El principal problema está en el extremo izquierdo. Vaughan se ha resentido de unas molestias en el pubis, de las que fue operado antes de venir a la Real, y deja cojo al equipo por la banda izquierda por un periodo de tiempo indefinido, que podría ser incluso de meses. El equipo ha sufrido mucho cuando el galés no ha estado en el campo y Coleman todavía no ha encontrado un buen relevo. Por ese puesto han pasado Gari, Xabi Prieto y Novo. Quizá opte el técnico galés por Aranburu. No es un buen puesto para él, pero como solución de emergencia quizá sea la más oportuna para no perder el equilibrio en el sistema. Otra baja es la de Gerardo, ésta por tarjetas. Carlos Martínez, que no juega desde la segunda jornada, volverá al lateral derecho para confirmar las buenas sensaciones que dejó en el primer partido, en Anoeta ante el Castellón.
La pareja de centrales es también una incógnita. Los hasta ahora titulares, Víctor López y Labaka, han sufrido molestias durante la semana y son duda, al igual que Mikel González. Sólo Ansotegi está en perfectas condiciones y Coleman ya ha apuntado que, en caso de necesidad, Garitano podría actuar en el centro de la defensa. Eso, y un posible cambio de sistema para compensar la baja de Vaughan, da opciones a Markel Bergara y a Elustondo. Larrea entra en la convocatoria por primera vez y vuelve Stevanovic, aunque a Ferrol han viajado 21 jugadores y tres verán el partido desde la grada. La delantera también es una incógnita, primero porque no se sabe si serán uno o dos delanteros los que salten al campo y segundo porque no se saben los nombres que estarán en el once titular.
Son muchos los objetivos que busca la Real en Ferrol. Por supuesto, una victoria que evite una mayor distancia con respecto a la tercera plaza. Ahora mismo son siete los puntos que separan a la Real del ascenso. Muchos a estas alturas, pero ni mucho menos una distancia insalvable, puesto que queda mucho en juego. Ganar permitirá a la Real ascender al menos dos posiciones en la tabla y podría colocarse incluso en quinta posición. Como ya dije la pasada semana, cuando no pudo ser, es hora de que la Real dé un paso al frente y acabe con los fantasmas. Para ello, deberá cerrar la puerta a goles a balón parado y en los últimos minutos, los dos grandes males que está padeciendo el equipo de Coleman en este duro inicio de la temporada en Segunda División.
Ganar supondría adelantar al Racing de Ferrol, que es sexto en la tabla con un punto más que la Real. Los gallegos no son un equipo especialmente fiable en casa (de cuatro partidos, dos derrotas y sólo una victoria, ante Las Palmas, colista ahora mismo de Segunda), pero sí rocoso defensivamente, a pesar de que sólo ha sumado un punto en sus últimos tres partidos. Un aspecto que puede tranquilizar a la Real es que no es un equipo que maneje con solvencia las jugadas a balón parado. Ha marcado dos tantos de falta directa, pero ningún en jugadas de falta o córner. Que no se rompa la tendencia con la Real, porque entonces el problema se agravaría mucho más.
No será la primera vez que la Real juegue en campo del Rácing de Ferrol, aunque sólo los más mayores tendrán algún recuerdo de esos encuentros. La última vez que el equipo txuri urdin jugó allí fue en la temporada del último ascenso a Primera, la 66-67. El resultado aquel año fue de 0-1 para los realistas. Los Racing de Ferrol-Real Sociedad han sido siempre partidos con goles y, casi siempre, favorables al equipo visitante. De siete visitas, cuatro victorias, dos empates y sólo una derrota para el cuadro donostiarra, por 4-2 y en el primer encuentro que jugaron, en la temporada 40-41. En los anales de la historia de la Real está el 0-8 logrado en la campaña 42-43. Eran otros tiempos, claro...
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