martes, agosto 30, 2011

Iñigo Martínez, subconscientes y virtudes

Después de ver el partido, el primero de esta temporada aunque fuera la segunda jornada, tenía claro el jugador que quería destacar. Podría hablar de los dos goles de Agirretxe y de las ganas que tenía de que protagonizara un partido así en Primera, ya que le he defendido a capa y espada y he pedido a gritos oportunidades para él. Podría hablar de Illarramendi, pero ya ha acaparado todos los elogios y ya le conocíamos por sus fugaces apariciones de la pasada campaña y de todos los buenos augurios de quienes le venían siguiendo en el Sanse. Podría hablar del paradón de Bravo, todo un déjà vu de cómo empezó la temporada pasada que sirvió para evitar el 1-0. O de la clase de Xabi Prieto, que suma otra asistencia más para su estadística. O del inmenso trabajo de Zurutuza, sobre todo en la segunda parte y muy poco destacado en las crónicas del partido. Pero de quien quería hablar era de Iñigo Martínez. ¿Lo malo? Que después de leer hoy en As este comentario, no puedo empezar como quería.

"Iñigo Matónez". Así aparece, tanto en la edición impresa como en la digital de este periódico, el nombre del central de la Real en el análisis arbitral que hace de la jornada el ex colegiado Urizar Azpitarte. Lo leo y lo releo. Podría pensar que es una errata, pero la errata sería "Martónez", no "Matónez". Y entonces, como la ingenuidad la perdí hace mucho tiempo, creo que la causa de que esto haya aparecido tal cual en un periódico de tirada nacional es una traición del subconsciente. Muy malo siempre el subconsciente. A esta hora, esta enorme falta de respeto (al jugador, a la Real y a todo lector del diario) no ha sido corregida de la edición digital. Sorprende que nadie en la redacción del periódico se haya leído su propio periódico para darse cuenta de algo así. Bueno, no, no sorprende. No sorprende porque a nadie parece preocuparle lo que nos suceda a 18 equipos de la Primera División (y el comentario que he dejado para destacar su error, directamente ha sido censurado). Y esto, con ser una pequeña anécdota, es en realidad una demostración más. Ese error no se tendría con un jugador del Barcelona o del Real Madrid. Y si se tuviera, se armaría un escándalo cruzado entre los periódicos de una y otra ciudad. Como es Iñigo Martínez el protagonista, ni se arregla el error. Estupendo.


En fin, a lo que iba. Iñigo Martínez ha cosechado elogios por su actuación en El Molinón. Elogios merecidísimos, de eso no hay duda. Gran colocación, todo un coloso por arriba, contundente a la hora de entrar, inteligente para sacar el balón y asumiendo más responsabilidad incluso que Demidov. Todo eso ya se ha dicho. Yo me quedo con dos detalles más. Del primero algo se ha mencionado, pero el segundo parece haber pasado inadvertido y me parece que merece ser destacado. En primer lugar, me quedo con su primera intervención seria en el partido, cuando salió a cortar un balón que conducía en carrera André Castro. Ni la más mínima duda en el central txuri urdin. Metió el pie con fuerza y colocó su cuerpo para recibir el impacto. Y salió indemne, al contrario que su rival. Sin hacer falta, a pesar de la protesta generalizada de El Molinón e incluso de Manolo Preciado. Advirtiendo a todo atacante del Sporting que ahí estaba él. Y sin amilanarse lo más mínimo de ahí en adelante Me impresionó ese aplomo en un debutante. Todos tenían otras virtudes, pero no recuerdo a Mikel González, Ansotegi, Labaka o Pikabea lanzando mensajes tan contundentes en su debut con el primer equipo.

Pero es el segundo detalle el que más me ha impresionado, por novedoso. Minuto 67 de partido. Paradas Romero señala el penalti de Carlos Martínez sobre Botía (otro inciso para referirme a la nota de As; si Urizar ve penalti por un derribo con la pierna izquierda, cuando el lateral navarro entró con la derecha, me reafirmo en que no veo nada claro que haya infracción, por justa que sea la roja si lo pita) y es Iñigo Martínez el jugador que sale corriendo, desde el área pequeña y en dirección al árbitro, para protestarlo con vehemencia. Fue una explosión de rabia y carácter, dos virtudes más que añadir a lo futbolístico que ya había mostrado para entonces Iñigo Martínez. Llevo unos años diciendo que a la Real le falta un Karpin, le falta su carácter. ¿Puede ser que al fin lo haya encontrado, al menos en parte, en las formas de este chaval de 20 años que hace solo tres días que debutó en Primera División? Iñigo lo tiene todo para convertirse en un central que marque época, si él progresa y la Real le cuida. De cualquiera de las formas, tengo muchas ganas de ver su rendimiento ante el Barcelona. Una enorme prueba de fuego para un central que, de momento, ya me tiene encandilado.

domingo, agosto 28, 2011

SPORTING 1 - REAL SOCIEDAD 2 Zubieta manda

La Real Sociedad de Philippe Montanier empieza ganando. Y eso, por sí solo, ya es una gran noticia. Que además sea un triunfo fuera de casa, y teniendo en cuenta la deficiente trayectoria como visitante que tuvo el equipo en la segunda parte de la pasada Liga, mejora aún más el logro. Si además se hace resistiendo con diez jugadores durante media hora, la cosa es ya de sobresaliente. Y si a ese hermoso cóctel se añade que fue el talento producido en Zubieta el que propició en buena medida el triunfo, la sonrisa en el rostro del aficionado txuri urdin es completamente inevitable. Zubieta manda. Dos goles de Agirretxe, asistencias de Carlos Martínez y Xabi Prieto, partidazos de los dos canteranos que ya son por derecho propio titulares en este equipo, Iñigo Martínez y Asier Illarramendi. No todo fue bueno, como no podía ser de otra forma en un primer partido de una Liga, donde todavía hay vicios de pretemporada e indicios de que falta trabajo por hacer. Pero empezar ganando es siempre una noticia fantástica, más aún teniendo en cuenta que la temporada ha comenzado con una huelga y que ahora se para de nuevo para las selecciones.


La Real ha cambiado. No en todo para bien, pero ha cambiado. Era eso lo que se pretendía con el cambio de entrenador y la primera señal, por tanto, tiene que entenderse como positiva. Hacía mucho tiempo, pensando en la Primera División y no en el periplo de tres años por Segunda (aunque se podría recordar algún que otro tramo de ese paso), que el equipo txuri urdin no dominaba con tanta claridad la posesión de balón lejos de Anoeta. Hacía mucho que el equipo no mostraba tanto aplomo en la circulación de balón. O tanta determinación en defensa, diciéndole al rival que por aquí no se pasa. No obstante, los pros conllevan contras. En una de las primeras jugadas del partido, De la Bella se sintió asombrosamente solo en la defensa de una jugada por su banda. Y es que la Real no está tan atrás como solía, no sólo con Lasarte sino también con Lillo, con Coleman y no digamos con Lotina. El peligro, parece, estará en los laterales. En ataque, las transiciones son buenas, rápidas y veloces. Y de clase. Pero siguen siendo pocas. No tuvo apenas ocasiones de gol la Real, pero un porcentaje de acierto como pocas veces ha visto el equipo en fechas recientes permitió volver de El Molinón con los tres puntos debajo del brazo.


Montanier dice que le gusta dar sorpresas y la primera la ofreció en Gijón. Agirretxe fue titular. Hasta ahí, la sorpresa es relativa, ya que el canterano es el máximo goleador de la pretemporada e Ifrán, con sus declaraciones de esta semana, parece haber perdido algunos peldaños en el escalafón de la vanguardia txuri urdin. Pero Agirretxe jugó por la izquierda, dejando a Vela el lugar más adelantado del equipo. Aunque no es su puesto, funcionó mejor el cambio para Agirretxe que para Vela, que sí se había ofrecido a jugar de 9. El resto, lo previsto. En defensa, Carlos Martínez ganó la partida a Estrada, aunque habrá que ver en qué lugar le deja su expulsión en El Molinón y su lamentable ausencia ante el Barcelona por sanción. En el centro del campo, Aranburu toma ventaja con respecto a Elustondo, y el capitán demostró que ya le ha cogido el pulso a lo que Montanier quiere de su centro del campo aunque pareciera el más desconectado del 4-3-3 de Montanier en los amistosos de verano. El técnico francés, en todo caso, tiene ya tres líderes indiscutibles, los tres son de Zubieta y dos de ellos son incorporaciones al primer equipo: Xabi Prieto, Illarra e Iñigo Martínez. En sus hombros descansa el juego de la Real, tanto ofensiva como defensivamente. Los tres brillaron en Gijón.


El partido no fue excesivamente bueno. Muchas imprecisiones, algo de corre calles durante bastantes minutos y muy pocas ocasiones de gol. Bravo desbarató la mejor del Sporting con una preciosa estirada sobre la línea en un saque de esquina (¿sigue siendo el balón parado una asignatura pendiente para la Real? La respuesta, que de momento parece afirmativa, vendrá en los próximos partidos). Buena noticia que el chileno recupere la buena forma de la primera vuelta de la temporada pasada, después de no haber destacado demasiado en la Copa América. La respuesta de la Real fue de categoría, con el jugadón del 0-1. Xabi Prieto recibe por su banda, Carlos Martínez le dobla, centra al área y Agirretxe, con un movimiento maravilloso de 9 de toda la vida consigue desmarcarse y cruzar un hermoso cabezazo al palo derecho de la portería sportinguista. El gol dio paso a los mejores minutos de la Real, los de más control del juego, los de mayor seguridad defensiva. El Sporting rondaba el área realista pero era incapaz de entrar. Lo impidió el gran trabajo de todos, pero sobre todo de un inconmensurable Iñigo Martínez, que ya forma con Demidov una gran pareja defensiva.


En la segunda parte, el Sporting salió más decidido en busca del gol, pero ocasiones claras generó muy poquitas. Cuando más apretaba el Sporting, aunque sin buscar demasiado las cosquillas a Bravo (insisto en el partidazo de Iñigo Martínez e Illarra, que se multiplicó para llegar a todas las parcelas del campo), llegó el 0-2. Esta vez el pase fue desde la banda izquierda. De la Bella cruzó el balón hasta la zona derecha del ataque txuri urdin. Xabi Prieto (suma ya su primera asistencia de la temporada, después de haber sido el tercer mejor pasador de la anterior Liga) hizo una magistral dejada de cabeza a Agirretxe, que llegaba al segundo palo con ventaja para cruzar una preciosa vaselina con la testa imposible de detener. Otro señor gol. Y otra vez de Agirretxe. El 9 de la Real comienza la temporada de forma inmejorable y demuestra que, al menos, mereció un poco más de confianza por parte de Lasarte. Que sus dos goles llegaran jugando desde la banda izquierda casi se puede considerar anecdótico, y más teniendo en cuenta lo desconectado que estuvo Vela del juego y del equipo durante todo el partido.


La situación más clara que generó el Sporting llegó a balón parado. Otro error, un error ya visto la temporada pasada y también en la pretemporada. Carlos Martínez se vio abandonado en el segundo palo marcando a Botía, pero por detrás, incapaz de alcanzar el balón de ninguna de las maneras antes de un disparo que no llegó a producirse. ¿Penalti? Nadie lo protestó mucho, ni siquiera su protagonista txuri urdin, pero lo vi riguroso, porque da la sensación de que el jugador local tenía más ganas de forzar la pena máxima que de marcar un gol prácticamente imposible de evitar, a bocajarro delante de Bravo. La jugada dejó una penalización máxima pero, eso sí, justa si se señala el penalti, la tarjeta roja a Carlos Martínez. Ironías de la vida, tras 38 jornadas de la temporada 2010-2011 sin sufrir una sola expulsión, sólo ha hecho falta un partido para jugar con inferioridad en la 2011-2012. El Sporting no falló, con lo que los veinte minutos finales recuperaron el sufrimiento de no hace tanto tiempo, el de los partidos de marcador ajustado. ¿La diferencia? La que dijo Montanier, la seguridad absoluta que estaba mostrando la Real. El Sporting apretó, pero el 1-2 no llegó a estar en peligro prácticamente en ninguna jugada.


Que el primer movimiento de Montanier para cubrir la expulsión de Carlos Martínez fuera colocar a Zurutuza de lateral derecho da idea de los galones que ha dado a Illarra en el centro del campo. Parece más factible colocar al mediocentro más defensiva en el puesto de un defensa expulsado, pero el francés no lo hizo así. Illarra es intocable, sea de 4 o de volante, pero intocable. La mayor similitud entre Montanier y Lasarte está en el retraso en hacer los cambios. La primera sustitución debió de llegar antes, para frenar el intento de asedio del Sporting. Después, Ifrán sustituyó a Agirretxe, pero el uruguayo pareció tan desconectado como Vela (que fue el último sustituido, éste en un descarado cambio defensivo para apuntalar la defensa con Mikel González). No parece la mejor manera de empezar para Ifrán, después de haber generado polémica con sus declaraciones del pasado jueves, en las que habló de salir cedido si la Real decide incorporar a un delantero más. El puesto en esta Real se tiene que ganar sobre el césped, no en los despachos ni fuera del terreno de juego. Que Griezmann e Ifrán hayan pretendido otra cosa en esta pretemporada es una mala noticia.


En cualquier caso, la Real comienza ganando y ojo a la forma en que lo ha hecho. Dos de los canteranos nuevos fueron los mejores, evidenciando que echarse las manos a la cabeza en la Real por la falta de fichajes es exagerado. En el once inicial de la Real faltaban, al menos, dos llamados a ser titulares, Griezmann y Mariga, sin contar a Llorente, un delantero que tendría que marcar muchos goles si las dolencias físicas le respetan. Y con buena imagen, rocosa en defensa y de calidad en el toque. Tres puntos como visitante para empezar son una espléndida noticia y un buen colchón para afrontar con tranquilidad la visita a Anoeta del Barcelona, que se producirá dentro de dos semanas. Montanier arranca con buen pie, con bastantes luces en su inicio (la mayoría procedentes de Zubieta) y alguna que otra sombra, normal por otra parte en un arranque de competición en el que la precisión en el pase, y más en un esquema que quiere basarse en el toque, no es la todavía la necesaria. Pero hay que tener claro desde ya que las jugadas de estrategia necesitan una mejor inmediata para no encajar tantos goles como la temporada pasada. Con todo, tres puntos. La Real, arriba. Y Agirretxe, codeándose con los mejores goleadores de la Liga. No está mal, nada mal.

jueves, agosto 25, 2011

PREVIA Sporting - Real Sociedad. Arrancando en frío

Arranca la Liga (sábado, 18.00 horas, El Molinón) y lo hace en frío por culpa de la huelga que se llevó por delante la primera fecha del calendario. Hace mucho que no se habla de fútbol (en la Real todavía se está hablando de fichajes y, de momento, poco del once que pueda inaugurar la era en el banquillo txuri urdin de Philippe Montanier) y es así como arranca la competición. Será un arranque exigente en un campo con mucho significado para la Real y con el fantasma del mal rendimiento como visitante en la segunda vuelta de la temporada pasada, lo que convierte al encuentro en una buena prueba de fuego para el nuevo equipo de Montanier. Porque nuevo es, jueguen o no sus nuevos fichajes. Nuevo en cuanto a nombres, en cuanto a la forma de jugar y, quizá, en sus objetivos, aunque eso lo dictará el devenir de la competición. Arranca por fin la Liga, y eso es una buena noticia. Ojalá no pasé factura hacerlo en frío y en un partido que no es tan de relumbrón como los de Atlético y Barcelona en Anoeta.


La primera convocatoria de Montanier ya marca las primeras pistas de cómo será la Real 2011-2012. Y la primera gran noticia que depara la lista es la inclusión de Pardo entre los 18 elegidos. El campeón europeo sub-19, aunque no parece que apunte a titular, consigue hacerse un hueco en la primera plantilla desde el inicio gracias a que Mariga se queda fuera por lesión. De esta forma, la Real debutará con cuatro caras nuevas. Además de Pardo, se hacen ya un hueco en el primer equipo Asier Illarramendi, Iñigo Martínez y Carlos Vela. Y lo más probable es que estos tres sí formen parte del primer once incial que escoja Montanier. Con las ausencias también se pueden sacar conclusiones. Ansotegi se perfila como el cuarto central de la plantilla y Cadamuro, al menos de inicio, tendrá pocas probabilidades de entrar en el once. Las ausencias por lesión de Markel y Mariga dificultan las conclusiones en el centro del campo y la de Griezmann en la vanguardia. Pero que falte Llorente es también muy significativo.


Bravo es seguro en la portería y sería muy extraño que la defensa no la formaran Carlos Martínez por la derecha, De la Bella por la izquierda y Demidov e Iñigo Martínez en el centro. La variante con más posibilidades puede ser que Estrada juegue en el lateral, pero Charly parece el favorito para debutar de inicio. En el centro del campo, Illarramendi y Zurutuza parecen seguros. La duda está entre Aranburu y Elustondo. De entrar Elustondo, Illara adelantaría su posición. En la segunda línea de tres, la más ofensiva, Xabi Prieto parece el más seguro de todos. Vela tiene muchas opciones de salir de inicio, probablemente como delantero centro, lo que podría dejar el carril izquierdo para Ifrán, tal y como lo ha probado Montanier durante la pretemporada. Sarpong parece una opción de menos peso. Agirretxe, a pesar de ser el máximo goleador de los partidos del verano por segundo año consecutivo, parece tener su destino inicial en el banquillo, aunque también podría ser titular y que Vela se desplazara a la banda izquierda.


La historia dice que El Molinón es un campo en el que la Real puntúa con cierta frecuencia pero menos de lo que cabría esperar del escenario en que el equipo txuri urdin ganó su primera Liga. Entre Primera y Segunda División, el equipo txuri urdin ha rendido 43 visitas, de las cuales ha vencido en diez y empatado en otras tantas. Las 23 restantes han sido derrotas. Todos los triunfos y ocho de los empates han llegado en la máxima categoría. Y es que en Primera la Real no cae como visitante ante el Sporting desde la temporada 1993-1994, cuando fue derrotada por 3-2. Desde entonces, la Real ha sacado de allí tres victorias y dos empates. En este periodo de tiempo sí se produjo una derrota, pero fue en Segunda División, la primera de las tres campañas que jugó la Real en la categoría, la 2007-2008, por 1-0. La victoria más abultada de la Real en Gijón fue el 2-4 de la temporada 1992-1993, con dos goles tanto de Luis Pérez como de Uría. La mayor goleada sportinguista es el 6-2 de la 77-78 (López Ufarte de penalti y Satrústegui hicieron los tantos de la Real), y muy cerca está el 5-2 en Segunda de la 63-64 (ambos goles realistas, de Eceiza).


La última vez que Sporting y Real se vieron las caras fue la pasada temporada, la 2010-2011, y en Primera División. Y el equipo txuri urdin entrenado por Martín Lasarte logró una contundente y merecida victoria por 1-3. Fue un partido clásico, duro y disputado, donde la Real fue mejor en casi todo, pero sobre todo en pelea y en fútbol. Se adelantó el Sporting en el minuto 3, con un gol de Gregory, aprovechando una calamitosa marca en un córner. Pero la Real reaccionó rápido. Xabi Prieto hizo el primero culminando un precioso pase de tacón de Llorente tras saque largo de Bravo. Justo antes de acabar la primera mitad, Griezmann hizo una genialidad de regate sobre la línea de fondo y cedió el balón a Zurutuza que, al segundo intento, hizo su primer gol en Primera División. El Sporting dominó en la segunda mitad, pero fue incapaz de superar la magnífica defensa de la Real, que mató el partido en el descuento con el 1-3, obra de Aranburu tras otra maravilla de Xabi Prieto. Fue un partido intenso que Paradas Romero estuvo muy cerca de cargarse con las exageradísimas 58 faltas que señaló.

El día que los juveniles solventaron la huelga

En una de las huelgas del fútbol español, jugadores juveniles solventaron la ausencia de los profesionales. Fue el 9 de septiembre de 1984, en la primera de las dos jornadas de paro que decretaron los jugadores españoles. En la segunda de esas jornadas en las que no tendría que haber habido fútbol, un juez impidió que los juveniles volvieran a jugar. Pero quedó un día para la historia, un día en el que la Real, como todos los equipos de Primera División, saltó al campo para jugar un partido oficial de la máxima categoría sin sus jugadores profesionales. Sin la mayoría de ellos, al menos. Dos sí estuvieron sobre el césped, el portero Elduayen y Txiki Begiristain. Ambos tenían una circunstancia muy peculiar, y es que contaban con permiso del servicio militar, por lo que no tenían capacidad de hacer huelga. Alberto Ormaetxea, con la ayuda de Carmelo Amas, decidió alinearles por ese motivo. Ellos fueron los únicos profesionales de la Real sobre el verde de Atotxa aquel día, y ellos arroparon a un equipo formado por jugadores del Sanse y del juvenil que se enfrentó a los integrantes del Atlético Malagueño, entonces disfrazado de Málaga para esta única ocasión.

De entre los que jugaron, además de los dos que ya eran jugadores del primer equipo, destacan dos nombres. Loren se enfundó por primera vez la camiseta del primer equipo, la primera de las 411 que lo haría a lo largo de su carrera, desde que en la temporada 1986-1987 se convirtiera por derecho en miembro de la plantilla. El otro debut más o menos destacado fue el de Martín Begiristain. No es que hiciera una gran carrera en la Real, pero jugó 19 partidos con el primer equipo hasta la temporada 88-89, en la que abandonó el club. Uno de esos partidos fue la final de Copa de 1987, donde marcó uno de los penaltis de la tanda que dio el título al equipo txuri urdin. Además, aquel día debutó con la Real Alberto Albistegi, aunque después se marchó a La Coruña para hacer carrera en el Depor, para acabar volviendo a la Real en el verano de 1993. Ese fue el mismo destino de José Luis Ribera. Este encuentro con el Málaga fue el único que jugó con el primer equipo, al que regresó como segundo entrenador con Miguel Ángel Lotina, en la temporada del descenso a Segunda.

Según la crónica de Mundo Deportivo, sólo 250 aficionados pagaron una entrada por ver este partido. El resto, hasta los 6.000, fueron socios. Y encima el árbitro no estuvo, digamos, afortunado. Un día extraño, pero un día histórico.

domingo, agosto 21, 2011

Un fútbol de vergüenza

Cada día que pasa, más gracia me hace aquel mantra acuñado hace ya bastantes años de que la española es la mejor Liga del mundo. Nunca lo he pensado de su fútbol, a pesar de que aquí jueguen algunos de los mejores del mundo, pero es que organizativamente estamos a años luz de otras competiciones, en especial de la inglesa, modelo y referencia para cualquiera. La huelga que vivimos este fin de semana, que puede continuar dentro de una semana y quién sabe hasta cuando, es una muestra más del desbarajuste en el que nos movemos. Nadie, absolutamente nadie, se ha preocupado de que la Liga se pueda celebrar con normalidad. Nadie. No, no me voy a posicionar ni con la Liga de Fútbol Profesional ni con la Asociación de Fútbolistas Españoles. Los dos, imagino (y digo imagino porque el hartazgo que me produce esta situación me ha llevado a dejar de escuchar sus argumentos con especial atención), tendrán su parte de razón y su parte de cerrazón. Lo único que sé es que este fin de semana, en el que debía celebrarse la primera jornada de Liga, el balón no rueda por los campos de fútbol. Y quien paga eso, como siempre, es el aficionado.

Yo me siento estafado. Sigo una pretemporada con vistas a la fecha en la que va a empezar la Liga. Mido lo adecuado de la fecha en la que llegan los fichajes en función de cuándo comienza la competición. Evalúo las opciones de empezar bien o mal el campeonato sabiendo el orden en el que voy a jugar contra cada uno de los rivales. Planeo los viajes en función de las fechas que depara el sorteo en el mes de julio. Y ahora me dicen que no se juega esta semana ni la que viene. Me amenazan con un paro indefinido. Todo lo que hemos hablado durante la pretemporada pierde ahora valor. Los estados de forma ya no cuentan. Los planes sin Griezmann. Las tardías llegadas de Vela y Mariga. La preparación planeada por Montanier. Nada vale ya. O, al menos, su valor ha cambiado. ¿Y qué han estado haciendo durante el verano estos señores que ahora se reúnen o no, se critican y se vilipendian, figuran ante las cámaras como los que mandan en este cotarro? ¿Por qué nadie se ha preocupado de solucionar este problema cuando tenía solución?

Miro al fútbol español y no veo más que situaciones vergonzosas. Veo a los dos grandes pegándose e insultándose cada vez que juegan entre sí. Veo una competición que no arranca por una huelga que no termino de comprender y que no afecta a quienes verdaderamente pueden vivir la cara más negra del deporte, pues en Segunda B y Tercera se está jugando con normalidad. Veo una Supercopa a dos partidos, jugándose uno a la inaceptable hora de las once de la noche. Veo unos árbitros oscurantistas y poco preparados. Veo una Copa vilipendiada y dirigida, con privilegios para los grnades. Veo clubes arruinados a los que se permite aplazar deudas y seguir gastando millonadas en fichajes mediante recovecos legales de dudosa aplicación. Veo que se premian las triquiñuelas, desde presentar un césped en condiciones perjudiciales hasta lanzar balones al campo cuando se va ganando. Veo que cuando se han dado pruebas de compras de partidos a nadie le ha interesado investigar. Veo tantas cosas que me avergüenzan que a veces no sé ni por qué sigo la competición. Bueno, sí lo sé. La sigo por la Real. Porque son ya muchos años y porque tengo el corazón txuri urdin.

¿Y la Real qué pinta en toda esta historia de la huelga? En apariencia, no mucho. Si en el tema de los derechos de televisión el club sí se significó abiertamente para defender una postura minoritaria, aquí sus jugadores no han tenido mucho protagonismo. Algo han dicho, hablando de situaciones de impago en otros clubes, pero no demasiado. La verdad, ya no sé si eso es bueno o malo. Al menos en Zubieta se ha tenido la decencia de parar en estas jornadas de huelga y no tener siquiera entrenamientos, porque la situación en otros lugares es de vergüenza. Los que juegan competición europea no han dejado de entrenar. A ver quién es el listo que le dice al entrenador del Villarreal, del Atlético, del Sevilla o del Athletic que no quiere entrenar, que quiere hacer huelga jugándose en unos días el pase a la Champions League o a la Europa League. Otros, como el Barça, directamente jugarán un partido, el Trofeo Gamper. Los estadios ni se abrirán, impidiendo jugar a cualquier profesional que quiera ejercer su derecho y no sumarse a la huelga. O al club de celebrar el partido alineando juveniles, algo que ya se ha hecho. Huelga extraña esta.

¿Consecuencias? A mí me gusta la doctrina Lasarte de empezar la Liga con un rival fuerte y en casa. Me gustaba arrancar contra el Atlético de Madrid. Y me encantaba la idea de hacerlo sin el goleador que han fichado por 40 millones de euros y con el cansancio de tener que disputar la previa europea. Eso ya no existe. Ahora se supone que podemos empezar fuera, en Gijón. O incluso contra el Barcelona en Anoeta, un Barcelona que logra el tiempo de rodaje y entrenamientos que no hubiera tenido de empezar hoy la Liga en Málaga. Para el club se avecina tormenta como no se juegue ese tercer partido que ya no será tal contra el campeón de Liga, porque, recordemos, fue declarado medio día de ayuda al club y ese dinero ya se ha recaudado. ¿Y si la Liga tiene menos jornadas al final? ¿Habremos perdido dos jornadas en el fortín de Anoeta? Porque fechas no hay muchas para recolocar estos partidos no celebrados. Navidad y poco más. Pero recordemos que los futbolistas en España tienen vacaciones en estas fechas, un privilegio al que no parece que vayan a renunciar. Claro, como es cuando los espectadores pueden ir a verlos, no se juega. Como ahora en agosto. Y es que el perjudicado es siempre el aficionado, ese en el que nadie piensa pero al que luego todos apelan cuando las cosas van mal. Esto es un fútbol de vergüenza.

lunes, agosto 15, 2011

Con confianza

Cuando escucho lamentos sobre el rendimiento de la Real en el inicio de una Liga cualquiera o el comienzo es realmente para echarse a temblar, siempre recuerdo el inicio de la campaña 1991-1992. En las cinco primeras jornadas de Liga, la Real perdió cuatro partidos, empató a cero el otro y sólo anotó un gol. Sin embargo, aquel equipo txuri urdin, entrenado por Toshack, acabó ganando 16 partidos y en la quinta posición, lo que le dio el billete para jugar en la Copa de la UEFA de la siguiente temporada. Todavía estamos a mediados de agosto y con la competición sin comenzar, así que a los más agoreros les pediré que mantengan ese recuerdo, no vaya a ser que la Real de Montanier no arranque bien la Liga. No lo digo porque piense que eso va a suceder, al contrario, sino porque hay un pesimismo en el ambiente, quizá el mismo sobre el que en su día alertaron Coleman o Lillo, al que no termino de verle una justificación clara. Cada uno es como es y no voy a decirle a nadie cómo tiene que afrontar la temporada o evaluar la pretemporada, pero la historia es caprichosa y siempre nos da ejemplos para desmentir sensaciones. Al fin y al cabo, esto es fútbol.

Anda la gente preocupada, como decía, por la pretemporada que ha hecho la Real. Y tengo otro recuerdo al que agarrarme, aún más elocuente que el de la mencionada Liga 91-92. En la pretemporada de la campaña 2002-2003, el equipo txuri urdin, entrenado por Raynald Denoueix, jugó cinco partidos y sólo ganó uno, 3-0 al Numancia, entonces en Segunda División. Lo demás fueron empates. A cero con Osasuna y Pachuca, a un tanto con el Eibar y a dos con el Atalanta. No creo que haga falta recordar cómo finalizó aquella Real la Liga, con aquel histórico subcampeonato que debió ser la tercera Liga txuri urdin, o cómo deleitó a Anoeta durante toda la temporada. Teniendo en cuenta que en la campaña anterior se había conseguido la salvación por los pelos (con destitución de Toshack incluida, en descenso y a falta de ocho jornadas para el final del torneo liguero), los resultados de la siguiente pretemporada no despertaron mucha ilusión precisamente en aquel verano de 2002.

Ahora tampoco parece que estemos muy sobrados de eso, de ilusión. Se habla más de lo que falla que lo de lo que funciona. Y yo, sinceramente, tengo mucha confianza en la Real. Es cierto que hay problemas, y dos me preocupan especialmente: la falta de gol y la fragilidad en las jugadas a balón parado. Sobre todo la segunda, porque se trata de una continuación de lo que vimos la temporada pasada. Ahí tiene trabajo Montanier. ¿Que falta gol? Los tantos llegarán, que nadie se preocupe. Hay muchos jugadores que en pretemporada no han marcado que garantizan un buen número de celebraciones en la Liga. Llorente, Xabi Prieto o Griezmann, que no han marcado en la pretemporada (el galo ni siquiera ha jugado), aportarán goles y los goles darán puntos. Los otros dos delanteros del equipo, Agirretxe e Ifrán, están en condiciones de ofrecer buenos datos anotadores. Y falta por ver la aportación en este apartado de Zurutuza, Illarramendi (siete en 93 partidos con el Sanse) o del fichaje del centro del campo, si es que finalmente llega como se da por seguro.

La falta de fichajes es otra de las razones para la falta de confianza que parece tener mucha gente en la Real 2011-2012, aunque ahí nunca parece acertarse. Si se ficha, se cierra al camino a los canteranos; si no se ficha, los canteranos no bastante. En todo caso yo nunca diré que la plantilla txuri urdin es perfecta o que no pueda mejorarse, incluso dentro de los parámetros económicos y deportivos en los que se puede mover el club. Pero de ahí a considerar absolutamente imprescindible fichar a dos o tres jugadores para que este equipo pueda aspirar a algo, siquiera a la permanencia, va un trecho. Creo que la Real ha mejorado algunas cosas del año pasado. Creo que no estamos valorando en su justa medida el plus de calidad que nos va a dar Illarramendi en el centro del campo, la efectos beneficiosos del sistema de juego en el esquema defensivo (más balón, menos llegadas del rival) o el rendimiento que puede dar un centro de la defensa que cambia por completo con respecto al año pasado. Ahí falló la Real de Lasarte, en el elevadísimo número de goles que encajó y ahí hay cambio. Tampoco creo que estemos teniendo en cuenta que la Real ha hecho la pretemporada sin Griezmann y casi sin Bravo.

Lo que Montanier ha mostrado en la pretemporada invita a pensar que el once inicial de la Real en la primera jornada de Liga ante el Atlético de Madrid (que estoy seguro que se va a disputar en la fecha prevista y sin huelgas de ningún tipo), será el que formen Bravo en la portería, Carlos Martínez (para mí, supera sin duda a Estrada) y De la Bella en los laterales; Demidov e Iñigo Martínez en el centro; Illarramendi, Zurutuza y el fichaje (si no lo hay o si no llega en condiciones, apuesto por Aranburu antes que por Elustondo, por mucho que éste haya jugado más en pretemporada) en la primera línea de tres; y Xabi Prieto, Ifrán (aunque ha sido muy egoísta en alguna jugada y me da que eso no ha gustado a Montanier) y Agirretxe o Llorente (éste es el único puesto en el que albergo dudas) en la vanguardia. ¿Confío en ese equipo? Ciegamente. Si no comete errores en las jugadas a balón parado, si se cree que tiene calidad para ganar a cualquiera en Anoeta o lejos de su estadio, si la gente le da un poquito de confianza, entonces creo que estamos en disposición de arrancar la Liga con buen pie. Y si no, hay ejemplos de sobra para que no nos pongamos nerviosos. Pero no olvidemos que con confianza se juega mejor. Y se gana más.

viernes, agosto 12, 2011

"Entender mi vida sin la Real es imposible"


Cuando se marcha un jugador de la Real, y más cuando es uno que ha estado largos años, me gusta echar la mirada atrás. Ver las fotografías que tengo de él. Rememorar los recuerdos que tengo sobre él en el campo. El que se marcha ahora es Mikel Labaka, casi siete años después de que debutar en el primer equipo, el 24 de octubre de 2004, en Anoeta y frente al Mallorca. Y por el tipo de jugador que es tanto como por el puesto que ocupa en el campo, es difícil recordar sus mejores actuaciones. Es más fácil recordar aquel gol de Kovaevic, aquel pase de De Pedro, aquella cabalgada de Zamora, aquella parada de Arconada. Pero un central... Qué difícil lo tiene un central para entrar de una manera nítida en la memoria del aficionado, tan selectiva siempre con lo bueno y mucho menos con lo malo.

Y es que, puestos a recordar una jugada, a Labaka le recuerdo por un instante negativo, el penalti que le hizo a Ronaldo en el Santiago Bernabéu, en el partido de los seis minutos que puso final al suspendido por aquella falsa amenaza de bomba. Triste, ¿verdad? Que de siete años en el primer equipo la primera imagen que me venga a la memoria sea una que costó una derrota a la Real en un partido tan significativo. Que no se me interprete mal, no estoy criticando a Labaka. Ni mucho menos. Es, en realidad, un lamento por el poco brillo que pueden tener jugadores de determinados puestos, sobre todo el de central. Y es que, sabiendo todos que eran magníficos centrales, no sé si muchos serían capaces de recordar un partido concreto de leyendas como Górriz o Kortabarria.

Labaka no ha llegado a esa altura, eso lo sabemos todos. Pero es un jugador que ha vestido la camiseta de la Real durante siete campañas con mucha más asiduidad de lo que muchos piensan. Son 181 partidos, y eso supone 25 partidos por temporada, una buena media para alguien que nunca ha llegado a ser ni una de las estrellas ni uno de los fijos del once inicial. Es más si hay una temporada en la que ha jugado poco fue, precisamente, en la del descenso, con lo que el efecto negativo que tuviera aquello en su trayectoria queda bastante minimizado. En su rueda de prensa de despedida, ha dejado una frase que resume lo que es Mikel Labaka. "Entender mi vida sin la Real es imposible", ha dicho. Es una frase que, creo, podemos decirla sin temor a equivocarnos muchos de los que sentimos la Real, incluso sin haber jugado jamás un partido oficial con la camiseta txuri urdin. Oírla en la despedida de un canterano, me reconforta más de lo que seguramente se puede imaginar desde más allá del dominio realista.

Tengo mucho respeto por los jugadores que salen de la cantera y se hacen un hueco en el primer equipo sin estar llamados a marcar una época. Despectivamente, se suele decir de ellos que no tienen el nivel exigible para jugar en Primera División. Yo no estoy de acuerdo. Para vestir la camiseta de la Real con solvencia e incluso con un notable rendimiento nunca ha sido necesario ser un portento en esto del fútbol. Por ejemplo, a Real ha jugado partidos europeos con jugadores como Mikel Antía, Igor Jauregi, Iñaki Alaba, Javier Guruceta, Xabier Bengoetxea, Juan Antonio Mentxaka, Luis Fernando Dadie, Carlos Martínez, José Miguel Zuñiga, Luciano Iturrino... ¿Forman parte del panteón dorado de la Real? No. ¿Se merecen aún así el cariño de la gente por su trabajo? Desde luego. Vestir la camiseta de la Real no sólo les hace merecedores de ello. Además, les da un plus. Porque es la camiseta que siempre quisieron vestir.

Labaka no ha sido el mejor central que haya pasado por la Real. Evidentemente. Su marcha es ley de vida. Ha subido del Sanse un potrillo que está en condiciones de superar sus condiciones. Y se va. Así funciona el fútbol. Así tiene que funcionar la Real. Sobra decir que le deseo a Mikel Labaka la mejor de las suertes en el Rayo Vallecano, y tengo que reconocer que es una pequeña gran satisfacción que su destino esté en Primera División, categoría a la que rara vez se marchan esos jugadores que no tienen sitio en la Real (lo que, en definitiva, acaba afianzando la teoría, para mí demasiado cruel, de que son malos porque no podrían jugar en otro equipo del nivel del nuestro). Y por quedarme con un buen momento, me quedo con el gol que marcó en Huesca, para empatar aquel partido ante un muy nutrido grupo de aficionados realistas. Sí, me quedo con eso.

Es curioso recordar ahora que Labaka debutó en la Real cuando ya tenía 24 años. La misma edad que tiene en este instante Alex Albistegi, que también ha dejado el club, aunque con menos bombo que el central. Normal, ha vestido la camiseta txuri urdin 180 veces menos que Labaka. Y la verdad es que siento también su marcha. La siento porque es uno de esos canteranos que me despertó ilusión en su momento. He defendido muchas veces a Lillo, y si ese entrenador vio en él algo especial es porque algo había. Una lesión se cargó sus opciones de jugar en la Real, porque después ya no ha sido capaz de subirse a ese tren. Sólo jugó un partido con el primer equipo, el último de la temporada del ascenso, en Elche. Y encima perdimos, resacosos como estábamos de celebrar el ascenso. Está claro que en esta vida también hay que tener un pelín de suerte para triunfar y Albistegi no la ha tenido. Ojalá las cosas le vayan mejor de aquí en adelante.

martes, agosto 02, 2011

Entradas y salidas

A esto me refería cuando hace unos días decía que la Real ya tenía fichajes. Me refería, ente otros, a Rubén Pardo. Si se confirma lo que se vio ayer en la final de la Eurocopa Sub-19, tenemos otro centrocampista espectacular que está en condiciones de jugar en el primer equipo. No infravloremos ni un ápice lo que ha conseguido este chaval de Logroño (a pesar de que el comentarista de Cuatro-Telecinco Ramón Fuentes se empeñara en llamarle "donostiarra" durante toda la retransmisión; ya sabéis que entre quienes sólo saben hablar de Madrid y Barça, "donostiarra" equivale a "realista", como bien sabe Xabi Alonso, aunque ahora ya se hayan aprendido que es tolosarra), porque la Real no ha tenido a muchos jugadores entre las selecciones españolas que se proclamaron campeonas de Europa de la categoría. Asier Riesgo, Zubiaurre, Elustondo y Markel Bergara son quienes ostentan ese título. Además de ellos, Gaztañaga, que ahora está en el Sanse, fue campeón continental sub-16 en 2008 y Aitor López Rekarte lo fue sub-21 en 1998. Poco bagaje en realidad para una cantera tan espléndida como la de txuri urdin.

Pardo, además, ha brillado, y por eso todos tenemos que felicitarnos y felicitarle. Además del recital que dio durante toda la final, sobre todo en la segunda mitad y en la prórroga, cuando se libró de lastres defensivos del planteamiento inicial de la selección española, participó en los tres goles del equipo. Disparó en el primero, tras el rechace de un corner, antes de que Aurtenetxe desviara el balón. Inició la jugada al primer toque del segundo. Y dio el pase del tercero. Los más entusiastas ya han puesto el nombre de Xabi Alonso en la misma frase que el del Rubén Pardo. Ya empezamos con las comparaciones, por supuesto siempre injustas pero que sirven para hacerse a la idea de lo que podemos esperar. Yo vi a un futbolista casi hecho y de fuerte carácter, con gran toque de balón, de preciso pase en largo, que cubre una gran cantidad de terreno y que hasta tiene buen disparo y lo intentó en varias ocasiones. También perdió el balón que dio origen al primer gol checo. Pero qué partidazo. Qué futuro. Y qué presente, porque estará con el equipo en Italia para los tres últimos amistosos de la pretemporada.




Allí ya no estará Sutil, que ha dejado de ser jugador de la Real. Lo cierto es que me quedan sensaciones extrañas con esta marcha. Quizá muchos no lo vean como una de las grandes gestas de la historia txuri urdin, pero fue Sutil quien marcó el gol de la permanencia la pasada temporada. Fue el héroe de aquel día. Y fue su último partido en la Real. No sé si es una salida muy digna, pero, no nos podemos llevar a engaño, también era esperada. Como se espera también la de Labaka (no hay sitio para tanto central y da la sensación de que Iñigo Martínez se ha ganado ya con creces una plaza en el primer equipo) y la de Albistegi. Me da mucha pena que este chaval no llegue a triunfar de txuri urdin, porque, sin haberle visto demasiado, reconozco que Lillo me dejó expectativas muy altas cuando confió en él antes de que una lesión de rodilla le truncara el futuro profesional tan drásticamente. El caso es que sospecho que en el centro del campo sobra más gente, sobre todo si Pardo confirma en Italia lo que ha demostrado con la selección española. No sé si sobrará ahora o si eso lo veremos durante la temporada. Pero no hablo de Ros, no, que el potrillo parece que seguirá en el Sanse. Veremos qué pasa en las próximas fechas.



Sobre la salida de Sutil, me quedan más dudas. Me ha sorprendido muchísimo que deje la Real con la carta de libertad. No suele ser lo habitual, desde luego, y menos cuando queda un mes para el cierre del mercado. Muy claro debían de tener los regidores realistas que no se podía sacar ni un euro con su traspaso para tomar esa decisión. Mejor para Sutil, desde luego, que así ha podido elegir destino sin ataduras, y ojalá tenga suerte en Murcia. También deben tener muy claro en las oficinas de Anoeta que Griezmann no dejará finalmente la Real (o que sí se va a fichar a alguien que ocupe la banda izquierda), porque si no es difícil entender que Sutil sea el primero en salir. Y muy claro deben tener igualmente que Sarpong puede dar más que el año pasado. Cierto es que sus características son diferentes a las del resto de hombres de banda del equipo. Pero también es cierto que Sutil superó con creces a Sarpong en su primera temporada. Ambos fueron fichajes de esos que ahora se llaman de la dirección deportiva, no de un entrenador u otro. Pero da la sensación de que la confianza en uno y en otro no ha sido la misma. Lástima por Sutil, pero ojalá le sirva de toque de atención a Sarpong, que tendría que estar ante su última oportunidad.

lunes, agosto 01, 2011

Las implicaciones de la decisión de Griezmann

Antoine Griezmann acapara desde hace unos días la actualidad de la Real. Y el caso es que, lejos de verlo como una serpiente de verano que anime el informativamente escaso panorama futbolístico (y más en una época de crisis en la que los equipos invierten poco), me parece un tema interesante, porque ofrece muchos ángulos desde el que mirar, algunos de los cuales no se han querido tocar ni siquiera de refilón. Creo que hay consenso, al menos entre los aficionados, en asumir que la culpa del embrollo sólo la tiene Griezmann. Si realmente se quiere ir de la Real, no será el primero ni el último. Tampoco en expresarlo públicamente. Aquí me salgo de la opinión políticamente correcta: yo soy de los que prefiere escuchar eso de boca del jugador. Es lo que he alabado siempre, por ejemplo, de Claudio Bravo, un futbolista que jamás ha escondido que vería con buenos ojos dar el salto a un grande. Yo no quiero declaraciones de amor eterno que se trunquen sin más a la mínima oferta económica, que casi siempre será mayor que la de la Real. Quiero compromiso y seriedad.

La diferencia entre Bravo y Griezmann, y es ahí donde se equivoca por completo el francés, es en las maquinaciones públicas. Y se equivoca, no por lo que pueda conseguir económica o deportivamente en el Atlético de Madrid, sino porque si acaba quedándose en la Real (que es lo más probable) va a tener a la gente mucho más de uñas con él y con su comportamiento. Además, aquí falla algo. ¿Griezmann rechaza irse al Barça y cree que el Atlético es un grande? Desde luego que no lo entiendo, y me encantaría que alguien le hiciera esa pregunta en una entrevista o en la primera rueda de prensa que dé en Zubieta a su regreso. Recuerdo a Bernd Krauss diciendo que el Atlético no es lo que desde la esfera de la Real (o de sus jugadores) se tiene que ver como un equipo irrestible, cuando desde el Manzanares se intentó fichar a Kovacevic en el verano de 1999. Darko tenía una lista de equipos a los que la Real no pondría trabas para traspasarle y el Atlético no era uno de ellos. Se acabó marchando a la Juventus de Turín, uno de los grandes del fútbol mundial. Sin faltar al respeto al Atlético en ningún momento, ese es el baremo a seguir.

La verdad es que, pese a todo, no hay caso a menos que el Atlético suba considerablemente su oferta (y por considerablemente entiendo al menos doblar los siete millones de euros que ofreció). Estoy de acuerdo con Montanier en que hay una parte de las declaraciones de Griezmann que tranquilizan. Dice que todo está en manos de la Real, y la Real no sólo no necesita vender sino que tiene el control de la situación. El jugador tiene contrato, y no acaba el próximo verano, lo que podría acuciar al club a traspasarle. Tiene una cláusula de 30 millones de euros, lo suficientemente alta como para que prácticamente nadie pueda plantearse su pago. La oferta que le han presentado es insuficiente (y mucho menor que la que, según se dice, presentarían por jugadores como Osvaldo) y, además, el Atlético de Madrid tiene dinero en caja por la venta de Agüero. ¿Que quieren a Griezmann? Que lo paguen. Como el Barça pagó por Kodro, el Valencia por Karpin (¿no recuerda ese deseo de irse de Griezmann al error que cometió Karpin de sobrevalorar su futuro en el Valencia? Más sobre esto en unas líneas), la Juve por Kovacevic o el Liverpool por Xabi Alonso.

En cuanto a la decisión de Antoine, y aquí es donde vuelvo al ejemplo de Karpin, reconozco que me descoloca. En Anoeta es un ídolo desde el principio. Y ser un ídolo implica que todo lo bueno que hace encuentra un eco muy grande, pero también que todo lo malo se perdona con mucha más facilidad. Griezmann ha tenido momentos de sus dos temporadas en el primer equipo en los que ha experimentado cierto bajón físico y futbolístico. Por supuesto, eso no empaña su notable actuación de ambas temporadas y nadie se lo reprochó. Pero si cree que en el Vicente Calderón esas cosas van a pasar inadvertidas, se equivoca. El del Atlético de Madrid es un público muy cambiante. Anima a su equipo sin cesar, pero modifica sus ídolos con mucha facilidad. Que se lo pregunten, sin ir muy lejos, a De Gea, Kun Agüero o Forlán. Yo vi a Griezmann menguar en Getafe desde el momento en que recibió aquella monumental pitada por besarse la ikurriña de la camiseta. Una descomunal primera mitad dio paso a una inane segunda. ¿Está preparado Griezmann para enfrentarse a un público local hostil? Y, aunque lo esté, ¿ha pensado en esa posibilidad al decir que quiere jugar allí?

Y la mayor duda que me queda está en los motivos del francés para hacer las declaraciones públicas que ha hecho. Lo fácil es pensar que no hay razón alguna y que el Atlético de Madrid (que ni siquiera le garantiza el fichaje o le ha convertido en su única y mejor opción; pugna con Diego) está enredando o que su representante anda malmetiendo en busca de una buena comisión, pero no consigo quitarme de encima la sensación de que puede haber algo más. Y es ahora cuando me acuerdo de las formas del club que he criticado en casos anteriores y que temía que dejaran poso. Griezmann ha visto cómo se cesaba al entrenador que le dio la oportunidad de jugar a la Real, habiendo conseguido los objetivos y con contrato en vigor con explicaciones no del todo claras. Y ha visto cómo no se renovaba a jugadores como Diego Rivas (¿por su buen feeling con el ex presidente Badiola?) y Tamudo (a pesar de que se le apuntó que sí renovaría y al que después se comunicó que no sería así en vísperas de un trascendental partido). ¿Quizá ha sentido que eso podría ocurrirle a él en el futuro? Por supuesto, Aperribay y Loren dirían que nada tienen que ver estos casos. Y quizá tengan razón. Pero la posibilidad de que sí guarden relación me inquieta.