sábado, junio 23, 2007

Resumen de la temporada (y 5): La afición


Si por algo ha destacado la Real esta temporada ha sido por el comportamiento de su afición. Apoyo incondicional en Anoeta. Desplazamientos masivos a ciudades como Tarragona, Getafe, Pamplona o Valencia. Ni un solo incidente digno de mención. Aplaudida en casi todos los estadios que ha visitado. Despedidas con aplausos a aficiones rivales como la del Celta. Y todo ello a pesar de que el equipo al que acudían a animar todos los realistas estaba en posiciones de descenso, más cerca que nunca de la Segunda División durante toda la temporada, desplegando un juego decepcionante, y sin apenas alegrías en forma de goles o victorias.

Qué poco ha hecho falta durante esta temporada para que la afición estallara de felicidad. Aquel primer gol de Darko ante el Mallorca. Aquella remontada vibrante ante el Celta, quizá el día más alegre de la temporada. Un poco de ilusión en el debut de Lotina ante el Villarreal. Un muy buen partido ante el Real Madrid aunque el resultado fuera adverso. Una pizca de ilusión por mantener la categoría. Con sólo eso, la afición se ha volcado. Quien estuvo allí no podrá olvidar la despedida a Savio en Anoeta tras fallar el penalti ante el Racing, que en aquel momento pensamos que nos podía dejar en Primera. O cómo en Valencia, ya en Segunda División, se obligó al equipo a salir a saludar al grito de "el año que viene subimos otra vez".

La Real tiene una afición de Primera y siempre la tendrá a su lado. En la delicada situación en la que se ha vivido durante todo el año, la gente ha respondido. Ha acudido a Anoeta y no se ha cebado con en el equipo en ningún momento. Podía haber silbado, protestado y censurado actitudes. Muchas. Pero no lo ha hecho porque ha entendido que era un momento histórico y que, aunque al final no se consiguiera, lo primordial era conseguir el objetivo de seguir en Primera. El agradecimiento que han mostrado directiva, técnicos y jugadores sienta bien, pero se queda corto para los merecimientos de los realistas de corazón, que lo hemos dado todo por esta Real en una temporada que se ha saldado con un fracaso histórico.

Pero también hay que hacer autocrítica. Y hay dos aspectos en los que es necesario incidir. El primero es la decreciente asistencia a Anoeta. Si el Consejo de Administración no hubiera decidido regalar dos entradas a cada socio en el último tramo de la temporada, es más que probable que Anoeta hubiera registrado muy pobres entradas en la segunda vuelta. ¿Necesitamos una situación límite y regalos de la directiva para estar con el equipo? Eso debería llevar a una reflexión de fondo, porque el próximo año no irá a Anoeta el Real Madrid o el Barcelona. Irán equipos de mucho menor nivel aunque lo que estará en juego será mucho más importante, el regreso a Primera. El único reclamo será ver a la Real. Y eso es lo más importante.

Y la segunda autocrítica necesaria es el nivel de protesta de esta afición. Ahora todos estamos hablando de que el descenso se veía venir, de que llevamos años jugando con fuego, de que se han tomado decisiones deportivas muy equivocadas... Pero no ha habido una contestación social clara que pudiera detener este deterioro. Más allá de unos silbidos a Rekarte (rápidamente contestados casi siempre por aplausos de sus partidarios), ningún jugador ha sido reprochado por su comportamiento. Unos pocos cánticos en contra de los últimos presidentes, a los que se obligó a dimitir, sí, pero sin hacer un análisis serio de la situación del club.

La afición de la Real no ha sabido, no hemos sabido, poner límite a la deriva institucional, y el mejor ejemplo del error es el respaldo casi unánime que logró el actual Consejo de Administración hace pocos meses en la última Junta de Accionistas, cuando peor estaba la Real. Muchos hicimos caso a la directiva cuando nos pidió que dejáramos las evaluaciones y las críticas para el final. El final ha llegado y las críticas están saliendo a relucir. Tenemos que empezar a ser más exigentes en un fútbol tan duro y competitivo como el actual. Pero no por ello debemos dejar de animar al equipo como lo hemos hecho este año.

Que la Segunda División aprenda también, como lo ha hecho este año la Primera, que no hay otra afición como la de la Real. Pese a los puntos criticables, enhorabuena a todos por vuestro comportamiento.

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