lunes, octubre 03, 2011

La curiosa maldición de los goles desde el centro del campo

Como si esto del fútbol no tuviera ya suficientes tópicos, va Iñigo Martínez y añade el domingo otro más. Y este tiene guasa. Agarraos todos: si la Real marca un gol desde el centro del campo, pierde seguro. Así, tal cual. Cualquier equipo recuerda estos goles como parte de triunfos memorables. Ahí está el de Nayim en la final de la Recopa con el Zaragoza, o el de Aragón en la Supercopa con el Real Madrid y ante el Barcelona como grandes ejemplos. Pero la Real es diferente. En la Real los finales felices cuestan mucho más que marcar el mejor gol de la temporada, de unas cuantas temporadas. Una de las cosas que más me dolió del derbi fue precisamente esto, que Iñigo Martínez, de lo mejor de la Real y de largo en este arranque de la temporada, se estrenara como goleador con una maravilla como ésta y que ni siquiera sirviera para sumar un punto... Pero es que la máxima está ya escrita: gol desde el centro del campo, derrota segura. Tirando sólo de memoria, la Real ha marcado así en dos ocasiones precedentes y en las dos cayó el equipo txuri urdin.

Temporada 1989-1990. El 28 de enero, la Real visita La Romareda. Mal partido de los dos equipos que se resuelve al final. En el minuto 80, Sirakov marcó el 1-0. Siete minutos después, el mismo jugador fuerza un penalti. Es Chilavert, el portero del equipo zaragocista quien lo lanza y se lo marca a González. Tan contentos estaban todos en el equipo maño que se marcharon a su propio campo en la celebración sin darse cuenta de que Goikoetxea ya estaba dispuesto para recibir el saque de centro. El árbitro reanudó el partido y el realista, desde el centro del campo, aunque en la mitad del equipo rival, hizo el 2-1. Era el minuto 88 y no dio tiempo para más. "Mis jugadores se entretuvieron en la celebración, pecaron de inocentes y dejaron la portería vacía", dijo Radomir Antic, técnico del Zaragoza. Marco Antonio Boronat, el entrenador aquel día de la Real, lo resumió de otra manera. "Los goles los marcan los listos", dijo. Pero nos fuimos con cara de tontos y derrotados.

Temporada 1997-1998. El 1 de marzo, la Real visita el Estadio Romano José Fouto de Mérida. Y allí hace un partido lamentable, indigno de un equipo que rondaba las primeras posiciones de la tabla. El Mérida se pone 2-0 con una facilidad tremenda, aprovechando además que la Real se queda con diez por expulsión de Kovacevic al filo del descanso. En el minuto 80, De Pedro coge el balón en su propio campo y lanza un zurdazo salvaje que se cuela en la portería del Mono Montoya. Aunque el extremo zurdo ya había intentado en alguna ocasión ese gol, lo marcó en Mérida gracias a que el portero suplente de la Real, Roberto Olabe, le había dicho que Montoya jugaba muy adelantado. "Llevaba todo el partido al borde del área y nosotros también somos listos", dijo De Pedro. Listos, sí. Pero de nuevo derrotados.

Eso sí, esta rocambolesca maldición que sólo le puede pasar a la Real deja una nueva máxima. Temporada en la que un jugador realista marca un gol desde el centro del campo, temporada en la que el equipo txuri urdin se clasifica para Europa. En la 89-90, acabó en la quinta posición. En la 97-98, en la tercera. Con todo el cabreo monumental que arrastro por lo sucedido en el derbi, ya firmaba yo que eso también se cumpliera. Porque digo yo que no sólo lo negativo podrá cumplirse con este equipo, ¿no?

2 comentarios:

Kike Ríos dijo...

Ojalá se cumpla vuestra bendita maldición y la Real pueda volver a Europa este año, ya os lo merecéis después de tantos años.

Un saludo cordial.

Javier Muñiz dijo...

Hola preciosas letras van desnudando la integral pureza y belleza de este blog, si te va la palabra elegida, la poesía, te invito al mio,será un placer,es,
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen día, besos sinuosos...