me pareció una salvajada durante el partido, a pesar de que un mal árbitro, otro más, dejó la acción sin sancionar. Y más aún después de leer las consecuencias. Igual Linares está frustrado porque, a pesar de ser el máximo goleador del Salamanca con siete tantos, no marca desde el 31 de enero. No lo sé. No me importa. Agirretxe no va por ahí protagonizando cobardes agresiones y no marca desde hace más tiempo que Linares, desde el 9 de enero. Esta semana se ha hablado de lo mucho que le dieron a Cristiano Ronaldo en Valladolid, de si el Comité de Competición no entró a valorar la jugada, y de lo que se persigue a los jugadores de talento. Siempre es buen momento para recordar que la competición va más allá de estas denuncias oportunistas, por mucha razón que tengan. Los árbitros no hacen justicia, pero los comités tampoco. Labaka se perderá al menos un mes de Liga por un cobarde. O por más de uno.

Antes de seguir adelante, creo que es el momento de decir que de Salamanca sólo puedo contar maravillas. He estado allí viendo a la Real en dos ocasiones, y en las dos he disfrutado muchísimo con una ciudad magnífica, con una gente acogedora y con una afición local muy noble. Siempre con mi camiseta de la Real puesta y ni un solo problema. Lo digo porque no quiero que nadie me malinterprete, que nadie piense que lanzo un ataque hacia Salamanca o los salmantinos. Pero en todas partes hay cobardes, y de vez en cuando aprovechan su momento de gloria para aparecer. Lo que no se puede consentir es que se vayan de rositas, aunque afear su conducta quede limitado a unas pocas líneas como éstas. Por eso es obligado publicitar y recordar las veces que haga falta al cobarde que aprovechó su momento de gloria para provocar.

Tras ofrecer las alineaciones de los dos equipos, el speaker del Salamanca decidió coronar su gran actuación con un "¡Viva España!". Hace apenas unos días tuvo una conversación con una amiga sobre esto, sobre los impresentables que pueblan los campos de banderas (en nuestro caso españolas) con el único fin de provocar. A mí no me provoca, porque pienso que allá cada cual con sus ideologías, sus banderas y sus ánimos, por absurdos que me puedan parecer, pero como no todo el mundo es así la única conclusión es que actuaciones como la de este speaker genera violencia en los campos de fútbol. El Salamanca, que siempre ha sido un club señor, ya se ha disculpado por este hecho, un gesto noble y caballeroso que obliga a aceptar esas disculpas y a no culpar al club de lo que un cobarde ha protagonizado. El empleo de este señor no depende del Salamanca, sino de la empresa que organiza estas cuestiones para el club. Espero que esa empresa tome medidas.

El Salamanca, en ese mismo comunicado, destaca el "excelente comportamiento de las dos aficiones, que hicieron que el Estadio Helmántico reviviese un ambiente propio de Primera División", y agradece el comportamiento de ambas durante todo el fin de semana. Otro gran detalle por parte del club charro. Siempre he pensado que estos desplazamientos masivos enriquecen la competición y ennoblecen este deporte. Es muy bonito que el Salamanca lo reconozca, igual que desde mis líneas he agradecido y reconocido siempre el buen hacer de otras aficiones que han visitado Anoeta (recuerdo hace un par de temporadas cuando estuve presente en San Sebastián con la invasión de la afición del Numancia). Si todo va como soñamos, echaré de menos Salamanca en Primera. Ojalá suban pronto.

Lo malo de los desplazamientos masivos es que a veces uno encuentra gente cobarde vestida de uniforme que no sabe contra quién descargar su ira. No debe de ser fácil controlar a 3.000 personas, no seré yo quien critique la organización de la Policía. Pero sí al cobarde que hace uso de su uniforme y placa para amedrentar a gente que no ha cometido un delito alguno. Eso se ve en vídeos grabados por la afición realista en Salamanca. Eso tampoco puede caer en el olvido. Quedará impune, me temo, porque es de esas cosas que no dará el salto a un informativo de televisión o que no llegará al despacho de un mando que tenga poder y responsabilidad en estos hechos. Pero es cobarde. Y no me cansaré de denunciar a la gente cobarde. En el campo, en la grada o en la calle.

domingo, marzo 14, 2010

SALAMANCA 0 - REAL SOCIEDAD 0 Un liderato algo amargo

La Real recupera el liderato de Segunda, pero lo hace de una forma un tanto amarga. El equipo de Martín Lasarte dejó escapar dos puntos en Salamanca, porque pareció tener mucha más capacidad que el equipo local y porque gozó de suficientes y claras ocasiones como para adelantarse en el marcador. Pero el balón no entró en ninguna de las dos porterías, y eso es noticia en un partido de la Real, ya que no se producía un 0-0 desde el encuentro que jugó el conjunto txuri urdin en Albacete hace justo cuatro meses, el 14 de noviembre. Una lástima que la magnífica peregrinación realista a tierras castellanas no haya logrado el premio del triunfo. Los aproximadamente 3.000 seguridores que se han desplazado a Salamanca han dado una nueva lección de señorío y amor a unos colores. Se han dejado la garganta. Y, a pesar del empate, han disfrutado. Es lo suyo. El liderato es para ellos, aunque se hayan perdido dos puntos. Toca renovar el fortín de Anoeta y contra un rival directo, el Levante.

Lasarte ha sorprendido manteniendo el guión de la semana pasada. Todo el mundo esperaba que Zurutuza formara parte del once inicial, pero el técnico realista ha repetido la alineación que se enfrentó hace siete días al Numancia. Y el resultado ha sido más o menos parecido, aunque el Salamanca no ha tenido tanto control en el centro del campo como lo tuvo el conjunto soriano. Elustondo ha vuelto a ser una sombra en el césped y sigue pidiendo a gritos la suplencia, Aranburu no ha terminado de encontrar su sitio en la mediapunta y Diego Rivas se ha desvivido, como siempre, en las tareas de robo de balón, pero ha cometido algunos errores a la hora de depslegar cualidades que no son precisamente las suyas, las de la distribución de juego. Eso lo nota mucho la Real, sobre todo fuera de casa, donde su efectividad de cara a puerta baja bastante con respecto a lo que ofrece en Anoeta. Desde las dos grandes tardes en Soria y Vallecas, la Real marca bastante menos de un gol por partido en sus desplazamientos, y así es difícil ganar partidos.

Porque ocasiones ha habido de sobra para sacar los tres puntos de El Helmántico. Agirretxe monopolizó las de la primera mitad, en especial un uno contra uno servido maravillosamente en profundidad por Aranburu y un remate de cabeza a pase de Griezmann (gran trabajo el suyo, al que añadió unos pequeños detalles de clase) que se marchó lamiendo el palo. El Salamanca, por su parte, gozó de innumerables corners, algunos de ellos cedidos por la Real con cierta inocencia, pero en ellos no fue capaz de poner en peligro la portería de Bravo. Sí tuvo que trabajar el chileno en dos disparos lejanos, atajando con seguridad el primero y despejando a corner el segundo, efectuado por el ex realista Rossato. El Salamanca empezó con cierto ímpetu, pero pronto la Real equilibrió el dominio e incluso superó al conjunto charro. Pero el problema fue el de otras muchas tardes: falta de precisión en los pases.

El 0-0 al descanso pudo haberse roto si el árbitro hubiera señalado un penalti de De la Bella, más flojo que en las últimas tardes, que sacó el brazo en un centro desde la banda. A cambio, el árbitro, otro mal árbitro en esta categoría infernal, decidió inhibirse en muchas de las faltas que cometió el Salamanca. Cada salida de balón desde el área txuri urdin era cortada con una infracción, y cada balón que llegaba a tres cuartos de campo finalizaba de la misma forma. Xabi Prieto fue el objetivo predilecto de las tarascadas de los jugadores salmantinos y, por desgracia, el árbitro sólo cobró una tarjeta amarilla por tantas infracciones al realista, y fue en el minuto 80. Algo inútil para que tenga influencia en el juego. Y es que Xabi es un jugador que despierta el temor de los rivales, aunque hoy no haya tenido precisamente su día. Eso sí, puso dos balones de gol en el tramo final del partido, cuando fue él y no Elustondo quien sacó las jugadas de estrategia. A pesar de la ridícula falta con la que se desperdició el último balón del partido, con los centrales en el área y sacada en corto a Rivas, quizá haya que replantearse el nombre del lanzador para próximos encuentros.

Antes de que llegara esa absurda y descorazonadora jugada final, Lasarte metió los cambios más o menos lógicos y esperados. Zurutuza suplió a Elustondo, colocando sobre el campo el once que la mayoría esperaba de inicio y después Bueno sustituyó a Agirretxe y Nsue a Griezmann. Y es ahí donde entra la discusión fundamental de los problemas actuales de la Real. Cierto es que el juego en el centro del campo no se ha logrado un nivel de excelencia, pero lo que se ha perdido en las últimas semanas es buena parte de la pegada que este equipo demostró en la primera vuelta. En las últimas nueve jornadas, la Real sólo ha marcado ocho goles, dos de ellos de Labaka, uno de De la Bella y otro de Bravo. Eso dice mucho del estado de forma de sus atacantes. Xabi Prieto ha estado lesionado en buena parte de ese tramo de la temporada, Songo'o no ha marcado todavía, Nsue no lo hace desde hace dos meses en Vigo, Griezmann rompió la pasada semana una racha de otroas siete semanas. Pero lo peor está arriba. Agirretxe no marca desde el 9 de enero y Bueno tampoco anda demasiado fino. Ahí hay mucho que resolver.

El delantero uruguayo tuvo la mejor ocasión del partido en los últimos instantes, minutos después de que cabeceara alto una falta botada por Prieto. Zurutuza dejó pasar un balón centrado por Nsue y el uruguayo la mandó a las nubes desde una posición inmejorable. Una de esas ocasiones que no se pueden perdonar. En la otra gran falta botada por el 10 realista, fue Labaka quien no pudo impulsar al interior de la portería un balón que no terminó de controlar con comodidad y a pesar de estar dentro del área pequeña. Esas fueron las ocasiones realistas, que sólo encontraron réplica en un contraataque del Salamanca rematado sin peligro justo después de que Bueno tuviera el partido en sus botas. Faltó acierto, que no sacrificio. La Real se vació, pero no tuvo el acierto necesario para ganar los tres puntos. También le faltó cierta profundidad por las bandas debido a que ninguno de los dos laterales consiguió repetir su buen partido ante el Numancia.

Visto el partido, la mayoría podrá sacar la sensación de que la Real es mucho mejor equipo que el Salamanca y pudo y debió ganar. Pero lo cierto es que el punto logrado en El Helmántico le sirve al conjunto txuri urdin para recuperar el liderato, y eso, a estas alturas de la temporada, sólo quiere decir que la Real está en el buen camino. Los 21 equipos restantes miran a la Real desde abajo gracias a la derrota del Hércules. Todos los perseguidores ganaron, lo que quizá ha elevado la presión que han sentido los jugadores durante los 90 minutos (y eso sí tiene que generar un punto de preocupación). Pero ahora todos son ya perseguidores. El Hércules está un punto por detrás y el Cartagena está a cuatro, mientras que Betis y Levante, los dos primeros equipos que están fuera del descenso, se quedan a siete puntos de ventaja, uno menos que el Numancia. La situación de la Real sigue siendo envidiable, y ahora toca un duelo directo que definirá buena parte del futuro del conjunto txuri urdin. Ganar al Levante en Anoeta podría ser casi definitivo para la ilusión del ascenso. Ese es el objetivo.

sábado, marzo 13, 2010

PREVIA Salamanca - Real Sociedad. Una gran oportunidad

Lo decía Mikel Aranburu durante la semana. La Real está ante una gran oportunidad (domingo, 17.00 horas, El Helmántico; Canal + Liga y Gol TV). Ha llegado a este momento de la temporada en una posición envidiable y en las próximas semanas, con la visita a Anoeta de rivales director por el ascenso como Levante y Hércules, tiene la posibilidad de dar un golpe de autoridad definitivo. Ganar fuera de casa, algo que no hace la Real desde hace casi dos meses, dejaría sin aliento a unos contrincantes que contemplan una magnífica fortaleza txuri urdin en Anoeta. El rival de esta semana, además, permite soñar con la posibilidad de lograr los tres puntos. Y mucho más si tenemos en cuenta la Historia de estos enfrentamientos y la masiva presencia de aficionados realistas, dispuestos a dejarlo todo por su equipo. Ahora falta que el equipo haga lo mismo por su gente y les dé una alegría más.

Para buscar la victoria en Salamanca, Martín Lasarte se lleva a los mismos 18 jugadores que convocó para el partido de hace una semana en Anoeta frente al Numancia. En el once sí podría haber al menos un cambio, y será en la línea con más dudas de las últimas alineaciones, el centro del campo. Zurutuza, ya totalmente restablecido de su lesión y tras disputar unos buenos minitos ante los sorianos, tiene muchas papeletas de volver al once inicial. La duda es saber a qué jugador dejará el técnico en el banquillo para acomodar al canterano en la mediapunta. El cambio directo sería por Aranburu, pero el capitán podría retrasar su posición hasta el mediocentro, junto a Rivas, dando así a Elustondo el descanso que muchos piden para él. Otra posibilidad sería que fuera Griezmann el sacrificado y Aranburu se moviera en la línea de tres mediapuntas desde la izquierda, aunque ésta parece menos probable.

El resto del once no presenta demasiadas dudas. Bravo estará en la portería y la defensa será la misma de las últimas jornadas, con dos laterales en alza, Carlos Martínez y De la Bella (ante el Numancia, el primero dio una asistencia y el segundo marcó el gol del triunfo) y los dos únicos centrales de la convocatoria, Ansotegi y Labaka (Mikel González ultima su recuperación y Esnaola sigue esperando una segunda oportunidad que refrende el buen papel que hizo en la primera). Diego Rivas es indiscutible en el pivote, al igual que Xabi Prieto por la banda derecha (Nsue estará en el banquillo, Songo'o no). En punta lo normal sería que repitiera Agirretxe, pero ya sabemos lo dado que es Lasarte a las sorpresas en el puesto de delantero, muy cambiante a lo largo de la temporada y no siempre por lo que se ve en el terreno de juego cada fin de semana. Sin ir más lejos, la semana pasada Bueno fue suplente por estar algo bajo durante la semana por su ausencia en la convocatoria de su selección.

La Real comienza la jornada en la segunda posición con 51 puntos, los mismos que el líder, el Hércules. Todos los rivales del equipo txuri urdin en la carrera por el ascenso juegan esta semana en casa, a excepción del Betis, que rinde visita al Real Unión. Si los de Martín Lasarte consiguen el triunfo y alguno de los demás no, el golpe sería grande porque Anoeta sigue siendo un factor muy a tener en cuenta en el devenir de esta Liga. La Real cuenta con la aparente ventaja (aunque nunca se sabe si se puede tomar como una desventaja por aquello de la presión) de saltar al campo sabiendo ya lo que habrán hecho todos los demás. Y saltara a un campo abarrotado de realistas. Se prevé la presencia de más de 3.000 almas realistas, una cifra que no estará muy lejos del público local que animará al Salamanca. Qué tesoro tiene la Real en su gente.

El Helmántico sólo ha visto cuatro victorias de los suyos en los catorce partidos disputados hasta la fecha esta temporada, por lo que es un escenario propicio para dar ese golpe de autoridad. Hay quien piensa que se puede llegar al ascenso sólo con amarrar los partidos de Anoeta. La Real, en todo caso, está en la obligación de ganar ya algún partido fuera, ya que no logra una victoria como visitante desde hace dos meses, desde que Nsue diera los tres puntos en Vigo ante el Celta. Desde entonces, sólo dos puntos de los nueve posibles y una sensación bastante pobre en el juego, que no en la capacidad de competir (para muestra, el postrero gol de Labaka en Huesca). Los de Lasarte aspiran de nuevo a hacer un gran partido lejos de San Sebastián y recuperar las sensaciones que dejó el equipo en los desplazamientos grandes de la primera vuelta, como Soria o Vallecas.

Además, la Historia está del lado de la Real. De los 18 partidos disputados en tierras castellanas entre Salamanca y Real Sociedad, sólo tres acabaron victoria local, aunque bien es cierto que todos ellos se produjeron cuando ambos conjuntos militaban en Segunda División. Los seis partidos jugados en la categoría de plata se reparten con absoluta igualdad: tres triunfos para cada equipo. La última derrota llegó en la temporada 07-08, por 3-2 con un gol en el último minuto producto de un penalti inexistente. En Primera, en cambio, la Real no perdió nunca en Salamanca, logrando cinco victorias y siete empates en los doce partidos jugados. La goleada más amplia la logró en la campaña 78-79, ganando por 1-3. Satrústegui marcó aquel día dos goles y López Ufarte redondeó el marcador desde el punto de penalti.

La pasada temporada, la Real visitó Salamanca en el tramo final de la temporada, a sólo cinco jornadas para que acabara el campeonato. De hecho, fue la última victoria del equipo de Lillo antes de perder definitivamente todas las remotas opciones de ascender que todavía mantenía, lo que sucedió una semana después en Anoeta y frente al Córdoba. El equipo txuri urdin jugó un partido solvente, lo que tuvo mérito teniendo en cuenta que las lesiones sólo respetaron a catorce jugadores del primer equipo para aquella jornada y que tres jugadores tuvieron que ser sustituidos por este mismo motivo. Agirretxe marcó el único gol del partido con un buen disparo tras una gran asistencia de Xabi Prieto. La mejor noticia del partido la dejó el joven Ros, que debutó con el primer equipo con un gran encuentro, apoyándose en un muy buen Diego Rivas. El marcador pudo ser algo más amplio, pero lo cierto es que el Salamanca, que llegó al encuentro sólo un punto por debajo de la Real, no puso nunca en peligro la victoria.

En la primera vuelta, la Real hizo uno de los mejores partidos de la temporada. Ganó 2-0 al Salamanca, pero los goles no llegaron hasta la segunda mitad. Y no porque la Real no los mereciera en una magnífica primera mitad (otro malísimo árbitro anuló uno legal a Zurutuza y después compensó quitándole otro tanto que nada tuvo de ilegal al Salamanca). Pero para adelantarse en el marcador tuvo que aparecer Xabi Prieto para sacar rápido una falta de pillo, tuvo que llegar Estrada desde atrás, ya afianzado en el lateral, y ceder el balón a un listísimo y decisivo Griezmann para que convirtiera el gol. Ansotegi hizo el segundo, gracias a la incansable lucha de Agirretxe por balones imposibles. Todo un partidazo que mereció un marcador más abultado pero que dejó a la Real el premio más bonito: el liderato de Segunda División. Todo salió a la perfección aquel día. Que se repita la historia en Salamanca.

domingo, marzo 07, 2010

REAL SOCIEDAD 2 - NUMANCIA 1 Paso de gigante

La Real ha dado hoy un paso de gigante hacia la Primera División. No lo ha hecho, como suele ser habitual, con un gran juego, pero sí con armas muy suyas. Sobre todo la pegada. Sobre todo la garra de algunos de sus jugadores, en especial la de un valiosísimo Carlos Martínez, cuyo pundonor le convierte en santo y seña de los valores de la Real. El equipo de Martín Lasarte no ha tenido el balón para salir en jugadas de ataque, pero sí ha sabido entender el juego de ataque del Numancia, un equipo que ha tenido más posesión, más colocación, más control del juego, pero absolutamente nada de peligro. Ha marcado en su única llegada clara y ha necesitado de tres disparos para hacerlo. El 2-1 final es un paso de gigante, sí. Porque son tres puntos más que nos acercan al objetivo. Porque en realidad son cuatro y dejan al Numancia a once puntos que son doce, gracias al average. Porque supone volver a iniciar una racha triunfal en Anoeta (segunda victoria consecutiva) y hace olvidar el punto de seis posibles sumados en los dos viajes anteriores.

Lasarte ha sorprendido con el once inicial. No por su continua (y una vez nás fallida) apuesta por Elustondo en el doble pivote junto a Diego Rivas (que no ha empezado bien el partido, pero que ha ido claramente de menos a más), ni tampoco por la esperada presencia de Xabi Prieto, por mucho que el técnico jugara al despiste en su rueda de prensa previa al encuentro. La sorpresa ha sido la inclusión en el equipo titular de Agirretxe. La delantera realista no pasa por un buen momento, y el partido hoy de Agirretxe ha sido una buena muestra, ya que no ha tenido ni una sola ocasión de gol y no ha entendido muy bien por dónde iba el juego hasta el tramo final. Ahí sí ha tenido sus opciones, pero el cansancio ha limitado sus posibilidades de acercarse al gol. Lasarte no termina de gestionar bien a su delantera, porque Bueno y Agirretxe están entrando en el equipo sin que parezca que hayan hecho méritos para entrar. Y Viguera sigue sin debutar y con sólo un par de convocatorias.

El partido comenzó con un Numancia bien armado en el centro del campo y con dos consignas claras por parte de Gonzalo Arconada: robos de balón en el centro para buscar contraataques rápidos y disparos lejanos. Lo primero le salió bien durante la primera media hora. Lo segundo, pese a ensayarlo durante los noventa minutos, no le sirvió para generar ni una sola ocasión de peligro. Muchos tiros, alguno entre los tres palos sin excesiva colocación, pero ninguna probabilidad de batir a Bravo. No sé qué informes manejaría Arconada para pensar que esa era la mejor forma de batir al chileno, pero él y sus ayudantes se equivocaron. La Real, mientras tanto, recurría a balones largos enviados, sobre todo, por sus centrales. De esta forma, creaba el mismo peligro que el Numancia, es decir, ninguno. El partido tenía ciertos rasgos que lo asemejaban al de hace dos años, pero con menos calidad. Hasta que apareció, precisamente, la calidad.

La Real se adelantó en el marcador con el primer balón que control Xabi Prieto en condiciones de girarse. El diez realista se lo cedió a Carlos Martínez, que hizo un recorte y centró para Griezmann, que marcó de hermosa volea aunque sin oposición ninguna. Un diestro centró con la zurda (segunda asistencia de gol del lateral, y ambas con su pierna mala) y un zurdo remató con la diestra (sexto gol del joven potrillo francés, que rompe una racha de siete jornadas sin marcar) en la primera jugada de calidad del partido. A partir de ahí la Real cayó en un error que se ha repetido mucho en lo que llevamos de segunda vuelta. Si en la primera mitad del campeonato un gol parecía sinónimo de victoria, ahora los partidos no se ven tan cerrados cuando la Real se adelanta en el marcador. El Numancia se limitó a aprovechar su primera acción clara de gol, un corner en el que se produjeron hasta tres remates. Bravo sacó el primero, De la Bella el segundo (y pareció que, por desgrcia, se lo quitó al portero de la manos) y el tercero fue dentro. Empate a uno cuando, quizá, lo más justo hubiera sido el empate a cero.

La segunda parte pareció empezar con una velocidad más por parte de ambos equipos, sobre todo por la de la Real, pero duró poco y el partido volvió a los cauces marcados en la primera mitad. Hasta que llegó el segundo gol txuri urdin. Un error de Del Pino, que se confió al borde del área numantina, permitió a De la Bella robarle el balón y, con la colaboración del portero visitante, anotar el gol del triunfo. Ahí sí pareció que el partido quedaba más cerrado que con el 1-0. Y eso que Bravo tuvo que emplearse a fondo para sacar de la misma línea un centro envenenado. Pero, en realidad, eso fue todo el peligro que pudo generar el Numancia, a pesar de coger siempre los despejes de la defensa realista, de tener mucho más balón y de dominar mucho más el centro del campo. Hoy en Soria lamentarán aquello de que las victorias se logran, no se merecen. La Real pudo matar el partido con un terce gol, pero le faltó precisión. Para entonces, Lasarte ya había metido en el centro del campo a Zurutuza, Nsue y Markel. Eso dio más consistencia y permitió un final bastante tranquilo.

Lo mejor del partido es el resultado, no hay duda alguna. Y aunque se tenga la tentación de pensar que el resto fue catastrófico (como ha pasado ya en precedentes actuaciones de la Real, en especial fuera de casa), lo cierto es que el partido deja apuntes interesantes. Para empezar, y a pesar de la laguna defensiva en el gol, la fortaleza de los cuatro de atrás es inmensa. Y ahí lo mejor es que el equipo no se resiente por las bajas. A comienzos de la temporada, Mikel González partía como el mejor central, y hemos descubierto a un líder natural en Ansotegi. La aportación de Estrada fue al principio la manifestación de una carencia de planificación de la plantilla, y después su lesión pareció un drama. Pero Carlos Martínez ha respondido con todo el entusiasmo que lleva dentro y mostrándose cada día mejor. Hoy no es descabellado decir que ha sido el mejor. Y De la Bella tiene que entender que puede y debe apoyar más en ataque. Hoy una subida suya, una de las pocas, le ha permitido estrenarse como goleador.

Xabi Prieto ha estado más ausente que hace una semana (bien es verdad que no es lo mismo para un jugador que sale de una lesión saltar al campo en los últimos minutos que jugar desde el inicio; él mismo reconoció que ha acabado muy cansado), pero a cambio la Real ha recuperado a Zurutuza, quien ha vuelto a demostrar en los instantes finales que es muy necesario para este equipo. ¿En el lado negativo de la balanza? Hay que volver a citar a Elustondo, que no encuentra su sitio. Su nombre es el que destaca para referirse al discreto juego general del equipo. Pero ese juego, que tanto debate parece estar generando esta temporada, no puede eclipsar lo bueno que está haciendo la Real, todo lo que permite mirar a la clasificación con una sonrisa y soñando con la fiesta de junio. Porque no es fácil estar donde está la Real, que nadie se olvide de ello, y las dos temporadas anteriores son buena prueba de ello. Es lícito e incluso necesario exigir al equipo más aún de lo que ofrece, porque tiene capacidad para ello, pero sin perder de vista la realidad.

Y esa realidad nos habla de que la Real, con su victoria ante el Numancia, ha dado hoy un paso de gigante, un golpe sobre la mesa. Suma ya 51 puntos y sólo tres goles en el average general con el Hércules le impiden ser líder de Segunda (para serlo al final, parece lógico pensar que habrá que sumar un punto más que los alicantinos, pues el 5-1 de la ida puede ser definitivo para solventar empates). Sólo ha encajado un gol más que el menos goleado, el Hércules, y sólo ha marcado dos menos que los máximos goleadores, de nuevo el Hércules y el Rayo. Hoy ha dejado al Numancia a una distancia sideral y con el average particular favorable a la Real. De los seis primeros, sólo ha ganado el conjunto txuri urdin y el Betis. El líder ha cedido tres puntos, el Cartagena y el Levante no pudieron pasar del empate. Es una gran jornada. Es un gran triunfo. Es una gran temporada. Tres puntos más y una jornada menos para llegar a Primera.

sábado, marzo 06, 2010

PREVIA Real Sociedad - Numancia. Ambiente de final

Hay ambiente de final. No porque el partido ante el Numancia tenga esa consideración para la Real (domingo, 17.00 horas, Anoeta; Canal + Liga y Gol TV), que tiene todavía una buena ventaja en la que reposar cualquier pinchazo que pueda tener (y que no ha disminuido demasiado a pesar de sumar una victoria en los últimos seis partidos) sino porque comienza la fase más exigente de la temporada en Anoeta, comparable al tramo en el que visitaron San Sebastián Cartagena y Betis (dos partidos que se saldaron con triunfo txuri urdin). Los tres próximos partidos en casa, más lo que pueda sumar el equipo de Martín Lasarte en las dos salidas intercaladas, definirán lo que le espera al equipo en las diez últimas jornadas: un cámino serio pero placentero hasta la Primera División o una lucha titánica hasta el final. Para el duelo ante los sorianos, el técnico realista recupera a casi todos sus efectivos, sobre todo en ataque. El reto es sumar lo más posible y cuanto antes. Y que Anoeta vuelva a ser el fortín de la primera vuelta.

Lasarte sólo cuenta con dos bajas, las de Dani Estrada y Mikel González. Eso hace que su defensa sea la única línea del once que pondrá sobre el césped ante el Numancia que se puede adelantar con cierta seguridad. Por supuesto, Bravo estará en la portería, con Carlos Martínez y De la Bella en las bandas (ambos se han afianzado en los últimos partidos, aunque parece haber un pequeño desequilibrio en ataque; el apoyo del lateral suele ser más habitual por la derecha que por la izquierda) y Mikel Labaka (parece que superadas las molestias con las que jugó el pasado fin de semana) y Ansotegi (que vuelve a la convocatoria después de perderse por sanción su primer partido de la temporada, el de Huesca). Esnaola, a pesar de su gran debut y como admitía con toda la sinceridad del mundo tras el encuentro, volverá a la grada. Lasarte ha preferido tener en la convocatoria a un lateral suplente, Esnaola, antes que un central. No es algo nuevo, viene apostando por ello toda la temporada.

Por delante de ellos, no hay nada seguro. Y todo parece estar en manos de lo que decida Lasarte sobre la línea de mediapuntas. Griezmann ha estado toda la semana fuera para jugar dos partidos amistosos con la selección francesa sub-19 (y, además, dando la victoria en el segundo de ellos con un gol). Eso y la asistencia de gol de Johnatan Estrada en Huesca dejan en el aire el titular en la banda izquierda. Los otros dos puestos dependerán del estado físico de los preferidos del técnico. Xabi Prieto y Zurutuza son las apuestas ideales de Lasarte, tal y como ha demostrado a lo largo de toda la temporada, y los hombres que, junto al joven potrillo francés, mejor resultado le han dado sobre el campo. Si están para jugar los 90 minutos (o, al menos, casi todo el partido), estarán. Pero puede que Lasarte decida reservarles en el banquillo, como hizo la pasada jornada.

De esta forma, tienen posibilidades de entrar en esos tres puestos del once hasta seis hombres. A los cuatro ya mencionados habría que sumar a Nsue y Aranburu. El primero entra en la convocatoria después de haber descansado la pasada jornada, y ahora quien se queda fuera es un Songo'o cuyo rendimiento resultó muy decepcionante en Huesca. El capitán tiene opciones de jugar en la mediapunta, pero también como uno de los dos mediocentros. Lo normal es que Lasarte mantenga la pareja formada por Diego Rivas y Elustondo, pero quizá pese en contra del segundo, más incluso que la ciega confianza del técnico en él, el debate generado sobre su rendimiento en los últimos partidos. Donde no parece haber duda, a pesar de la sequía de los delanteros en el tramo más reciente de la Liga, es en punta. Bueno, que lleva tres jornadas sin marcar, jugará por delante de Agirretxe, que acumula siete semanas sin ver puerta.

Llega a San Sebastián un Numancia siempre peligroso, con bajas pero con sus máximos goleadores sobre el campo. El técnico soriano es un viejo conocido de la casa, Gonzalo Arconada, pero no es el único ex realista que estará en Anoeta. Balenziaga (que no llegó a debutar con el primer equipo), Boris y Barkero (ambos integrantes de la plantilla que se proclamó subcampeona de Liga en la temporada 2002-2003, aunque el segundo apenas jugó aquel año) son jugadores del Numancia, y su segundo entrenador es José Ramón Eizmendi, que fue uno de los tres entrenadores que se sentó en el banquillo de Anoeta hace dos temporadas, en la primera temporada en Segunda. Con ellos vendrá en torno a un millar de seguidores del equipo soriano, que contribuirán a un hermoso ambiente en San Sebastián durante todo el día y en Anoeta durante el partido. Como cada vez que la Real viaja a Soria. Como debe ser en este hermoso mundo del fútbol. Real Sociedad y Numancia tienen un motivo de orgullo en su gente y el domingo se vivirá una nueva demostración.

Con la derrota ayer del Nastic, y aunque todavía queda mucha Liga y los milagros deportivos siempre son posibles, el ascenso parece cosa de seis equipos: Hércules, Real Sociedad, Cartagena, Levante, Numancia y Betis. El conjunto realista es segundo con 48 puntos, siete por encima del cuarto clasificado, el Levante, y nueve por delante de los béticos. Que nadie pierda la perspectiva, porque los cuatro que siguen a la Real se cambiarían por ella sin dudarlo. Vencer al Numancia supondría dejarle nada menos que once puntos por detrás, y con quince partidos por jugar. Cartagena, Hércules y Levante, además de los propios sorianos, juegan este fin de semana fuera de casa, lo que convierte esta jornada en propicia para aumentar distancias con respecto a los perseguidores y volver a coger la estela del líder un mes antes de que visite Anoeta. El Betis juega en casa, pero lo hace ante otro equipo complicado, el Rayo Vallecano, que parece haber perdido toda opción de ascender pero que la semana pasada recuperó el juego y los goles del comienzo de la temporada.

Las tres visitas del Numancia a Anoeta en Primera División (jamás llegó a jugar en el viejo Atotxa) se saldaron siempre con victoria de la Real. La mayor goleada fue de la temporada 2000-2001, campaña en la que los sorianos acabaron descendiendo a Segunda División y la Real consiguió la permanencia a lo grande y de la mano de John Toshack. Pero lo visita del Numancia llegó en momentos de angustia durante la primera vuelta y el 4-1 final, con dos goles de Jankauskas y uno de De Paula e Idiakez, supo a gloria. Se da la circunstancia de que el Numancia siempre ha marcado un gol cuando ha jugado como visitante ante la Real. Ni más, ni menos, siempre uno. Las otras dos visitas se saldaron con el mismo resultado: 2-1. De Paula y Llorente hicieron los goles en la temporada 1999-2000, y Kovacevic y el ahora jugador del Numancia Barkero hicieron lo propio en la 2004-2005.

En el único enfrentamiento que han vivido en Segunda División, en la temporada 2007-2008, ese gol que siempre marca el Numancia le sirvió para llevarse la victoria. Arconada estaba en el banquillo visitante e Eizmendi en el local. Fue un partido tenso, reñido, disputado, con poco juego. El que quiso el Numancia y no la Real. Hubo muy pocas ocasiones de gol en ambas porterías. La Real no aprovechó las suyas y el Numancia sí marcó la más clara de que dispuso, en el último minuito del partido. Fue ua resolución muy cruel para los méritos del conjunto txuri urdin. La Real llegó al partido en un gran momento, tras entrar por primera vez entre los tres primeros y pensando en seguir la estela del Numancia, entonces líder. La derrota sumió al equipo en una pequeña crisis, tres derrotas consecutivas,que llevó al cambio de entrenador unas jornadas después. El objetivo no podía ser el primer puesto, sino los otros dos que quedaban en disputa. Como es sabido, dos minutos en Vitoria impidieron el asalto a esas plazas.

En la primera vuelta, la Real dio su primera demostración de poderío de la temporada. Con un grandísimo partido, se llevó de Soria una merecida pero trabajada victoria. Casi todo funcionó en el equipo de Lasarte, pero mereció especial mención la conexión de talento que formaron Xabi Prieto, Zurutuza y Agirretxe. El punta, en racha hasta entonces, no marcó, pero colaboró en los dos primeros goles, el primero de Zurutuza y el segundo de Prieto. El 10 realista redondeó el marcador con el 1-3 definitivo pocos minutos después de que el Numancia acortara distancias y muchos empezaran a pensar que esta Real, como la de años precedentes, podría verse superada por los acontecimientos. No fue así y el equipo txuri urdin dio su primer golpe sobre la mesa. Ganando, además, por dos goles de diferencia y poniendo a los sorianos muy difícil el average particular. Ahora hay ambiente de final. Pero la ventaja realista hace que sea más final para ellos. Y eso hay que aprovecharlo.

jueves, marzo 04, 2010

Espíritu realista

"La Real Sociedad (...) posee las mejores probabilidades para coronar sus deseos. Lo que caracteriza al once vasco, compuesto de elementos esencialmente de su cantera, sin jugadores importados, sin estrellas fulgurantes, sin contratos prodigiosos, es la solidez del equipo, la cualidad de su juego práctico, directo y sin florituras inútiles, y, sobre todo, en su espíritu realista, más preocupado del fin que del presente". El desaparecido diario donostiarra La voz de España reproducía el 5 de diciembre de 1979 estas líneas que la revista France Football dedicaba a la Real. Hay que salvar una distancia enorme, porque aquella Real luchaba por el título de Liga en Primera División, pero admito que he pensado también en la Real actual.

Espíritu realista y solidez del equipo. Eso es lo que ha llevado al equipo txuri urdin hasta donde está hoy, hasta el segundo puesto de la Liga, hasta la mejor posición que ha tenido en estos tres años que lleva ya en Segunda División. Sigo teniendo la inquietante sensación de que no se valora todo lo que está haciendo la Real, ni siquiera recordando los dos frustrados intentos de recuperar nuestro sitio en la élite del fútbol español. ¿Que podría ser mejor? Claro. ¿Que el juego podría ser más bonito? Sin duda. Pero esas no han sido las armas de la Real a lo largo de su historia, ni siquiera las de aquel equipo que nos hizo campeones. Los Arconada, Kortabarria, Alonso, Zamora, López Ufarte o Satrústegui, dirigidos por Ormaetxea, conformaron un equipo rocoso, durísimo de batir, presente en los partidos del minuto 1 al 90, que sabía reantabilizar sus goles y que convertía Atotxa en un fortín. ¿Juego bonito? A veces. Lo importante era ganar. Y si no se podía, no perder.

Salvando las distancias, insisto, ese es el camino que lleva el equipo de Lasarte, el que ha escogido a conciencia de que puede ser el más efectivo. Ha habido grandes partidos, pero ha predominado "el juego práctico, directo y sin florituras inútiles", como decía France Footbal de aquel conjunto que logró el todavía hoy vigente récord de imbatilidad. Esa es la fórmula para lograr el objetivo. No todo el mundo sabe o quiere recordar que en la temporada 80-81, la Real fue pitada en algún encuentro en Atotxa. Y acabó siendo campeona. Este año no ha habido silbidos. Los hemos cambiado, quizá también porque los bajones han llegado lejos de Anoeta, por el miedo a perder nuestra posición de privilegio. Yo no siento necesidad de silbar al equipo ni de temer por el ascenso. Siento necesidad de seguir soñando. Y que el Numancia sea una nueva víctima de nuestros sueños. De sus pesadillas. Del espíritu realista, en definitiva.