Reconozco que he pasado por unos momentos en los que no sabía qué escribir. Han pasado ya cinco minutos desde que el Cádiz - Real Sociedad ha terminado y no sabía qué decir. Casi siempre tengo claras algunas ideas sobre lo que ha sido el encuentro, quiénes han sido los jugadores destacados, qué ha marcado el partido, cómo se presenta el futuro y a qué podemos agarrarnos. Hoy no. Tengo claro que, pese a ese pesimismo que comentaba hace unos días y que se mantiene vivo, y a pesar del paso atrás que supone no haber ganado hoy, este no es el día en que se haya perdido el ascenso. Sigo convencido de que la lucha será hasta la última jornada y que la Real estará metida en ella. Pero lo demás es realmente difícil de calibrar en su justa medida. Porque se corre el peligro de caer en la crítica injustificada, en el elogio innecesario o en la pataleta inservible.
Quien quiera ver la parte más negativa de este día, tiene argumentos más que de sobra. Hoy la Real no ha ganado y hacía falta. Ha perdido dos puntos en esta carrera por el ascenso y tiene a Málaga y Sporting de Gijón cuatro puntos por encima, quedabn quince en juego. Ha visto cómo le remontaban el partido después de haber hecho lo más difícil, marcar el primer tanto y conseguir un gol de ventaja que no ha dado la tranquilidad necesaria. Lillo reconoció que la Real tuvo "quince minutos de caraja" y que el precio "ha sido carísimo". A estas alturas de la temporada el equipo no puede permitirse esas ausencias, y menos fuera de casa y con un ambiente muy en contra. Quien quiera rendirse, está en su derecho de hacerlo. Yo no. "Vamos a ver dentro de una semana". La frase es de Lillo. La suscribo. Y es mi titular.
Porque veo muchas cosas que merecen la pena de esta Real. Lo fundamental, la actitud. La Real, como destacó su entrenador tras el encuentro, hizo una última media hora muy buena, plena de fuerza, de coraje, de garra y de todo aquello que hace de la Real un equipo absolutamente admirable en una temporada en la que las piedras en el camino han sido una constante. Ha tenido fútbol, ha tenido ocasiones, ha tenido llegadas. Lo ha tenido todo. Pero le ha faltado un gol más, que pudo ser un lanzamiento al palo o alguna otra ocasión que sí tuvieron los blanquiazules. Hoy ha faltado lo que la Real disfrutó en los últimos días, su portería a cero. Eso le cuesta dos puntos vitales. Pero no, esto no se ha acabado. Más quisieran nuestros rivales.
Y lo esencial que me hace rebelarme es la injusticia que está viviendo la Real este año. El segundo gol del Cádiz viene gracias a una mano que los jugadores txuri urdin han visto muy clara. Y en el último suspiro ha habido un penalti a Delibasic. "Vamos a pensar que no lo ha visto", dijo Lillo al final del partido, pero tenía un enfado muy importante que le llevó a decir que el árbitro "estaba pendiente de pitar el final" y destacó que "hay cosas que no gustan". Demasiadas. Aquí también cada uno es libre de pensar lo que quiera. Estas jugadas todavía no las he visto, pero lo reflejo como lo he percibido por medio de esa tortura que es la radio esta temporada en Segunda. Pero ya he visto muchas cosas esta temporada. Como amante del deporte, me duele una barbaridad que los arbitrajes decidan cualquier competición y me enfada una barbaridad que este año siempre sea siempre contra la Real. Es muy duro.
Lillo se guardó alguna sorpresa en su alineación y apostó por Mérida en lugar de Nacho. No salió bien. Sí salió, y muy bien, la apuesta por los dos delanteros que ya jugaron en Málaga, ya que ambos vieron puerta. Díaz de Cerio (que vio la quinta amarilla y no podrá jugar la próxima semana, en Anoeta ante el Granada 74) marcó su 15º gol y Delibasic anotó el empate y dio alas a la Real en el tramo final, además de sufrir el penalti (quien ha visto las imágenes ya dice que es clarísimo; "igual no quieren que suba la Real, no sé por qué", dijó con amargura Deli tras el partido). Larrea y Elustondo completaron el trivote en el que Martí sigue siendo el líder. Novo, una vez más, fue uno de los relevos escogidos por Lillo. Al final, el toque de corneta (con Gari, Víctor y Deli en el campo) no dio el premio merecido.
La pregunta que se hace todo el mundo es obvia. ¿Y ahora qué? Pues a seguir, como afortunadamente han dicho todos los componentes de la expedición realista, desde los jugadores hasta el presidente Badiola. Quince puntos, que son los que quedan en juego, son un auténtico mundo. El calendario de la Real no es demasiado complicado (aunque cabe no olvidar que compartimos tres partidos con el Sporting) y, como decía Gerardo al final del partido, Cádiz era quizá el más difícil de los que nos quedaban. Lillo dijo la semana pasada que todavía nos quedaban jornadas de risas y jornadas de lágrimas. Hoy ha sido de lágrimas, pero la que importa es la del 15 de junio.
Y esto es la Real. En la Real nadie tiene derecho a bajar los brazos. No importa que todos los arbitrajes sean perjudiciales, que lo están siendo enfade a quien enfade que se diga. No importa la ventaja que nos saquen, que es importante, negarlo es una estupidez. ¿Y si al final subimos por este punto? Los campones no se deciden ni siquiera en mayo. La Liga acaba el 15 de junio. Y ese día ya veremos dónde está la Real. Explicaciones habrá muchas y yo tengo las mías propias. Pero que, de aquí en adelante, sólo sean explicaciones deportivas. Que un árbitro frustre las posiblidades de lograr el objetivo es lo más lamentable que pueda pasar en cualquier deporte. Y motivos tenemos más que de sobra para quejarnos. Nos quejaremos. Pero, sobre todo, seguiremos luchando. La Real estará ahí hasta el final. Y yo con ella. Quien quiera venirse ya conoce el camino.
2 comentarios:
Muy buenas
Llevaba un rato esperando tu crónica Juan, esperando ver tus comentarios tras el partido de hoy.
Que fácil acabamos las primeras partes y con que cara nos quedamos al final del partido. Ya no nos valen los arbitros, ya nos jugamos los partidos desde el primer minuto, y no debemos llorar por penaltis no pitados en los últimos minutos, sino por medias segundas partes desastrozas. Supongamos que hubiesemos sido un equipo de fútbol desde el 45 al 70. No se que nos pasa pero hay que solucionarlo. Cinco partidos para esperar 2 fallos de los rivales al ascenso son pocos partidos, y encima jugamos contra nosotros mismo debido al eterno entorno de crispación que salta semana si semana también.
Anoeta ante el Granada y Heliodoro contra el Tete, se me antojan los dos partidos decisivos.
Espero no equivocarme.
Un saludo y aupa erreala
La verdad es que el Málaga, más fácil no os lo puede poner...y eso que os recomiendo ver el segundo gol del Nástic (2 tíos en fuera de juego claríiisimo)y el primero con falta a Hélder Rosario.
Como dijo Lillo, veremos dentro de una semana. Esta claro que esto se va a decidir al final porque hay mucha igualdad (primas aparte, claro).
Un saludo desde Málaga!!
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