Carlos Martínez, en el partido de la pasada temporada. |
La vista a Vallecas (domingo, 12.00 horas, Estadio de Vallecas, Canal + Liga, Gol TV) es una de las más bonitas del año para una afición, la txuri urdin, que protagonizará un auténtico desembarco. Que ese día, señalado en rojo desde el sorteo del calendario, llegue con la Real en la cuarta posición y con el Rayo luchando también por los puestos europeos hace que sea, también futbolísticamente, uno de los más apetecibles en este tramo final de la temporada. El equipo realista llega con bajas y con dudas, pero sólo en el aspecto físico porque sobre el césped cada día se comporta con una mayor solidez, explotando toda la pólvora que tiene arriba incluso sin jugar bien. El del barrio madrileño será el primero de los dos partidos que tendrá que jugar la Real fuera de casa de forma consecutiva. Y con el Valencia, principal rival por la Champions y próximo visitante en Anoeta, pisando los talones y con un calendario muy similar al de la Real, puntuar es casi una obligación.
Las dudas por cuestiones físicas que había a lo largo de la semana y las decisiones de Montanier han ofrecido una convocatoria con muchas sorpresas. De todos los tocados, el único que finalmente se ha quedado fuera fue precisamente el que jugó la pasada semana, Rubén Pardo. Xabi Prieto, Vela e Illarramendi sí se han colado entre los 18 jugadores que viajan a Madrid, al igual que Chory Castro y Elustondo, que regresan así al grupo. Junto a Pardo, la única baja por lesión, ya conocida, es la de Zurutuza. Y en los descartados por decisión técnica es donde están las sorpresas de Montanier. El regreso de Ros, debido a las dudas sobre el estado físico de Elustondo e Illarra, hace que sean dos los jugadores que se quedan en tierra, y los escogidos por el técnico francés son José Ángel y Estrada, con lo que, por primera vez en mucho tiempo, equilibre en cierta medida la convocatoria en cuanto a zonas, pero no así en cuanto a puestos, pues para cubrir una eventual baja en el lateral sólo queda Cadamuro.
Como ya es habitual, la zaga será la de gala. Bravo estará en la portería, con Carlos Martínez y De la Bella en los laterales y Mikel González e Iñigo Martínez como centrales. Markel parece el único fijo en el doble pivote, y su acompañante dependerá de cómo haya visto Montanier a Illarramendi, su primera opción, y Elustondo. El estado físico de sus futbolistas también condicionará la elección de los cuatro atacantes. Vela, como suele suceder, será determinante y su posición marcará lo demás. Lo normal sería que actuara desde la banda derecha, con Xabi Prieto por el centro, Griezmann por la izquierda y Agirretxe en punta. Pero el mexicano también podría actuar en punta, lo que daría la titularidad a Chory Castro y desplazaría a Griezmann a la derecha. Menos probable parece que Prieto sea suplente y el francés actúe por el centro. Para el banquillo quedan seguro Zubikarai, Ansotegi, Cadamuro, Ros e Ifrán.
Como ya es habitual, la zaga será la de gala. Bravo estará en la portería, con Carlos Martínez y De la Bella en los laterales y Mikel González e Iñigo Martínez como centrales. Markel parece el único fijo en el doble pivote, y su acompañante dependerá de cómo haya visto Montanier a Illarramendi, su primera opción, y Elustondo. El estado físico de sus futbolistas también condicionará la elección de los cuatro atacantes. Vela, como suele suceder, será determinante y su posición marcará lo demás. Lo normal sería que actuara desde la banda derecha, con Xabi Prieto por el centro, Griezmann por la izquierda y Agirretxe en punta. Pero el mexicano también podría actuar en punta, lo que daría la titularidad a Chory Castro y desplazaría a Griezmann a la derecha. Menos probable parece que Prieto sea suplente y el francés actúe por el centro. Para el banquillo quedan seguro Zubikarai, Ansotegi, Cadamuro, Ros e Ifrán.
Una semana más, la Real defiende la cuarta posición, ahora ya con 51 puntos. Saca dos a su máximo perseguidor, el Valencia, y aventaja en siete tanto al octavo como al noveno clasificado (que marcará la frontera europea si finalmente hay sanción o no al Málaga). El Rayo es precisamente noveno. El equipo txuri urdin sigue agrandando su racha, con una derrota en los últimos veinte partidos y sin perder en los últimos doce. A domicilio es el sexto equipo del campeonato (aunque con un partido menos que los cinco que le preceden), gracias a sus cinco victorias y cuatro empates, y no pierde desde el 4-3 del Bernabéu del primer fin de semana del año. El conjunto rayista ha ganado nueve de sus quince partidos como local, pero ha perdido nada menos que cinco (0-2 ante el Real Madrid y el Zaragoza, 0-5 ante el Barcelona, 1-2 ante el Valladolid y 1-3 ante el Málaga) y suma sólo tres de sus últimos nueve puntos posibles como local. La presencia en el Rayo de Labaka, Tamudo y Delibasic será especial por su pasado realista. Y los más de mil seguidores vestidos de txuri urdin demostraran, ante la gran afición del Rayo, qué es el fútbol de verdad.
No es Vallecas un campo demasiado propicio para la Real, históricamente hablando. El equipo txuri urdin lo ha visitado en 16 ocasiones, 13 de las cuales tuvieron lugar en Primera División. En la máxima categoría, el Rayo se impuso en ocho de esos encuentros, en dos lo hizo la Real y los tres restantes acabaron en empate. La mayor victoria realista es el 0-4 de la temporada 1978-1979, con un gol de Idígoras, dos de Satrústegui y uno más de López Ufarte. La otra ocasión en la que el equipo txuri urdin se llevó todos los puntos en juego también acabó en goleada, 0-3 en la Liga 1989-1990, con tantos de Loinaz, Mentxaka y Goikoetxea. Para el Rayo, su triunfo más abultado es el 4-0 de la pasada temporada. La estadística la completan tres choques en Segunda División, aquí sí con igualdad absoluta, con una victoria para cada equipo (0-1 para la Real en la 1966-1967, 4-1 para el Rayo en la 2008-2009) y un empate (un memorable 3-3 en la campaña 2009-2010).
La pasada temporada, la 2011-2012, la Real de Montanier tocó fondo precisamente en Vallecas, de donde salió como colista, tras siete jornadas consecutivas sin conocer la victoria y con sólo un punto de los 21 posibles. El conjunto txuri urdin llegó al primer cuarto de hora con dos lesionados musculares, Markel y De la Bella, con el marcador ya en contra y con un jugador menos por la expulsión de Iñigo Martínez al cometer el penalti sobre Delibasic que transformó Piti. La Real se resignó a su suerte y se conformó con ver cómo iban cayendo los goles del Rayo de forma inevitable. Y eso que aguantó con el 1-0 hasta el descanso, pero tras la reanudación se mostró incapaz de contener la sangría. Piti hizo dos goles en los primeros veinte minutos de la segunda mitad. Cuando Montanier estaba sustituyendo a Griezmann para meter en el campo a Mikel González con nada ya por defender, Trashorras hizo el cuarto de falta directa. Lo mejor, como siempre, la ejemplar sintonía entre las dos aficiones.
En el partido de la primera vuelta de la presente temporada, la 2012-2013, la Real arrolló al Rayo. Y lo hizo bajo el mando de un gran Illarramendi, pero sobre todo de un Pardo estelar. Nada más empezar el partido, un espléndido pase del riojano lo convirtió Ifrán en gol, pero Mateu Lahoz, y sólo él, vio mano del uruguayo y lo anuló. Tras un penalti por mano a favor de la Real y no señalado, Vela golpeó como golpea esta Real, con fuerza y en poco tiempo. Sin darse cuenta, el Rayo ya iba perdiendo por 2-0 con dos tantos del mexicano. Ya en la segunda parte, Mikel González coronó una contra que él mismo había iniciado robando el balón y puso el 3-0 en el marcador. Y Chory Castro cerró el marcador con un gran zurdazo tras un espléndido servicio, otro, de Pardo. La Real gozó de incontables ocasiones de gol para firmar una goleada de escándalo y Cobeño fue el mejor de los rayistas, que en ataque apenas inquietaron, aunque Delibasic marcó un gol en posición de fuera de juego, éste bien anulado por el colegiado.
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