Agotadas ya las posibilidades de subir a Primera División, la Real tiene que jugar los tres partidos que quedan por hacer valer el peso de su historia, de su camiseta y de su escudo. Y en su primer partido (sábado, 18.30 horas, Teresa Rivero, sin televisión) tiene un motivo más: Claudio Bravo. Su portero está en disposición de ganar el Trofeo Zamora y su principal rival es el rayista Cobeño. Aunque para algunos sea un objetivo menor en esta temporada triste, en la centenaria Historia de la Real sólo un portero ha logrado esa distinción, Luis Arconada. Al menos sería un motivo de satisfacción para el final de esta triste temporada. Aunque no cabe pensar en que los despachos vayan a cambiar algo, sobre todo después de la burla que se le hizo a la Real hace un año, el objetivo debe ser siempre acabar lo más arriba posible por si acaso. Y quienes salten al campo deben sentir la obligación de ofrecer a su gente, que también la habrá en Vallecas, un buen espectáculo.
La convocatoria de Lillo para este partido ofrece la mejor noticia posible: el regreso de Elustondo. El mediocentro volverá después de la lesión sufrida allá por el lejanísimo mes de septiembre, cuando estaba atravesando por su mejor momento. Ojalá que sus lesiones sean cosa del pasado y podamos volver a verle a su mejor nivel. Vuelve también a la convocatoria otro de los lesionados, Dramé, aunque como es lógico la importancia de ese regreso es infinitamente menor. Su vuelta viene a cubrir la baja de Ansotegi, aunque el técnico también ha decidido incluir al defensor del filial Camaduro. Junto a él, entrar en la lista otros tres potrillos: Javi Ros (después de dejar muy buena imagen en los dos encuentros que ha jugado, en Salamanca y Anoeta ante el Córdoba), el portero Toño Ramírez (que no jugará) y el delantero Borja Viguera (que ya fue llamado para Salamanca y que entra por la ausencia de Abreu, concentrado con su selección). Aterra pensar que, si Lillo no hubiera recuperado a dos lesionados, sólo hubiera podido convocar a doce jugadores del primer equipo.
Con tanta baja (como en demasiadas jornadas de esta Liga), con el fin de las opciones matemáticas de luchar por el ascenso (que llegaron hace una semana y que convierten en estos tres partidos en un trámite), con algún que otro jugador que dejará la Real a final de temporada (y que provoca que la afición no quiera verle más sobre el campo, como es el caso de Castillo) y con tanto chaval joven en la lista, adivinar el once de Lillo es toda una incógnita. Lo que sí es seguro es que Zubikarai estará en la portería, que Labaka será uno de los hombres de la defensa, y que Agirretxe (superados sus problemas físicos de esta semana) y Xabi Prieto tendrán un hueco en las líneas atacantes. Lo demás, una incógnita. Parecería lógico que se repitiera la pareja de mediocentros de las dos últimas semanas, Diego Rivas y Ros, pero es aventurado saber con qué sistema pretende jugar Lillo en Vallecas y qué hombres pondrá en el resto de puestos.
Ya no tiene ningún sentido mirar la clasificación, más allá de que Real y Rayo se juegan este fin de semana la quinta plaza. Los rayistas parten con dos puntos de ventaja. El Hércules, cuarto en la tabla con seis puntos más que los realistas y el golaverage particular a su favor, parece ya demasiado lejos como para alcanzarle. Serían necesarias las tres victorias y que los alicantinos pincharan en sus tres partidos, siendo al menos uno de ellos una derrota. Pero sí hay un aliciente deportivo importante en este encuentro, más allá de la clasificación. Bravo lidera la clasificación del Trofeo Zamora con un coeficiente de 0,88 goles por partido, y Cobeño, el meta del Rayo, es segundo con 0,89. Si el rayista encaja tres goles en lo que queda de Liga, el galardón estaría asegurado para el meta chileno de la Real incluso sin jugar un minuto más. La Real tiene que contribuir a ese objetivo marcando más de un gol a Cobeño, independientemente del resultado final del partido.
No es el de Vallecas un campo muy propicipio para la Real, aunque en Segunda División sólo jugó una vez y ganó, además en la temporada 66-67, la del último ascenso a Primera. El resultado fue 0-1 y el gol lo anotó Gorriti. En la máxima categoría, el equipo txuri urdin ha visitado Vallecas en doce ocasiones, ha perdido en siete, empatado en tres y ganado sólo en dos. Los triunfos realistas, muy contundentes ambos, se produjeron hace demasiados años, en las campañas 78-79 (0-4, dos goles de Satrústegui, otro de Idígoras y el último de López Ufarte) y 89-90 (0-3, Loinax, Mentxaca t Goikoetxea hicieron los goles). Pero desde hace 19 años la Real no vence en este campo madrileño, en el que ha perdido en seis de sus últimas siete visitas, algunas de ellas con cierto estrépito como el 4-1 de la temporada 2000-2001 que desembocó en el cese de Javier Clemente como entrenador realistas tras gritar "Clemente, vete ya" toda la grada del Teresa Rivero.
La última vez que la Real jugó allí fue en la temporada del subcampeonato, la 2002-2003, y eso sí, fue uno de los peores partidos que hizo el conjunto de Denoueix en esa campaña. Después de defender con gran categoría su liderato en el Santiago Bernabéu, tuvo que jugar en casa del Rayo, y el resultado fue el mismo: 0-0. Los realistas, con la baja de un Nihat en plena forma, apenas fueron capaces de inquietar la portería de Etxeberria, y los rayistas se encontraron con la espléndida defensa que formaban Jauregi y Schürrer, con lo que tampoco pusieron en excesivos problemas a Westerveld. El empate le sirvió a la Real para mantener el liderato y prolongar a once jornadas su marca de imbatibilidad (que finalmente llegó a 19). Duele pensar que si aquel día la Real llega a ganar, hoy recordaríamos que este equipo tendría tres títulos de Liga. Pero ¿quién iba a saberlo entonces...?
2 comentarios:
buenas el partido si que lo televisan, lo hechan por telemadrid.un saludo.
Arkaitz, estaba previsto en un principio que lo ofreciera Telemadrid, pero a comienzos de semana anunciaron que no lo darían. El Rayo, no obstante, decidió mantener el horario de sábado a las 18.30 horas.
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