jueves, diciembre 31, 2015

González González, una dañina pesadilla que la Real arrastra desde Segunda

Toda la Real protesta uno de los penaltis inventados por
González González en el Bernabéu.
"No sé si es mala suerte o la casualidad, con este árbitro ya nos ha pasado alguna vez más". Eusebio Sacristán es un recién llegado a la Real Sociedad y, sin embargo, soltó esta significativa frase en su rueda de prensa tras la bochornosa actuación de José Luis González González en el Santiago Bernabéu. Obviamente, los Xabi Prieto, Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González o Agirretxe le pueden haber contado unas cuantas historias de lo que este colegiado leonés ha perjudicado a los realistas desde que en la temporada 2007-2008, en Segunda División, se cruzaran los caminos del equipo y del árbitro en cuestión por primera vez, abriendo una dañina pesadilla que la Real, por desgracia, arrastra desde entonces. Los fríos datos dicen que González González ha dirigido 18 partidos a la Real, con igualdad absoluta: seis triunfos para el equipo txuri urdin, seis derrotas y otros tantos empates. Pero es cuando se entra a valorar sus actuaciones cuando se comprueba qué clase de árbitro es este.

Entre sus hazañas, hay una que destaca por encima de todas las demás por la brutal trascendencia histórica que tuvo. González González fue el árbitro que impidió que la Real tuviera opciones de llegar a la final de Copa en la temporada 2013-2014. Él fue quien vio el claro derribo de Mascherano a Vela cuando encaraba a Pinto y decidió no señalar lo que era de justicia, un penalti que podría haber sido el 0-1 para la Real, y la roja a Mascherano. En la jugada siguiente marcó el Barcelona y González González, con la piel muy fina, expulsó a Iñigo Martínez por protestar. Ese partido sirve para desmontar cualquier teoría interesada de ayuda al Real Madrid tras el expolio sufrido por la Real, perjudicada tanto en el coliseo madridista como en el blaugrana cuando este colegiado anda de por medio. Y, en el caso del club donostiarra, supone un daño mucho más grande que para cualquier, porque evitó la presencia de la Real en la final de una competición que lleva más de dos décadas dando disgustos antológicos a su afición

Pero volvamos la vista atrás para comprender quién es González González con respecto al equipo txuri urdin, retrocediendo hasta los años de la Real en Segunda. Sin nada que ver en el resultado aquel día, su debut en Anoeta ya fue significativo, en la tercera jornada de la 2007-2008, la victoria por 0-1 del Poli Ejido, una de las tardes más vergonzosas de ese duro choque con la realidad que fue el arranque en la división de plata. Esa misma temporada pitó tres veces más a los realistas, paradójicamente con un buen balance, un empate en un campo maldito, el del Hércules, la victoria en Anoeta por 2-1 ante el mismo equipo y el triunfo en Tenerife por 1-2. En la visita de los alicantinos, no obstante, ya tuvo a bien sacar una amarilla a Martí por simular una falta que fue clarísima, por lo que el Comité de Apelación le retiró esa amonestación al entonces realista. El drama en las actuaciones de González González con la Real comenzó verdaderamente una temporada más tarde, en la 2008-2009, pitando tres veces a los realistas y dejando su sello en dos de ellas.

Así huyó de Anoeta en el partido ante el Eibar de la 2007-2008.
El primero de sus shows fue antológico. Real Sociedad - Eibar en Anoeta. El día en el que a Díaz de Cerio le partieron la tibia y el peroné sin que González González no sólo no pitara falta, algo ya suficientemente escandaloso, sino que además no fue capaz de parar el juego viendo cómo había quedado la pierna del realista y sus gritos de dolor. ¿Cómo iba a detener el juego en el Bernabéu con la lesión de rodilla de Canales si no lo había hecho ya aquel día, en una irresponsabilidad mucho más manifiesta? Cuando Carlos Martínez protestaba los dos penaltis que se inventó el colegiado en el Bernabéu seguro que se acordó de aquel día, en aquel derbi en Segunda, González González le expulsó estando en el banquillo y según puso en el acta por "levantarse del banquillo dando gritos con los brazos en alta y protestando reiteradamente diciendo: 'Ya está bien con vosotros, vosotros tenéis la culpa de todo'". Gravísimos insultos los de Carlos Martínez aquel día, sin duda. Ante los incidentes provocados por su actuación, nunca justificables pero con causas que hay que valorar, González González se retiró a los vestuarios sin avisar a nadie de que daba el partido por suspendido, una irregularidad que no le pasó factura y que los comités no sancionaron.

En el segundo de los encuentros con grave perjuicio para la Real en aquella segunda temporada en Segunda, González González, fue decisivo en el resultado final. El Albacete venció por 2-1 a los realistas, y lo hizo con un gol en el último minuto de Diego Costa, en una descomunalmente clara posición de fuera de juego que no quiso sancionar. Para colmo, el ahora hispanobrasileño tendría que haber sido expulsado minutos antes por una entrada criminal y salvaje sobre Castillo. Viendo la de Nacho a Xabi Prieto en el Bernabéu y recordando aquella, es obvio que a González González no le importa demasiado la integridad física de los futbolistas, algo que corroboró algo más adelante también en Anoeta y ya en Primera. En el último partido que arbitró a la Real aquella temporada, el 0-0 en Anoeta ante el Elche, los entrenadores de ambos equipos salieron descontentos con su actuación, y la grada reclamó un penalti sobre Agirretxe. Por sorprendente que parezca, González González ascendió aquel verano a Primera División, por lo que la Real pudo descansar una temporada de sus dañinos shows.

Pero en lo que casi se puede considerar como una provocación de los comités arbitrales, González González fue el trencilla que recibió a la Real en su regreso a Primera en 2010. Aquel día se ganó al Villarreal 1-0 y el colegiado no tuvo incidencia en el marcador. En su siguiente designación, demostrando que está más pendiente de los banquillos que del juego, el árbitro expulsó a Pablo Balbi, en un encuentro que la Real ganó 1-2 en Málaga. Tampoco tuvo incidencia en una actuación ramplona de la Real en Valencia, donde perdió por 3-0. En la Liga 2011-2012 arbitró a la Real en dos ocasiones. En la primera, la goleada 5-1 en Anoeta al Sporting, dejó un detalle de lo mal árbitro que es. Tras un brutal cabezazo que Gregory le dio a Zurutuza en la cara rompiéndole la nariz y abriéndole un largo proceso de anemias que le ha lastrado lo suyo, no fue capaz ni de señalar falta. Tan malo es González González que en su siguiente aparición le dio a la Real un punto que no debió ganar. En Málaga de nuevo expulsó a Mikel González con dos amarillas de forma justa y después anuló en un flagrante error un gol a los locales en el descuento que habría sido el 2-1.

En la temporada del subcampeonato, González González sólo se cruzó dos veces con la Real, al principio y al final. En la primera jornada, fue testigo de la goleada habitual en el Camp Nou, 5-1, y en la penúltima del memorable e injusto 3-3 ante el Real Madrid, en el que no le quedó más remedio que pitar un penalti a favor de la Real por mano de Khedira. Además, fue quien dirigió un sonrojante episodio realista más en la Copa, el 2-0 ante el Córdoba, entonces en Segunda, Sorprendentemente, este colegiado no dirigió ningún partido de Liga a la Real en la Liga 2013-2014. Todo lo guardó para esa infame semifinal copera en la que se convirtió en el hombre más decisivo sobre el césped. Tan dañina fue su actuación, que no volvió a dirigir a la Real hasta la jornada 20 de la pasada temporada, cuando la Real ganó 1-0 al Eibar en Anoeta sin obstáculos arbitrales de por medio. Esa fue la última vez que González González se cruzó con la Real hasta ahora. Ojalá se recuperara el derecho de veto y la del Bernabéu fuera la última de verdad.

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