La Real regresa al hogar después, otra vez, de perder fuera de casa (miércoles, 20.00 horas, Anoeta, Canal + Liga 2, PPV). Como en las tres ocasiones precedentes, lo hace rememorando la segunda vuelta de derrotas de la pasada temporada, aunque en ésta ya es el único equipo que no ha puntuado como visitante tras haber pasado el ecuador del campetonato liguero. Y en esas circunstancias vuelve al lugar en el que, al contrario, sólo conoce la victoria desde que se cruzó esa mitad del torneo. Anoeta es ahora mismo un fortín, pero los fortines también pueden caer. En ese debate está la Real y lo está, afortunadamente, sin mucha premura porque los de abajo no aprietan. El colchón con respecto al descenso sigue intacto, pero el equipo no es capaz tampoco de acercarse a unas posiciones europeas con las que ni siquiera se permite el lujo de soñar. Las miradas están puestas sólo en la permanencia y ésta quedará más que encarrillada si sucumbe el Levante en Anoeta.
Con las bajas ya conocidas de antemano, esta semana Montanier tenía poco margen para hacer su convocatoria. Y no hay sorpresas, a pesar de que hay cuatro cambios con respecto a la expedición que se desplazó a Getafe. En realidad, el técnico francés coloca un cromo sobre otro. El regreso de Mikel González tras su partido de sanción deja a Ansotegi fuera, siendo el único jugador que no estará por decisión técnica. La quinta amarilla que vio Griezmann el pasado fin de semana, después de muchísimas jornadas jugando en el alambre, permite a Llorente estar entre los 18 elegidos. Y la lesión de Markel Bergara abre de nuevo las puertas del primer equipo a Rubén Pardo, que el pasado fin de semana compitió en Segunda B. Completa la lista el habitual relevo en la suplencia de la portería, entrando Toño Ramírez por Zubikarai. Además de Markel, Carlos Martínez continúa con su proceso de recuperación y se queda fuera de la convocatoria.
No parece que pueda haber muchas sorpresas ni en la defensa ni en la delantera, quedando todas las incógnitas en el centro del campo. Bravo, obviamente, estará en la portería, con Estrada por la banda derecha, Iñigo Martínez y Mikel González por el centro y la duda de Cadamuro o De la Bella en la izquierda. El entrenador parece haberse decantado definitivamente por el francés e internacional argelino para ese puesto, pero el catalán tiene sus opciones, y más teniendo en cuenta que se afronta el segundo de los tres partidos de esta semana. En ataque, con la ausencia de Griezmann y la poca confianza de Montanier en Ifrán y Llorente, parece cantado que los titulares serán Xabi Prieto, Vela y Agirretxe, que vuelve a Anoeta, donde ha marcado tres goles en los últimos dos partidos, y después de su suplencia en Getafe. En el centro del campo, es difícil prever a quién escogerá el técnico de entre los cinco disponibles. Pardo, Illarramendi, Elustondo, Zurutuza y Aranburu se juegan las tres plazas de la medular. Sólo el potrillo y el capitán no estuvieron en el césped del Alfonso Pérez.
La derrota en Getafe no supuso una merma en la ventaja de que dispone la Real con respecto a los puestos de descenso, ahora mismo de nueve puntos, aunque sí hizo descender a los realistas tres plazas en la clasificación, hasta el decimocuarto puesto. El Racing marca la línea del descenso con 24 y la Real tiene 33. Europa, ese lugar al que casi nadie tiene el valor de mirar, está a seis, con los 39 del Espanyol. El equipo txuri urdin acumula cuatro victorias consecutivas en Anoeta y está a una de igualar la marca de la temporada 2004-2005 con Amorrortu de entrenador y a dos del récord absoluto en el nuevo estadio, en la 95-96 con Irureta. Los de Montanier han logrado seis victorias y cuatro empates en los 13 partidos jugados en casa. El Levante ocupa la cuarta plaza, que da acceso a la Champions League, con 41 puntos. Sin embargo, no son tan temibles a domicilio, donde han perdido siete de los trece partidos disputados. A domicilio han ganado al Betis, Villarreal y Espanyol. En el rival estará Barkero, un fichaje de la Real que se frustró el pasado verano cuando parecía hecho sin que se haya aclarado muy bien el motivo.
Real Sociedad y Levante se han visto las caras en ocho ocasiones en Donostia, tres de ellas en Primera División y cinco en la categoría de plata, y el balance se puede interpretar de diversas maneras. En Primera los valencianos no han ganado nunca, pero la Real sólo se impuso en uno de los tres duelos, con el gol de Ansotegi que supuso el 1-0 de la temporada 2006-2007, temporada en la que el equipo txuri urin descendió a Segunda y el azulgrana se mantuvo. Los otros dos enfrentamientos, ambos en la última década, repitieron el marcador, 1-1. En Segunda, el dominio txuri urdin es más claro, con tres victorias, un empate y una derrota en los cinco partidos jugados. La goleada más contundente es el 6-2 con el que se abrió la temporada 1946-1947, con tres goles de Vázquez y uno de Castivia, Patri y Pérez. La única derrota fue la de la primera vez que ambos equipos se vieron las caras, el 2-3 de la última jornada de la fase de ascenso de la campaña 39-40, en la que ninguno de los dos consiguió el premio del billete a Primera.
La pasada temporada, la 2010-2011, la Real se encontró con el Levante más o menos a las mismas alturas del campeonato y, casi como ahora, el equipo entonces de Martín Lasarte acumulaba tres victorias consecutivas en Anoeta. Hace un año, no obstante, la Real bordeaba los puestos europeos. Por eso, en realidad, se esperaba la victoria ante el Levante. Y por eso se rodeó de un exagerado halo de decepción el empate final. El partido fue infumable, debido al bajo nivel mostrado por el equipo local y a la excesiva cantidad de faltas del visitante, que contó además con la complicidad de un Fernández Borbalán (sí, el mismo que el pasado sábado en Getafe que no vio falta en el plantillazo de Güiza a Bravo) que señaló la mitad de faltas y la mitad de tarjetas que mereció el Levante. Zurutuza consiguió adelantar a la Real al poco de iniciarse la segunda mitad, con lo que muchos dieron por hecha la victoria. Tras una falta a favor que no señaló el colegiado, Del Horno disparó, Ansotegi metió la cabeza y el empate a uno subió al marcador sin que nadie pudiera cambiarlo en los pocos minutos que restaban para el final.
En la primera vuelta de la presente campaña, la 2011-2012, la Real salió del Ciutat de Valencia con una inmerecida derrota. El Levante, entonces líder de Primera, se alió con la fortuna para llevarse un triunfo que obtuvo con muchas dosis de fortuna. La Real entró al partido con brillantez, generando ocasiones de gol y en el minuto 4 ya ganaba con gol de Estrada, extremo derecho aquel día en lugar de un suplente Xabi Prieto. Nada más iniciarse la segunda mitad, y en tan solo cinco minutos, el Levante le dio la vuelta al partido. Tras gozar de unas cuantas oportunidades de marcar en el primer acto, en el segundo la Real tiró de orgullo para ir encerrando al Levante y subsanar su injusta derrota parcial. Lo logró en el minuto 86, con un disparo de Iñigo Martínez. El equipo txuri urdin, sabedor de que el partido estaba para ganar, se fue a por él. Llorente, en el 90, forzó un paradón de Munúa. Pero la mala suerte de la Real no acabó ahí. En el descuento, en la última acción del partido, Rubén aprovechó una falta inexistente y una barrera de verbena para marcar el 3-2 definitivo de lejanísimo disparo. Esta derrota fue un misterio que sólo se explica en los fallos puntuales y en la mala suerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario