Nadie hubiera pensando que la Real visitaría esta jornada al líder (Miércoles, 20.00 horas, Ciutat de Valencia, Canal + Liga 2). Pero esa es la realidad, y por eso éste es el partido de la envidia. Envidia porque la Real hace demasiado tiempo que no encuentra en Primera División un momento tan feliz como el que disfruta ahora mismo el Levante. Envidia porque, por sana que sea ésta, es la sensación que siempre genera un éxito ajeno, y más si es de un equipo que no forma parte de los elegidos. Pero también es el partido de los falsos mitos. Porque en el entorno de la Real llevamos demasiado tiempo encontrando justificaciones que, en realidad, no sirven y que el liderato del Levante ayuda a desmentir. Como lo de no tener dinero para competir, lo que limita no poder fichar lo que uno quiere, lo difícil que es hacer del estadio propio un fortín o que hay partidos en los que uno está derrotado de antemano. Envidia y falsos mitos. Dos malos enemigos que sumar al Levante en un partido en el que la Real empieza a estar muy obligada a demostrar que el punto cosechado en las últimas cuatro jornadas no amenaza con convertirse en lo normal de esta temporada.
Philippe Montanier comienza de nuevo a construir las sorpresas desde la lista de convocados, en este caso para viajar a Valencia. Por las ausencias, por las novedades y por una pequeña sensación de desconcierto que puede provocar. Hay tres novedades. Una es la prevista en el portero suplente, ya que vuelve Zubikarai para ocupar un puesto en el banquillo. Las otras dos son más analizables. Salen Ifrán y Sarpong, entran Estrada y Markel. Que salgan dos atacantes y entren dos jugadores de corte defensivo indica que el técnico no quedó satisfecho del experimento ante el Getafe. Que el delantero uruguayo pase de la titularidad a la grada no es nuevo, pero sí bastante significativo. Que Markel regrese a la lista después de haberse quedado fuera en el último partido y de un debut nada satisfactorio de apenas 45 minutos en Zaragoza es extraño. Y eso que Montanier se ha encontrado con un nuevo contratiempo, la nueva lesión de Illarramendi, que iba a volver para este partido. Con una torsión en la rodilla de todavía incierto pronóstico, aunque según las primeras informaciones no parece grave, a saber cuándo volverá. Y como afectará eso al maltrecho juego que viene desplegando la Real desde hace demasiadas jornadas. Fuera de la lista también se quedan los ya habituales Elustondo y Ansotegi.
Lo único que parece seguro viendo los nombres de los elegidos por Montanier, en una semana con tres partidos y a cuatro días vista del duelo en Anoeta contra el Real Madrid, es que el Levante se enfrentará a un equipo txuri urdin compuesto por el habitual 4-3-3. Bravo será titular y lo normal sería que la defensa fuera la habitual del técnico francés: De la Bella, Carlos Martínez, Demidov e Iñigo Martínez. Mikel González, Estrada y Cadamuro (¿sigue contando como defensa?) estarán en el banquillo. Por delante, si efectivamente hay una línea de tres, cuatro jugadores se juegan las tres plazas: Mariga, Zurutuza, Markel y Aranburu. Los dos últimos vienen de no jugar un solo minuto y no sería extraño, por esta capacidad de sorprender que tiene Montanier, que ambos fueran de la partida. En la línea de ataque, el técnico francés tiene cinco nombres para tres puestos, y sólo Llorente parece abocado al banquillo, que al menos ha adelantado a Ifrán esta semana en la lista de preferencias del entrenador. Puede que la elección entre Griezmann, Xabi Prieto, Agirretxe (máximo goleador del equipo pero suma ya tres partidos sin marcar) y Vela dependa mucho de lo que pretenda alinear el sábado ante el Madrid, aunque el único que no fue titular ante el Getafe fue el mexicano.
Por increíble que le pueda parecer a mucha gente, la diferencia ahora mismo entre Levante y Real Sociedad es nada menos que de doce puntos, y por si alguien alberga alguna duda, ésta es favorable a los levantinistas. El equipo valenciano es líder de la competición, con veinte puntos y ninguna derrota en su casillero. El donostiarra transita por la decimoquinta posición con apenas ocho puntos, tres sobre la zona de descenso y muchas dudas sobre su presente. Son cuatro las jornadas sin ganar, sólo un punto de los últimos doce posibles, tres las derrotas consecutivas como visitante y dos los encuentros que lleva el equipo txuri urdin sin anotar siquiera un gol, desde que Iñigo Martínez anotara el gol de la temporada en el derbi ante el Athletic. La Real no sólo se enfrenta al líder de Primera División, un equipo que enlaza ya seis victorias consecutivas (demostrando que es un registro posible no sólo para Real Madrid o Barcelona), sino también al equipo menos goleado. Munúa, con tres goles, es ahora mismo el Zamora de la categoría. En el cuadro levantinista triunfa Barkero, un jugador que pudo llegar gratis a la Real este verano y que el club descartó sin hacerle siquiera una oferta. Cosas del fútbol.
La historia de la Real en el campo del Levante tiene dos caras bien distintas. En Primera División, la visión es muy amarga y todo son fracasos. Tres visitas, tres derrotas. Siendo equipo de Segunda División (contando fases de ascenso a Primera), en cambio, el balance es favorable a la Real, con tres victorias y dos derrotas en cinco partidos. La derrota más abultada en la máxima categoría es el 2-0 de la campaña del descenso a Segunda, la 2006-2007, donde el equipo de Lotina naufragó intentado jugar a ras de césped en un campo completamente embarrado. En Segunda, el triunfo txuri urdin más contundente fue en la fase de ascenso a Primera de la temporada 39-40, con el 0-3 logrado con dos goles de Terán y uno de Inciarte. No consiguió subir la Real aquel año. En cambio, sí subió en la campaña en la que encajó la goleada más grande a manos del Levante, el 4-0 de la 46-47. Fue el año en el que Benito Díaz implantó la famosa WM como esquema de juego. La última vez que se vieron en Segunda, en la 2009-2010, la Real perdió allí 1-0 pero acabaron subiendo los dos. La curiosidad es que en los ocho duelos que han mantenido estos dos equipos en Valencia en ambas categorías nunca se ha registrado un empate.
La psada temporada, la 2010-2011, la Real cumplió la tradición, al menos históricamente corta, de perder siempre en el campo del Levante en encuentro de Primera División. 2-1 fue el resultado final y tan poca diferencia en el marcador no refleja el paupérrimo encuentro que hizo el equipo de Martín Lasarte en el Ciutat de Valencia. Hasta 75 minutos tiró a la basura ante un equipo que tampoco hizo nada del otro mundo, pero que se encontró con un 2-0 fácil, en el que contó con la connivencia del árbitro, Teixeira Vitienes, que dejó al Levante coser a patadas a los jugadores realistas de más talento, en especial Xabi Prieto, porque Zurutuza no apareció en el campo hasta el tramo final. Además, Del Horno tuvo que ser expulsado antes de ser el autor del 1-0. En los últimos quince minutos, la Real tuvo hasta seis llegadas claras de gol, y en una de ellas Sarpong hizo el 2-1 definitivo. Lo inexplicable es que el equipo realista desperdiciara tantos minutos (inexplicable, pero habitual en los últimos tiempos, también esta temporada) y no jugara desde el inicio como jugó los últimos instantes del partido. De haberlo hecho, esta maldición en las visitas al Levante en Primera se habría terminado ya. ¿Se terminará en esta ocasión?
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