La Real se presenta en Zaragoza con deberes pendientes (domingo, 16.00 horas, La Romareda, Canal+ Liga 2, PPV). Deberes colectivos, pues queda ya muy lejana la Real que ganó en el estreno liguero en Gijón y remontó con grandeza al Barcelona, y deberes individuales, personificados sobre todo en un Griezmann que está obligado a hablar ya sobre el campo y no fuera de él. Deberes para que la gente no empiece a pensar tan pronto en el sufrimiento que padeció hasta la última jornada de la temporada pasada y para que el equipo no empiece una severa caída de puestos en la clasificación, en la que gracias a su buen inicio todavía mantiene una cómoda novena posición. Deberes para hacer olvidar la mala imagen que dio en el derbi en Anoeta. Y deberes para que se vayan acabando las negativas imágenes que deja este equipo, de resucitamuertos que siempre consiguen puntos cuando enfrente está la Real, y de pardillos cada vez que el rival se adelanta en el marcador y recurre a eso que llamamos equivocada y condescendientemente el otro fútbol. Muchos deberes y un equipo con bajas sensibles para prepararlos. Quizá, bajo esas circunstancias, sea la mejor forma de comprobar a qué puede aspirar la Real.
Las bajas han provocado que Montanier no tenga demasiado margen de maniobra para la convocatoria. Illarramendi y Elustondo están fuera de la lista, a pesar de lo cual Montanier no quiso tirar de Rubén Pardo, que aún no ha debutado con el primer equipo. A cambio, el técnico francés recupera a Markel Bergara, que entra así en su primera convocatoria de la temporada y se convierte en la principal novedad (también entra Toño Ramírez, que será el portero suplente en lugar de Zubikarai, que ocupó ese lugar en el encuentro ante el Athletic de hace dos semanas). Vela no se ha recuperado a tiempo del esguince de rodilla que sufrió, e Ifrán, como ya le sucedió en el derbi, vuelve a quedarse fuera. Montanier ha preferido repetir con Joseba Llorente antes que incluir a Ifrán entre los escogidos. El uruguayo recibió un golpe en el amistoso contra Osasuna de la pasada semana y no se reincorporó al trabajo de grupo hasta bien avanzada la semana. Y si algo ha quedado claro ya es que Montanier prefiere a los jugadores con los que ha podido trabajar durante más días y no arriesgar con los que acaban de salir de una lesión.
Lo que no está nada claro es cómo sorteará Montanier las ausencias que tiene para componer su once inicial. Sí parece evidente que atrás habrá continuidad. Bravo estará en la portería, con la defensa tipo del francés: Carlos Martínez y De la Bella serán los laterales, con Demidov e Iñigo Martínez por el centro. A partir de ahí es donde empiezan las suposiciones que sólo se confirmarán cuando se conozca el once de forma oficial. Mariga, Markel, Aranburu y Zurutuza se disputan los tres puestos de la primera línea de tres. No es fácil saber quién jugará ni tampoco en qué puesto lo hará, y todo dependerá de si Montanier ve a Markel, el 4 más claro de este grupo de jugadores, apto para jugar los 90 minutos. Por delante, y dado que Llorente jugó sus primeros minutos de la temporada en el tramo final del derbi, parece mucho más seguro aventurar que jugarán Xabi Prieto, Griezmann y Agirretxe. En el banquillo quedarán, además de Toño Ramírez, Mikel González, Cadamuro, Estrada, el centrocampista que finalmente descarte, Sarpong y Llorente. Se está convirtiendo en habitual que Montanier tenga muchos más jugadores defensivos que ofensivos junto a él para posibles cambios.
La Real comienza la jornada con siete puntos y ocupa la novena posición, la segunda (un punto por detrás del Atlético de Madrid) de un gran pelotón de equipos que ahora mismo forman la tierra de nadie. Tras perder los dos últimos partidos (ante un Athletic que no había ganado aún y un Mallorca que llevaba tres derrotas seguidas), el equipo txuri urdin se ha quedado a cinco puntos de las plazas europeas, que llegó a ocupar en el arranque liguero, y tres por encima de la zona de descenso, que no ha pisado desde que volvió a Primera. El Zaragoza se encuentra sólo un punto por detrás, en la decimocuarta posición. La Real no es de los equipos que se ha quejado por los horarios, pero después de dos partidos seguidos a las doce del mediodía, encara otros dos en otro horario atípico, el domingo a las cuatro de la tarde. El conjunto de Montanier ha perdido los dos últimos partidos que ha jugado como visitante. Zaragoza, un estadio en el que siempre hay mucha presión de la hinchada local, no será una plaza fácil en la que poner en práctica la decisión, que según la prensa ha adoptado el equipo, de no tirar el balón fuera ante un contrario que finja una lesión (después de la continua tomadura de pelo en este sentido en Mallorca y la gota que colmó el vaso, que fue el teatro de Muniain en el derbi).
La historia dice que La Romareda no es un campo especialmente propicio para la Real, pero menos aún en la historia reciente. En total, ha jugado 50 partidos, de los cuales ha ganado diez y ha empatado 16, con 24 derrotas. 46 de esos encuentros fueron en Primera, con 23 triunfos locales, nueve visitantes y catorce igualadas. Pero en las últimas doce visitas (una de ellas en Segunda), el equipo txuri urdin sólo fue capaz de ganar en una ocasión, el 0-1 con gol de penalti de Xabi Prieto de la temporada 2005-2006, y perdió en siete ocasiones. La Real ganó en dos ocasiones por 1-3 en Zaragoza, la primera en la campaña 57-58 (con dos goles de Segurola y uno Laguardia) y la segunda en la 91-92 (con dos tantos de Oceano, uno de ellos de penalti, y el otro de Lumbreras). La mayor goleada local llegó en la temporada 61-62, en el penúltimo descenso a Segunda de la Real. 6-3 fue el marcador, y los goles realistas los anotaron Almandoz, Villa y Cacho. Por diferencia de goles, la más abultada fue el 4-0 de la campaña 78-79. Curiosamente, en los cuatro partidos disputados en Segunda, los dos equipos empatan a todo y marcaron siempre: 2-1 en la 44-45, 1-2 en la 45-46, 1-1 en la 46-47 y 2-2 en la 08-09.
Si la pasada temporada, la 2010-2011, hubo un campo en el que la Real se pudo sentir muy agraviada por la actuación arbitral, ese fue La Romareda. El responsable, Teixeira Vitienes. Sinama Pongolle adelantó a los locales a los diez minutos y la Real empató a la media hora de la primera parte, gracias a un balón que cortó el colegiado, permitiendo un fulminante contraataque de la Real en el que participaron Llorente, Zurutuza y Xabi Prieto, este con un magnífico disparo ante el que nada pudo hacer Leo Franco. A partir de esa jugada, que el árbitro no se debió quitar de la cabeza, todo lo que pitó Teixeira fue en contra de la Real. No expulsó a Ponzio por un claro codazo a Zurutuza. Después anuló un gol a Zurutuza por una faltita que al contrario no hubiera señalado. En el minuto 90, concedió el 2-1 del Zaragoza a pesar de un claro fuera de juego (en todo caso, la Real defendió esa jugada con tan poca inteligencia e intensidad como había defendido la del 1-0). Y en el 93, ya a punto de señalar el final, omitió un clamoroso penalti sobre Tamudo. Aparte de la prevaricadora actuación arbitral, la Real fue más que el Zaragoza y tuvo sobradas ocasiones para ganar. Pero sea cual sea el análisis, Teixeira Vitienes decidió el partido.
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