lunes, abril 14, 2008

...Y cien días han pasado

Cien días han pasado desde que Iñaki Badiola se convirtió en presidente de la Real. Ese es el tiempo de cortesía que, dicen, hay que dar a cualquiera que llega a un cargo nuevo. Hay que ser claros, Badiola no los ha tenido. A Badiola se le ha juzgado desde antes incluso de llegar a su despacho en Anoeta. Incluso se le ha sentenciado. Cien días después no va a cambiar ninguno de los juicios a los que se le ha sometido. Pero hay algo que está muy claro. En estos cien días, la Real y todo lo que se mueve a su alrededor ha cambiado mucho. Parece mentira que el club sea el mismo que empezó la temporada.

Y eso, con todos sus matices, que los tiene, es un halago al presidente. La Real estaba sumida en la depresión, en la desidia, en la inacción. Badiola lo ha cambiado. No ha habido semana que no nos haya dado tres o cuatro titulares con lo que ha dicho y con lo que ha hecho. El presidente ha dinamizado el club, ha hecho que se mueva, que haga cosas que nadie imaginaba hace unos pocos meses. Su principal logro, no cabe duda, es que ha conseguido que la gente vuelva a Anoeta. Un estadio que hace tan poco tiempo acogía partidos de Champions League no puede presentar el aspecto semivacío que le hemos visto demasiadas veces esta temporada. Por mucho que estemos en Segunda.

Badiola se enfrenta, además, a un condicionante de extrema relevancia para juzgarle: el ascenso. Si la Real sube, las críticas al menos se atenuarán. Si la Real no sube, muchos sacarán los cuchillos que ya tienen preparados, que de hecho ya están utilizando. Duro condicionante para un presidente que llega a un club a mitad de una complicadísima temporada como ésta. Si la Real es el 15 de junio equipo de Primera, Badiola podrá sacar pecho, presumir de su trabajo y del logro. ¿Y si no lo es? Sombrío panorama ésta. Mejor no pensarlo hasta que suceda. Aunque Badiola debe tener ya un plan B. Un segundo año en Segunda, con ser una posibilidad que nadie quiere pensar, no puede cogernos a pie cambiado como nos cogió el descenso.

Para mí, lo más reprochable de su acción ha estado, precisamente, en la parcela deportiva. Y especialmente en el banquillo. Ha tenido ya tres entrenadores, y lo más curioso es que los relevos se han producido cuando no eran necesarios o cuando no se esperaban. Coleman aguantó con el nuevo presidente dos semanas más de lo que se presumía. Eizmendi cayó cuando nadie preveía un cese. ¿Paciencia? Badiola sabe que no puede tenerla precisamente porque muchos juicios sobre su labor dependen del ascenso, la dura losa del ascenso obligatorio. Lo mismo sucedió con la dirección deporitva. El mejor fichaje de la Real, Badiola dixit, era Aiestaran, pero se fue y no pasó nada. Ni siquiera ha venido todavía un sustituto aunque, al parecer, ya trabaja desde la sombra.

Bien es cierto que ha sido el mismo presidente quien se ha cargado con el peso de esa losa del ascenso obligatorio. Cuando la Real encadenó la mejor racha de la temporada, habló incluso de coger al Numancia, cuando el sentir generalizado era aspirar a la tercera posición, si acaso a la segunda. Ahora que han venido mal dadas y se han generado muchas dudas con el juego, mucha gente duda incluso de las posibilidades de ser el tercer equipo que suba. El entusiasmo de Badiola, a día de hoy, ha generado un efecto contraproducente en algunos realistas. Pero ¿acaso se puede plantear alguien que la Real no deba estar en Primera? Su ambición puede ser su fuerza. Pero, insisto, el balance sobre este aspecto debe hacerse en junio. No hay campeones en abril. Los hay en junio.

Creo que es precisamente el entusiasmo y la vitalidad que desborda el presidente realista lo que le está jugando malas pasadas y otorgando munición a sus enemigos. Sus palabras suelen tener ese optimismo. Con el fichaje de Zigic, con la llegada del director deportivo, con las tiendas en China, con las banderas... Con todo. Y cuando los hechos no se adecúan con absoluta precisión a sus palabras, hay reacciones en contra de su gestión. Quizá Badiola debiera medirse algo más a la hora de pronosticar cosas. Porque Zigic no está en la Real (¿todavía...?), las banderas no han llegado (será para las últimas cinco o seis jornadas) y el club sigue sin tener un director deportivo desde que dimitió Aiestaran. Ahora bien, tampoco es necesario sacar a pasear tanto el cuchillo. Todo llegará.

Cien días después, mi balance, hecho desde la frialdad de no tener en cuenta todavía la situación de la Real en la clasificación de Segunda, sólo puede ser positivo. El club se mueve. Badiola quiere comprar Anoeta para después eliminar la pista de atletismo. Quiere asociarse con los principales clubes de San Sebastián de baloncesto (Bruesa) y hockey sobre hielo (Txuri Urin). Quiere que el equipo esté donde le corresponde, en Primera. Busca fichajes. Arriesga su propio dinero. Va a destapar todo lo que ha sucedido en el club en los últimos años, los que nos han condenado a la tortura de la Segunda División. Se mueve, y eso hace mucho que no se veía en la Real. ¿Que comete errores? Como todo el mundo que se mueve y arriesga. ¿O no?

2 comentarios:

PatiodeCaballos dijo...

Creo que si se sube, no será todo el merito de Badiola. Ya que con estos "fichajes ilusionates" y esta "gozada" de equipo, habria que estar jugando mejor, y ganando mas partidos, por que estos resultados y este tipo de juego es similar al de la era Coleman, por tanto, no se hna hecho bien las cosas. Creo que hay que tener cuidado con el sporting y con los arbitros, ya que parece que interesa este año que el sporting suba a primera. PEro creo qeu si ganamos todos los partidos o casi todos de los que quedan subimos. Aupa Real a pesar de Badiola

Unknown dijo...

Los consejeros de la sociedad municipal Anoeta Kiroldegia, propietaria del estadio de Anoeta, conocieron ayer de boca del alcalde, Odón Elorza, las propuestas efectuadas el pasado 1 de marzo por el presidente de la Real Sociedad, Iñaki Badiola, para mejorar la situación económica de la Real relacionadas con el estadio donostiarra.

Según explicó Elorza a los representantes del consejo, Badiola presentó dos ofertas al Ayuntamiento donostiarra para transformar el estadio de Anoeta, tras recordar su interés en adquirirlo. La primera de ellas consiste en retomar el espíritu de la propuesta de Gipuzkoarena y conseguir la recalificación del edificio del estadio para permitir la construcción de dos torres que albergarían sendos hoteles. Siempre según las explicaciones ofrecidas ayer en la reunión, Badiola estaría ya en contacto con empresas relacionadas con el sector hotelero que se muestran interesadas en el proyecto...

A MI ESTE TIO NUNCA ME HA GUSTADO... ESPERO QUE NO HAY LLEGADO A LA REAL SOLO PARA ESPECULAR...