Por Vigo debe pasar un equipo de Primera (sábado, 18.30 horas, Balaídos; ETB, Telemadrid-La Otra, TV3, TVG, Televisión Asturiana y Televisión de Murcia). Es el momento ideal para que la Real demuestre que cree de verdad en el ascenso, no sólo de palabra sino también con hechos. En un gran campo, ante un rival de entidad aunque esté algo alejado de la lucha por las tres primeras plazas. La jornada, además, es propicia para dar un golpe de mano. Dos son los enfrentamientos directos entre rivales del equipo txuri urdin y la jornada puede devolver al equipo ahora de Juan Manuel Lillo a los puestos de ascenso. Más que eso, en juego está el futuro. Lo que debe verse es una Real ganadora y con hambre de volver a Primera, que demuestre que no haber ganado todavía como visitante ante ninguno de sus rivales directos ha sido un accidente. Lo que hagan los demás todavía no importa tanto como lo que hagan los nuestros.
Y los nuestros van a presentar una fisionamía algo distinta a la que se vio en el primer partido del nuevo entrenador para lograr los tres puntos en Balaídos. Lillo, aunque no quiso adelantar mucho en la rueda de prensa de ayer, sí aclaró que optará por un cambio de esquema. Reforzará el centro del campo y plasmará un trivote que, de salir bien, demostrará que es una táctica que no tiene por qué ser necesariamente defensiva. Garitano podría recuperar la titularidad y tener por delante a Aranburu y Martí. En las bandas quedarían Fran Mérida y Xabi Prieto, con apoyos constantes de dos de los hombres más en forma de la Real, sus laterales Castillo y Carlos Martínez. El sacrificado en el centro del campo será Nacho, que se quedará por primera vez en el banquillo.
La principal duda de Lillo es el hombre que ocupará la delantera. Víctor no acabó de convencer en el estreno del nuevo técnico y lo más probable es que el elegido sea Díaz de Cerio, que sigue siendo con mucho el máximo goleador del equipo aunque arrastre cuatro semanas sin marcar, desde la victoria en Albacete. No obstante, Delibasic también tiene opciones, sobre todo después del gol marcado hace una semana y que abrió el camino de la remontada ante el Hércules. En la defensa y en la portería no habrá cambios. Y en la convocatoria sólo uno. Con el afán de Lillo de reforzar el centro del campo, el que se ha hecho con un hueco en la lista de esta semana ha sido Elustondo. El que se ha caído, Estrada. Gerardo sigue de baja, igual que Skoubo (que ya ha vuelto a San Sebastián después de pasar revisión con un médico danés, pero que sigue sin fecha para reaparecer).
El Celta no pasa por su mejor momento y, aunque matemáticamente no ha dicho adiós, ya ve el ascenso como una utopía, ya que se encuentra a nueve puntos de la tercera plaza. Como la Real, ya ha tenido tres entrenadores, pero el mal momento vigués no será una facilidad para el equipo txuri urdin, que ve este partido como sú último tren para reengancharse a la pelea. Y la visita a un campo como Balaídos es una de las últimas oportunidades para que el conjunto txuri urdin venza como visitante ante un rival directo en su carrera por volver a Primera. La Real, hasta ahora, ha perdido en Soria, Gijón y Castellón y empatado en Elche. Todavía le queda visitar Málaga y Tenerife.
Lo cierto es que una victoria de la Real podría devolverle el tercer puesto, ya que el Sporting juega en Málaga. Pero atención al resultado de La Rosaleda, porque, si los de Lillo suman los tres puntos, una victoria sportinguista colocaría a Málaga, Sporting y Real en sólo tres puntos y serían dos las plazas en juego para subir a Primera. Y Málaga será la próxima salida de la Real, dentro de quince días. Si el equipo realista suma los tres puntos, no habrá resultado malo en Málaga. Por detrás, también juegan esta semana entre sí Elche (a dos puntos de la Real) y Tenerife (a cinco puntos), en en el campo de éste último. El Castellón, ahora a cuatro puntos de los de Lillo, visita al Hércules.
Como la semana pasada, un ojo estará muy pendiente de la actuación arbitral. El colegiado designado para este partido ha sido José Antonio Teixeira Vitienes, un árbitro de tinte muy casero, ya que de los 16 partidos arbitrados nada menos que diez finalizaron con victoria local. A la Real le ha pitado ya tres veces, y el saldo no es malo. Fue el colegiado en las victorias en Anoeta ante Elche y Alavés y el empate en Tarragona. Pero el primero de esos días desquició al equipo en el descuento y en el último expulsó a Víctor López, merecidamente eso sí, al filo del descanso. Ojalá las reuniones que ha mantenido Badiola en Madrid con Sánchez Arminio y Villar, máximos dirigentes de los árbitros y de la Federación, hayan surtido efecto y no tengamos que preocuparnos más de la labor arbitral.
Para sumar los tres puntos, la Real tendrá que enfrentase a su negra historia en Vigo. En Segunda División han sido seis los enfrentamientos entre ambos equipos y sólo en uno de ellos venció el equipo txuri urdin. Cuatro derrotas (la más dolorosa de ellas, 6-1 en la temporada 62-63) y un empate. La victoria, eso sí, llegó en la temporada que concluyó con el histórico ascenso en Puertollano. Un solitario gol de Arzak dio el triunfo. En Primera, los datos son igualmente negativos, aunque alguna que otra victoria sí ha caído del lado realista. Han sido 40 los partidos jugados, con 23 victorias locales, nueve visitantes y ocho empates.
Pero, ojo, porque de las últimas 17 visitas a Balaídos, sólo se consiguió ganar en una ocasión, con el espectacular 2-5 de la temporada 2003-2004 que provocó el cese de Lotina, qué cosas, como entrenador de los vigueses. Y entre las muchas derrotas cosechadas en esos años está la que ningún realista podrá olvidar, la de temporada anterior, la de la 2002-2003, la que nos dejó sin aquel merecido título de Liga. La última visita a Balaídos se cerró con el empate a cero inicial. Lotina, ya en la Real, prescindió de Kovacevic y el equipo notó para bien su salida al campo en la segunda parte, cuando pudo ganar el equipo txuri urdin. Sobra decir que al final de la campaña tanto Celta como Real acabaron en Segunda.
En el partido de la primera vuelta de esta temporada 2007-2008, la Real vivió el mayor ejercicio de impotencia de los últimos meses. Comenzó el partido de maravilla. En el primer minuto, penalti a favor y expulsión del meta vigués, Pinto. Pero en el minuto dos las cosas ya se habían torcido. Gerardo, después de anotar tres lanzamientos desde los once metros en la campaña, falló el primero ante el Celta. Y aunque la Real se adelantó con un gol de Víctor López a los 22 minutos, apenas ocho después los vigueses ponían el empate ¡en un contraataque! Después, nada de nada. Impotencia absoluta ante un rival que jugó con diez hombres nada menos que 89 minutos. Y para colmo, era el primer partido que se jugó después del escándalo levantado con la lavadora de Chris Coleman. Y el quinto sin ganar en una racha que finalizó dos semanas después con la brillante victoria ante el Málaga.
1 comentario:
El partido suena a Primera por los 4 costados. Será raro ver en Vigo un Celta-Real en Segunda.
Os deseo suerte.
Saludos
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