Vaya por delante que siento una gran admiración por el Eibar, un equipo realmente modesto que, con un presupuesto muy reducido ha demostrado durante las dos últimas décadas que se puede competir con nobleza y solvencia en Segunda División. Vaya también por delante que cada fin de semana, esté donde esté la Real, siempre miro el resultado del Eibar y me alegra ver que saca sus partidos adelante. Y pongo eso por delante porque no quiero que nadie piense que hay rencillas deportivas detrás de lo que voy a decir. Más bien al contrario, lo que hay es muchísimo respeto y cariño, seguramente el mismo que sienten casi todos los aficionados de la Real por este club vecino.
Pero lo que tengo que decir hoy del Eibar no es precisamente positivo. Es que no esperaba unas declaraciones como las que ha hecho su presidente, Jaime Barriuso. No creo que la situación actual de la Real esté como para que supuestos amigos echen más leña al fuego y lancen torpedos de forma indiscriminada. No entiendo que un club amigo y convenido prefiera recurrir a los medios de comunicación para expresar sus quejas antes que levantar un teléfono y hablar directamente con el presidente de la Real. Por supuesto que es lícito que reclame lo que es suyo, y si la Real le debe dinero, lo acabará pagando, Ley Concursal mediante. Pero el fútbol es algo más que una empresa, al menos para la masa de aficionados. Y el cariño que uno puede sentir por el Eibar se ve defraudado por actuaciones así.
Lo que más me llama la atención de las palabras de Barriuso es que lo quiere todo. Dice, por un lado, que el convenio está roto porque la Real no ha pagado. Vale, perfecto. Si hay que romper, se rompe. Pero por otro lado insiste en pedir la cesión de dos jugadores del Sanse, Balenziaga y Viguera, tal y como se recoge en ese convenio. No lo entiendo. De verdad que no lo puedo entender. ¿Rompemos un convecio por un impago cuando el club está en una situación de especial trascendencia histórica pero a la vez reclamamos el cumplimiento de las partes que más nos benefician? Como poco, inconcebible. Por no decir hipócrita. Además, resulta imposible que la Real tenga claro a estas alturas de la temporada si va a contar con los chavales para el primer equipo. El cuerpo técnico está recién nombrado y la plantilla, en parte gracias a la Ley Concursal, a medio hacer. Sorprenden, por tanto, estas urgencias del Eibar precisamente ahora.
En los malos momentos, lo que uno espera de los amigos es que sean comprensivos. Si no tenemos ni siquiera eso, la amistad es bastante dudosa. Se convierte en interés puro y duro. En la jornada 2 de la pasada temporada, la Real visitó Ipurúa y el Eibar sacó de aquel partido, sólo en concepto de taquilla, cerca de 150.000 euros, nada menos que el 5 por ciento de su presupuesto total. No creo que otro equipo de Segunda haya dejado un montante siquiera cercano en las arcas azulgranas. ¿Se acuerdan ahora de eso o de las cesiones de jugadores realistas que ha disfrutado? No. Ahora dan por roto el convenio de forma unilateral y reclaman que, para no depender del presidente de turno de la Real, se cree una fundación. Y lo curioso es que ya existe algo así, Kirolgi, una fundación creada en 1998 para fomentar el desarrollo del deporte guipuzcoano.
Quizá, con el no ascenso a Primera, quien debiera pensar en estos convenios sea la Real Sociedad. Porque uno echa la vista atrás y no deja de pensar que el Eibar le quitó a la Real dos puntos en Anoeta que, al final, seguramente hubieran sido decisivos para regresa a la élite del fútbol español. Con esos dos puntos, la Real habría afrontado la última jornada en la segunda posición. Y antes de la penúltima, se podría haber permitido el lujo de perder en Vitoria, sabiendo que una victoria en Anoeta frente al Córdoba en la última jornada (ganar en casa, lo mismo que hicieron el 15 de junio Málaga y Sporting con la ventaja de saberse por delante de la Real) le garantizaba el ascenso. La conclusión es que un club que recibe suvenciones de la Real colaboró en su no ascenso y, por tanto, en su situación actual. Y la pregunta queda en el aire: ¿merece la pena colaborar, económica y deportivamente, con un equipo que es rival de la Real puesto que está en la misma categoría?
1 comentario:
hola juan ,enhorabuena por tu trabajo y gracias . Pienso exactamente igual que tu y espero que badiola no nos defraude. un abrazo
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