sábado, enero 31, 2015

REAL MADRID 4 - REAL SOCIEDAD 1 Y si no es por Rulli caen diez

Vela, lesionado. Y la Real sumida en el drama.
La Real cumplió con la costumbre anual de salir goleada del Santiago Bernabéu con otra actuación infame que confirma que este equipo no tiene carácter e incluso carece de la dignidad necesaria para competir al máximo nivel. Y eso que el comienzo del partido fue esperanzador, con un gol en el primer minuto de Aritz Elustondo que, para colmo, tuvo la respuesta del Real Madrid en la siguiente jugada. Pero la lesión de Carlos Vela al cuarto de hora, a la espera de la gravedad que pueda revestir, evidenció que el equipo txuri urdin vive en un drama, sin fichajes, sin fútbol y casi sin más esperanza que tratar de ganar cuanto antes cuatro o cinco partidos que le aseguren una salvación que ahora mismo no se antoja nada sencilla. Sin Vela, la Real sufrió el calvario habitual en el coliseo madridista y perdió por 4-1. Pero pudieron ser más. Muchos más. Sólo Rulli demostró en el Bernabéu ser un jugador de primer nivel y si no es por él y por la ausencia de Cristiano Ronaldo los blancos podrían haber marcado diez o tantos goles como hubieran querido.

El once que sacó Moyes evidenció que el escocés no es un técnico al que le tiemble la mano, o al menos eso es lo que parece, porque hubo sorpresas y riesgos en su equipo para el Bernabéu. A la titularidad de Elustondo en el centro del campo (lo que parecía suponer el abandono definitivo de su reconversión a central, viendo además que el descartado fue Ansotegi, acabó roto en la segunda mitad con los cambios del escocés) hubo que sumar la inexperiencia de los dos laterales, Yuri por la izquierda y Aritz Elustondo por la derecha (Zaldua también habría debutado en el Bernabéu). Y una variación táctica que habla bien de Moyes: Pardo se quedó en el doble pivote junto a Elustondo, en una posición en la que puede brillar con más facilidad, y fue Granero el que adelantó su posición, incluso viéndosele en ocasione como el jugador más adelantado de la línea de tres atacantes.

Incluso sacrificando al delantero, con Agirretxe y Finnbogason en el banquillo, la puesta en escena de la Real fue muy buena. No ya en comparación con anteriores apariciones en el Bernabéu, cosa que no era nada difícil de mejorar, sino en general para una Real que llegó a Madrid siendo el único equipo que no había ganado ningún partido lejos de su propio estadio, condición que evidentemente no perdió en Chamartín. Y encima se encontró con la suerte de marcar en su primera y valiente jugada de ataque. Valiente porque Yuri, todo corazón pero con excesivas lagunas, protagonizó una espléndida arrancada por la banda izquierda que terminó en córner. Y afortunada porque la Real, que tan mal parece desenvolverse en los córners, aprovechó la endeblez defensiva del Madrid para que Aritz anotara de cabeza, entrando como una bala y libre de marca, su primer tanto con la Real. Viendo lo que normalmente sucede con la Real en el Bernabéu, ese 0-1 en el primer minuto parecía un regalo divino.

Pero a perro flaco todos son pulgas, como reza el dicho popular, y la Real ya tiene más que asumida esa condición. El primer golpe para el equipo txuri urdin fue que el Real Madrid empatara en la siguiente jugada. Y fue de una forma que, en el fondo, define para mal a la Real. Moyes dispuso una línea casi de seis jugadores para contrarrestar el ataque del equipo blanco, y Xabi Prieto estaba ocupando prácticamente la posición de lateral. Eso no impidió que Marcelo asistiera con facilidad a James para que el colombiano hiciera el empate, sin que recibiera una presión intensa ni de Iñigo Martínez por delante ni de Yuri por detrás. El caso es que no habían pasado ni tres minutos de partido y el marcador ya indicaba el empate a un gol. Cualquier habría apostado por el derrumbe inmediato de la Real, pero los de Moyes aguantaron el tipo bastante bien y, de hecho, tuvieron llegadas al área de Casillas como para haber pensado en un partido muy diferente del que había vivido en el coliseo madridista en las últimas temporadas, quizá incluso similar al 4-3 de la 2012-2013.

Canales estuvo muy cerca de marcar al desviar desde el interior del área un disparo cruzado de Pardo que había salido defectuoso. Rulli, que fue el auténtico sostén de la Real durante todo el partido, salía bien a los pies de los delanteros madridistas para que ni siquiera hubiera disparos sobre su portería. Y hasta Elustondo se atrevió con un disparo desde la frontal que atajó Casillas. Pero de nuevo volvemos a lo del perro flaco,  y esta vez con más gravedad, porque Vela cayó lesionado. Menisco, nada menos. Apenas unas horas después del rocambolesco fin del mercado de fichajes, la Real se quedaba sin su estrella y el debate sobre la confección de la plantilla realista se volvía a abrir de la más desafortunada de las maneras. Aunque Finnbogason fue el primer jugador en salir a calentar, al final fue Agirretxe quien entró por el mexicano. Y su ausencia fue un golpe que la Real no supo remontar. Toda su buena presentación en el Bernabéu quedó completamente diluida y el partido se convirtió en el tradicional monólogo del Real Madrid.


Después de la salida de Vela, el Madrid tardó 20 minutos en hacer el 2-1, pero pudo hacerlo mucho antes. Rulli le sacó un mano a mano a Benzema después de que la Real intentara de forma catastrófica tirar la línea del fuera de juego. Los balones cruzados se convirtieron en una pesadilla para la defensa txuri urdin que ocasionalmente tenía que solventar Rulli con buenas salidas por bajo. Los córners también se convirtieron en la habitual tortura para el equipo de Moyes, y Bale anduvo muy cerca de marcar de esa manera. E incluso el Bernabéu reclamó un penalti sobre Bale, que pareció ser, que llegó después de una absurda complicación en la que se metió solito pero con el galés en fuera de juego. Y el gol llegó en el minuto 37, que de nuevo retrató a la Real. Rulli consiguió sacar el primer disparo, de Benzema, pero con media Real por los suelos y la ausencia total de sus mediocentros en la jugada, Ramos enganchó el balón a placer, sin opciones para Rulli y con un impotente Mikel González bajo palos.

Ese gol marcó el final del encuentro, porque la Real ya nunca quiso pensar en la posibilidad de sacar algo del Bernabéu. Ni lo pensó ni jugó como para hacerlo. Se puede entender que la lesión de Vela sea un golpe muy duro para cualquier equipo, pero la fragilidad del txuri urdin empieza a ser ya exagerada. No se puede ir al Bernabéu todos los años a encajar cuatro goles y hacer como si no pasara nada, porque al final esa sensación se extiende, es la misma que se tiene en el Camp Nou, acabará siendo la que se viva en el Calderón y, ya que estamos, el Pizjuán, Mestalla y hasta San Mamés, lo que este año, viendo el estado del Athletic, será dramático en la lucha por la permanencia. El partido pudo quedar definitivamente finiquitado antes del descanso en un incomprensible pase de Yuri que propició un contragolpe clarísimo del Madrid. Benzema salvó la salida de Rulli, pero Bale le quitó el tiro franco a James y su disparo rozó ligeramente en la espalda del propio Yuri, que al menos solucionó así su error.

Más malas noticias. En el descanso Canales también se marchó lesionado y Moyes vivió la imposibilidad de formar un equipo competitivo en cuanto se tuerza. Su mejor opción fue colocar a De la Bella en el lateral y que Yuri fuera el extremo. Sí, sin duda eso refuerza el debate sobre la plantilla de la Real y la ausencia de refuerzos. Por si quedaba alguna duda sobre el destino del partido, a los siete minutos de la reanudación Benzema hizo el tercero y puso el punto final al encuentro. El francés empujó a placer un balón de Bale. Y ya, se acabó el encuentro. El Real Madrid ya jugaba a placer, nadie en la Real frenaba sus ataques con su nula presión en el centro del campo y fueras de juego mal tirados, y si no cayeron más goles fue, efectivamente, porque Rulli lo impidió. Después de pararle otro uno contra uno a Marcelo, Iñigo Martínez tuvo que sacar el balón bajo palos.

Moyes completó sus cambios con otro movimiento curioso. Retiró del campo a Aritz Elustondo para meter a Markel Bergara. Eso hizo que Elustondo se retrasara al puesto de central y que Mikel González acabara de lateral derecho. Dos lesionados y demasiados jugadores fuera de puesto confirmaron una terrible actuación de la Real. Y cuando Elustondo pasó por completo de un balón que cruzó el área para que lo recogiera Benzema y lo acabara colocando en la escuadra, el sonrojo era ya evidente, hasta el punto de que el Madrid se permitió entrar en la fase de los homenajes, regalando ovaciones a Benzema y Kroos e incluso dando minutos al desahuciado Chicharito. Menos mal que el mexicano no marcó, porque eso hubiera sido ya la puntilla. Y estuvo cerca de hacerlo, pero Rulli sacó con una maravillosa estirada un centro de Carvajal que parecía ya el gol de Chicharito. Esa jugada la motivó un lamentable pase de Elustondo a De la Bella, pero no fue ni mucho menos el único error del cuatro realista, del que sorprende que tenga una oferta de renovación y que antes regaló primero a Bale un contragolpe que Rulli solventó milagrosamente.

¿Y la Real? Nada, absolutamente nada en ataque. Ni siquiera sirve como elemento para maquillar el resultado un posible penalti de Marcelo sobre Agirretxe, el único jugador que mostró algo de dignidad ofensiva pero que no era más que una isla, porque la única ocasión de gol, casi indigna de ese nombre, fue un tirito de Markel que ni siquiera encontró portería. Lo gracioso, o quizá lo dramático, es que la mejor llegada de la Real fue una internada de Mikel González por la derecha que estuvo a punto de rematar De la Bella en la izquierda. Sencillamente dramático. Y Finnbogason sin jugar por segunda jornada consecutiva y sin estrenarse como goleador ya en la jornada 21. Y Vela lesionado. Y con una plantilla todavía más corta sin fichajes de invierno. Y sin haber ganado lejos de Anoeta a las alturas de campeonato en las que estamos. Y menos mal que la Real ganó al Eibar hace una semana, porque si no la situación sería ahora misma verdaderamente dramática. Que el dios del fútbol nos coja confesados.

viernes, enero 30, 2015

PREVIA Real Madrid - Real Sociedad. Desahogados para soñar

Iñigo Martínez, con José Ángel, en el partido de la pasada Liga.
Cada año, cuando la Real visita al Real Madrid (sábado, 16.00 horas, Santiago Bernabéu, Canal + Liga y Gol TV), es inevitable pensar en la demoledora estadística del equipo en el feudo madridista. La historia nos recuerda que allí sólo han sido tres las victorias en Liga desde que en 1928 arrancara el torneo. ¿Pero por qué no soñar con romper de nuevo esa nefasta marca? La ventaja para el equipo txuri urdin es que el encuentro le llega en un momento más desahogado que hace algunas semanas, con una ventaja considerable sobre el descenso gracias al triunfo de hace una semana ante el Eibar. La evidente mejora defensiva que ha traído David Moyes al equipo vivirá su primera gran prueba de fuego en un estadio en el que si los realistas quieren puntuar tendrán que añadir algo que no están teniendo hasta ahora con el escocés: efectividad de cara a la portería rival. Y más teniendo en cuenta que la Real, desde el ascenso, siempre arruinó sus posibilidades de sacar algo en el Bernabéu en los primeros minutos.

Esta vez Moyes sí anunció los nombres de los 19 jugadores que se desplazan a Madrid, que son todos los disponibles del primer equipo a excepción de Dani Estrada. Viendo las ausencias, no tenía mucha lógica ocultarlos, porque no había demasiado margen de maniobra para el técnico escocés. Carlos Martínez y Hervías son los que están en la enfermería, y a ellos se une en el capítulo de bajas Zurutuza, del que Moyes ya adelantó que el partido le llega demasiado pronto. Zaldua, ausente en las últimas semanas y duda para el partido, es probablemente la razón por la que viaja un jugador de más. Por este motivo, Aritz Elustondo queda como único representante del Sanse. Ya con Gaztañaga cedido en la Ponferradina, y descartando únicamente a un jugador con el que no se va a contar, se agudiza de nuevo el debate sobre los fichajes que no han llegado en el mercado de invierno, puesto que el único movimiento ha sido prescindir de un jugador de una plantilla que Moyes consideró corta para sus deseos.

El escenario y el rival ayudan a que haya más dudas en torno al once por el sistema a emplear. Rulli estará bajo palos y en la defensa se pueden dar como seguros a Iñigo Martínez en el centro y a Aritz Elustondo en la banda derecha. Yuri y De la Bella se juegan el lateral izquierdo, mientras que Mikel González y Ansotegi, con ventaja en teoría para el primero, optan al otro puesto de central. Hay dudas también en el centro del campo. Si Moyes decide mantener el doble pivote que dispuso ante el Eibar, repetirían Pardo y Granero, aunque Markel apunta a volver al once en lugar del riojano. A menos que el técnico escocés decida mantener a los tres en el equipo inicial para fortalecer la zona ancha, por delante se mantendrían Xabi Prieto, Canales, Vela y Agirretxe. En caso de que sólo haya tres plazas en el ataque, lo más normal viendo los antecedentes es que el sacrificado fuera Agirretxe y el mexicano quede en punta. A la espera del descartado, Zubikarai, Zaldua, Elustondo, Chory Castro y Finnbogason parecen apuntar al banquillo.

La victoria de la Real ante el Eibar le ha dado aire al conjunto de Moyes, que arranca la jornada en la undécima posición con 22 puntos, seis por encima de la zona de descenso y a unos en teoría insuperables 16 de los puestos europeos. El Real Madrid es el líder de la competición con 48 puntos, uno por encima de su principal perseguidor, el Barcelona. La Real es el único equipo de Primera División que aún no ha conseguido ganar un partido lejos de su estadio, suma cinco empates y cuatro derrotas, aunque desde que el técnico escocés llegó al banquillo txuri urdin sólo ha perdido uno de los cuatro que ha dirigido, el 4-0 en Villarreal. El Espanyol, aunque ha ganado un partido, estaría por detrás de la Real en esa clasificación con los mismos puntos, apenas cinco, y peor diferencia de goles. El Madrid sólo ha perdido un choque en el Santiago Bernabéu, y fue hace ya casi una vuelta, en la tercera jornada por 1-2 ante el Atlético de Madrid. Todo lo demás, siete partidos, se cuentan por victorias con una media total de más de 3,3 goles por partido.

Sólo la visita al Barcelona es más cruel con la Real en sus datos históricos que los desplazamientos al feudo del Real Madrid. El equipo txuri urdin ha jugado este encuentro en 67 ocasiones, y apenas ha conseguido ganar en tres: 2-3 en la temporada 1990-1991, 0-2 en la 1993-1994 y 1-4 en la 2003-2004. La mayor goleada que la Real ha recibido en Chamartín, el 9-1 de la campaña 1967-1968, es también el mayor correctivo que ha recibido en toda la historia de la Liga. Desde el ascenso de 2010, la Real acumula cuatro derrotas consecutivas en ese escenario, encajando al menos cuatro goles, aunque ha conseguido al menos uno en cada uno de esos encuentros. Pero en los ocho años anteriores al descenso, no obstante, había conseguido sumar una victoria y tres empates (1-1 en la 1999-2000 y en la 2005-2006, y 0-0 en la 2002-2003), además de alguna derrota digna como el 2-1 de la 2004-2005, en el famoso partido de los seis minutos tras ser suspendido por una amenaza de bomba que obligó a desalojar el Bernabéu.

El partido de la pasada campaña, la 2013-2014, no tuvo historia alguna y el Real Madrid goleó con una soberana facilidad. La Real firmó una primera parte sencillamente vergonzosa, en la que se dejó machacar por el equipo madridista sin oponer apenas resistencia. Entre el primero y el cuatro gol apenas transcurrieron 24 minutos de juego. Cristiano Ronaldo abrió el marcador con un disparo cruzado en el minuto 11, Benzema hizo el 2-0 libre de marca en el 17, el propio Ronaldo subió el tercero de penalti en el 26 y hasta Khedira se sumó al festival en el minuto 35. 4-0 en menos de media hora, y pudo ser peor. La Real de la segunda parte tuvo algo más de orgullo, no era difícil esa mejora, y aprovechó que el Madrid dio por finalizado el partido para recortar distancias por medio de un magnífico gol de Griezmann. Pero por si acaso alguien pensó en un maquillaje más profundo a tan sonrojante derrota, el propio Ronaldo machacó el orgullo txuri urdin con un gol de falta. 5-1 y a casa. No hubo más partido que la inevitable goleada.

miércoles, enero 28, 2015

El entramado defensivo de Moyes, ante el tormento de Santiago Bernabéu y Camp Nou

David Moyes, en el partido en Anoeta ante el Elche.
Si hay algo en lo que la Real ha mejorado desde que David Moyes ha llegado al banquillo txuri urdin es en sus números defensivos. No hay ninguna duda, ya que ha encajado ocho goles en nueve partidos, y la mitad de ellos los recibió en Villarreal, lo que deja un dato espectacular de sólo cuatro tantos en contra en los otros ocho partidos, cifras de Trofeo Zamora para Rulli. Y hay que tener en cuenta que dos de esos goles (Levante y Granada) llegaron desde el punto de penalti. Pero esta jornada llega la primera de las dos grandes pruebas que medirán hasta qué punto esa seguridad aportada por el técnico escocés puede suponer un desafío a la historia. La visita al Santiago Bernabéu es uno de los dos grandes tormentos históricos para la Real, junto con los partidos disputados en el Camp Nou. Y esos dos estadios los tendrá que visitar el conjunto txuri urdin en esta segunda vuelta.

La historia reciente tampoco juega a favor, ya que desde el ascenso la Real suma sus partidos por derrotas en ambos escenarios, habiendo perdido sólo uno en cada uno de ellos por la mínima (2-1 en el Camp Nou en la 2011-2012 y 4-2 en el Bernabéu en la 2012-2013), siendo el resto goleadas con cuatro o cinco goles encajados siempre. Quizá el único aspecto para la esperanza es que el coliseo madridista ha visto cómo la Real marcaba en sus últimas cuatro comparecencias, incluso los tres goles de Xabi Prieto en la temporada 2012-2013, aunque no haya servido para rascar siquiera un punto, y en el Camp Nou son ya tres los partidos consecutivos marcando un gol, por mucho que las derrotas fueran inevitables. Desde luego, y aunque eso es un problema para esta Real de Moyes, marcar parece necesario para conseguir al menos un empate viendo las contundentes cifras de goles en contra que presenta la Real en estos dos escenarios.

Lo que dice la historia es que la Real ha jugado en los estadios de Real Madrid y Barcelona en 67 ocasiones, y sólo ha conseguido ganar en tres ocasiones en cada uno de esos dos escenarios. Pero profundizar más en las estadísticas es todavía más dañino. De esos 67 partidos, en 63 de los jugados en el Camp Nou encajó al menos un gol, mientras que fueron 62 en los que el Real Madrid consiguió mover el marcador. Dicho de otra manera, la portería de la Real sólo se fue de vacío en cuatro ocasiones de Barcelona y en cinco de Madrid. Tanto Real Madrid como Barcelona le han endosado respectivamente 174 goles a la Real, lo que supone una escandalosa media de más de 2,5 tantos por encuentro. Y el equipo txuri urdin salió de Chamartín o del Bernabéu sin marcar en 28 ocasiones, por las nada menos que 42 que no cantó ni siquiera un gol en Las Corts o el Camp Nou. En Madrid logró marcar 58 goles (0,8 de media), mientras que en Barcelona sólo sumó 38 (0,5).

Estos dos estadios son, efectivamente, un reto apasionante para Moyes. Al margen de las obvias necesidades clasificatorias de la Real, que no han desaparecido con la victoria ante el Eibar, su equipo necesita demostrar que sus buenos números defensivos no se amedrentan en los grandes escenarios. El equipo txuri urdin lleva ocho partidos seguidos en el Bernabéu encajando al menos un gol, con una media de tres en esas visitas, mientras que en el Camp Nou (que visitará en la penúltima jornada de Liga) lleva nada menos que 27 visitas viendo su portería perforada al menos una vez, con una media de 2,4 tantos en contra. Y si en el Bernabéu son cinco las derrotas consecutivas, en el Camp Nou son ya 16. En esta campaña 2014-2015, el equipo txuri urdin ha superado a ambos conjuntos en Anoeta, al Real Madrid todavía con Jagoba Arrasate en el banquillo por 4-2 y al Barcelona ya con Moyes con un 1-0. ¿Pero superará su entramado defensivo la durísima prueba que supone el Santiago Bernabéu y el Camp Nou? La mitad de la respuesta la tendremos este sábado.

domingo, enero 25, 2015

REAL SOCIEDAD 1 - EIBAR 0 Ganar era innegociable

La Real comenzó con victoria la segunda vuelta y evidenció que ahora mismo su único objetivo es sumar. Como sea. Jugar, por mucho que en realidad sea ese el mejor camino para llegar hasta la victoria, no tiene la misma importancia. Eso, en realidad, lo que provoca es que todos los partidos de la Real sean apretados y sufridos. La visita a Anoeta del Eibar no sólo no fue una excepción, sino la confirmación de que por el momento los partidos del conjunto txuri urdin se van a mover en esos parámetros. Pero en este inédito derbi guipuzcoano en Primera División salió cara y los puntos se los quedó la Real, gracias a un afortunado gol de Xabi Prieto a la salida de un córner. Las buenas noticias se condensan en los tres puntos logrados, que dan un respiro antes de la primera salida de la segunda vuelta, a un casi inexpugnable Santiago Bernabéu, y en que el sufrimiento esta vez sí compensó.

Las apuestas de Moyes en el once inicial parecen ya bastante claras. A falta de saber qué pasa con los fichajes en esta última semana de mercado invernal, los hombres de ataque son fijos, y es curiosamente en la defensa, lo que más ha mejorado con el técnico escocés en la Real, donde se producen cambios constantes. Mikel González acompañó a Iñigo Martínez en el centro de la zaga, y los laterales fueron Aritz Elustondo (Zaldua ni siquiera entró en la convocatoria) y Yuri, quizá lo más sorprendente por galones pero no por el estado de forma de De la Bella. Markel Bergara tampoco estuvo entre los 18 elegidos, y Moyes mandó un mensaje de confianza a Pardo, al que colocó en el campo junto a Granero. Y el riojano respondió, siendo de lo mejor del equipo en un derbi muy movido pero que tampoco brilló demasiado. Al menos sí se vio la famosa intensidad que propugna el técnico escocés y que todavía se ve con cuentagotas, pero el partido estuvo sobre el alambre siempre.

La Real comenzó mandando, pero le costó mucho generar ocasiones de peligro. Nada nuevo en el horizonte por ese lado. Tampoco con el papel predominante de Vela, que es claramente el baremo que mide el estado anímico del ataque txuri urdin. Por eso, la internada del mexicano en su clásica diagonal que cortó Añibarro con un agarrón en el minuto 8, rondando casi el penalti, parecía un buen síntoma. Vela fue el protagonista de casi todas las acciones de peligro de la Real en el arranque del partido y en realidad durante toda la primera mitad. El Eibar respondió como se esperaba, con intensidad y buena defensa y sus llegadas a la portería de Rulli fueron escasas pero muy peligrosas. La mejor ocasión llegó en el minuto 42, cuando tuvo que salir a los pies de Arruabarrena para acabar despejando con la cara el intento del ataque armero de salvar la intervención del arquero argentino.

El detalle más esperanzador fue ver a Pardo manejando el partido, demostrando que no está estancado, sino esperando la necesaria continuidad para ser el eje en torno al cual crezca el fútbol del equipo. Como el estado de forma de la mayoría de los jugadores no es el ideal, su fútbol todavía no luce tanto como cuando irrumpió en el primer equipo, pero es una luz en el camino. Pero el problema de la Real sigue siendo su poca pólvora. En la primera mitad no llegó a disparar entre los tres palos, a excepción de algún rebote que sí llegó a las manos de Irureta. Por eso, llegar al descanso con vida se le debe a Rulli, de largo el mejor fichaje que la Real ha hecho para esta temporada, y no sólo por sus buenas paradas sino por la seguridad que aporta al equipo. Con eso y con Pardo, construir el equipo tendría que ser más sencillo. Pero de momento hay que ganar y a la Real no le importa jugar al patadón lo que sea necesario mientras no sume los puntos necesarios para alcanzar la tranquilidad.

La segunda parte fue una mejora para la Real, aunque sólo sea por el peligro que llegó a la meta de Irureta. Xabi Prieto disparó mal en la primera intentona, y Granero no estuvo lejos de romper la sequía goleadora en libres directos antes de que llegue a los cinco larguísimos años, aunque su disparo salió muy centrado. El pequeño arreón de la Real esta vez sí dio resultado de cara a gol, pero no por juego. El gol de la Real llegó a los diez minutos de la segunda mitad y en un córner. Pero no en uno especialmente bien ejecutado. Pardo lo sacó buscando el primer palo y la peinada de Prieto, pero el capitán propulsó el balón con una parábola muy alta, que acabó sorprendiendo a Irureta y colándose en la portería. El estallido de felicidad fue inmenso, porque la victoria era absolutamente innegociable. Ahora faltaba lo más complicado, lo que hasta el momento la Real no había sabido hacer, y era aguantar la victoria. Y esta vez Moyes acabó contento, con menos sufrimiento futbolístico del esperado aunque lo apretado del marcador indicara lo contrario.

Rulli tuvo que intervenir mucho menos en la segunda mitad, aunque Iñigo Martínez tuvo que hacer un corte salvador para evitar el disparo de Arruabarrena. Quedaban once minutos para el final, y dos después Ángel probó fortuna para que el guardameta argentino mostrara una vez más la seguridad que le caracteriza. Los cambios de Moyes llegaron tarde, porque en realidad no había mucho que cambiar, aunque el estado físico del equipo siempre haga tener dudas sobre hasta cuándo va a aguantar. Pero esta vez Anoeta pudo respirar con alivio. Moyes lanzó un mensaje claro dejando a Pardo en el campo los 90 minutos, algo que el equipo y los aficionados agradecieron. Granero, que no estuvo mal, fue el primero en dejar el campo para que entrara Elustondo, levemente silbado. Después, Vela se llevó la ovación de la noche para que entrara Chory Castro. Y finalmente Hervías entró por Canales. En realidad, el primer cambio fue para parar el partido y los otros dos para perder tiempo. Poco que analizar por ahí, pero ayudó a que el equipo aguantara hasta el final.

Y aguantó. Estos tres puntos eran absolutamente imprescindibles tras la derrota ante el Rayo Vallecano. Como poco, sirve para tomar aire y que una hipotética derrota ante el Real Madrid dentro de una semana no tenga efectos catastróficos, y eso no es poca cosa viendo de dónde viene el equipo. Moyes sigue profundizando en lo que considera esencial para cimentar su proyecto: presión y fortaleza defensiva. Y eso, por mucho que el Eibar no inquietara demasiado a Rulli, es una espléndida noticia. Anoeta volvió a ver tres puntos de la Real y eso tiene un indudable sabor dulce. Y queda la pequeña satisfacción de haber superado al Eibar, que sigue delante, sigue siendo el primer equipo vasco de Primera, pero al menos puede empezar a intuir que la Real ha iniciado la persecución. Pequeña alegría para una temporada que debía ser ilusionante, pero esta nueva Real de Moyes tiene que ir así, paso a paso, poco a poco y sumando de tres en tres.

viernes, enero 23, 2015

PREVIA Real Sociedad - Eibar. Prohibido tropezar

González González, triste protagonista en la 2008-2009.
Arranca la segunda vuelta con el inédito derbi guipuzcoano ante el Eibar (sábado, 22.00 horas, Anoeta, Energy) y la Real tiene prohibido tropezar. No ganar este encuentro sumiría al equipo en una crisis de imprevisibles consecuencias después que la afición realista ya despidiera con pitos a los suyos después de la derrota ante el Rayo Vallecano. La situación no puede ser más complicada con los problemas heredados, un técnico, David Moyes, que aún no ha conseguido que los progresos del equipo se traduzcan en los puntos suficientes para dejar de mirar hacia la zona de descenso, unos jugadores ya totalmente en entredicho y sin el parapeto del entrenador cesado, la ausencia todavía de fichajes en el mercado invernal y una segunda vuelta de la Liga que se antoja complicada por los estadios que tendrá que visitar el equipo txuri urdin, todos los punteros del campeonato, lo que obliga a que Anoeta sea el fortín que rompió el Rayo con tanta facilidad hace menos de una semana. ¿Cómo responderá la Real a esta situación de alto riesgo?

Como ya es norma, Moyes ha decidido ocultar la convocatoria hasta hora y media antes del encuentro, y eso sigue incluyendo el parte médico. Aunque durante la semana todo el mundo ha estado disponible para el técnico, cabe pensar que el partido llega demasiado pronto para Zurutuza y seguramente también para Carlos Martínez. La ausencia del lateral de Lodosa se puede adivinar por la convocatoria del Sanse, en la que no figura Aritz Elustondo, lo que probablemente signifique que estará con el primer equipo, al igual que Hervías, que tampoco está con los 16 jugadores que afrontarán el derbi con el Real Unión. Markel Bergara también es duda para el partido. Si llega, y sumando al grupo a los dos potrillos ya mencionados, el técnico escocés tendrá que descartar nada menos que a cuatro jugadores, siendo uno de ellos con absoluta certeza un Dani Estrada del que por el momento no hay noticias de que vaya a salir del equipo en el mercado de enero.

Para el once, y aún sin saber cuál será la lista final, es evidente que Rulli estará bajo palos, y en la defensa son seguros Iñigo Martínez y De la Bella. Aunque no se pueda descartar a Aritz Elustondo, Zaldua tiene todas las papeletas para ocupar el lateral derecho, regresando por fin después de su lesión, mientras que Ansotegi y Mikel González se juegan el otro puesto de central. Si Markel no llega, Moyes tendrá que elegir su sustituto entre Elustondo y Pardo, con menos opciones a priori para Gaztañaga. Junto al elegido estará Granero en el doble pivote. Y por delante, salvo que el técnico escocés quiera dar descanso a alguno de los tres mediapuntas, algo poco probable viendo la enorme importancia del partido, repetirán Xabi Prieto, Vela y Canales, con Agirretxe por delante y dejando en el banquillo a un Finnbopgason que busca estrenar su casillero goleador. Chory Castro también tiene opciones de formar en la banda izquierda. El resto, y a la espera de conocer a los 18 convocados, parecen tener muchas menos papeletas para entrar en el once inicial.

Muy pocos habrían imaginado que el derbi guipuzcoano con el que se abre la segunda vuelta de la Liga se afrontara con los equipos en la situación que ocupan. La Real es duodécima con 19 puntos, sólo tres por encima de la zona de descenso, mientras que el Eibar es el mejor equipo vasco de Primera y ocupa la octava posición con 27 puntos, aunque a ocho de las plazas europeas, más lejanas de lo que parece por su puesto. El equipo txuri urdin ha dejado escapar ya 18 puntos en casa de los 30 que se han puesto en juego, ya que en Anoeta ha perdido tantos partidos como ha ganado, cuatro, y ha empatado dos. El Eibar es un visitante peligroso, ya que sólo cinco equipos de Primera han sumado más que los armeros a domicilio. Han ganado cuatro encuentros, han empatado tres y han perdido otros tres. El equipo azulgrana, de hecho, no ha perdido en sus cuatro últimos desplazamientos, empatando a cero ante el Sevilla y a uno contra el Córdoba y ganando 0-1 al Celta y 1-2 al Espanyol.

Este Real Sociedad - Eibar será el primer derbi entre estos dos equipos que se celebre en Primera División, por lo que es indiscutible el carácter histórico que tendrá el partido. La historia de los derbis guipuzcoanos en la máxima categoría sólo la habían escrito hasta ahora el propio conjunto txuri urdin y el Real Unión. Hasta ahora estos dos equipos sólo se habían visto las caras en Segunda y apenas en dos ocasiones. Lo curioso de la estadística, reflejo casual de la actual situación clasificatoria de ambos conjuntos, es que la Real nunca ha sido capaz de derrotar al Eibar en su estadio. Esas dos visitas, en las temporadas 2007-2008 y 2008-2009, acabaron en empate, a uno en la la primera de esas ocasiones y a cero en la segunda. La única vez en que la Real doblegó al Eibar en Donostia fue en el único enfrentamiento de su historia en la Copa del Rey, en la campaña 1986-1987, cuando los hombres entrenados por John Toshack superaron al conjunto armero por 2-0.

Ese último encuentro liguero, el de la temporada 2008-2009, tuvo un único protagonista, el árbitro González González, que protagonizó una de las actuaciones más vergonzosas que ha visto Anoeta y que, curiosamente, arbitrará este sábado de nuevo el mismo encuentro. El partido, que no tuvo historia en lo futbolístico, quedó en el recuerdo por su provocación constante. En la jugada en la que Díaz de Cerio sufrió una fractura de tibia y peroné que dejó helada la grada de Anoeta, González González no sólo no señaló falta, sino que ni siquiera tuvo la dignidad de detener el partido para atenderle y espero a que alguien tirara el balón fuera. El árbitro siempre estuvo más pendiente de menudencias que del juego, y el esperpento llegó al final. Cuando expulsaba a Carlos Martínez, que estaba en el banquillo, sin que hubiera una razón sólida, un objeto lanzado desde la grada buscando al colegiado alcanzó al entrenador realista, Juanma Lillo. González González, sin atender a Lillo o pitar el final del partido, se refugió en el vestuario y dio por concluido el partido sin decírselo a nadie. Su cobarde actuación al menos no provocó el cierre de Anoeta.

lunes, enero 19, 2015

Sólo Denoueix, Amorrortu y Lasarte ganaron dos partidos consecutivos en Anoeta tras el subcampeonato

En las dos últimas dos victorias consecutivas en Anoeta
Tamudo marcó tanto a Osasuna como a Mallorca en 2010.
La Real de David Moyes volvió a fracasar en uno de los pocos puntos a favor que le daba el calendario de la Liga 2014-2015: la posibilidad de jugar dos partidos consecutivos en Anoeta. El equipo txuri urdin tendría que ser atesorado ese capricho del calendario como algo fundamental, mucho más siendo el único equipo que no ha conseguido la victoria fuera de casa, pero su paupérrima actuación ante el Rayo Vallecano y la consiguiente derrota han enterrado la opción de sumar seis puntos seguidos en su propio estadio. De hecho, es la segunda vez en la presente temporada que la Real menosprecia esta ventaja, pues en las jornadas 10 y 11 ya recibió de forma consecutiva a Málaga y Atlético de Madrid, logrando la victoria los andaluces por 0-1 todavía con Jagoba Arrasate en el banquillo realista y el equipo ya entrenado por Asier Santana derrotara al madrileño por 2-1.

En todo caso, despreciar la opción de los seis puntos seguidos como local es algo que ya está interiorizado. De las últimas 18 ocasiones en que se ha dado esa circunstancia de jugar dos jornadas consecutivas en Anoeta, desde el subcampeonato de la temporada 2002-2003, la Real sólo ha conseguido ganar los dos partidos en tres de ellas. En la temporada 2003-2004 y con Raynald Denoueix en el banquillo, sumó dos victorias consecutivas ante Real Madrid (1-0) y Espanyol (3-1), en la 2005-2006 hizo lo propio con José María Amorrortu como técnico superando al Deportivo (2-0) y al Getafe (3-0), y después del ascenso de 2010 sólo hay un técnico que puede haber presumido de lograr esos dos triunfos consecutivos, Martín Lasarte, que los logró en la temporada 2010-2011 superando por 1-0 tanto a Osasuna como a Mallorca.

Ni siquiera la mejor Real de ese periodo, la de la temporada 2012-2013, la que logró la clasificación para la Champions League y la cuarta plaza final pudo sumar esos seis puntos, incluso teniendo dos veces esa posibilidad, sumando en ambas cuatro puntos, ganando al Rayo (4-0 y empatando con Osasuna (0-0) en la primera, e igualando con el Depor (1-1) y superando al Barcelona (3-2) en la segunda. Ni tan siquiera en Segunda División sacó provecho de esta opción, la Real que subió en 2010 dejó escapar dos ocasiones, primero empatando a dos con el Girona y ganando 2-0 al Huesca, y después perdiendo 0-1 ante el Elche e igualando a dos de nuevo contra Las Palmas. La 2008-2009 es la única en estos  en la que no se dieron estos dos partidos seguidos como local en las últimas 13 campañas.

Sí es cierto que la Real rara vez se va de vacío de estos dos partidos seguidos como local, algo que sólo le sucedió en una de las dos ocasiones en que disfrutó de esta posibilidad en la temporada 2006-2007, la del descenso a Segunda, cuando el equipo de Miguel Ángel Lotina fue superado por el Valencia (0-1) y el Athletic (0-2) de forma consecutiva. Sin ganar ninguno de los dos partidos también acabó en otras cinco ocasiones, en las temporadas 2003-2004 (empate a cero con el Valencia y derrota 0-4 ante el Betis), 2004-2005 (otro contundente 0-4 con el Villarreal y otro empate con el Valencia, esta vez a tres), 2005-2006 (derrota 0-1 ante el Espanyol y otro empate a tres, ahora con el Athletic), 2006-2007 (dos empates seguidos, a uno con el Espanyol, a cero con el Betis), todas ellas antes del descenso, y en Segunda en la ya mencionada oportunidad del año del ascenso.

2003-2004
Real Sociedad 0 - Valencia 0
Real Sociedad 0 - Betis 4
-
Real Sociedad 1 - Real Madrid 0
Real Sociedad 3 - Espanyol 1

2004-2005
Real Sociedad 0 - Villarreal 4
Real Sociedad 3 - Valencia 3

2005-2006
Real Sociedad 2 - Deportivo 0
Real Sociedad 3 - Getafe 0
-
Real Sociedad 0 - Espanyol 1
Real Sociedad 3 - Athletic 3

2006-2007
Real Sociedad 1-  Espanyol 1
Real Sociedad 0 - Betis 0
-
Real Sociedad 0 - Valencia 1
Real Sociedad 0 - Athletic 2

2007-2008
Real Sociedad 1 - Racing de Ferrol 2
Real Sociedad 2 - Hércules 1

2008-2009
-

2009-2010
Real Sociedad 2 - Girona 2
Real Sociedad 2 - Huesca 0
-
Real Sociedad 0 - Elche 1
Real Sociedad 2 - Las Palmas 2

2010-2011
Real Sociedad 1 - Osasuna 0
Real Sociedad 1 - Mallorca 0

2011-2012
Real Sociedad 0 - Atlético de Madrid 4
Real Sociedad 5 - Sporting 1
-
Real Sociedad 1 - Villarreal 1
Real Sociedad 3 - Racing 0

2012-2013
Real Sociedad 4 - Rayo Vallecano 0
Real Sociedad 0 - Osasuna 0
-
Real Sociedad 1 - Deportivo 1
Real Sociedad 3 - Barcelona 2

2013-2014
Real Sociedad 2 - Rayo Vallecano 3
Real Sociedad 1 - Valencia 0

2014-2015
Real Sociedad 0 - Málaga 1
Real Sociedad 2 - Atlético de Madrid 1
-
Real Sociedad 0 - Rayo Vallecano 1
Real Sociedad - Eibar

sábado, enero 17, 2015

REAL SOCIEDAD 0 - RAYO VALLECANO 1 La autodestrucción de la Real sigue imparable

Markel se marchó lesionado.
La Real sigue en una senda de autodestrucción que empieza a tener visos de ser imparable y cayó en Anoeta ante un Rayo Vallecano de un nivel también bajísimo pero que decidió el partido de la única forma de que la Real no pudiera hacerlo: a balón parado. El equipo txuri urdin no juega a nada, ahora incluso menos que con Jagoba Arrasate en el banquillo, y la fortaleza defensiva que sí se ha conseguido con el escocés no sirve de nada si cuesta un mundo perforar la portería contraria. Lo peor de todo es que, semana tras semana, el equipo evidencia unos signos de falta de trabajo que hacen cuestionarse los entrenamientos a puerta cerrada o el juego al escondite de la convocatoria, porque el resultado es paupérrimo en todos los casos, y eso es algo que se ve de una forma alarmante en las jugadas de estrategia, continuamente despreciadas por un equipo que cuenta en sus filas con Pardo, Granero, Prieto, Chory, Canales o Vela, jugadores con buen toque que desperdician estas jugadas una y otra vez. Y el Rayo marcó de córner, mal defendido, claro. No es ya que la autodestrucción continúe, es que no se le ve el final todavía con 19 partidos por delante.

A Moyes la táctica del despiste le empieza a resultar un tanto superflua, porque su confianza en los mismos jugadores siempre hace que se pierde la utilidad de esconder sus cartas. Salvo problemas serios, da la impresión de que Rulli, Iñigo, De la Bella Markel, Granero, Xabi Prieto, Canales, Vela y Agirretxe van a tener plaza fija. Con el lateral diestro y el otro puesto de central habrá que esperar algo más porque normalmente Moyes no los ha tenido a todos disponibles, con lo que su elección es más bien por descarte. Lo que ya empieza a ser un tanto desesperante es que dé igual lo que salga o con que actitud lo haga, porque el resultado futbolístico es paupérrimo por defecto. Algunos días con más acierto, como el del Elche, algunos con más corazón, como el del Barcelona, pero Moyes todavía no ha dirigido un buen partido de la Real, aunque la mejoría en defensa con respecto a la etapa anterior sea algo que los datos refuerzan con mucha facilidad. Es verdad que la plantilla no la ha hecho él y que muchos vicios son heredados, pero el escocés está en la obligación de aportar algo más ya.

De esta forma, el espectáculo que ofrecieron Real y Rayo fue sencillamente deplorable, especialmente en una primera mitad infumable. Un fútbol insulso, aburrido, sin garra y sin objetivos claros, un movimiento de balón sin sentido y sin instinto, con una Real no ya abusando sino viviendo literalmente del patadón (y ahí Rulli, de momento, no se acerca al acierto que podía tener Bravo) de una forma casi intolerable, y un Rayo completamente incapaz de convertir su mayor dominio de la pelota en alguna jugada no ya con peligro sino con el más mínimo criterio en las inmediaciones del área realista. Puestos a destacar algo de la Real, es fascinante ver las opciones que puede tener un equipo cuando sí coloca a un delantero centro, puesto que Agirretxe peleó, bajó balones e incluso gozó de un par de ocasiones decentes, a pesar de no poder coronar su partido con algo de acierto. Pero eso es todo lo que el equipo no ha tenido con Finnbogason en el campo. Y también merece ser destacado una semana más Aritz Elustondo, demostrando que hay filial del que tirar vista la incapacidad creativa absoluta que hay en el primer equipo.

Hasta ahí lo reseñable. En el páramo futbolístico que fue la primera mitad, aderezado por un Melero López empeñado en convertir en falta cualquier mínimo roce y que todavía no se sabe por qué no amonestó con amarilla el corte en falta que hizo el Rayo de un contragolpe lanzado por Vela en el último minuto de la primera mitad, la Real tuvo las mejores ocasiones. Agirretxe estuvo cerca del gol en dos opciones, la primera fabricada por él mismo, escorado hacia un lado, con una preciosa maniobra hacia dentro y la segunda con un disparo desde la frontal, ambas repelidas por Toño. Vela tuvo también su opción, pero su disparo acabó en córner. El Rayo no disparó hasta el minuto 40, pero en el tramo final probó en dos ocasiones más a Rulli. El guardameta argentino tuvo que detener primero en dos tiempos un disparo de Trashorras y a continuación Manucho se mostró como un delantero torpe al no meter el pie para rematar un balón a puerta vacía, todo un regalo para una Real que ya se veía por debajo en el marcador. En la contra, Granero disparo desde fuera del área pero su lanzamiento no cogió portería.

Ese último minuto, frenético, fue lo único en el primer acto que respondió al partido atractivo y abierto que se podía intuir con la visita del Rayo. Y la segunda parte no sólo no supuso una mejora, al menos desde el punto de vista de una Real desconocida y sin soluciones, sino que ahondo en la enorme impotencia que provoca el equipo de Moyes en una grada ya tan cansada que vive el paso de los minutos en silencio, sabedora de que no hay nada por lo que emocionarse. Y eso que hubo un atisbo de reacción cuando realizó el único cambio posible para que la Real tenga por fin algo de fútbol: entró Pardo y se retiró Markel, aunque la decisión no fue futbolística sino médica, pues el titular sufrió un problema en el tobillo en la primera mitad y no aguantó más. Pero fue salir el riojano y el equipo txuri urdin se reactivó. Con él en el césped, el Rayo se echó algo más atrás, la salida de balón no era la imposible quimera que había provocado la conversión en pateador de Rulli y el fútbol parecía fluir. Un cambio de juego suyo hizo que, en dos toques más, Agirretxe dispusiera de una buena ocasión. Pero fue un espejismo porque esta Real ni se coloca bien, ni se mueve adecuadamente, ni sabe desplegar nada de lo que se haya podido entrenar en Zubieta.

Aún así, el partido en la segunda mitad estaba volcado sobre el campo de un Rayo sorprendentemente conformista y que fió todas sus opciones, es verdad, a una opción segura: la total ausencia de gol en los jugadores realistas. Vela protagonizó un partido horrible y desganado, con lo que la mejor arma de la Real se desactivó sola y sin que se entienda el porqué. Canales, que aportó alguna buena conducción en la primera mitad hizo de nuevo el habitual camino descendente en los partidos y Xabi Prieto celebró su partido 400 con otra actuación inane. Sólo Agirretxe daba la impresión de ser algo más, pero su partido estuvo lejos de ser perfecto salvo en la entrega incondicional a la causa. El mejor ejemplo, el portentoso control orientado que hizo dentro del área en el minuto 72, dejando el balón en posición perfecta para disparar pero lanzando el balón muy por encima del larguero de Toño cuando parecía una opción propicia. Esa jugada llegó justo después de que Vela reclamase un penalti, que por supuesto Melero López no iba a señalar, puesto que lo único que hizo contra la defensa del Rayo fue engordar en la segunda mitad el número de tarjetas vistas por sus jugadores de forma tan exagerada como intrascendente para el partido.

A 13 minutos del final, Moyes hizo un cambio de apariencia extraña pero que fue por unos calambres, retirando del campo a Aritz Elustondo, con diferencia de lo mejor de la Real, para dar entrada a Chory Castro. Lo que sobre el papel podría parecer un cambio ofensivo, en realidad fue un movimiento difícil de entender, pues colocó a Xabi Prieto como lateral para defender a un recién ingresado en el campo Alex Moreno, que menos mal que alternó malas colocaciones en fueras de juego con algo de egoísmo cuando llegó hasta el área y no hizo sangre en el agujero abierto por Moyes por la ausencia de los dos laterales diestros del primer equipo. El escocés, en todo caso, tiene otras preocupaciones evidentes. Uno de las incontables jugadas a balón parado desaprovechadas por la Real, esta vez un córner, resultó en un contragolpe del Rayo que acabó también en la esquina. El equipo de Paco Jémez, a pesar de su conformismo, no dudó en aprovechar esa oportunidad de oro para ganar el partido. Simplemente lanzó un balón al punto de penalti para que lo rematara su jugador más alto, Manucho, horriblemente cubierto por un De la Bella que está firmando, con diferencia, su peor temporada en la Real.

Quedaban apenas nueve minutos para el final y la reacción de la Real fue inexistente, otro motivo para la preocupación porque hasta eso ha perdido el equipo txuri urdin. Moyes, que había retrasado unos cuantos minutos su tercer cambio sin que se entienda muy bien por qué viendo a Finnbogason ya listo en la banda, lo sacó a la desesperada por Granero. Por supuesto, el islandés apenas llegó a tocar la pelota en los siete minutos que quedaban para que finalizara el encuentro. Fueron unos minutos eternos, una muestra absoluta de impotencia y de falta de hasta los más mínimos criterios futbolísticos para competir al más alto nivel. Una falta lateral botada por Canales contra la barrera fue la gota que colmó el vaso de esa impotencia y la demostración de que entre la regeneración futbolísitca que necesita este equipo está el ejercicio continuo durante la semana de las jugadas de estrategia. La Real no sólo perdió el partido ante un Rayo menor, reflejo de la ínfima calidad de la Liga en la que los realistas siguen paseándose con mucha más pena que gloria, sino que murió absolutamente entregada, algo que tendría que ser inaceptable para el club y para su técnico y que Anoeta reprochó con una pitada en cuanto Melero López señaló el final del encuentro.

Si todavía podía haber algún resquicio para la duda, con esta derrota la Real ha zanjado cualquier debate: el objetivo es la permanencia. No hay otro. Y es más, se va a sufrir por conseguirla. 19 puntos en 19 partidos es la peor marca de la Real desde la temporada del descenso, la 2006-2007, cuando sumó 13, y una media muy justa para salvar la temporada en mayo tras la jornada 38ª, porque visto lo visto igual 38 puntos sí bastan. Lo más tranquilizador es el lamentable nivel de tantos equipos de la competición, porque parece evidente que la Real va a ganar muy poquitos partidos por sus propios méritos, pero el calendario es ya un enemigo muy a tener en cuenta porque fuera de casa, donde la Real sigue siendo el único equipo que no ha conseguido ganar, tendrá que jugar contra cinco de los siete primeros clasificados, además de visitar San Mamés, en un partido que ahora mismo tiene ya tintes de tragedia griega. Sin fútbol, sin pizarra, sin trabajo y sin ilusión, esta inesperada derrota viene a confirmar que la Real está llamada a penar por la Liga de aquí a mayo a menos que haya una reacción clara y contundente a todos los niveles.

viernes, enero 16, 2015

PREVIA Real Sociedad - Rayo Vallecano. Objetivo, recuperar la ilusión

Iñigo Martínez abrió el marcador ante el Rayo la temporada pasada.
No hemos llegado al final de enero, pero con su eliminación en la Copa ante el Villarreal la Real ya ha perdido todos los objetivos ilusionantes de la temporada, salvo milagro descomunal en la Liga para remontar una desventaja imposible con respecto a los puestos europeos. En otras palabras, quedan cuatro meses de competición en los que la Real tiene como objetivo no pasar apuros en el torneo de la regularidad, algo que en teoría no debería suceder, y recuperar la ilusión de cara a la próxima temporada, comenzando por los dos partidos seguidos que jugará en Anoeta, el primero de ellos ante el Rayo Vallecano (sábado, 16.00 horas, Anoeta, Canal + Liga y Gol TV). Y este es un rival interesante para ver las prestaciones de la Real, para comprobar si está dispuesto a jugar como suele hacerlo el Rayo, de una forma ofensiva y desatada, y si es capaz de generar las ocasiones de gol que tanto le cuesta hacer para que los realistas encuentren por fin el acierto de cara al gol que tanto les falta.

David Moyes ya ha fijado definitivamente como norma la decisión de no comunicar el nombre de los 18 convocados para cada partido hasta hora y media antes de su celebración, con lo cual en la víspera de los encuentros será imposible saber no ya qué jugadores están entre los elegidos, sino incluso cuáles de ellos ocupan la enfermería. La mejor referencia posible va a ser el partido anterior, y en ese caso las ausencias por lesión fueron las de Zurutuza y Carlos Martínez. El primero seguirá de baja por el momento y se desconoce una fecha de regreso, mientras que el segundo está en la categoría de dudoso. No obstante, la buena noticia es que Zaldua estará ya disponible, con lo que Moyes no tendrá problemas para alinear a un lateral derecho del primer equipo si así lo desea, después de las oportunidades que ha tenido Aritz Elustondo en la Copa. En principio, el partido contra el Villarreal no dejó ningún tocado más, lo que da al técnico escocés el margen más amplio para escoger a los convocados.

No hay ninguna duda de que Rulli estará bajo palos, que Iñigo Martínez será uno de los centrales y de que De la Bella recuperará el lateral izquierdo. Está por ver cómo completa Moyes la defensa. Viendo las molestias de Carlos Martínez, Zaldua tiene muchas opciones de regresar a la titularidad, y habrá que prestar especial atención al otro puesto de central, que se juegan Mikel González, Ansotegi y Elustondo, disponibles los tres a la vez en igualdad de condiciones por primera vez con el escocés. Markel, que descansó en la Copa y que tampoco jugó el último partido liguero por sanción, recuperaría su puesto en el doble pivote, con Granero o Pardo a su lado. Cabría pensar que el primero tiene más opciones, pero no se puede descartar nada, ni siquiera que ambos sigan en el once. Como ya sucedió en Copa y una vez que Vela es seguro siempre en la línea de tres mediapuntas salvo problemas físicos, Xabi Prieto, Canales, Chory Castro u Hervías se juegan las otras dos plazas. Y en ataque lo normal es que Agirretxe mantenga la titularidad por delante de Finnbogason, aunque eso es también una incógnita.

La Real arrancó la jornada en la duodécima posición con 19 puntos, sólo tres por encima de la zona de descenso que ahora marca el Levante. Los puestos europeos, sin embargo, se mantienen a una distancia sideral de 13 puntos, que es la ventaja que le saca el Villarreal desde la sexta posición. Su rival, el Rayo, precede a la Real en la clasificación con un punto más, con 20. La Real sigue mejorando sus números en Anoeta, donde suma tres victorias y un empate en sus cuatro últimos partidos y donde no cae desde la décima jornada, 0-1 ante el Málaga, la tercera y hasta ahora última derrota en su campo que ha sufrido el equipo en los nueve partidos que ha disputado como local. Moyes sólo ha perdido uno de los siete partidos que ha dirigido, lo que con la victoria de Asier Santana ante el Atlético hace que el equipo sume una sola derrota en ocho jornadas. El Rayo es mejor visitante que local y ha ganado cuatro partidos lejos de Vallecas, 0-2 al Levante, 0-1 al Granada y al Almería y 1-2 al Getafe.

La estadística en los Real Sociedad - Rayo Vallecano es muy favorable al equipo txuri urdin en las 18 ocasiones en que se ha dado este partido. En Primera han sido 15 los choques, con diez victorias de la Real, tres empates y sólo dos derrotas. La mayor goleada realista sigue siendo el 5-0 de la temporada 2002-2003, con goles de De Pedro y Karpin, ambos de penalti, dos de Nihat y uno más de Tayfun. Las dos victorias del Rayo han sido por la mínima, 1-2 en la 1992-1993 y 2-3 en la 2013-2014. La estadística se completa con tres encuentros más en Segunda División, en los que el equipo madrileño no conoce la victoria y sólo empató en una ocasión, a uno, en la temporada 2008-2009. No obstante, la Real no pasó del 1-0 en las dos victorias cosechadas, en la 1966-1967 y en la 2009-2010, ambas temporadas coronadas con el ascenso a la máxima categoría. Tanto en Primera como en Segunda, la Real siempre le ha marcado al menos un gol al Rayo en sus visitas a Atotxa o a Anoeta, con una media de 2,3 tantos por encuentro.

Aunque venía de sufrir dos contundentes goleadas en Anoeta, ambas por 4-0, el Rayo rompió la tendencia la pasada temporada, la 2013-2014, venciendo por 2-3 en el estadio donostiarra. Y pocos podían imaginar que ese iba a ser el resultado final viendo el gol de cabeza de Iñigo Martínez al minuto de juego. Álvarez Izquierdo, pésimo arbitraje el suyo, respondió casi en la siguiente jugada señalando un risible penalti de José Ángel, lo que permitió el empate de Larrivey. Con ambos porteros muy tranquilos, Pardo hizo el 2-1 al filo del descanso, tras rebotar su disparo desde la frontal en un defensor. Un partido que parecía dominado se perdió en una segunda mitad lamentable en la que toda la Real falló, incluido Arrasate desde el banquillo. En el primer minuto tras la reanudación, Bueno aprovechó una mala defensa realista para empatar y Rochina hizo el 2-3 definitivo en el minuto 66, dejando a la Real sin reacción de ahí al final del partido. Aunque el Rayo fue mucho mejor sin discusión, marcó tres de sus cuatro disparos entre los tres palos, y la Real fracasó a la hora de buscar el empate.

miércoles, enero 14, 2015

REAL SOCIEDAD 2 - VILLARREAL 2 La Real sólo tuvo orgullo a la desesperada

Yuri fue titular en la banda izquierda.
La Real está fuera de la Copa del Rey y lo está con toda justicia. El Villarreal fue claramente superior al equipo txuri urdin en el conjunto de la eliminatoria y el 3-2 con el que se define el duelo a doble partido no sirve para mostrar la auténtica diferencia entre ambos contendientes. A pesar de que Moyes puso sobre el campo un once muy ofensivo, la Real hizo el más absoluto de los ridículos en una primera mitad en la que no inquietó a Asenjo más que en una ocasión, la que supuso el 1-1 en este partido de vuelta, ya en el último minuto de ese primer acto. A la desesperada sí mostró orgullo, cuando necesitaba dos goles para pasar, pero entonces quedaron de manifiesto todas las carencias del equipo realista, incapaz de poner un buen centro en el área rival, de disparar a puerta o de aprovechar mejor los quince córners de que dispuso. Mucho corazón, sí, hasta el punto de que un Anoeta que comenzó tan frío como el equipo pareció creer en el milagro incluso a pesar del despreciable arbitraje de Velasco Carballo, pero nada más. Y eso que por primera vez esta temporada consiguió no perder ante el Villarreal, lo que en realidad no parece poco.

Si la convocatoria de Moyes ya era toda una proclama ambiciosa tras el 1-0 adverso del partido de ida, con toda la artillería y la justa presencia de jugadores del Sanse a la que obligaba la necesidad, el once inicial parecía ser un auténtico llamamiento a las armas: Rulli, Aritz Elustondo, Iñigo Martínez, Mikel González, Yuri, Granero, Pardo, Xabi Prieto, Vela, Canales y Agirretxe. Lo mejor, en el campo. Sin reservar a nadie y buscando perfiles muy ofensivos. Moyes parecía dar a entender de esta manera que la Real quería su remontada. Pero en realidad la elección del once sólo fue el preludio de una forma absolutamente equivocada de entender el momento en el que estaba la eliminatoria tras los primeros 90 minutos. La Real quiso contemporizar, jugar con sosiego, calmar el partido en busca de un gol que sirviera para nivelar la eliminatoria. Y de esta manera, olvidó que delante estaba el Villarreal, un equipo que llegó a Anoeta dispuesto a aguantar con orden y sin demasiadas complicaciones el movimiento inane del balón que practicaba la Real para después lanzar contras mortales.

Si la Real tuviera velocidad en la circulación de balón, se podría haber entendido ese planteamiento. Pero no la tiene, y Pardo en solitario con algún buen cambio de juego no es suficiente para hacer este fútbol. Y no parece asumirlo, ni para solucionarlo ni para buscar una alternativa. Por eso, cada jugada de la Real acababa con un pase atrás de uno de sus laterales y una vuelta a empezar. Y cuando el equipo txuri urdin conseguía superar todas las líneas de presión, no necesariamente por fútbol, la defensa del equipo castellonense estaba siempre atenta, lo que comenzó a provocar ya en esos minutos un torrente de córners con los que los realistas casi nunca fueron capaces de generar peligro. En el primer cuarto de hora, la poca habilidad de Giovani para mantenerse en posición correcta impidió que las contras del Villarreal machacaran muy pronto la eliminatoria. Esas jugadas sirvieron para darse cuenta de que a la Real se le había olvidado lo que tendría que su objetivo principal, buscar el gol. Su única tentativa en este sentido, y no llevó ningún peligro, fue un equivocado disparo de Yuri que se fue por muy encima del larguero de Asenjo.

Rulli intervino a los 19 minutos para evitar el gol de Trigueros, con una espléndida parada que demostró el extraordinario nivel del guardameta argentino. Anoeta ya esperaba en silencio la puntilla a la eliminatoria, y esta llegó a los 26 minutos. Nadie puede sorprenderse de que llegara en una contra, que culminó Gerard Moreno después de que Giovani hiciera una espléndida conducción. Con la eliminatoria cuesta arriba, más todavía, la única respuesta de la Real fue tambalearse y el único instante en el que el empate se vio venir fue cuando un despeje de Dorado estuvo a punto de sorprender a Asenjo. No hay mejor manera de recordar a un equipo el poco peligro que es capaz de llevar sobre la portería rival que una ocasión en propia puerta como acción más destacada. Rulli sí tuvo que intervenir con acierto para evitar el segundo. Y ya cuando Velasco Carballo, más adelante se evaluará su provocador y desquiciado arbitraje, estaba a punto de pitar el final, ocurrió el milagro: la Real aprovechó un córner para marcar. Asenjo hizo la parada de la noche para sacar un gran cabezazo de Agirretxe, pero el rechace fue a pies de Vela, que marcó sin oposición.

La Real había firmado una primera parte patética, un reconocimiento sin concesiones de su inferioridad manifiesta ante el Villarreal, y sin embargo la eliminatoria no estaba decidida a 45 minutos del final, por mucho que fueron dos los goles que necesitaba el equipo txuri urdin para superar la ronda. La segunda mitad fue muy distinta. La inferioridad realista era manifiesta y prolongada, pero al menos se vio el ritmo, el corazón y las ganas de buscar al menos el gol que pudiera meter el miedo en el cuerpo al Villarreal. Bien es cierto que eso dejaba tantos espacios al equipo castellonense que se olía más el 1-2 que el 2-1, pero luchar por la remontada era lo mínimo que se le podía exigir a este equipo, por mucho que el fútbol de uno y otro equipo convirtiera esa batalla en un imposible. De hecho, Rulli fue el único portero que tuvo que intervenir en estos minutos en los que el partido podía moverse en un intercambio de golpes. Hasta el minuto 54 no tuvo una ocasión clara de gol la Real, un cabezazo de Xabi Prieto que sin darse cuenta envió a córner Jaume Costa con la cabeza.

Moyes buscó la chispa que faltaba colocando en el campo a Chory Castro por un Canales que, una vez más, firmó una actuación que fue de más a menos, pero no la encontró. El partido entró en una fase en la que apenas había incidencias que ayudaran a la Real en su búsqueda de dos goles y que terminó cuando el equipo txuri urdin acabó sucumbiendo a la evidencia de sus escasos recursos, tanto ofensivos como defensivos, aunque la mejora en esta parcela desde la llegada de Moyes sea evidente. Pero es que fue un saque de banda del Villarreal lo que provocó el 1-2 que parecía la sentencia definitiva a la eliminatoria. Dos atacantes y dos defensores buscaron ese balón y, por supuesto, lo encontró Giovanni con los dos realistas por los suelos, por mucho que pudiera haber falta sobre Iñigo Martínez. Claro que las situaciones más desesperadas son cuando la Real se empeña en demostrar que tiene corazón. Y fútbol, aunque por algún extraño motivo, no lo quiera sacar. Porque el empate a dos no sólo llegó en la siguiente jugada, lo que invita a pensar en que el equipo tiene carácter, sino que fue un tanto portentoso. Granero, Yuri, Vela y Chory trenzaron una jugada que finalizó el Pirata con una volea extraordinaria, un gol que merecería estar entre los nominados al Puskas del año que viene pero del que nadie se acordará.

Quedaban 16 minutos y Moyes decidió liarse la manta a la cabeza y buscar al menos un cuarto de hora honroso, un toque de corneta radical y la persecución de un milagro. No es poco para los tiempos que corren en la Real y hay que reconocérselo. Retiró del campo a Mikel González para poner a Finnbogason y la Real pasó a jugar con tres atrás y todo el mundo atacando. Tan metido estaba en el partido, que Velasco Carballo acabó expulsándole por protestar un fuera de juego de Finnbogason, una de las muchísimas decisiones con las que el árbitro fue minando poco a poco a a Real. El suyo fue un arbitraje cobarde, desacaradamente anticasero con un doble rasero vergonzoso, por mucho que disimulara advirtiendo a Marcelino en la primera mitad, desquiciado cuando el partido se puso frenético y tan peligroso que incluso en la primera mitad llegó a sacar dos tarjetas a los realistas por protestar, a Iñigo y a Yuri. Ojo, por protestar. Y todos sabemos cómo de livianas son las protestas de la Real. La chulería de Velasco Carballo quedó de manifiesto en esa jugada, en la que dejó de seguir con la mirada un contraataque del Villarreal para retar a Iñigo antes de amonestarle. Demencial.

Pero su show fue continuo en la segunda mitad, cuando dejó que el Villarreal entrara siempre, legalmente o no, para frenar los ataques de la Real, sirviéndole en bandeja los contraataques con los que tanto disfrutó el equipo de Marcelino. Moyes en la banda y jugadores como Pardo y Granero sobre el césped evidenciaban una incredulidad continua, por mucho que no ocurriera nada en las áreas ni hubiera una alteración del marcador. El reparto de tarjetas fue vergonzosamente parejo hasta que a Velasco se le volvieron a cruzaron los cables y expulsó a Mussachio por una falta sobre Agirretxe en la frontal. Quedaban siete minutos más el descuento (que todo el mundo sabía que, a pesar de las constantes pérdidas de tiempo del Villareal, de las dos expulsiones y de cinco cambios, no iba a superar los tres minutos rutinarios) y Anoeta, por alguna razón, probablemente también por la raza que mostró Moyes y que no se veía en el banquillo realista desde aquella trifulca de Lasarte contra el Levante todavía en Segunda División, creyó en la remontada. O al menos en una muerte con honor. Todo dependía, en realidad de que esa falta desde la frontal fuera gol. Pero el desafío a cinco años de sequía en esta suerte futbolística se estrelló en la barrera.

En realidad, la Real no gozó de ninguna ocasión de gol para ganar el partido y forzar al menos una despedida heroica, y con la ausencia de Moyes ya ni siquiera se planteó un tercer cambio. Y no tuvo opciones de marcar sencillamente porque no tiene los fundamentos futbolísticos imprescindibles para competir al más alto nivel. No hubo un solo centro decente en todo el partido, ni siquiera cuando había dos delanteros centro en el campo y el Villarreal tenía un defensor menos, y eso habla francamente mal no ya de la preparación física de este equipo, de la planificación de la plantilla o de los aciertos desde el banquillo, que son los focos de crítica más reiterados hacia la Real en esta temporada, sino de la categoría individual de cada uno de los jugadores que pisaron hoy el césped de Anoeta. Todos ellos se dejaron la vida, eso es indiscutible, el problema de la Real no es de desidia ni siquiera en el caso de Xabi Prieto aunque a veces lo parezca. Pero casi ninguno decide bien. Rulli siempre. Agirretxe a veces. Vela cuando tiene el día, y hoy no lo empezó a tener hasta la segunda mitad. Pero no hay juego colectivo, por mucho que el segundo gol evidencia que parece imposible.

Al menos, la segunda mitad lavó algo la cara de un equipo que se encontró con la esperanza cuando su paupérrima actuación invita a pensar en una goleada del Villarreal. Pero es evidente que la motivación no fue la adecuada. Moyes habló de ganar la Copa y puso sobre el césped a un once para que la remontada fuera una posibilidad real, pero o bien su mensaje en el vestuario no fue el mismo y se equivoco con un planteamiento conservador que no respondía a la ambición de su equipo inicial o bien los jugadores no le entendieron en absoluto. Si la primera parte fue la versión más ofensiva para el aficionado que sí hubiera creído en la remontada, la segunda expresó la realidad del equipo, una insuficiente para lograr grandes cosas pero, gracias a su calidad y a su corazón, suficiente para plantar cara a cualquiera, incluso sin dominar los registros a balón parado, sin tener un fondo de armario en el que confíe Moyes y con delanteros que no consiguen rematar a portería. La Real está fuera, confirmando que, pese a su arreón final de orgullo, la Copa era un estorbo.

martes, enero 13, 2015

PREVIA Real Sociedad - Villarreal. La eterna disyuntiva de la Copa

¿Jugarán Vela y Xabi Prieto? La pasada temporada sí lo hicieron.
La Real afronta el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa (miércoles, 20.00 horas, Anoeta, Canal + Liga, Gol TV) con la eterna disyuntiva que parece mostrar esta competición: ¿molesta o es una oportunidad? El 1-0 cosechado en la ida ante el Villarreal, marcador escaso para los méritos del equipo castellonense y los deméritos del txuri urdin, invita a pensar que los de David Moyes van a estar más pendientes de la Liga que del torneo del KO, más si tenemos en cuenta el espléndido nivel que han dado los de Marcelino fuera de casa toda la temporada. Pero además de tener un rival asequible en cuartos de final, el vencedor de la elimiantoria entre Almería y Getafe, la Real no está en condiciones de firmar una nueva decepción sin más. Remontar el duelo ante el Villarreal, además de un camino asumible para al menos igualar las semifinales de la pasada campaña, ha de ser motivación suficiente para un equipo que sólo parece mostrarse en las ocasiones grandes. Esta lo es. ¿Lo entenderá así la Real o verá la Copa como un estorbo?

Con los precedentes de las últimas semanas, era más que evidente que Moyes iba a volver a jugar al despiste. Si no ha dado la convocatoria cuando la situación de lesionados y sancionados dejaba tan pocas dudas como en el desplazamiento a Granada, era obvio que no iba a definir en público los 18 convocados para este partido contra el Villarreal, máxime teniendo en cuenta que el choque se disputa en Anoeta. Hasta ahora, Moyes ha alternado en la Copa a titulares, suplentes y jugadores del Sanse, aunque estos últimos tuvieron menos protagonismo en la presente eliminatoria que en la que enfrentó a Real Sociedad y Oviedo, por lo que cabe pensar que no habrá muchos potrillos en la lista. Sí se espera a Hervías y quizá Aritz Elustondo tenga aquí una oportunidad para que descanse Carlos Martínez. Aunque no hay confirmación, en teoría Zaldua y Zurutuza siguen siendo baja. Los que volverán a la lista son Markel y Granero, que cumplieron sanción en la Liga.

Resulta prácticamente imposible adelantar el once de Moyes sin saber siquiera la convocatoria, pero se puede dar por segura la presencia de Zubikarai, Iñigo Martínez y Markel. El resto, incógnitas. Si el técnico sigue el patrón de la Copa, Mikel González y Yuri volverían a la defensa, dependiendo el lateral derecho del estado físico de Carlos Martínez. Granero en principio también será de la partida, aunque no sería descabellado que Pardo mantuviera su puesto. Por delante de ellos, Chory Castro, Hervías, Vela, Xabi Prieto y Canales se juegan tres puestos. Y en punta parece que jugará Finnbogason, después de que Moyes dijera que aún no ve a Agirretxe para más de 60 minutos y dejara claro que la prioridad, como no podía ser de otra manera ante el marcador adverso del partido de ida, es atacar y marcar. No obstante, habrá que esperar hasta las 18.30 horas para conocer la lista y unos minutos más para ver el once con el que la Real quiere acometer la remontada ante el Villarreal.

En las eliminatorias que ha jugado la Real esta temporada, el equipo ahora de Moyes ha ganado siempre en casa. Venció por 2-0 al Aberdeen y por 1-0 al Krasnodar en las rondas previas de la Europa League, y repitió ya en la Copa el 2-0 contra el Oviedo. Todos esos resultados le valdrían a la Real al menos para forzar la prórroga. Claro que el Villarreal puede decir lo mismo y cuenta por victorias sus partidos como visitante en eliminatorias, ya que superó al Astana en la misma competición europea por 0-3 y en la Copa del Rey al Cádiz por 1-2. En la Liga, la Real ha ganado cuatro de sus nueve partidos como local, mientras que el Villarreal sólo ha perdido un partido lejos de su estadio, ante el Sevilla y con un resultado, 2-1, que le valdría para salir victorioso de Anoeta. Once veces ha tenido que afrontar la Real un 1-0 adverso en la Copa en un partido de vuelta jugado en San Sebastián y en siete de ellos superó la eliminatoria, aunque no logra una remontada desde el 4-2 con el que respondió al 1-0 del Xerez en la temporada 1997-1998 y no lo hace ante un Primera desde el 3-1 que respondió al 2-1 del Atlético en la 1987-1988.

A la espera del final de esta eliminatoria, la historia sigue siendo por el momento favorable a la Real ante el Villarreal en sus pocos enfrentamientos coperos, aunque la derrota realista en el partido de ida de la presente eliminatoria fue la primera que encajó el conjunto guipuzcoano en sus encuentros contra este rival en la competición del KO. Dado que la primera vez que se cruzaron los caminos estos dos equipos en la Copa fue en una eliminatoria a partido único que se jugó en Villarreal en la temporada 1986-1987, con victoria por 0-1 para la Real gracias a un tanto tempranero de López Ufarte, sólo hay un precedente en Donostia, y es el 0-0 de la pasada campaña, la 2013-2014. Fue curioso que se llegara al final del encuentro con el marcador inicial, porque ambos equipos dispusieron de ocasiones para desnivelarlo, el ritmo fue intenso y los dos demostraron que querían seguir adelante en la Copa después de sobreponerse a un inicio algo plomizo. Como es sabido, en la vuelta el gol de Ros decantó la eliminatoria para la Real.

La Real superó siete de los once 1-0 adversos en Copa

Kovacevic, artífice de la última remontada (Xerez, 1997-1998).
La Real Sociedad se ha enfrentado en once ocasiones a un 1-0 adverso en el partido de ida de una eliminatoria de Copa. Y aunque la competición del KO siga teniendo todavía un aroma de gafe para el equipo txuri urdin, lo cierto es que el balance le es bastante favorable en esas ocasiones, ya que superó siete de esas eliminatorias y cayó en cuatro. La Real domina esta estadística, aunque de forma algo más ajustada, incluso ante equipos de su misma división, con seis duelos a doble partido de los cuales salió vencedor en cuatro ocasiones y perdió dos. Entre las eliminatorias que pasó la Real, bien es verdad que necesitó en una ocasión de un partido de desempate (en la temporada 1940-1941 contra el Valladolid, militando ambos en Segunda) y en dos ocasiones de los penaltis (en las campañas 1981-1982 ante el Athletic y en la 1989-1990 ante el Sabadell) con resultados que en la actualidad no le servirían por la norma del valor doble de los goles en campo contrario en caso de empate, pues en ambas ocasiones remontó el 1-0 con un 3-2.

Cinco de esas eliminatorias que se saldaron con un 1-0 en contra en el partido de ida se jugaron contra equipos de Primera División, y el balance ahí es ligeramente negativo para la Real. El equipo txuri urdin cayó eliminado en la temporada 1931-1932 ante el Barcelona, que empató a uno en Atotxa; en la 1963-1964 contra el Real Madrid, que venció en el desaparecido estadio donostiarra por el mismo marcador que en Chamartín, aunque fue una Real que estaba en Segunda; y en la 1973-1974 ante Las Palmas, con el equipo canario venciendo también en Atotxa por 0-2. Por contra, superó en la tanda desde los once metros al Athletic en la mencionada eliminatoria de la campaña 1981-1982 y al Valladolid en la 1982-1983 con un contundente 3-0, la mayor victoria realista en una ronda que comenzó con este marcador adverso gracias a los goles de Larrañaga, Uralde y Bakero.

Incluso las apreciaciones más pesimistas sobre la Copa con este resultado adverso se pueden matizar. Es verdad que la eliminatoria ante el Xerez de la temporada 1997-1998, con tres goles de Kovacevic, es la última remontada que ha protagonizado la Real en este torneo con cualquier marcador en contra, lo cual quiere decir que el equipo lleva nada menos que 17 años sin vivir algo parecido. Pero es igualmente cierto que desde entonces apenas ha disputado trece eliminatorias a doble partido, de las cuales superó cinco, todas ellas desde su regreso a Primera División en 2010. Y es igualmente un dato irrefutable que su última remontada ante un equipo de Primera aconteció una década antes, dando la vuelta al 2-1 contra el Atlético de Madrid en la temporada 1987-1988, pero en esos 27 años el equipo realista sólo ha tenido 14 eliminatorias contra equipos de Primera (aquí sí con un desolador balance de tres victorias y once derrotas) y apenas la mitad de ellas se saldaron con una derrota de la Real en el partido de ida, lo que limita a siete las opciones desperdiciadas de remontar, una cifra dura pero menos dramática de lo que parece.

1931-1932
Barcelona 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 1 - Barcelona 1

1940-1941
Valladolid 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 3 - Valladolid 2
Valladolid 1 - Real Sociedad 3

1962-1963
Plus Ultra 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 3 - Plus Ultra 1

1963-1964
Real Madrid 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 0 - Real Madrid 1

1973-1974
Las Palmas 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 0 - Las Palmas 2

1981-1982
Athletic 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 3 - Athletic 2

1982-1983
Valladolid 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 3 - Valladolid 0

1987-1988
Cartagena 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 2 - Cartagena 0

1989-1990
Sabadell 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 3 - Sabadell 2

1996-1997
Osasuna 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 1 - Osasuna 1

1997-1998
Xerez 1 - Real Sociedad 0
Real Sociedad 4 - Xerez 2

domingo, enero 11, 2015

GRANADA 1 - REAL SOCIEDAD 1 ¿Dónde pretende ganar esta ruina de equipo?

La Real sigue sin ganar fuera de casa. El de Granada era uno de esos encuentros de ganar sí o sí, como actitud previa y por lo visto sobre el césped, pero el equipo txuri urdin se empeñó de nuevo en demostrar que es una ruina cada vez que se aleja de Anoeta, que no tiene fútbol, que no sabe generar nada y que es incapaz de mantener ventajas contra rivales de una calidad ínfima como el equipo de Joaquín Caparrós. La Real es un conjunto torpe y sin personalidad, que deambula por los partidos como si nada y que no hace más que acumular decepciones. Si no gana en Granada, ¿dónde pretende hacerlo? La primera vuelta ya se ha ido y en la segunda la Real visitará el Bernabéu, el Camp Nou, el Calderón, Mestalla y San Mamés. ¿Dónde quiere ganar? ¿Va a sacar también todo eso que sólo quiere o puede mostrar ante los grandes en esas complicadísimas salidas? ¿O directamente se va a instalar en la mediocridad de una temporada cuyos culpables ya está más que claro que no estaban sólo en el banquillo. 1-1 en Granada, dos goles de penalti, y a seguir penando en la Liga. Visto lo visto, es lo que se merece.

La táctica de Moyes de jugar al despiste con la convocatoria no deparó sorpresas entre los 18 escogidos, más allá de la ausencia final de Aritz Elustondo, que se quedó sin jugar con el Sanse y no tuvo una oportunidad con los mayores ni siquiera para estar en el banquillo. Sí hubo alguna sorpresa en el once, y es que Moyes prefirió a Ansotegi por delante de Mikel González, algo que ya parece cada vez más habitual, y decidió prescindir otra vez de los dos delanteros centros de la plantilla. Mientras Finnbogason y Agirretxe se quedaban en el banquillo, descompensando otra vez una convocatoria por acumulación de hombres ofensivos que no pueden jugar a la vez salvo en situación desesperada, Vela volvía a ocupar la punta de ataque, intercambiando su posición en algún momento con Canales, y perdiendo por completo la habilidad del mexicano para intervenir en el juego. Lo demás, lo previsto, con Elustondo regresando al doble pivote, como sucedió en los minutos finales del partido copero ante el Villarreal, y relegando a Gaztañaga a la misma posición marginal en la plantilla que ya tuvo Javi Ros la pasada temporada. Y por delante, Chory Castro y Xabi Prieto ocuparon las bandas.

A pesar del evidente objetivo de lograr por fin una victoria fuera de casa ante un equipo que arrancó el encuentro desde la posición de colista, la Real salió a verlas venir y el Granada empujó con más inercia que fútbol para rondar el área de Rulli en los primeros minutos. El guardameta argentino no tuvo que intervenir en esas acometidas iniciales, pero nada más comenzar el partido un balón peligroso cruzó su zona sin encontrar rematador, recordando mucho a los incontables centros con los que el Villarreal machacó a la Real en el encuentro copero aprovechando las autopistas sin resolver que son sus laterales. Estaba empezando a dar la clara sensación de que el Granada estaba muy por encima de una Real que se limitaba a achicar balones. Nada de ocasiones pero todo en el campo de la Real, ese fue el partido hasta que en el minuto 13 una rápida combinación realista la finalizó Canales con un disparo que buscaba el ángulo inferior de la portería de Oier, que reaccionó con reflejos para detener el balón pero que estuvo a punto de introducirlo en su propia portería al perderlo de vista. Ahí cambió el dominio del partido y la Real empezó a acumular ocasiones de gol.

Y lo hizo además, sin tener ningún tipo de fútbol en sus botas ni hacer nada del otro mundo. En ese mismo córner forzado por Canales, Elustondo estuvo a punto de marcar, pero le faltó muy poco para rozar un buen centro de Pardo. Vela casi introdujo el balón en la portería de Oier sin enterarse, después de que rebotara en él un centro con mucha fuerza desde la izquierda que la defensa no fue capaz de despejar. Canales y el propio Vela probaron fortuna desde lejos. Y sobre todo Iñigo Martínez estuvo a punto de adelantar a la Real con un poderoso cabezazo en un córner, que ejecutó libre de marca y como marcan los cánones, picando el balón abajo, pero Oier reaccionó con categoría. En la otra portería, el Granada sólo pudo marcar a balón parado. Lass tuvo el gol en un córner, pero cruzó el balón demasiado con la cabeza. Así, el partido se desniveló de la única forma posible, a balón parado. Ha costado 18 jornadas, pero por fin la Real ha dispuesto de un penalti. Canales fue claramente agarrado en el interior del área y Martínez Munuera, un árbitro bastante malo por cierto, señaló la infracción. Vela fue el encargado de transformarlo engañando por completo a Oier.

Con el 0-1, el Granada entró en una fase desquiciada que, con un rival en condiciones y no esta Real en imparable proceso degenerativo, habría significado el final del encuentro con más goles. Pero el equipo txuri urdin no quiere, no sabe o no puede irse a por los partidos, y se permite el lujo de desperdiciar toda su ventaja sin que se entienda muy bien por qué no saca ante rivales inferiores el hambre que ha mostrado ante Real Madrid, Barcelona o Atlético. De esta manera, a nadie puede sorprender que la ocasión más clara de la Real fuera un intento de autogol de Babin tras un centro de Canales, aunque Iñigo también estuvo a punto de hacer el 0-2 enviando al lateral de la red un cabezazo tras un córner. En realidad, y a pesar de mostrar muy poquita cosa, los instantes finales del primer tiempo ya fueron del Granada. Rulli tuvo que intervenir para enviar a córner un disparo de Lass y una falta que se envenenaba, pero ninguna ocasión de auténtico peligro. Teniendo en cuenta los precedentes, habría que haber adivinado que esos minutos eran el preludio de otra segunda parte terrible de la Real. Y ya van unas cuantas.

La Real sencillamente desapareció del partido, despreció una vez más el balón y no buscó el 0-2 de ninguna forma mínimamente reseñable. A cambio, El Arabi comenzó a desaprovechar ocasiones, ganándose los únicos pitos que la grada dedicó a su equipo, sobre todo cuando lanzó muy por encima del larguero de Rulli un balón procedente de un casi indecente despeje de De la Bella. El argentino, sin tener que hacer nada del otro mundo, al menos sí estaba mostrando bastante seguridad, cosa que nadie en el equipo txuri urdin estaba haciendo. Las caras de Iñigo Martínez y Ansotegi viendo el enorme pasotismo de sus compañeros eran un clamor. Sólo Pardo parecía saber qué hacer con la pelota, y eso que hizo un partido bastante flojo, pero desde luego no se le puede señalar con un Xabi Prieto que está a un nivel vergonzoso, un Chory Castro desaparecido como casi siempre, un Canales claramente de más a manos, un Vela desaprovechado una vez como delantero centro, un Elustondo completamente intrascendente y que lleva años sin mostrar nada interesante y dos laterales en un estado de forma paupérrimo.

Que llegara el empate era cuestión de tiempo, y debió llegar con un trallazo de Nyom que se estrelló en el palo y que la estirada de Rulli no habría podido evitar. No obstante, hay que insistir en que nada tiene que ver esa sensación de zozobra con un vendaval futbolístico del rival, sino con una Real que se derrota sola. Y viendo que su actuación era lo único mínimamente salvable, por desgracia fue Pardo el que cometió el infantil error del penalti que supuso el empate, un mal intento de despeje que se convirtió en una patada sobre Nyom. Fran Rico convirtió el empate disparando al centro, enviando el balón por entre los pies de Rulli. Martínez Munuera acertó en las dos jugadas decisivas del partido, pero evidenció ser un árbitro bastante incompetente. Como a pesar de ser el artífice del primer penalti a favor mostró un arbitraje claramente casero, la Real puede quejarse de su criterio en las faltas, de que Lass no viera la amarilla por un piscinazo descomunal, por una cesión de libro de Nyom a Oier que se negó a pitar por motivos que sólo comprenderá él y que habría sido un libro indirecto dentro del área todavía con 0-1 en el marcador, y que las incontables faltas a Vela esta vez no reportaron ni una sola tarjeta amarilla para los jugadores del Granada.

Moyes no reaccionó ante el paupérrimo partido de su equipo ni cuando se barruntaba el 0-1 ni cuando éste llegó, y dejó una actitud preocupante que no se puede justificar en los errores del pasado o en que todavía no hayan llegado fichajes. La convocatoria ya era un error y un mal mensaje para el Sanse y para algunos jugadores del primer equipo, pero encima fue un error que no quiso aplicar. De sus dos delanteros puso sobre el césped como primer cambio al que sigue sin demostrar absolutamente nada. Finnbogason no tocó ni un solo balón bien y desaprovechó por meterse en fuera de juego un envío en largo de Xabi Prieto que le habría dejado mano a mano con Oier. Pero es que viendo al equipo fundido y sin ideas, el técnico escocés no movió más ficha que esa hasta el minuto 90, cuando hizo dos cambios más testimoniales e inútiles que otra cosa, dando entrada a Yuri por Canales y ya con el partido agonizando a un Agirretxe que no llegó a tocar la pelota por Vela. Es francamente preocupante que no hubiera respuesta desde el banquillo viendo el estado físico del equipo y teniendo además el partido de vuelta de Copa contra el Villarreral en el horizonte.

Sin nada más que reseñar y con un empate justo y casi excesivo para lo que mostró la Real, el equipo aumenta así su leyenda negra como visitante en la temporada 2014-2015, hasta el punto de que sigue siendo el único que no conoce la victoria a domicilio cuando ha finalizado ya sus partidos lejos de Anoeta de la primera vuelta. Y es que, en realidad, este equipo no sabe dar más de sí si no le ponen por delante a un equipo grande, lo que demuestra que el txuri urdin es un conjunto cada vez más pequeño. Un equipo que desperdicia ventajas como ha hecho este en partidos como los vividos ante Levante, Córdoba o ahora Granada no merece ganar fuera de casa y lleva camino de no hacerlo en toda la Liga. Lo curioso es que, con el lamentable nivel de la competición, lo mostrado hasta ahora sirve para mantenerse con holgura en la mitad de la tabla. Por supuesto, resulta impensable que esta Real, con esta actitud, esta ausencia total de fútbol y esta ausencia de respuestas técnicas o tácticas, pueda aspirar a nada más que lo que ahora mismo tiene. Esta es la triste conclusión de la nueva descorazonadora actuación de la Real fuera de casa.

sábado, enero 10, 2015

PREVIA Granada - Real Sociedad. El despegue tiene que ser ahora o nunca

Pardo, en el encuentro de la temporada pasada.
Si la Real quiere despegar y no vivir en la zona problemática de la Liga en lo que resta de campeonato, tiene que ser ahora o nunca. Aupada por su victoria ante el Barcelona y empezando por su visita al Granada (domingo, 19.00 horas, Los Cármenes, Canal + Liga y Gol TV), el equipo de David Moyes afronta un tramo de Liga que le puede ser propicio, pues después de esta visita tendrá dos partidos seguidos en Anoeta ante Rayo y Eibar. En estos tres partidos, la Real tiene una clara opción de definir un futuro mucho más cómodo para lo que resta de temporada. Pero antes de nada, se antoja imprescindible conseguir la primera victoria como visitante en toda la Liga, después de que en su última salida, la del Levante, se quedara con las ganas con aquel penalti en el descuento. La Real, cuya número de bajas se verá esta semana aumentado por las sanciones, se enfrentará a un equipo en crisis cuyo entrenador, Joaquín Caparrós, vive con la soga al cuello.

Tal y como hizo antes del partido contra el Villarreal, y después de justificar tan pintoresca medida en no dar información al rival, Moyes ha repetido la táctica de no comunicar los nombres de los 18 jugadores que se desplazan a Granada. Aunque no se sabrán dichos nombres hasta llegar a Los Cármenes, en realidad y dado el gran número de ausencias, confirmadas algunas de ellas por el propio técnico escocés, en esta ocasión no tiene mucho sentido la decisión de Moyes, puesto que no parece tener mucho margen. No estarán por sanción Granero y Markel, mientras que las ausencias por lesión son las de Zaldua y Zurutuza. Dado que Aritz Elustondo no ha entrado en la lista del Sanse y sí lo ha hecho Tanis, parece evidente que la expedición a Granada la conforman todos los jugadores disponibles del primer equipo, con la previsible ausencia de un Estrada que cada vez tiene un papel más triste, más Hervías y el mencionado Aritz. Eso implica que habría dos buenas noticias, ya que tanto Rulli como Vela estarían en la convocatoria para este encuentro. Además, también viajaría Carlos Martínez, que era duda por unas molestias.

Si Rulli estará para jugar, como parece por su presumible inclusión en esta convocatoria de momento fantasma, estará bajo palos desde el pitido inicial. Con Iñigo Martínez y De la Bella siendo fijos, las dudas en la defensa están en el centro de la zaga, donde Mikel González parece tener ventaja, y el lateral derecho, donde lo más probable es que Aritz juegue de inicio ante la duda de Carlos Martínez. Tras confirmar Moyes que Pardo será uno de los dos integrantes del doble pivote, Elustondo parece tener más opciones que Gaztañaga para actuar de cuatro en lugar de Markel. Por delante de ellos es muy posible que jueguen Canales, Xabi Prieto y Chory Castro, y Agirretxe y Finnbogason (siempre en el disparadero aunque Moyes siempre tiene elogios para él en sus comparecencias) se juegan el puesto de delantero centro. Si la convocatoria es la esperada, quedarían para el banquillo Zubikarai, Ansotegi, Yuri y Hervías.

Gracias a la victoria lograda ante el Barcelona, la Real arrancó la jornada en la decimotercera posición, sumando 18 puntos, cuatro por encima de la zona de descenso y con cinco de ventaja sobre su rival en esta jornada, un Granada que ocupa la decimonovena posición. Europa está a unos lejanísimos trece puntos, que exigirían una segunda vuelta a ritmo de campeón para dar a la Real un premio mayor. El equipo ahora en manos de Moyes es el peor conjunto a domicilio de la competición, es el único que aún no ha conseguido una victoria y el que menos puntos suma, cuatro, uno menos que Elche y Espanyol. Aún así, ha puntuado en la mitad de sus salidas, cuatro empates en ocho partidos, y sólo ha perdido uno de los últimos cuatro, el 4-0 en Villarreal. El Granada sólo ha vencido en un partido como local, 2-1 al Deportivo, y fue en la primera jornada. Desde entonces, acumula siete sin ganar, cuatro empates y tres derrotas, aunque no cae desde la primera jornada del mes de noviembre, 0-4 ante el Real Madrid, por lo que lleva tres empates consecutivos en casa.

Son 22 los enfrentamientos que se han producido entre Granada y Real Sociedad en el campeonato de Liga. 17 han sido en Primera División, con un balance descorazonador para el equipo txuri urdin, que apenas ha conseguido tres victorias y tres empates, con hasta once derrotas. La goleada más severa que ha encajado la Real fue en la última ocasión en la que se fue de vacío del estadio granadino, el 4-1 de la temporada 2011-2012. Su victoria más clara es el 0-3 de la temporada 1969-1979, con dos goles de Urreisti y uno de Arambarri. En Segunda División, las tres visitas de la Real a la ciudad andaluza se cuentan por derrotas. Todas ellas se produjeron en los años 40. Completan la estadística dos partidos de fases de promoción, en la temporada 1940-1941 por el ascenso a Primera (derrota por 2-1 aunque ambos equipos lograron el ascenso) y en la 1954-1955 por la permanencia en la máxima categoría (con victoria por 1-2).

La pasada temporada, la 2013-2014, la Real ganó con mucha solvencia en Granada. El último partido del año 2013 acabó con un 1-3 que pudo ser aún más amplio y que contó con Griezmann y Vela como grandes artífices. El mexicano hizo el 0-1 a pase del francés pasada la media hora de juego. El Granada consiguió empatar por medio de un disparo de Piti que pareció evitable tanto en el momento del golpeo como por la acción de Bravo, a quien el balón superó por encima. Sin embargo, la Real llegó al descanso con ventaja, recuperada para el equipo txuri urdin por Griezmann. Aunque el Granada buscó una nueva igualada tras el descanso, Vela sentenció el partido con un gran disparo que supuso el 1-3. Y aunque los locales presionaron hasta el final, fueron incapaces de generar ocasiones. Con estos tres puntos, la Real subió hasta la quinta posición y se metía de lleno en la lucha por la cuarta plaza. Viendo la alegría por el triunfo, qué poco sabía entonces el equipo del bajón que iba a experimentar en los últimos meses de competición.