Qué difícil es a veces predecir el fútbol Y explicarlo ya ni os cuento. La Real ha goleado hoy. 5-1 nada menos, lo que nos obliga a retroceder unos cuantos años para encontrar precedentes de cinco goles realistas, hasta el 1-5 en Málaga de la temporada 2004-2005 y en Anoeta al 5-0 contra el Rayo de la 2002-2003. Y ha goleado de la forma más inexplicable. Zurutuza marcó dos goles en los tres primeros minutos del partido, después le rompieron la nariz y Montanier decidió buscar el contraataque para cerrar el partido. Se cerró, los gijoneses dominaron en todos los conceptos del fútbol en Anoeta por encima de la triste actuación de la Real y sin necesidad de hacer gran cosa. Y marcó. Metió el miedo del cuerpo. Evidenció las carencias estratégicas de la Real. Pudo empatar. Perdonó. La Real hizo después el tercero a balón parado. Y el cuarto y el quinto aprovechando que el Sporting bajó los brazos. Yo me acuerdo cuando las goleadas de color txuri urdin venían en grandes partidos. La de hoy no sé de dónde ha venido. Pero ha sido un 5-1, se ha ganado el average contra el Sporting y se han sumado tres puntos fundamentales para respirar.
Montanier cumplió con el esquema previsto y alineó un equipo muy similar al de jornadas anteriores, con el relevo obligado de Iñigo Martínez por Demidov y con el más o menos esperado de Carlos Martínez por Cadamuro, desplazando a Estrada a la izquierda. De planteamientos se puede hablar poco viendo cómo empezó el partido. En el minuto 2, la Real marcó un golazo colectivo, un jugadón que evidencia que hay mucha calidad en este equipo, aunque su entrenador no consiga sacarle partido.Griezmann fue quien asistió a Zurutuza para que marcara su primer gol de la temporada. En el siguiente ataque de la Real, el pelirrojo volvió a anotar, esta vez a pase de Vela. Ver para creer. Otro hecho inverosímil que juega a favor de Montanier esta temporada. Pero como la felicidad no puede ser completa, Zurutuza se marchó con la nariz rota a consecuencia de un temerario cabezazo de Gregory que González González no entendió como falta, aumentando el número de lesiones graves (éste fue el que ignoró la fractura de tibia y peroné de Díaz de Cerio ante el Eibar) que no ve. Al menos esta vez paró el juego. Y querrá que le demos las gracias.
Pocas veces se desnivela de una forma tan rotunda un partido en tan solo tres minutos. Pero, claro, esto es la Real Sociedad, e incluso cuando acaba goleando de forma rotunda tiene que haber largos minutos de sufrimiento. Quizá la explicación esté en el cambio que hizo Montanier. Fue Markel Bergara quien suplió a Zurutuza y la verdad es que no cumplió con el cometido que tenía el jugador lesionado. El centro del campo de la Real perdió toda iniciativa y cedió el balón al Sporting. El tema es que los gijoneses, en un momento muy malo, no saben qué hacer con el balón, o al menos no supieron manejarlo con acierto en toda la primera mitad, poniendo en peligro a Bravo sólo con un tiro alejado de Cases. La Real tuvo un par de acercamientos más o menos afortunados, pero nada que no pudiera controlar con tranquilidad Juan Pablo. El partido era bastante malo. Mucho. Y la Real no se parecía en nada a la que arrancó el partido con aquella jugada de toque que culminó Zurutuza.
El descanso cambió algo y a peor. El Sporting marcó en el primer minuto de la reanudación, abriendo un partido nuevo. Un gol de diferencia se puede recortar en cualquier momento. Los asturianos lo sabían tan bien como los realistas, y si unos no conseguían poner nada de fútbol pero efectivamente dominaban la posesión, los otros directamente no sabían de qué iba el partido, despejando los balones sin más intención de construir nada. El clásico error de este equipo. Otra vez la Real naufragaba en un partido que tenía bajo control. Había roto esa tendencia de tirar minutos y minutos con malas entradas en los encuentros y eso parecía sentarle tan mal como lo contrario. Es el sino del equipo dirigido por Montanier. Y una vez más el técnico galo tampoco fue capaz de hacer nada positivo desde el banquillo. Se podrá decir que se habla siempre del ausente y que la lesión de Zurutuza fue mala suerte, pero como Montanier había dejado fuero de la lista a Pardo, incomprensible su convocatoria, porque es un lujo absurdo que no juegue, ni con la Real ni con el Sanse, sólo le dejaba opciones atacantes. Y a Markel para suplirle, cortando las alas del equipo con tres de sus pivotes más defensivos sobre el césped.
Sin capacidad para influir en el juego en el centro del campo, Montanier decidió que Ifrán sustituyera a Agirretxe. El máximo goleador realista está siendo siempre el primer cambio, y aunque no hizo el mejor de los partidos Montanier suele errar en el concepto. La Real perdió a su batallador por alto y fue incapaz de generar respuestas rápidas con la presencia del uruguayo, que a pesar de su ostracismo y de que pueda hablar también en la rueda de prensa, lo deja todo sobre el césped. Pasaban los minutos y se mascaba más el gol del empate que la sentencia. Pero llegó una jugada absurda del Sporting, en la que su defensa se hizo un lío y permitió a Griezmann robar un balón casi de gol. Reaccionó Gálvez para tirar el balón a córner, pero en ese saque de esquinas las marcas fueron tan terribles que Elustondo entró absolutamente solo en el área pequeña para anotar el 3-1. Segundo gol a balón parado de la temporada. Está siendo peligroso decir esto esta campaña con la Real, pero el partido estaba finiquitado. Y está vez sí se quedó así, porque el Sporting bajó los brazos y permitió a la Real sentenciar. Aranburu hizo el cuarto al recoger el rechace de una falta directa botada por Ifrán y Griezmann celebró su partido cien de txuri urdin con su tercer gol de la Liga. Ambos llegaron en el descuento y transformaron una victoria sufrida en una goleada abultadísima.
A pesar del mal partido de la Real, la victoria fue justa. La goleada fue extraña, porque dos goles llegaron en los tres primeros minutos y otros dos en los tres últimos. Entre medias, la Real fue un compendio de imprecisiones, de errores y de sufrimiento. Montanier ha conseguido que el equipo txuri urdin cambie por completo los planteamientos canónicos del fútbol. La mayoría de los conjuntos intentan hacer las cosas bien sobre el césped para así intentar ganar partidos. La Real no. La Real quiere llegar primero a la victoria sin importar demasiado cómo, sin comprender qué nos hace ganar. Le sucedió en Anoeta ante el Granada o en este mismo encuentro ante el Sporting. Sí, hubo un par de jugadas meritorias, una fugaz y por confirmar explosión ofensiva de Zurutuza, una cierta mejora defensiva a pesar del sufrimiento de algunos minutos gracias al regreso de los jugadores que todos sabemos titulares. Pero en el lado contrario hay demasiadas cosas que fallan. Y eso, cuando se han jugado 20 partidos, no son síntomas sino definiciones de lo que es un equipo. La Real es el equipo que jugó del minuto 5 al 90. Y en esos 85 minutos el resultado fue de empate a uno. Pero como el fútbol también vive de las cosas raras, el resultado fue de cinco a uno y la Real sumó tres puntos de gran valor que le dan la duodécima posición y colocan un hueco de cuatro con respecto a los puestos de descenso. Qué cosas.
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