lunes, abril 07, 2008

Los dos secretos de la Real

Dos son los secretos de la Real, dos. No hemos sido el equipo arrollador en Segunda que se presuponía por historial. Salvo en un par de tardes, el equipo no ha desplegado el juego que muchos pensábamos que iba a mostrar en el campo. Pero tiene dos secretos que hacen que, a estas alturas, la Real esté con opciones, con bastantes opciones, de ser uno de los tres equipos que logre el derecho de jugar la próxima temporada en Primera División. Y no son otros que el vestuario y a la afición.

Cuando termina ayer el partido, los periodistas que están a pie de campo buscaron las primeras impresiones de los jugadores. Por allí pasó Díaz de Cerio. Y le llamaron. "Los protagonistas hoy son otros" fue lo único que dijo, sonriente, a la prensa. Ese gesto, en apariencia simple, demuestra el inmenso compañerismo que hay en el vestuario de la Real. Quería que hablaran con Delibasic y con Mérida, los protagonistas de ayer. No es el primer gesto así que tiene Díaz de Cerio. Hace unas semanas, un gol suyo ante el Xerez impidió que Delibasic tuviera minutos aquel día. Y fue a dedicarle el gol, porque el jugador cedido por el Mallorca no estaba (ni está) teniendo demasiados minutos y eso no es plato de buen gusto para nadie.

Iñigo tampoco ha sido el único en tener buenos gestos de este tipo. Hemos oído al propio Delibasic (a pesar del error de ayer de dedicar su gol a Badiola por hablar de quitarle la ficha; eso no ayuda a la unidad, como tampoco, para qué ocultarlo, las palabras del presidente) alabar los fichajes de invierno, los mismos que le llevaron al banquillo. A Gari Uranga, un jugador que empieza a intuir que la próxima temporada no estará en la Real, diciendo que lo importante es el ascenso, por encima de las cuestiones personales. A Garitano, otro que es posible que no continúe, dedicar un gol a otro jugador que había desaparecido entonces de las alineaciones, a Labaka.

Y hemos oído a los tres entrenadores que ha tenido la Real esta temporada, incluso a un Lillo que no lleva en el club ni siquiera una semana, decir que el vestuario es impresionante. Y lo es, ya lo creo que lo es. Porque está teniendo una fuerza de voluntad inmensa para sobreponerse a tantas cosas como las que están viviendo este año. Después de dos directores deportivos, tres presidentes, otros tantos técnicos, rumores de fichajes y bajas incluso a estas alturas de la temporada, malos arbitrajes, unas elecciones y tantas otras cosas más, la Real sigue optando al ascenso. Sólo por eso ya marecen estar en Primera. Pero la faceta deportiva es lo que cuenta.

El segundo secreto de la Real es la afición. Siempre lo he tenido presente, pero mucho más después de ver lo que sucedió ayer en Zaragoza. El club aragonés, otro histórico del fútbol español, pasa por momentos horribles. Está en puesto de descenso y puede ser el siguiente gran nombre en verse atrapado en el infierno de la Segunda División, experiencia que ya conoció en 2002. Los jugadores salieron ayer de La Romareda entre insultos y cánticos despreciativos de su propia afición. En la Real nunca se ha vivido algo así. Quizá hubiera sido necesario para que el equipo txuri urdin levantara cabeza, pero nunca aconteció. El respaldo al equipo estuvo siempre por encima de todo eso, incluso cuando el descenso era ya una realidad. No me puedo quitar la cabeza la imagen de centenares de realistas en las gradas de Mestalla, solos en todo el estadio, gritando "Real, Real".
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Y esta temporada, con el equipo en Segunda, es impresionante ver cómo son 25.000 las personas que van a ver un Real Sociedad - Hércules. Es impresionante que la gente acabe ese partido, en el que tanto se sufrió para conseguir los tres puntos, con el mismo grito de "Real, Real". Es maravilloso ver a miles de realistas desplazándose con el equipo a Gijón o a Soria. Pone los pelos de punta ver a tantos críos animando a su Real. Somos de un equipo que tenía un campo que ganaba partidos gracias a su afición. Lo peor del paso de Atotxa a Anoeta fue perder precisamente eso. Pero ya ningún jugador de la Real actual ha conocido Atotxa desde el cesped y esa excusa no vale. Por eso, tienen que sentir a la afición como un jugador más, que vuelva a ganar partidos con su presencia y su ánimo.
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Por vestuario y por afición, la Real es de Primera. Siempre lo ha sido. Pero ahora que serlo también por fútbol y para demostrarlo quedan diez semanas.
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(La foto de las gradas de Anoeta, del partido de ayer ante el Hércules, es de Tati. Como siempre, muchas gracias)

1 comentario:

Juanjo dijo...

La afición es lo más importante. Te lo digo yo que tengo un equipo de segunda, con plantilla de segunda B y un campo de Primera División.

Saludos

P.D. Ni contigo ni sin ti vuelve: www.ncnst.blogspot.com