lunes, mayo 30, 2011

Son las formas (y el fondo)

Dijo Darko Kovacevic cuando salió de la Real que el club le había tratado como a una bolsa de basura. Y me duele reconocer que creo que eso podrían decirlo también algunos de los que salen ahora del club, después de la primera temporada en Primera tras el ascenso. Mucho se está hablando estos días de si el cese de Martín Lasarte es un acierto o un error, de si Rivas y Tamudo han dejado la Real por uno u otro motivo. Salen ellos y después les replica el director deportivo. Y hemos vuelto, siquiera por unos instantes y por temas muy puntuales, al frentismo que teníamos antes de que el descontento estallara en la cristalización de aquella grandilocuente candidatura a la Presidencia de la Real de Iñaki Badiola. Aquella época en que los nuestros eran muy buenos y a los que no lo eran, por el contrario, les asignábamos el papel de malos. Aquello convirtió a la Real en un equipo más, con la diferencia de que la Real no sabe ser un equipo más. Por eso sufrió lo que sufrió. El "no se desunan" de Lasarte tiene ahora más sentido que nunca.

Quienes se han puesto incondicionalmente del lado del Consejo presidido por Jokin Aperribay y del de su director deportivo, Loren Juarros, se equivocan en algo muy evidente. El problema de base no es el cese de Lasarte o que no se renueve a Rivas y Tamudo. Eso es una decisión deportiva y directiva que es tan lícita y debatible como la de su continuidad. Lo que enturbia esa decisión es la forma en que se lleva a cabo y en la que luego se explica. Se ha dicho, Loren también en la rueda de prensa de hoy, que el ciclo de Lasarte estaba agotado. ¿Cambian los ciclos de la Real en función de lo que se ve en dos meses? Porque ese es el tiempo que transcurrió entre el momento de su renovación y el de las primeras dudas manifestadas en el seno del club. Si dos meses lo cambian todo, nos estamos equivocando y estamos entrando de nuevo en una dinámica peligrosa. ¿Por qué no se fue claro con Diego Rivas desde el principio? Chaval, no vas a renovar. Si te dejas la piel hasta el último día, jugarás. Si no, por el bien del equipo, vas a chupar banquillo. Punto. No es ni el primer ni el último jugador que se marcha después de terminar su contrato. Pero se habló de potergar este asunto al final de la temporada, porque no tocaba, cuando ahora se confiesa que la decisión sobre Lasarte viene de lejos. Incongruente.

Es terrible que en este momento tengamos que entrar en guerras de declaraciones con jugadores que lo han dado todo por la camiseta txuri urdin. Tamudo dijo que Loren le comunicó días antes del vital partido del Zaragoza que no iba a seguir. Loren le ha llamado mentiroso claramente. Lasarte dejó caer que hubo presiones para que Rivas no jugara, y el propio Rivas explicó que un jugador fue a preguntarle, por delegación, si ya tenía firmado con el Getafe antes de jugarnos la salvación en la última jornada contra el equipo madrileño. Loren les ha dejado también a ambos por mentirosos. Tiendo a creer al ya ex entrenador y a los dos jugadores que no vestirán de blanquiazul el año que viene, porque los tres me han demostrado una honestidad profesional y un cariño hacia los colores que llevo en mi corazón que para sí quisieran algunos jugadores que han mamado lo que es la Real Sociedad desde niños. Sirva de nuevo esta pequeña nota para agredecerles a los tres que lo hayan dado todo, sobre todo desde que intuyen (o saben, lo mismo da) que no iban a estar en la Real en la temporada 2011-2012. Porque desde ahí el compromiso era con ellos mismos pero también con nosotros, con los aficionados.

Las formas fallan y la prensa desmiente. Loren ha negado que estuviera preparado el relevo de Lasarte en caso de no haber ganado al Sporting. Muchos medios apuntan que Meho Kodro, técnico del Sanse, estaba ya avisado para el salto al primer equipo en ese momento. Si es verdad, no entiendo el porqué de lo que ha dicho Loren. Si es verdad lo del director deportivo, no entiendo que todo el mundo considere esto un secreto a voces, prácticamente un hecho empírico y comprobable. Es decir, que entramos en la misma dinámica en la que vive el resto de la Primera División. Y no, no podemos ser como el resto. No lo somos. Si lo acabamos siendo, volveremos al pozo de la Segunda División. Pensé que esa lección, la que aprendimos hace cuatro años, había calado más. Cesar a un entrenador entra dentro de la lógica si no se cumplen los objetivos. Pero los objetivos están cumplidos y da la sensación de que no se sabe (o no se quiere) explicar qué motiva el cese. Pero antes de entrar en el fondo, seguimos con las formas.

No se puede prometer la renovación del equipo de Lasarte y ahora, aprovechando la coyuntura, dejarles tirados (al menos a otro profesional como la copa de un pino que es Pablo Balbi; ¿no se han acabado las lesiones musculares en el primer equipo? Pues a ver de quién es mérito). No se puede salir a una rueda de prensa y poner en duda el trabajo de un entrenador como Lasarte como lo ha hecho hoy Loren. No se puede escamotear a los aficionados la posibilidad de despedir a sus técnicos y entrenadores en el césped (menosl mal que Rivas y Tamudo nos lo permitieron, pero ¿y Lasarte...? ¿Cómo le agradezco yo ahora su trabajo en la Real?). Y no puede ser que el presidente de la Real se escude en escuetos, fríos e insuficientes comunicados oficiales para destituir a un entrenador que cuenta con el cariño de la afición. Yo no quería ver a Aperribay en la rueda de prensa de Lasarte, porque ha sido un cese. Pero tenía que dar la cara. No lo ha hecho todavía porque, en principio, parece que lo quiere hacer con un entrenador ya atado. No me parece un movimiento honesto para con la afición realista. Si se toma una decisión, se apechuga con ella. Se defiende en público. Y se apuesta por el futuro. Pero el silencio no ayuda.

¿El fondo de la decisión? No lo entiendo. Hemos dejado escapar gratis a uno de los mejores robadores de balones de la Liga (ya lo lamentaremos cuando venga a Anoeta con otra camiseta, ya...) y al máximo goleador de la Liga en activo (a pesar de la buena política de renovaciones de jugadores de la cantera, nos pasa muy a menudo que un talento se escape sin ganar nada a cambio, y de eso quien tiene que dar explicaciones, más allá de un simple "no" cuando le preguntan si va a dimitir, es Loren). Hemos dejado escapar a buen entrenador, en el que el club confiaba a ciegas muy poco antes de prescindir de él. Y lo hemos hecho por razones difíciles de entender y, de momento, mal explicadas. No creo que el club esté entendiendo la delicada mezcla de apuesta por la cantera y necesidad de resultados. A lo largo de la temporada, yo mismo pedí más valentía con, por ejemplo, Illlarramendi. Pero cesar a un entrenador por ese detalle, me parece una barbaridad con pocos precedentes, por no decir ninguno. Zubieta ha sido la base de la Real de Lasarte, aunque no haya debutado ningún canterano este año. ¿Ya hemos olvidado a Griezmann o Zurutuza? Y si Loren encuentra justificación en que Rivas cerraba el paso a Illarramendi, en Cornellá-El Prat Illarra jugó junto a Markel y en Riazor junto al manchego.

No me gusta el fondo de este delicado asunto en que se ha metido, solita, la dirección del club, pero sobre eso siempre se podrá debatir. Quizá venga un nuevo entrenador que haga un mejor trabajo táctico que Lasarte, que saque más jugadores de la cantera que el uruguayo, que consiga mejor resultados en Primera que el hombre que nos sacó de Segunda y hasta que nos caiga más simpático. Quizá. Si Aperribay y Loren no lo consiguen, si no aciertan, tendrían que entender, aunque seguramente no lo harán, que han hipotecado su futuro en la Real Sociedad al éxito de esta decisión por lo controvertido del fondo de su apuesta. Pero me gustan menos las formas. Porque son formas impropias de lo que esperamos de la Real. Formas que son las que hemos vivido en los periodos más oscuros de la historia reciente de este club. Y se están acumulando tantas cosas, que estamos cerca de alcanzar un punto de no retorno. Al margen de lo que decidan en la vía deportiva, que tienen el mandato de los accionistas para hacerlo, creo que el Consejo y el director deportivo de este club tendrían que reflexionar, porque no puede ser que la gente que salga de la Real no lo haga con el reconocimiento que merece.

viernes, mayo 27, 2011

RESUMEN DE LA TEMPORADA (y 6). Detalles

· El fortín de Anoeta sigue vivo

En menor medida que en Segunda División, pero Anoeta ha sido el necesario fortín para conseguir los objetivos de la temporada. De los 19 partidos disputados en el estadio donostiarra, 11 acabaron con triunfo de la Real. Sólo hubo dos empates, ante Levante y Getafe, y seis derrotas, inmerecidas contra los equipos de la parte alta de la tabla y más que buscadas contra los de la parte baja. La mayor goleada de la temporada en Anoeta fue el 3-0 que se llevó el Deportivo de Lotina. Qué irónica es la vida a veces. En cambio, la Real ha sido el segundo peor visitante. Sólo sumó diez puntos (las victorias en Gijón, Málaga yGetafe y el empate en Almería), uno más que el Hércules, que sólo ganó en el Camp Nou y en Anoeta.

· Nunca en descenso

El riesgo que ha corrido la Real de descender es matizable. Obviamente, hasta que finalizó la última jornada hubo posibilidades de estar entre los tres últimos. Pero, en primer lugar, el equipo de Martín Lasarte no ha ocupado nunca una de esas plazas que lleva a Segunda División, ni siquiera en sus peores momentos. En segundo lugar, siempre dependió de sí mismo, algo que no todos los equipos implicados en la lucha pudieron decir hasta esa última jornada (y gracias, precisamente, al duelo final entre Real y Getafe). Por la parte alta de la clasificación, la Real ocupó puesto europeo en tres jornadas. En la primera, con su victoria ante el Villarreal, se aupó a la quinta plaza. Fue séptima en la décima y en la decimocuarta.

· Cayó el líder, cayó el Barça...

De esas once victorias en Anoeta, una tiene un sabor especial. El Barcelona cayó derrotado por 2-1, y encima hubo que remontar el 0-1 inicial. Cierto que lo hizo cuando el equipo de Guardiola estaba pensando en su cuádruple duelo contra el Real Madrid y que alineó un buen grupo de suplentes. Pero entre los jugadores blaugranas que pisaron el césped estaban Messi, Piqué, Dani Alves, Mascherano, Busquets o Xavi. Fue la única derrota lejos de su estadio del equipo campeón de Liga, una de las dos que sufrió en todo el campeonato. Ganar al Barcelona vino a continuar la tradición de los años en Segunda: en Anoeta siempre perdió al menos un equipo que ocupaba el liderato de la clasificación.

· ...pero también la Real ante dos colistas

El único pero que se le puede poner a la actuación de la Real como local está en los partidos que jugó, de forma consecutiva en Anoeta, ante Málaga y Hércules. El equipo de Pellegrini, que al final acabó salvado con mucha holgura, llegó a San Sebastián como colista y se llevó una clara victoria por 0-2. Tres semanas después, con parón FIFA de por medio, Djukic se estrenó como entrenador del Hércules, que en ese momento también ocupaba la última posición de la Liga. También se llevó los tres puntos, con el 1-3 que reflejó el marcador. En total, la Real se ha dejado once puntos con los equipos descendidos, los tres de Riazor, los seis contra el Hércules y uno contra el Almería. Demasiados.

· Ni una tarjeta roja a la Real...

Habrá quien lo interprete como un signo de debilidad del equipo, pero es, sobre todo, un motivo de satisfacción. En este fútbol plagado de tretas y artimañas antideportivas, los jugadores de la Real se han distinguido por su gran deportividad. Ni uno solo de sus hombres ha visto la tarjeta roja en toda la Liga, ni directa ni como doble amarilla. Especial mérito tiene Diego Rivas, el tercer jugador que más faltas hizo en la Liga (por detrás de Gabi del Zaragoza y Llorente del Athletic), que sólo vio nueve amarillas, lejísimos de las 17 de Gurpegi, el más amonestado. La Real es el duodécimo equipo de la competición en número de faltas cometidas, estadística en la que triunfó con mucha ventaja el Zaragoza.

· ...sólo una a sus rivales

Claro que esta estadística tiene un anverso peligroso. Sólo un jugador rival vio la roja, Damiá, del Osasuna, en el minuto 89 del partido de Anoeta. Y eso que la Real colocó dos jugadores entre los seis que más faltas recibieron en el campeonato. Xabi Prieto, segundo, recibió una cada 29 minutos y Zurutuza, sexto, cada 26, promedio sólo superado por el espanyolista Callejón (una falta cada 24 minutos). En muchos partidos fue notoria la táctica rival de dar palos constantes a los talentosos centrocampistas realistas. En total, la Real fue el cuarto equipo que más faltas sufrió, más de quince por partido y sólo por detrás del más castigado, el Villarreal, Málaga y Espanyol. Semejante castigo en forma de infracción quedó sin las decisiones arbitrales que merecía.

· Trío de goleadores

Tres jugadores han sido los máximos goleadores del equipo esta temporada. Griezmann, Tamudo y Xabi Prieto han anotado en siete ocasiones. Seis de los siete goles de Tamudo fueron el primero de la Real en el partido, lo que da a sus tantos un valor especial. En total, han sido 14 los jugadores realistas que han anotado al menos un gol en Liga. Siguen a los máximos anotadores Llorente y Aranburu con cinco goles, Agirretxe con tres (su media es la mejor de todo el equipo, un gol cada 68 minutos), Sutil, Zurutuza, Rivas e Ifrán con dos, y Estrada, Mikel González, Sarpong y Ansotegi con uno.

· Octavo equipo más goleador

Hay quien se queja de que la Real ha marcado pocos goles, pero la estadística lo desmiente. Sus 49 tantos convierten al txuri urdin en el noveno equipo de la Liga en esta tabla, muy por encima del decimoquinto puesto que marcó la clasificación al final para la Real. Los de Martín Lasarte sólo se quedaron sin marcar en cinco partidos de toda la Liga, las visitas a Mallorca, Barcelona, Sevilla y Valencia y en Anoeta ante el Málaga. La Real supera en esta estadística a seis equipos que le precedieron en la tabla. Y eso que fue el 17º equipo en la tabla de rematadores, lo que dice mucho de la efectividad en sus disparos... y también en la escasa capacidad de generar ocasiones de gol.

· Tercero más goleado

El problema real ha estado en esta estadística, y ha sido más evidente porque la Real fue en Segunda el segundo conjunto menos goleado. En Primera, en cambio, ha sido el tercer equipo que más goles ha recibido y en algunas fases del campeonato ha coqueteado incluso con la primera posición de esta poco honrosa tabla. Al final, la goleada que el Almería encajó en el Bernabéu en la última jornada le llevó hasta los 70 goles en contra y le dio el dudoso honor de ser el más goleado. Le sigue el Málaga, con 68. Y sólo por detrás de ellos se encuentra la Real, con 66, con una media de 1,7 tantos encajados por partido. Una barbaridad. La mayor goleada en contra fue el 5-0 que se llevó la Real del Camp Nou.

· 23 jugadores utilizados

La de la Real no ha sido este año una plantilla demasiado larga. A ello ha contribuido que en diciembre sólo llegara un jugador, que no haya habido más lesionados de importancia que Llorente y a que en la portería no se hayan producido los vaivanes de la última temporada en Segunda. En total, 23 jugadores han defendido la camiseta txuri urdin. 22 empezaron la temporada formando el primer equipo, aunque Ifrán llegó lesionado y su debut, ya en 2011, casi le convirtió en el segundo refuerzo invernal, junto a Demidov, único fichaje de este periodo (y que estaba ya cerrado desde el verano).

· Bravo, el que más jugó

Claudio Bravo jugó los 38 partidos de Liga completos. Gracias a la ininterrumpida presencia del chileno bajo los palos, Eñaut Zubikarai fue el único realista de la primera plantilla que no disputó un solo minuto en la temporada. Bravo, además, fue el portero de la Liga que más paradas hizo (266, siete por partido), lo que además avala su espectacular rendimiento este año. Entre los jugadores de campo, el que más jugó fue Xabi Prieto, con 37 partidos, 36 como titular y 33 completos para un total de 3.237 minutos. Sólo ellos dos superaron los 3.000 minutos de juego. Les siguen Ansotegi (2.899 en 32 partidos) y Griezmann (2848 en 37). El que menos jugó, el único por debajo de cien minutos, fue Borja Viguera, con 68 minutos en cinco partidos, antes de ser cedido en enero al Nastic y de que sufriera una grave lesión en la rodilla.

· Ningún debutante desde el Sanse

La temporada 2010-2011 supone una rareza en la historia de la Real Sociedad. Ningún jugador del Sanse tomó la alternativa en el primer equipo, ninguno disputó sus primeros minutos con la camiseta de la Real. Desde la creación del Sanse en 1952 en todas las Ligas ha debutado al menos un jugador, a excepción de la 1957-1958. En cualquier caso, eso no pone en duda el compromiso que Martín Lasarte tenía con la cantera. La pasada temporada hizo debutar a cuatro jugadores y este año tiró de Illarramendi en tres partidos (dos de ellos como titular) y seis convocatorias. El otro potrillo que entró en una convocatoria, lo hizo en dos ocasiones, fue Cadamuro, que en principio será jugador del primer equipo a partir del verano.

· Cuatro penaltis a favor

La pasada temporada, la Real sólo tuvo tres penaltis a favor, y eso que subió a Primera como campeón de Segunda. Este primer año en Primera revela que aquella estadística era una afrenta al conjunto txuri urdin, pues ha visto más penaltis señalados a favor: cuatro. Y eso que ha habido unos cuantos que se han quedado sin señalar, con el consiguiente perjuicio en forma de puntos que volaron. Xabi Prieto ha vuelto a ser el especialista indiscutible del equipo. Lanzó los cuatro y los anotó todos. El del partido contra el Athletic de Bilbao en Anoeta tuvo que repetirlo. El árbitro, ante la sorpresa de todos, le sacó tarjeta amarilla por ejecutarlo con paradinha. Ver para creer.

· La permanencia más cara

Nunca había bajado a Segunda un equipo que sumara 43 puntos, lo que da una idea de lo difícil que ha sido conseguir la permanencia esta temporada. La Real sumó los puntos que le hacían falta a tres jornadas del final, cuando llegó a los 44 tras vencer en Anoeta al Zaragoza. Al final sumó 45, más que en otras temporadas en las que también luchó para mantener la categoría en las que, paradójicamente, logró la permanencia matemática tras la penúltima jornada, como sucedió en la 2005-2006 (llegó a los 40) o 2000-2001 (sumó 43).

· Cuarto equipo en recuperación de balones

Que la presión es una de las armas más destacadas de la Real de Lasarte, y que esa forma de jugar ha sufrido sin la presencia de Llorente, es algo que está fuera de toda duda gracias a la estadística. El equipo txuri urdin es el cuarto que más balones recuperó de toda la Liga, por detrás de Zaragoza, Mallorca y Racing. Diego Rivas, en otra temporada de infatigable trabajo, la última por desgracia como realista, robó 346, ¡uno cada siete minutos de juego! En ese promedio supera, por ejemplo, al mejor recuperador de la Liga, Bruno, del Villarreal.

· Xabi Prieto, máximo asistente

Las 13 asistencias de gol que ha dado Xabi Prieto en la Liga son una cifra extraordinaria que no ha sido valorada todavía como merece. Ha sido el cuarto máximo asistente de la competición (el barcelonista Messi dio 17, el madridista Ozil 16, el también culé Alves 14), pero sus datos con respecto a los goles marcados por la Real son fabulosos. No muchos menos de la mitad de los tantos anotados por el conjunto txuri urdin tuvieron en el diez a su asistente o a su artífice. Esos datos avalan la gran temporada que ha realizado el segundo capitán del equipo.

· Griezmann, segunda mejor celebración

Que Antoine Griezmann nos va dejar momentos divertidos y emotivos en la celebración de los goles es algo que sabemos todos. Pero este año, las mejores celebraciones tenían premio y el joven jugador francés de la Real se ha quedado a las puertas de ganarlo. Su abrazo con un guardia de seguridad tras anotar el gol de la victoria ante el Sporting de Gijón ha sido la segunda mejor celebración. Sólo la del histórico gol de Aranzubía, el primero que marca un portero en juego en todas las ediciones de la Liga, le ha arrebatado este simpático galardón. Destacó también su celebración en el interior del coche aparcado en las pistas de atletismo de Anoeta, por mucho que el árbitro inventara un nuevo reglamento y le mostrara tarjeta amarilla por eso.

· Cambios goleadores de Lasarte

Uno de las cuestiones más discutidas en la labor de Martín Lasarte es su lentitud a la hora de hacer algunos cambios. Sin embargo, los que hace surtieron efecto en más de una ocasión. Y es que el banquillo de la Real ha sido el más goleador de la Liga. Diez de sus 49 goles los marcó un jugador que no inició el encuentro como titular. Agirretxe y Aranburu, con tres cada uno, se reparten el honor de ser el máximo goleador suplente del equipo. Sarpong e Ifrán hicieron dos y el último fue el de Sutil ante el Getafe, el gol que certificaba definitivamente la permanencia en Primera.

jueves, mayo 26, 2011

RESUMEN DE LA TEMPORADA (5). Una afición de matrícula de honor

Supongo que todos los equipos presumen de tener la mejor afición de la Liga. Pero no todos podemos tener razón al decirlo. Y yo no sé si los demás pensarán que la de la Real es la mejor, pero en mi fuero interno no hay dudas: lo es. En los prolegómenos del partido en Anoeta frente al Sporting, se nos hizo entrega de ese galardón correspondiente a la pasada temporada, cuando todavía transitábamos por el desierto de la Segunda División. Y aunque este año la rivalidad es con aficiones que tienen una buena imagen tan consolidado como, en ocasiones, difícil de entender, para mí el premio volvería a tener el mismo destinatario. La afición de la Real ha dado una respuesta de diez, tanto en Anoeta como lejos del estadio donostiarra. Sin apenas incidentes de mención, con un comportamiento exquisito con nuestro equipo y con la mayoría de los rivales, animando sin parar y dejándose ver en todos los campos de la Liga, incluso en algunos tan complicados y desiertos de color txuri urdin en las últimas visitas como el Santiago Bernabéu.

Anoeta ha registrado una gran entrada durante toda la temporada, superior casi siempre a los 25.000 aficionados. En los partidos grandes y en los partidos más modestos. En fin de semana y entre semana. No ha importado ni la hora, ni el día, ni el rival, ni que hiciera lluvia o sol, ni tampoco la situación clasificatoria de la Real. Eso dice mucho. Por ejemplo, Riazor tuvo grandes entradas al final de la temporada, cuando se estaba jugando el descenso que al final consumó, pero exhibió durante toda la primera vuelta unos graderíos semivacíos. Ni en los peores momentos se ha despertado indignación alguna contra el equipo, contra el entrenador o contra la directiva, aunque sí una lícita discrepancia crítica ("Lasarte, mueve el banquillo", se escuchó). Siempre ha tenido claro el aficionado que lo primero es la Real. Y por eso siempre ha habido ánimos, siempre ha habido cánticos de aliento, siempre ha habido esperanza, aunque después del pitido final del árbitro nos fuéramos a casa con el rabo entre las piernas y con la ilusión por los suelos. Nada de eso importaba si había que animar a la Real. Ni el precio de la entrada, pues los socios respondieron religiosamente en los dos medios días de ayuda al club.

Tampoco importó la distancia. No hubo desplazamientos tan masivos y tan habituales como en Segunda División, donde había más partidos cercanos y precios más asequibles, pero muy nutridos grupos de realistas se dejaron ver en Santander, en Gijón, en Bilbao (mezclados, como tendría que ser en todos los partidos, como lo fue en Anoeta por ejemplo en la visita del Sporting) o en Getafe. Pero si algo tiene mérito es que siempre se deja ver al menos una camiseta txuri urdin en cualquier campo. Siempre. Y eso quiere decir dos cosas: que hay seguidores de la Real en todas partes, más de lo que muchos creen, y que hay seguidores guipuzcoanos, por pocos que sean, siempre dispuestos a dejarse sus fuerzas, su tiempo y su dinero en la carretera para que el equipo se sienta animado en cualquier campo. Eso vale mucho. Y eso no sé si lo pueden decir todas las aficiones. Porque algunos hacen de sus campos calderas a presión, pero a la hora de viajar son más reticentes. La afición txuri urdin viaja por encima de cualquier circunstancia. En autocares, pero también en coches. Pensemos en las caras al volver de las diez derrotas consecutivas como visitante que sufrió el equipo en la segunda vuelta. Y siempre había realistas.

Lasarte siempre dijo que si a esta afición se le daba, ésta siempre respondería. Lo ha hecho. Lo hace. Lo hará siempre. Y como la base de la Real de Lasarte ha estado en recuperar la fuerza en Anoeta, los partidos en casa siempre han contado con una respuesta espectacular de la grada. Y, sí, hay pistas de atletismo. Sí, Anoeta no es Atotxa. Pero que se lo digan a los rivales. Que le pregunten al Barça que veía cuando miraba a la grada en el único partido que ha perdido en toda la Liga lejos del Camp Nou. Por eso es tan bonito que el última día de la competición fuera en Anoeta y culminara con la celebración de la permanencia. Por eso fue tan bonito que el último partido de la primera vuelta, el 0-4 en Getafe, fuera un homenaje a todos los viajantes vestidos de txuri urdin y a los que no tenemos la suerte de ver al equipo cada quince días en Anoeta. Un aplauso para todos, nos lo hemos merecido una temporada más.

miércoles, mayo 25, 2011

RESUMEN DE LA TEMPORADA (4). Aperribay y las dudas

Los resultados deportivos lo marcan todo en un club de fútbol, y que la Real siga en Primera División en la mejor nota posible en la gestión de Jokin Aperribay al frente de la sociedad. Si se hubiera producido el temido (y mucho más lejos de lo que ha podido parecer) descenso, las cosas hubieran sido diferentes, pero lograr el objetivo conlleva el riesgo de que todos parezcamos mejores o de que algunas cosas queden ocultas en el fragor de la batalla o en el ruido de la celebración. Los jugadores y el entrenador suelen ser los blancos favoritos de todos, no olvidemos que la Real es por encima de todo un equipo de fútbol, pero por encima de ellos hay unos dirigentes que también tienen que rendir cuentas, en lo legal a los accionistas del club y en lo emocional a todos los aficionados realistas. Y la sensación que deja Jokin Aperribay en esta temporada es que le han asaltado muchas dudas que no sé si ha conseguido resolver acertadamente.

El ejemplo más evidente, porque es el que todos seguimos día a día, está en lo deportivo. En pocos meses se ha pasado de la confianza absoluta en el entrenador, hasta el punto de firmar su renovación y augurarle un periplo muy largo al frente del club, a su destitución. Hemos pasado de no querer hablar de la próxima temporada hasta que no se consiguiera el objetivo a planificar a espaldas de algunos de los implicados. Hemos pasado de decirle a Diego Rivas que su renovación no se toca hasta que no sepamos nada de la temporada que viene a anunciarle a Raúl Tamudo que no continuará casi en vísperas del decisivo partido del Zaragoza. Evidentemente, esto es parcela del director deportivo, Loren Juarros, pero no podemos olvidar que éste es un delegado del presidente y del Consejo de Administración. Mal que nos pese, y aunque ha cerrado renovaciones importantes como la de De la Bella, Aperribay ha dejado sombras de improvisación, de no tener del todo claro el futuro deportivo que quiere para este equipo y de no dominar los tiempos que necesita la competición.

Si algo hay que agradecerle es que sus mensajes siempre han sido sosegados, quizá rozando un buenismo que hay que asumir como algo inherente a su cargo (aunque ha habido excepciones en la historia de la Real, la más notable la de Badiola) y a su personalidad. Pocas veces se ha salido del guión (sólo se le notó indignado después de la derrota en Anoeta frente al Hércules, cuando sí expresó su malestar por estar hablando de cosas que no fueran las propias de la competición), pero sus palabras y sus actos quedan en las hemerotecas. Aperribay debe ser más consciente de eso, porque está dando armas a sus detractores con cuestiones anunciadas y no cerradas. No me encuentro entre esos detractores convencidos porque hay que reconocer que su mandato ha traído (por las razones que sea) la necesaria calma institucional, y a pesar de que, como he dicho muchas veces, no me gustó su forma de aterrizar en el club. Pero sí que es cierto que esta temporada ha sembrado algunas dudas.

La reforma de Anoeta fue una de las tumbas de Astiazarán, y como no sepamos algo pronto del proyecto y de su viabilidad le puede pasar lo mismo al actual presidente txuri urdin. Era obvio que la mejor baza que teníamos para la reforma del estadio era la adjudicación a España del Mundial de 2016, pero después de no conseguirse desde la Real se insistió en que la reforma era posible. Hemos visto fotos pero no hechos. Cuidado, porque es un tema más sensible de lo que parece (¿quién no recuerda a Zurutuza cantando "Aperri, quita las pistas" en las celebraciones del ascenso?). La decisión de mayor calado que han tomado Aperribay y su Consejo ha sido la de poner fin a la etapa de Astore como marca deportiva de la Real. Lo cierto es que la mala gestión de las camisetas del centenario obligaba a tomar esa decisión incluso antes, pero ha llegado. Nike vestirá a la Real y, a priori, parece que el club saldrá ganando en todos los terrenos, sobre todo en la difusión de la enseña txuri urdin más allá del territorio guipuzcoano. Ya sólo falta que la multinacional respete la historia del equipo en el diseño de su camiseta.

El consejo realista no estuvo muy rápido a la hora de gestionar el necesario lleno en Anoeta para que el equipo sintiera el calor del público en las últimas jornadas de Liga, a pesar de la gran respuesta de la afición. Las medidas de la Real, que se han limitado a facilitar entradas más baratas a los socios, han llegado tarde. A tres jornadas del final, incluso hubo un medio día de ayuda al club contra el Barça. Ese dinero es necesario, totalmente de acuerdo hasta ahí, pero ojo con las fechas. Lo más reprochable en este terreno es al mismo tiempo lo más elogiable. La venta de entradas por Internet era necesaria, era uno de los saltos hacia la modernidad que necesita el club (¿cuándo se podrá pagar en taquilla con tarjeta de crédito?), pero se implantó justo el día en que llegaba a Anoeta el Sporting. Y eso facilitó que miles de sportinguistas poblaran las gradas del estadio realista. Era un día vital para la permanencia, después de siete jornadas sin ganar, y dejamos que nuestros rivales tomaran nuestro feudo. Gritamos más que ellos, pero aquello pudo ser un funeral con demasiados visitantes. Si al Getafe no le dimos más que 300 entradas el último día, ¿por qué no priorizamos a la afición txuri urdin el día del Sporting?

Muy lejos todavía de la valiente y recordada lucha que acometió José Luis Orbegozo en la Federación, pero Aperribay, además de acertar en la postura que debe mantener la Real en los conflictos televisivos y de calendario, se ha mostrado firme en esa su posición. El nuestro fue uno de los clubes que se opuso a un parón que hubiera sido absurdo, que hubiera roto por la mitad la temporada y que hubiera provocado graves perjuicios económicos y deportivos a la entidad realista. Pero falta algo más de significación mediática, no basta con que Aperribay sea entrevistado en medios locales y que deje que el presidente del Sevilla, José María del Nido, encabece el movimiento para el resto del mundo. No. La Real tiene que mantener una posición firme de defensa de sus creencias y posiciones y tiene que verse. Eso no va en contra de la necesaria humildad que siempre ha caracterizado a la Real, pero hay que hacerse notar. Quizá así los árbitros respetarían más a este equipo, a Anoeta y a su afición. Si todos se quejan y sacan algo y nosotros no hacemos ni una cosa ni la otra, eso merece una reflexión.

Aperribay deja dudas porque no ha atendido a detalles que pueden marcar una presidencia. Ni un solo acto de homenaje en todo el año. Sin entrar ya en los jugadores que merecen un recuerdo después de haber salido por la puerta de atrás de la Real o en que se ha impedido que gente como Martín Lasarte se despidiera de la gente en el campo, los 30 años que han transcurrido desde la primera Liga exigían un recordatorio en Anoeta. Pero nada ha habido. Hubo lentitud en apagar el fuego que prendió con la firma de varios jugadores realistas en aquel documento en favor del acercamiento a Euskadi de presos de ETA (hecho, no lo olvidemos, que aumenta el rechazo a la Real en muchos campos). Y se ha notado cierta pasividad, quizá para no meterse en líos, a la hora de defender al club ante agresiones mediáticas y, sobre todo, verbales de algunos campos. Ya está bien de que nadie desde la Real proteste contra ciertos cánticos que se escuchan en algunos sitios, como los insultos a Aitor Zabaleta y su memoria desde el fondo del Frente Atlético en el Vicente Calderón.

Ser presidente de la Real implica estar atento a las grandes cosas y también a los pequeños detalles. Las grandes, las que pasan por la situación económica del club, parecen muy bien controladas. Si es así, y aunque se lleva tiempo sin hablar de aquella promesa de que en algún momento hubiera elecciones cuando se calmara lo institucional, es hora de atender también otras cosas. Está en manos de Aperribay, pero esta temporada que termina a mí me deja abiertas muchas dudas.

martes, mayo 24, 2011

RESUMEN DE LA TEMPORADA (3). Martín Lasarte, otro técnico poco valorado

Si el objetivo de la temporada era la salvación, Martín Lasarte ha cumplido. Como cumplió con el de subir a la Real a Primera en la temporada anterior. Dos campañas, dos objetivos cumplidos. Pero no se terminó de valorar el ascenso como se merecía, cada vez lo tengo más claro, y tampoco se ha valorado adecuadamente esta permanencia (lo que conlleva y con qué mimbres se ha conseguido). Lasarte no es el entrenador perfecto (¿quién lo es?) y tiene errores que se han venido destacando cuando los ha cometido. Pero de los aciertos, por desgracia, se habla menos. Su valoración, como la del equipo, queda mediatizada por la forma en que se ha conseguido el objetivo, por el sufrimiento final y porque lo que tendrían que ser esperanzas e ilusiones se han convertido, para juzgarle, en obligaciones imprescindibles que la Real no puede tener nunca. Parece que esta segunda campaña en San Sebastián será la última para el entrenador del ascenso. Visto lo visto, se me hace difícil entender que se le rescinda el contrato que se le renovó a comienzos de la temporada.

Los grandes debes de la Real son los grandes debes de su entrenador. La debilidad defensiva es algo que no ha sido capaz de corregir en toda la temporada. No cambió con un fichaje en invierno, el de Demidov. Tampoco rotando entre los tres centrales canteranos de que disponía. Ni siquiera cambiando el sistema de juego con cinco defensas (sendas derrotas en Santander y Sevilla, dos partidos en los que sólo entró cuando se recuperó el esquema tradicional, el 4-2-3-1) o colocando un central en la banda. Tampoco ha sido capaz de frenar la sangría de goles encajados a balón parado, algo que tendría que prevenirse desde la pretemporada en Zubieta. Pero los grandes aciertos de la Real también son suyos. Y es innegable que con Lasarte la Real ha recuperado la fortaleza perdida en Anoeta. El equipo txuri urdin logró en casa 11 victorias y 35 puntos, un triunfo más y los mismos puntos que el Valencia, tercer clasificado. Su propio estadio fue lo que le llevó a Segunda en 2007 y lo que le privó de ascender en las dos primeras tentativas en Segunda. Lasarte cambió esa tendencia. En Primera, ante rivales de mucha más entidad, la ha mantenido. Eso es digno de aplauso y algo no tan sencillo de lograr como algunos creen. Las tendencias son tozudas y cambiarlas es complejo.

Lasarte destaca por una gran gestión del vestuario, donde los que no juegan (incluso los que no juegan aunque lo merezcan) son parte integrante, activa y solidaria del grupo. El entrenador realista tuvo desde el principio un grupo claro de titulares, en el que es difícil entrar si no estás desde el principio (que se lo digan a Agirretxe, que fue el máximo goleador de la pretemporada y, aunque fue el delantero que menos jugó en Liga, es el que mejor porcentaje anotador tiene). Lasarte falla, en cambio y con cierta frecuencia, a la hora de leer el desarrollo de los partidos. Sus cambios suelen llegar tarde y, en algunas ocaiones, le ha faltado cierta valentía en esas sustituciones. Mejorando eso, la Real habría conseguido algunos puntos más y la tranquilidad de la permanencia unas cuantas jornadas antes. Queda la duda de si el escasísimo número de empates es por una falta de aprendizaje en esto que ahora se llama competir o por una valentía inusitada, la que da más valor a una victoria que a dos empates y la que surge del deseo de conseguir tres puntos cada fin de semana. Creo que es una mezcla de las dos cosas, y el año de experiencia que han adquirido los jugadores (y el propio Lasarte) jugaría a su favor la próxima temporada.

No creo que se haya reconocido el mérito que tiene haber dejado en Primera a practicamente el mismo bloque que logró el ascenso. Eso mismo puede ser un fallo en la planificación de la plantilla, pero eso es más achacable al director deportivo, Lorenzo Juarros, que al entrenador. A éste último se le tiene que pedir que saque rendimiento de lo que le dan. ¿Lo ha conseguido? Con unos jugadores sí y con otros no, pero en general la respuesta ha sido notable y poco apreciada. Es mérito de Lasarte que sólo haya habido una ausencia que verdaderamente ha notado la Real a lo largo de la temporada, la de Joseba Llorente. Y es que uno de los pilares del juego txuri urdin era la presión arriba, la que ahogó, por ejemplo, a Villarreal y Real Madrid en los dos primeros partidos de la Liga en Anoeta. Con Llorente, es más que probable que la Real no hubiera sufrido tanto para mantener la categoría. Los cambios en la forma de jugar no le han sentado bien a Lasarte, y eso va por eliminar parte de esa presión para acomodar el sistema ofensivo a la entrada de Tamudo, pero también para los mencionados y limitados cambios de esquema con objetivos defensivos y ofensivos (fracasaron sus pocos intentos de jugar con dos arriba). La Real de Lasarte ha jugado mejor cuando se ha parecido a la Real de Lasarte.

El entrenador realista siempre deja momentos para el recuerdo en sus ruedas de prensa y en sus entrevistas. Siempre hace reflexiones interesantes. Y siempre demuestra un gran conocimiento sobre lo que es y sobre lo que debe de ser la Real, el que no mostraron otros técnicos en su paso por Anoeta como Lotina o Clemente. Eso tampoco se le ha valorado. Creo que sólo cometió un desliz en esa seguridad que le caracteriza y fueron sus palabras en Riazor, cuando tras la derrota allí de la Real descartó que el equipo estuviera listo para pelear por cotas que no fueran mayores que la permanencia. Creo que ahí cercenó una ilusión que este equipo se había ganado sobre el césped y su enfado dio la sensación contraria de la que seguramente buscó. El entorno (¿el Consejo de Administración?) lo aprovechó para multiplicar sus dudas sobre él, dudas que se acrecentaron con esa racha de siete jornadas sin conocer la victoria, con ese punto de 21 que condeó al equipo a olvidarse de sueños europeos y sufrir hasta el final. Pero la forma no resta méritos al fondo. El objetivo está conseguido, y se ha conseguido con momentos de brillantez. Fue formidable la batalla táctica que plantó a equipos como Real Madrid y Barcelona en Anoeta. O la fe que le inculcó al equipo para ganar partidos como los de Sporting y Zaragoza.

Destacando estos cuatro partidos, todos ellos en Anoeta, queda en evidencia otro de los puntos débiles de la Real de Lasarte: jugar a domicilio. Cierto es que ha habido buenos partidos (las goleadas en Getafe y Gijón, la victoria en Málaga) y notables actuaciones sin premio (en El Madrigal o en San Mamés, la segunda parte en Santander o la primera en Cornellá-El Prat), pero han sido demasiadas las actuaciones deficientes lejos de Anoeta. El problema no es de fútbol, sino mental y de motivación, y eso es una cuestión que debe resolver el técnico. Y no lo ha conseguido hacer en esta temporada. La pasada sí lo logró, de hecho se consiguió el ascenso gracias a la espectacular victoria en Cádiz después de una segunda vuelta como visitante casi tan errática como la de esta campaña. Pero en ésta ha fallado algo. Quizá sea sólo que en la segunda vuelta se concentraron las visitas a casi todos los estadios más complicados de la Liga (El Madrigal, Bernabéu, Calderón, San Mamés, Mestalla, Sánchez Pizjuán...), pero la Real siempre ha sido capaz de plantar cara a los mejores equipos incluso en sus terrenos de juego. Fortaleza en Anoeta y endeblez fuera. 35 puntos contra diez. Eso mató el espíritu que Lasarte proyectaba al exterior.

¿Suficiente para cesarlo? Yo diría que no. En absoluto. La Real no puede seguir cambiando de entrenador cada año o cada dos. Sobre todo cuando no hay motivos reales para prescindir de un técnico que tiene contrato en vigor y que ha realizado las tareas que se le han exigido. Ascenso y permanencia. Lo que tiene que tener la Real. No puede ser éste un club que pierda la confianza en un profesional tan elegante y fiable como Lasarte por los resultados negativos de dos meses de una competición. No puede ser que a Lasarte, o al que venga, se le exija ya el año que viene una clasificación europea o, siquiera, una salvación sin apuros sí o sí. Lasarte es un muy buen técnico. Si se va, tiene que hacerlo por la puerta grande. Pero me temo que se irá como otro entrenador poco valorado en la historia de la Real, a pesar de sus logros.

lunes, mayo 23, 2011

RESUMEN DE LA TEMPORADA (2). Los jugadores

1. Bravo (9)

El mejor realista ha sido el guardameta chileno. Y eso, teniendo en cuenta el elevadísimo número de goles encajados, tiene mérito. En la primera vuelta, no es descabellado decir que fue de los mejores porteros de la Liga. Después tuvo unos partidos en los que dejó de parar lo imposible, pero volvió a tiempo del final del torneo. Su única asignatura pendiente, los goles de falta directa.

2. Carlos Martínez (7)

Si algún entrenador es capaz de enseñarle a medir mejor sus subidas, será el lateral derecho de la Real durante una década. Su entusiasmo es imprescindible para este equipo, incluso sin un gran porcentaje de acierto en sus centros. Tiene tanto corazón que es capaz de levantar al equipo en los peores momentos. Con sus defectos, es un buen defensa y un notable atacante al lado de Xabi Prieto. Su lesión la notó el equipo.

3. Mikel González (4)

Es el defensa que más ha sufrido. Tener las mejores condiciones le ha llevado a cubrir los peores marrones. Primero, jugando como central zurdo. Después, como ya hiciera la pasada temporada, también de lateral por la izquierda en el lugar de De la Bella. Y la Primera División no es la Segunda. Aquí se sufre más. Y cuando se sufre, es más fácil cometer errores.

4. Elustondo (4)

Por más que juega, no tiene la influencia en el equipo que tendría que tener. Lo deja todo sobre el césped, eso es indudable, pero salvo en algún partido muy concreto nunca ha estado cerca del jugador decisivo que fue con Lillo de entrenador al comienzo de la temporada 2008-2009. Está en una encrucijada. Si quiere ser un hombre importante para la Real, debe dar un paso adelante ya.

5. Markel Bergara (5)

Su caso es parecido al de Elustondo, aunque, por ser más un robador que un constructor y por un buen final de temporada, merece mejor nota. Memorable su esfuerzo contra el Barcelona. La marcha de Diego Rivas, y a menos que la Real contrate otro mediocentro de sus condiciones, le abre las puertas de la titularidad. No va a tener mejor oportunidad para ser alguien en la Real.

6. Labaka (4)

Como todos los centrales del equipo, algo sobrepasado. Labaka es, quizá, el menos dotado de los tres canteranos de este puesto y Lasarte confía más en Ansotegi y Mikel González, pero cuando ha jugado (sólo nueve partidos de titular) no ha desentonado. Labaka siempre ha parecido mejor cuando su compañero de defensa le aporta tranquilidad. Y tranquilidad ha habido poca atrás este año.

7. Griezmann (7)

Muy buena temporada la del joven francés. Tuvo el temido bajón por su falta de vacaciones tras pasar el verano con la selección francesa, pero su influencia fue mayor de la esperada antes y después de ese bajón. Junto a Tamudo y Xabi Prieto ha sido el máximo goleador del equipo, con siete goles, aunque ha podido hacer más y seguro que bate sus registros en el futuro. Y a él se debe la importantísima victoria ante el Sporting.

8. Llorente (8)

Gran fichaje, esencial para el juego que quería hacer la Real este año. Su presión, sus movimientos, sus asistencias y sus goles podrían haber llevado a la Real muy arriba, pero su inoportuna hernia discal privó a Lasarte de un potencial demasiado valioso. Marcó cinco goles en 18 partidos, pero su importancia hay que medirla por muchas más cosas. Por ejemplo, estuvo prodigioso en Getafe sin marcar.

9. Agirretxe (8)

Es difícil de entender que un jugador que apenas ha jugado en Liga 204 minutos repartidos en once partidos tenga una nota tan alta, pero Agirretxe le ha ganado. Fue el máximo goleador de la pretemporada y tiene el mejor promedio goleador en Liga. En Copa jugó 160 minutos y marcó otro gol. Con las sequías que han tenido los atacantes realistas, es incomprensible que no haya jugado más. Se lo merecía.

10. Xabi Prieto (8)

Imprescindible para la Real. Sigue siendo intermitente, pero tiene más clase que nadie y tiene números de crack: siete goles (máximo goleador del equipo) y 13 asistencias. Se rumoreó que Del Bosque podía llamarle para la selección. Un seguro con clase en los penaltis: cuatro de cuatro. Además, ha ganado en carácter y ha aceptado el papel de líder que le corresponde. Es el que más ha jugado, tras Bravo Gran temporada.

11. Aranburu (7)

Notable campaña del capitán, que año tras año sigue en la brecha y dando la cara en todas las circunstancias. Hizo cinco goles, una gran cifra, incluyendo el gol de la salvación virtual, ante el Zaragoza, y un doblete en Getafe. Asentado en el doble pivote junto a Diego Rivas, donde más y mejor ha rendido, también ha sido el sustituto habitual de Zurutuza en la mediapunta. Tiene cuerda para rato.

13. Zubikarai (-)

Con toda la importancia que tuvo la pasada temporada, convertido en el portero del ascenso por las ausencias de Bravo y Riesgo, esta vez Zubikarai se ha tenido que conformar con el papel de eterno suplente. Sólo jugó en la Copa, no se mostró tan seguro como le recordábamos y no pudo hacer gran cosa para evitar la eliminación de la Real.

14. Sarpong (2)

La gran decepción de la temporada sin ningún género de dudas. Necesitábamos un suplente de garantías para Xabi Prieto y sólo vimos un nuevo Jonathan Estrada. Su papel de revulsivo al inicio de la temporada (marcó un gol en Liga y otro en Copa) fue un espejismo. No ha enseñado nada que anime a pensar en él como un jugador de futuro para la Real.

15. Ansotegi (4)

Como a Mikel González y a Labaka, el salto de categoría le ha pasado factura. Igual que sus compañeros, no es que lo haya hecho mal, pero la sensación de seguridad en Segunda se ha convertido en un miedo continuo en Primera. Le ha faltado contundencia y, sobre todo, poderío aéreo. Sus cifras goleadores, además, han bajado y sólo anotó un gol, ante el Almería. Necesita crecer en la élite. Puede hacerlo.

16. Demidov (5)

Buen fichaje el de el noruego. Como toda la defensa, ha sufrido mucho, pero Demidov ha aportado una contundencia que nadie estaba demostrado. Es de esos defensas que, si tiene que hacer una falta, la hace. Su papel tiene que ser el mismo que cumplió Schürrer en la Real subcampeona de 2003. Y para ese debe borrar pequeños despistes como el que costó el gol del Getafe en la última jornada.

17. Zurutuza (6)

Dos partes muy diferenciadas en la temporada de Zurutuza. La primera, sobresaliente, dotando a la Real de mucho fútbol. La segunda, intrascendente, producto de un agotamiento más mental que físico que le llevó al banquillo en muchos partidos, desde el inicio y en la segunda mitad. Es muy bueno, pero le falta la regularidad de jugar toda una temporada al mismo nivel. Dos goles son pocos para él, debe afinar más la puntería.

18. Viguera (-)

Papel testimonial el de Borja Viguera en esta temporada. Apenas jugó 68 minutos repartidos en cinco partidos de Liga y 57 en los dos de Copa. Fue cedido en el mercado invernal al Nastic de Tarragona y allí, después de marcar dos goles en sólo cinco partidos, sufrió una grave lesión de rodilla. Su futuro de txuri urdin es incierto, habrá que esperar hasta la pretemporada.

19. Diego Rivas (8)

Verle despidiéndose entre lágrimas es el mejor resumen de su paso por la Real y de esta temporada. Grandísimo trabajo el suyo, fue el stopper que todo equipo necesita. Supo jugar como nadie en el filo de la navaja, haciendo faltas sin ver tarjetas. Cortó incontables balones. Y marcó dos goles. ¿Por qué no renueva? Loren sabrá. En el primer equipo no hay nadie con sus condiciones. Le echaremos de menos.

20. Tamudo (6)

Sus siete goles han dado puntos importantes (nuevo con los que marcó ante Almería, Osasuna y Mallorca, más el vital gol que le hizo al Zaragoza), pero su juego no encaja tan bien en este equipo como el de Llorente. Su derroche es inmenso en cada partido, pero con frecuencia se le ha visto desconectado de sus compañeros. Lo que no pierde ni perderá nunca es el olfato de gol. Para la Real, ha sido un lujo no del todo aprovechado.

21. Ifrán (6)

Como a Tamudo, pesa en su valoración que no estaba llamado a ser el titular en esta temporada. Vino lesionado y su estreno se pospuso aún más por nuevas lesiones, y cuando jugó mostró buenas cualidades. Velocidad, buen disparo, rapidez de ideas y un gran toque en las faltas. Sólo dos goles, pero el segundo pasa a la historia por ser uno de los que permitió ganar al Barcelona. La próxima temporada medirá su futuro.

22. Estrada (5)

Ni frío ni calor. Lejos del entusiasmo de Carlos Martínez y ya sin opción de ser el recambio de Xabi Prieto, no acaba de encontrar su sitio en el equipo. Ni defiende ni ataca mal, pero no se le echa de menos cuando falta. Entró en el equipo con la lesión del navarro y mantuvo el tipo, creciendo poco a poco al principio, pero sin ofrecer mucho más después. Debutó como goleador en Cornellá-El Prat.

23. Sutil (6)

Si algo está fuera de toda duda, es el compromiso de Sutil con la camiseta que viste. Aprovechando que Griezmann iba a entrar poco a poco, tuvo sus minutos y les sacó partido, debutando como goleador en Almería. Perdió importancia en el equipo por una lesión y no terminó de recuperar el nivel. Sin embargo, recibió el premio de anotar el gol ante el Getafe, el que certificó definitivamente la permanencia. Puede crecer.

24. De la Bella (6)

Otro jugador al que una lesión pasó factura. Inició la Liga a un nivel fantástico, pero entre su baja y la situación generada antes de que firmara la renovación perdió enteros. Cuando regresó, echó en falta cierta capacidad ofensiva, que es lo que hace de él un muy buen lateral. El año que viene también será crucial para él, pero es un jugador muy importante que por ahora no tiene recambio.

26. Illarramendi (7)

Sólo ha jugado tres partidos, pero ha dejado un reguero de ilusión en torno a su futuro. En los dos partidos que jugó como titular fuera de casa fue el mejor jugador txuri urdin. Llevamos muchos años escuchando hablar de Illarramendi y hay ganas de verle triunfar en el primer equipo. ¿La próxima temporada? Lo que ha demostrado invita a ser valiente con él.

domingo, mayo 22, 2011

RESUMEN DE LA TEMPORADA (1). Una valiosa permanencia difícil de analizar

Hace un año, cuando la Real subió a Primera, casi todo el mundo habría firmado una permanencia en la máxima categoría del fútbol español, aunque fuera en la última jornada. En general, no se le pedía más al equipo, seguramente porque muchos no confiaban en que tuviera mucho más que ofrecer (y seguro que muchos pensaron que ese equipo no podía permanecer en Primera). Eso es lo que se ha conseguido, la permanencia en la última jornada, aunque en realidad hubieran bastado los 44 puntos que se sumaban en la jornada 36. Sin embargo, la sensación que ha quedado es extraña. Durante buena parte de la temporada, la Real ha demostrado que podía aspirar a más. Quizá incluso que debía hacerlo, pues el fútbol es ilusión y cortarla de raíz es lo menos inteligente que uno puede hacer en este mundo. Pero es lo que hizo la Real. Quizá más eso que se denomina el entorno que el equipo, aunque desde el vestuario también salieron mensajes limitadores, pero lo cierto es que la ilusión se fue quebrando poco a poco para dejar paso al sufrimiento e incluso al miedo en alguno casos. Tendentes como somos al pesimismo, y si ya hace un año parecía que no se había valorado en su justa medida el ascenso, es casi seguro que sucederá lo mismo con esta permanencia.

No sería justo ese análisis, porque la permanencia se ha cimentado en mimbres muy nuestras. La Real es un equipo de cantera, y lo ha demostrado esta temporada una vez más, aunque haya sido la primera en más de cinco décadas en la que no se ha producido el debut de ningún potrillo del Sanse. La Real es un equipo económicamente modesto, y aunque el fichaje de Llorente fue una inversión importante la base del equipo ha sido la misma que logró el ascenso (eso tiene una lectura positiva y otra negativa, claro). De hecho, en muchísimas jornadas sólo el delantero centro variaba con respecto al equipo que jugó en Segunda. La Real, y ese es uno de los méritos poco reconocidos a Martín Lasarte, es un equipo fuerte en casa. Salvo las debacles ante Hércules y Málaga, no ha sido inferior a ningún rival y mereció sumar muchos más puntos frente a los equipos grandes. Esas han sido las constantes de este equipo, constantes que podrían haber firmado las mejores escuadras que vistieron la camiseta txuri urdin en el pasado. Eso es digno de aplauso. Eso es lo que mostró la Real en una primera vuelta maravillosa. Nadie que viera los dos primeros partidos en casa, ante Villarreal (1-0) y Real Madrid (1-2), y a pesar de sus dispares resultados, podía pensar que este equipo iba a sufrir para mantenerse.

Esa Real de la primera vuelta fue sobresaliente. Sumó 25 puntos, cinco victorias en casa y tres fuera. Y aunque perdió los partidos ante los rivales más notables de la clasificación, demostró que no era inferior a ninguno de ellos. No lo pasaron bien en Anoeta ni Real Madrid, ni Valencia, ni Atlético de Madrid, por mucho que se llevaran los tres puntos. Cayeron en el estadio donostiarra equipos que han acabado consiguiendo plaza para competición europea como el Villarreal o el Athletic de Bilbao. Y lejos de Anoeta, el equipo de Martín Lasarte sumó tres victorias sobresalientes y con mucho más fútbol del que muchos le llegaron a reconocer en su momento. Llorente estaba estelar en todas las facetas del juego, de Xabi Prieto se hablaba como futuro internacional, Griezmann y Zurutuza sorprendieron a toda la Liga española y Bravo, con paradas antológicas como aquella ante el Espanyol que salvó la victoria en Anoeta, podía presumir de codearse con los mejores porteros de la competición. Cierto es que había algunos lunares, que pasaban por la endeblez a balón parado, por la mala imagen ofrecida en algunos partidos lejos de Anoeta (Mallorca, Osasuna), por el enésimo fracaso copero (perdió los dos partidos ante el Almería, colista de la Liga y primer equipo descendido) y por los demasiados goles encajados.

Tras el comienzo de la segunda vuelta, la Real ofreció su peor cara. Las tres victorias seguidas en Anoeta ante Almería, Osasuna y Mallorca colocaron al conjunto txuri urdin en disposición de luchar por Europa. Estaba ya en los puestos que daban acceso a esas competiciones, los equipos calificados como más grandes que la Real pasaban por momentos difíciles (Sevilla y Atlético de Madrid no han tenido temporadas fáciles) y el juego y la solvencia del conjunto txuri urdin estaban en auge. Pero entonces llegó la fase más inexplicable de la temporada. Los de Lasarte acumularon siete jornadas sin ganar, en las que sólo sumaron un punto. Perdieron ante rivales europeos como el Espanyol (goleados por 4-1), mostraron una cara amarga y descibujada en desplazamientos como los de Riazor o Vicente Calderón y, para colmo, el fortín de Anoeta dejó de serlo. Tres equipos que han pasado en descenso tramos muy importantes de la temporada, aunque al final sólo bajó uno de ellos, sacaron puntos de Anoeta consecutivamente. Primero empató el Levante. Después ganaron Málaga y Hércules. Ambos llegaron a San Sebastián como colistas de la categoría. Como fuera de Anoeta la Real sólo encajaba derrotas, su colchón sobre el descenso se iba reduciendo paulatinamente.

La respuesta del equipo, en todo caso, fue sobresaliente. Sin mucho fútbol ya, sin demasiada gasolina en las piernas, con algunos puntos que volaron a causa de los árbitros y con contratiempos importantes como la grave lesión de Llorente (se perdió toda la segunda vuelta), el equipo sacó fuerzas de flaqueza, gracias también al incansable apoyo de la afición. La Real no había remontado más que un partido en toda la temporada, en El Molinón, pero de forma consecutiva levantó en Anoeta para acabar ganando los empates que lograron en la segunda mitad Sporting y Zaragoza, y le dio la vuelta al marcador contra el Fútbol Club Barcelona. Cierto que llegó con algunos suplentes, pensando en ese cuádruple duelo que vivió el equipo de Guardiola contra el Real Madrid en apenas tres semanas, pero en Anoeta estuvieron Messi, Piqué, Dani Alves o Xabi. Y perdieron. Fue el momento grande de la temporada y tres puntos vitales para certificar la ansiada permanencia. No llegó antes porque como visitante la trayectoria de la Real seguía siendo nefasta. Al final fueron diez derrotas consecutivas, un dato inaudito, coronado por dos flojas actuaciones en Valencia y Sevilla que condenaron a la Real a sufrir hasta la última jornada. Y es que, por primera vez, un equipo con 43 puntos se marchó a Segunda.

El gol de la permanencia lo marcó Aranburu ante el Zaragoza en la jornada 36. Con ese gol se alcanzaron los 44 puntos. Pero las matemáticas quisieron que el sufrimiento durara hasta el minuto 65 de la jornada 38. En ese instante, Sutil empató el partido ante el Getafe. La X en la quiniela bastaba a ambos equipos, por lo que el marcador no se iba a mover más. La Real hizo méritos para que la salvación quedara certificada mucho antes, pero adoleció de varios problemas que se lo impidieron. No supo empatar los partidos que no pudo ganar (sólo tres igualadas en todo el campeonato), y se le fueron por el camino muchos puntos que le habrían colocado en terrenos más plácidos. La trayectoria fue, claramente, de más a menos, y eso es lo que deja una sensación extraña al final de esta temporada. Pero la Real ha cumplido con lo que tiene que ser: es un equipo de mitad de la tabla que, si hacia los tres cuartos de la temporada gana cuatro partidos seguidos acabará luchando por Europa y que, por el contrario, si los pierde vivirá pendiente de los puestos de descenso. Esta vez no perdió cuatro, sino que fueron seis y por eso la angustia fue mayor. Pero es la Real el equipo que se ha salvado. Con lo bueno y con lo malo, ésta es la Real. Valorémoslo. Disfrutémoslo.

sábado, mayo 21, 2011

REAL SOCIEDAD 1 - GETAFE 1 Salvados

Era todo o nada y ha sido todo. Porque la salvación lo es todo. Antes del partido no importaba ni lo bueno ni lo malo que hubiera hecho la Real a lo largo de la temporada. Después del encuentro ante el Getafe, ya no importa nada de lo que haya sucedido en el conjunto de las 38 jornadas. Mucho menos lo visto en este encuentro final. Ni el sufrimiento de la primera mitad tras el gol de Cata Díaz. Ni la mirada distraída hacia los demás encuentros de la jornada, sobre todo a lo que sucedía en La Coruña y Mallorca, que fueron los dos campos que aseguraban durante casi todo el tiempo la permanencia de la Real. Ni tampoco los 25 minutos finales tras el empate de Sutil. Nada importaba. Sólo la permanencia en Primera División. Eso se ha conseguido en un Anoeta abarrotado. Los análisis de cómo se ha llegado a esta situación quedan para mañana. Hoy lo importante es celebrar lo conseguido, al alimón con el Getafe, sin olvidar que el equipo txuri urdin es un recién ascendido. Y queda otra cosa de este partido. Las lágrimas de Diego Rivas, que sabe que no seguirá en la Real, que hoy se ha despedido de una afición que se ha dejado la voz y la vida pidiendo una renovación que no llegará.

Para la final decisiva, Lasarte confió en los suyos, en los que han conformado el once tipo durante buena parte de la temporada. La única salvedad fue que Mikel González le ganó la partida a Ansotegi. Lo demás, lo previsto. El regreso de Demidov al centro de la defensa. La experiencia de Diego Rivas y Aranburu en el mediocentro. La calidad de Zurutuza, Xabi Prieto y Griezmann en la mediapunta. Y Tamudo arriba. No se pudo comprobar si la apuesta era buena porque en el minuto 9 el Getafe se adelantó. Y se adelantó de la forma más lamentable posible, aprovechando el auténtico talón de Aquiles de la Real de esta temporada: las jugadas a balón parado. Es asombroso lo mal que defiende el equipo de Lasarte esta suerte futbolística, es increíble la cantidad de goles que ha encajado de esta forma. Eso, sumado a la deficiente trayectoria como visitante de la segunda vuelta, es lo que ha colocado a la Real sufriendo en la jornada 38 de la Liga, cuando tiene potencial y ha hecho méritos para conseguir la permanencia mucho antes. Pero mucho antes. Y hay otro detalle. El gol del Getafe fue el único disparo entre los tres palos del equipo visitante. A la Real eso le ha sucedido también en demasiadas ocasiones, al menos encajar el primer disparo a puerta que recibe Bravo. Otro detalle a corregir.

El 0-1 ponía a la Real en situación de peligro, pero relativo. Nunca estuvo en puestos de descenso y tampoco tan cerca del abismo como para pensar en el descenso. La Real siempre estuvo al menos a dos goles de caer en los tres últimos puestos, y normalmente fueron más. Pero había que empatar para garantizar la permanencia. Resulta obvio concluir que el ambiente pesó a bastantes jugadores. Griezmann, por ejemplo, al que apenas se vio en todo el encuentro. Muchso fallaban pases fáciles y el juego de la Real se resentía. Xabi Prieto sí cogió los galones y encabezó casi todas las jugadas de ataque de la Real. A excepción de una llegada a gol que Albín lanzó fuera con la salida de Bravo, las ocasiones tuvieron color txuri urdin. Tamudo tuvo la más clara, al rematar de cabeza y a las manos de Ustari un precioso centro de Carlos Martínez. Demidov también pudo marcar, igualmente de cabeza, pero el meta visitante hizo la parada de la noche. Tensión o no, el 0-1 al descanso era un premio muy excesivo para el Getafe, pero en el fútbol los goles no se merecen, sino que se marcan. Y la Real no había conseguido aprovechar ninguna de sus ocasiones.

Sin mucha más historia que contar, el partido se acabó en el minuto 65, y se acabó, curiosamente, gracias al primer cambio de Lasarte. El técnico uruguayo sí apostó en el descanso, cosa que no ha hecho demasiadas veces a lo largo de la temporada. Quitó a un Zurutuza al que la temporada se le ha hecho larguísima y que hace ya bastantes partidos que no consigue que su calidad se haga notar en el campo. Y metió a Sutil, un jugador al que durante buena parte de la temporada no le han salido bien las cosas, pero que siempre se ha dejado la vida sobre el césped. Y hoy encontró su justo premio, con el gol que definitivamente cartificaba la salvación de la Real. El tanto realista fue un calco del que había marcado el Getafe en la primera mitad, prácticamente la misma falta, con incluso mayor deficiencia en el marcaje. Sutil entró solo, sin marca alguna, y anotó el empate de cabeza. Y ahí, en el minuto 65, se acabó todo. El Depor perdía en La Coruña ante el Valencia y el Mallorca en la isla ante el Atlético de Madrid. Esos dos resultados daban la permanencia no sólo a la Real sino también al Getafe.

Esa nueva situación llevó a los dos equipos a pensar que estaba todo hecho. Que no hacía falta arriesgar en veinte minutos lo que se había conseguido en las 37 jornadas y 70 minutos. Y tenían toda la razón. El tramo final del encuentro fue una sucesión de pases sin riesgo por parte de los dos equipos (más por parte de la Real, que al menos tuvo la inteligencia de disfrutar de una mayor posesión para asegurar que el Getafe no se aventurara a romper ese pacto no escrito), con el árbitro como espectador privilegiado y sin ganas de meterse en problemas. No había necesidad. Y por eso, tras apuntalar el centro del campo con Markel Bergara (que sustituyó al apagado Griezmann), ya sólo quedaba el homenaje a Diego Rivas. El manchego se retiró del campo en el minuto 86. Lo hizo llorando. Y seguro que hizo llorar a más de uno. Y fueron muchos los que en Anoeta corearon aquello de "Rivas, quédate". Pero él sabe, como lo sabemos todos, que no va a continuar. Fue su último partido en la Real. Sus lágrimas evidencian un cariño que es fácil obtener de alguien que viene de fuera. Las nuestras son de agradecimiento por habernos demostrado que no era el jugador que vimos en su primer año aquí y por todo lo que nos ha dado. Gracias y hasta siempre.

La Real sigue en Primera, y es irónico que sea el día en que Lotina ha vuelto a bajar a Segunda, esta vez con el Depor. Los análisis más sosegados quedan para la próxima semana, pero sin pensar en cómo se ha llegado hasta aquí es obligado considerar la permanencia como un logro. Por cómo hemos llegado hasta aquí, porque sabemos de dónde venimos, por los merecimientos contraídos, porque ha sido la permanencia más cara de la historia. La Real ha defendido su plaza en la élite del fútbol español peleando hasta el final, dejándose la vida en casi cada partido, ofreciendo lo que cada uno ha tenido en cada momento. A veces incluso más. Y era una plantilla que, en su gran mayoría, jugaba en Segunda División hasta hace menos de un año. La Real es de Primera. Lo ha demostrado. Se ha merecido la permanencia. Mucho antes, además. Pero ha llegado como ha llegado. No es el momento de analizarlo. Es el momento, como dijo Martín Lasarte, de celebrarlo. Porque no olvidemos que es el segundo año consecutivo que tenemos motivos de celebración. Venimos de años oscuros. Tenemos un camino luminoso por delante. Si nos creemos que podemos recorrerlo, claro. Juntos podemos conseguir grandes cosas. No nos desunamos. Lo dijo Lasarte hace un año.

viernes, mayo 20, 2011

PREVIA Real Sociedad - Getafe. Todo o nada

Se acaba la temporada y lo hace en situación de todo o nada (sábado, 22.00 horas, Anoeta, La Sexta y autonómicas). Todo es la permanencia. Nada es el descenso. Al menos no es un cara o cruz, sino que la Real mantiene la categoría en todos los casos que pudieran darse con la victoria y con el empate, e incluso en bastantes de las probabilidades que incluyen la derrota en San Sebastián ante el Getafe, otro de los equipos que se juega la vida en esta jornada 38 de Liga. Anoeta estará lleno a reventar, como en las grandes citas. Ya no será el momento de recordar la bonita victoria ante el Barça o las tristes derrotas ante los colistas Hércules y Málaga. Ya sólo será el momento de luchar, de defender el escudo sobre la camiseta txuri urdin, a las 32.000 almas que abarrotarán el estadio donostiarra y a muchos miles más que sólo podrán verlo por televisión, escucharlo por la radio o sufrirlo en la distancia. Es una final como no ha jugado la Real ninguna en mucho tiempo. Y la clave, como dijo Llorente, es ni imaginarse la posibilidad de que el Getafe saque algo de Anoeta. Ese fortín. A por ellos.

No hay sorpresas en la elección de Martín Lasarte para confeccionar la convocatoria para el partido contra el Getafe, como tampoco las habrá con seguridad en el once que salte al campo en este último y decisivo partido. La principal novedad de la lista de 18 es la ausencia de Joseba Llorente, que con su presencia en el banquillo del Sánchez Pizjuán la semana pasada puso punto final a su temporada tras la hernia que le apartó de los terrenos de juego desde la primera jornada de la segunda vuelta. Y se le ha echado mucho de menos. Vuelven a la convocatoria Demidov y Carlos Martínez, tras superar las molestias que les apartaron del encuentro de la pasada jornada, y también Tamudo después de cumplir un partido de sanción. La apuesta de Lasarte por la veteranía ante los partidos clave deja fuera de la lista a los potrillos Cadamuro e Illarramendi. Sarpong y Labaka son los dos descartes por motivos técnicos.

Todo lo que sea que Lasarte no apueste por su once de gala, con dos pequeñas dudas, será una sorpresa. Así, Bravo estará en la portería. Carlos Martínez y De la Bella ocuparán los laterales. Demidov será uno de los centrales, y el otro puesto se lo juegan Mikel González yAnsotegi, con más opciones para el segundo. Diego Rivas y Aranburu ocuparán el doble pivote, aunque Markel cuenta con papeletas tras retirarle el Comité de Competición la tarjeta que vio en Sevilla, que habría sido la quinta y hubiera supuesto un partido de suspensión. Por delante, el trío de más talento del equipo: Griezmann por la izquierda, Xabi Prieto por la derecha y Zurutuza por el cento. Y en punta lo lógico es que salga Tamudo, dejando en el banquillo a Agirretxe (con los pocos minutos que ha jugado, espectacular media anotadora la suya tras el gol logrado en Sevilla) e Ifrán. No es probable, pero hay una posibilidad de que Aranburu sustituya a Zurutuza en la mediapunta, lo queda más opciones a Markel y alguna más a Elustondo para el doble pivote.

La Real se salva se gana, la Real se salva si empata. Con eso, no hay más cábalas posible. Si sucede lo que es imprensable y el equipo txuri urdin pierde, estará a expensas de lo que suceda en otros campos. La primera mirada irá a Valencia, pues si el Zaragoza pierde ante el Levante el descenso se llorará en la capital aragonesa. Si los maños vencen, la Real también se salvará si el Deportivo no puntúa en casa ante un Valencia que ya ha terminado la temporad. El único caso en el que el equipo txuri urdin descenderá es si se dan las victorias de Depor y Zaragoza y que Mallorca u Osasuna puntúen. Lo que condena a los realistas es un empate a puntos sólo con los baleares y los pamploneses, pues con ambos tiene el average particular perdido. En empates a puntos múltiples, la Real nunca sería el último equipo y, por tanto, no descendería. Como en las grandes citas, Anoeta será una caldera, donde habrá más de 30.000 corazones de txuri urdin y apenas tres centenares de seguidores del Getafe. Un empate podría valer a ambos equipos. Es increíble que haga falta la última jornada para dilucidar la permanencia, pero así han venido las cosas. Hay que seguir en Primera. No hay más.

La breve historia de los duelos entre Real Sociedad y Getafe ofrece buenas noticias para el equipo txuri urdin, pues los madrileños nunca han ganado en Anoeta en las tres visitas que han rendido al estadio donostiarra, todas ellas en Primera División. Y si el Getafe no gana en este cuarto enfrentamiento, la Real sigue en Primera, así de sencillo. En todo caso, el Getafe no tiene mala estadística, pues empató en dos de los tres encuentros jugados en San Sebastián. Estas igualadas se produjeron en las temporadas 2004-2005 (1-1, el tanto realista lo anotó Nihat) y 2006-2007 (0-0). El otro duelo fueuna clara y contundente victoria realista por 3-0 en la campaña 2005-2006. Aranburu, Nihat y Xabi Prieto de penalti hicieron los goles para lograr una victoria, la tercera consecutiva, que colocó a la Real en puestos europeos cuando se habían disputado ya nueve jornadas de Liga.

La última de esas visitas fue en la temporada 2006-2007, en un partido en el que Lotina y Schuster apostaron por el 0-0 y dejaron a sus atacantes en el banquillo. Ni Real ni Getafe alinearon delantero centro alguno y sí una línea de tres mediocentros. Y así parece ciertamente complicado que el marcador se pudiera mover. Sólo en los últimos quince minutos del partido se vio a la Real intentando conseguir tres puntos que eran vitales, pues la Liga había alcanzado ya la jornada 13 y el equipo txuri urdin todavía no había sumado tres puntos de una sola tacada. Pero Lotina tardó incluso más que Schuster en colocar a un nueve en su equipo. La entrada en el campo de Kovacevic permitó algunas llegadas de peligro, las pocas que pudo generar en la media hora que jugó. Abbondanzieri sacó una buena ocasión de la Real, aunque Bravo, ya titular en el equipo, también se lució en una oportunidad getafense. El equipo de Lotina caía así al decimonoveno puesto y con la visita al Camp Nou en el horizonte. La victoria, la ansiada primera victoria, no llegaría hasta el siguiente encuentro en Anoeta.

La primera vuelta de la presente temporada, la 2010-2011 se saldó con la mayor victoria a domicilio de la Real, 0-4. De hecho, la última que ha conseguido el cuadro de Martín Lasarte, antes de encadenar diez derrotas consecutivas como visitante. Xabi Prieto abrió el marcador al transformar un claro penalti con su seguridad habitual. Antes del descanso, Griezmann anotó un golazo de volea a centro de Llorente (partidazo el suyo a pesar de no marcar). Su celebración besando la ikurriña de la manga ha sido una de las imágenes de la temporada. Aunque el Getafe nunca consiguió generar verdadero peligro, el partido no quedó visto para sentencia hasta los minutos finales, cuando Aranburu saltó al campo y anotó dos goles más en sendos contraataques. La numerosa hinchada txuri urdin que se dio cita en el Coliseum Alfondo Pérez disfrutó de lo lindo con un partido que ganó la Real por su categoría, la que olvidó en buena parte de los partidos a domicilio que le siguieron, y también porque tuvo la necesaria suerte de cara. Esta es la segunda mayor goleada lejos de San Sebastián de la historia de la Real. Repetir victoria hará que sigamos soñando en la élite.

domingo, mayo 15, 2011

SEVILLA 3 - REAL SOCIEDAD 1 Traición

Traición en Sevilla. Traición. No hay otra palabra. No es la Real el equipo que ha perdido en Sevilla. Y hoy la responsabilidad sí es de Martín Lasarte, que ha plantado sobre el césped del Sánchez Pizjuán una alineación que rozó el absurdo. Con un sistema de juego inédito. Vendiendo por completo las posibilidades que podían tener Griezmann e Ifrán. Dando protagonismo a unos jugadores, algunos, que no lo merecen en esta categoría sin que hayamos sido capaces de abrir ese debate en toda la temporada. No, esa no era la Real. La Real era la que ha jugado la última media hora. No exactamente, pero al menos se ha parecido más a lo que tiene que ser, para bien o para mal, el equipo txuri urdin. Un equipo valiente, decidido, serio y honesto. Eso no lo fue en los primeros 60 minutos y perdía 2-0. Lo fue en los últimos treinta y logró, con todos sus defectos y problemas, un 1-1. Los cambios devolvieron la esencia a la Real y el empate no fue una quimera. Ni mucho menos. Pero hoy la Real ha perdido porque se lo ha buscado desde los vestuarios, a pesar de que no se materializara hasta la segunda mitad. Lo de hoy ha sido una traición que nos cuesta seguir pensando en la salvación en la última jornada. Increíble.

Lasarte siempre ha dicho que en los partidos importantes hay que apostar por la veteranía. Que los experimentos hay que hacerlos cuando se puede, no a toda prisa y en momentos de gran trascendencia. Y hoy Lasarte ha traicionado esos principios, se ha acobardado en un partido en el que todo estaba a punto de caramelo para buscar con firmeza una victoria que necesitaba, no ya solo para certificar la salvación sino para que esta Real diera el necesario paso adelante y rompiera la desastrosa estadística de perder todos (¡TODOS!) los partidos que ha jugado como visitante en la segunda vuelta. Y la apuesta fue que el lamentablemente bautizado como punto de la Federación bastaba para salvar la papeleta. Y no. No puede ser que la Real salga a un campo pensando en un 0-0 y mirando el marcador simultáneo, que hoy estaba tan desactivado como el juego ofensivo de la Real. Lasarte colocó a cinco defensas y a tres mediocentros. Ocho jugadores defendiendo. Ocho. Y arriba, enviados a pelear al mismo tiempo con molinos de viento y gigantes, quedaron Griezmann e Ifrán. "Un buen partido de control" en la primera mitad, dijo Lasarte. Y no, eso no puede ser para un equipo como la Real.

Porque la Real no sabe jugar en esa delgada línea que separa el control de la locura. Y hoy, una vez más, lo ha demostrado. La Real sabe hacer una serie de cosas y salir con ocho atrás no es una de ellas. Carlos Martínez no pudo jugar, y Estrada, su sustituto, ahondo esa línea de inacción que le ha caracterizado casi siempre. Markel y Elustondo controlaron, sí, junto a Diego Rivas, pero no son capaces de sacar el balón jugado. De hecho, es impresionante que Rivas fuera el mejor iniciador de jugadas en el primer tiempo. Él tenía más temple y mejor posicionamiento que sus dos compañeros de línea, siempre demasiado lejos. Lo único bueno que produjo el sistema escogido por la Real es que el Sevilla apenas tuvo ocasiones de gol. Sólo dos de Negredo. A cambio, la Real tuvo una, un mano a mano de Ifrán con Javi Varas. Pero ese mano a mano no nació del esquema de la Real o del planteamiento de Lasarte. No. Nació de un espectacular saque largo de Bravo. Es decir, que el fútbol no dio al equipo txuri urdin ni una sola posibilidad de marcar con el esquema inicial. Ni una. Y eso el día en el que, se supone, la Real se jugaba la vida.

Al planteamiento de la Real colaboró Turienzo Álvarez, con un injustificado concierto de silbato, siempre teniendo muy claro hacia qué lado había que pitar. En los últimos minutos de la primera mitad y en los primeros de la segunda, el público del Pizjuán se sumó a los silbidos. Tímidamente, pero comenzaron a pesar en el ánimo de la parroquia local las dos últimas derrotas del Sevilla y la posibilidad de que el equipo andaluz se quedara sin clasificación para la Europa League, y ese run-run era el mejor síntoma de que la Real lo iba a echar todo por la borda. Ya lo hemos visto demasiada veces. Y eso no es matemático, pero casi. El nerviosismo de la grada y por extensión del equipo local era la única baza del planteamiento de Lasarte. Jugamos a una carta. Y salió mal. Lógico, es cuestión de probabilidades. La endeblez perpetua de esta Real en defensa no podía tardar en aparecer. En los quince primeros minutos del segundo acto, el Sevilla lanzó primero al palo y marcó dos goles. Los dos de Kanoute en el día en el que, al parecer, se despedía del Pizjuán. Qué gente más maja esta de la Real que siempre se suma a los homenajes de los demás.

Analizar los dos primeros goles debería de bastar para que cualquier juvenil tuviera claras las ideas que debe tener para jugar en Primera División. Pero la Real, reincidente y mucho más que eso a lo largo de toda la temporada, no aprende. No aprende. Y eso es grave. Es demérito de los jugadores y de un cuerpo técnico que siempre he defendido y seguiré defendiendo por encima alguna críticas que veo injustificadas. Pero no por lo de hoy. No es posible que los rivales entren siempre tan fácil en el área de la Real, que centren con tanta comodidad, que rematen sin ninguna oposición. No me puedo creer que la mejor defensa de Segunda sea la peor de Primera. No me lo puedo creer. Pero es lo que están mostrando día tras día, y en días como hoy más que nunca. Estrada estuvo fatal, Mikel González también, Labaka siempre parecía llegar tarde. ¿Cinco defensas? ¿Para qué? ¿Nos compensa esto lo que perdemos arriba? Hoy hemos visto claro que no. Podemos mirar hacia otro lado pero esa es la única conclusión posible. La única. Es lícito pensar que las escasas ocasiones de gol del Sevilla en la primera mitad eran fruto de su nerviosismo y no de la efectividad defensiva realista. El partido no estaba controlado. Simplemente es que el Sevilla no daba más de sí en esos minutos.

Y quizá por eso Sevilla era la plaza para ser valiente. Tal y como estaba la jornada de abierta en esos minutos, aunque ya se iban configurando los resultados amañados que todo el mundo temía y que al final se produjeron indubitablemente, era el momento de arriesgar. Lasarte prefirió esperar. Cuando metió los cambios, el marcador ya señalaba un duro 2-0. Se marchó Rivas, aunque no estuvo peor que Elustondo y Markel, que una vez más desaprovecharon una oportunidad de dar un paso adelante y dejar claro que quieren formar parte del futuro de la Real. Se marchó también Ifrán, al que Lasarte condenó a no poder aportar más que presión... y el azar que estuvo a punto de convertirle en héroe. Entraron Xabi Prieto y Agirretxe. Y seis minutos después, Xabi Prieto asistió a Agirretxe para marcar el 2-1. Negar que Xabi Prieto es imprescindible para la Real roza ya la osadía, y recordemos que si no ha sido titular es porque, una jornada más, fue cazado en el anterior partido sin que mediara intervención arbitral. Y el ostracismo de Agirretxe esta temporada es inexplicable. Tres goles en 200 minutos. En sólo 200 minutos. Hagan la media y verán la injusticia de su situación.

La Real tuvo entonces el partido en sus manos. Para remontarlo, con lo difícil que es eso, pero en sus manos. Y luchó por empatarlo. Luchó mucho. Esa Real sí es la Real. Si esa Real se va a Segunda, lo hará con la cabeza bien alta. Si lo hace la Real de la primera hora, es para morirse de vergüenza, como lo fue irse a Segunda con Lotina de entrenador y apostando por Germán Herrera en lugar de por Darko Kovacevic. Por fichajes mediocres en lugar de por los mejores canteranos. Por defender en lugar de atacar y por no saber arriesgar cuando la vida estaba en juego. Antes de que el Sevilla rematara el partido con el tercer gol, otra sonrojante actuación concreta de la defensa txuri urdin, sucedieron dos hechos importantes. En primer lugar, una jugada polémica que, obviamente, Turienzo ignoró. Obviamente porque beneficiaba a la Real, un posible penalti por mano que las repeticiones, con las cámaras colocadas en el ángulo contrario, no permiten discernir con claridad. Hubo otra jugada después que, vista por televisión, se prestaba a engaño, pero que bien pudiera ser mano y penalti también.

El segundo hecho fue el tercer cambio, Zurutuza por Mikel González. Valiente. ¿Por qué no hubo tanta valentía de inicio? El partido se acabó en el minuto 85 con el tercer gol del Sevilla, obra de Negredo tras conseguir Bravo que no entrara un primer fusilamiento que se produjo con toda la colaboración de la defensa realista. Y, pese a todo, ahí el equipo sí demostró el orgullo que le había faltado de inicio. Labaka tuvo una nueva ocasión de marcar, pero su disparo lo sacó Javi Varas con el cuerpo. Para cerrar el partido, un nuevo paradón de Bravo, a quien sólo se puede achacar la salida en falso que permite el primer gol de cabeza de Kanouté. La Real demostró hoy que falla en muchas ocasiones en la lectura emocional de los partidos. Hoy el Sevilla salió sin confianza, pensando más en sus derrotas previas que en la posibilidad de certificar su pase europeo, mirando más incluso a lo que hacía el Espanyol en Zaragoza que al propio partido del Pizjuán. Y la Real dejó pasar todo eso. Lo dejó pasar. No se fue a por el partido y le entró un ataque de "control" inapropiado para los momentos en los que un equipo se juega la vida.

¿Y ahora qué? Pues muy sencillo. A pesar de la enorme sensación de decepción que ya deja la temporada (con o sin objetivo logrado, siento que me han cortado la ilusión) y a pesar de que la Liga sigue oliendo a podrido por aquello de los resultados pactados, la Real sigue dependiendo de sí misma. Si gana o empata en la última jornada ante el Getafe, seguirá en Primera División. No hay más cuentas que hacer. Ni una sola. Incluso perdiendo podría lograr la permanencia, siempre y cuando Zaragoza o Deportivo no ganen sus partidos. Los triples y cuádruples empates, en un primer vistazo, no perjudican a la Real. Los dobles (que sólo podrían ser a 44) con Osasuna o Mallorca, sí. Y esos se producirían si pierden tanto los de Lasarte como uno de esos dos equipos y, además, ganan el Deportivo al Valencia en Riazor y el Zaragoza al Levante en La Romareda. Los dos equipos valencianos, que hoy casualmente han empatado ya no se juegan nada. La conclusión es que la Real sigue teniendo muchas opciones d seguir en Primera, pero me parece grotesco que todavía no haya certificado su permanencia. Grotesco. Hala, a seguir sufriendo. ¿No era lo que queríamos? Pues eso.