Quince minutos. Eso es lo que duró el partido que jugaron Real Sociedad y Getafe. Los últimos quince minutos. Lo que se vio antes no fue un partido, fue una broma de dos entrenadores jugando a no se sabe muy bien qué. Más grave es el caso de Lotina, que tenía marcado con rojo en el calendario este partido para que se convirtiera en la primera victoria de la temporada Y quince minutos no suelen ser suficientes para que un equipo, más un equipo que está en la situación de la Real, cambie el rumbo de un partido. No lo fueron tampoco en esta ocasión y el empate sin goles fue inamovible e inevitable.
Ya son 13 jornadas y la Real sigue sin ganar. Habrá quien se agarre a esos quince minutos como signo de esperanza. La verdad es que el equipo txuri urdin mereció ganar a los puntos, aunque también es cierto que los seguidores del Getafe dirán que la única parada de mérito en todo el partido la hizo Bravo, otro antológico paradón de la colección que está acumulando el meta chileno en las últimas jornadas. Pero hay que ser serios. El problema de la Real es gravísimo. El de resultados lo ve todo el mundo, no hay más que mirar a la clasificación, pero el partido ante el Getafe deja muchos aspectos que analizar.
Lo fundamental es la actitud, y esa nace de las decisiones del entrenador a la hora de elegir once jugadores y en sus cambios. Que un equipo como la Real se dé el lujo de dejar a Kovacevic y Xabi Prieto en el banquillo es criminal. Que con una insulsa primera parte y ni una ocasión de gol clara no salgan en el descanso es muy duro para un aficionado que acude a Anoeta o ve cada partido por televisión, ya casi de forma desesperada. La salida de Darko al campo fue el revulsivo que hace pensar qué habría pasado si hubiera jugado todo el encuentro. En sus tres primeros minutos sobre el cesped, la Real creó dos jugadas de peligro. Los cambios tampoco fueron especialmente positivos a pesar de su talante ofensivo. Darko salió por Gari Uranga dos minutos antes de que Schuster sí quitara a un mediocentro, Cotelo, para sacar un delantero, Pachón. Ese cambio lo hizo Lotina diez minutos más tarde. Diez minutos perdidos.
Otro grave problema que hace que la Real no gane es la ineficacia absoluta a balón parado, y eso sólo puede tener solución en el trabajo de la semana en Zubieta. El equipo de Lotina gozó de más de una decena de corners y faltas que permitían una jugada de peligro y no asustó al Getafe en ninguna. Así es difícil crear ocasiones de gol. Y sin ocasiones, lo normal es lo que ha sucedido, 0-0.
La Real busca fichajes y suenan nombres, pero no acaba de perfirlarse el del jugador que más necesita el equipo, un mediocentro que saque el balón jugado, que sepa tocar el balón. Lo más parecido que hay ahora mismo en la plantilla de la Real es Aranburu, y viendo lo que se ve domingo tras domingo es descorazonador verle tan alejado de la zona de influencia del juego. Aranburu es el único jugador capaz de dejar alguna jugada interesante, y su primera combinación con Kovacevic fue un soplo de aire fresco al equipo. La Real acabó sólo con Juanito como organizador, y eso es muy duro de ver.
Decía que ya son 13 jornadas sin ganar, pero vamos a ser realistas porque van a ser 14. Esta Real, tal y como ha jugado en la primera parte, puede salir goleada del Camp Nou tal y como salió hace un año. Sólo que entonces llegamos a Barcelona en el quinto puesto y ahora lo vamos a hacer en el penúltimo. Esto empieza a ser una tragedia que no nos merecemos, un sufrimiento que muchos van a empezar a preguntarse si merece la pena. La ilusión se muere y la Real con ella.
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