martes, septiembre 30, 2014

Tercer peor arranque liguero de la Real desde 1995

El Valencia celebra su gol en Anoeta.
Comenzar con sólo cinco puntos y ocupar la decimoquinta posición en la Liga tras las seis primeras jornadas no estaba en las previsiones del club, ni en el ala directiva ni en la parcela técnica, y menos aún añadiendo el rotundo fracaso de la eliminación más temprana de la historia europea de la Real en aquel partido de infame recuerdo en Krasnodar. Los mensajes públicos siempre han sido para colocar al equipo con la aspiración de repetir la clasificación europea de las dos últimas temporadas, incluso de optar al cuarto puesto y buscar un futuro en la Europa League de esta campaña. Pero los datos son contundentes y a estas alturas de la temporada, y aunque queda mucha competición todavía, esas previsiones están siendo arrolladas. La Real ha igualado el tercer peor arranque desde que la Liga adoptó el sistema de tres puntos por victoria, en la temporada 1995-1996.

Ya había comenzado en dos ocasiones sumando cinco puntos en las seis primeras jornadas, en las campañas 2000-2001 (victoria como visitante ante el Espanyol, empates en casa ante Racing y Deportivo) y 2004-2005 (igualadas ante Levante en casa y Villarreal fuera, victoria en Anoeta ante el Atlético). En la temporada 2000-2001 se salvó del descenso en la penúltima jornada con aquel gran 1-3 en San Mamés, aunque en la 2004-2005 encontró antes la tranquilidad e incluso una buena racha en la segundo vuelta hizo soñar a los más optimistas con alcanzar los puestos europeos, opción ya difícil pero que se truncó definitivamente a cuatro jornadas del final con la victoria 0-2 en Anoeta del Real Madrid. Para encontrar una Real peor que la actual a estas alturas del campeonato, hay que irse a la temporada del descenso a Segunda, la 2006-2007, cuando en las seis primeras jornadas sólo se sumó un punto, el empate inicial en San Mamés. Cinco derrotas y un empate también era el saldo en este momento de la competición en la temporada 2001-2002, con una única igualada en casa ante el Celta. En esta campaña, el equipo txuri urdin certificó su permanencia en la Primera División tras la disputa de la jornada 37, con su 1-3 en Valladolid.

Desde que las victorias valen tres puntos, la Real se ha clasificado para Europa en sólo cuatro ocasiones, y siempre sumaba más puntos que la de la presente temporada con seis partidos jugados. Precisamente, los registros más cercanos a los actuales son los más cercanos, los de la pasada campaña, cuando el equipo txuri urdin sumaba sólo un punto más que ahora, seis, y ocupaba la duodécima posición. Nada que ver con las octavas posiciones y 10 y 9 puntos respectivamente que tenían los equipos de las temporadas 1997-1998 (acabó en la tercera plaza de la clasificación y jugó la Copa de la UEFA) y 2012-2013 (en la cuarta, recibiendo el premio de la previa de la Champions League), ni mucho menos con el brillante liderato del que presumía la Real 2012-2013, invicta y con 14 puntos, una Real que acabó siendo subcampeona y luchando por el título hasta el final.

Tomando como punto de referencia la sexta jornada, esta Real de Arrasate ha empezado peor que las de cuatro de los ocho técnicos que fueron cesados después de iniciar una temporada. Marco Antonio Boronat sumaba seis puntos a estas alturas de la 1990-1991, con dos victorias y dos empates, pero acabó siendo cesado tras la jornada 18ª con quince puntos (que con tres por victoria habrían sido 19). Salva Iriarte tenía siete puntos tras el sexto partido de la 1995-1996, y fue relevado tras el decimocuarto, con 15 puntos (cuatro victorias, tres empates) y en la decimotercera posición. El equipo de Bernd Krauss en la Liga 1999-2000 amasaba siete puntos y ocupaba la duodécima plaza tras seis partidos, pero dijo adiós al equipo sólo tres semanas más tarde, sumando 9 puntos (dos victorias, tres empates) y ocupando la 17ª plaza. José María Amorrortu saldó las primeras seis jornadas de la 2005-2006 con siete puntos y una decimocuarta posición, y aguantó hasta la jornada 21ª, cuando la Real sumaba 22 puntos (seis triunfos, cuatro igualadas) y era decimoquinta. Ninguno de ellos tenía al equipo en descenso cuando se le despidió.

Los actuales números de Arrasate sólo mejoran los de dos entrenadores cesados tras el comienzo de la temporada. Son los que lograron John Toshack y José Mari Bakero en las mencionadas temporadas 2001-2002 y 2006-2007, cuando apenas se logró un punto de 18 posibles. Toshack aguantó hasta la 29ª jornada, con el equipo en la penúltima posición y 30 puntos en su casillero, y Bakero cayó una semana más tarde, con un empate más y con el equipo en el farolillo rojo. Y esta Real, la de la 2014-2015 que suma cinco puntos en seis jornadas calca los resultados de las de las temporadas 1994-1995 y 1999-2000. En ambas el técnico acabó cesado. En la primera era también Toshack el máximo responsable y en ese primer tramo de la Liga sólo pudo ganar al Compostela y empatar ante el Sevilla, y fue relevado tras la jornada undécima, con apenas dos victorias y tres empates. En la segunda, la de Clemente de la 2000-2001, la paciencia llegó justo hasta esa sexta jornada y con cinco puntos en la tabla, aunque aquella Real ocupaba plaza de descenso, el 18º lugar de la clasificación.

domingo, septiembre 28, 2014

REAL SOCIEDAD 1 - VALENCIA 1 Muy poco premio para una bravísima Real

Celebrando el gol del empate.
La Real no consiguió el triunfo ante el Valencia, uno que se antojaba fundamental para cortar la dinámica negativa en la que estaba instalado el equipo, pero es difícil encontrar algún reproche que hacerle a los realistas. Llegó el Valencia líder y no lo pareció porque la actuación del conjunto txuri urdin fue notable casi siempre, espléndida por momentos y bravísima durante los 90 minutos. Los de Jagoba Arrasate solventaron prácticamente todos los problemas que vienen padeciendo desde que arrancó la temporada, con la excepción de lo inofensivo de sus acciones de estrategia y algún que otro desajuste defensivo (que, en realidad, sólo se vio cuando el cansancio era más acusado), y pasó por encima de un Valencia superado, irreconocible por la acción de los realistas, por su presión, por sus combinaciones y por su espíritu combativo. Entre Diego Alves, la falta de acierto de cara a gol y una pizca de mala suerte, que siempre se cuela en partidos como éste, el equipo levantino salió vivo, a pesar de que pudo ganar en el tramo final. Pero si el empate ya es injusto, qué decir de una victoria visitante. La Real hizo un muy buen partido y al menos sacó un punto, muy poco premio para tantas cosas bien hechas.

Con más o menos aciertos en sus decisiones y con la idoneidad o no de algunos de los futbolistas que escoge para llevar a cabo sus ideas, la Real que Arrasate quiere es probablemente una muy cercana a la que se vio hoy ante el Valencia. Y esa Real bastó para superar en casi todas las facetas del juego a uno de los equipos invictos de la Liga, al líder de la competición que con este empate pierde esa plaza. Probablemente eso no se valore como se merece, pero ese es el mejor resumen de lo que se vio en Anoeta. La Real fue hoy mejor que el Valencia, mucho mejor. Y lo fue con Arrasate en el banquillo, con Zubikarai en la portería, con Elustondo en el centro de la defensa, con Markel en el mediocentro, con Agirretxe de delantero y con Mikel González, Pardo, Granero, Chory Castro y Finnbogason en el banquillo. Eso no es una defensa de nadie, sólo quiere decir más que esta Real es capaz de jugar bien de muchas maneras, incluso con decisiones equivocadas o incluso caprichosas si se quiere. Y explica bien a las claras que hay en esta plantilla elementos de sobra para jugar bien al fútbol y que su entrenador, con todo, es capaz de entender partidos mucho mejor que su colega del banquillo rival.

Todo eso sucedió hoy en Anoeta, donde la Real arrancó el partido enchufadísima y mostrando exactamente lo que Arrasate quiere de los once jugadores que despliega en el campo. Con la movilidad de los hombres de ataque, con las constantes ayudas de los centrocampistas, con el vital papel que han de jugar los laterales (sigue siendo maravilloso ver a Zaldua, un jugador incansable en ataque y que prácticamente nadie supera en defensa) y con un delantero que no se quede fijo en la posición del nueve. Con un Vela con ganas de armarla, con un Canales muy activo a pesar de no jugar en la posición que más se adapta a sus condiciones, con un Zurutuza reincorporado al equipo y ejerciendo el necesario papel de ancla entre el ataque y la defensa (hoy el equipo se partió menos que nunca, ese es el papel que Pardo y Granero aún no han sido capaces de ejecutar durante largos periodos de tiempo), con un Xabi Prieto móvil incluso cuando está desacertado, y con un Agirretxe que siempre sabe sacar su mejor versión ante el Valencia. ¿Y el equipo ché? Sobrepasado desde el minuto 1 por la presión realista, que hacía que el balón no le durara nada en los pies.

Gracias a eso, las ocasiones fueron cayendo del lado realista y en el primer cuarto de hora Diego Alves se convirtió, con mucho, en el mejor jugador valencianista. Primero fue Vela, con un tiro muy suyo desde la parte derecha del ataque realista, el que provocó un paradón del meta visitante. Después fue Agirretxe, que esta vez no pudo marcarle al Valencia como había hecho en las dos últimas temporadas. Pero el fútbol es caprichoso, y mientras el partido se estaba jugando en la frontal del área valencianista, la primera salida seria de los de Nuno acabó en gol. Carles Gil remató al fondo de la portería de Zubikarai una dejada de cabeza de Alcacer tras una buena combinación. El gol hizo brillar uno de los puntos débiles de la Real, su fragilidad defensiva. Elustondo, que obviamente no ha resuelto los problemas que el equipo arrastra en esa zona desde la temporada pasada, hace una marca a Alcacer francamente blanda y Zaldua, algo raro en él, sigue a ambos con bastante ingenuidad y sin percatarse de la incorporación de Gil desde atrás. Buen gol, sí, pero dio la impresión de que al menos era defensible. Por sexta jornada consecutiva, el primer gol del partido era del rival realista y eso siempre complica sumar de tres en tres.

Pero a diferencia de los anteriores marcadores adversos, el gol no alteró el buen partido de la Real. Una de las exigencias al equipo tras su dubitativo arranque de la temporada era que tuviera regularidad. Se reconoce su objetivo en la remontada al Real Madrid, en el final ante el Celta o en la primera media hora ante el Almería, pero al equipo le costaba tener un rendimiento constante. Ante el Valencia lo tuvo. Fue, de hecho, su mejor valor. La Real siempre jugó el partido para ganarlo, e incluso supo sobreponerse a los momentos más difíciles del encuentro. El 0-1 fue el primero, porque llegó sin ser un castigo merecido para la Real ni un premio ganado con fútbol por el Valencia. Alves tuvo que volver a intervenir a renglón seguido en dos ocasiones, primero para despejar de puños un centro desde la derecha que poco le faltó a Agirretxe para rematar y después para sacar casi de la escuadra una nueva volea del mismo realista. El partido, aunque el marcador dijera lo contrario, seguía en el mismo sitio, jugándose constantemente en la frontal del área valencianista. Por allí, Vela era una pesadilla y el Valencia apenas conseguía frenarle con faltas. Lo curioso es que Iglesias Villanueva acabó mostrando tarjeta amarilla al mexicano por revolverse en una jugada en la que había sufrido más de una falta.

El once inicial de la Real.
El colegiado fue siempre así de quisquilloso con la Real, tanto como fue permisivo con el Valencia. Sigue sin tener suerte el equipo txuri urdin con los arbitrajes, que en Anoeta son asombrosamente blandos con las faltas que sufren los realistas y con las pérdidas de tiempo de sus rivales. No deja de ser curioso que las tres tarjetas amarillas que vieron los locales (la ya mencionada de Vela, y luego De la Bella y Markel) llegaran tras faltas a favor de la Real. Para colmo, sólo la que favorecía a Vela fue sancionada. Fue un arbitraje de los desesperantes, a pesar de que apenas hubo jugadas polémicas de trascendencia. La única, en realidad, fue un gol fantasma. Tras un córner, prácticamente el único que consiguió rematar la Real a pesar de superar con creces los dos dígitos en esa estadística, Gayá sacó el cabezazo de Iñigo Martínez cuando Alves estaba ya batido. Es difícil decir si lo hizo desde la línea o si el balón la había ya traspasado, con lo que el árbitro sí merece el beneficio de la duda en esa jugada. Eso sí, esa acción sirvió para aumentar aún más la adrenalina de la Real, que marcó en la siguiente jugada, sin que el balón hubiera salido del campo.

Canales buscó un centro a Agirretxe desde el pico izquierdo del área, pero el delantero no alcanzó a tocarlo y el pase se fue envenenando hasta que Alves sólo pudo ver cómo se colaba en su portería. Gol, empate y un poco más de justicia en el marcador. La Real llegó al descanso habiendo disparado casi en una decena de ocasiones sobre el marco valencianista y habiendo encajado la única tentativa del conjunto visitante. Y aunque las ocasiones de gol no alcanzaron un número desorbitado, muy inferior por ejemplo al del encuentro ante el Almería, la superioridad realista era abrumadora. Nuno lo vio tan claro que hizo dos sustituciones al descanso, porque sabía que su equipo tenía que cambiar para aguantar ese empate que injustamente tenía. Pero en la segunda parte no cambió el escenario en absoluto. Es verdad que no llegaron a generarse grandes ocasiones de gol, más allá de un balón largo hacia Vela que Alves tuvo que despejar fuera de su área o unos cuantos córners que la Real, como de costumbre, no consiguió rematar, pero la asfixia al Valencia era de las que el conjunto visitante no había notado todavía en lo que llevamos de temporada. Por eso tuvo que recurrir a tantas faltas.

Pasada la hora de juego, el cansancio comenzó a hacer mella en la Real. Fue el segundo momento peligroso del partido. La entrada en el juego de Feghouli y varios pases en diagonal buscando la espalda de la defensa generaron cierta inquietud. Hasta ese momento, el minuto 70, esperó Arrasate para hacer sus cambios. Y esta vez, por mucho que se incida en ese minuto, se puede entender su confianza en un once que hizo exactamente lo que quería. Cuando Zurutuza no pudo más, salió Granero en su lugar. Y casi de forma consecutiva Mikel González sustituyó a Elustondo, renqueante tras una costalada en un salto del que Rodrigo salió sorprendentemente sin tarjeta amarilla. Perdido el segundo cambio para oxigenar el centro del campo y con la tarjeta amarilla que vio Markel poco después, el partido entró en un escenario peligroso. Iñigo tuvo que cortar arrojándose al suelo un buen pase que buscaba a Alcácer en el segundo palo. Y el central realista hizo claros gestos a sus compañeros para que el repliegue no sólo lo hiciera la línea de cuatro. Lo cierto es que el partido estaba ya algo partido y los balones largos desde la defensa se estaban convirtiendo en una constante.

Arrasate agotó los cambios dando entrada a Finnbogason por un agotado Agirretxe. Y fue precisamente en uno de esos balones largos, de Mikel, cuando el islandés tuvo una gran ocasión que desaprovechó por precipitarse. Intentó una vaselina al palo contrario en la salida de Alves, pero le dio tan flojo al balón que cayó en las manos del guardameta sin que tuviera que esforzarse. Fue prácticamente el único balón que tocó Finnbogason, pero esa llegada sirvió para que la Real sacara fuerzas de donde no las tenía. Canales tuvo después una doble tentativa tras una jugada iniciada por Vela y Xabi Prieto en la banda derecha, pero su primer disparo chocó en la defensa y el segundo se marchó a córner. Desde la esquina y a balón parado probaron Canales, Vela y Granero sin sacar nada en claro, lo que indica que hace falta mucho más trabajo en ese aspecto. Y el Valencia buscaba contras. En una de ellas provocó una falta que Alcácer estrelló en la barrera, y el Valencia acabó forzando un doble córner que, de nuevo, llevó la inquietud a la grada. En el segundo de ellos, Zubikarai hizo la parada de la Liga, una espectacular acción de reflejos sencillamente antológica. Es su fuerte y lo sigue demostrando, por mucho que no genere ni de lejos la misma seguridad que Bravo daba a la defensa y a la grada.

En esos minutos probablemente la mayor parte de los realistas estaba pensando que había que dar gracias por el empate, pero esta Real quiso morir en el área contraria y lo consiguió. Ya en el tiempo de descuento, tuvo dos opciones más para haber llevado la justicia al marcador y dejar los tres puntos en Donostia. Primero fue Canales, que remató el balón contra el suelo sólo para ver como Mustafi lo sacaba tras el bote cuando Alves estaba de nuevo batido. Y en el córner siguiente, el remate de cabeza de Granero salió lamiendo el palo a la derecha del guardameta valencianista. Hubiera sido toda una ironía que la Real lograra el triunfo en una suerte que tan poco estaba dominando en el partido, pero faltó un poco de precisión para que Anoeta pudiera cantar el gol. A pesar de que sólo hubo tres minutos de descuento (lógico a pesar de los dos cambios en el descanso, compensados por la pobre actitud valencianista de perder tiempo cuando por físico probablemente podría haber tenido opciones de ganar) dio tiempo a que Iglesias Villanueva culminara su nefasto arbitraje, no señalando dos infracciones sobre Vela y Xabi Prieto que podrían haber servido para que la Real colgara un último balón al área.

El marcador final.
La Real no ganó pero dejó una espléndida imagen. Esta, sobre todo la de la primera hora pero también la que llega al final de los partidos generando ocasiones en el área rival, es la Real que quiere Arrasate. La perfección no existe y probablemente en el fútbol es uno de los deportes en los que es más difícil de conseguir, pero el Valencia era una prueba muy dura para el equipo y la ha pasado con nota aunque sólo con un punto. Cuando los jugadores muestran su mejor versión, y hoy lo hicieron durante muchos minutos Zurutuza, Vela, Canales o Agirretxe, el debate sobre el sistema de juego palidece, porque si la Real hace bien las cosas el rival, sea cual sea su entidad, sufre. Sufrió el Real Madrid, sufrió el Celta y hoy sufrió el Valencia. La regularidad en los partidos debe ahora consolidarse entre las jornadas. Y mucho más que el debate sobre el dibujo o sobre jugadores concretos, da la sensación de que un trabajo más acertado en las jugadas de estrategia habría tenido que servir para ganar al Valencia, y probablemente con claridad. Porque hoy la Real fue mejor en casi todo y mereció mejor suerte. La suerte se busca, sin duda, pero el camino para encontrarla es éste.

sábado, septiembre 27, 2014

PREVIA Real Sociedad - Valencia. Una final ante un líder

Este cabezazo de Agirretxe fue el 1-0 de la temporada pasada.
Corría la 14 jornada de la temporada 2001-2001 cuando el Valencia visitó Anoeta. Lo hizo como único equipo invicto, no como líder aunque acabara ganando la Liga. Y la Real ganó por 2-0, con dos goles de Jankauskas, provocando la primera derrota valencianista. Ahora se repite la historia con el equipo levantino (domingo, 19.00 horas. Anoeta, Canal + Liga , Gol TV), con la salvedad de que llega líder. Y Anoeta sueña con mantener la costumbre: desde la temporada 2007-2008, y con la única excepción de la 2011-2012, un líder siempre ha caído en el estadio realista. El Valencia será el primer equipo que ocupa la primera plaza que jugará contra el equipo txuri urdin, que recibe esta dura prueba lejos del mejor de los momentos. Sólo una victoria en Liga y dos derrotas consecutivas han hecho que se haya escuchado el calificativo de final para este encuentro. Lo es, porque la Real no puede permitirse más tiempo de espera. O el equipo reacciona, con su técnico a la cabeza, o las voces que piden el cambio no dejarán de multiplicarse hasta que éste sea inevitable. En la jornada 6 nunca se pierde nada, pero las señales positivas son ya una exigencia ineludible.

Ante las dudas por el estado físico de algunos jugadores, esencialmente sus centrocampistas, Jagoba Arrasate no ha querido tomar decisiones en la víspera del partido y ha confeccionado una convocatoria de veinte jugadores en la que están todos los integrantes de la primera plantilla disponibles más Bardají como portero suplente. Las bajas para este partido son la ya conocida de Rulli, y las de sus a priori laterales suplentes, Carlos Martínez y Yuri Berchiche, lo que abre las puertas a Estrada para entrar en su primera lista, ya que sería el único lateral disponible junto con los dos titulares, y también a Ansotegi, que podría cubrir un eventual movimiento de Mikel González o Iñigo Martínez a la banda en caso de necesidad. En principio, tanto Pardo (que se perdió el choque en Sevilla por una gastroenteritis) como Zurutuza (que no juega desde su partidazo ante el Real Madrid) están disponibles, aunque el hecho de que Arrasate no haga los descartes hasta horas antes del encuentro siembra la duda sobre sus posibilidades de estar presentes.

Con estos dilemas y esperando los descartes, se hace complicado aventurar un posible once inicial, aunque en la retaguardia sólo parece haber una duda. Tras la defensa pública que hizo Arrasate y su buen partido en Sevilla, Zubikarai estará bajo palos. Zaldua y De la Bella no tienen rival en los laterales y la incógnita está en el centro de la zaga. Iñigo Martínez ha disputado todos los minutos sin descanso, Elustondo se perdió su primer partido la pasada jornada y Mikel González cumplió francamente bien en su regreso. No parece sencillo descartar cualquier pareja entre ellos. Markel volverá a ocupar el puesto de pivote, devolviendo a Gaztañaga al banquillo, y sus acompañantes, si están físicamente aptos, serían Pardo y Zurutuza, con Granero a la espera. Vela es fijo en el ataque y da la impresión de que Finnbogason podría debutar como titular en Liga en el puesto que el miércoles ocupó Agirretxe, con lo que sólo quedaría una plaza en ataque que a priori sería para Chory Castro, el mejor en las últimas semanas, aunque es complicado que Arrasate siente a la vez a Xabi Prieto y Canales.

Como se ha dicho, llega a Anoeta el líder. El Valencia se encaramó a la primera posición de la tabla con su victoria por 3-0 ante el Córdoba y suma 13 puntos, los mismos que Barcelona y Sevilla y dos más que el Atlético de Madrid, que son los cuatro equipos que todavía no conocen la derrota. La Real ha caído a la decimocuarta posición de la tabla con sólo cuatro puntos, alejándose ya en cinco de las plazas europeas y quedándose a sólo uno de las de descenso, que ahora mismo ocupan Athletic de Bilbao, Getafe y Córdoba. El equipo txuri urdin, con sólo una victoria en Liga, acumula tres jornadas sin saborear la victoria. A pesar de que sólo cinco equipos han marcado más que la Real, los de Arrasate no han podido hacer valer ese dato porque son el séptimo conjunto más goleado. El Valencia, en cambio, es el segundo máximo goleador y el segundo menos goleado, por detrás respectivamente del Real Madrid y del Barcelona. Como local, la Real suma una victoria y una derrota. Lejos de Mestalla, el conjunto levantino empató a uno en Sevilla y ganó 0-3 en Getafe.

Real Sociedad y Valencia se han visto las caras en 63 ocasiones a lo largo de la historia, todas ellas en Primera División, y el balance es favorable al conjunto realista con un total de 30 victorias, aunque han sido más los partidos en los que se han escapado puntos, en los 13 triunfos valencianistas y 20 empates. La Real consiguió su mayor goleada ante el Valencia en el primero de esos duelos, con el 7-1 de la temporada 1931-1932, en un día en el que Bienzobas marcó cuatro goles y Cholín, Chivero y Garmendia redondearon el marcador local. El 0-3 de la temporada 1953-1954 es el más claro triunfo valencianista, aunque marcó un gol más en el 2-4 de la 1943-1944. Los enfrentamientos más recientes hablan de un claro contraste. Desde el mencionado 2-0 de la temporada 2001-2002, la Real estuvo seis temporadas sin conseguir la victoria ante el Valencia, con tres empates consecutivos y después tres derrotas seguidas. Pero, siguiendo ese ciclo, las tres últimas temporadas se han saldado con victoria de la Real, siendo especialmente memorable el 4-2 de la 2012-2013.

La pasada temporada, la 2013-2014, esa victoria de la Real fue por 1-0. Fue malo el partido que ofrecieron realistas y valencianistas, con continuas pérdidas de balón y muy poquitas ocasiones de gol. A la Real ya le empezaba a fallar la gasolina en esta jornada 28 y el Valencia comenzaba a descolgarse definitivamente de la lucha por Europa, muy lejos los dos del duelo por la Champions que vivieron un año atrás. Quizá por eso el equipo visitante trató de apretar algo más tras el descanso, aunque la defensa realista trabajó francamente bien y evitó que el balón llegara con frecuencia a Bravo. El gol llegó por calidad, Griezmann, que hizo un partido lamentable en conjunto, abrió el balón a la banda izquierda con mucho acierto para la subida de José Ángel y su centro lo remató con excelencia Agirretxe, con un buen testarazo ante el que nada pudo hacer Diego Alves. Era el primer disparo de la Real entre los tres palos en todo el partido, y fue en el minuto 60. El Valencia arriesgó para tratar de conseguir un punto, pero la Real defendió bien. Lo que no hizo fue matar el partido al contragolpe, con lo que hubo sufrimiento para lograr la victoria.

viernes, septiembre 26, 2014

Arrasate ya no triunfa en las semanas de tres partidos ligueros

Arrasate, en el partido contra el Almería en Anoeta.
Jagoba Arrasate era hasta esta semana el entrenador que mejores resultados había conseguido en semanas de tres partidos ligueros desde el ascenso a Primera en 2010. El actual técnico realista nunca había perdido dos encuentros en semanas de esas características, como le acaba de suceder con el 1-2 ante el Almería y el 1-0 del Sevilla. Su peor registro por puntos sumados, apenas dos, fue en la primera tanda de tres partidos ligueros en siete días que dirigió, al comienzo de la temporada pasada, cuando sumó sendos empates en casa, a cero ante el Málaga y a uno contra el Sevilla, y salió derrotado del Camp Nou por 4-1. Si la Real vence al Valencia el domingo, al menos esta tanda que todavía está en juego no será la peor en puntuación, algo en lo que se convertirá si hay otra derrota o un empate, pero dos derrotas hacen que ya esté entre las peores.

Y es que, aunque parezca mentira puesto que la Real tiene fama de sufrir mucho últimamente en estas semanas de competición liguera, Arrasate tenía hasta ahora los mejores números del equipo desde el ascenso en esta estadística. Tanto es así, que los otros dos grupos de tres partidos en una semana que dirigió en la campaña 2013-2014 son los mejores desde que la Real volvió a Primera. Sumó siete puntos seguidos, y firmó por primera vez desde 2010 una semana sin perder ningún encuentro, venciendo en Anoeta al Almería (3-0) y al Osasuna (5-0), cosechando entre medias un empate a dos en Valladolid. Y también consiguió cuatro puntos en el último tramo de estos encuentros de la pasada campaña, con la derrota por 4-3 en Almería, la victoria 1-0 ante el Valladolid y el empate a uno ante Osasuna.

Quien más sufrió en este tipo de semanas de amplia carga de partidos de Liga fue Martín Lasarte. Su tope, tres puntos sumados en la última de las tres tandas que tuvo en la temporada 2010-2011. Entonces, después de perder 3-0 en Valencia y antes de hacerlo por 3-1 en Sevilla, sumó una importantísima victoria para la permanencia por 2-1 ante el Zaragoza. Previamente firmó la peor racha de la historia reciente de la Real, con tres derrotas ante Real Madrid (1-2), Osasuna (3-1) y Mallorca (2-0), y la segunda peor, con sólo un punto, el que logró en el partido intermedio al empatar a uno en casa con el Levante, después de caer 4-1 ante el Espanyol y antes de hacerlo por 2-1 contra el Deportivo.

Philippe Montanier vivió todas las caras posibles de estas rachas, que sólo vivió en la temporada 2011-2012 porque en la siguiente no hubo jornadas de miércoles. Logró la que entonces era el mejor resultado con cuatro puntos, pero también igualó la peor, con tres derrotas consecutivas. La cara más positiva la vivió en la última, venciendo 3-0 al Racing de Santander, empatando a uno en el Vicente Calderón y cayendo derrotado por 1-0 ante Osasuna. La más negativa, con las tres derrotas que sufrió la Real a manos de Getafe (1-0), Levante (1-3) y Real Madrid (5-1). Entre medias se sitúan los tres puntos que logró cayendo 1-0 ante el Sevilla, ganando 1-0 al Granada y cayendo 2-1 en Mallorca, y el punto que le dio el empate a cero ante el Getafe en Anoeta antes de perder 3-2 ante el Levante y 0-1 contra el Real Madrid.


2010-2011
18-09-10 Real Sociedad 1 - Real Madrid 2
21-09-10 Osasuna 3 - Real Sociedad 1
26-09-10 Mallorca 2 - Real Sociedad 0

26-02-11 Espanyol 4 - Real Sociedad 1
02-03-11 Real Sociedad 1 - Levante 1
07-03-11 Deportivo 2 - Real Sociedad 1

07-05-11 Valencia 3 - Real Sociedad 0
11-05-11 Real Sociedad 2 - Zaragoza 1
15-05-11 Sevilla 3 - Real Sociedad 1

2011-2012
17-09-11 Sevilla 1 - Real Sociedad 0
20-09-11 Real Sociedad 1 - Granada 0
25-08-11 Mallorca 2 - Real Sociedad 1

23-10-11 Real Sociedad 0 - Getafe 0
26-10-11 Levante 3 - Real Sociedad 2
29-10-11 Real Sociedad 0 - Real Madrid 1

17-03-12 Getafe 1 - Real Sociedad 0
21-03-12 Real Sociedad 1 - Levante 3
24-03-12 Real Madrid 5 - Real Sociedad 1

28-04-12 Real Sociedad 3 - Racing 0
02-05-12 Atlético de Madrid 1 - Real Sociedad 1
05-05-12 Osasuna 1 - Real Sociedad 0

2013-2014
21-09-13 Real Sociedad 0 - Málaga 0
24-09-13 Barcelona 4 - Real Sociedad 1
28-09-13 Real Sociedad 1 - Sevilla 1

27-10-13 Real Sociedad 3 - Almería 0
30-10-13 Valladolid 2 - Real Sociedad 2
02-11-13 Real Sociedad 5 - Osasuna 0

24-03-13 Almería 4 - Real Sociedad 3
27-03-13 Real Sociedad 1 - Valladolid 0
30-03-13 Osasuna 1 - Real Sociedad 1

jueves, septiembre 25, 2014

SEVILLA 1 - REAL SOCIEDAD 0 Tan cerca, tan lejos

Chory Castro, en una acción del encuentro.
Nueva derrota de la Real, la tercera de la temporada y todas ellas por la mínima. Estando objetivamente siempre tan cerca de puntuar, el partido del Sánchez Pizjuán fue el que más lejos situó al equipo txuri urdin de ese propósito. Y es que sacar algún punto es algo que siempre se ve lejano cuando todos los partidos de la temporada han empezado con un gol del rival. Ante el Sevilla sólo se puede destacar una aceptable salida en la segunda mitad que evidenció como podría haber sido un partido en condiciones normales entre el el equipo hispalense y la Real, las paradas con las que Zubikarai mantuvo al equipo dentro del partido y las actuaciones de Mikel González y Gaztañaga en sus primeros minutos como titulares. El resto, como durante demasiados minutos de la temporada, los que no formaron parte de las remontadas ante el Real Madrid y el Celta o la buena salida ante el Almería, para olvidar. O, mejor dicho, para tener muy presente, porque los problemas del equipo se ven sin problema, con meridiana claridad, y lo que se antoja complicado es que se encuentren soluciones que están tardando demasiado en llegar.

Arrasate cumplió con lo adelantado en la rueda de prensa anterior al partido. No hubo revolución en el once y sí tres cambios, pero tres muy significativos. Elustondo dejó su puesto a Mikel González, que estuvo francamente bien; Markel fue reemplazado por un Gaztañaga que, salvo una pérdida de balón tras marcar el Sevilla el gol que abría el marcador, demostró que merece una continuidad en el once inicial; y Vela descansó para que Chory Castro intentara aplicar su papel de revulsivo desde el primer minuto. Éste, y no necesariamente por su culpa porque fue de lo más activo en ataque, fue el cambio que menos efecto tuvo en el juego del equipo. Los defectos de la Real, en líneas generales, se mantuvieron en Sevilla. Un ritmo de juego lento en ataque y un equipo demasiado partido cuando atacaban los locales provocaron una evidente superioridad del conjunto de Unai Emery. Y no es que la Real fuera arrollada, más que en los cinco minutos posteriores al 1-0 y en los finales del encuentro, en los que sí sufrió lo indecible, pero le faltó concretar en ataque como para pensar en que el marcador fuera injusto.

El partido tardó en arrancar. La Real tenía claro que el Sevilla lo iba a dominar y no intentó disputarle la posesión de la pelota. Y el Sevilla tardó en aclimatarse a los siete cambios que introdujo Emery con respecto al partido de la pasada jornada. Eso motivó que la primera parte fuera bastante parca en ocasiones y sobre todo en fútbol. Antes del gol, de hecho, hubo reparto de opciones claras de gol, una por cada bando. Zubikarai se lució en el lanzamiento de falta de Pareja, demostrando que los reflejos son su mejor virtud, aunque insista en meter los puños en cualquier balón por alto que ronda su portería para acentuar su punto débil. Y en la otra portería, un centro chut de Chory Castro se topó con la parte superior del larguero cuando Beto estaba ya batido. Al margen de la calidad de su fútbol, de la preparación de los partidos o de su solidez como equipo, sumar cinco postes en dos partidos y no sumar ningún punto es algo en lo que la suerte tiene una participación decisiva, y así hay que decirlo.

El gol del Sevilla, en todo caso, no tardó en llegar, fue en el minuto 19, cuando Deulofeu remató en el segundo palo una asistencia de Trémoulinas que culminó una buena jugada de ataque en la que el movimiento de la defensa de la Real no fue el adecuado. Eso permitió, como ya sucedió en el primer gol del Celta hace un par de jornadas, que fuera Granero quien tuviera que cerrar ese pase. Y esta vez era innecesario que toda la defensa se volcara hacia la banda derecha, donde había bastantes ayudas. Cuando Deulofeu remata, Iñigo Martínez no está cubriendo a nadie precisamente por esa oscilación excesiva de toda la línea. Como en Eibar y Vigo, como ante el Real Madrid y el Almería, la primera sangre se la cobró el rival. Lo preocupante, si se quiere, es que esta vez la capacidad de reacción no llegó siquiera a tener la fuerza suficiente como para pensar en el empate. Desde luego, nada de eso se vio en los minutos que quedaban de la primera mitad. Muy al contrario, el 1-0 espoleó al Sevilla, que tuvo en los cinco minutos siguientes sobradas ocasiones de sentenciar el partido. Zubikarai estuvo acertado, sobre todo en un remate de Banega.

Las pocas opciones que tenía la Real en ataque morían casi sin generar inquietud en Beto, casi inédito durante el partido en su regreso a la portería del Sevilla. Canales fue la viva imagen de esa impotencia al desperdiciar dos faltas laterales, enviando una muy lejos del larguero de la portería sevillista y otra a las manos del guardameta, sin dar opción a los rematadores realistas. El balón parado, en Sevilla tanto en ataque como en defensa, exige un trabajo mucho más contundente en Zubieta. En el ataque sevillista también hubo un sufrimiento en estas jugadas que evidenció que no es una cuestión de nombres, por mucho que Mikel superara con mucho el rendimiento de Elustondo como central en este arranque de la temporada y por momentos incluso recordara a actuaciones de hace dos temporadas. Eso y la enorme solvencia de un Gaztañaga, que apenas pagó un par de novatadas y que se mueve en el campo para ayudar en defensa y comenzar las jugadas de ataque como un futbolista que llevara ya 200 partidos como titular en Primera, es lo que sostuvo a la Real antes del descanso.

Tras el intermedio sí dio la impresión de que la Real encontró la determinación para irse hacia arriba. Esos fueron sus minutos, su momento de encontrarse con un fútbol que siempre da la sensación de saber cómo mostrar pero que acaba tan diluido que genera incluso más frustración. La mejor jugada realista de todo el partido llegó precisamente en este tramo, cuando tras una buena combinación Agirretxe supo encontrar el hueco para enviar el balón en profundidad a Chory Castro, que sorteó la arriesgada entrada de un defensa (en una jugada de esas en las que se dice con cierta hipocresía que si se deja caer se habría pitado penalti) y estrelló su posterior disparo en el lateral de la red. El propio Chory botó unos instantes más tarde una falta desde el flanco derecho del ataque realista y Zaldua estuvo cerca de sorprender a Beto peinando la pelota. Ese fue el único disparo entre los tres palos que el equipo txuri urdin hizo durante todo el partido. Ahí se acabó el espejismo para la Real, que duró diez minutos. Eso bastó para entender que la Real sí tiene armas para disputar al Sevilla un partido de igual a igual, pero que esta vez, como sucedió la temporada pasada, no hemos visto.

En esos primeros minutos del segundo tiempo, Mateu Lahoz enervó a la grada del Sánchez Pizjuán con varias tarjetas consecutivas a jugadores del Sevilla. Su arbitraje, como es costumbre, fue bastante malo. En la primera mitad, marcó el territorio contra el equipo visitante sancionando con tarjeta su primera falta, de Mikel González, que tuvo además el mérito de aguantar los 90 minutos con esa amonestación. Después no midió con el mismo rasero al Sevilla en varias acciones, sobre todo de M'bia, al que sí amonestó en esos primeros minutos de la segunda mitad, indicándole que lo hacía por reiteración. Pero si la actuación de Mateu Lahoz fue mala, además de por las malas ayudas de uno de sus asistentes, que señaló al Sevilla varios fueras de juego inexistentes, fue porque se inhibió en lo que sucedió en las áreas. Es difícil aceptar que en la misma Liga se piten tres penaltis livianos en un partido como el Real Madrid - Elche y que después se queden sin sanción, todavía en la primera parte pero ya con 1-0, el agarrón a Agirretxe y el empujón a Xabi Prieto (a quien después sí concedió una falta idéntica... pero fuera del área). Sigue habiendo un problema arbitral severo y sigue la Real sin suerte con los colegiados esta temporada.

Otras decisiones de Mateu podrían haber variado el rumbo del encuentro, eso es evidente, pero también es cierto que la Real desapareció. No por actitud, sino por fútbol. Los realistas corrieron, pero siempre lo hacían persiguiendo sombras vestidas de blanco. Zubikarai volvió a apuntalar la supervivencia de la Real en el partido con una nueva parada de reflejos con el pie, pero todo transcurría tan lejos del área de Beto que era imposible pensar en una nueva remontada. Los cambios no generaron tampoco inercias positivas en el equipo txuri urdin. Vela fue el primero, sustituyendo a un Agirretxe peleón pero sin balón, y salvo jugarse un par de acciones individuales que Beto vio de lejos no tuvo mayor incidencia. Finnbogason, que sustituyó a Canales, se marchó del campo casi sin tocar el balón. Y el tercer cambio fue una muestra de que la convocatoria no estaba bien planteada. Si éste era el once que quería poner Arrasate, si su intención era recuperar el 4-2-3-1, Hervías u Oyarzun tenían sitio en esta lista, y más siendo un partido entre semana que no alteraba el funcionamiento del Sanse. Colocar a Yuri de extremo por Chory Castro recuerda al empecinamiento de Montanier en poner a José Ángel en esa misma posición. El resultado fue igualmente catastrófico y perjudicial para un futbolista que ha de ganarse la confianza del técnico fuera de su puesto.

Los minutos finales del partido fueron un arrerón constante del Sevilla, que pudo ampliar la ventaja en varias ocasiones, después de que Dennis Suárez protagonizara varias acciones de mérito. La principal, un taconazo que dejó solo a Aleix Vidal para que Zubikarai impidiera nuevamente que subiera el 2-0 al marcador. Mikel González también tuvo que salir a tapar un disparo de Banega, que culminó una acción personal de contragolpe sin atender a varios compañeros desmarcados. La resistencia de la Real era mínima. Balones largos buscando a Finnbogason y Vela, acciones individuales de un Granero que nunca terminó de encontrar su sitio. Poco más. Esos minutos finales hicieron aún más patente la frustración que genera la ausencia de patrones con los que combatir a un equipo bien posicionado. La Real no cambió el guión, no supo cómo hacerlo, no encontró soluciones ni en juego ni a balón parado. Su salida de balón sólo pareció aseada cuando Gaztañaga contactaba con la pelota. Y el centro del campo que formaban por delante de él Granero, Canales y Xabi Prieto pasó por el Sánchez Pizjuán con más pena que gloria.

La Real encadena ya tres jornadas sin ganar y dos derrotas consecutivas, pero sobre todo deja la sensación de ser un equipo que quiere y no puede. Y hay un elemento que hace que todavía sea más preocupante el futuro a corto plazo: los cambios que introdujo hoy Arrasate, precisamente para compensar algunos de los elementos más criticados, fueron lo mejor. Mikel y Gaztañaga se ganaron una mayor confianza, mejoraron el rendimiento de Elustondo y Markel en las cuatro jornadas anteriores, y aún con esas mejoras el equipo no carbura. En Sevilla faltó no ya el acierto que no se tuvo en Eibar o Vigo, sino incluso un mínimo porcentaje de las ocasiones de que se disfrutaron ante el Almería. Dentro de los muchos y muy lícitos debates que hay en torno a la Real, también es momento de que los pesos pesados del equipo cojan las riendas de su destino y ofrezcan algo más. Arrasate es un estupendo pararrayos para todo el equipo, para Iñigo Martínez, De la Bella, Canales, Xabi Prieto, Vela o Agirretxe, pero en todos los partidos la Real ha estado demasiado cerca de puntuar como para pensar que no hay solución. Que la encuentren ya, porque si no la situación se volverá asfixiante.

martes, septiembre 23, 2014

PREVIA Sevilla - Real Sociedad. Mal rival para tanta necesidad

Canales, en el partido de la pasada temporada.
La derrota contra el Almería en el primero de los tres partidos de esta semana, en el que a priori era el más asequible, hace que la Real llegue necesitada ante un mal rival para exhibir urgencias, el Sevilla (miércoles, 22.00 horas, Sánchez Pizjuán, Canal + Liga, Gol TV). La victoria ante el Real Madrid impidió que se diera antes del parón el peor de los escenarios posibles con el calendario del conjunto txuri urdin, pero esta última derrota ha compensado los efectos de aquel triunfo. Por eso, esta semana no puede acabar de vacío, porque de lo contrario habrá más que ruido mediático o en las redes sociales en torno al equipo. La de Sevilla es ya una de las plazas más complicadas de la Liga, no hay que olvidar que su buen arranque de temporada es prolongación de la espléndida segunda vuelta que realizó en la anterior, y la Real tendrá que gestionar esa condición del rival para sacar allí lo mejor de sí misma. Un partido complicado en un muy mal momento es lo que los de Jagoba Arrasate tendrán que convertir en un buen encuentro para sumar, cambiar tendencia y convencer.

Y hay sorpresas en la lista de Arrasate para afrontar este importante encuentro. La primera la anunció él mismo en la rueda de prensa anterior a este encuentro, al encontrarse Pardo convaleciente de una gastroenteritis. La segunda es también sorprendente aunque por motivos técnicos, y es que se queda fuera del grupo Carlos Martínez. Lo trascendente de esta decisión del técnico txuri urdin viene por el hecho de que Zaldua acabó tocado el partido contra el Almería, de hecho fue sustituido por esas molestias en el tobillo, y con la ausencia de Carlos Martínez se queda sin recambio en la lista de 18. Los dos jugadores que entran en la convocatoria en lugar de los dos ausentes mencionados son Ansotegi y Yuri. Como ya sucedió en la pasada jornada, Rulli y Zurutuza son las bajas por lesión, aunque el centrocampista en principio no tendrá problema para volver al grupo de cara al próximo fin de semana. El otro descarte es el que será más que habitual a lo largo de la temporada, Dani Estrada.

Arrasate adelantó dos o tres cambios pero no una revolución. Y en respuesta a las críticas por su actuación ante el Almería, el técnico confirmó que bajo palos estará Zubikarai, con lo que Bardají tendrá que seguir esperando su debut en el banquillo. Las alabanzas de Arrasate a Mikel y a Ansotegi y los problemas en la estrategia hacen que la defensa esté más en el aire que nunca. En principio, lo normal sería que no hubiera cambios y jugaran Zaldua, Elustondo, Iñigo Martínez y De la Bella, pero todo parece posible. Incluso las sorpresas en el centro del campo, con la entrada de Gaztañaga e incluso con un sistema de juego más defensivo con éste acompañando a Markel. Ante las bajas, Granero parece seguro en el centro del campo. Si el  técnico elige uno de los dos pivotes defensivos canteranos, Xabi Prieto y Canales repetirían en el centro del campo. Y descartado Finnbogason por el propio Arrasate para ser titular, parece que Vela, Agirretxe y Chory Castro se jugarán las dos posiciones de ataque.

Al no vencer al Almería, partido señalado para dar el salto a la zona noble, la Real ha caído a la segunda mitad de la clasificación. Con sus cuatro puntos, el equipo txuri urdin ocupa la duodécima posición, dos puntos por encima del descenso y a tres de la zona europea. Su rival, el Sevilla, ocupa la segunda posición, siendo el único conjunto que de momento parece seguir con claridad el intratable ritmo del Barcelona. El equipo hispalense tiene ya diez puntos y un colchón de cuatro sobre el séptimo clasificado, que ahora mismo es el Real Madrid. La Real es un equipo de contrastes: sólo cinco equipos superan sus siete goles anotados (los tres primeros entre ellos, y todos del octavo al primer puesto), pero al mismo tiempo sólo siete han encajado más goles que la Real (todos por debajo en la clasificación a excepción del Real Madrid, goleado precisamente en Anoeta). Como local, el Sevilla suma un empate, a uno ante el Valencia, y una victoria, 3-1 ante el Espanyol. Lejos de Anoeta, la Real no ha ganado y sólo ha sumado un punto, ante el Celta, ya que en la primera jornada perdió ante el Eibar.

La historia recuerda con fuerza que el Sevilla no es el mejor rival que puede visitar la Real. De los 55 encuentros jugados, todos ellos en Primera División, el equipo txuri urdin sólo ha conseguido doce victorias y once empates, con 32 derrotas. De las últimas ocho visitas, desde la victoria de la temporada 2002-2003, sólo una ha terminado con triunfo realista, el 1-2 de la 2012-2013, con goles de Rakitic en propia puerta y Agirretxe. La mayor goleada que ha encajado la Real en Sevilla fue la de su primera visita, 7-2 en la temporada 1934-1935, aunque también perdió en dos ocasiones más por la misma diferencia de goles, 5-0, en las campañas 1947-1948 y 1953-1954. El triunfo realista más holgado, 0-3, se dio en dos ocasiones. Satrústegui en dos ocasiones y Gaztelu lo hicieron posible en la temporada 1976-1977 y Orbegozo, Uralde y López Ufarte en la 1983-1984. No obstante, la Real marcó un gol más en el 3-4 que Epi, Bravo dos veces y Caeiro materializaron en la Liga 1949-1950. El Pizjuán siempre será el escenario de la única derrota de la temporada 1979-1980, 2-1, que costó el que habría sido el primer título de Liga para la Real.

La pasada campaña, la 2013-2014, la Real se llevó un serio batacazo en el Sánchez Pizjuán, aunque sólo cayó por 1-0. Arrasate quiso repetir el esquema que le dio el brillante triunfo unos días antes frente al Barcelona, pero Emery imaginó un partido diferente y le salió mejor la jugada. Hubo más ocasiones que juego porque ambos equipos mostraron talento arriba y severos problemas en el centro del campo. El gol no llegó hasta el tramo final, hasta el minuto 77, cuando Gameiro culminó una buena contra del Sevilla, aprovechando una mala entrega de Vela. La Real buscó el empate a la desesperada, pero en esos minutos finales fue cuando más lejos estuvo de la portería de Beto. Aquel partido fue clave y probablemente el arranque del desplome realista en la clasificación del último tramo de la Liga. Porque la Real fue a Sevilla luchando por la cuarta plaza y salió con el average perdido con el equipo que, aunque entonces estaba por detrás, finalmente ocupó la quinta posición.

lunes, septiembre 22, 2014

La Real, sin suerte con los árbitros

Fuera de juego en el 0-1 del Almería.
Ríos de tinta han corrido ya en lo que llevamos de temporada sobre el sistema y las decisiones de Jagoba Arrasate, sobre la reconversión a central de Elustondo o sobre la titularidad de Zubikarai en la portería. Ríos de tinta más que justificados, y otros muchos que tendrían que correr sobre temas como el estado de forma de Iñigo Martínez, la verdadera influencia de Markel Bergara en el juego de la Real o algunos otros que forman parte de la actualidad txuri urdin. Pero hay un tema del que apenas se ha hablado y que, sin interpretarse (porque ni se puede ni se debe) como una excusa ante todo lo anterior, también está contribuyendo a la actual situación clasificatoria de la Real. Y es que la actuación arbitral ha tenido un papel más que relevante y en contra de los intereses realistas en todos los partidos que llevamos en esta temporada, también en la Europa League, en los que el equipo txuri urdin no ha ganado.

Empezando por lo más reciente, el primer gol del Almería este pasado domingo debió anularse por fuera de juego. Cuando Dubarbier lanza su centro al área, hay hasta tres jugadores del Almería en fuera de juego. Dos de ellos no tienen ninguna incidencia en la jugada, pero el tercero es el que provoca la deficiente salida de Zubikarai y es el que lleva a De la Bella a seguir la marca hasta el interior del área. Mayor influencia no se puede tener en una jugada como para que ese fuera de juego no se señale. La incidencia en el partido fue enorme. Hasta que la Real encajó ese 0-1, había disputado una primera media hora notable, generando bastantes ocasiones de gol y sin sufrir más que una ocasión del Almería. El asistente de Estrada Fernández debió levantar la bandera en esa jugada y evitar que el partido cambiara ahí y de esa forma. El árbitro tampoco quiso sancionar las evidentes pérdidas de tiempo del Almería, ni disciplinariamente ni en el tiempo de añadido.

La mano de Larrivey, imposible de ver desde esa posición.
Una semana atrás, la Real remontó un 2-0 del Celta en Balaídos para sumar un punto. El segundo gol de los locales, que además llegó nada más comenzar la segunda mitad, lo introdujo Larrivey en la portería de Zubikarai con la ayuda del brazo. Sólo Elustondo, precisamente el jugador que comete el error al dejar que el balón llegue al jugador del Celta, protesta levemente la acción. Esta jugada es bastante más compleja de pitar. Para el asistente es literalmente imposible, porque el propio cuerpo de Larrivey tapa el golpeo del balón. Para el árbitro, Estrada Fernández, se complica hasta lo heroico verlo por no seguir la diagonal hasta el pico del área que habría necesitado para tener la perspectiva suficiente para dilucidar con claridad con qué parte del cuerpo realizó el último golpeo. El colegiado también decidió hacer caso omiso de la protestada desaparición de los recogepelotas y añadió unos tres minutos tran protocolarios como cobardes.

El penalti a Canales en Eibar, visible para el colegiado.
Ya en la primera jornada de Liga, una decisión arbitral podría haber evitado la primera derrota de la Real en la competición de la regularidad. En el tramo final del encuentro, Canales entró en el área local y fue claramente derribado, arrollado por el defensa armero, empujando con el brazo y el cuerpo y golpenado en las piernas del realista, sin que señalara nada Álvarez Izquierdo. En esta ocasión, el angulo del colegiado para ver la jugada era perfecto y no había nada que le tapara. Vio la jugada y decidió no pitar nada. Aunque obviamente no puede tomarse tal cual porque una decisión cambia un partido de forma más profunda, aplicando la lógica directa en los resultados, sin estos errores arbitrales la Real tendría que tener ahora mismo cuatro puntos más en la clasificación hasta sumar ocho, que son los que ahora mismo tienen Atlético de Madrid y Granada, tercer y cuarto clasificados de la Liga.

De la Bella no cometió penalti ante el Krasnodar.
En la Europa League tampoco ha tenido suerte la Real con las decisiones arbitrales y la consecuencia es todavía más irremediable, pues el equipo txuri urdin ya se ha despedido de la competición. De cuatro partidos jugados en ella, sólo una derrota, el 3-0 ante el Krasnodar. Y ahí fue donde se produjo el error arbitral clave. Fue en el minuto 69, con 0-0 del partido de vuelta, con ventaja para la Real en la eliminatoria por el 1-0 de Anoeta. Laborde se internó en el área y aprovechó la cercanía de De la Bella para dejarse caer sin que hubiera infracción alguna. La caída comienza a producirse incluso antes de que el lateral realista llegue a meter el pie, lo que motivó las protestas, esta vez sí, de todo el equipo txuri urdin. No sirvió de nada. Marciniak señaló el punto de penalti sin consultar siquiera a su asistente, al que señalaban de forma insistente los realistas y Joaozinho convirtió la pena máxima abriendo el camino a la eliminación de la Real.

domingo, septiembre 21, 2014

REAL SOCIEDAD 1 - ALMERÍA 2 Hoy salió cruz

La jugada del primer gol del Almería.
Cuando se vive en una montaña rusa, hay altos y bajos. Cuando se lanza una moneda, a veces sale cara y a veces cruz. Y hoy salió cruz, lo que propició la primera victoria del Almería en San Sebastián. A esta derrota se le pueden encontrar muchas explicaciones. La primera es que la Real desaprovechó sus mejores minutos de fútbol, porque debió llegar al descanso con un marcador no sólo favorable sino incluso holgado, pero se marchó al vestuario perdiendo cuando el Almería no hizo nada para adelantarse. El gol que supuso el 0-1, de hecho, llegó en un fallo realista, en una mala salida de Zubikarai que rebotó en De la Bella y en una jugada que debió ser anulada por fuera de juego. En la segunda parte, la salida de la Real fue muy mala y eso es lo que propició que el equipo visitante duplicara su ventaja. La mala suerte se cebó con la Real, que estrelló varios balones en la madera. Y la reacción en esta oportunidad con un 0-2 adverso no llegó hasta lo necesario para empatar, sólo con un gol de Chory Castro que dio emoción al final.

Como estaba previsto, Arrasate mantuvo su defensa ideal y las decisiones en las zonas más adelantadas las saldó dejando en el banquillo a Pardo para las zonas del centro del campo y a Chory Castro y Finnbogason para el ataque. O lo que es lo mismo, jugaron Granero, Canales, Xabi Prieto, Vela y Agirretxe. Y un día más, aunque sólo en la primera mitad, la movilidad de la Real en ataque dio sentido a las intenciones del técnico realista de centrarnos menos en los números que forman un dibujo que en la forma de jugar del equipo. Por momentos un 4-2-3-1, por momentos un 4-4-2, lo que la Real mostró en ataque fue una permanente movilidad de sus jugadores, con constantes apoyos de sus dos centrocampistas más adelantados y de sus laterales. Eso tiene sus riesgos, pero también es verdad que, a pesar de una cierta sensación de inquietud en algunas jugadas, el Almería no dispuso más que de una ocasión de gol en los primeros 45 minutos. En esa primera mitad, la Real fue muy superior pero el marcador no le sonrió.

Esa superioridad txuri urdin comenzó a plasmarse casi desde que el balón echó a rodar, y ya desde el primer minuto quedó claro que la Real iba a sufrir en sus ataques por dos razones fundamentales: los palos y el balón parado. Un Vela enchufadísimo en el arranque del encuentro estrelló un balón en el larguero en el minuto 5, un precioso disparo con la zurda desde el pico derecho del área. La conexión entre el mexicano, Prieto y Canales en esos primeros minutos era un constante quebradero de cabeza para la defensa del Almería, y dio para que los córners se convirtieran en el mayor problema de la Real. Los de Arrasate llegaron a forzar tres consecutivos en esos primeros minutos y superaron la docena a lo largo del partido, pero no supo generar peligro nunca. Cambió los lanzadores, Granero y Canales al principio, Chory en la segunda parte cuando entró, pero no hubo manera de que el equipo andaluz sufriera en esas jugadas. Pero sí lo hacía ante las embestidas realistas con el cuero en movimiento.

Agirretxe también se estrelló en el palo en una jugada en la que apenas tenía ángulo para rematar. El nueve realista estuvo muy activo e intentó muchas veces generar peligro, pero no tuvo suerte. La ocasión más clara estuvo a punto de convertirse en uno de los mejores goles de la historia de Anoeta, cuando él solo se enfrentó a tres defensores, los dejó sentados y conectó un buen disparo al que Rubén respondió con una espléndida parada. Y fue doble esa intervención, porque en el rechace también respondió con mucho acierto al disparo de De la Bella. El partido era ya de victoria clara de la Real, a pesar de que una pérdida de balón absurda en el centro del campo permitió a Zongo protagonizar la primera ocasión del Almería, con un disparo que se marchó al lateral de la red. El muy buen inicio de la Real se tomó un respiro pasados los veinte minutos y a la media hora llegó el mazazo. Un balón centrado desde la izquierda encontró una mala salida de Zubikarai, cuyo blando despeje de puños se estrelló en la cara de De la Bella y acabó en el fondo de la portería.

Esa jugada, por cierto, debió ser anulada por fuera de juego, pero Estrada Fernández no indicó nada y dio validez al gol. El colegiado, además, se convirtió en cómplice de la táctica del Almería, que pasaba por perder tiempo desde el primer minuto. Fue tan evidente esa actitud que Anoeta silbó en muchas ocasiones a Rubén por este motivo, pero Estrada Fernández no sólo no llegó a amonestar al guardameta del Almería sino que descontó apenas un segundo en la primera mitad, donde esa pérdidas de tiempo fueron palpables. El gol dejó a la Real en cierta situación de shock, pero antes del descanso tuvo una nueva y clarísima ocasión de gol en los pies de Vela. El mexicano, tras ganarse muy bien la posición con el cuerpo, en una maniobra que domina a la perfección, enganchó un zapatazo con la pierna izquierda que se fue sorprendentemente al lateral de la red. La Real se fue al descanso perdiendo pero lo que en realidad merecía era una victoria incluso por más de un gol. Cosas del fútbol.

Donde si hay una clara responsabilidad de los realistas en el resultado final es en la segunda mitad. Su salida tras el descanso fue bastante mala, sin tensión, con enormes fallos tácticos de colocación y fallos en los pases que en la primera mitad no se produjeron. Y para colmo de males, el gol llegó cuando el Almería aprovechó el inmenso talón de aquiles que tiene este equipo en la presente temporada: a balón parado, al saque de un córner. Ante una muy tardía reacción de Iñigo Martínez, mal partido el suyo, y libre de una marca anterior, Dos Santos se elevó con facilidad y puso su cabezazo en la escuadra a la derecha de Zubikarai, haciendo inútil su estirada. Ese 0-2 sí se estaba viendo venir, y de hecho Hemed se había topado con el larguero en la primera jugada del Almería en la segunda mitad. Aunque entre medias Granero tuvo una opción de disparo que se le fue arriba, eso fue un espejismo dentro de una segunda mitad muy decepcionante. Y es que la Real volvió a demostrar la irregularidad que tanto le está pesando.

Por tercera jornada consecutiva, el equipo txuri urdin se colocaba dos goles por debajo. Contra el Real Madrid se logró la remontada completa, contra el Celta llegó hasta el empate y hoy tocó perder. Arrasate intentó reactivar al equipo de la misma forma que lo hizo en Vigo, colocando al Chory Castro sobre el campo en un lugar de un Canales que fue de más a menos y que ya había desaparecido del partido. La entrada del uruguayo no tuvo el mismo efecto que en Balaídos y la Real pasó unos minutos de mucho sufrimiento. Si en la primera mitad cada llegada de los realistas al área de Rubén tenía aroma de peligro, en la segunda era totalmente al revés. La Real no sabía cómo detener al Almería porque su centro del campo naufragó, con un Markel bastante intrascendente, como siempre en ataque pero hoy también en defensa, y ya ninguna ayuda de Granero en las tareas defensivas. Tras sufrir alguna molestia durante la semana y ya con tarjeta amarilla, Markel, de hecho, fue el segundo cambio del partido y Pardo fue su recambio.

El juego de la Real tampoco mejoró con ese cambio y el sufrimiento continuó, hasta el pronto de que Zubikarai mantuvo al equipo dentro del partido con dos paradas de mucho mérito, ambas a disparos de Hemed. El partido demostró que con la marcha de Bravo, la Real ha perdido seguridad área pero la agilidad de su ahora guardameta titular está ahí. Lo malo es que hoy eso costó al menos un punto. Para entonces, Arrasate ya había agotado sus balas y tuvo que hacerlo por lesión. Zaldua tuvo que dejar el partido por molestias en el tobillo y entró Carlos Martínez. La opción de Finnbogason tuvo que quedarse en el banquillo. La llama de la esperanza se encendió con la expulsión de Dubarbier, que vio dos tarjetas amarillas justas y se marchó del partido. El Almería supo gestionar sus faltas, logrando que muchas no fueran sancionadas, acumulando pérdidas de tiempo y haciendo que incluso el banquillo parara el partido a conveniencia. Desde allí, Soriano vio la amarilla y Francisco, técnico almeriense, directamente la roja.

En realidad, que el Almería estuviera con diez no se notó demasiado y sus ideas en ataque siempre estuvieron más claros que los de la Real. Quedaban solo seis minutos cuando Chory Castro volvió a dar razones para considerarle como algo más que un revulsivo. El uruguayo bajó muy bien el balón dentro del área, se giró y marcó con mucha categoría. Sumando el tiempo de añadido, unos nada escandalosos cuatro minutos, a la Real le quedaban diez minutos para gestar la tercera remontada consecutiva y el equipo txuri urdin tuvo dos ocasiones muy claras para lograr el empate. La primera fue una falta en la frontal, forzada por Vela, que Pardo colocó por debajo de la barrera y se estrelló contra el poste, con Rubén ya batido. Se prolonga así esa ya inverosímil maldición realista en los lanzamientos de libre directo desde que Bravo hiciera aquel gol en la primavera de 2010 ante el Nastic. Ya en el descuento, Carlos Martínez apenas pudo peinar la pelota en una falta colgada sobre el área y la terrible salida de Rubén no tuvo consecuencias.

La Real perdió su segundo partido de la temporada, el primero en Anoeta, por culpa de la irregularidad que Arrasate todavía no ha sido capaz de atajar. El equipo entró muy bien al partido, acusó de forma excesiva el injusto mazazo de verse por debajo en el marcador y dio al Almería la posibilidad de aumentar su renta con demasiada facilidad. Y sí, tuvo el espíritu de acabar el partido en el área rival, algo también facilitado por su superioridad numérica de los últimos minutos, pero es evidente que no siempre se puede remontar un 0-2. Dos de tres no es mala estadística pero la derrota tenía que llegar. Obviamente, el problema está atrás, porque la Real ha encajado ya siete goles en cuatro partidos. Frenar esa sangría de goles es esencial para que los muchos argumentos ofensivos del equipo, aunque apenas se prolonguen media hora, basten para ganar muchos partidos. La derrota, inesperada, confirma lo poco que disfruta la Real en las semanas de tres partidos, pero obliga ahora a sumar, y hacerlo bien, ante dos rivales directos.

sábado, septiembre 20, 2014

PREVIA Real Sociedad - Almería. Arranca una semana muy importante a medio plazo

José Ángel hizo así el 3-0 final del partido de la pasada Liga.
La Real arranca con su partido ante el Almería (domingo, 12.00 horas, Canal + Liga, Gol TV) una semana muy importante. Tras un arranque liguero en el que el equipo ha mostrado lo mejor y lo peor, los tres partidos de los próximos siete días ayudarán a determinar qué objetivos se puede marcar el conjunto txuri urdin de aquí a final de 2014. Convertir Anoeta en el fortín siempre soñado, algo que de momento se ha hecho con la gran victoria ante el Real Madrid y que se viene haciendo en los últimos años, y alcanzar una regularidad que es la gran asignatura pendiente, serán las claves para sumar de tres en tres y entrar por méritos propios en la zona noble de la clasificación. El Almería es, a priori, el rival más asequible de los tres que tendrán esta semana los realistas, ya que Sevilla y Valencia parten como claros rivales en la lucha por Europa, pero el partido no tiene por qué resultar fácil. Ninguno lo ha sido esta temporada para la Real, ni en las previas europeas ni en lo poco que llevamos de Liga y ni la historia ni el nombre juegan entre el minuto 1 y el 90.

Las dos únicas bajas que tiene Jagoba Arrasate para este partido eran ya conocidas, Rulli y Zurutuza, y la buena noticia que adelantó el técnico txuri urdin es que el centrocampista estará de vuelta para la próxima semana. De esta forma, de la lista de 18 elegidos tenían que caerse tres jugadores más. Uno será casi siempre fijo, Dani Estrada, y los otros dos en esta ocasión han sido Ansotegi, que ya se quedó fuera en el desplazamiento a Vigo, y Yuri, que deja sitio a la única novedad para este encuentro, el regreso de Finnbogason tras caer lesionado en el partido de vuelta de la Europa League ante el Aberdeen. Este será por tanto el primer partido en el que Arrasate pueda contar con todos sus delanteros. Chory Castro, Agirretxe, Vela y el mencionado Finnbogason están en condiciones de ser titulares, y aunque islandés y mexicano están llamados a jugar un papel más importante sus otros dos compañeros fueron los artífices de la remontada en Vigo, con lo que entrar el once se pone mucho más caro.

Las dudas en el equipo titular parecen afectar únicamente a la zona ofensiva, porque atrás todo parece definido y sólo una posible rotación de efectivos ante una semana de tres partidos trastocaría la defensa ideal de Arrasate. Así, jugarían Zubikarai bajo palos con Bardají en el banquillo, Zaldua y De la Bella en las bandas y Elustondo e Iñigo Martínez por el centro. No es descartable, en todo caso, que entren Carlos Martínez o Mikel González. Dado que Markel ha tenido molestias, no sería descabellado que la gran novedad fuera ver a Gatzañaga por primera vez esta temporada como titular. Da la impresión de que saldrán tres elegidos de entre Pardo, Granero, Xabi Prieto y Canales, y otros dos más de entre Chory, Agirretxe, Vela y Finnbogason. En el primero es más complicado aventurar una hipótesis, mientras que en el segundo lo normal sería que jugaran el mexicano y el islandés, que debutaría así en la Liga y que busca marcar su primer gol oficial con la Real, algo que no consiguió en sus primeros partidos, en la eliminatoria europea ante el Aberdeen.

El realista es uno de los tres equipos que ha comenzado la Liga cubriendo todos los resultados posibles, la victoria, el empate y la derrota, respectivamente ante Real Madrid, Celta y Eibar. Sus cuatro puntos le han llevado a la séptimo posición, por detrás de los seis equipos que aún no han perdido ninguno de sus encuentros, sólo un punto por debajo del último que ahora ocupa plaza europea, el Granada, y a tres de la cuarta plaza, la que da acceso a la Champions League. Su rival, el Almería, no ha empezado bien la temporada y es uno de los cinco conjuntos que aún no conocen el triunfo. Ocupa la decimoséptima posición, justo por encima de los tres que descenderían, con dos puntos, gracias a sus empates en casa ante dos rivales a priori directos, Espanyol y Córdoba. Su único partido como visitante se saldó con una derrota por 1-0 ante el Getafe. La Real, en cambio, cuenta sus apariciones en Anoeta por victorias en esta temporada. En la Europa League venció por 3-0 al Aberdeen y por 1-0 al Krasnodar y en Liga, como se ha dicho, superó al Real Madrid por 4-2.

Si por estadística fuera, el partido no habría ni que jugarlo. Cuatro veces ha visitado San Sebastián el Almería y las cuatro, todas ellas en Primera División, acabaron con victoria de la Real. El equipo andaluz, además, sólo ha sido capaz de marcar un gol en esos cuatro duelos. Hay que remontarse a la temporada 1979-1980 para encontrar el primer choque entre ambos equipos, que se saldó con un 1-0 gracias al gol de Satrústegui. La temporada siguiente, el equipo de Alberto Ormaetxea venció por 3-1, haciendo los tantos realistas Satrústegui en dos ocasiones y Zamora. Hubo que esperar tres décadas para la siguiente visita del Almería, en la temporada 2010-2011, la que supuso el regreso de la Real a Primera, y el resultado entonces fue de 2-0, siendo Tamudo y Ansotegi los goleadores. Y el último encuentro entre ambos equipos fue el de la temporada pasada, que es la mayor goleada realista al equipo andaluz de esta breve historia, puesto que el marcador fue de 3-0.

La Real llegó a ese encuentro de la 2013-2014 lamiéndose las heridas de su tercera derrota consecutiva en la Champions, la de Old Trafford con miles de realistas en la grada, y el Almería lo hizo como colista de Primera. La diferencia entre uno y otro equipo se notó y la Real venció con relativa facilidad, en un partido en el que no hubo rival y en el que los de Arrasate sestearon durante bastantes minutos. A eso ayudó que el primer gol llegara pronto, en el minuto 12, al rematar Griezmann en el segundo palo la peinada de Xabi Prieto a un saque de banda. El Almería parecía albergar ya pocas esperanzas de puntuar y todas se desvanecieron en los cinco minutos que transcurrieron entre el segundo y el tercer gol, en los primeros compases de la segunda mitad. Era el minuto 49 cuando Griezmann, de nuevo de cabeza, hizo el segundo, culminando un buen pase de José Ángel. Y fue en el 55 cuando la Real logró el 3-0 definitivo, convertido por el propio lateral, después de un buen regate y un mejor zurdazo. El Almería gozó a partir de entonces de algunas ocasiones, más por la desidia de la Real que por su buen hacer, pero Bravo mantuvo su portería a cero.

miércoles, septiembre 17, 2014

Los finales fatales para la Real son un falso mito

Ifrán hizo en el descuento el 3-2 al Málaga en la 2011-2012.
Que la Real pierda partidos y puntos en los minutos finales, incluso en el tiempo de añadido, es uno de los mitos más extendidos, pero los datos desmienten esa afirmación con rotundidad. Es más, la conclusión que ofrecen los resultados es que desde que la Real ascendió a Primera División en el verano de 2010 ha sumado mucho más que lo que ha perdido a partir del minuto 85 de los encuentros. Con el punto conseguido en Vigo con el autogol del Celta en el descuento, la Real ha sumado siete puntos más allá del minuto 90 y ha perdido sólo cuatro. Pero si la estadística se amplía hasta ese minuto 85, resulta que el conjunto txuri urdin ha cedido ocho puntos pero ha conseguido nada menos que once. Los finales de los partidos, por tanto, no son tan fatales para la Real como parece que cree una parte de su hinchada.

Comenzando por los minutos de añadido, la Real ha marcado al menos un gol más allá del 90 en todas las temporadas desde su vuelta a la élite. En la 2010-2011 no tuvieron incidencia en su puntuación (marcó así en su victoria 1-3 en El Molinón y en su derrota 1-3 ante el Hércules), pero en la 2011-2012 esos goles valieron tres puntos, los dos logrados con el cañonazo de Iñigo Martínez en el Benito Villamarín y el empate en el Calderón con el tanto de Vela. En la temporada de la Champions, la Real redondeó el 2-5 en Mestalla gracias a Vela y sumó un empate ante el Real Madrid en Anoeta con el gol de Xabi Prieto que supuso el 3-3. La pasada temporada, Pardo redondeó la victoria en el derbi ante el Athletic por 2-0 y Vela hizo el inútil gol en el 1-2 ante el Villarreral de la última jornada, pero el gol del mexicano ante el Espanyol sí supuso la victoria por 2-1. Con el punto de Balaídos del pasado sábado, la Real suma cinco puntos más allá del 90.

Ahondando en el poder del mito, lo cierto es que la Real sólo ha encajado dos goles en el tiempo de añadido desde que regresó a Primera División. Lo malo de esa estadística es que ambos goles le costaron puntos y, curiosamente, los dos los consiguió el mismo equipo, el Granada. El conjunto andaluz consiguió empatar en Anoeta, a dos en la temporada 2012-2013 y a uno en la 2013-2014, marcando un gol en esos instantes finales, después de que el cuarto árbitro levantara el cartelón para mostrar el añadido. De esta forma llegaron sendos empates y cuatro puntos volaron en el último suspiro. Pero en las dos primeras campañas en Primera el arco de la Real se mantuvo imbatido en el descuento, como lo está de momento en la presente.

Extendiendo el análisis a los cinco minutos finales de los partidos, el número de goles se dispara en ambas porterías. Y aunque ahí el balance sí es negativo para la Real, se da la circunstancia de que eso no se refleja en absoluto en los puntos logrados a partir del minuto 85. En esos cinco minutos finales, la Real ha conseguido 18 goles en estas algo más de cuatro temporadas, mientras que ha encajado 25. Pero a pesar de tanta efectividad de los rivales, los puntos cedidos son sólo ocho. La peor temporada en este sentido fue la primera, la 2010-2011, cuando se escaparon dos puntos en el 2-2 ante el Almería y uno en las derrotas 1-2 ante el Valencia y 2-1 ante el Zaragoza. También se esfumó el punto que se tenía con el 3-2 ante el Levante en la 2011-2012 y en el 0-1 del Atlético de Madrid en Anoeta en la 2012-2013. La pasada temporada, las victorias del Rayo por 1-0 y el Almería por 4-3 llegaron también a partir del 85 y antes del 90.

Pero la estadística a favor es más favorable. La Real 2010-2011 sumó dos puntos en el tramo final con el gol de Aranburu, el 2-1, ante el Zaragoza. Esa renta de puntos se duplicó en la siguiente campaña, y es que en la 2011-2012 se sumaron los tres en juego ante el Málaga en Anoeta, un partido que en el minuto 85 iba 1-2 y que finalmente acabó 3-2 con los postreros goles de Vela e Ifrán, y se añadió un punto más con el tanto del tanto del mexicano al Villarreal, también en Anoeta, en las jornadas finales del campeonato. En la campaña de la Champions, la 2012-2013, se sumaron tres puntos entre el 85 y el 90, con el gol de Carlos Martínez ante el Getafe en Anoeta para firmar un 1-1 y con el gol de Agirretxe para derrotar por 3-2 al Barcelona. La pasada campaña se lograron dos puntos más, con el gol en propia puerta de Stuani en el 1-2 ante el Espanyol.

Por entrenadores, Martín Lasarte sumó dos puntos entre el 85 y el 90 y perdió cuatro; Philippe Montanier, el más afortunado de los tres técnicos, logró cuatro en el descuento y perdió dos, y en los cinco minutos finales sumó siete y dejó escapar dos; y Jagoba Arrasate tiene también registros positivos, con tres sumados y dos perdidos en el añadido, y dos tanto a favor como en contra en el tramo final. De los siete puntos sumados más allá de los 90 minutos reglamentarios, tres se han conseguido en Anoeta y cuatro como visitante. En los once sumados entre el 85 y el 90, hay predominio local: nueve llegaron en Donostia y sólo dos lejos de allí. En cuanto a los goles de los rivales, encajar en el descuento sólo se ha producido en Anoeta, donde se produce pleno de goles y de puntos perdidos. A partir del 85, la Real ha perdido seis puntos jugando lejos de su estadio y apenas dos en Anoeta.

lunes, septiembre 15, 2014

Balaídos y otros estadios talismán para la Real

Celebrando el último empate en Balaídos.
A pesar de que es cierto que a la Real de Jagoba Arrasate le está costando sacar buenos resultados fuera de casa, tanto en la pasada temporada como por el momento en la actual, hay un dato que no se puede obviar: en diez de los 19 campos de Primera División, la última aparición del equipo txuri urdin no se ha saldado con derrota. Y en seis de ellos acumula dos o más temporadas consecutivas puntuando. Balaídos, tras el empate del pasado sábado, se ha confirmado como uno de esos pequeños oasis para la Real cuando actúa como visitante, ya que suma nada menos que siete encuentros sin caer derrotada ante el Celta, cuatro de ellos en Primera División y tres de ellos en Segunda. Eso sí, se da también la circunstancia de que seis de esos choques acabaron en empate: a cero en Primera en la temporada 2006-2007 y en Segunda en la 2008-2009; a uno en la 2007-2008 en la categoría de plata y en la élite en la 2012-2013; y a dos, ambos en Primera, en las dos últimas campañas. La única victoria se produjo 0-1, en Segunda, en la 2008-2009.

Ese escaso bagaje de nueve de 21 puntos posibles en Balaídos, a pesar de que la última victoria del equipo local date de la temporada 2005-2006 (1-0), hace que el estadio del Celta no se pueda considerar el destino más propicio de Primera para la Real como visitante. Sin ninguna duda, hay dos campos que superan con creces al recinto vigués en la consideración de talismán txuri urdin: La Rosaleda y Mestalla. El Málaga no ha logrado superar a la Real en los cinco últimos encuentros jugados en la ciudad andaluza, y en cuatro consiguió los tres puntos el equipo realista. La racha comenzó en Segunda, con el 0-2 de la 2007-2008, y se prolongó tras el ascenso a Primera con dos victorias por 1-2 (2010-2011 y 2012-2013), otra por 0-1 (2013-2014) y el empate a uno de la 2011-2012. Eso contabiliza un total de 13 de 15 puntos posibles. Ante el Valencia, la Real acumula nada menos que tres victorias consecutivas: 0-1 en la campaña 2011-2012, 2-5 en la 2012-2013 y 1-2 en la 2013-2014, con un pleno de nueve puntos de nueve en juego.

Cornellá-El Prat, el flamante estadio del Espanyol, lleva tres temporadas consecutivas viendo a la Real sacando algún punto, para un total de cinco de nueve posibles. En las temporadas 2011-2012 y 2012-2013 el resultado del Espanyol - Real Sociedad fue el mismo, 2-2, y la pasada campaña los de Arrasate consiguieron ganar allí por 1-2. Bilbao y Granada también llevan dos temporadas consecutivas sin ver una derrota de la Real. El caso los choques contra el Athletic es doblemente significativo por la rivalidad existente entre ambos equipos y porque la Real consiguió sacar puntos en el último derbi del viejo San Mamés, 1-3 en la 2012-2013, y también del primero en el nuevo estadio, 1-1 en la 2013-2014. En Granada los resultados se intercambiaron con respecto a los de Bilbao, con un empate a cero hace dos campañas y un triunfo por 1-3 en la pasada temporada. Los tres campos que completan esta estadística, lo que significa que la Real no conoció en ellos la derrota en última visita, son los del Elche (1-1), Levante (0-0) y Deportivo de la Coruña (0-1), siendo éste último el único que no vivió la última presencia de la Real en la 2013-2014, sino un año antes, con el 0-1 que certificó la clasificación realista para la Champions League.

domingo, septiembre 14, 2014

CELTA 2 - REAL SOCIEDAD 2 Una montaña rusa txuri urdin

Así hacía Agirretxe el 2-1, que abría la puerta a la esperanza.
Prepárense, amigos realistas, porque la temporada promete ser un carrusel de emociones fuertes. Los partidos de la Real se han convertido en montañas rusas en las que el equipo de Jagoba Arrasate por el momento está sabiendo sobrevivir, sobreponiéndose a su propia irregularidad y a los aciertos de sus rivales. Balaídos vivió la segunda remontada consecutiva de la Real. Tras levantarle al Real Madrid un 0-2 finalizado con un brillante 4-2, ante el Celta el marcador quedó en empate después de sufrir de nuevo una desventaja de dos goles. Alimentando todos los debates sobre el sistema, la forma de jugar y las predilecciones de nombres de Arrasate, los realistas entraron muy bien en el partido, desaparecieron escandalosamente tras anotar el Celta el 1-0 prácticamente su primera ocasión de gol, sufrieron lo indecible para no ser goleados en el baño que los locales le dieron durante muchos minutos y acabaron el partido convertidos en un vendaval ofensivo que bien acabar con otra remontada completa si el último cabezazo de Chory Castro llega a entrar. Quién iba a decir cuando Larrivey hizo el segundo para el Celta en el minuto 48 que se acabaría remontando de nuevo. La montaña rusa txuri urdin, desde luego.

Arrasate sorprendió con su alineación. Daba la impresión de que daría confianza al once que derrotó al Madrid, supliendo únicamente la ausencia obligada de Zurutuza, pero los cambios fueron profundos con tres nombres nuevos. Entraron Pardo, Canales y Vela, por el mencionado Zurutuza, Chory y Agirretxe. No deja de ser curioso que estos dos últimos fueran quienes revolucionaron el partido con su entrada en la segunda parte, pero llegaremos a eso. Visto en detalle, y al margen del porcentaje de acuerdo que cada cual pueda manifestar con él, el arranque del partido sirve para comprender las razones de Arrasate en su discurso. Es verdad que se presta mucha atención al dibujo cuando en realidad no tiene tanta. Por delante de la defensa, no existe un patrón fijo. Eso es lo que quiere implantar el técnico txuri urdin. Si en el saque inicial se atisbaba un 4-2-3-1, éste por momentos se transformaba en un 4-4-2, e incluso en el popular 4-3-3. Xabi Prieto aparecía por todas las posiciones de ataque, Canales se movía entre el centro y la izquierda y Vela, aún partiendo desde la punta, se dejaba caer a la derecha tantas veces como quería. El único jugador perdido en esta vorágine de movilidad sigue siendo Pardo, que no encuentra su sitio.

Aún así, el caos viene bien a esta Real. Le sucede desde la etapa de Montanier y el comienzo del partido vino a dar la razón a esa forma de entender el juego, pero con la salvedad de siempre: si la Real presiona esta propuesta es válida, pero si deja de hacerlo se convierte en una apuesta cercana al suicidio, con demasiados agujeros para deleite del rival. Por eso, con esa presión, el arranque txuri urdin fue interesante. La movilidad absoluta de sus cinco hombres de ataque, contando como tales también a Granero y Pardo, se convertía en un buen acoso al Celta muy cerca de su área. Es verdad que esos minutos evidenciaron que sigue costando generar muchas ocasiones claras de peligro cuando mejor está jugando el equipo, pero las sensaciones no eran malas en absoluto. Esa presión estuvo a punto de permitir que Vela interceptara una cesión que Sergio acabó despejando a un lado y, sobre todo, generó la ocasión más clara de la primera mitad, un sensacional pase de Granero a Xabi Prieto, cuyo toque a bocajarro lo despejó el portero del Celta. Un disparo lejano de Vela que no pareció irse por mucho y un cabezazo de Elustondo a la salida de un córner confirmaron la supremacía de la Real en las sensaciones aunque el dominio del balón fuera alterno.

Hasta ese momento, veinte minutos de partido, el Celta no había inquietado demasiado. Las sensaciones empezaron a cambiar cuando Nolito arrolló a Zubikarai en una jugada en la que faltó la amonestación para el jugador celtiña por parte del casero Hernández Hernández y que afortunadamente no tuvo consecuencia en forma de lesión para ninguno de los dos. A continuación, Alex López tuvo una primera ocasión para el Celta, pero con todo a placer desde el punto de penalti conectó deficientemente con el balón. Esa jugada fue el preludio del primer gol local. Una contra defendida muy livianamente por la Real en todo el campo hasta la marca de Granero a Orellana la convirtió éste en el tanto que inauguraba el marcador. Era el minuto 28 y a partir de ahí y hasta el descanso se descubrieron todas las costuras de la Real. Elustondo e Iñigo se vieron obligados a salir muchas veces de su zona para cometer un número excesivo de faltas, que tuvieron su reflejo en las cinco tarjetas amarillas que vio el equipo; Markel naufragaba tanto en la salida de balón como a la hora de cortar los ataques del Celta; Pardo no existía; Canales y Granero, que habían sido los mejores en los primeros veinte minutos, desaparecieron; y Vela quedó convertido en un islote inaccesible.

Aunque el gol fue en realidad su primer disparo entre los tres palos, lo extraño es que en esos minutos no llegara el segundo gol del Celta. De nuevo, no tanto por ocasiones claras sino por sensaciones. Cada jugada de los locales hacía temblar los cimientos de la defensa txuri urdin y las caras de los futbolistas de Arrasate lo decían todo: estaban siendo claramente superados. El 2-0, en todo caso, no llegó hasta el comienzo de la segunda mitad, antes de que se cumpliera el tercer minuto de juego, mostrando de nuevo las carencias de la Real. La jugada, otra vez, fue defendida en general de una forma excesivamente frágil, desde su gestación hasta el pase desde la banda derecha, para culminar con una cierta relajación de Elustondo, que casi dio la impresión de dejar el balón para un Zubikarai que jamás podría haberse adelantado a Larrivey. El remate del jugador local se estrelló primero en el palo, con la fortuna de que el rebote le fue al cuerpo y el balón, a medio camino entre el muslo y el brazo, acabó en el fondo de la portería. El partido se habría cerrado definitivamente casi a renglón seguido si el propio Larrivey hubiera conectado un mejor remate de cabeza aprovechando que estaba absolutamente libre de marca, pero dirigió el balón a las manos de Zubikarai.

Esta temporada, probablemente también obligado por el hecho de haber encajado ya cuatro goles en la primera mitad de los tres primeros partidos de Liga, Arrasate está moviendo el banquillo antes y con más decisión. En el minuto 59, el técnico realista cambió de nuevo el sistema, el dibujo y hasta la actitud, retirando del campo a un desaparecido Pardo y un Vela abandonado en la punta (curiosamente, tanto Montanier como Arrasate han insistido mucho en colocar ahí al mexicano cuando partido tras partido se demuestra que no es dónde más rendimiento se saca a sus condiciones) para colocar sobre el césped a Chory Castro y Agirretxe. Y ellos dos revolucionaron el partido. Granero y Canales, que parecían muertos, cobraron nueva vida. De la Bella y Zaldua, cuyas subidas parecían imposibles, se convirtieron en extremos. Y la Real encerró al Celta de una forma que probablemente nadie en Balaídos esperaba ya. El 2-1 llegó en el minuto 69. Un buen disparo de Chory Castro generó a Sergio las suficientes dificultades para no conseguir atraparlo y Agirretxe, en una jugada muy suya, estuvo atento al rechace para picar el balón por encima del guardameta local. Por sorprendente que pudiera parecer tras las brutal desconexión realista tras el 1-0, había partido, y más con el precedente de la remontada ante el Real Madrid.

A partir de ese momento todo lo que sucedió en el partido fueron ocasiones de la Real y situaciones de agobio para el Celta. El propio Agirretxe estuvo a punto de empatar de cabeza en el minuto 72, Chory probó fortuna en el 80 con el pie para que blocase Sergio y en el 82 repitió el uruguayo, esta vez de cabeza tras un pase de Iñigo Martínez, quien previamente había probado fortuna desde su propio campo, buscando la misma gloria de hace unas temporadas ante el Athletic y el Betis. En el 84 Granero estrelló el balón en el palo a la izquierda de Sergio con un buen disparo desde fuera del área. La presión realista forzaba córner tras córner, que el Celta despejaba a pelotazos. Gaztañaga, que había suplido a un Markel amonestado, conectó un soberbio disparo lejano que mereció coger portería. Hernández Hernández, que tuvo un claro tinte casero en casi todas sus decisiones y sin duda en las amonestaciones (una amarilla a los locales por cinco a los realistas, estadística que choca frontalmente con los datos de un equipo que lleva años entre los menos sancionados de la Liga), tenía tanta prisa por acabar el encuentro que puso apenas tres minutos de añadido.

Ese detalle merece ser destacado, ya que el banquillo realista había protestado enérgica y reiteradamente por la desaparición de los recogepelotas de Balaídos, una muestra más de que el fútbol español no merece el calificativo de profesional porque impera la ley de la selva. Sin embargo, se premió esa actitud antideportiva limitando el descuento al mínimo. Y quizá por ese detalle, el fútbol recompensó al único equipo que llegó al tramo final del partido con ganas de jugar. Una gran jugada de Chory, que rindió a un extraordinario nivel y se convirtió en el mejor, encontró a Granero, cuyo centro acabó rebotando en Jonny para que el balón se introdujera en la portería de Sergio. Era el minuto 92 y era inevitable pensar en ese momento en esos tres minutos de descuento. El Celta, que se había visto con el partido ganado, de repente sentía que hasta podía perderlo. Por eso llegó a realizar el saque de centro de forma deficiente hasta en dos ocasiones, intentando llegar al final como fuera. Aún así, la Real tuvo una ocasión final, en una jugada en tres actos que merecen todos ellos el calificativo de excepcional. Porque excepcional fue el centro de De la Bella desde la izquierda, excepcional fue el cabezazo de Chory abajo y junto al palo y excepcional fue la parada salvadora de Sergio, que sirvió para que el Celta retuviera un punto.

La Real se quedó a las puertas de otra remontada completa, pero al menos rescató un punto. Su irregularidad, que empieza ya a ser una seña de identidad del equipo (se vio en Aberdeen, ante el Madrid, en Balaídos e incluso ante el Eibar, donde hubo minutos donde el equipo pudo empatar), estuvo a punto de costarle más caro. Es evidente que siguen fallando muchas cosas, porque son ya demasiados los goles encajados por el equipo, sobre todo lejos de Anoeta (hasta ocho en los cuatro partidos que ha jugado como visitante entre Europa League y Liga) y eso evidencia que los movimientos realizados para afianzar la defensa no han funcionado, pero sobre todo porque se ve claramente superado por el rival durante demasiados minutos. Y más que superado, incluso desesperado. Hasta el momento, ha compensado eso con el fútbol que tiene, con el caos que le beneficia y con una fe inquebrantable (dos 2-0 en contra han terminado con cuatro puntos para el casillero realista y eso merece un reconocimiento), pero o se pone remedio a las lagunas de tantos minutos en los partidos o es evidente que el sufrimiento se instalará en la montaña rusa en que se han convertido las actuaciones de la Real. Sigue habiendo trabajo por delante, mucho, pero al menos se puede hacer con cuatro puntos en el casillero. No es poco.