La Real suspendió la lección y perdió 0-1. Suspendió en las jugadas a balón parado, ya que el gol del Sporting de Gijón llegó como consecuencia del rechace de un saque de esquina, en un descomunal despiste defensivo, impropio de un equipo como debe ser la Real. Suspendió la gestión de los últimos minutos, de hecho casi toda la segunda parte, donde dejó de entender cómo era el partido y permitió demasiadas jugadas de ataque de unos gijoneses que en la primera mitad no habían llevado peligro a la portería de Riesgo. Pero sobre todo los últimos minutos, tercer día de la temporada en que se van puntos en ese tramo final. Y suspendió otra vez ante un presumible rival directo por el ascenso. El Numancia ganó a la Real y el Sporting ha hecho lo mismo. Cero de seis puntos posibles en los dos primeros duelos de esta fase de la Liga que, todos coincidíamos, iba a marcar el verdadero nivel del equipo. De momento, lección suspendida.
Sorprende este suspenso porque la primera parte fue muy buena. Se llegó con facilidad a la portería gijonesa, se crearon ocasiones de gol, se elaboró un juego en ocasiones bastante bueno. Pero a este equipo, por el momento, le faltan dos cosas esenciales. La primera, un ritmo constante de juego en el centro del campo que haga llegar balones a los delanteros de forma más constante. Teniendo a Elustondo, Markel y Larrea en el banquillo, quizá sea hora de buscar nuevas soluciones por ahí. Y la segunda, la esencial en este deporte, la única cualidad de la que un equipo no puede adolecer si quiere conseguir logros importantes, el gol. Fueron titulares Díaz De Cerio y Delibasic. Ningún gol. Tuvieron 25 minutos en la segunda parte Gari y Skoubo. Ningún gol. Necesitamos ya que al menos uno de ellos entre en racha, porque por ahora el único que mantiene el tipo en el aspecto goleador en Iñigo, con tres tantos.
La decoración cambió por completo en la segunda parte. La sensación, aunque salvando ciertas distancias, era la misma que el año pasado, cuando los rivales daban a la Real el beneficio de la duda en los primeros 45 minutos y después, al ver que aquel equipo no asustaba a nadie, se iban a por el partido. El Sporting de Manolo Preciado (un técnico al que siempre he valorado muchísimo y que sabe armar equipos muy decentes) corrigió los errores de la primera parte y comenzó a entrar en el área con bastante peligro. Puso a prueba a un Riesgo que sigue siendo de lo mejor de la Real y acabó aprovechando el mayor punto flaco que sigue teniendo la Real en la Segunda División: las jugadas a balón parado.
Y ya no hubo reacción, aunque se jugaron diez minutos más. La Real a veces es presa de su propia ambición, que la sigue teniendo (meter dos delanteros y un centrocampista ofensivo es tener ambición e ir a por el partido), y de la ansiedad que los propios jugadores se generan al no conseguir que esa ambición lleve al triunfo. Ocurrió el día del Poli Ejido, estuvo a punto de pasar con Elche y Albacete, pasó con el Numancia y el Sporting ha repetido la jugada. Y otra vez un gol en los últimos minutos del partido. Coleman tiene prohibido hablar de ascenso, pero quizá lo que habría que prohibir a los jugadores de la Real es que piensen en las consecuencias de las derrotas. Juguemos al fútbol, porque sigo creyendo que este equipo tiene más fútbol del que demuestra muchos días, y ya veremos dónde nos coloca el fútbol al final.
Se quejó Coleman al final del partido de la valoración periodística sobre la sorpresa de la tarde. Alvaro Novo fue el primer cambio de la Real y disputó sus primeros minutos de la temporada. La verdad es que no dio una a derechas y perdió cada balón que tocó, aunque no debió ser fácil saltar al campo después de tanto tiempo sin jugar. Lo que está claro es que la Real tiene un gran desequilibrio en la banda izquierda. Vaughan sólo estaba para jugar 45 minutos, según confesó al final el técnico galés, y jugó algunos minutos más. Y no hay recambio al galés, que en la primera parte fue de lo mejor de la Real. Cambiar de banda a Xabi Prieto no ha funcionado. Novo, por el momento, no parece capaz de dar en los partidos el nivel que, según dicen quienes acuden a Zubieta todos los días, que está dando en los entrenamientos.
Ya son tres derrotas en casa de los cinco partidos que se han jugado. Esta es la más dolorosa y decepcionante porque ha sido ante un presumible rival directo en una jornada que todos esperábamos fuera ilusionante. Empiezan a ser muchas derrotas en casa y las tres veces que se ha perdido se ha hecho sin conseguir perforar la portería contraria. Eso nos lleva a lo mismo: falta gol y el fallo puntual de muchos partidos en jugadas a balón parado sigue provocando una sangría de puntos de la que nos podemos arrepentir en el futuro. El ascenso se nos coloca esta noche a ocho puntos de distancia, la Real duerme en octava posición, la misma que tenía antes del partido, pero mañana podrían adelantarle hasta seis equipos. Los dos próximos partidos, además, serán fuera de casa (Racing de Ferrol y Hércules serán los rivales), donde la Real parece estar a mejor nivel que en Anoeta. Paciencia. No queda otra.
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