martes, junio 24, 2014

Vela destruye el mito de la oferta "irrechazable"

Vela celebra su gol ante el Getafe.
Carlos Vela, quedándose en la Real después de un enorme esfuerzo económico por parte del club (del que se conocen filtraciones y no versiones oficiales, por más que ya se sepa que éste es, sin duda, el fichaje más caro de la historia txuri urdin), no sólo se confirma como el jugador más valioso de la primera plantilla, sino que destruye por completo uno de los argumentos más esgrimidos por quienes han salido de la Real en los últimos años o han visto nubarrones que no se corresponden con la realidad de la entidad. Se rompe el mito de la oferta "irrechazable", el de los "trenes que pasan sólo una vez", el de aparejar la ambición deportiva a jugar en cualquier otro lugar. La Real es, hoy por hoy, un lugar inmejorable para desarrollar una carrera deportiva llena de éxitos, uno en el que el futuro económico está completamente garantizado, uno en el que el cariño de la gente se obtiene de forma proporcional a la entrega con la camiseta que llevan cada fin de semana. Vela así lo ha entendido.

Al margen de los parámetros económicos de la operación, que han de formar parte de un debate complementario a este, Vela ha demostrado que el mejor argumento para jugar en la Real es querer hacerlo. El mexicano es un futbolista de incalculable valor. Viendo las cifras por las que se rige actualmente el mercado mundial, ese que los llamados grandes han destrozado con inversiones millonarias, el precio que paga la Real por Vela está más que al alcance de muchos equipos de mayor entidad deportiva. Se habla de que ha sido ofrecido por media Europa para que el Arsenal fuera un trampolín que dejara mucho dinero en las arcas del club londinense. Aquí en España se llegó a publicar que había recibido una oferta "irrechazable" (de nuevo ese término) del Atlético de Madrid. Pero Vela ha decidido seguir vistiendo de txuri urdin. "Como en la Real, en ningún lugar", ha dicho el jugador. Es evidente que en otros equipos lucharía con frecuencia por títulos, cosa que aquí será más complicado, pero ha decidido quedarse.

Esto, pongámoslo en valor, lo dice un jugador que la pasada temporada anotó 21 goles en 52 partidos, 16 de ellos en Liga (sólo por detrás de Cristiano, Messi, Costa, Alexis y Benzema), el cuarto máximo asistente del campeonato (detrás de Di María, Cesc y Koke) y al que las defensas rivales pararon en más ocasiones con falta (con una enorme diferencia con respecto al segundo clasificado de este ránking, Costa). Ese jugador, un caramelo indudablemente apetecible para los grandes de Europa que buscan estrellas a precio de ganga con el argumento del "crecimiento" deportivo como bandera y un cheque con más ceros de los que equipos como el txuri urdin puede rellenar, opta por quedarse en la Real. Sería absurdo decir que lo hace por dinero, porque sin duda hay muchos clubes en los que cobraría más. Sería ridículo negar que, además de la vida que haya podido desarrollar en el mexicano y lo a gusto que esté en Donostia como ciudad, hay una ambición deportiva nítida en los planteamientos del jugador. Si se queda en la Real es porque cree que la Real satisface sus ansias futbolísticas.

Y eso es lo verdaderamente importante antes de que el balón eche a andar y pelee por repetir las cifras que le han convertido en uno de los grandes jugador de la Liga española y sin duda en la estrella de la Real, que hay en el jugador un compromiso importante con la camiseta que viste. Es inevitable recordar que hace un año se despedía de la Real Asier Illarramendi. Un chaval de la casa se marchaba con la primera oferta "irrechazable" que llegaba en su carrera, con apenas medio centenar de encuentros en Primera con la camiseta de la Real y se negaba a sí mismo el sueño de disputar la Champions League con la camiseta txuri urdin. Sí, con el Real Madrid ha sumado ya dos títulos, el de Copa y el de la propia Champions, pero su papel ha sido mucho menor. Sí, gana mucho más dinero, pero ha perdido la adoración de una afición como la realista por no haber sido claro en sus intenciones y proclamar a los cuatro vientos que no se veía contra camiseta apenas días antes de firmar con el Madrid. Y Vela, con 146 partidos y 47 goles como realista, decide prolongar su carrera aquí.

Lo que Vela ha hecho apostando por la Real es marcar un camino que es el que se ha de enseñar a todo aquel que vista la camiseta txuri urdin, mucho más a aquel que la haya vestido desde una edad temprana en sus categorías inferiores. Y es un planteamiento que perfectamente se podría aplicar a los dos jugadores de cuya salida más se está hablando esta semana. Por supuesto, cualquier decisión es respetable. Si Bravo quiere jugar en el Barcelona, es libre de hacerlo cuando se cierre del todo un acuerdo entre Barcelona y Real. Si Griezmann encuentra un equipo en Europa que pague su cláusula de rescisión, tiene todo el derecho del mundo a desarrollar su carrera deportiva donde quiera. Pero bajo su responsabilidad y dejándoles muy claro lo que dejan atrás. Sabiendo que de txuri urdin tienen mucho que ganar en terrenos muy diversos. Gracias a Vela, ha quedado meridianamente claro que las ofertas irrechazables no existen. La respuesta negativa siempre es una opción, y eso sólo depende de cada jugador.

lunes, junio 23, 2014

Ayza Gámez y Muñiz Fernández, los dos árbitros más perjudiciales para la Real, a Segunda

Ayza Gámez, en el partido contra el Atlético de la 2010-2011.
El Comité Técnico de Árbitros ya ha decidido qué dos colegiados de Primera descienden a Segunda y la decisión no podía ser más afortunada para la Real, y es que los dos colegiados que pierden la categoría, Miguel Ángel Ayza Gámez y César Muñiz Fernández son los dos colegiados en activo que más perjudiciales han resultado para el conjunto txuri urdin. Y lo son, además, con bastante diferencia entre los 20 árbitros que militaron la pasada temporada en Primera (no contaría Delgado Ferreiro, que no puede arbitrar a la Real por ser integrante del Colegio Vasco). Ayza Gámez ha arbitrado a lo largo de su carrera doce partidos a los realistas y nada menos que ocho, el 66 por ciento, se saldaron con derrota. En el caso de Muñiz Fernández, las derrotas ascienden hasta las nueve, el 56 por ciento, en 16 encuentros dirigidos. Y no son sólo los resultados, ambos trencillas son de nefasto recuerdo para la Real por sus actuaciones.

Ayza Gámez ha arbitrado al equipo donostiarra en once partidos de Liga, todos ellos en Primera, y el balance no puede ser más negativo. El día en que sus caminos se cruzaron por primera vez ya dejó claro que sus encuentros no iban a ser positivos para la Real: 5-2 perdió ante el Mallrca en la jornada 2005-2006, aunque su actuación no tuvo mucho que ver en aquella goleada. Esa misma temporada, arbitró el 1-3 del Zaragoza en Anoeta. Y la siguiente, la del descenso, el 0-0 en Mallorca (día en el que expulsó a Gerardo por doble amarilla a más de veinte minutos para el final). Tras volver a Primera, Ayza Gámez se convirtió en el triste protagonista de las dos primeras visitas del Atlético de Madrid a Primera, convirtiéndose en factor decisivo de las dos victorias colchoneras. La última derrota de la Real con él también fue sonada, 4-3 en Almería, en un día que señaló tres penaltis, los dos que favorecieron a los locales inexistentes y además producidos fuera del área.

La Real sólo venció en dos ocasiones con este árbitro valenciano, y curiosamente en ambos triunfos tuvo un papel destacado el colegiado. La primera de esas victorias fue en la temporada 2012-2013, 0-1 en el Vicente Calderón, con un gol de Xabi Prieto que partía en posición de fuera de juego. Paradójicamente, siendo uno de los colegiados que más ha perjudicado a la Real en los últimos años le dio una victoria de enorme mérito y de gran importancia en la pelea por la Champions League. La segunda, la pasada campaña y también por el mismo marcador, fue en el Benito Villamarín ante un Betis ya descendido, y por un penalti, éste señalado acertadamente, que sufrió y transformó Vela. Este fue el último encuentro en el que se cruzaron los destinos de Ayza Gámez y la Real. La estadística se cierra con un partido en la Copa de la pasada temporada, el de Algeciras, en el que el resultado final fue de 1-1.

Muñiz, con la roja, en el Bernabéu en 2006.
En el caso de Muñiz Fernandez, fueron quince los partidos de Liga que arbitró a la Real, todos ellos también en Primera. El primero de ellos ya fue lo suficientemente polémico como para que su nombre se grabara a fuego en la memoria del aficionado realista. Fue el derbi en Anoeta con el Athletic de la temporada 2000-2001. El 0-2 que lograron los bilbaínos rompió una racha de quince derbis consecutivos sin que la Real perdiera y fue fundamental para la derrota que no señalara un clamoroso penalti por mano en el área del Athletic. Pitó un segundo derbi, dos años después, y ahí ya quedó claro que Muñiz Fernández no iba a ser un nombre agradable de escuchar para la Real. Fue el 3-0 de la temporada 2002-2003, la primera derrota del equipo de Raynald Denoueix, en un día en el que dejó sin señalar varios penaltis cometidos sobre Kovacevic, en un impresentable marcaje de Aitor Ocio, y en el que acabó expulsando a Nihat.

No acaban ahí las decisiones de Muñiz perjudiciales para la Real. En la temporada del descenso, expulsó exageradamente a Aranburu en el Santiago Bernabéu, en un encuentro que acabó 2-0. En la primera de Philippe Montanier, la 2011-2012, él estaba en el campo en dos de las grandes goleadas que sufrió el equipo, el 4-0 de Vallecas (expulsó correctamente a Iñigo Martínez al poco de empezar por un penalti que abrió la goleada) y el 0-4 del Atlético en Anoeta (donde no señaló una clara mano de Juanfran dentro del área todavía con 0-1 en el marcador). En su último partido liguero con la Real, a pesar de que acabó con victoria txuri urdin, su arbitraje fue terrible y cometió numerosos errores de bulto. Fue el 4-3 al Celta en Anoeta de la temporada recién finalizada. Para completar las curiosidades, si Ayza Gámez pitó el encuentro de ida ante el Algeciras de la Copa, Muñiz se encargó de la vuelta, con una rotunda victoria realista por 4-0.

Una vez eliminados Ayza Gámez y Muñiz Fernández de la ecuación, el árbitro con el que la Real tiene peores números es Fernández Borbalán, que ha arbitrado a la Real en 19 ocasiones y ha perdido nueve, el 47 por ciento. Undiano Mallenco y Velasco Carballo son otros colegiados que no tienen buenos númeors con la Real. Por contra, si hay un árbitro que el equipo txuri urdin puede considerar casi fetiche, ese es Pérez Montero, con el que ha ganado ocho de los catorce partidos que le ha dirigido entre Primera y Segunda División, nada menos que el 57 por ciento. En la división de plata, con siete encuentros, el conjunto txuri urdin no llegó a conocer la derrota con el andaluz, algo que sólo sucedió en el primer encuentro que le dirigió en la máxima categoría, 2-0 en La Romareda ante el Zaragoza en la temporada 2011-2012. El único árbitro en activo y en Primera con el que la Real no ha perdido jamás es Prieto Iglesias, aunque sólo le pitó en dos encuentros de la temporada pasada, el 0-0 como visitante ante el Levante y el 0-1 en Villarreal en la Copa.