Analizar los datos de los tres primeros partidos de los técnicos que ha tenido la Real en esta temporada deja algunas conclusiones curiosas. No es descabellado decir que el recuerdo que tenemos de los tres primeros partidos de Chris Coleman es que el entrenador galés probó muchas cosas ante la falta de resultados. Que Eizmendi apostó por unos nombres más o menos fijos. Y que Lillo ha hecho más cambios que nadie. Las cifras confirman en parte esas visiones, pero también ofrecen más ángulos de análisis.
Para empezar, y aunque parezca lo contrario, Lillo es el entrenador que menos jugadores ha utilizado en sus tres primeros onces titulares, 14. Coleman empleó 17 e Eizmendi usó uno menos, 16. Pero hay que hacer salvedades importantes. Lillo ha tenido a toda la plantilla de la Real a su disposición desde el principio, a excepción de Gerardo (lesionado en los dos primeros encuentros) y Xabi Prieto (baja en el último). El único cambio no obligado que ha introducido el técnico realista ha venido motivado por un cambio de esquema: Garitano, mediocentro, ha ocupado el lugar de Nacho, extremo izquierdo.
Coleman, tras la debacle de la primera jornada ante el Castellón, tuvo que revolucionar el once ante el Eibar en Ipurúa e introdujo nada menos que cinco cambios no obligados. No obstante, en este segundo partido contó con un jugador nuevo, el galés Vaughan, y en su tercer partido tuvo la baja de Carlos Martínez. Eizmendi, por su parte, tenía el once tipo en su cabeza desde el principio y si utilizó 16 jugadores fue porque Martí y Mérida no estuvieron para ser titulares hasta su segundo partido y Víctor y Nacho llegaron ya para el tercero. Víctor López fue el único jugador que sacrificó Eizmendi sin tener que dar entrada a uno de los fichajes. La apuesta del segundo entrenador realista fue Mikel González.
Ninguno de los tres entrenadores ha tocado la portería. Riesgo ha sido el titular para todos ellos. Para Coleman hubo otros tres indiscutibles: Garitano, Aranburu y Labaka. Eizmendi repitió siete titulares en sus tres encuentros: Riesgo, Gerardo, Ansotegi, Castillo, Prieto, Aranburu y Díaz de Cerio. Pero todo hace indicar que habrían podido ser diez de haber contado con Martí, Víctor y Nacho desde el principio. Ellos, más Mikel González, formaron ese once tipo que sacó durante cinco jornadas consecutivas. Lillo también tiene siete intocables: Riesgo, Mikel González, Labaka, Castillo, Martí, Aranburu y Mérida. Serían ocho con Xabi Prieto, pero la lesión ha truncado los planes del técnico.
Analizar esa lista de intocables deja algunas conclusiones interesantes. La primera y más importante, que la Real no ha dado todavía con la fórmula perfecta para la delantera. Sólo Díaz de Cerio fue titular siempre para Eizmendi y el cambio de acompañante fue por no tener a Víctor disponible desde el principio. La segunda, que esta temporada es difícil sacar un once claro de la Real, porque, por ejemplo, el central intocable para Coleman (Labaka) es precisamente el que no alineó Eizmendi, y el de Lillo (Mikel González) es quien no tenía el puesto al principio ni con Coleman ni con Eizmendi. Y otra conclusión importante es que Aranburu es imprescindible para todos. No importa que no haya demostrado el nivel que le suponemos más que con Martí al lado y Eizmendi de entrenador, siempre ha sido titular.
En cuanto a esquemas, a pesar de que Lillo ha dicho que eso es un divertimento de los periodistas más que una preocupación de los entrenadores, lo cierto es que él ha sido el único que ha variado. Coleman apostó de inicio por un 4-2-3-1 y lo mantuvo en las cuatro primeras jornadas. Después lo cambió a un 4-4-2, manteniendo los dos mediocentros y sin mediapunta, sistema que heredó Eizmendi y en el que colocó de maravilla a su once tipo. Lillo comenzó con un esquema similar al de Coleman, cambió para colocar un trivote y dos extremos y acabó el pasado domingo con cuatro jugadores por el centro del campo, dos de ellos falsos extremos, renunciando a tener jugadores ofensivos de banda y dejando todo ese espacio para los laterales.
Los cambios también dejan un análisis curioso. Coleman introdujo a sólo seis jugadores en sus tres partidos (lo peor fue su incapacidad para reaccionar el día de la debacle inicial ante el Castellón, partido en que sólo gastó uno de los tres relevos) y sólo dos de ellos no jugaron ninguno de los tres encuentros como titular, Skoubo y Agirretxe, ambos delanteros, síntoma claro de lo que no funcionó en esas primeras jornadas. El galés no hizo ni un sólo cambio en la defensa o en los mediocentros. Eizmendi, por su parte, hizo ocho cambios y, salvo los centrales, optó por modificar todas las demás líneas. Tres fueron los jugadores que empleó desde el banquillo sin colocarles nunca en la alineación titular: Estrada, Larrea y Gari.
Lillo es el único de los tres que ha hecho los nueve cambios posibles en sus tres primeros partidos. La mayor sorpresa que nos ha dejado hasta ahora ha sido la de volver a poner a Novo sobre el campo, después de unos cuantos meses sin disputar un solo minuto. Gari y Delibasic también han tenido minutos sin salir en el once inicial. El ahora técnico realista no ha mantenido nunca el esquema con sus cambios, obligado por los resultados. En los dos partidos de casa hubo que buscar la victoria de forma desesperada y eso supuso una acumulación de hombres en los puestos más ofensivos. Donde más mantuvo el dibujo fue en Vigo, aunque los cambios con ellos dio más poder a la banda izquierda que a la derecha.
Lo sorprendente es que quien más cambios ha hecho es Lillo, precisamente quien apostó en sus ruedas de prensa por mantener lo que funcionaba y no volver locos a los jugadores con demasiadas novedades. Pese a la sensación de desánimo que nos han dejado los dos últimos empates, se da una paradoja clave en la aspiración de la Real de volver a Primera: Lillo es el entrenador que más puntos ha sumado esta temporada en sus primeros tres partidos, los cinco que salen de la victoria ante el Hércules y los empates ante Celta y Nastic. Eizmendi sumó cuatro, los de la victoria en Córdoba y la igualada en Anoeta frente al Eibar, ya que perdió en Castellón. Coleman, por su parte, sólo sumó los tres puntos de Ipurúa, ya que sus dos partidos en casa, ante Castellón y Poli Ejido, se saldaron con derrota. Ojalá Lillo siga mejorando los números de sus predecesores, eso garantizaría prácticamente el ascenso.
1 comentario:
Bonita entrada.
Yo algo que me "enfada" bastante es el tema de Ansotegui, ya que da la sensación de que su no inclusión en el equipo puede tener que ver con temas extradeportivos. Y a mí eso siempre me "enfada". Por cierto que la situación empezó con Eizmendi (con Lillo puede ser más comprensible, ya que a Labaka lo conocía mejor del Ciudad de Murcia).
Saludos y ¡¡a ganar a Málaga!!
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