Victoria de la Real en Tarragona. Aire para los pulmones blanquiazules y tres puntos de oro, antes de la siguiente final, la que jugarán los de Lotina el próximo domingo en Anoeta ante el Celta de Vigo. La Real sigue viva, sigue aspirando a la salvación, sigue mantiendo sus opciones de seguir el próximo año en la Primera División. Y no deja de ser paradójico que la victoria más cómoda de la temporada haya llegado después de un partido horroroso en casi todas sus facetas. En casi todas, menos en la anotadora, porque marcar tres goles no es la costumbre de esta Real, y anotar dos en jugada a balón parado es algo a lo que en absoluto estamos habituados
Fútbol ninguno en realidad. De hecho, durante buena parte del partido, hasta el 1-3 definitivo, el Nastic ha tenido mucho más. Mucho más balón y muchas más ocasiones. Bravo, a pesar de que se ha tragado claramente el gol de Portillo, ha tenido cuatro o cinco intervenciones que han salvado el resultado. Dani Estrada, para debutar como titular en la Real y hacerlo como lateral derecho, ha hecho un trabajo bastante notable. Y la gota de calidad del partido, la diferencia entre uno y otro equipo, la ha puesto Savio. Su gol, el segundo de los realistas, ha sido el único punto de fútbol de verdad que hoy se ha visto en Tarragona.
Porque la Real empezó realmente mal el partido y los dos goles (la cabeza de Garitano, autor del primer gol, ha sido un valor muy desaprovechado a lo largo de toda la temporada; será una baja importante por tarjetas la próxima semana) en la primera media hora debió haber tranquilizado mucho más a los de Lotina. El gol de Portillo devolvió los nervios, aunque en el último tramo de la primera parte apenas tuvo ocasiones el Nastic. Los tarraconenses salieron en la segunda parte con la intención de apurar sus últimas opciones. E hicieron que el corazón de todos los realistas temblara hasta límites insospechados teniendo en cuenta que delante estaba el colista. Y es que el colista nos hizo sufrir.
Ese sufrimiento acabó con el tercer gol, el de Ansotegi, pero el partido deja muchos cabos sueltos en el fútbol de la Real. Y todo partiendo de la alineación de Lotina. El principal punto a criticar sigue siendo que Herrera, después de no haber jugado un solo minuto ante el Barça, tenga un hueco en este equipo. Es inaudito que este jugador deje a cualquier otro en el banquillo. El argentino tuvo en sus botas matar el partido en al menos dos jugadas y no hubo forma. Darko jugó demasiado lejos del área, mucho más de lo habitual incluso desde que Lotina le coloca en la mediapunta y tuvo una nula influencia en el partido. La sorpresa de la alineación fue la suplencia de Xabi Prieto. Sus últimos minutos en el campo parecieron devolver al mejor Xabi. Ojalá esta suplencia le devuelva su mejor nivel de cara a estas últimas cuatro finales.
Hoy este deporte le ha sonreído a la Real. La suerte ha sido propicia. Pocas ocasiones, pero tres goles. Ocasiones del rival, y hasta el palo a favor. Hemos tenido 20 minutos de tranquilidad en el partido, y eso no lo hemos tenido en toda la temporada. Hay que apreciar eso por muchos problemas que se hayan tenido. Y hay que apreciar que seguimos ahí. Lotina y sus jugadores estaban muy contentos al final del partido y convencidos de que la salvación es posible. No es para menos, porque sólo es la segunda victoria fuera de casa. Y hay que conseguir al menos otra más en las dos salidas que quedan.
La afición de la Real volvió a dar una lección en todo momento. Es maravilloso ver cómo nuestra gente salió del Nou Estadi, animando al Nastic, recibiendo el aplauso de la afición rival y demostrando que en el fútbol no hace falta desear males ajenos a nadie. Ojalá tengamos pronto en Primera otro encuentro con el Nastic. Ambas aficiones se lo merecen. La Real, esta vez sí, pudo ofrecer la victoria a sus seguidores lejos de Anoeta. No pudo hacerlo en Getafe, en Montjuic o en Villarreal, donde la marea blanquiazul también arropó a sus jugadores. La siguiente alegría tiene que ser en casa, pero después viene una bonita excursión a Pamplona.
Y ahora se abre un panorama distinto al que esperábamos todos al final de esta jornada. La victoria del Levante en Vigo ha colocado a la Real por encima del Celta, con lo que ya sólo hay que superar a un equipo más. Ganar la semana que viene al equipo de Stoichckov supone casi tener descendidos a dos equipos. Y los enfrentamientos directos pueden dejar a la Real a tiro de la salvación. La mala noticia no es sólo que el Levante haya sumado tres puntos que no esperábamos, sino que el Osasuna ha perdido en casa. Levantinos y navarros juegan la próxima semana, y Osasuna recibirá después a la Real. Si los de Ziganda no sacan tres puntos en Valencia, no habrá posibilidad ni siquiera de rumores de favores a la Real.
Ahora mismo es dificilísimo saber qué equipos serán los auténticos rivales de la Real, porque se están metiendo muchos en esta pelea, pero hoy al menos respiramos. Son cinco puntos reales los que nos sacan Betis (si pierde el partido que ya está jugando ante el Barcelona; los culés van ganando ya 1-0 al enviar esta crónica) y Athletic de Bilbao (por el average; cómo me estoy acordando ahora mismo del derbi en Anoeta...). Ha dicho Lotina que seguro que si la Real hace sus deberes los resultados ajenos favorecerán a nuestro equipo. Ojalá. Porque seguimos vivos. La final de hoy se ha ganado. La próxima, el domingo que viene. Y después quedarán tres más.
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