Victoria. Misión cumplida. Tres puntos más en esta carrera por el ascenso. Segunda victoria consecutiva de esta miniliga de cinco que configuramos hace dos semanas. Y dormimos en la tercera posición, lo que obliga al Sporting a sacar algo de Vitoria si quiere mantener su puesto de privilegio. Eso sí, la victoria hoy ha llegado sin las coordenadas que habían definido a la Real en los últimos partidos. Sin medias tintas, el partido ha sido horrible por parte del equipo txuri urdin. Claramente inferior a un Tenerife que ha desplegado un buen fútbol, mucho físico y ocasiones muy claras de gol. La Real hoy no ha merecido ganar. Pero ha ganado. ¿Suerte de los campeones? No lo sé, pero así se consiguen los objetivos, sacando los puntos incluso cuando el equipo no saca todo lo que tiene.
Y eso que el partido comenzó de forma inmejorable para la Real. A los tres minutos, la jerarquía de Martí en esta Segunda División volvió a hacerse notar. Un balón sin peligro en el centro del campo se convirtió en una espectacular jugada personal que, eso sí, contó con la ayuda de la defensa y el portero tiñerfeño. Pero ese gol no relajó la tensión del momento de la temporada y de la polémica semana. Después del gol, Martí apenas volvió a aparecer en el partido, y eso es lo que más notó la Real. El sustento esencial de su fútbol en las últimas semanas no tuvo hoy ese protagonismo, nadie cogió ese relevo en el apartado futbolístico (aunque la Real sacó todo lo que tenía dentro en el aspecto físico, eso es indudable) y el Tenerife lo aprovechó para jugar a gusto. Pero se encontró con el palo y, una semana más, con un muy buen Asier Riesgo.
El empate del Tenerife se veía venir, hoy sí era evidente que el rival iba a marcar. Y marcó mediada la primera parte. El empate era poco premio para el Tenerife según los méritos mostrados en el campo (y yo no voy a hablar de primas, que lo hagan otros si quieren) y salió en la segunda mitad en busca de los tres puntos. Pero no lo consiguieron. Y llegó el momento esencial del partido: los cambios. Lillo tardó mucho, muchísimo, en hacer los relevos. De forma incomprensible, la verdad, puesto que casi nada estaba funcionando bien en la Real. Pero entraron Víctor y Nacho por Díaz de Cerio y Delibasic. Y Víctor anotó el gol del triunfo (marca por segunda semana consecutiva y en momentos decisivos) en una jugada en la que fue objeto de un penalti descomunal pero consiguió enganchar el balón y despistar al portero. Nacho fue el más inteligente en el tramo final, el que mejor aguantó el balón, y protagonizó una jugada que pareció penalti (no hubo repetición en la retransmisión televisiva).
Se sacaban así los tres puntos en un partido en el que casi todo lo que tuvo que ver con el juego salió mal. La Real corrió lo indecible, pero siempre detrás del balón. La defensa tuvo momentos buenos y momentos malos, contuvo como pudo el agujero que llegaba desde el centro del campo, pero no supo despejar algunas jugadas en corto del Tenerife dentro del área pequeña. Castillo tuvo una tarde nefasta, sin duda su peor partido de la temporada, y convirtió su banda en una autopista para el ataque del Tenerife. El trivote hoy no carburó y Aranburu, que no podrá jugar la próxima semana por tarjetas, fue quizá el más entonado. Gari e Iñigo se dejaron la vida, pero lejos del juego, y sólo Gari tuvo un momento de lucidez futbolística al dar el segundo gol a Víctor. Delibasic apenas tuvo participación en el partido. "Nos han dado un baile, sobre todo en la primera parte", admitió Gari al final. Y aún así la Real consiguió ganar. Qué alivio.
Lillo, todavía invicto en este equipo, admitió con toda la razón del mundo que hoy ha sido el peor partido desde que llegó a la Real, pero también destacó el tramo final del equipo. Y tiene razón. Esta Real no está asfixiada, ni mucho menos. Tiene todavía mucho fondo y eso puede ser esencial en la parte más decisiva de la temporada. No cedió el mando del partido por físico, sino por fútbol. El del Tenerife, que hoy fue muy bueno, en la presión y en jugadas. Y el detalle que señaló el entrenador realista para explicar esta teoría le da toda la razón. El Tenerife cambió la solvencia de la primera parte para frenar los ataques realistas por las faltas. Muchas faltas. Muchísimas, que contaron con cierta permisividad por parte del colegiado. Tras el segundo gol de la Real, la victoria txuri urdin no corrió peligro alguno. Sólo entonces el equipo de Lillo supo leer el partido y jugarlo como debía.
Hoy la Real afrontó, quizá, el partido más difícil que le quedaba. Y ha sacado los tres puntos. Quedan tres jornadas, tres finales, tres tardes de infarto. El Málaga, como era previsible, también logró la victoria ante el Sevilla Atlético, por 0-1, y mantiene el punto de ventaja con respecto a la Real. Pero el Sporting hoy está un punto por debajo. Mañana todos somos del Alavés en el partido que disputan ante los gijoneses (20.30 horas, televisado por Canal +). Quizá buena parte del ascenso se viva en Vitoria, mañana y dentro de dos semanas cuando el equipo txuri urdin visite Mendizorroza. El caso es que, con o sin fútbol, la sensación hoy es de que el ascenso está en la mano. Ojalá mañana, al final de la jornada, la Real sea tercera. Y que consiga tres victorias más.
2 comentarios:
La Real con muy poco, poquísimo fútbol sacó un 2 en la kiniela que todos habíamos puesto y del que no dudaba absolutamente "naide" (como diría una gitana que vive en mi pueblo). Véase el segundo gol (Krusty momment).
El Málaga, pues ganando con el futbol que le mantiene ahí desde la jornada 1 a pesar de las entradas de los exaltados jóvenes del sevilla b y de su exacerbada afición (mirar el impresionante ímpetu de sus jugadores, sobre todo el portero en los últimos minutos del partido asistiendo al área a la desesperada).
Mañana todos somos alavesistas Juan!!!!
Bueno parece que los rivales del Alavés han ganado y tendrá que salir a dar el %101 contra el Sporting, cosa que no he dudado nunca teniendo en cuenta que también pueden ayudar a La Real :)
Espero que algún que otro aficionado de la La Real se deje caer por Mendizorroza y se llene el campo, bueno el pequeño infierno para los de Gijón, además según me han comentado las aficiones radicales no se deben de tener demasiada simpatia, ya veremos.
Beti Real
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