Minuto 89. Saca el balón jugado desde atrás Aranburu, abre el balón a la banda izquierda, donde la recoge Castillo. Éste cede a Nacho, que profundiza, se da la vuelta y cede el balón atrás, donde Castillo saca un magnífico centro que remata Martí en el interior del área. Esteban atrapa en dos tiempos, sin que Víctor sea capaz de llegar al remate. Esa jugada de la Real debió ser la tónica del partido, lo fue durante buena parte de la primera mitad, pero el equipo desapareció. Desapareció por completo y de forma inexplicable tras el primer cambio de Lillo, cuando Fran Mérida salió del cesped para dar entrada a Víctor. Después de éso, sólo esa jugada y un contraataque de tres atacantes contra dos defensores mal gestionado por Martí que tardó mucho en pasar el balón a Gari Uranga, perdiendo una clarísima ocasión.
¿Por qué, Lillo? ¿Por qué el equipo no jugó igual durante todo el partido? ¿Por qué mantuviste ese trivote que no estaba dando resultado ofensivo? ¿Por qué no se lanzó el arreón definitivo para ganar el partido? ¿Por qué la Real no buscó la victoria como se suponía que debía hacer? ¿Por qué los cambios no sólo fueron ofensivos, sino que parecieron quitarle toda la vida al equipo? ¿Por qué? La verdad es que es difícil encontrar explicación a lo que sucedió durante la segunda parte de un encuentro que parecía controlado. Quien más quien menos podía pensar que el segundo gol de la Real era cuestión de tiempo. Pero la Real desapareó. De una forma clamorosa. ¿Por qué? "No hemos encontrado la pelota y cuando no encuentras la pelota...", es la explicación del técnico, que sentenció: "Yo creo que vamos a aprender de ésta".
Más vale que aprendamos porque hoy la Real no se ha demostrado, desgraciadamente, como el equipo de Primera que debía pasar por Balaídos. ¿Un punto es bueno? Qué sé yo... Pero la cara de tonto que deja este partido no se solucionará hasta que dentro de ocho días el equipo txuri urdin salte al campo. Porque hoy se ha perdido una ocasión inmejorable, una más, de dar un golpe de efecto a esta tortuosa travesía en Segunda. Porque la impotencia que ha producido el juego de la Real ha sido mucha durante la segunda parte. Porque se ha encajado otro gol a balón parado y no se ha generado nada de peligro en las numerosas faltas al borde del área y córners de los que ha dispuesto el equipo, otra semana más. Porque casi nada ha convencido al final.
Al descanso, la sensación era muy distinta. La Real, sin jugar ni mucho menos un partidazo, tenía el control del juego. Llegaba al área contraria con cierta asiduidad y tenía muchas buenas noticias. Martí controlaba lo que pasaba sobre el césped a pesar de la desaparición de Garitano y Aranburu. Castillo realizaba los mejores primeros 45 minutos de la temporada, segurísimo atrás y con muchísima proyección ofensiva, con la guinda además del jugadón que acabó con el gol. Gol, por cierto, de Díaz de Cerio, que rompía así la sequía de cuatro jornadas que arrastraba. Xabi Prieto, sin llegar a mostrar el juego que de él se espera y quizá mermado por el esguinde que sufrió el viernes, metía algunos buenos pases. Mérida era el más desaparecido en ataque y tampoco supo sacar provecho de las faltas que sacó.
Pero a pesar de eso la cosa pintaba bien. A pesar de eso y del enorme fallo de marcaje que costó el gol del Celta. La segunda parte comenzó con parámetros bastante similares, pero algo pasó. Y pasó, lo que no deja de ser curioso, cuando salió del césped el jugador que menos peligro estaba llevando, Mérida. Eso es lo inexplicable. Porque, por mucho que Nacho no entrara en contacto apenas con el balón, las cosas no tenían por qué empeorar. Pero empeoraron. Hasta el punto de que el Celta, sólo colgando balones al área, sin mucho fútbol, generó un par de ocasiones bastante claras. En una se resbaló el delantero celtiña, en la otra Labaka casi introduce el balón en su propia portería. Y la Real sólo ese jugada del minuto 89 y el contraatque posterior. ¿Por qué no se mantuvo el juego? Un misterio del que nunca tendremos respuesta. ¿Hemos aprendido, como dice Lillo? Eso lo veremos la semana que viene.
Hoy es difícil encontrar la cara positiva del partido, a pesar de que se ha sumado un punto. La Real vino a ganar y no ganó. El partido fue malo y la segunda parte descorazonadora. "No hemos hecho nuestro trabajo, en las nueve finales que quedan hay que hacerlo. Este tren ha pasado y hay que coger el siguiente, pero no sé cuántos más va a haber", resumía el presidente, Iñaki Badiola, al final del encuentro, convencido de que las cuentas "siguen dando, sin ninguna duda", pero sabiendo que ya no se puede estar mirando a lo que hacen los rivales. Y, a la espera de lo que suceda mañana entre Málaga y Sporting, es verdad, porque lo mejor de hoy han sido los demás resultados. El Castellón ha perdido y Tenerife y Elche han empatado, y además el Celta pierde ya sus opciones de luchar por el ascenso. Pero hoy nos quedamos con mala cara. Qué pena.
1 comentario:
Yo tampoco lo entiendo... pero ahora està el Nastic... y tenemos que ganar!!! Aupa Real desde Roma!
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