lunes, febrero 29, 2016

PREVIA Atlético de Madrid - Real Sociedad. Progreso y prestigio

Yuri, en el partido de la pasada temporada en el Calderón.
La visita al Atlético de Madrid (martes, 21.00 horas, Vicente Calderón, Canal + Liga) es una oportunidad estupenda para que la Real pueda progresar en el objetivo de pelear por las plazas europeas y también para lograr un prestigio que nunca viene mal. Con Eusebio Sacristán se dio la cara en el Camp Nou, aunque el partido llegara demasiado pronto para que los jugadores ejecutaran sus ideas en profundidad, y en el Santiago Bernabéu, con la decisiva actuación arbitral como una de las causas de la derrota, y ha ganado en San Mamés. El Calderón es así un buen escenario para que la Real de Eusebio se muestre a la Liga y consolide las buenas sensaciones de las últimas semanas. El técnico realista, eso sí, tendrá que solventar de nuevo unas cuantas ausencias para confeccionar un once capaz de vencer en el campo del segundo clasificado.

Las buenas noticias para Eusebio proceden del regreso de los sancionados. Elustondo, Illarramendi y Jonatahas vuelven al grupo tras perderse el partido ante el Málaga, y salvo sorpresa mayúscula lo harán siendo los tres titulares. No obstante, las ausencias son más numerosas. Por sanción, esta jornada será Iñigo Martínez quien tenga que parar. Por lesión, la ausencia de Agirretxe evidencia que se corrió un riesgo con su anticipado regreso de la pasada jornada, por mucho que su gol fuera decisivo y aunque el técnico se mostró convencido en la rueda de prensa de que el hecho de haber jugado no provocará un paso atrás en su puesta a punto. Siguen fuera del grupo, como en las pasadas jornadas, Raúl Navas (recordemos que aún no ha debutado con la Real), Carlos Martínez, Markel Bergara y Zurutuza. Además, se cae de la lista el canterano Bautista, que tendrá que seguir esperando para debutar.

El hecho de ser esta una semana de tres partidos, además del regreso de tres sancionados, provocará cambios en el once. Rulli seguirá bajo palos. Y a partir de ahí, casi todo está en el aire precisamente por el poco tiempo transcurrido desde el partido del sábado. En principio, la defensa la formarían Mikel González y Reyes como centrales y Elustondo y Yuri como laterales. Por delante de ellos, Illarramendi volverá al once. Junto a él, Pardo (el mejor ante el Málaga), Granero y Xabi Prieto se juegan dos puestos, y no sería raro que fuera el capitán el que descansara. Y por delante de ellos Jonathas es seguro y los otros dos puestos se los juegan entre Oyarzabal, Vela y Bruma, a priori con más opciones de ser titulares para los dos primeros. De esta manera, el banquillo lo completarían Oier, que regresa a la lista, Zaldua, Héctor, De la Bella y Capilla, canterano que sí se mantiene con los mayores para esta jornada.

La Real sigue siendo novena, con 34 puntos. El empate ante el Málaga hizo que la sexta plaza se le escapara hasta los siete puntos, pero acercó la séptima, que probablemente también dé pasaporte europeo, hasta los cuatro. El Atlético de Madrid, tras vencer en el Santiago Bernabéu, se afianza en la segunda posición con 58 puntos, aunque está a ocho del líder, el Barcelona. La Real, que acumula cinco semanas sin perder y trece puntos de quince posibles, viaja al Vicente Calderón con la pretensión de corroborar sus buenos números fuera de casa, ya que sería octava en esa clasificación gracias a sus quince puntos logrados lejos de Anoeta, repartidos en cuatro victorias (goleadas por 0-3, 0-4 y 0-5 respectivamente a Granada, Levante y Espanyol, y el triunfo de prestigio por 0-1 en San Mamés) y tres empates. El Atlético sólo ha perdido en su estadio ante el Barcelona, 1-2, a pesar de que sólo cuatro equipos han metido menos goles en su estadio que los 15 de los colchoneros.

Atlético de Madrid y Real Sociedad se han visto las caras en 3 ocasiones y siempre en Primera División. Los números del equipo txuri urdin son francamente malos en estos enfrentamientos, puesto que sólo ganó en seis y empató en 13, con un total de 44 derrotas. Su victoria más holgada es el 0-3 del primero de estos choques, en la temporada 1928-1929, con tantos de Bienzobas, Cholín y Kiriki, pero no hay que olvidar la memorable victoria por 4-5 de la 1955-1956, con Igoa, Zubillaga, Huércanos, Galardi y Gordejuela como goleadores. El triunfo más contundente del Atlético es el 5-0 de la temporada 1970-1971, aunque marcó un gol más en el 6-2 de la 1943-1944. En lo que llevamos de siglo, cada vez que la Real marcó al menos un gol acabó puntuando en el Calderón. Lo hizo en en las victorias de las temporadas 2002-2003 (1-2) y 2012-2013 (0-1) y en los empates a uno de la 2006-2007 y 2011-2012. Eso sí, el dato quiere decir también que la Real no ha marcado en seis de sus últimas diez visitas.

Una de esas ocasiones sin marcar fue la de la temporada pasada, la 2014-2015, un partido en el que la Real apenas sí compareció en el Calderón para certificar una derrota con la que se acabaron todas sus aspiraciones en el Campeonato de Liga superiores a la permanencia. A los diez minutos ya perdía por 2-0, con un autogol de Mikel González, que cabeceó hacia su propia portería un córner botado por Koke, y con el gol de Griezmann, remachando un despeje algo corto de Rulli que quedó dentro de su propia área tras un disparo del mismo Koke. Ahí acabó el partido. Ante la relajación del Atlético por tener el trabajo ya hecho, la Real pasó a dominar la pelota, incluso el juego si se quiere, pero los dos equipos asumieron que el pescado ya estaba vendido. Ni el Atlético consiguió sentenciar a la contra, como pretendió descaradamente, ni la Real puso en grandes aprietos la portería de Oblak, con lo que de los 80 minutos que faltaban tras el 2-0 lo más reseñable fue la pitada que se llevó Granero al saltar al césped, antes de estar a punto de marcar de falta.

domingo, febrero 28, 2016

REAL SOCIEDAD 1 - MÁLAGA 1 Agirretxe vuelve para rescatar un punto

Agirretxe regresa, Agirretxe marca.
La Real no pudo lograr la quinta victoria consecutiva, pero al menos consiguió rescatar un punto en un partido complicado, a cara de perro, ante un Málaga que siempre complica mucho las cosas en sus visitas a Anoeta de los últimos años. Ese punto lo rescató Imanol Agirretxe, que reapareció en la segunda mitad y se aprovechó de una clarísima situación de fuera de juego para subir el empate al marcador, después de que el Málaga se adelantara en el tramo inicial de la segunda mitad y después se limitara a tratar de defender su renta. A los puntos, por ocasiones y por ser el equipo que llevó el peso durante más minutos, quizá la Real mereció la victoria, y el sensacional partido de Rubén Pardo bien tendría que haber servido para que el Málaga se marchara de vacío de Anoeta, pero no se le pueden restar méritos al equipo de Javi Gracia y tampoco hay que olvidar que el tanto del empate no debió subir al marcador. Al menos se sigue sumando, y eso siempre es bueno.

Antes de llegar a ese frenético final en el que la victoria y la remontada parecieron posibles, Eusebio no se reservó ninguna sorpresa en el once y alineó a los once jugadores previstos. Como era más que previsible, el centro del campo lo formaron Reyes, Pardo y Xabi Prieto, y los tres hombres de ataque fueron Bruma, Vela y Oyarzabal. El canterano fue el hombre más adelantado, solventando así la única duda que quedaba por aclarar en el once. Sea por las ausencias o por el planteamiento siempre molesto para la Real de Javi Gracia, lo cierto es que el partido fue muy parejo. Incluso el Málaga pareció entrar mucho mejor en él, y en los primeros cinco minutos ya disfrutó de dos saques desde la esquina y una buena ocasión en la que Rulli tuvo que salir a los pies de Juanpi para evitar el 0-1. El problema para la Real en defensa era que sus laterales se veían desbordados y en ataque que no conseguía sacar el balón con claridad de su área. La conclusión es obvia: la ausencia de Illarramendi le hizo daño al plan de Eusebio y Gracia sabía que iba a ser así.

En todo caso, la Real mostró poderío ofensivo. Sobre todo Oyarzabal fue quien sostuvo al equipo txuri urdin en los primeros minutos, y estuvo cerca de marcar desde la línea de fondo aprovechando un despiste de Kameni que Undiano Mallenco convirtió en saque de puerta, además de provocar la amarilla para Recio. Bruma también lo intentó desde la frontal, y de nuevo Kameni se confío y estuvo a punto re regalar el gol, pero eran los minutos de dominio más claro del Málaga, que gozó entonces de sus mejores ocasiones. Un disparo de Cop desde la frontal lo despejó con firmeza Rulli hacia su lateral derecho, y muy poco después Iñigo Martínez se vio obligado a cortar con un agarrón una internada de Juanpi que le habría dejado solo frente al guardameta realista. Undiano Mallenco, demasiado políticamente correcto en la señalización de faltas por leves toques y quisquilloso sobre todo con los defensas realistas, sí acertó en esta ocasión al mostrarle la tarjeta amarilla al central realista, amonestación que le supondrá además un partido de sanción.

En esa falta, Recio buscó la escuadra a la derecha de Rulli y no le faltó demasiado para encontrarla. Con la mayor entrada en juego tanto de Yuri como de Zaldua, la Real volvió a tomar la iniciativa del partido llegando al ecuador de la primera parte. Kameni desbarató con una buena parada un disparo de Xabi Prieto, aunque la jugada ya estuviera anulada por fuera de juego. Poco a poco los realistas fueron encerrando al Málaga y en el tercer córner consecutivo que consiguieron forzar, el balón acabó estrellado en el larguero tras un barullo en el que entraron al remate tanto Reyes como Oyarzabal. La respuesta del Málaga estuvo muy cerca de convertirse en el primer gol del partido, pero el sensacional cabezazo de Charles se marchó lamiendo el poste izquierdo de Rulli. Los minutos finales de la primera mitad fueron de la Real, aunque sólo Bruma estuvo cerca del gol, con un disparo, tras un centro al segundo palo de Zaldua y de primeras, que no consiguió colocar entre los tres palos.

La segunda mitad pareció comenzar con el mismo dominio realista con el que finalizó la primera. A Xabi Prieto le faltaron unos pocos centímetros para llegar a rematar un sensacional envío de Pardo, que ya se había hecho dueño y señor del partido, y Bruma protagonizó una buena jugada en la que buscó el pase para Oyarzabal, cuyo disparo se estrelló en la defensa. Pero cuando parecía que el dominio de la Real era más claro, llegó el jarro de agua fría. Una buena jugada del Málaga que no pareció del todo bien defendida y en la que Iñigo Martínez rompía la línea del fuera de juego acabó convirtiéndose en el 0-1. Recio buscó la subida de Morales por la banda derecha del ataque visitante y su pase mordido, además de evitar a Rulli con ese defecto en la trayectoria del balón, sirvió para que el esférico llegara a los pies del mejor jugador del Málaga, Cop, para que este lo introdujera sin oposición en la portería realista. Tocaba remar, y en este caso la Real remó mucho. Con poco brillo, e incluso si se quiere con algo de precipitación por momentos, pero con muchísimo corazón.

Las continuas faltas del Málaga permitieron a Pardo colgar varios balones al área, y el Málaga, aunque no Kameni, sufrió lo suyo para defenderlos. El más peligroso fue uno de los primeros, que encontró una buena peinada de Xabi Prieto que nadie acertó a alcanzar en el segundo palo. La Real tuvo muy poca claridad en los metros finales en esos minutos, a pesar de tener al Málaga prácticamente embotellado y de mover el balón con cierta facilidad en torno a la frontal del área. El juego siempre pareció más volcado sobre la derecha, donde se juntaban con mucha frecuencia Zaldua, Xabi Prieto, Vela, más desacertado que en jornadas precedentes, y Oyarzabal. Y choca que Eusebio no viera que el partido necesitaba romperse, más cuando esta ha sido la primera semana en mucho en la que sí tenía pólvora en el banquillo como para añadir esa chispa al desarrollo del juego. Su primer cambio, doble para meter a Granero y Agirretxe, llegó nada menos que en el minuto 74, cuando el Málaga empezaba ya a tener razones fundadas para creer que podría sacar los tres puntos de Anoeta sin necesidad de que Kameni se erigiera en el héroe del encuentro.

Así, después de que Undiano continuara con su malísimo arbitraje plagado de faltas y tarjetas (llegó a mostrar nueve, cuatro para la Real, cinco para el Málaga) y siendo cómplice de las continuas pérdidas de tiempo y parones en el juego que beneficiaban al equipo visitante (si los mismos árbitros dicen que los cambios son 30 segundos y las lesiones un minuto, ¿cómo pudo añadir sólo tres minutos con seis cambios realizados, una larga atención a Albentosa y esas mencionadas pérdidas de tiempo?), Agirretxe tardó apenas siete minutos en demostrar que dos meses de lesión no han frenado en absoluto sus brutales números de la temporada. Paradójicamente, con la ayuda además del equipo arbitral comandado por Undiano. Un balón colgado al área lo impulsó de cabeza Xabi Prieto en posición legal, pero quien sí estaba en fuera de juego era Agirretxe, que aún así cazó el balón en el aire de forma inapelable para Kameni. Las protestas del Málaga, completamente justificadas. Aún así, quedaban seis minutos y se olía ambiente de remontada en la fría noche donostiarra.

Pero Eusebio prefirió ser cauto, quizá demasiado. Se conformó con sumar a su delantero centro, a Granero en un centro del campo más técnico y a bajar a Reyes a la defensa (los sustituidos fueron un Bruma peleón y un Mikel González que protagonizó una buena actuación), pero no quiso meter más madera. Y estaba el partido para cometer locuras. Locuras que, quién sabe, igual habrían dado al traste con ese punto tan sudado, pero quedaban seis minutos, nueve con el pírrico descuento que ofreció Undiano, y estaba en el banquillo un chaval con números acreditados de goleador en el Sanse y que seguro que tenía sed de sangre. Bautista se quedó sin debutar y Eusebio no agotó el tercer cambio en un partido de muchísimo desgaste. Aún así, los once realistas sobre el campo no cesaron de intentarlo, y volcaron su ataque a la izquierda. Primero fue Oyarzabal quien buscó el pase de la muerte desde la línea de fondo para que Agirretxe no pudiera controlarlo, y el partido acabó con una cabalgada de Yuri por la misma banda que tampoco encontró un pase claro ni un rematador afortunado.

Como la Real no logró ese gol del triunfo, se queda en cuatro la racha de victorias consecutivas, pero tal y como fue el partido ante el Málaga el punto no es malo. La Real se ha acostumbrado a no perder, y una racha de trece de quince puntos posibles no es algo a desdeñar en absoluto, e incluso permite ir al Vicente Calderón el próximo martes con menos presión y con la sensación de que no es algo imposible sumar allí también. Cada vez que Gracia se presenta en Anoeta se intuye una noche de perros, y esta vez no fue una excepción. Al contrario, se agravó con los imposibles horarios que la Liga impone a la Real y el temporal que hizo que apenas algo más de 12.000 valientes realistas estuvieran en las gradas. Pero el equipo txuri urdin peleó, encontró de nuevo al mejor Pardo, confirmó que Oyarzabal es una de las grandes noticias de la temporada, vio cómo Agirretxe sigue en plena vena goleadora y demostró que, ahora mismo, si alguien quiere ganar a esta Real va a tener que pelear mucho.

viernes, febrero 26, 2016

PREVIA Real Sociedad - Málaga. A por todas

Pardo, en la visita del Málaga a Anoeta de la pasada campaña.
La Real está en el mejor momento de la temporada y ya sólo puede tener un pensamiento: para que haya premio al final de la Liga hay que ir a por todas en cada partido. El primero después de cuatro victorias consecutivas y de vencer en el derbi en San Mamés, el primero tras sentir que su objetivo ahora sólo puede ser la lucha por Europa, mide su buen estado de forma, y lo hace contra el del Málaga (sábado, 22.05, Anoeta, La 1). De hecho, el Málaga también aspira a meterse de lleno en la pelea por la sexta plaza y llega con el aval del espléndido trabajo del ex realista Javi Gracia. La Real sigue contando con bajas importantes, y ya no sólo por lesión, ya que el partido en San Mamés dejó una elevada factura en forma de partidos de sanción, pero la espléndida racha del último mes, en la que el equipo txuri urdin sólo se habría visto superado en una hipotética clasificación por Barcelona y Real Madrid, invita claramente al optimismo.

Muchísimas noticias en la convocatoria, bastante inesperadas algunas, y tanto para bien como para mal. Hay tres bajas que no formaban parte del plan, las de Oier Olazabal, la de Markel Bergara y, probablemente la más descorazonadora, la de Zurutuza, porque unas nuevas molestias musculares frenan su regreso al equipo. Además, como ya era conocido, las tarjetas vistas en San Mamés hacen que Elustondo, Illarramendi y Jonathas no puedan formar parte del grupo. Por contra, la espléndida noticia que deja esta convocatoria es el regreso de Agirretxe, todavía y con diferencia el máximo goleador del equipo, que aún no ha podido jugar en 2016 después de lesionarse en el último partido del año pasado en el Santiago Bernabéu. Ante tan numerosas ausencias, son cuatro los potrillos que se cuelan en la lista. Al ya habitual y consolidado Oyarzabal se suma Bardají como portero suplente, Capilla y Bautista.

Las bajas harán que el once que presente Eusebio ante el Málaga tenga novedades. No en la portería, donde Rulli será titular. Iñigo Martínez y Mikel González serán los centrales y lo normal es que Zaldua y Yuri ocupen los laterales. Por delante de ellos, el técnico tendrá que escoger para tres puestos entre Reyes, Pardo, Xabi prieto y Granero, probablemente quedándose este último en el banquillo. Y la gran incógnita es quién jugara en punta. Parece pronto para que Agirretxe vuelva como titular, aunque no es descartable. Lo más probable es que la posición más adelantada la ocupe Vela u Oyarzabal, ambos fijos en el once, con opciones también para que Bautista, que lleva 12 goles con el Sanse esta temporada, debute con los mayores y lo haga además como titular. Si no hay debut ni tampoco regreso del máximo goleador, lo normal es que Bruma vuelva al once. De esta manera, quedarían con seguridad para el banquillo Bardají, Héctor y Capilla.

Lograr doce de doce puntos posibles ha disparado a la Real en la tabla, alcanzando ahora mismo la novena posición con 33 puntos, a cinco de la zona europea. El Málaga, por su parte, está tres puestos y dos puntos por debajo. El equipo realista suma cinco victorias en doce partidos jugados en Anoeta, de ahí que no sea ni mucho menos uno de los más goleadores en su propio estadio (16 goles), pero en los cuatro últimos ha hecho de su campo el deseado fortín, con tres triunfos y un empate, diez puntos de doce posibles. El equipo de Javi Gracia es el quinto menos goleado a domicilio, ha puntuado casi en la mitad de sus salidas, tres victorias (1-2 al Rayo, 0-1 al Levante y 1-2 de nuevo ante el Eibar) y tres empates (0-0 ante el Real Madrid y Athletic y 1-1 ante Las Palmas) en 13 partidos, pero ojo, porque todos los resultados positivos los ha conseguido en sus últimos ocho partidos fuera, perdiendo sólo ante dos equipos de la zona noble, 2-1 ante el Sevilla y 1-0 ante el Villarreal.

Hay 33 precedentes entre ambos equipos en partidos de Liga jugados en Donostia, 30 de ellos en Primera División. En la máxima categoría, la Real ganó 14 de esos choques, seis se fueron para Málaga y los diez restantes se saldaron con empate. La goleada más abultada lograda por el equipo txuri urdin en estos partidos es el 4-0 de la temporada 2000-2001, cuando marcaron Idiakez, De Paula, Khokhlov y Tayfun. La victorias más clara del Málaga es el 1-3 de la campaña 2004-2005. Además, el Málaga se ha acostumbrado a puntuar recientemente en Anoeta, lo ha hecho en seis de los últimos diez partidos disputados en el estadio donostiarra, con tres victorias y otros tantos empates, y no pierde desde el 4-2 logrado por la Real en la campaña 2012-2013. Desde entonces, el equipo realista no ha conseguido marcarle ningún gol al Málaga y sólo ha sumado un punto de seis posibles contra el equipo andaluz.

La pasada campaña, la 2014-2015, dejó una de esas victorias del Málaga, por 0-1, y fue el partido que le costó el puesto de entrenador realista a Jagoba Arrasate. El equipo txuri urdin firmó un partido lamentable, indigno de la presión que se había puesto sobre la cabeza del técnico y de la defensa del mismo que habían hecho los jugadores en las jornadas previas. Con todo, Zurutuza pudo adelantar a la Real en la primera mitad con un cabezazo que repelió la madera. En el minuto 50, Juanmi culminó una buena contra para hacer el 0-1, aprovechando una alarmante pasividad de toda la Real, que no se reactivó ni con los cambios y que se entregó a su destino con una enorme dejadez. Fue, efectivamente, el último partido de Arrasate en el banquillo de Anoeta, que estalló contra un equipo al que en diez jornadas de Liga aún no había visto ganar más que en una ocasión y que coronaba así un catastrófico inicio de temporada, temprana eliminación europea incluida.

domingo, febrero 21, 2016

ATHLETIC 0 - REAL SOCIEDAD 1 La Real más rocosa asalta San Mamés

Zurutuza colgó la imagen de la celebración en las redes sociales.
Con el deprimente inicio de temporada que protagonizó la Real, tiene mucho mérito que Eusebio haya sabido entender que tiene en sus manos un equipo con la capacidad de jugar de formas muy diferentes. La Real sabe dominar, generar fútbol de toque y calidad, explotar el virtuosismo de sus mejores jugadores, pero también sabe sufrir y contener a sus rivales hasta hacer desaparecer sus cualidades. Esa segunda versión, la más rocosa y solidaria, es la que asaltó San Mamés, la que sirvió para superar al Athletic de un Aduriz completamente anulado. La Real ganó, por cuarto partido consecutivo, y se asoma ya por fin al lugar que le corresponde, la parte noble de la tabla y, aunque todavía algo lejos, a cinco puntos, luchando por lo que tiene luchar, por Europa. Un gol de Jonathas tras un sensacional pase de Vela fue suficiente para prolongar hasta los ocho los derbis que lleva la Real sin perder. A partir de ahí, bastó el estajanovista trabajo de todo el equipo para que los tres puntos volaran hacia San Sebastián y demostraran que el derbi es ahora mismo txuri urdin.

Parecía claro que Eusebio iba a apostar por el plan que tan bien le salió en Cornellá-El Prat para intentar derribar el muro de San Mamés, y así fue. Reyes volvió al centro del campo, y el técnico realista tuvo que decantarse entre Pardo y Xabi Prieto, eligiendo al capitán para completar el once inicial. Sin saber evidentemente qué ha visto Eusebio en los entrenamientos de la semana, parece lógico pensar que la apuesta fue por los galones y no necesariamente por lo méritos vistos hasta ahora sobre el terreno de juego. Lo demás, lo previsto, con el regreso al eje de la zaga de un Iñigo Martínez imperial. Y el resultado, tan interesante como ante el Espanyol. No es la Real de toque que Eusebio quiso implantar al llegar al equipo, pero es una Real reconocible, intensa, dura y competitiva, una que reduce a la mínima expresión a sus rivales, que recorta todas sus virtudes y que tiene oportunidades en ataque que sabe aprovechar.

El partido comenzó con un gol bien anulado a Aduriz por fuera de juego. La réplica realista fue un disparo de Vela que se marchó arriba. El Athletic comenzó cortando los avances realistas con bastantes faltas y Susaeta vio la amarilla por una durísima falta sobre Reyes. Illarra probó fortuna con un disparo que repelió la defensa, y el realista reclamó mano, sin que la realización televisiva se detuviera en ese lance para aclarar las dudas. La protesta fue tímida porque en esa misma jugada tuvo que regresar para frenar el contraataque del Athletic, y aunque el balón fue cortado limpiamente Sánchez Martínez, que siempre pareció desquiciado y sin controlar el partido, saldó la jugada con amarillas para el propio Illarra y para Reyes. La falta, botada por Beñat, la detuvo Rulli con seguridad. En una vorágine de poco fútbol y mucho ritmo, Jonathas probó suerte desde lejos, pero Iraizoz detuvo en dos tiempos. Todo esto sucedió en apenas un cuarto de hora. El Athletic parecía tener más balón, pero la Real daba más sensación de peligro.

Por eso no fue extraño que llegara el 0-1. Una gran asistencia de Vela, otra más que sumar a los valiosos pases de fantasía que ha dado en las últimas jornadas, lo cazó Jonathas para enviar el balón al fondo de la red con un potente disparo. Como en Cornellá-El Prat, el plan funcionaba y la Real se ponía por delante. Y eso, como en Barcelona, abría la posibilidad de explotar los huecos que el Athletic pudiera dejar atrás para matar el partido, algo que, quizá lo más criticable de la actuación realista, no sucedió. La mejor ocasión para hacer el 0-2 antes del descanso la tuvo Jonathas, también amonestado por un salto con Laporte, pero su disparo tras un fantástico pase de Xabi Prieto fue casi una cesión a Iraizoz. ¿Y el Athletic? Completamente contenido por la defensa realista. Rulli, de hecho, no tuvo que volver a intervenir en la primera mitad. Oyarzabal, que tuvo más trabajo de cobertura defensiva que en ataque, puso dos centros magníficos que no encontraron rematador y las únicas noticias del Athletic llegaron con la lesión de Williams, la entrada en el campo de Raúl García y la nada sorprendente primera jugada de este, una patada a Iñigo Martínez en un despeje.

El escenario tras el descanso fue algo más tenso para la Real. La contención se hizo absoluta y el balón se lo quedó el Athletic de forma casi exclusiva. El equipo de Eusebio no fue capaz de conectar las contras que hubieran podido matar el partido y el hombre más preparado para esa tarea, Bruma, no llegó a pisar el campo. Eusebio no quiso perder ni una pizca del sacrificio que estaban dejando sus hombres sobre el campo, mientras que Sánchez Martínez convirtió el partido en un carrusel de delirantes tarjetas, carrusel en el que el jugador que más méritos hizo para llevarse una, Raúl García, se escapó sin ella. Eso, al menos, servía para romper el poco ritmo que ya tenía el partido de por sí. El Athletic no fue capaz de inquietar a Rulli en los primeros minutos, más allá de un par de lances a balón parado y de un disparo de Beñat en buena posición que se marchó muy desviado. Con Reyes e Illarra amonestados, Eusebio no quiso arriesgar en exceso y sacó del campo al mexicano, gran partido el suyo con coberturas constantes, y puso a Pardo. No fue casualidad que la primera salida de la Real de su campo en el segundo tiempo fuera gracias al riojano, en una jugada que acabó en córner.

Casi de forma inmediata, Eusebio mandó el mensaje más claro del partido: Markel por Vela. Es decir, defensa a ultranza, contención absoluta del Athletic antes de que llegara al área. Aunque seguramente ya lo tuviera decidido, el cambio llegó justó después del único error que cometió la Real en defensa en todo el partido, una falta de entendimiento entre Pardo y la zaga que permitió a Muniaín disparar desde una buena posición, aunque mandó el balón arriba. Ahí se acabaron las tentativas de peligro de un Athletic tan centrado en protestar, en cada acción al menos dos jugadores rodeaban al árbitro con marcados aspavientos (ni una sola tarjeta para el Athletic por ese motivo), que se olvidó de generar algo más. La Real no paró de trabajar hasta el final e incluso debió ganar por 0-2, cuando Xabi Prieto mandó el balón arriba desde inmejorable posición tras una fantástica contra ya en el último minuto de juego. Ya sólo quedó tiempo para que Zurutuza volviera a sentirse futbolista, jugando apenas el descuento en sustitución de Jonathas.

El sensacional trabajo colectivo de la Real, comandada por un brutal Illarramendi que ya recuerda al que comandó el equipo que llegó a la Champions, tuvo su premio en San Mamés y hace que la temporada tenga ahora mismo una pinta casi imposible de creer hace sólo un mes. Eusebio ha sido capaz no sólo de reactivar a sus jugadores tras un varapalo tan descomunal como el 5-1 de El Molinón, sino que lo ha hecho con una importantísima serie de lesiones y variando su forma de jugar según convenga en cada escenario. Son cuatro las victorias consecutivas, algo que no sucedía desde el final de la primera vuelta de la temporada 2013-2014 (entonces fueron cinco, curiosamente la quinta fue ante el Athletic), y además las tres últimas con la portería de Rulli a cero, lo que no conseguía la Real desde octubre de 2012. Si no fuera por la factura en forma de sancionados que sacará el equipo txuri urdin de San Mamés (Jonathas, Illarra y Elustondo), la satisfacción sería absoluta. Pero ganar al Athletic, con el precio que sea, se acerca bastante a esa perfección.

sábado, febrero 20, 2016

PREVIA Athletic - Real Sociedad. Un derbi para mirar a Europa

De la Bella, autor del gol del último empate en San Mamés.
Si alguien se hubiera atrevido hace algunas semanas a decir que la Real llegaría al derbi con la opción real de meterse en la lucha por las plazas europeas probablemente habría tenido muy pocos apoyos. Pero así es, el derbi (domingo, 18.15 horas, San Mamés, Canal + Liga) es esa oportunidad, es el partido que puede permitir al equipo txuri urdin mirar con firmeza a las plazas europeas y plantar batalla por ellas. Para ello, tendrá que prolongar su racha de victorias consecutivas, que ahora mismo asciende a tres, y los derbis sin perder, que ya son siete. Deberá, por tanto, ganar en el nuevo San Mamés, aprovechar el cansancio europeo de los bilbaínos y demostrar si esta plantilla tiene de verdad el valor que se le presuponía al comienzo de la temporada y que su pobre actuación en esta Liga ha puesto en entredicho. Casi nada.

La espléndida noticia de la convocatoria de Eusebio Sacristán para el derbi de San Mamés es el regreso de Zurutuza, lo que da al técnico muchas más alternativas para el centro del campo e incluso para el ataque. Las únicas tres bajas médicas ahora mismo son Raúl Navas, Carlos Martínez, Canales y Agirretxe. El preparador realista ha convocado para el encuentro a 16 jugadores de la primera plantilla más los dos potrillos ya asentados en la misma, Elustondo y Oyarzabal. Eso quiere dejar que se han quedado fuera otros dos futbolistas del primer equipo, y las dos ausencias son bastante sorprendentes. Así, verán el encuentro desde casa Héctor, que parecía estar entrando en los planes de Eusebio, y Granero, que había vuelto ya a la dinámica de las convocatorias pero sin jugar después de su lesión.

Así las cosas, está por ver qué planteamiento adopta Eusebio en San Mamés. Todo apunta a que intentará repetir esquema y once con respecto al espléndido resultado que obtuvo en el encuentro de Cornellá-El Prat. Rulli estará bajo palos y en defensa formarán, presumiblemente, Iñigo Martínez y Mikel González en el centro, con Elustondo y Yuri en los laterales. En el puesto de pivote radica la primera duda. Si el 0-5 al Espanyol es la referencia, Reyes volvería actuar por delante de la defensa, con Illarramendi y Pardo por delante. Pero no es descartable ni la entrada de Markel ni tampoco la apuesta más ofensiva con Xabi Prieto. Por delante de ellos sí que parece seguro que estarán Oyarzabal, Vela y Jonathas. Para el banquillo quedarían con seguridad Oier como guardameta suplente, Zaldua, De la Bella, Zurutuza, para el que quizá llega demasiado pronto este partido como para ser titular, y Bruma.

La oportunidad que se le presenta a la Real es importante. Ganando al Athletic pegaría un salto de gigante y, a pesar de su mal inicio de campaña, se metería de lleno en la lucha por Europa. El equipo txuri urdin es ahora mismo décimo con 30 puntos, a seis de la zona europea que marca el Eibar y a cinco de su rival en este derbi, el Athletic, que es séptimo con 35. La Real encadena tres victorias consecutivas y ha puntuado en la mitad de sus desplazamientos, con tres victorias, en realidad tres goleadas (0-3 al Granada, 0-4 al Levante y 0-5 al Espanyol), y otros tantos empates. A pesar de la fama de San Mamés de campo complicado, los rojiblancos se han dejado puntos en cinco de los once partidos que han jugado allí y, por ejemplo, sólo ha ganado un partido más que la Real en Anoeta. La Real suma ya siete derbis contra el Athletic sin conocer la derrota. La última vez que perdió fue en el 2-0 en San Mamés de la temporada 2011-2012, el del gol de Vela que Mateu Lahoz no quiso dar.

Han sido 68 los derbis ligueros que se han jugado en Bilbao, todos ellos en Primera División, con un balance de 37 victorias para el Athletic, doce para la Real y 19 empates. La victoria más contundente de la Real sigue siendo el 1-4 de la temporada 1987-1988, con dos goles de Txiki Begiristain, uno de Loren y otro de Bakero. El 7-0 de la temporada 1934-1935 es la mayor goleada que consiguieron los locales ante el equipo txuri urdin. La Real, que ha jugado allí dos veces, siempre ha empatado en el Nuevo San Mamés. Con la victoria por 1-3 de la temporada 2012-2013 con goles de Griezmann, Agirretxe y Vela, son ya tres derbis en Bilbao sin perder, lejos aún de los ocho que suponen la mejor racha realista, desde el 0-0 de la temporada 1993-1994 hasta el 1-3 de la 2000-2001. El Athletic ha marcado en los últimos trece derbis jugados en Bilbao, la Real ha hecho al menos un gol en cinco de los últimos seis.

La pasada campaña, la 2014-2015, la Real sobrevivió al lamentable arbitraje de Martínez Munuera, que estuvo muy cerca de decantar el derbi del lado del Athletic pero que encontró una sobresaliente respuesta de orgullo en el equipo de David Moyes. La Real hizo una buena primera parte, de enorme intensidad. Casi al inicio de la segunda mitad, en el minuto 50, el colegiado no pitó falta en una clarísima carga de Aduriz sobre Rulli, después pitó penalti en un piscinazo del delantero del Athletic y para colmo expulsó injustamente a Mikel González en esa jugada. El propio Aduriz transformó la imaginada pena máxima. Pero la Real sólo tardó ocho minutos en igualar la injusta ventaja de los locales, al rematar De la Bella un magnífico pase interior de Pardo. Quedaba media hora y el triunfo bien pudo volar a San Sebastián. La Real fue mucho mejor que el Athletic, que no volvió a probar a Rulli, y estuvo más cerca el 1-2 que el 2-1, pero el marcador no se movió y hubo reparto de puntos.

domingo, febrero 14, 2016

REAL SOCIEDAD 3 - GRANADA 0 Una estrella alumbra a otra

Oyarzabal, protagonista con un doblete.
Cuando los buenos aparecen, las cosas parecen mucho más fáciles. El debate de esta temporada en la Real es, visto el rendimiento hasta la fecha, si esta plantilla es tan buena como se presumía al comienzo de la temporada. Ahora, en el mejor momento de la Liga, es fácil decir que sí, que lo es, que es capaz de ofrecer fútbol y resultados, los que David Moyes no supo sacar y Eusebio Sacristán parece que sí aunque todavía falta mucho para que el técnico txuri urdin pueda cantar victoria en la batalla de la fiabilidad. Pero por lo pronto, 3-0 al Granada, tercera victoria consecutiva y por primera vez en la temporada pensando que mirar hacia arriba es posible. ¿Y cómo es eso? Fácil, porque los buenos aparecen. Vela es el mejor. Y cuando el mexicano está, es complicado pararle. Oyarzabal es la gran noticia de la temporada. Y cuando se le ha dado confianza, el chaval ha respondido. Entre los dos gestaron la victoria. Una estrella, la del mexicano, alumbró a la otra, la del eibarrés.

Eusebio movió un par de fichas con respecto al equipo que firmó la histórica goleada de Cornellá-El Prat. Lo más llamativo estuvo en la ausencia de Iñigo Martínez, con el que no quiso arriesgar y le dejó en el banquillo, algo muy poco habitual. De esa manera, el técnico premió el buen partido de Reyes dejándole como titular pero en la defensa, y quien entró en el centro del campo fue Xabi Prieto. Además, Yuri volvió al lateral izquierdo y Elustondo al derecho, también dejando en la suplencia al renqueante Zaldua. Mucho cambio después de una victoria tan importante, pero está claro que a Eusebio le gusta mucho mover a su plantilla y mantener a todo el mundo vivo y atento a las oportunidades que le otorga. Aunque al principio pareció tener algunas dudas con él, Oyarzabal es el emblema de esa forma de entender el fútbol.

Desde luego, el canterano fue el gran protagonista del encuentro por el doblete que firmó, pero también por lo muchísimo que está aportando al juego del equipo. Pero antes de que anotara el primero de sus dos tantos, la Real no lo pasó especialmente bien en el partido y el Granada tuvo la primera opción clara de peligro, un cabezazo de Ricardo Costa en el segundo palo, tras un buen córner ensayado, que Rulli mandó por encima de su larguero para evitar el 0-1. Viendo lo bien que se opuso el Granada al Real Madrid la semana pasada, esa jugada supuso el recordatorio de que no había un mal rival sobre el césped de Anoeta, a pesar de que su posición en la tabla es delicada. El partido se podría haber puesto de cara si González González no hubiera sido tan timorato con las tarjetas. Foulquier se jugó la expulsión por una durísima entrada a Reyes que se quedó en amarilla y alguna que otra patada más o un cabezazo a Yuri, con Success casi siempre como protagonista, se quedaron sin sanción. Pero ya sabemos cómo se las gasta este colegiado, incapaz de parar el juego con jugadores con piernas colgando y rodillas destrozadas.

Como en realidad jugadas polémicas no hubo, más allá de las amonestaciones obviadas, el partido, al final, se desniveló por talento. Y eso es una grandísima noticia. Xabi Prieto culminó con un gran disparo que repelió el palo una brillante combinación dentro del área entre un Vela desatado y un Oyarzabal que no para de crecer. Pero la jugada continuó, el balón le llegó a Yuri en la izquierda y su centro lo remató el propio Oyarzabal en el primer palo sin que Andrés Fernández pudiera responder. Con el marcador ya a favor, el partido discurrió por caminos muy diferentes a los de los primeros minutos, aunque sólo sea por comodidad, porque la Real no sufrió en absoluto. Es verdad que el encuentro estaba siendo muy disputado y que el Granada no se desarboló. La única ocasión txuri urdin, de hecho, fue un remate de cabeza de Elustondo que se fue muy arriba, pero en el que se anticipó muy bien a Rubén. Pero como a esta Real ahora todo parece salirle bien, el 2-0 llegó justo antes del descanso. Vela metió un sensacional pase que un Jonathas que ahora sí parece estar muy enchufado, remató de primeras al fondo de la red. La reverencia del brasileño al mexicano, merecida.

No daba la impresión de que el Granada pudiera meterse en el partido y, de hecho, no consiguió hacerlo. La primera jugada de la reanudación, un disparo de Pardo desde el centro del campo que casi sorprende a Andrés, evidenció lo metida que estaba la Real en el partido. Y así, incluso sin dar un recital, es fácil que la victoria se la queden los de Eusebio. Casi a renglón seguido, Vela estuvo a punto de aprovechar los espacios que dejaba la defensa del Granada, pero su vaselina para salvar la salida del guardameta visitante no cogió portería. El único atisbo de reacción del Granada llegó, de nuevo, en un córner, pero ahí Rulli estuvo siempre seguro, incluso sin parecer demasiado exigido. Cualquier posibilidad de remontar, en todo caso, quedó truncada a la hora de juego, cuando un descomunal Vela se internó en el área tras un saque rápido de pillo de Illarramendi, hizo lo que quiso para despistar a todos los rivales y acabó mandando el balón atrás para que Oyarzabal marcara.

En la misma semana en la que hizo su primer gol con los mayores y estampó su firma en el nuevo contrato, el chaval hizo también su primer doblete y en casa. Una de las claves de la mejoría de la Real para firmar estas tres victorias consecutivas ha estado en que Vela y Jonathas han conseguido por fin conectar. Pero es que el mexicano ya conecta con todo el que se mueve a su alrededor, y aunque el gol se le resiste, poca queja puede haber si se convierte en un valioso asistente. Y bien lo sabe Oyarzabal, cuya mayor virtud reside en haber sabido entrar en ese juego que propone el mexicano. Las estrellas se alumbran entre sí porque el talento sigue siendo la clave del fútbol. Con el 3-0, el partido estaba ya en el bolsillo y Eusebio quiso aprovechar estos minutos finales precisamente para probar a Oyarzabal en punta, dando descanso a Jonathas y colocando a Bruma en la banda, y fue el portugués, casi en el primer balón que tocó, quien buscó la escuadra de Andrés sin éxito.

El Granada buscó con ganas el gol del honor, y la relajación de la Real contribuyó bastante a que estuviera cerca de lograrlo. Pero no era su día, como mostró la última jugada del partido, con dos remates consecutivos que repelió el larguero de Rull, primero Fran Rico de falta y después Rochina en el rechace. Antes de que llegara esa última oportunidad, continuación de otras dos que tuvo el equipo visitante y que frustró Mikel González primero y un cabezazo alto de Lombán después, dio tiempo a que Markel saltara al campo en su partido número 200 por un ovacionado Pardo, a que Anoeta se rindiera a su nuevo ídolo, Oyarzabal, que dejó su lugar a un Héctor en el que sigue confiando Eusebio bastante, y a que Reyes estuviera muy cerca de marcar también por segunda semana consecutiva con un disparo que se le marchó fuera, muy cerca del palo a la derecha de Andrés.

La Real firmó así su tercera victoria consecutiva, una que coloca al equipo txuri urdin a cinco puntos de la zona europea, que cierra el Athletic... precisamente el próximo rival txuri urdin. Ganar el derbi en San Mamés no sólo ampliaría la racha a cuatro victorias seguidas, sino que, por increíble que parezca viendo el negro panorama que ha vivido la Real esta temporada durante tantas semanas, podría colocar al equipo de lleno en la lucha europea. En desventaja, sin duda, y con más exigencia que unos rivales por estas plazas que llevan una regularidad muy superior. Pero ahí. Donde debe estar. Donde ha llegado con esta victoria, a la primera mitad de la clasificación. Eso que parecía tan lejano cuando cayó en El Molinón por 5-1, es ahora realidad. ¿Por qué no va a ser realidad Europa, eso que ahora parece tan lejano? Si la Real cree y despliega su talento, el regreso de sus lesionados y el buen estado de forma de Oyarzabal, Vela y Jonathas son síntomas de mejora suficientes como para creer. ¿Fe ciega? Quizá. Pero el fútbol son sensaciones y estas, ahora, son muy, muy buenas.

sábado, febrero 13, 2016

PREVIA Real Sociedad - Granada. La mejor oportunidad para despegar

Xabi Prieto y Vela, en el 0-3 del Granada de la pasada campaña.
Que a estas alturas de la temporada todavía se pueda pensar en despegar deja a las claras que la igualdad de la Liga española tiende a la baja. Porque, ojo, si la Real le gana al Granada (domingo, 12.00 horas, Anoeta, Canal + Liga), en la mejor oportunidad que va a tener para ese despegue, podría estar más cerca de Europa que del descenso por primera vez en mucho tiempo. Y si alguna derrota en las jornadas precedentes hacía temblar por la permanencia, ¿por qué no seguir soñando con que la temporada pueda al menos terminar con una Real acercándose a la zona noble? Puede que este pensamiento no sea más que la principal consecuencia de la histórica goleada lograda ante el Espanyol la pasada jornada, pero los números tampoco mienten. Eso sí, Eusebio volverá a tener el escollo de los problemas físicos y las numerosas bajas con las que afronta el encuentro, algo que por el momento está sorteando bastante bien y dando uso a toda su plantilla.

Las dos victorias consecutivas de las últimas jornadas han llevado a la Real a la undécima posición con 27 puntos. El colchón con las posiciones de descenso ha crecido hasta los seis puntos y Europa se ha colocado a tiro de ocho. El Granada, rival realista, es penúltimo con 20. Los de Eusebio buscan la tercera victoria consecutiva en la Liga, algo que no se ha conseguido esta temporada y ampliar así la buena racha en Anoeta, donde lleva tres partidos sin perder y sumando siete de nueve puntos posibles. No obstante, urge que la efectividad que se ve fuera llegue también a los partidos en casa, porque la Real encaja en Anoeta los mismos goles que marca, 13. El Granada, que ha recibido al menos un gol cada vez que ha jugado lejos de su estadio, ha perdido siete de esos doce partidos, y jugando como visitante lleva cuatro derrotas consecutivas. Ha ganado, eso sí, dos encuentros, 1-2 ante Getafe y Levante. En casa y fuera, el equipo andaluz ha perdido cuatro de los cinco últimos partidos de Liga.

En Primera División, Real Sociedad y Granada se han visto las caras en 18 ocasiones, con doce victorias para el equipo txuri urdin, cuatro empates y dos triunfos de los andaluces. Eso sí, el Granada lleva tres temporadas consecutivas sin perder en Anoeta, con dos empates y una victoria. El último triunfo realista fue el 1-0 de la temporada 2011-2012 con un gol de Estrada. La mayor goleada de los locales fue el 5-1 de la 1948-1949 (goles de Gastón, Ontoria, Alsua, Rey en propia puerta y Caeiro). El triunfo más holgado del Granada fue el de la pasada campaña, la 2014-2015, por 0-3. En Segunda son tres los enfrentamientos, y la Real nunca perdió, con dos empates y un triunfo. Además, Real y Granada se han visto las caras en fases de promoción, de ascenso o permanencia, en dos ocasiones más. En la de la temporada 1954-1955 el cuadro realista logró su mayor victoria ante el Granada, 6-1 (tres goles de Igoa, dos de Sarasqueta y uno de Zubillaga), y perdió en la 1940-1941 por 1-2.

Como se ha dicho, la pasada campaña, el Granada logró un abultado triunfo en Anoeta con una Real ya de vacaciones, en la penúltima jornada y sin objetivos, pero que para los andaluces fue muy importante para seguir en Primera. El mal arbitraje de Estrada Fernández sacudió la presión por la supervivencia para el Granada y en una sonrojante segunda parte de la Real no sólo acabó ganado el partido, sino que lo hizo con tres goles. A pesar de que el equipo visitante no demostró estar jugándose la vida, a falta de poco más de un cuarto de hora para el final El Arabi le puso en ventaja en la primera gran acción de los de Sandoval. La fortuna le sonrió al Granada para hacer el 0-2, cuando un disparo de Ibáñez rebotó en De la Bella e hizo imposible la reacción de su Zubikarai, en el último partido que jugó en Anoeta. Y ya en las postrimerías del encuentro, Rochina conectó un zapatazo desde casi el centro del campo para cerrar la contundente y vergonzosa derrota realista.

jueves, febrero 11, 2016

González González en Anoeta, un atropello que no debería tolerarse

El último atropello de González González fue en el Bernabéu.
José Luis González González volverá a arbitrar a la Real este fin de semana. Y eso, desde cualquier punto de vista, es un atropello. Uno que todas las instancias del fútbol no deberían tolerar. Ya que la prensa no guipuzcoana no recordará sus arbitrajes como sí hacen cada vez que se designa un árbitro que expulsó a Cristiano o uno que no sancionó una patada a Messi, para empezar no debería tolerarlo la Real, porque la lista de agravios hacia la Real es inmensa y desde hace años. Ojo, no estamos hablando de errores, aunque también, sino de agravios. Decisiones que toma y que todo el que está a su alrededor, los jugadores y el público, de un bando y de otro, asume que no son justas. No es un árbitro que se equivoque con la Real, no nos confundamos. Es un árbitro que hace su trabajo mediatizado cada vez que la Real es uno de los dos equipos que salta al terreno de juego. Sus razones o las causas las conocerá él, no se trata de prejuzgar una persecución hacia el equipo txuri urdin, por mucho que eso sea lo que ronda en la cabeza de cualquier aficionado.

Pero que lo hace mal es un hecho indiscutible. Por eso es vital que no obviemos el papel del Comité Técnico de Árbitros, que es quien vuelve a colocarle de nuevo en una posición en la que este colegiado fracasará en su profesión. ¿Qué necesidad hay de designar a González González para un partido de la Real? ¿No hay suficientes árbitros en Primera como para evitarlo? Darle este partido es perjudicial para el equipo realista, pero también para el mismo colegiado, al que su propio Comité no protege como debiera. González González será abucheado e insultado. Pasará un mal rato en Anoeta. Y eso va a suceder tanto si lo hace bien como si vuelve a equivocarse. Es completamente inevitable, porque en la memoria de cualquier aficionado realista está el desvergonzado arbitraje que sufrió su equipo el pasado 30 de diciembre en el Santiago Bernabéu. O las violentas acciones que sufrieron Díaz de Cerio o Zurutuza que les llevaron nada menos a quirófano y por las que este colegiado ni siquiera apreció falta. No es necesario volver a repasar todo lo que ha padecido la Real con este trencilla sobre el césped, basta con recordar que esa lista de agravios comenzó en la temporada 2007-2008, cuando la Segunda División era el escenario de sus andanzas.

Esta designación pone en una situación absoluta de indefensión tanto a la Real como a su gente. Demuestra que el colectivo arbitral es el único que no asume consecuencias ni responsabilidades por hacer un mal trabajo. González González suele hacerlo francamente mal con la Real, y aún así sigue siendo designado para sus partidos, lo cual desde todos los puntos de vista es incomprensible. Salvo que se quiera provocar esto, la triste y única explicación que queda para esta situación. La sorpresa es aún más mayúscula viendo la forma en la que el la Real como club recibe estas noticias, siempre de forma placentera y educada. Nunca hay protestas previas, y casi nunca las hay posteriores. El arbitraje de González González en el Bernabéu provocó que Aperribay bajara al vestuario del trencilla en el descanso del encuentro para increparle. Aquello tendría que servir de baremo para que no vuelva a repetirse este atropello de sufrir de nuevo a un colegiado que ha demostrado sobradamente su incompetencia a la hora de arbitrar a este equipo. Pero nadie hará nada, porque el fútbol moderno es así. Mucho menos profesional en casi todo de lo nos gustaría a todos y de lo que presume.

lunes, febrero 08, 2016

ESPANYOL 0 - REAL SOCIEDAD 5 Una goleada para la historia

Los realistas, celebrando uno de sus cinco goles.
Quién iba a decir que esta montaña rusa emocional en que se estaba convirtiendo la temporada, con más puntos bajos que altos, iba a dejar una goleada para la historia, y más en un momento en que casi cualquiera hubiera firmado ganar en Cornellá-El Prat de cualquier manera. 0-5 venció la Real al Espanyol, y para quien no lo sepa es la mayor goleada de la historia a domicilio del equipo txuri urdin, igualando aquel mismo resultado que consiguió el conjunto de Bernd Krauss en Oviedo en la temporada 1997-1998. Y fue una goleada nítida, clara, que se forjó desde el principio, con goles de Jonathas a pares, de Vela, de Oyarzabal y de Diego Reyes, los primeros con la camiseta txuri urdin en el caso de los dos últimos. No podía llegar de una forma más brutal la primera victoria de Eusebio Sacristán lejos de Anoeta. ¿Será por fin el espaldarazo definitivo para que la Real alcance el nivel que se le presupone? La respuesta, en las próximas semanas. Pero ahora, felicidad absoluta.

Y eso que, dado que Eusebio sorprendió con su once, el partido arrancó con algunas dudas. En primer lugar, mantuvo a Héctor como lateral izquierdo, dejando en la suplencia a De la Bella y Yuri, convirtiendo la convocatoria en un pequeño galimatías con exceso de laterales. La segunda, esta de enorme calado, fue subir a Reyes al mediocentro para dejar en el banquillo tanto a Markel como a Granero. El mensaje, interesante, porque la presencia del mexicano invitaba a pensar en una apuesta conservadora, pero con Illarramendi y Pardo junto a él quedaba claro que se buscaba una salida de balón fluida. Y la tercera noticia del once, que Oyarzabal se mantuvo por delante de Bruma. Todo arriesgado, no cabe duda. ¿Pero qué se puede decir en contra del planteamiento si a los ocho minutos de juego la Real ya ganaba por 0-2? Es verdad que la Real no tuvo más que aprovecharse de la ansiedad de un Espanyol que teme por la permanencia, pero aún así la tranquilidad que mostró el equipo txuri urdin es digna de elogio.

Lo primero que sucedió en el partido, de hecho, fue el 0-1. Un descomunal pase al primer toque de Vela sirvió para desarbolar a la defensa adelantada del Espanyol y que Jonathas, por fin leyendo bien una jugada para conseguir ventaja, se plantara solo ante Arlauskis. Ante la desesperada salida del guardameta, al brasileño le resultó fácil picar el balón por encima para hacer el 0-1. Si el escenario, con un Cornellá-El Prat de uñas hacia los suyos, ya era propicio con ese marcador, mucho lo fue tres minutos después, cuando fue Pardo el que metió un extraordinario balón esta vez para la carrera de Vela, que para desesperación de Arlauskis no tuvo más que repetir el gesto técnico de Jonathas para que el balón le sobrepasara por encima y se convirtiera en el 0-2, dejando helada a la parroquia del Espanyol, muy consciente del dramático escenario a que este resultado les aboca, al borde del descenso.

El gran problema de los locales es que se pasaron toda la primera mitad en la lona. Rulli fue un espectador de lujo. Reyes firmaba un buen encuentro en el centro del campo, cortando unos cuantos balones, lo mismo que Illarramendi, que impuso al partido el ritmo que quiso, el que le convenía a la Real. Sí se le puede achacar al equipo de Eusebio que no buscara decididamente el tercero y solventara el peligro de que el Espanyol, aunque no lo mereciera, pudiese recortar distancias y meterse en el partido. En todo caso, las ocasiones que se vieron en la primera mitad fueron del equipo txuri urdin, de rojo en el campo barcelonés. Primero fue Oyarzabal el que probó fortuna desde la frontal, con un balón que no terminaba de bajar y que se le fue arriba en su disparo. Después, el propio Oyarzabal conectó con Héctor, cuyo centro no lo cazó Jonathas. Y finalmente un buen balón de Pardo para Oyarzabal, que estuvo presente en todas las ocasiones, se lo sacó Arlauskis en una posición escorada y con mucha suerte, bordeando el penalti.

Se llegó al descanso con la sensación de que el partido estaba completamente dominado por la Real, e incluso de que alguna de las entradas de unos jugadores espanyolistas al borde de un ataque de nervios podría provocar alguna penalización en forma de expulsión, aunque en los primeros 45 minutos sólo Diop viera la amarilla por una dura entrada sobre Héctor. Al final el partido no se solventó de esa manera, sino con más goles, hasta llegar a los cinco y cerrando un marcador histórico. De la misma manera demoledora con la que cobró ventaja en el primer tiempo, la Real convirtió su victoria clara en una goleada. La segunda parte, de hecho, arrancó con una doble ocasión realista, en la que primero Jonathas y después Pardo pudieron hacer el tercero, en una jugada que arrancó con una ley de la ventaja que libró a Jaime Latre de tener que decidir si expulsaba a Diop por una fuerte entrada sobre Illarramendi.

Con el Espanyol convertido en un manojo de nervios, Pardo y Oyarzabal fabricaron el mejor gol de la noche. Un cambio de juego desde la derecha del mediocentro, un regate del atacante, una pared de nuevo con Pardo y un excelente control y posterior disparo fueron los pasos previos al debut goleador del último potrillo de Zubieta en dar el salto al primer equipo. Ver a un casi debutante marcar su primer gol en la élite acaba con todos los debates en torno a la cantera, que sigue siendo algo esencial en el presente y en el futuro de la Real. Como en la primera parte, sólo hubo que esperar tres minutos para ver el siguiente gol txuri urdin, y pudo llegar antes, pero Vela anduvo toda la segunda mitad algo torpe y perdonó algún que otro uno contra uno con Pau López, al que Galca colocó bajo los palos tras el descanso. En ese córner, Pardo dio su tercera asistencia de gol en el partido y Diego Reyes hizo su primer gol en la Real con un testarazo incontestable.

El 0-4 llegó en el minuto 55 de partido, con lo que a la Real le quedaban muchos minutos y la baza ofensiva de Bruma para buscar una goleada de escándalo. El público, en desbandada, abandonó a su equipo de tal manera que se podían escuchar perfectamente los cánticos de los pocos aficionados realistas presentes en Cornellá-El Prat. El escenario era propicio para muchos más goles, pero Eusebio hizo una gestión del partido un tanto extraña, eso sí, un detalle que acabó siendo menor viendo el brutal resultado logrado. Pero cuando quien más quien menos se imaginaba a Bruma aprovechando los espacios que dejaba un Espanyol rendido, el primer cambio no llegó hasta el minuto 71 y fue obligado. Reyes, exhausto y con calambres, dejó su puesto a Xabi Prieto, cuando Vela parecía haber hecho gestos pidiendo el cambio justo antes y acabó jugando los 90 minutos. Zaldua y Héctor también sufrieron para llegar al final. El lateral diestro fue el tercer relevo, después de que por fin Bruma entrara en el partido por Oyarzabal, y De la Bella pasó a jugar en la izquierda.

Los cambios no fueron más que parches, y Bruma, la única opción real de juego, apenas llegó a tocar la pelota. La Real no tenía más interés que dejar que los minutos pasaran y eso casi le cuesta algún disgusto atrás. El Espanyol, eso sí, no firmó su primer disparo fuera hasta el minuto 68 y la primera parada de Rulli aconteció ya en el 75. Con ese dato queda todo dicho. El Espanyol, con algo de orgullo, al menos intentó marcar ese mal llamado gol de la honra. Pero incluso la resolución del partido le fue adversa. Cuando parecía que la Real renunciaba a firmar un resultado histórico, ya en el minuto 90, llegó una jugada en la que hubo hasta tres tentativas de disparo. La última, la de Jonathas, acabó con el balón empotrado en la escuadra a la izquierda de Pau, subiendo el histórico 0-5 al marcador de Cornellá-El Prat y que provocó una contundente pitada de los poquísimos aficionados pericos que tuvieron arrestos suficientes para aguantar la humillación hasta el final.

Con un 0-5 se espantan fantasmas de forma contundente, al menos por el momento. La Real, no obstante, necesita regularidad. Es curioso que sus victorias como visitante sean sólo goleadas, después del 0-3 en Granada y del 0-4 al Levante, y que este mismo equipo capaz de pasearse como lo ha hecho en Barcelona sea el mismo que sale humillado de El Molinón con aquel sonrojante 5-1. O que este que hace goles con una efectividad pasmosa y con un acierto casi impensable sea el mismo que desperdicia docenas de ocasiones en otros encuentros. Eusebio ha puesto mimbres para que la Real sea un equipo fiable, se ve en sus picos de más categoría. Pero todavía tiene que pulir aquello que hace de este un conjunto endeble. Cuando logre la regularidad ansiada, la Real será un equipo a tener en cuenta. Si mientras tanto se cierra esta temporada sin sobresaltos y con alguna que otra alegría de este calibre, habrá ganado el tiempo suficiente para ilusionar. No es poca cosa, aunque sea imposible borrar la decepción de esta campaña, más viendo el tremendo potencial de este equipo.

domingo, febrero 07, 2016

PREVIA Espanyol - Real Sociedad. Ganar fuera, ganar confianza

La Real perdió 2-0 en Cornellá-El Prat la pasada temporada.
La Real necesita ganar confianza, ¿y qué mejor para ello que volver a ganar fuera de Anoeta? La oportunidad llega además en un campo propicio (lunes, 20.30 horas, Cornellá-El Prat, Canal + Liga), por la estadística de los últimos tiempos y por el rival, que está sumido en una seria crisis de resultados. El conjunto entrenado por Eusebio Sacristán, que sigue tremendamente diezmado por las bajas, ha perdido en las últimas semanas las señas de identidad que le llevaron a jugar bastante bien ante Eibar y Deportivo en Anoeta, o dejar una muy digna imagen en el Santiago Bernabéu. Al menos, ese claro bajón en el rendimiento sólo se tradujo en la bochornosa goleada sufrida en El Molinón y el equipo llega de una complicada victoria ante el Betis. Anoeta es la clave, pero también lo es sumar de tres en tres lejos del estadio donostiarra. Y hay que hacerlo ya, más si vemos el difícil calendario que espera a la vuelta de la esquina.

Aunque no con la velocidad con la que se esperaba, sobre todo por los preocupantes retrocesos de Zurutuza y Agirretxe, la enfermería se va vaciando para que Eusebio pueda conformar su lista. La buena noticia es que recupera a De la Bella, Yuri y Granero, lo que le da más opciones en la defensa y en el centro del campo. Pero en ataque todo sigue igual. El técnico txuri urdin, no obstante, no ha querido tirar del Sanse más de lo absolutamente imprescindible. Es decir, el grupo que viaja a Barcelona lo forman los 17 jugadores disponibles del primer equipo más el ya habitual Oyarzabal. Bautista, a pesar de haber entrenado con asiduidad con los mayores y dejando buenas impresiones, tendrá que seguir esperando su bautismo de fuego. Las bajas del equipo son las ya conocidas, las de Carlos Martínez, Navas, Zurutuza, Canales y Agirretxe, a quienes hay que sumar también a Elustondo, ya un fijo a pesar de que no tenga número del primer equipo.

El once inicial vuelve a tener un par de nombres dudosos. Rulli estará bajo palos. En la defensa, lo normal es que haya un cambio, concretamente en el lateral izquierdo, donde Yuri tiene todas las papeletas para recuperar el puesto. Junto a él jugarán Zaldua, Mikel González e Iñigo Martínez. Por delante, Eusebio tiene por fin donde elegir. Con Illarramendi fijo, las otras dos plazas se las jugarán entre Markel Bergara (que jugaría su partido número 200 con la Real), Granero, Pardo y Xabi Prieto. El primero y el último parecen tener cierta ventaja para formar en el once. Y por delante de ellos, con Vela y Jonathas seguros, sólo falta por saber si Eusebio sigue confiando en Oyarzabal o si Bruma recupera su puesto. Parecen suplentes fijos Oier, Diego Reyes, De la Bella y Héctor, en un banquillo que nuevamente tendrá muchas soluciones defensivas pero sólo una de ataque.

La sufrida victoria ante el Betis llevó a la Real hasta la decimotercera posición, con 24 puntos y amplió en uno, hasta los cuatro, la ventaja con respecto a la zona de descenso, que al comienzo de la jornada marcaba el Rayo con 20. Su rival, el Espanyol, está metido en la misma pelea por la permanencia, ocupando la decimoquinta posición con 22 puntos. Eusebio no conoce la victoria lejos de Anoeta, el equipo lleva seis partidos como visitante sin ganar (sólo dos empates, ante Getafe y Rayo), y esos números han hecho que la Real haya bajado mucho en la clasificación que cuenta sólo los partidos a domicilio, hasta el punto de que sólo seis equipos tienen menos puntos que los nueve sumados por el equipo txuri urdin. El Espanyol, que lleva seis jornadas sin vencer, sólo ha ganado cuatro de los diez partidos que ha jugado en casa y apenas marca un gol por encuentro en Cornellá-El Prat. Ojo de nuevo al average particular, importante por el 2-3 de la primera vuelta.

Si miramos a la estadística, hay datos apasionantemente contradictorios. La Real ha jugado contra el Espanyol en Barcelona en 67 ocasiones, de las cuales sólo diez se han saldado con victoria txuri urdin. En Primera, han sido 65 los choques, con 32 victorias de los locales, 24 empates y nueve triunfos de la Real. En el nuevo campo del Espanyol, Cornellá-El Prat, ha jugado cinco veces, ha perdido dos, ha empatado otras tantas y ganó 1-2 en la 2013-2014. Y en el anterior escenario de estos choques, Montjuic, la Real sólo perdió los dos últimos de los diez partidos que jugó allí, donde ganó en cuatro ocasiones. La mayor victoria realista está en ese tramo, el 0-3 de la temporada 1997-1998, con un gol de Loren y dos de Kovacevic. La peor derrota de la Real es el 6-1 que se repitió en campaña 1932-1933 y en la 1943-1944. La estadística se completa con una victoria 1-2 en el play off de permanencia de la 1954-1955 y un choque en Segunda, 0-0 en la 1962-1963.

La pasada temporada, la 2014-2015, una Real en caída libre perdió 2-0 ante el Espanyol en uno de los últimos encuentros de Jagoba Arrasate al frente del equipo. La Real saltó al césped sin alma y firmó una lamentable actuación. Para complicar la situación del equipo, la primera llegada al área de Zubikarai fue gol, en el minuto 7, cuando Lucas Vázquez se aprovechó de la fragilidad defensiva realista para hacer el 1-0. La respuesta realista fue paupérrima y ni siquiera fue capaz de poner en peligro la portería de Kiko Casilla. Al comienzo de la segunda mitad, Vela y Agirretxe protagonizaron tímidos intentos que no eran el reflejo del pobre juego de la Real sino de su talento individual, y fue Gaztañaga, ya en el minuto 87, quien más cerca estuvo de lograr el empate. En el descuento, el Espanyol sentenció con el 2-0, obra de Stuani, y ratificó una justa derrota de la Real.

miércoles, febrero 03, 2016

A Ansotegi le falta un aplauso

Ansotegi, despedido por sus compañeros.
Cuando Jon Ansotegi finalizó este martes su última rueda de prensa como jugador de la Real, recibió el aplauso que suelen cobrarse sólo los más válidos y apreciados cuando se despiden. Ansotegi, a lo largo de los diez años que ha vestido la camiseta txuri urdin, se ha ganado el respeto de todos. El del club, el de sus compañeros, el de la prensa y el de la grada. Ese ha sido su gran triunfo en el fútbol que todavía no abandona. Anso nunca se creyó el mejor porque nunca lo ha sido. No ha tenido esa falsa modestia con la que se infla el orgullo de estos millonarios inconscientes que son los futbolistas de hoy en día. Siempre conoció su lugar. Por eso, nunca ha provocado problema alguno en público, jugara o no, estuviera o no de acuerdo con el entrenador de turno. Por eso, es difícil recordarle sin ejercer ese papel de capitán que tan bien le sienta. Por eso, cada vez que saltó al campo, aún sabiendo que él no era el jugador que se llevaba los aplausos, se dejó la piel por la camiseta que vestía.

Ese tipo de jugadores es el que cualquiera quiere tener en su vestuario siempre, porque con ellos se construye un grupo sólido. Despedirle es una mala noticia, por poco hueco que tuviera ya sobre el césped, pero verle llorar en su despedida es, paradójicamente, algo gratificante. Cuando el fútbol se ha convertido en un deporte de ídolos caprichosos y a veces hasta insensibles al fervor de los aficionados que sustentan su sueldo, es reconfortante comprobar que alguien siente de esta forma los colores de la camiseta que abandona pero que nunca dejará de querer. Ver a un tío de 34 años y casi dos metros de altura llorando en su despedida de un equipo es esperanzador. Nos reafirma en que se puede llegar a competir al más alto nivel con semejante nivel de cariño hacia el club en el que uno desarrolla su carrera profesional. Y algo nada baladí, nos devuelve la fe en la cantera, esa fe que hace que incluso quienes no son virtuosos del balón pueden llegar a vestir la camiseta de la Real gracias a que su fe, su corazón y su cariño por el escudo son capaces de mover montañas.

Anso no ha sido, no es un mal central, que nadie piense lo contrario. Pero sí es uno que habría encajado mucho mejor en el fútbol de hace algunos años que en el actual. Siempre supo que en la pareja que formó con Mikel González, y no hay que olvidar que esa es la que nos condujo a Primera División tras tres años en el infierno de Segunda, no era el mejor. Y por supuesto jamás se vio superior a ese joven ciclón llamado Iñigo Martínez, que fue en la práctica quien le alejó casi definitivamente de la titularidad cuando dio el salto al primer equipo. Pero han sido 226 partidos los que ha jugado con la camiseta txuri urdin, más de los que disfrutaron Epi, Cholín, Bagur, Esnaola o Periko Alonso, desde aquel 22 de enero de 2006 en el que debutó, no podía ser de otra forma, con el Athletic de Bilbao como rival hasta el duelo copero ante Las Palmas del pasado 16 de diciembre. Y fueron 11 sus goles, todos ellos en Liga, desde el que le hizo al Málaga 1 de abril de 2006 hasta el que le hizo al Betis el 15 de diciembre de 2013.

Es verdad que sólo se ha podido considerar titular en Segunda, y eso mismo le hizo disputar 40 partidos de Liga en la inolvidable temporada del ascenso, la 2009-2010, o incluso en la temporada del descenso a Segunda, la 2006-2007, cuando fue titular en la mitad de los encuentros. Pero siempre estuvo ahí. Siempre cubrió los huecos que dejaban los titulares con eficacia y dignidad. Esa trayectoria, de diez años, de 19.218 minutos sobre el campo llevando el escudo de la Real en el pecho, con momentos tan bonitos como el ascenso o la Champions (¿alguien no se ha emocionado cuando Ansotegi ha recordado lo momentos en los que pudo llevar el brazalete de capitán en la máxima competición continental?), merece todo el reconocimiento de los realista. Lo tiene, lo ha tenido siempre, porque Anso ha sido valorado en todo momento por los aficionados y por la prensa como lo que era, un pedazo de profesional.

El aplauso con el que ha acabado la rueda de prensa en la que se ha despedido es el que le damos todos los aficionados de la Real. Pero justo ese es el aplauso que ha faltado, el de todos. Ansotegi merece una despedida en Anoeta. Merecía que hubiera llegado en junio, y no en un mercado invernal y a última hora. El ya ex realista se ha ganado sentir el cariño de un campo que esté mucho más lleno de lo que se está viendo en los últimos partidos de la Real en casa. Si no lo ha recibido ya es, entre otras razones, por la errática política de renovaciones y cantera que está demostrando la Real en los últimos tiempos, la misma que lleva a subir a la primera plantilla a jugadores que no van a tener minutos y a renovar efectivos con los que no se cuenta. Anso debió dejar la Real en junio y no se sabe muy bien por qué, si no iba a jugar, se le renovó. Quizá para no afear una despedida tan hermosa con preguntas impertinentes sobre este tema, la despedida de Ansotegi ha sido algo solitaria. Sí, ha estado el consejero Ángel Oyarzun. pero una despedida de esta envergadura merecía la presencia del presidente, Jokin Aperribay, y del director deportivo, Lorenzo Juarros, que sí estuvo en la sala de prensa pero no con él en la mesa.

Y sí, falta un aplauso. Puede que ya no lo escuche Anso como futbolista profesional, pero lo tendrá que recibir antes o después. Por el momento, que lo sienta con fuerza en su corazón txuri urdin, porque todos estamos aplaudiendo. Gracias, capitán, y hasta pronto.