lunes, diciembre 31, 2012

Diez momentos inolvidables para la Real en 2012

Se acaba 2012. Para la Real ha sido un año de transición, como lo fue 2011. No se consiguieron grandes logros, pero sí una permanencia en Primera algo más holgada que la obtenida un año antes. Hubo pequeños grandes momentos para recordar, pero falta todavía por dar ese ansiado salto de calidad que se viene prometiendo (y frenando) desde hace demasiado tiempo. 2012 ha sido un año con momentos extraordinarios, con otros terribles, con muchos debates en torno a la figura del entrenador y que acaba, eso sí, con la posibilidad de que 2013 sea un año mejor. A la espera de ver su resultado dentro de algunos meses, con el final de la temporada, estos son los diez momentos que marcan el año que está a punto de acabar.
· El deplorable 6-1 en Mallorca (10 de enero)
No pudo empezar peor el año. Una eliminatoria de Copa que parecía encarrilada con el 2-0 de la ida, y después de haber eliminado previamente al Granada para romper una maldición de 23 años sin superar a un equipo de Primera en esta competición, se emborronó de la forma más vergonzosa posible. Porque Ifrán adelantó a la Real en aquel partido de vuelta, poniendo un 3-0 en la eliminatoria que casi todos vimos como definitivo, soñando con una Copa gloriosa por el derbi con el Athletic que esperaba en la siguiente ronda y un camino relativamente fácil hasta la final. Pero cuatro goles en seis minutos le dieron la vuelta al marcador antes del descanso. En la segunda mitad cayeron dos más sin que ni los jugadores ni Montanier fueran capaces de reaccionar. Y así la Real sumó otro deshonroso episodio en esta competición. Nada nuevo en el horizonte, pero sí más vergonzoso.
· La irrupción definitiva de Pardo (13 de febrero)
Tras incorporarse al primer equipo en pretemporada, aún con dorsal del Sanse y después de ser campeón de Europa sub-19 con España, la afición ardía en deseos de ver a Pardo con la camiseta txuri urdin. Montanier le ocultó durante demasiado tiempo, hasta que las lesiones no le dejaron más opción que ponerle en el once. Jugó primero en el Camp Nou, donde la Real perdió por 2-1 aunque no creyó en la posibilidad de sacar algo. Fue unos días más tarde, en Anoeta y contra el Sevilla, cuando Pardo se destapó como lo que es, un jugadorazo. Lo hizo todo bien, maravillosamente bien, enamoró a la afición realista con su técnica, sus cambios de juego, su visión y su fútbol, y coronó una gran actuación con un golazo desde fuera del área. Su celebración, la de un chaval de 19 años cumpliendo un sueño, fue un momento inolvidable. Por sorprendente que pueda parecer desde fuera, Pardo ya no volvió a ser titular en toda la temporada y solo una nueva plaga de lesiones le colocó en el once en la actual.
· Otro atraco en el derbi (4 de marzo)
Empieza a ser tristemente habitual, y no hay más que revisar la hemeroteca para comprobarlo, que en el derbi contra el Athletic de Bilbao, especialmente en San Mamés, pasen cosas raras que alteran el marcador y no precisamente a favor de la Real. Así ha sucedido en cinco de los últimos ocho jugados al otro lado de la autopista. Mateu Lahoz, un árbitro ensalzado por difícil que sea comprender las razones, rizó el rizó en el derbi de este año en Bilbao. Con el Athletic ya por delante en el marcador, y nada más iniciarse la segunda mitad, Vela marcó el empate. Como se pudo comprobar en algunas imágenes emitidas después, Mateu Lahoz lo vio. Pero decidió hacer caso a un asistente que, según él mismo dijo, ya se la había liado en otros partidos en jugadas similares. No dio el gol aunque el balón entró. Unos minutos después, el jugador más expulsado de la historia del Athletic, Amorebieta, golpeó en un salto a Xabi Prieto, pero Mateu no pitó falta, la jugada continuó y Mikel González derribó a Muniain. En esa falta, sí señalada, el Athletic marcó el 2-0 definitivo.
· La ola de Anoeta (1 de abril)
Minuto 52 de la jornada 31 (aunque partido número 30 de la temporada por la huelga de la jornada inaugural). Vela hace el 4-0 ante el Rayo Vallecano y Anoeta lo celebra haciendo la ola. La afición realista necesita muy poco para arropar al equipo. Aquel día estaba viendo una contundente goleada lograda con mucho sentido común en su alineación y en su juego, algo que no había visto demasiado en toda la temporada. Esa ola sorprendió porque llegó en plena marejada. Se armó un considerable revuelo durante la semana anterior porque muchos jugadores realistas salieron de juerga por Madrid tras caer en el Santiago Bernabéu por 5-1. Montanier como entrenador y Aranburu como capitán tuvieron que dar una rueda de prensa para dar explicaciones. Y en el campo la respuesta fue este 4-0, en el que Griezmann, autor del tercero, celebró su gol con Montanier y, después, la piña de todo el equipo. La Real, como casi siempre, respondió con fútbol en un momento desesperado, cuando la temporada en realidad estaba ya prácticamente acabada, sin sustos por abajo y sin aspiraciones por arriba.
· "Montanier, dimisión" (10 de abril)
No hubo que esperar mucho, apenas nueve días, para comprobar que la grada está con su equipo en todas las circunstancias, pero discute a su actual entrenador con bastante intensidad. Jugaba la Real contra el Betis, sin hacer un buen partido. Pudo adelantarse de penalti, pero sin Xabi Prieto en el campo fue Agirretxe quien lo lanzó. El portero bético no se tragó su paradinha. Ya en la segunda parte, compensó su error haciendo el 1-0 en una bonita jugada colectiva. Pero poco después el Betis empató, sin que pudiera hacer nada para impedirlo Zubikarai, que jugó por una injusta sanción a Bravo. Anoeta respondió a ese empate con los conocidos gritos de "Montanier, dimisión". No era la primera vez que se escuchaban, ni tampoco fue la última a lo largo del año, pero sí fue la ocasión en que se sintieron con más fuerza y parecieron más mayoritarios. El técnico de la Real estaba en entredicho, sigue estándolo en realidad. Aquello provocó que, al finalizar la temporada, el club tuviera que emitir un comunicado para confirmar su continuidad, aunque tenía contrato en vigor.
· Agur, Aranburu (12 de mayo)
Con el final de la Liga, llegó una noticia que en cierto modo era esperada pero no por ello resultó menos emotiva. Aranburu, capitán de la Real, colgaba las botas después de 14 temporadas en la Real y 427 partidos. Su despedida fue sencilla, humilde, como corresponde a un jugador así de un club como el nuestro. Pero fue hermosa y casi perfecta. Casi porque Aranburu estuvo muy cerca de conseguir un gol, el que hubiera sido el número 33 de su carrera, ante un Valencia que llegó a Anoeta con la temporada ya terminada. Aranburu no marcó pero hizo un último partido grande. Estuvo entre lo mejor de la Real, demostrando que, a pesar de la gravísima lesión de rodilla que sufrió, se fue porque quiso, no porque el fútbol le retirase. Se marchó del terreno de juego en medio de una ovación inolvidable y dejó su puesto en el campo a Pardo, lo que fue difícil no entender como el más hermoso relevo generacional de un club de cantera como siempre será la Real. Fue manteado y dio la vuelta de honor al campo que solo los más grandes tienen derecho a hacer. Y la gente no dejó de aplaudir para agradecerle tantos años en la Real.
· Vela y la ambición de la dirección deportiva (19 de julio)
Que la temporada 2011-2012 acabara plácidamente para la Real es algo unido al rendimiento que ofreció Vela. El jugador cedido por el Arsenal tardó en arrancar, pero, tras romper su mal fario de cara a la portería contraria, marcó doce goles en 26 partidos y fue el máximo goleador de la Liga en la segunda vuelta solo por detrás de los monstruosos Messi y Cristiano Ronaldo. Al estar cedido, en junio se marchó. Pero la dirección deportiva y el Consejo de la Real fueron ambiciosos. Loren y Aperribay lucharon por el regreso de Vela. Y lo consiguieron, además, por un precio ridículo en función del rendimiento que había mostrado y los precios actuales del mercado. La Real este verano tiró por elevación y consiguió lo que buscaba. Los fichajes generaron entusiasmo en la afición. Pero dados los antecedentes, lo que casi nadie esperaba es que Vela se convirtiera en un jugador propiedad de este equipo que tan poco tiempo atrás estaba penando en Segunda División y en pleno proceso concursal. Y es que en el verano de 2012 la dirección deportiva hizo un trabajo espléndido.
· Aplastante victoria en el derbi (29 de septiembre)
Ganar el derbi es siempre una de las mejores noticias del año. Pero ganarlo como lo ganó la Real es un plato mucho más placentero. La superioridad con respecto al Athletic fue brutal, absoluta y contundente. Zubikarai suplió al lesionado Bravo y el equipo bilbaíno no fue capaz ni de disparar entre los tres palos para probarle. La clave estuvo en la intensidad que tantas veces se ha reclamado a este equipo. La Real salió a morder desde el minuto 1. Y tardó en hincar sus dientes en los bilbaínos, a pesar de que tuvo sobradas ocasiones de marcar. Tras el descanso, la Real metió una marcha más al ya revolucionado ritmo de la primera mitad y entonces cayeron los goles. Griezmann, que por fin tuvo un derbi en el que fue decisivo, culminó una preciosa jugada en combinación con Agirretxe para hacer el primero. Poco después Amorebieta despejó un buen disparo de Xabi Prieto con el codo. Penalti y segunda amarilla. Vela le pidió el balón al capitán y el mexicano hizo el 2-0 final. Pudo marcar más goles la Real, los mereció, pero el derbi acabó con 2-0 y una sensación de aplastante superioridad sobre el rival.
· La Real descubre su verdadero potencial (19 de noviembre)
Algunas de las decisiones más controvertidas de Montanier en sus dos años en la Real pasan por la elección de los jugadores que tienen que mandar en el centro del campo del equipo. Su preferencia por Elustondo y Markel see encontró con la lesión de ambos. No le quedó más remedio que colocar a Illarramendi de cuatro (en su primer año, prefirió incluso a Mariga) y a Pardo a su lado. Y con esa fórmula la Real encontró el fútbol que muchos pensaban que tenía y que no había mostrado más que a cuentagotas. El Rayo Vallecano lo sufrió en sus carnes y nunca supo cómo parar semejante vendaval. El partidazo de Pardo fue descomunal y comenzó dando una asistencia a Ifrán, que marcó, pero Mateu Lahoz vio mano y lo anuló. Ifrán le dio a Vela el 1-0 y Pardo asistió para que el mexicano lograra el segundo. Ya en la segunda parte, Mikel González coronó un contragolpe que él mismo inició y Pardo, otra vez Pardo, le dejó en bandeja el 4-0 a Chory Castro. Qué fútbol tiene esta Real.
· El gol de De la Bella en el 2-5 en Mestalla (1 de diciembre)
Otra muestra de la capacidad de la Real llegó en Mestalla. Después de diez meses sin conocer la victoria fuera de casa, la Real ganó, y ganó bien, en Málaga. Su siguiente salida, Valencia. Que Soldado marcara en el primer minuto hizo temer lo peor. Pero el equipo txuri urdin reaccionó con una inmensa categoría y con el carácter que muchas veces se dice que no tiene. Mereció empatar, se ganó remontar, pero no tuvo suerte en la práctica totalidad de la primera mitad, hasta que el Valencia se quedó con diez por la autoexpulsión de Jonas. Empatar antes del descanso tuvo efectos impresionantes en el conjunto de Montanier. Y más teniendo en cuenta cómo empató. De la Bella encaró a Alves y le dejó roto con un regate sin tocar el balón para marcar a placer. Qué golazo. Qué obra de arte. Luego cayeron cuatro goles más, de Mikel González, Ifrán, Agirretxe y Vela de penalti. Pero todo empezó con la maravilla de De la Bella, comparable a la de quienes copan los titulares de los medios con goles mucho menos bonitos.

viernes, diciembre 28, 2012

Mikel González, de parche a pilar

Hay pocas noticias que me hayan producido más alegría esta temporada que la consolidación de Mikel González como uno de los pilares de esta Real que va a más. Poco, demasiado poco se está hablando de él para los méritos que está contrayendo. Habría que decir con mucha más claridad que Mikel está siendo el mejor de su línea en lo que llevamos de temporada, titular indiscutible en los 17 partidos disputados, y ha alcanzado un nivel extraordinario. El gol que marcó en Valencia es, por el momento, la máxima expresión de su categoría futbolística. Un espléndido robo en campo propio, una buena salida de balón, una gran carrera acompañando la jugada y un tanto culminando el contragolpe que él mismo inicio. La forma en que contuvo a Falcao fue impresionante. Mikel es muy bueno. Lo está demostrando con creces Y no siempre se lo hemos reconocido.

En realidad, a Mikel González le ha perseguido una especie de maldición desde que debutara con el primer equipo hace ya unas cuantas vidas, el 17 de septiembre de 2005. Mikel era el parche. Fue José María Amorrortu quien le hizo dar el salto, pero fue por las lesiones en la primera plantilla. Con el número 34 a la espalda, saltó de inicio en Son Moix porque faltaban Brechet y Jauregi, Boris no contaba para el técnico y Luiz Alberto se lo quitó de encima con una cesión. La maldición tenía segunda cara: Mikel era también un tipo que llegaba a la Real para sufrir. Sufrió en aquel debut, porque la Real fue machacada y goleada en una segunda parte que permanece en el recuerdo como algo inexplicable. Después de irse al descanso ganando por 1-2, con goles de Novo y Xabi Prieto, encajó cuatro goles en la segunda mitad con un Arango que aquel día se convirtió en estrella de la Liga. 5-2 en contra en el día del debut de un central. Y tarjeta amarilla en su única falta del partido.

Solo jugó dos encuentros más en aquella temporada 2005-2006. No era su momento. Para demostrarlo, incluso Amorrortu hizo debutar a Ansotegi, central que sí se consolidó en el primer equipo en aquella Liga, jugando 13 partidos y perdiéndose solo cinco desde su debut. José Mari Bakero, relevo de Amorrortu, no contó con Mikel González en el tramo final de la competición. Y con el inicio de la nueva temporada, el director deportivo y entrenador, aún dándole a Mikel dorsal del primer equipo, dejó claro que sus centrales eran Labaka, Juanito y Ansotegi. No jugó hasta comienzos de noviembre, ya con Lotina de entrenador, que fue quien sí le consolidó en el once titular junto a Ansotegi. Pero el sufrimiento seguía. Esa fue la pareja de centrales con la que la Real se fue a Segunda después de 40 años en Primera. Y con la que no consiguió subir en dos tentativas. Mikel compartió defensa en esos años con Labaka y Ansotegi, pero ya nadie dudaba de que era el central de más calidad de la plantilla.

Eso mismo fue lo que, en realidad, añadía un sufrimiento más a su trayectoria en la Real. Como era el mejor, era el que tenía que tapar los agujeros más desagradecidos. Por eso jugaba como central izquierdo, a pesar de no ser su mejor posición. Por eso jugó muchos minutos, en la temporada del ascenso y en la del regreso a Primera, como lateral izquierdo cuando no estaba De la Bella. Y cuando él faltaba, Labaka y Ansotegi le echaban de menos. A ambos les ha hecho ser y parecer mejores de lo que son, y sin él se sentían habitualmente muy desamparados. A Mikel, además, le costó marcar su primer gol. Y siendo un central que sube casi siempre en los córners eso también dolía. Pero supo escoger el día para estrenarse. Fue contra el Villarreal B, dando una victoria que acabó siendo clave para conseguir el ascenso a Primera en la temporada 2009-2010. Ni siquiera ese ascenso permitió a Mikel que se acabaran por completo las dudas en torno a su figura.

Demidov llegó a la Real con Martín Lasarte en el banquillo, pero fue con la llegada de Montanier cuando Mikel González perdió el puesto para dar protagonismo al letón e internacional noruego y a la estrella creciente de Iñigo Martínez. Como es bien conocido, Mikel acabó recuperando su lugar. Muy pronto. Y mejorando día a día gracias a que ahora juega por fin en su puesto ideal. Con Iñigo de central zurdo, él se ha consolidado como central diestro. Y rinde como nunca. Como algunos hemos esperado siempre de él. Comenzamos la temporada hablando de la dinamita que tenía la Real arriba con Vela, Ifrán, Griezmann, Agirretxe, Xabi Prieto y Chory Castro. Continuamos maravillándonos del potencial que tenía nuestro centro del campo con Illarra y Pardo. Y ahora resulta que una de las claves del buen rendimiento del equipo está en la defensa, la línea probablemente menos valorada del equipo. Valorémosla. Valoremos a Mikel. Aquel que se ha pasado años siendo un parche y ya es un indiscutible pilar de este equipo.

miércoles, diciembre 26, 2012

Desaprovechando a Javi Ros

Me disgusta la situación de Javi Ros. Es, quizá, el aspecto de la plantilla de la Real con el que más incómodo me siento esta temporada. Es, claramente, un jugador desaprovechado. Con eso no estoy diciendo que deba ser titular en la Real. Ni siquiera estoy pidiendo más minutos para él. Pero es importante, más aún en los buenos momentos como este en el que terminamos 2012, recordar lo que no se está haciendo bien. Y es evidente que la Real, como club, se está equivocando con Ros. No puedo ser un asiduo de Zubieta y desconozco cómo está entrenado, si está luchando de verdad por un puesto, si lo merece o si ha bajado los brazos, si está al nivel de sus compañeros en el centro el campo o si verdaderamente está uno o varios peldaños por debajo. Pero su situación no es positiva para nadie. Y si es un problema, habría que encontrar una solución.

Por las manifestaciones de los responsables realistas en las últimas fechas, no parece probable que Ros salga del equipo en el mercado de invierno. Por una parte es lógico, dado que la Real cuenta con una plantilla de solo 22 jugadores y durante el mes de enero no podrá contar con uno, Cadamuro, ni probablemente tampoco con Markel, en función de cómo evolucione su fractura de la nariz. Sin embargo, es igualmente evidente que Ros no cuenta para Montanier. En la últimas semanas ha sido sistemáticamente el jugador descartado por decisión técnica cuando ha tenido disponibles a 19 hombres, manteniendo incluso a cuatro laterales en sus 18 escogidos y un centro del campo mucho más despoblado. No ha tenido un hueco en una lista ni siquiera cuando Markel, Elustondo e incluso Zurutuza han estado lesionados a la vez. Y apenas ha jugado 68 minutos repartidos en cinco encuentros de Liga. No cuenta. Hay que asumirlo. ¿Es bueno tener en la plantilla a un jugador que no cuenta? Obviamente no.

Con el caso de Ros, como con otros ya conocidos, queda en evidencia que hay un problema de comunicación entre el entrenador y la dirección deportiva. Loren tomó la decisión de subirle al primer equipo, un salto que ha tardado en producirse (debutó en Salamanca de la mano de Lillo en el tramo final de la temporada 2008-2009). ¿Fue una decisión correcta darle ficha del primer equipo? A mí me ilusionó, pero si Montanier no iba a contar con él es obvio que no fue un acierto. Ros está ahora mismo por detrás de Pardo, Illarra, Markel, Elustondo, Zurutuza, Xabi Prieto y Griezmann. Es la octava opción de Montanier para el centro del campo. Puede que incluso la novena, ya que Fuchs ha entrado en dos convocatorias. En esas circunstancias, lo mejor sería una cesión para que tuviera minutos y demostrara públicamente si tiene o no nivel para estar en el centro del campo del primer equipo con mucha más frecuencia que la que ha tenido hasta ahora. Quizá esa cesión tendría que haber llegado en verano y si no se produjo fue, seguramente, por esos problemas de comunicación evidentes pero no explicados entre los despachos y el vestuario.

Soy un convencido de que sí tiene esa categoría. Me gustó muchísimo en aquel debut en Salamanca junto a Diego Rivas hace ya cuatro años y medio. No creo que haya desentonado tanto en los minutos que ha tenido en el primer equipo esta temporada como para sufrir un ostracismo como el que está viviendo. Y lo cierto es que esas la Real no está gestionando demasiado bien esas misteriosas desapariciones de sus jugadores desde que Montanier es su entrenador. Estuvieran o no para jugar, la pasada temporada el técnico no consiguió dar explicaciones coherentes ni convincentes sobre Llorente o Ifrán. Esta temporada ya se ha demostrado que fue un error tener marginados a Carlos Martínez o Ifrán, piezas clave en el resurgir del equipo en los dos últimos meses. Está por ver si con José Ángel, otro fichaje de la dirección deportiva, pasa lo mismo. ¿Y Ros? Insisto, si no ha tenido sitio sin Markel y Elustondo, menos lo va a tener cuando vuelvan. Seguir como hasta ahora no es útil. Hay que dar una explicación y tomar una decisión. Seguir esperando no parece la más sensata.

domingo, diciembre 23, 2012

LOS RÉCORDS DE LA REAL. La mayor cantidad de partidos sin perder contra otro Primera

La Real tiene un récord bastante desconocido. Tiene en su poder la mayor racha de partidos sin perder contra otro equipo de Primera División que sigue vigente y con posibilidad de aumentar. Son 24 los partidos que ha disputado el equipo txuri urdin contra el Salamanca en la máxima categoría sin conocer la derrota. Para que el récord sea aún más impresionante, hay que decir que esos 24 son todos los partidos en los que la Real se ha cruzado contra el conjunto charro. Es decir, un Real Sociedad - Salamanca o un Salamanca - Real Sociedad no ha acabado nunca con la victoria del conjunto castellano-leonés. El problema para la Real es que esta marcha lleva congelada nada menos que trece años, desde que en 1999 el Salamanca descendiera a Segunda para ya no haber regresado todavía a Primera. Ahora mismo, de hecho, milita en la Segunda División B.

Esos 24 partidos que forman el récord se han disputado entre las temporadas 1974-1975 (el 1-1 del primer duelo, en la foto que abre esta entrada) y 1998-1999 (el 0-1 que cerró la cuenta por ahora, en la foto posterior). En Donostia, el saldo es de nuevo triunfos para la Real y tres empates, con 24 goles a favor y cinco en contra. En Salamanca, cinco triunfos realistas y siete igualadas, con quince tantos marcados y ocho encajados. Los dos empates registrados en Atotxa y el de Anoeta han sido a un gol. En otras tantas ocasiones se ha repetido ese resultado en El Helmántico, donde también ha habido tres igualadas sin goles y una a tres tantos (en la temporada 1995-1996, con Irureta entrenando a la Real y Lillo al Salamanca). La mayor goleada en casa es el 4-0 que se repitió en las temporadas 83-84 (con dos goles de Bakero y otros tantos de López Ufarte) y 98-99 (Sa Pinto, dos de Kovacevic y Gracia). La última vez que se vieron las caras fue en mayo de 1999 en El Helmántico, cuando un solitario gol de Idiakez bastó para conseguir la victoria.

El Real Madrid tenía esta temporada la posibilidad de igualar este récord. Llevaba 22 partidos sin perder contra el Málaga, desde marzo del año 2000. En la última jornada del año 2012, el 3-2 que logró en La Rosaleda el conjunto andaluz truncó la posibilidad de que esta racha igualara o superar a la de la Real. Sin embargo, el equipo madridista sigue siendo la principal amenaza de la marca lograda por el txuri urdin ante el Salamanca. Con su victoria en el Santiago Bernabéu en la presente temporada, el Real Madrid acumula también 22 partidos consecutivos en Primera sin conocer la derrota ante el Atlético de Madrid, una marca que arrancó en septiembre de 1999. Queda el Atlético - Real Madrid de la segunda vuelta para saber si el conjunto blanco se acerca al registro de la Real y si tiene la opción de igualarlo y batirlo ya en la próxima temporada.

Tanto la marca en poder de la Real como la del derbi madrileño están en vigor y todavía pueden seguir aumentando. El récord absoluto de partidos sin conocer la derrota ante otro conjunto de Primera División tiene precisamente a la Real como protagonista negativo. El Real Madrid estuvo 34 partidos y 22 años sin perder ante la Real entre noviembre de 1957 y mayo de 1979. Eso sí, si la marca es desastrosa, contundente fue la forma en que acabó, con aquel glorioso 4-0 con el que la Real de Ormaetxea que logró el récord de imbatibilidad (32 partidos en una temporada, 38 en total sumando los seis de la anterior) en la temporada 1979-1980. Los goles aquel día fueron de López Ufarte de penalti, Satrústegui, Zamora y Heras. Los 24 partidos de la Real ante el Salamanca son la sexta mejor marca de la historia de la Liga española. Las cinco primeras las logró el Real Madrid y solo el Espanyol pudo igualar el registro de la Real, con 24 partidos sin perder ante el Racing entre abril de 1982 y enero de 2003.

viernes, diciembre 21, 2012

REAL SOCIEDAD 2 - SEVILLA 1 Ni los errores frenan las virtudes de la Real

La Real cierra el año con tres puntos muy sabrosos, muy trabajados, muy merecidos y que sus propios errores han puesto en peligro. El más visible ha sido el de Bravo en el primer gol, pero a mis ojos eran evidente que eso lo iba a corregir el propio arquero chileno. Y lo hizo salvando la victoria en el 87. Pero errores son los de su entrenador, que parece empeñado en enfadar a la grada con el sistemático desprecio a lo que aporta Pardo a este equipo, hoy sustituyéndole con el empate a uno en el marcador. O no consiguiendo nunca que su equipo aproveche la debilidad del rival, hoy plasmada en una expulsión que debió de llegar antes, producto de la inacción de sus cambios. Pero esos y otros errores no frenan las notables armas de un equipo que tiene muchísimo corazón, que ha encontrado virtudes que su entrenador ha frenado durante más de un año, como la aportación de sus laterales, que hoy de nuevo fue decisiva con gol de De la Bella a pase de Carlos Martínez, o el apabullante dominio del fúbol de Illarra siendo el cuatro de este equipo.

Montanier puso sobre el campo posiblemente a los mejores once jugadores que tenía disponibles. En eso acertó y hay que aplaudir la continuidad de un equipo de catorce efectivos que le está dando resultado, sumando hoy la séptima jornada sin perder. En cuanto a nombres queda la duda de qué piensa Montanier cuando mantiene a un jugador como Ifrán en el más absoluto de los ostracismos durante más de un año y de repente es tan indiscutible su titularidad que juega, en contra de las costumbre de este mismo entrenador, incluso sin apenas haber podido entrenar durante la semana. Si ese debate está abierto, y el propio Montanier no ha llegado a dar explicaciones coherentes sobre el mismo, en idéntica situación nos hallamos con las posiciones de Xabi Prieto y Griezmann en la línea de tres mediapuntas. Lo que hoy aporta Xabi por el centro, excepciones hechas como su partidazo en Valencia, no está al nivel de lo que puede aportar Zurutuza cuando esté en forma o el propio Griezmann. Hoy el galo lo ha demostrado con la jugada del primer gol. Pero Montanier no cede. ¿Harán falta lesiones para que lo pruebe?

Esa jugada del primer gol, en realidad, ha sido la primera acción destacable del partido, excepción un disparo mordido de Rubén Pardo. La jugada es cierto que parte desde la banda izquierda, pero discurre por el centro, con una doble pared en esa franja del terreno de juego que Griezmann traza con Xabi Prieto primero y con Vela después para dejar al mexicano en disposición de salvar la salida de Diego López con un potente y certero disparo. El gol venía a hacer justicia a la calidad que uno y otro equipo estaban mostrando sobre el césped de un Anoeta poblado por casi 20.000 valientes que desafiaron a las barrabasadas de la LFP. Sin necesidad de haber dominado de forma asfixiante, ya se sabe que las entradas de la Real a los partidos no son precisamente fulgurantes, lo cierto es que el conjunto txuri urdin daba una sensación de peligro y de calidad mucho mayor que la del equipo hispalense, en la que solo un Navas que fue diluyéndose poco a poco con el paso de los minutos parecía ofrecer algo diferente.

Con ese aparente dominio realista, la primera parte fue muy parca en ocasiones. Pardo tuvo un buen disparo, esta vez sí, desde fuera del área, que Diego López despejó de puños y casi en la jugada siguiente Navas puso un buen centro desde la banda derecha del ataque sevillista que Negredo no alcanzó por poco. Todas las intentonas del Sevilla eran frenadas con categoría por los defensores de la Real, con un Mikel González que está a un nivel altísimo, un Iñigo Martínez igualmente brillante y un Illarramendi espectacular. Entre los tres le arrebataron el cuero al rival nada menos que en 36 ocasiones. Una maravilla ver a ese triángulo en acción. Quizá esté pasando algo desapercibido, pero no me parece en absoluto descabellado considerar que buena parte de los éxitos actuales de la Real están sustentados en el sobresaliente estado de forma de estos tres jugadores. Y más teniendo en cuenta que varios hombres de su ataque, la línea más alabada del equipo, no están precisamente en su mejor momento, sea de juego o de resultados en forma de gol.

Se veía, como se ha visto en tantos partidos tanto de esta temporada como de la pasada, que si la Real metía una marcha más y la mantenía de forma un poco más constante, el Sevilla iba a sufrir muchísimo. Sufrió igualmente en los arreones de calidad del equipo txuri urdin, pero siempre da la sensación de que la Real tiene algo más de lo que muestra. Y ante la ausencia de más fútbol o de ocasiones de peligro, el protagonismo se lo llevó Álvarez Izquierdo. El colegiado del partido mostró a Spahic una clara tarjeta amarilla por golpear con el brazo a Xabi Prieto en un salto. Eso sucedió en el minuto 23. En el 41 cortó con violencia un contraataque que iba a lanzar Ifrán. Era la segunda tarjeta amarilla. Álvarez Izquierdo lo sabía, pero decidió no expulsar al sevillista. La tarjeta amarilla era clamorosa, toda vez que cinco minutos antes había mostrado una a Iñigo Martínez que incluso si hubiera sido falta, que no lo pareció, habría sido muy excesiva. En la última jugada de la primera mitad, un agarrón reiterado sobre Ifrán tampoco lo consideró como penalti. No hubo repeticiones.

La ausencia de ritmo en la Real en el arranque de la primera mitad encontró la otra cara de la moneda en el buen ritmo con el que inició la segunda. Anoeta ha visto eso ya en muchos partidos. A los cuatro minutos, un Xabi Prieto que sigue siendo intrascendente tuvo una clarísima ocasión para marcar, al recibir un centro de Griezmann, en la única ocasión en que consiguió desbordar por la banda. Su disparo, incomprensiblemente, se fue a las nubes. Ese error, otro de la Real que se convirtió en el reflejo de esa incapacidad en vías de curación que muestra para cerrar los partidos cuando los tiene a favor, cobró mayor gravedad en la jugada siguiente. Y añadido a otro más. Bravo midió muy mal un centro desde la banda izquierda de Manu del Moral. Tocó el balón, pero no lo despejó con contundencia, quedando ya descolocado en la jugada. Lo recibió Navas en el segundo palo y lo puso en la frontal del área para que, después de que Reyes lo dejara pasar, Medel hiciera el empate. Bravo llegó a tocar el balón, pero no lo pudo despejar. Con el chileno seguimos luego.

A la Real parecía que se le iba a ir el partido en esos minutos posteriores al gol, sensaciones parecidas a las de algunos minutos de los duelos contra el Getafe, Espanyol u Osasuna. No porque el Sevilla pudiera imponerse por sus propios medios, pero sí porque empezó a llegar al área txuri urdin con más sensación de peligro. Montanier colocó el núcleo del problema en el centro del campo y eso supuso la sustitución de Pardo. Es el sospechoso habitual para el técnico francés. Cuando juega bien, hay que frenarle. Cuando hay un problema, es el sustituido. Sí es verdad que el control del medio se había perdido ligeramente, pero Montanier tenía otras soluciones. Optó por esa y se sabía que lo iba a hacer. No es bueno que un jugador sepa que va a ser siempre señalado. Su relevo, además, provocó el enfado de la grada, entregadísima a su equipo durante todo el partido y a veces queda la sensación, Montanier sabrá si es cierta o no, que toma decisiones solo por la cabezonería de encontrar otros caminos diferentes a los que le propone la afición.

El cambio de Zurutuza por Pardo llegó después de que Reyes probara a Bravo en tres ocasiones, siendo la última un disparo que tocó en la parte exterior del palo, y de que Ifrán estuviera muy cerca de marcar con un lanzamiento desde fuera del área. El enfado de Anoeta podría haberse convertido en un incendio innecesario si el partido hubiera salido mal. Pero Montanier tuvo la suerte de que sus laterales volvieran a dar uno de esos chispazos tan necesarios en este equipo. Illarra inició la jugada por el centro, cedió el balón a Vela, que durmió a la defensa del Sevilla sin moverse, esperando la subida, espectacular como siempre, de Carlos Martínez. Su centro, raso y preciso, al segundo palo, lo remató De la Bella, invirtiendo las tornas del gol que supuso el empate contra el Getafe hace dos semanas y demostrando que los laterales tienen hoy, como han tenido siempre, un papel capital en el juego de la Real. Montanier también ha tardado en ver eso, pero parece que ya lo ha captado.

El partido se puso aún más de cara cuando apenas, cinco minutos después del 2-1 y con quince minutos por delante, el Sevilla, ahora sí, se quedó con diez jugadores. En dos jugadas prácticamente consecutivas, Coke cortó con una patada por detrás una arrancada de De la Bella desde su propio campo y una internada en el área de Vela por la banda izquierda con un agarrón después de que el mexicano, importantísimo su papel en esta Real cuando entre de lleno en su juego (y no solo por sus siete goles), le sacara los colores. En ambas vio una amarilla y en la segunda, por acumulación, la roja. El Sevilla cometió el doble de faltas que la Real y sufrió un castigo que pudo llegar a ser mayor si Álvarez Izquierdo se hubiera mostrado algo más severo. En el debe de la Real hay que colocar que no llegó a parecer en ningún momento que jugaba contra diez oponentes. Los prácticamente suicidas cambios de Michel despoblando su defensa en busca del empate debieron llevar al equipo txuri urdin a matar el partido y no lo hizo.

El flagrante error de la Real en la gestión de estos minutos, al margen de los insustanciales cambios de siempre de Montanier, que se apoyan solo en el acierto individual de sus jugadores (Chory por Vela, Agirretxe por Ifrán), se vio con claridad en una jugada de Griezmann. Recibió el balón en el pico del área para encarar a un solo jugador y decidió no hacerlo, pero en el rebote de la misma jugada se encontró contra cuatro y ahí sí se lanzó de cabeza. Mal contra una despobladísima defensa. Y mal porque permitió al Sevilla tener la única ocasión de gol clara de esos minutos. Volvemos ahora a Bravo. Cuando el chileno falla, sabemos que lo acabará arreglando porque es un portero de una categoría indiscutible. Falla poco, pero lo ha enmendado siempre. Y hoy la Real ganó porque su guardameta hizo un parada colosal a falta de tres minutos para el final, al sacar un cabezazo de Negredo (otra jugada a balón parado que casi nos cuesta un disgusto) que se envenenó tras rebotar en Illarra. Grandísimo Bravo.

Después de eso, Prieto y Agirretxe tuvieron ocasiones para marcar, pero no llegó la sentencia. Cierto es que el Sevilla no provocó muchas angustias, pero un 2-1 siempre es muy justo. La Real llega al final de 2012 con 25 puntos en su casillero y en la séptima posición provisional con una distancia de dos puntos con respecto a los puestos europeos. Sigo acordándome de los puntos que se han ido y de todo el tiempo que hemos perdido para aplicar a este equipo soluciones que se veían con meridiana claridad y que su entrenador se resistió a probar hasta que no le quedó más remedio. Porque hoy se ha ganado con alguna de ellas. Con la de los laterales, por ejemplo, convertidos ya en puñales desatados (especialmente en casa, pero también en las mejores actuaciones a domicilio). O en el imparable crecimiento de Mikel González jugando como central diestro, o en la inmensa categoría de Illarra como cuatro. El caso es que, le pese a quien le pese, estamos en la pelea europea. No podemos estar en otra porque la capacidad que tenemos nos empuja a eso incluso con errores, de planteamiento y de juego, que ambos se vieron hoy. Pero qué bien sabe acabar el año con victoria y mirando la clasificación actual.

miércoles, diciembre 19, 2012

PREVIA Real Sociedad - Sevilla. ¿Cómo queremos comernos el turrón?

La Real acaba el año ante el Sevilla (jueves, 22.00 horas, Anoeta, Marca TV) con las mismas preguntas que lleva haciéndose prácticamente durante todo 2012. ¿Qué equipo quiere ser? ¿A qué pretende aspirar? ¿Cómo queremos comernos el turrón? Porque, a día de hoy, la Real de Philippe Montanier se mueve en un terreno indefinido, lejos eso sí de los puestos descenso pero sin ser capaz de asaltar la zona europea, algo que su calidad casi demanda. Y con la duda de saber cuál será la Real por la que apostará el técnico francés ahora que ya tiene a su disposición a toda la plantilla. Esas preguntas no encontrarán respuesta ante el Sevilla, porque no habrá muchos cambios, pero el discurso completo será lo que protagonice 2013, al menos en su primera mitad. Con partido en la víspera de Santo Tomás, que la fiesta no se atragante y que el turrón no se nos haga amargo, porque ya no vemos a la Real hasta el día de Reyes del próximo año.

Montanier ha citado para afrontar este último duelo del año a los mismos jugadores que se llevó a Granada. Eso quiere decir que, de momento, no va a recuperar a Markel, Elustondo y Cadamuro. Los dos primeros tendrán así dos semanas más para ponerse físicamente a punto después de sus lesiones y saber qué papel les tiene reservado el técnico txuri urdin para el próximo año. El tercero ha sido convocado para jugar la Copa de África, con lo que en enero tampoco estará a disposición del entrenador francés y tendrá aún más difícil disponer de minutos a su regreso. Además de estas tres ausencias, el descartado por decisión táctica vuelve a ser Javi Ros, el jugador que menos cuenta para Montanier y que apenas ha jugado cinco partidos en lo que llevamos de Liga y todos ellos saliendo desde el banquillo.

No se esperan demasiados cambios en el último once de la Real. Ninguno, como de costumbre, atrás, donde parece seguro que jugarán Bravo, Carlos Martínez, Mikel González, Iñigo Martínez y De la Bella. Illarramendi repetirá como cuatro, y ahí es donde se espera la principal novedad, con el regreso de Rubén Pardo al once en lugar de un Zurutuza que ha demostrado que, desde su regreso, sigue sin estar para 90 minutos. Lo más normal es que la línea de tres centrocampistas sea la misma que jugó en Granada, con Vela, Griezmann y Xabi Prieto. Su ubicación en el campo, de nuevo dará que hablar. Ifrán ha tenido molestias durante la semana, por lo que es probable que el delantero titular sea Agirretxe, descansando el uruguayo tras batir la semana pasada su récord de minutos con la Real en una temporada. Montanier insiste de nuevo en completar su lista con dos laterales, Estrada y José Ángel, con cierto desequilibrio en el centro del campo. La lista la completan Zubikarai y Chory Castro.

La Real arranca la última jornada de 2012, que le lleva a jugar en el intempestivo horario de las diez de la noche de un jueves, en la novena posición gracias a sus 22 puntos, los mismos que tienen los equipos que le siguen y preceden en la tabla, Rayo y Valladolid respectivamente. La distancia con respecto a la sexta plaza es de cinco puntos y uno más hasta la cuarta, con lo que el asalto a Europa ya tendría que esperar a 2013 a pesar de haber estado a tiro en las últimas semanas. El Sevilla ocupa la decimotercera posición con 19 puntos. El equipo de Montanier acumula seis jornadas sin perder, pero solo ha sumado una victoria en sus cinco últimos partidos en Anoeta y ha empatado los dos más recientes. En casa suma cuatro victorias, dos empates y otras tantas derrotas. El Sevilla solo ha sumado tres de los últimos doce posibles y apenas cuatro equipos han logrado menos a domicilio que los de Michel, con seis puntos logrados en su única victoria (0-2 ante el Deportivo) y tres empates (Granada a uno, Rayo a cero y Espanyol a dos).

No hay rivales fáciles, pero la historia dice que el Sevilla es un rival propicio para la Real. De 53 duelos disputados, todos ellos en Primera División, 31 han caído del lado txuri urdin, 16 acabaron en empate y solo seis con triunfo visitante. Eso sí, la mitad de esos triunfos los ha conseguido el conjunto sevillista en las últimas cuatro ocasiones en las que ha visitado Anoeta y en el nuevo estadio el balance es de trece partidos jugados, con cinco victorias de la Real, otros tantos empates y los tres triunfos ya mencionados del Sevilla. La mayor goleada lograda por el conjunto txuri urdin en estos enfrentamientos es el 5-0 de la temporada 1949-1950, con goles de Epi, Caeiro, Basabe y dos de Pérez Payá. Para el Sevilla, su triunfo más abultado es el 1-3 de la temporada 2006-2007, la del último descenso realista a Segunda. El Sevilla estuvo 30 años y 22 partidos sin ganar en San Sebastián entre las campañas 1955-1956 y 1985-1986.

La pasada temporada, la 2011-2012, la Real jugó uno de sus mejores partidos en Anoeta ante el Sevilla. Aquel día puede considerarse como el inicio de las pinceladas que terminaron de confirmar que este equipo tenía más de lo que se le dejaba mostrar. Y, sobre todo, destapó definitivamente a Rubén Pardo como un jugador de élite sin necesidad de atender a su edad. El equipo txuri urdin, aunque comenzó el partido con la frialdad habitual ante un Sevilla que no opuso nada, entró en juego con destellos de calidad de sus mejores hombres, Pardo, Vela y Xabi Prieto. Estos dos últimos, con la mediación de Aranburu, fabricaron el 1-0, convertido por el mexicano ya en la segunda mitad. Casi sin tiempo para que el Sevilla del recién fichado Michel pudiera reaccionar, Pardo convirtió el segundo gol txuri urdin con un misil desde la frontal del área. Un partido que comenzó con los puestos de descenso en el pensamiento terminó soñando incluso que Europa era posible.

domingo, diciembre 16, 2012

GRANADA 0 - REAL SOCIEDAD 0. Triste conformismo

El punto en Granada es el resultado del triste conformismo en que vive instalado un equipo llamado a luchar por cotas mucho más altas. La Real tiene los jugadores, la solvencia y la capacidad para ganar en cualquier campo de España. Ya no es una intuición o un deseo, lo hemos visto en esta misma temporada en dos campos Champions, La Rosaleda y Mestalla. Pero se conforma. Se conforma con sumar un partido más a una racha de encuentros sin perder. Se conforma con mejorar los dos ridículos en Granada de la temporada pasada. Se conforma con dejar pasar dos puntos en un partido que claramente podría haber acabado del lado txuri urdin a poco que se hubiera querido plasmar sobre el campo la superioridad evidente con respecto a un flojo Granada que estaba en puestos de descenso. La ambición que se le pide a este equipo es la que casi siempre da sobre el césped. Se le pide estar donde está, y en eso cumple. Si se le pidiera más, probablemente daría más. Pero seguimos hablando de permanencia. La vamos a conseguir, eso no se puede dudar. Pero que se diga que es un triste conformismo es algo con lo que tendrá que convivir este equipo.

Montanier puso sobre el césped de Los Cármenes un buen once, pero también uno que mantiene debates abiertos. Cumplió el guión previsto y sentó a Rubén Pardo. Viene a ser curioso que el chaval sea el único jugador de 20 años que necesita descanso en toda la Primera División, pero es va a seguir siendo la explicación de las suplencias de un futbolista llamado a marcar diferencias y al que se dosifica como si fuera de cristal. Ifrán, por otra parte, no parece necesitar ese descanso a ojos de su entrenador y después del más absoluto de los ostracismos disfruta ahora de la más indiscutible de las titularidades. Zurutuza actuó en el doble pivote junto a Illarramendi y Xabi Prieto se colocó de nuevo en la mediapunta. Lo que debieran ser soluciones de emergencia, y que pueden tener días de gloria como en la goleada de Mestalla que se nos pidió que olvidáramos, se han convertido en práctica habitual para Montanier. Zuru y Xabi no desentonan, pero tienen ahí más obstáculos para ofrecer su mejor versión. Un buen once, sí, pero no el mejor posible.

El Granada necesitaba ganar, pero sobre todo necesitaba marcar para eliminar lastres psicológicos. Antes de medirse a la Real, los de Anquela llevaban nada menos que cuatro jornadas sin ver portería. Con tantas opciones de que Bravo saliera imbatido de tierras andaluzas, el partido exigía una versión guerrera del equipo txuri urdin. Pero, muy al contrario, lo que se vio en los primeros minutos fue una Real que apostaba claramente por el contragolpe... y que sufrió en defensa a pesar de enfrentarse a un rival sin gol. Los locales volcaron todos sus intentos por su banda izquierda, lo que obligó a Carlos Martínez a multiplicarse en defensa. Primero cortó una buena internada de Ighalo, aunque al minuto siguiente no pudo impedir un gran centro de Siqueira que el propio Ighalo remató en postura complicada. Bravo respondió con su primera gran intervención de la tarde. No tuvo que aparecer mucho, pero el chileno, como siempre, se mantuvo firme y es su trabajo la razón por la que el marcador no se movió.

Con un Illlarramendi muy destacable en el terreno más táctico del partido, la primera noticia de la Real la ofreció Prieto en el minuto 12, entrando desde atrás para rematar un buen centro de Vela. Su disparo se marchó al lateral de la red. Parecía que con esa acción iban a cambiar las tornas del partido, pero no fue así. Ighalo desperdició totalmente desmarcado una buena acción para poner el 1-0, justo antes de que Vela reclamara un penalti que, a pesar del salto del mexicano, Teixeira Vitienes pudo pitar con absoluta normalidad. Por supuesto, se inhibió. Es un mal árbitro que encierra su mayor peligro en una falta de criterio clamorosa. Fue curioso ver como zanjó con tarjeta amarilla una patada de Nyom a Griezmann menos peligrosa que la que le costó la roja y dos partidos de sanción (por la redacción del acta por parte de este mismo colegiado, no lo olvidemos) a Illarramendi en el mismo campo. Cometió, inducido por sus asistentes, muchos errores en el fuera de juego y su reparto de tarjetas fue delirante, tres para cada equipo, cuando el Granada cometió nada menos que 27 faltas y la Real apenas cinco. Es muy malo y ayer, en un partido fácil, lo demostró.

Dentro de una primera mitad muy floja, la mejor ocasión para mover el marcador estuvo en la cabeza de Ifrán, que se lanzó casi en plancha para recoger un envío de Vela. Su remate salió algo centrado y eso facilitó el trabajo de un bien colocado Roberto, que también atrapó ya en el último suspiro de los 45 minutos iniciales un disparo raso de Vela desde la frontal del área. Un Griezmann increíblemente fallón, lejísimos de su mejor nivel (¿y atrapado en la banda?) también desperdició con un pase imposible una buena opción de contragolpe. Montanier, según dijo después del partido, no vio bien a su equipo. Sin embargo, le sigue costando horrores aportar algo para mejorar su rendimiento con minutos por delante. No tiene esa capacidad y discutirlo ya parece casi una misión imposible. Empieza a ser ya una cuestión casi como para apostar cenas con los amigos, pero resulta ridículo que con partidos por definir su primer cambio siempre llegue en el minuto 70 y, por supuesto, siempre después de que el entrenador rival haya jugado casi todas sus bazas. Anquela ya había hecho dos sustituciones para cuando el técnico txuri urdin decidió mover su banquillo. Y lo hizo por necesidad, porque Zurutuza, una vez más, pidió el cambio y Pardo le sustituyó.

Y aunque la segunda mitad fue aún peor que la primera, la Real dispuso de un par de buenas opciones para marcar. Zurutuza tuvo la primera con un disparo que despejó Roberto, e Illarra enganchó mal desde la frontal una buena dejada de Ifrán. En la mejor ocasión local, Bravo salvó el punto al responder con seguridad a un disparo, un tanto al muñeco, de El-Arabi. Con solo un cuarto de hora por delante, Montanier hizo el que seguramente habría sido su primer cambio, cantado y necesario, Chory por Griezmann. Y concluyó sus opciones reglamentarias con el también anunciado relevo de Ifrán por Agirretxe. Todo muy previsible. Antes de la última ocasión del Granada, Ifrán marcó en una jugada en la que los defensas locales ya se habían relajado tras el enésimo error de Teixeira Vitienes al marcar un fuera de juego inexistente. El pase para dejar solo al uruguayo fue de Pardo. Esa jugada, ese precioso y magnífico envío, ejemplifica lo que podría haber sido el partido con él en el campo y con la ambición por bandera.

La Real se ha convertido en el equipo del eterno debate sobre cómo de lleno o de vacío está el vaso. Hoy hay quien habla de que ya son cuatro partidos seguidos sumando fuera de casa y de seis jornadas sin perder. Y, sin embargo, yo no me puedo quitar de la cabeza la sensación de que estamos despreciando puntos más fáciles de lo que se dice. El de Granada fue un partido disputado, pero muy malo, que el entrenador txuri urdin no se atrevió a cambiar. Sus cambios fueron rutinarios. Su equipo fue conformista. La Real, una vez más, despreció los pitos que la afición local dedicaba a los suyos y jugó como si ese factor no existiera. No jugó con el tiempo, ni con el espacio, ni con los nervios del Granada. Se limitó a esperar una jugada de acierto que no llegó. Y los jugadores, que no son exigidos por el cuerpo técnico en partidos como el de ayer, viven confortables en una situación sin apenas responsabilidad, lejos del descenso y con Europa casi a tiro. Ayer el descanso invitaba a haber cogido a un par de jugadores por la solapa y decirles que sí o sí tenían que superar a la defensa del Granada. Pero nos conformamos con el punto de la Federación, que decía Javier Clemente. Conformismo, triste conformismo.

viernes, diciembre 14, 2012

PREVIA Granada - Real Sociedad. Resucitamuertos o aspirante a más

La Real, con una enfermería ya prácticamente vacía, afronta una jornada para decidir lo que quiere ser, resucitamuertos o aspirante a metas más elevadas (sábado, 20.00 horas, Nuevo Los Cármenes, Canal + Liga, Gol TV). Y es que entran en juego dos rachas contrapuestas. Por un lado, la del Granada, que está en puestos de descenso y lleva cuatro jornadas sin marcar un solo gol. Por otro, la de la Real, que lleva tres encuentros consecutivos puntuando fuera de casa y busca igualar una marca de victorias seguidas como visitante que no consigue desde hace casi veinte años. El resultado servirá para saber con más certeza, aunque no de forma definitiva por la igualdad de esta Liga en sus puestos intermedios, qué quiere ser en esta temporada el equipo txuri urdin. Puede ser un conjunto temeroso a la hora de dar un salto clasificatorio, etiqueta que se ha venido ganando a pulso con Montanier como entrenador e incluso desde antes, o uno valiente que abraza las enormes posibilidades de su plantilla y juega sin complejos ante cualquier rival.

Aunque ahora mismo la Real ya no tiene lesionados, los tres jugadores que han venido ocupando la enfermería en las últimas semanas (Markel, Elustondo y Cadamuro), tendrán que seguir esperando su oportunidad porque Montanier no arriesgará con ellos y les dará más tiempo de recuperación y preparación. De hecho, anunció su ausencia en la rueda de prensa anterior al último entrenamiento, con lo que eliminó buena parte de la posible incertidumbre que pudiera haber en torno a sus decisiones para esta jornada. Ya con los 18 escogidos anunciados se ha comprobado que el descarte de entre los 19 jugadores disponibles del primer equipo ha sido el previsible, Javi Ros. Su puesto en la lista lo ocupa Vela, después de haber cumplido un partido de sanción en el duelo en casa ante el Getafe. Por cierto, que Mikel González y De la Bella han alcanzado ya las cuatro tarjetas y están a solo una de tener que descansar también por este motivo.

En el once se esperan algunas variaciones. Atrás no, porque se mantienen fijos Bravo en la portería, Carlos Martínez y De la Bella como laterales e Iñigo Martínez y Mikel González como centrales. Se está dando por segura la suplencia de Pardo para este encuentro, con lo que Illarramendi jugaría como pivote, con Zurutuza bien a su lado o algo más adelante y más que probablemente Xabi Prieto junto a él, de nuevo por el centro. Si jugara Pardo, Xabi Prieto podría ir al banquillo. En la línea ofensiva, parecen seguros Griezmann y Vela por las bandas, mientras que hay dudas sobre si el delantero seguirá siendo Ifrán o si Agirretxe regresa a la titularidad. En contra del canterano juega que Montanier siempre le ha preferido para jugar en casa y que Ifrán parece haberse afianzado en la titularidad. Zubikarai, Estrada, Ansotegi, José Ángel y Chory Castro completarían la convocatoria.

La Real comienza la jornada en la novena posición, con 21 puntos, a tres de la Europa League y a cuatro de la Champions. Mirar al descenso es ahora mismo una tarea baldía. El equipo de Montanier suma once de los últimos quince puntos en juego, tres jornadas sin perder fuera y dos victorias consecutivas lejos de Anoeta. De ganar, igualaría la marca que logró en la temporada 1993-1994, cuando derrotó a Osasuna en Pamplona por 0-2, al Deportivo en La Coruña por 0-1 y al Atlético de Madrid en el Calderón por 1-2. A pesar de vencer en Málaga y Valencia, solo dos equipos, Granada y Celta, han perdido más partidos a domicilio que la Real en lo que llevamos de Liga. El Granada, por su parte, ocupa la decimoctava posición, primer puesto de descenso, con 12 puntos, nueve por detrás del conjunto txuri urdin. En casa apenas ha ganado uno de los siete partidos que ha disputado (2-1 al Celta) y ha perdido tres. No ganó en su estadio en sus últimos cuatro choques, sumando un punto de doce posibles. Y se ha pasado los últimos cuatro encuentros sin anotar un solo gol.

Con la estadística histórica en la mano, Granada es un lugar temible para la Real. Se ha enfrentado al equipo andaluz en su campo en partido de Liga en veinte ocasiones y nada menos que 16 han acabado con triunfo local. En Primera, Granada y Real Sociedad se han visto las caras en 16 ocasiones, con doce triunfos locales, dos visitantes y otros tantos empates. La última victoria realista allí, el 0-3 de la temporada 1969-1970 (con dos goles de Urreisti y uno de Arambarri) es también la más abultada del equipo txuri urdin. Desde entonces acumula siete derrotas consecutivas. La mayor goleada conseguida por los locales ante la Real es el 6-1 de la temporada 1954-1955. En Segunda División no le han ido mejor las cosas a los realistas, pues los tres duelos jugados, todos ellos en la década de los 40, se saldaron con derrota. Y lo mismo sucedió en la fase de ascenso de la temporada 1940-1941, cuando cayó por 2-1, aunque aquella campaña la Real consiguió subir a Primera. De hecho, el equipo granadino suele traer suerte aún perdiendo allí, pues solo en a 45-46 no se logró el ascenso teniendo al Granada como rival en el paso por Segunda.

La pasada temporada, la 2011-2012, la Real visitó Los Cármenes en dos ocasiones y salió derrotada en las dos. Primero jugó en la Copa y, a pesar de llevar un 4-1 del partido de ida, estuvo a punto de caer eliminada, producto de una delirante alineación de Montanier en la que entraron cuatro centrales (Iñigo, Cadamuro, Ansotegi y Demidov) en diferentes posiciones. Cuando el Granada ya llevaba un 2-0 y se veía apeando a la Real, Agirretxe marcó en los minutos finales al rematar un córner y sentenció la eliminatoria. Por cierto, la primera en la que el equipo txuri urdin eliminaba a un Primera desde 1988. En la Liga la derrota fue aún más contundente, 4-1. Y eso que la Real se adelantó al marcar Mikel González de cabeza en un córner, en la única ocasión de los visitantes en todo el encuentro. Pero Iñigo López hizo el empate al minuto siguiente, también en un córner. Con 1-1 en el marcador, Teixeira Vitienes convirtió una falta normal de Illarramendi en una agresión de tarjeta roja (y dos partidos de sanción) y dejó a la Real con uno menos. A partir de ahí, y sin reacción de Montanier hasta que el marcador alcanzó el 3-1, el Granada jugó aún más a sus anchas y no solo ganó sino que goleó sin piedad a un equipo txuri urdin sin rumbo ni soluciones.

sábado, diciembre 08, 2012

REAL SOCIEDAD 1 - GETAFE 1 A la Real le falta fe y ambición

Cuando la Real tiene un partido para mirar arriba, no gana. Es ya una máxima consolidada en la trayectoria del equipo que hoy ha vivido un nuevo episodio. Es evidente que el Getafe ha sido un equipo rocoso e intenso. Y es evidente que eso merma muchas de las buenas capacidades futbolísticas de la Real. Eso serviría de explicación si no sucediera siempre y en cualquier tipo de partido, en Anoeta y fuera, con rivales de  la parte alta o de la parte baja, cuando llega el momento del salto. Ahí siempre llega un tropezón, da igual que sea por deméritos propios o por méritos ajenos. Tropezón. Siempre. La conclusión tiene que ser que a la Real le falta fe y ambición. Y dado que durante la semana el mensaje predominante ha sido el de que había que olvidar el partido de Valencia, que se había goleado contra diez y que de Europa no se puede hablar hasta mayo, es imposible no relacionar ambas cuestiones, las declaraciones y el desarrollo del partido. Cuando el Getafe se adelantó, no me pareció muy sorprendente. Y cuando Carlos Martínez rescató un punto se hizo un poco de justicia con un jugador que se merece todos los elogios del mundo.

Montanier apostó por un buen once que habría firmado casi cualquier aficionado. Illarramendi regresó al doble pivote junto a Pardo y eso llevó a Zurutuza al banquillo. Y Chory Castro fue el sustituto del sancionado Vela. Pero sigue habiendo un problema. Montanier, en su búsqueda de la polivalencia, marea a la línea de tres centrocampistas ofensivos, sacándoles habitualmente de sus mejores posiciones posibles. Xabi Prieto brilló en Mestalla por el centro, pero el resto de sus actuaciones en esa posición rozan la intrascendencia más absoluta. Y Griezmann por la banda ahora mismo parece mucho menos jugador que por el centro. Pero Montanier está empeñado en mantener esas posiciones para ambos. Que Chory Castro fuera el realista más fallón del partido terminó de confirmar que iba a ser un duelo de muy poquitas ocasiones de gol para la Real. A esa sensación contribuyó el buen hacer del Getafe, que dejó en una buena impresión precisamente en la parcela en la que menos destaca el equipo txuri urdin, el trabajo previo.

La primera parte fue muy intensa, pero igualmente insulsa. Mucha presión, muchos robos de balón y bastantes imprecisiones en el pase. En realidad, en los primeros 45 minutos Moyá y Bravo solo actuaron una vez cada uno. En el miniuto 34, el guardameta del Getafe sacó un buen remate de Chory Castro tras un centro pasado de Carlos Martínez. Solo tres minutos después, el arquero chileno despejó a córner un gran remate de Barrada tras una buena pared de Pedro León. Poco más que contar de la primera mitad, más allá de un salto de Alexis sobre Ifrán que en otros partidos sí se ha señalado como penalti y la insistencia en las características ya apuntadas antes. Y así el Getafe daba la sensación de estar algo más cómodo con menos balón. La mejor noticia para la Real estaba en el espléndido partido de toda su línea defensiva. Y en que su doble pivote encontró un partido muy diferente al de hace una semana y, aún así, ofreció detalles más que interesantes. Ifrán quizá era el más entonado en ataque y forzó algunas faltas, aunque no dispuso de ninguna ocasión clara.

Ante un partido como este, cabía esperar reacción en el descanso. Pensé que Luis García, viendo el partido controlado, metería algún cambio para irse a por la victoria, pero decidió esperar. Creo que se equivocó, aunque le pudo venir bien para salvar la salida en tromba, ahora sí, del equipo txuri urdin. En cuatro minutos, hizo mucho más que en toda la primera mitad. En el primero de esos minutos, Pardo metió un espléndido balón dentro del área, lo recogió Ifrán, hizo un gran regate pero su disparo, cuando parecía que lo tenía todo a favor para marcar, se marchó fuera. Fue lo más nítido de ese arranque en el que el Getafe lo pasó mal. El gol no llegó y, una vez más, se dejó pasar el momento. Un cambio hubiera venido bien para apuntarla esa mejoría y mandar un mensaje ambicioso al rival y a la grada, pero no llegó. Así que el equipo madrileño se recompuso y empezó a llegar con peligro al área de Bravo. Aunque se mejoró bastante en la defensa de las jugadas a balón parado, el Getafe se pudo adelantar en un córner que Lafita envió al larguero aprovechando un error de Illarra, que rompió el fuera de juego quedándose bajo la portería.

Después de esa jugada, comenzó el carrusel de cambios. Para variar, y eso sí que es noticia, Montanier movió ficha en primer lugar y antes que el técniuco rival. El francés solucionó uno de los problemas del equipo, la ausencia de Xabi Prieto, que apenas entró en juego en todo el partido, y colocó sobre el campo a Zurutuza. De forma casi inmediata, fue Chory Castro el sustituido para colocar sobre el campo a Agirretxe. Ifrán cayó entonces a la banda derecha. El tercer cambio devolvió a José Ángel a ese puesto de extremo que tan raro se nos hace a todos, a él el primero, y sacó del campo a Griezmann. Los cambios no le sentaron mal a la Real, sobre todo la entrada de un Zurutuza que estuvo muy activo y que disfrutó de la mejor ocasión de estos minutos. Su disparo de primeras, tras un magnífico centro de Griezmann desde la izquierda, se marchó demasiado desviado para la buena posición desde la que se realizó. El propio Zurutuza trató después de enganchar una volea en un despeja de la defensa visitante, pero este disparo se marchó desviadísimo.

Con el partido bastante menos atado que en la primera mitad, el Getafe daba sensación de peligro aunque no llegara a inquietar a Bravo. Por eso, cuando llegó el 0-1, en el minuto 86, no se pudo considerar sorprendente. Y es que en el partido se intuían sensaciones parecidas a las de los duelos contra Espanyol u Osasuna, esas que aparecen siempre que la Real está llamada a dar el famoso y maldito salto de calidad. El gol llegó en un buen contraataque del equipo azulón, en el que Gavilán metió un gran centro desde la banda izquierda de su ataque y Lafita remató picado de cabeza, imposible para Bravo. El gol, insisto, no era sorprendente, pero sí algo injusto injusto. La Real sigue siendo un equipo al que le faltan instrumentos para afrontar partidos cerrados y complicados, pero lo deja todo sobre el césped, eso es indudable. Y su esfuerzo merece premio. El gol del empate llegó en el minuto 91, tras un centro pasado de De la Bella, como el de Charly en la primera mitad, que el propio Carlos Martínez remató en el segundo palo. Fue un acto de justicia a su pletórico partido y a los merecimientos de uno y otro equipo.

Termina el choque y yo me quedo con una sensación de desazón. Porque otra vez más la Real deja pasar una oportunidad de ilusionar. Sigue pareciendo que los partidos de ganar sí o sí son solo los que llegan con el agua al cuello. Los que permiten crecer, no. Y siempre tienen una explicación razonable y racional. Pero es una lástima. Hoy la Real tenía la opción de ganar e ilusionar. Y no ha ganado. Al menos ha rescatado un punto y lo ha hecho de una forma que permite una explosión de felicidad, que premia a un Carlos Martínez que se erigió en el mejor jugador del partido y demostró, rematando una asistencia de De la Bella, que los laterales son esenciales para este equipo. Antes de jugarlo, era un partido de esos que había que ganar y se empató. Viéndolo, era un 0-0 que acabó 1-1. Y me da pena que el famoso salto de calidad se esté convirtiendo en una especie de Atlántida, un El Dorado que todo el mundo dice que existe pero jamás se ha llegado a ver. Fe y ambición. No la tenemos. Por mucha actitud que sí tenga este equipo, y hay que aplaudirla, nos sigue faltando fe y ambición. ¿Eso se entrena? Yo creo que sí.

viernes, diciembre 07, 2012

PREVIA Real Sociedad - Getafe. ¿Por fin el salto clasificatorio?

Nueva oportunidad para que la Real dé el ansiado salto en la clasificación y alcance, o al menos acaricie, posiciones europeas (sábado, 16.00 horas, Anoeta, Canal + Liga, Gol TV). La buena racha de resultados en las últimas jornadas, precisamente cuando más ausencias se han tenido que solventar, han colocado al equipo de Philippe Montanier a dos puntos de la sexta plaza de la Liga. Con una ventaja ahora mismo muy cómoda sobre los puestos de descenso y con la ilusión por las nubes después de los recientes triunfos y sobre todo la goleada de Mestalla, el equipo txuri urdin vuelve a tener una oportunidad sensacional para dar una alegría a la afición y autoconvencer de lo que muchos, realistas y no realistas, ya ven con nitidez: que hay equipo de sobra para estar toda la temporada en los puestos de cabeza de la competición. Gracias a la tremenda igualdad que hay en la Liga después de los equipos todopoderosos hace que, pese a los numerosos y sonados traspiés, esta temporada todavía haya margen de sobra para conseguir algo bonito. No estaría de más que el equipo también lo creyera y lo demostrara sobre el campo.

Sin margen para la sorpresa, Montanier ha confeccionado una convocatoria con los 18 jugadores que tiene disponibles del primer equipo. Se mantienen en la reserva el ya recuperado pero falto de ritmo Elustondo, junto a los aun lesionados Cadamuro y Markel Bergara. El técnico francés recupera a dos hombres: José Ángel, que se perdió el partido en Valencia por unas molestias, e Illarramendi, tras cumplir su partido de sanción por acumulación de amonestaciones. Por esa misma razón, Montanier se queda en esta ocasión sin Vela, que cumple ciclo de tarjetas amarillas. El otro jugador que sale de la lista que viajó a la capital del Turia es Fuchs, que vuelve al Sanse. Durante la semana han sido duda Zurutuza e Ifrán, pero ambos forman parte del grupo del que el entrenador realista sacará el once para medirse al Getafe. Para variar, y dadas las turbulencias creadas en ocasiones con las convocatorias de Montanier, no está mal algo de tranquilidad y sin polémica en la víspera de partido. El técnico, eso sí, en su rueda de prensa previa volvió a sembrar dudas sobre la titularidad de Pardo cuando recupere a Markel y Elustondo.

En esa alineación inicial no se esperan demasiados cambios con respecto al equipo que goleó en Mestalla, más allá de la ausencia forzada de Vela. Así, lo normal es que jueguen Bravo en la portería; con Carlos Martínez, Mikel González, Iñigo Martínez y De la Bella en la defensa; Illarramendi de nuevo como cuatro, Pardo y Zurutuza formando el centro del campo; y Griezmann, Xabi Prieto e Ifrán en punta. La variación con respecto a este once que parece más posible es que Montanier decida mantener la posición centrada de Xabi Prieto y siente a un Zurutuza que, pese a bordar el fútbol en Mestalla, sigue sin estar al cien por cien (en Valencia pidió el cambio), con lo que entraría en el equipo Chory Castro. Sería raro, pero tampoco es descartable ver a Prieto en el centro y a Zurutuza en la banda dada la alabanza de Montanier a la polivalencia de sus centrocampistas. Zubikarai, Estrada, Ansotegi, José Ángel, Ros y Agirretxe parecen seguros inquilinos del banquillo en esta ocasión, aunque tampoco sería descabellado ver a Agirretxe en el once si las molestias de Ifrán son una amenaza para Montanier.

La Real es el único equipo de Primera que ha sumado el mismo número de victorias que de derrotas, seis. Sus 20 puntos colocan al conjunto txuri urdin en la novena posición, ocho puntos por encima de la zona de descenso a la que no tendría que mirar, a cinco de la Champions y dos por detrás de los puestos europeos. Precisamente es el Getafe, en la sexta posición, el equipo que ocupa la última plaza que da acceso a la Europa League, la sexta. Los madrileños tienen dos puntos más que la Real. Los de Montanier suman diez de los últimos doce puntos posibles y no pierden desde hace un mes, aunque han dejado escapar puntos en tres de los últimos cuatro choques disputados en Anoeta (las victorias por la mínima de Atlético de Madrid y Espanyol y el empate sin goles ante Osasuna). Solo tres equipos han sumado más puntos lejos de su estadio que el Getafe (Barcelona, Betis y Atlético de Madrid). Los de Luis García, que ahora mismo encadenan tres victorias consecutivas en la Liga, han vencido como visitantes a Zaragoza, Athletic y Espanyol y empatado ante el Deportivo.

La historia indica que el Gatefe es un equipo que da tradicionalmente muchos quebraderos de cabeza a la Real. Apenas se han cruzado en cinco ocasiones, todas ellas en Primera División, y el conjunto txuri urdin solo ha podido salir victorioso de uno de esos duelos. Fue en la temporada 2005-2006, cuando el 3-0 que materializaron Aranburu, Nihat y Xabi Prieto de penalti, con José María Amorrortu como entrenador, sirvió para aupar al equipo a posiciones europeas, aun en la primera vuelta del campeonato. Los otros cuatro duelos se saldaron con empate. A cero en las temporadas 2006-2007 y 2011-2012, el primero de ellos prolongando la larga racha sin ganar del equipo al comienzo de la temporada del descenso, y a uno en las campañas 2004-2005 y 2010-2011, este segundo en la última jornada de Liga y sirviendo para que ambos equipos mantuvieron su plaza en la Primera División a costa del Deportivo de Miguel Ángel Lotina. Aunque la Real nunca ha perdido con el Getafe en San Sebastián, la mirada pesimista dice que no se le gana desde el año 2005.

La pasada temporada, la 2011-2012, Real y Getafe empataron a cero en un partido infumable. Era ya la octava jornada de Liga y Montanier seguía sin saber cómo hacer jugar a su equipo. En esta ocasión, revolucionó el once en nombres y en sistema. Alineó a Mariga y Zurutuza como doble pivote y jugó con dos delanteros, Agirretxe e Ifrán. Solo la batalla de Agirretxe y Carlos Martínez animaba el duelo, porque el Getafe defendía con suma comodidad. En la segunda parte la Real despareció. Y el Getafe no dio señales de vida hasta el final, cuando sí acumuló tres clarísimas ocasiones de gol con las que pudo llevarse los tres puntos, sobre todo un trallazo que Pedro León estrelló en el larguero ya en el tiempo de descuento. El equipo de Philippe Montanier estaba viviendo sus peores días de la temporada pasada y con este empate sumaba ya cuatro jornadas sin conocer la victoria, aunque al menos rompió la racha de tres derrotas consecutivas. Quedaban otros tres partidos sin puntuar hasta tocar fondo en Vallecas y salir de allí con el farolillo rojo.

martes, diciembre 04, 2012

¿Montanier no ha cambiado nada?

"No he cambiado nada. He mantenido mi idea". La frase se la dijo Philippe Montanier al corresponsal de L'Equipe en Madrid después de ganar 2-5 en Mestalla. La descubrí ayer gracias a un realista usuario de Twitter (gracias, Mikel, @walleum) y la publica hoy más extensamente Noticias de Gipuzkoa. Aquellos que seguimos pensando que Montanier no es entrenador para la Real debemos sentirnos reforzados por esa frase. Si él no ha cambiado nada, eso quiere decir que la sustancial y patente mejora en tantos aspectos del juego se debe a los jugadores. Siempre he confiado en esta plantilla. Creo que es extraordinaria. Y creo que su freno está en el banquillo. Lo he dicho siempre, en las buenas y en las malas rachas. Lo sigo creyendo, a pesar de la rotunda exhibición en Mestalla. Lo que no esperaba es que eso me lo acabara confirmando el propio técnico txuri urdin.

Una vez que Montanier admite que no ha cambiado nada y deja su trabajo en manos del azar, del nivel de acierto anotador y del marcador, es momento de recordar que en Valencia los balones largos de Bravo siempre tuvieron un sentido. Eso fue así porque con Zurutuza y Pardo (como con Illarramendi en Málaga), la salida del balón desde atrás no tenía que hacerse al pelotazo. Eso fue así porque Mikel González e Iñigo Martínez entendieron que no hacían falta sus balones largos más que como recurso concreto. Eso fue así porque Griezmann y Vela en las bandas ofrecían salida y alternativas a los centrocampistas. Eso fue así porque Pardo y Xabi Prieto ahogaron al Valencia en su salida. Eso fue así porque tanto Carlos Martínez como De la Bella entendieron el partido, cuándo y cómo subir. Y eso fue así porque la movilidad de Ifrán lo permitió. Esas virtudes, por cierto, no excluyen otras que podrían haber ofrecido otros jugadores.

Con su análisis, Montanier vuelve a evidenciar que desconoce por completo el potencial de la plantilla que maneja. Solo así se puede explicar que siga viendo a Markel y Elustondo como titulares (no como opciones dentro del grupo). O que soluciones que tanta gente ha demandado (y por tanto formaban parte del debate), con argumentos sólidos y no solo por preferencias personales, se vean en el campo únicamente cuando no hay otra posibilidad, siendo inverosímil que no se hayan juntado todavía en un once titular Illarramendi, Pardo y Zurutuza (¿sucederá el próximo sábado?). O su preferencia por cualquier otro jugador antes que Illarra en el puesto de cuatro. O la cerrazón en no colocar juntos en la banda derecha a Carlos Martínez y Xabi Prieto. O los largos ostracismos a los que sometió a Ifrán y los ya mencionados Pardo y Carlos Martínez. El técnico realista no sabe diferenciar las preferencias del aficionado por uno u otro jugador con la lícita exigencia de que aprenda a administrar sus efectivos.

Yo no exijo la titularidad de nadie, creo que ningún analista serio lo hace. Pero sí que jueguen los que tienen que jugar en cada momento y en el mejor lugar posible. Y sigo sin encontrar respuesta a los dilemas insondables que ha generado Montanier desde que es entrenador de la Real. A día de hoy, Mariga ha sido más veces titular que Pardo. No sé por qué Griezmann (que exhibió mucha lucha pero el nivel más bajo en Mestalla) no ha vuelto a jugar por el centro desde que deslumbrara al inicio de la Liga en esa posición. Desconozco qué ha llevado a Montanier a contar ahora con Ifrán, que con su trabajo nos ha dado la razón a quienes no podíamos explicar su marginación. No encuentro explicación a que Illarra no haya jugado de cuatro hasta que se han lesionado todos los que podían ocupar esa demarcación. Y sigo sin entender por qué hemos tardado 14 jornadas en sacar un córner tan sencillo y tan efectivo como el que permitió marcar a Mikel González el 1-2 en Mestalla.

No es Montanier un entrenador brillante en sus análisis públicos ante la prensa, pero reconozco que aún así me ha sorprendido esa declaración a L'Equipe. Porque creo que todos hemos visto que sí ha cambiado algo en el juego de la Real. Si él no lo hizo y, lo que es peor, no lo vio, eso quiere decir que volvemos a estar a merced de lo que la diosa fortuna nos depare cada semana. Y es por eso, por mucho que el equipazo que tiene la Real ofrezca demostraciones de poderío como la de Valencia, por lo que sigo sin confiar en Montanier como su capitán. Aunque algunos lo quieren dirigir hacia esa vertiente, no es un debate de resultados. Es una cuestión de capacidad. El técnico dice en esa misma entrevista que está cumpliendo con lo que le pidieron, mejorar la clasificación y sacar jóvenes. Claro. El problema es que tenemos material para mucho más que eso. Lo del Córdoba ya no lo arregla nadie, pero Europa está a la vista y a esta plantilla no se le ha dejado volar hasta ahora. Esperemos que, esta vez sí, Montanier no cambie nada. O que lo haga, no sé qué opción escoger, este entrenador me confunde.

sábado, diciembre 01, 2012

VALENCIA 2 - REAL SOCIEDAD 5 Esta es la gran Real con la que soñábamos

Tarde de gloria de la Real. No hay adjetivos para explicar la impresionante victoria que ha conseguido hoy en Mestalla el equipo txuri urdin, una que entra en la historia por mérito propio. Guardemos bien en nuestra memoria lo que ha pasado en el día de hoy, porque entra en los cálculos de lo que algunos pensábamos que podía hacer esta Real, con estos jugadores, con unos mimbres excepcionales, con unas ilusiones que ya no se frenan sin motivo. Porque hoy la Real ha jugado como tendría que venir jugando desde hace más de un año. No había nada en el campo que no tuviéramos entonces, y lo que hoy ha visto Mestalla es la gloria. Cierto que el Valencia se quedó con diez jugadores, pero la exhibición ha sido prolongada durante los 90 minutos. La verdad es que solo le ha faltado marcar un gol de falta (y Vela la tuvo, forzando un paradón de Alves) para solventar todos los problemas que ha venido presentado la Real de Montanier desde que llegó a San Sebastián. 2-5. Sí, ese ha sido el resultado en Valencia, 2-5. Qué maravilla.

Leía en Twitter a un realista que es para hacernos mirar que los mejores partidos que se han jugado este año hayan llegado con onces de circunstancias. Desde luego, es un signo inequívoco, se quiera plantear como se quiera, de que se estaban haciendo las cosas muy mal. Se estaban tomando las decisiones equivocadas. Y se estaba desperdiciando a jugadores que tenían la capacidad de ser vitales en esta Real. Pero incluso visto sin saber que se iba a conseguir una goleada memorable, Montanier se guardó una sorpresa. Cuando todos pensábamos que Pardo iba a ser el centrocampista más retrasado, el francés optó por Zurutuza y colocar por delante de él al propio Pardo y a Zurutuza. No seré yo quien diga que me gustaba la apuesta. No me parecía el momento (después de la eliminación de Copa) ni el lugar (Mestalla ante un Valencia que venía de ser goleado fuera). Pero Montanier acertó porque Zurutuza respondió de pleno en esa posición en la que no le recuerdo haber jugado un solo minuto en el primer equipo.

Y eso que el partido empezó con disgusto, que quizá se pueda achacar precisamente a la escasez de rodaje de esta novedosa colocación de sus jugadores (sigo pensando que son cosas que habría que tener probadas desde la pretemporada, pero hoy a nadie se le ocurrirá crítica alguna para el equipo). Una demasiado leve presión realista en el centro del campo permitió un balón abierto a la banda izquierda del ataque valencianista y el pase de Bernat al interior del área para que Soldado hiciera el primero. Aquí tenemos la primera lección a uno de esos lugares comunes que se suelen aplicar a la Real. Se dice, se cree, y muchas veces el equipo les da la razón a quienes piensan así, que el conjunto txuri urdin no tiene carácter. Falso. Lo tiene. Lo ha mostrado. Constancia sí le falta a su exhibición, pero lo tiene. El gol del Valencia puso a prueba a la Real. Ni juventud, ni bisoñez, ni falta de carácter. Al contrario, la Real dio una lección de cómo afrontar un partido en desventaja casi desde el vestuario. ¿Cómo? Con fútbol.

Que el marcador no ciegue la realidad. Con el 1-0, el partido estaba para que la Real saliera goleada de Mestalla. Pero el Valencia no supo entender el partido y los realistas, casi inmediatamente, han demostrado que sí lo comprendieron. En dos minutos, rondando el cuarto de hora de encuentro, Griezmann lanzó un gran disparo que sacó Alves y rebotó en el larguero. El francés entró por la izquierda, y acto seguido Vela hizo lo propio por la derecha. Con cuatro jugadores esperando el pase atrás, el mexicano tiro a puerta. Alves, de nuevo, salvó los muebles para el Valencia. Cinco minutos después, un impresionante pase de Zurutuza dejó solo a Ifrán. Su disparo colocado permitió de nuevo a Alves hacer un paradón, el mejor de la noche. Otros cinco minutos después, Xabi Prieto peina de cabeza un centro desde la izquierda y otra vez más el guardameta valencianista está provindencial. Y en el minuto 40, Griezmann se precipita pero de nuevo fuerza una parada de Alves.

De largo, el portero fue el mejor jugador del Valencia. ¿En ataque? Nada. ¿Por qué? Porque la Real hizo un trabajo bestial en todas sus líneas, de esfuerzo y de técnica. ¿Y en ataque? Qué movilidad, qué desmarques, qué pases, qué ocasiones. Qué lección de Pardo y Xabi Prieto jugando juntos en el centro del campo. Lo del primero es impresionante. Dicen que es joven, que le falta cuerpo y no sé cuántas cosas más. Pero es un jugador de fútbol más que excepcional. Mucho más. Verle en el campo, incluso fallando pases, es maravilloso. Y que el capitán haya respondido a las críticas y a un demasiado prolongado momento de bajón con semejante partidazo es noticia. Pero, claro, después de todo lo relatado, resulta que la Real iba perdiendo 1-0. Pero a cinco minutos del final, Jonas ayudó a que las cosas cambiaran. Sin venir a cuento, golpeó en la cara a Zurutuza y vio una muy merecida tarjeta roja. No es la primera vez que la Real deja pasar trenes sencillos de coger. Pero esta vez, insisto, la respuesta fue de órdago.

Y comenzó con una genialidad. Otro pase de Zurutuza permitió a De la Bella marcar un gol inconmensurable. Con una finta que dejó a Alves helado y permitió al lateral marcar a puerta vacía. Golazo con mayúsculas. Y seguiremos escuchando eso de que "si lo hubiera marcado" cualquiera de las susodichas estrellas de la Liga lo veríamos durante meses. Lo ha marcado Alberto de la Bella. De la Real Sociedad. El partido se quedó en una posición inmejorable para pasar a la historia. No solo para ganar. Y hoy el equipo txuri urdin sí ha pensado a lo grande (¿por qué no lo hace siempre?). Al poco de arrancar la segunda mitad, Vela, partidazo también el del mexicano, buscó un gran disparo de rosca que se marchó fuera por muy poco sin que Alves se moviera lo más mínimo. Apenas cinco minutos después, llegó el 1-2. ¿Cómo? De córner. Ver para creer. Fue un córner con sentido, lógico, clásico. Y así esta Real tiene mucho potencial. Saca Pardo al primer palo, lo peina Xabi Prieto al segundo y allí remata Mikel González a placer. Qué fácil. Y qué bonita forma del central de celebrar su partido 200 con la Real.

El partido había que matarlo al contragolpe y la jugada que sirvió para ello nació gracias a la maravillosa inteligencia de Bravo. Saque largo del chileno, buen control de Vela, gran pase a Ifrán y la frialdad del uruguayo, que regateó bien a Alves e incluso solventó que el balón le rebotara en la otra pierna para lanzarse al suelo, disparar así y marcar el tercero. El primer gol de Ifrán esta temporada. Es increíble que hasta hace tres semanas se pensara en que saliera cedido en diciembre. Insisto, para hacérnoslo mirar. Pellegrino lanzó el Valencia al ataque con los cambios y recortó distancias por medio, de nuevo, de Soldado. El segundo gol valencianista llegó en un momento curioso. Zurutuza, exhausto, pidió el cambio. Montanier ya tenía preparado a Chory Castro en la banda y decidió que ese fuera el relevo. Fue un error. Hubiera sido preferible estar dos minutos con diez y que el cambio hubiera sido natural, eso hubiera mantenido alerta el resto del equipo. Pero el Valencia aprovechó la confianza de la Real para hacer el segundo. Acto seguido, Montanier devolvió el orden al equipo con Ros en lugar de Griezmann.

Pero no había temor alguno por el resultado, a pesar de que Ifrán se tuvo que marchar lesionado y le sustituyó Agirretxe. Y fue precisamente el 9 el que hizo el cuarto. Otra espléndida noticia. Una larga jugada de la Real, una de las muchas que hizo durante la segunda mitad, llegó hasta Xabi Prieto, que intentó dejar de cabeza a Agirretxe, el balón rebotó en un defensa y se quedó aún más franco para el atacante realista, que hizo un gran regate a Alves y marcó el cuarto. Del 56 al 82 la Real marcó tres goles. Qué cosas que el martes, con ese mismo tiempo por delante, no se tuviera esa misma fe para hacérselos al Córdoba cuando logró el empate a uno en Anoeta. Pero faltaba la guinda. El 2-5 llegó al transformar Vela un penalti cometido sobre él mismo. Y qué bien lanzado ante un portero además especialista en detener disparos desde los once metros. Por cierto, tampoco hay que olvidarlo, hubo dos penaltis antes, uno por mano que además habría sido la segunda amarilla de Víctor Ruiz y otro sobre Agirretxe en un córner.

Bravo estuvo seguro y fue un asistente de lujo. Carlos Martínez estuvo excepcional y muy inteligente con una tarjeta. Iñigo y Mikel estuvieron firmes en defensa, aunque el autor del segundo gol realista quizá estuvo algo blando en el segundo gol de Soldado. De la Bella, fantástico, y con su gol deslumbró. Zurutuza se salió, y sin estar a tope. Para Pardo no hay adjetivos. Es un jugadorazo descomunal y ve cosas que nadie más ve. Prieto estuvo inmenso. Vela, tan incisivo como siempre. Griezmann fue el más inteligente en los momentos más difíciles del arranque, aunque fue de más a menos. E Ifrán es un gran delantero, que además recuperó hoy el gol, como Agirretxe. Ros tuvo sus buenos minutos y Chory Castro no bajó el nivel en absoluto. Y 2-5. No hay mucho más que decir. Pero no por el resultado, sino porque este se ha conseguido con cosas que hasta ahora Montanier no había querido dejar que hiciera la Real. Se ha conseguido con fútbol. La Real, insisto, es un equipazo. Pero todavía en las declaraciones tras el partido se habla de tener una temporada más tranquila. No. Quiero emociones. Pero de las fuertes. De las que dan las primeras posiciones de la tabla. Volved a ver el partido y decidme que no es posible. Gloriosa Real.

viernes, noviembre 30, 2012

PREVIA Valencia - Real Sociedad. Mestalla para cerrar heridas... ¿o para agrandarlas?

Tras el enésimo fiasco copero, la Real busca cerrar heridas en Valencia (sábado, 18.00 horas, Mestalla, Canal + Liga, Gol TV). Pero el riesgo de que se agranden también está ahí. Y es que el equipo txuri urdin está empezando a afrontar demasiados partidos en esta tesitura, la de dar una alegría a sus aficionados o la de justificar sus protestas, la de afrontar la posibilidad de crecer (un verbo que empieza a resultar cansino viendo lo que hace la Real) o la de seguir instalados en tierra de nadie. Eso es lo que afronta la Real en Mestalla, curiosamente en una repetición de lo que sucedió hace un año. Entonces, el equipo de Philipe Montanier había conseguido remontar el horrendo arranque liguero pero sufrió el durísimo varapalo del 6-1 copero en Mallorca. La nueva eliminación, esta vez ante un Córdoba de Segunda ante el que no se ha podido ganar ninguno de los dos partidos, lleva de nuevo a los realistas de resaca a Valencia. ¿Qué sucederá este año? ¿Habrá consecuencias si no se repite victoria?

Las bajas siguen produciendo que Montanier se quede sin mucho margen para cerrar una convocatoria. A las ausencias ya anunciadas de Cadamuro, Markel y Elustondo (aunque se llegó a dar por seguro de que reaparecería en Valencia), hay que sumar a José Ángel, que no se ha recuperado de una contusión sufrida en el partido de vuelta de la eliminatoria de Copa contra el Córdoba, y a Illarramendi, aunque este último por acumulación de tarjetas amarillas, tras ver la quinta contra Osasuna la pasada jornada. Con tantas ausencias en el centro del campo, y específicamente en el puesto más retrasado de esa línea de tres, Montanier ha decidido de nuevo llamar a su compatriota Fuchs. La otra novedad de la lista es De la Bella, que descanso por primera vez en la temporada el pasado martes y que, ante la ausencia de José Ángel, regresará al equipo como titular.

Bravo estará bajo palos. En la defensa solo cabe una duda, el lateral derecho, que como siempre se juegan Carlos Martínez, titular en los últimos partidos ligueros, y Estrada, que estuvo en el once ante el Córdoba. De la Bella en la izquierda y Mikel González e Iñigo Martínez en el centro de la saga son seguros, con lo que Ansotegi estará en el banco. En el centro del campo no parece que Montanier vaya a darle la alternativa a Fuchs como pivote y es más probable que Pardo juegue en esa posición (en la que acabó el partido ante Osasuna). Ros también ha jugado allí, pero lo hizo en la aciaga noche en Córdoba. Ante la evidente falta de forma de Zurutuza, el francés podría optar por Ros y Griezmann para completar el centro del campo. Delante lo único que se puede dar por seguro es que Vela será titular. Ifrán, tras descansar el martes, tiene opciones de seguir en el once liguero. Xabi Prieto, también suplente en Copa, podría completar el once en la banda derecha, aunque tienen idénticas opciones de jugar Chory Castro o Agirretxe.

Que la Real presuma de un ya irreal fortín de Anoeta y salga a lamer sus heridas lejos de su estadio es curioso, pero es lo que toca. La eliminación copera vuelve a llevar a la Real a Mestalla, como hace un año. En Liga, el equipo de Montanier ocupa una insulsa duodécima posición, con 17 puntos, seis por encima del descenso y tres por debajo de las plazas europeas. El Valencia, que empieza a echar de menos a un Emery al que tanto protestó, apenas tiene un punto más, 18, y ocupa la undécima plaza en la clasificación. El equipo txuri urdin solo ha ganado uno de los seis partidos que ha disputado como visitante, el último, en Málaga, por 1-2, pero acumula dos seguidos sin perder tras el empate en Valladolid y ha cosechado ya cuatro derrotas. El conjunto che, decepcionante hasta ahora por su deficiente marcha lejos de su estadio, solo dos puntos, prácticamente ha logrado un pleno de victorias como local, donde lleva cinco consecutivas tras empatar en la segunda jornada ante el Deportivo. Después derrotó al Celta (2-1), Zaragoza (2-0), Athletic (3-2), Atlético (2-0, la única derrota de los colchoneros) y Espanyol (2-1).

Valencia no es precisamente una plaza sencilla para la Real, ya que su primer triunfo no llegó hasta disputar en aquel campo su partido número 27, y en esos 26 primeros solo consiguió sumar seis empates. Ha jugado allí en 61 ocasiones, todas ellas en Primera División, de las que 41 se saldaron con victoria local, solo nueve con triunfo visitante y las once restantes con empate. La Real solo ha ganado en una de sus últimas doce visitas a Mestalla, precisamente la de la temporada pasada. Descontado esta última, las dos anteriores veces que la Real ganó en Valencia lo hizo en dos temporadas consecutivas, 0-1 y 1-2 en las temporadas 90-91 y 91-92, y 0-1 tanto en la 95-96 como en la 96-97. Solo una vez consiguió marcar tres goles, pero no le sirvió para ganar. Fue en el 4-3 de la temporada 1953-1954. Nunca ha ganado la Real por más de un gol en Valencia, siendo el resultado más abultado el 1-2 de las temporadas 73-74 (los dos goles de Satrústegui), 81-82 (los dos de Uralde) y 91-92 (Carlos Xabier y Kodro). El triunfo más goleador del Valencia fue el 7-1 de la temporada 34-35, que finalizó con el descenso de la Real a Segunda.

Como está dicho, la pasada temporada, la 2011-2012, la Real ganó en Mestalla por 0-1. El equipo de Philippe Montanier había conseguido enderezar medianamente en la Liga la nefasta racha de ocho partidos sin ganar que le llevó al farolillo rojo con otra de seis sin perder, aunque los tres últimos encuentros acabaron con empate. Pero el viaje a Valencia se produjo tras el humillante 6-1 en Mallorca que supuso su eliminación de la Copa. Montanier apostó por dar continuidad al equipo que había colocado ya en la Liga y el funcionamiento fue bueno. A balón parado se pudo ir el partido, porque el Valencia, con Aduriz, remató todas las jugadas de estrategia, pero Bravo estuvo seguro y contó con la ayuda del larguero. Al poco de arrancar la primera mitad, Griezmann marcó un gol que mezcló talento, garra y mucha suerte. Su vaselina se envenenó al tocar en la pierna de un defensor y Guaita no la pudo detener. Con el 0-1, la Real jugó sus mejores minutos pero no fue capaz de ampliar su renta. El Valencia de Emery, pensando en la Champions, con varios suplentes y con Mestalla de uñas, solo estuvo cerca del gol aprovechando un fallo de Mariga. Y así, la Real consiguió su última victoria como visitante de la temporada.