miércoles, mayo 08, 2013

La afición txuri urdin, un ejemplo a seguir

La afición saluda la salida al campo del equipo.
Lunes, a las diez de la noche. No hay peor horario para que un aficionado pueda desplazarse para seguir a su equipo. La Liga española está a años luz de conseguir el equilibrio entre los intereses económicos y los de la gente que se ven en otras ligas como la inglesa o la alemana, y con eso se va muriendo esa preciosa imagen de ver estadios llenos. En Getafe, en ese día y a esa hora tan inoportunas, la afición de la Real dio una nueva lección a quienes no saben ver. Y los realistas sabemos que no tiene nada que ver con la buena marcha del equipo, porque en peores circunstancias se han visto tantos o más aficionados siguiéndole. La cacareada y no del todo cierta frialdad de Anoeta no se siente en los desplazamientos. En ellos lo que se ve es el deseo de que el equipo esté arropado, que se sienta al menos como en casa, que viva el deseo de la afición de salir de cualquier campo con los tres puntos que hay en juego. Y en Getafe se vio, una vez más y son ya muchísimas, que la afición txuri urdin es un ejemplo a seguir.

Europa Txuri Urdin. Deseo y casi realidad.
Siempre he pensado que uno de los grandes valores de la Real, el mejor en los momentos más oscuros de la historia reciente del club, ha estado en su gente. Colorida y con más camisetas que ninguna otra, viaja en masa, no se le recuerdan incidentes, vive los partidos como las fiestas que tendrían que ser, se dedica a animar a los suyos sin insultar a los rivales, y tiene presencia en prácticamente todos los campos de la Liga. Es un motivo de orgullo y tendría que recibir el cuidado que merece. Ver jugar a su equipo un lunes a las diez de la noche en un campo al que podría haber acudido por miles no es, evidentemente, el precio que merece. Esa decisión de las televisiones y la Liga rompió los planes de viaje de muchísimos aficionados que deseaban repetir la ya extraordinaria imagen que se vivió en Vallecas. Ahí está la esencia del fútbol y da la impresión de que a quienes llevan ahora las riendas del fútbol español eso no les importa demasiado. Cegados por el dinero, están alejando a la gente de los campos. Qué lástima.

Bravo lanza su camiseta a la grada en agradecimiento.
En Getafe, además del horario infame, la marea txuri urdin aguantó bastantes minutos de lluvia y una dolorosa derrota, pero nunca dejó de animar, antes, durante y después del encuentro. Por eso es importante destacar que un grupo de jugadores agradeció el apoyo tras el pitido final del árbitro. Veo necesario decir que fue De la Bella el que arrastró a unos cuantos, el que esperó fuera del túnel de vestuarios a reunirlos y el primero que se acercó a lanzar su camiseta a la grada. Le siguieron Mikel González y Bravo. Correspondiendo los aplausos de la gente se quedaron al menos Vela, Pardo, Markel, Ros, Cadamuro, Estrada y Agirretxe. En Getafe quedó claro una vez más que la Real ilusiona a los suyos, y aunque su entusiasmo en la grada no encuentre los encendidos y prolongados elogios que sí se han dedicado en tantos foros a aficiones como las del Atlético de Madrid, el Sevilla o el Athletic de Bilbao, son ya demasiadas las muestras de fidelidad, deportividad  y buen rollo que ha dado la afición txuri urdin como dejar pasar una ocasión de mostrar de nuevo el orgullo por lo que somos, una afición incomparable.

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