Pocos partidos hay como el derbi para medir de lo que es capaz un equipo (domingo, 16.00 horas, San Mamés, Canal + Liga, Gol TV). Pocos que evidencien de una forma más clara las sensaciones que desprende un equipo y las realidades sobre su capacidad futbolística y de conseguir objetivos de diferente nivel. Para la Real, este derbi llega en buen momento para ser considerado como una prueba de lo que es y de lo que quiere ser. Es el día de medir la fortaleza de Zubieta como cantera de primer nivel, pero también la del primer equipo de la Real aquí y ahora. Es la jornada en la que los que salten al terreno de juego y quien los dirige se enfrentarán a una evaluación clara y sin ambigüedades, el día en que todos diremos si somos más o menos que el vecino al otro lado de la A8. Y el marcador dictará sentencia, pero también importará cómo se consiga ese resultado. Todo cuenta. Es un derbi. Y, como tal, uno de los partidos del año.
El Comité de Disciplina Deportivo completó ayer el drama de que una falta normal en el centro del campo haya provocado que un jugador expulsado por primera vez en su carrera, y además de forma injusta, se pierda nada menos que dos partidos y medio. Illarramendi no estará en San Mamés, en un nuevo episodio de lo adulterada que puede estar la Liga española desde las pequeñas a las grandes decisiones de quienes mandan. Con esta situación ya asumida, Montanier vuelve a quedarse sin margen para la sorpresa en su convocatoria y el poco que tenía ha decidido aplazarlo hasta el día del partido. El técnico francés se lleva a Bilbao los 19 jugadores que tiene disponibles. Carlos Martínez es baja de última hora por una sobrecarga, uniéndose así a Elustondo en la enfermería. Como el lateral ya se había quedado fuera de la última lista por decisión técnica, la única novedad con respecto a los que estuvieron ante el Mallorca es el regreso de Demidov. Habrá que esperar a las horas previas al partido para conocer el descarte y saber así si hay cambios en los 18 elegidos.
Bravo estará bajo palos, con Toño Ramírez en el banquillo. Parece segura la presencia de Estrada en la lateral derecho y Mikel González e Iñigo Martínez en el centro de la zaga. En la izquierda, pugnan Cadamuro (que viene de debutar con Argelia en un partido duro, lo que le resta algunas opciones pese a venir siendo el titular) y De la Bella. Como la semana pasada, Montanier vuelve a contrar con cuatro centrocampistas para tres puestos y, siguiendo la estela de sus recientes decisiones y declaraciones, lo normal es que el suplente sea Rubén Pardo y los titulares Markel, Aranburu y Zurutuza. Aunque el técnico francés, no lo olvidemos, es un apasionado de las sorpresas. En el ataque, a pesar de contar con seis opciones, parece también claro que sólo cuatro tienen la oportunidad real de ser titulares en esos tres puestos: Xabi Prieto, Griezmann, Vela y Agirretxe. A la espea de conocer qué jugador se queda fuera de la lista, Ifrán y Llorente empezarían junto a Ansotegi y Demidov en el banquillo, siempre y cuando a Montanier no le dé por innovar, algo que nunca se puede descartar con el francés.
Cuatro puntos y todo un mundo separan al Athletic y a la Real en estos momentos. El equipo donostiarra ocupa la decimotercera posición con 30 puntos y el bilbaíno está sólo cuatro por encima, pero colocado en la quinta posición, que da derecho a jugar la próxima edición de la Europa League. El equipo de Montanier ha sumado algo más de la mitad de los puntos en juego en 2012, 13 de 24, mientras que el de Biesa se ha quedado en 12. Sin embargo, en Bilbao hasta ahora se ha hablado de Champions y en Donostia de permanencia. La Real ha puntuado en cinco de sus doce salidas, siendo la última de ellas la victoria por 0-1 en Valencia, pero ha comenzado la segunda vuelta como la temporada pasada, contando sus todavía pocos partidos lejos de Anoeta, dos, por derrotas. El Athletic aumula cinco partidos seguidos en San Mamés sin perder, aunque el Racing y el Espanyol arrancaron sendos empates, y es un equipo casi igual de fiable que la Real como local (con dos derrotas y cinco empates). Este segundo derbi liguero se juega poco después de que la bochornosa eliminación en Mallorca frustara el duelo en los cuartos de final de la Copa.
El equipo txuri urdin ha visitado San Mamés en partido de Liga en 65 ocasiones, siempre en Primera División y con un balance claramente favorable al Athletic. Los locales han vencido en 36 ocasiones, por once triunfos visitantes y 18 empates. La Real lleva once años sin ganar en Bilbao, siete partidos en los cuáles sólo arrancó el empate de la jornada inaugural de la temporada 2006-2007. La última victoria es el 1-3 de la 2000-2001, en la que los goles de Jankauskas, De Pedro e Idiakez de penalti certificaron la permanencia de la Real en Primera aquella campaña. Con aquel partido culminó una racha de ocho temporadas sin caer en San Mamés. La mayor goleada txuri urdin fue el glorioso 1-4 de la temporada de los subcampeonatos, la 87-88, con dos goles de Begiristain, uno de Loren y otro de Bakero. De las goleadas del Athletic destaca el 7-0 de la temporada 34-35, en la que la Real, con el nombre de Donostia, acabó descendiendo a Segunda. Entre los empates, hay dos 3-3, en las temporadas 28-29 (dos goles de Bienzobas y uno de Cholín) y 61-62 (Villa, Cacho y Simonsson).
La pasada temporada, la 2010-2011, la Real no mereció en absoluto salir derrotada de San Mamés, pero perdió. La injusticia comenzó a fraguarse desde antes del partido. Muniaín, sancionado por cumplir ciclo de amonestaciones, recibió una incomprensible suspensión cautelar que le permitió jugar y hacer el 1-0, después de unos primeros minutos intensos, de derbi, con llegadas a las dos áreas. Nacieron así los peores minutos de la Real, en los que llegó el 2-0, de Toquero. Pero el conjunto de Martín Lasarte le puso casta al partido y marcó el 2-1 prácticamente en la jugada siguiente. Combinaron Ifrán y Griezmann, que metió un gran balón al área para que lo rematara Xabi Prieto. Javi Martínez se adelantó, pero sólo para hacer gol en su propia portería. A Prieto le hicieron justo después un penalti clamoroso, pero Fernández Borbalán, como suele ser tradición en San Mamés en los últimos años, se hizo el sueco. Hubiera sido el empate y una inyección de moral salvaje. Pero no llegó. A partir de ahí, la Real dominó, creó algunas, pocas, ocasiones de gol y fue mucho mejor que un Atheletic que más allá de sus dos goles no supo qué hacer en el partido más que resistir. Pero ganó. Injustamente, pero lo hizo.
En el partido de la primera vuelta de la presente temporada, con un atípico horario matinal para un partido de esta entidad, la Real de Montanier falló en casi todo. Salió relajada al encuentro, como si no fuera un derbi, y eso el Athletic lo aprovechó. Sin necesidad de arrollar, el equipo de Bielsa, que a esas alturas de campeonato aún no había ganado un partido, creó algunas ocasiones claras y se adelantó en el marcador. Llorente hizo el primero. La Real no despertó con el gol. Sólo lo hizo en el arranque de la segunda mitad, cuando sí demostró su enorme capacidad futbolística, esa que ha desaprovechado tantas veces esta temporada. Iñigo Martínez hizo el gol de la temporada desde su propio campo y la Real gozó de un puñado de ocasiones, la más clara un disparo a la madera de Griezmann. Y dos penaltis claros que, de nuevo Fernández Borbalán, dejó sin sancionar. Cosas de los derbis. Pocos minutos después, Llorente culminó su partidazo con el segundo del Athletic, que acabó por matar la ilusión de la Real, carente de respuestas en el campo y desde el banquillo, pues Montanier optó por sacar a Sarpong antes que a Llorente. Derrota y malísima imagen, un punto de inflexión negativo en la temporada. A ver la revancha.
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