REAL SOCIEDAD 2 - ATLÉTICO DE MADRID 0. La victoria de un equipo grande

Hace ya muchos años escuché, de boca de ese gran realista y periodista que es Gorka Reizabal, que la Real era el más pequeño de los equipos grandes y el más grande de los pequeños. Hoy ha ganado un equipo grande. Hoy ha ganado la Real. ¡Qué victoria! ¡Qué sufrimiento! ¡Qué gozada ha sido el pitido final! ¡Qué explosión de alegría!Tres puntos de oro que ya hacen que (casi) todos pensemos que la salvación es algo más que una mera posibilidad. Hoy se ha visto a un gran equipo. A un equipo de Primera. A la Real.

Y es que a veces el fútbol parece un deporte muy sencillo. Cuando los buenos juegan bien, las cosas salen. Después de seis minutos de imprecisiones, pérdidas de balón y pases en largo, Garrido ha bajado el balón. Savio se ha desdoblado y el lateral ha metido el balón por la espalda del defensa. Savio ha metido un extraordinario pase con el efecto hacia fuera entre los dos centrales del Atlético (¿quién no se ha acordado con este pase de esos años en que un zurdo con un guante en la bota llamado De Pedro jugaba en esa banda?). Díaz de Cerio se lleva a uno de los centrales con su desmarque al primer palo. Y Kovacevic ha entrado como una bala hasta la línea del área pequeña para empujar el balón al fondo de la portería de Leo Franco. Fácil, ¿verdad? Pues ya no abundan goles así, con lo cual el mérito es doble. O triple. Porque ese gol daba la vida a la Real.

Los nervios, en todo caso, han aparecido. No debe ser nada fácil jugar todos los días al borde del abismo, y eso hay que reconocerlo. Hoy ha sido Ansotegi quien más lo ha pagado. Ha tenido tres graves errores que han propiciado las tres ocasiones más claras del Atlético en la primera parte. Pero se ha rehecho en la segunda parte, eso también hay que decirlo. Víctor López también ha tenido un error en el descuento de la primera parte que Torres echó fuera. A lo mejor era para recordar a una feliz afición que esto sólo se consigue con sufrimiento. Porque se ha sufrido. Y mucho. No creo que muchos se hayan tranquilizado cuando el Atlético, que en la segunda parte ha bajado mucho, se ha quedado con diez por una estúpida autoexpulsión de Luccin. Ni siquiera creo que se hayan calmado cuando Eller ha seguido su camino hacia las duchas también por protestar.

Porque tranquilidad, lo que se dice tranquilidad, sólo hemos tenido todos cuando Savio (¡qué enorme partido el suyo, el mejor con la camiseta de la Real!) ha marcado el gol que merecía, el tercero de la temporada, con un precioso remate. Y lo ha hecho, y es noticia y de las buenas, después de un jugadón de Herrera. Tan claro como le he criticado, hoy le aplaudo. En la primera acción que justifica que este jugador esté en la Real, se ha desmarcado de maravilla, ha avanzado hasta la línea de fondo y ha puesto un extraordinario balón en el segundo palo a Savio al que nunca podrían haber llegado ni defensas ni portero del Atlético. Herrera había entrado por un Díaz de Cerio que se ha merecido el gol con un trabajo descomunal. Pero la ovación de la noche se la ha llevado Kovacevic. "¡Darko, Darko, Darko!", gritaba eufórica la grada de Anoeta. El serbio marcó otro gol en la primera parte, en posición legal, pero el árbitro señaló fuera de juego. Menos mal que no hubo que acordarse al final de esa jugada.

La Real ha hecho un buen partido. Salvo errores puntuales, nunca motivados por un mal planteamiento o porque el Atlético fuera superior, el esquema defensivo ha sido bueno. Y Bravo ha aparecido como siempre cuando ha hecho falta. Es maravilloso ver a Garrido en el campo, a un lateral de la cantera dejándose la vida. Como todo el equipo, que ha hecho una presión maravillosa que ha impedido que los colchoneros hicieran apenas jugadas de peligro que no llegaran de errores. Garitano ha mandado y sigue siendo talismán. Juanito ha estado más desaparecido, pero he cortado bastantes balones cuando más se necesitaba, en la segunda parte, cuando el Atlético quería empatar. Se ha creado peligro a balón parado, incluso un balón al larguero. y eso también es noticia. Xabi Prieto ha aportado mucho trabajo. La genialidad ha quedado para Savio y para Darko.

Hoy ha sido un día clave para luchar por la supervivencia. Lo es por muchos motivos. Dos victorias seguidas por primera vez en la temporada. Nueve puntos de nueve en casa en los últimos tres partidos. Segundo partido que se gana por más de un gol (y esta vez al menos con seis minutos más el descuento para disfrutar). Ha marcado uno de los delanteros y ha roto una sequía de los atacantes que ha durado un mes. La Real duerme hoy a tres puntos de la salvación. Sólo tres. Cuando hace poco más de un mes eran doce. Y teniendo que jugar un duelo directo con el Celta. Y hoy ha sido el primer gran partido de la temporada. Ante un rival al que gusta ganar en San Sebastián y que está luchando por entrar en Champions.

Getafe entraba en mis cuentas como uno de los partidos en los que se podía no ganar. ¿Pero quién va ahora a Getafe pensando que la Real no puede ganar? La salvación está más cerca. Y la creencia absoluta en que la Real no va a ser uno de los tres últimos, también. No estará presente uno de los factores que ha hecho posible la victoria hoy, una afición maravillosa, increíble, incansable, que ya quisieran tener otros equipos de Primera. Pero habrá muchos realistas con el equipo. Que nos sientan como si estuvieran en Anoeta.

Y soñamos entre otras cosas porque parece que tenemos un par de ángeles guardianes. Iván, puedes presumir de que desde que tu niña está en vuestras vidas la Real no pierde un solo partido. A mí otra chiquitina muy especial también me trae suerte. Me la trajo cuando nació, fin de semana en el que la Real empató en el Bernabéu el año pasado, y me la trajo la semana pasada cuando estábamos celebrando su primer cumpleaños. Enhorabuena por la niña, amigo realista. Y, por supuesto, hoy más que nunca, y con más ilusión que nunca, ¡aupa Real!