Grande, muy grande ha sido la victoria de la Real en lo que sólo se puede calificar como la batalla de El Molinón. Batalla en el buen sentido, porque estos son los partidos que, si tuvieran un árbitro a la altura, gustan a los aficionados. Gustan porque los 22 contenidentes se dejan todo lo que tienen en el césped. Gustan porque son encuentros de pelea, de presión, de ir al límite en todos los balones. Y gustan porque al final es la calidad lo que decide el resultado final. La calidad de la Real, esa que tantas veces se discute y que está muy presente en sus jugadores. Y todo hubiera sido más bonito con un árbitro competente sobre el césped, pero no lo ha habido. Una vez más. Pero, lamentos aparte, lo que queda, al fin y al cabo, es un triunfo enorme. Además, remontando un gol adverso (por primera vez en la temporada), recuperando al equipo de un mal inicio (que costó precisamente el gol) y sin apenas dar opciones a las armas del Sporting de estar cerca de sacar algún punto de este encuentro. Con esta Real, da gusto.
Y esta Real era casi la misma de siempre. El único cambio que Lasarte introdujo en su once más o menos ideal fue la inclusión de Elustondo (que está a buen nivel) en lugar de Aranburu. No hubo tiempo de saber si la apuesta era acertada porque la Real entró con tan mal pie en el partido que a los tres minutos ya iba perdiendo. Primerio cedió una clara jugada del Sporting por el costado derecho de su defensa. Después se botó el primer córner desde ese lado y acabó en gol inexplicablemente. Y digo que inexplicablemente porque no hubo error de marcaje. Es que no hubo marcaje. Nadie estaba junto a Gregory cuando éste remató. Eso, conjuntado con la mala salida de Bravo, propicio el cabezazo sencillo del sportinguista. Todo un regalo que tuvo continuidad en otro córner de la primera mitad, ya con 1-1 en el marcador, en el que otro jugador local rmató solo, esta vez con el pie, desde un poco más allá del pico del área pequeña. Los marcajes en los corners son vitales en partidos que se afrontan como batallas, partidos como éste. Ese fue el punto más negro de la Real en todo el partido, partido que jugó por lo demás como tenía que jugarlo.
Fue un chispazo lo que devolvió la vida a la Real. Un chispazo de Bravo, que lanzó un magnífico saque largo que llegó al lugar al que pretendía llegar, el pie de Llorente. El delantero realista hizo una preciosa dejada de tacón y Xabi Prieto entró como una bala para cruzar un disparo espléndido y empatar el partido, apenas diez minutos después del tanto sportinguista. Comenzaron así los mejores minutos de la Real, el juego se volcó exactamente donde lo querían Lasarte y sus jugadores. El dominio en el centro del campo era intenso, las llegadas al área local eran peligrosas aunque sin excesivas ocasiones de gol, y Bravo era todo un espectador del encuentro, gracias a la formidable presión en campo contrario y al gran trabajo de la defensa txuri urdin (espléndidos un día más Mikel González y Ansotegi, dio gusto ver a De la Bella recuperado tras los dos errores que cometió en Alicante; el entusiasmo de Carlos Martínez, en la misma línea de siempre). El segundo gol de la Real llegó en el último minuto de la primera mitad. Y fue otro chispazo. De Griezmann. Un giro prodigioso dentro del área que Gregory todavía anda preguntándose cómo pudo suceder y un preciso pase atrás para que Zurutuza, al segundo intento, anotara su primer gol en Primera División.
El gol de Zurutuza dio es sintomático de una de las carencias de la Real, no saber matar los patidos en condiciones. Y lo digo habiendo ganado 1-3. El mediapunta necesitó dos disparos para marcar, y el primero era el más sencillo de los dos (aunque en el segundo hay mucha clase). La segunda parte se convirtió en un ejercicio similar de supervivencia, porque fueron 45 minutos sin matar el partido. Las sensaciones eran favorables a la Real, porque se intuía más peligro contra la portería local que contra la de Bravo. El chileno apenas tuvo una ocasión destacada en la que lucirse, pero el balón rondó mucho su área y su portería. El equipo volvió a meterse atrás, pero con firmeza y con seguridad, sin conceder demasiadas alternativas de empate al Sporting. Y hubo alguna que otra ocasión de matar el partido, sí, pero no se hizo con la antelación suficiente como para tener la segunda parte plácida que pedía su desarrollo. El 1-3 no llegó hasta el descuento. Y fue otro chispazo, otra genialidad. De Xabi Prieto, que dejó clavados a dos defensas locales, lanzó un magnífico envío al segundo palo desde la línea de fondo y allí apareció Aranburu para introducir el balón en el interior de la red. Partido sentenciado. Con justicia, con categoría y con calidad.
La calidad no es necesario enseñarla durante 90 minutos para ganar un partido. Basta saber cuándo acertar. Porque, y lo dijo Lasarte, hoy no fue el partido más brillante de la Real, pero sí uno que deja un maravilloso sabor de boca. ¿Por qué? Porque la calidad apareció cuando se necesita. Cuando había que cortar el ímpetu de un Sporting en ventaja. 1-1. Cuando había que dar un golpe moral al rival. 1-2. Y cuando había que matar el partido, aunque éste llegara un poco más tarde de lo deseado. 1-3, tres puntos y a casa. Si todavía hay quien piensa que a la Real le falta calidad, que vea los vídeos de los tres goles. Participan Xabi Prieto, Griezmann, Zuturuza, Llorente y Aranburu. De los que jugaron en el cuarteto de arriba, sólo Tamudo estuvo ausente en los goles realistas. Y ninguno de ellos hizo un partido realmente completo. Pero estuvieron cuando tenían que estar, cuando el partido se estaba decidiendo. Y cuando el partido se estaba batallando, junto al resto de sus compañeros, porque nadie ha desentonado en esta Real. Y con esa fuerza, esta Real tiene muchas papeletas de ganar partidos. Los gane o los pierda, porque eso es el deporte.
El partido podría haber sido más bonito de no mediar otra lamentable actuación arbitral. Concierto de silbato, nada menos que 58 faltas, 30 señaladas al Sporting y 28 a la Real. El Sporting ha hecho menos y la Real no ha debido llegar ni a la mitad, pero Paradas Romero tenía ganas de pitar y eso no hay nadie que lo pueda parar. Visto lo que ha pitado, lo que es asombroso es que los locales terminaran con once. Pero ya se sabe que en los partidos de la Real, no hay rivales expulsados. También es asombroso que se prolongara una jornada más la racha de la Real sin ver un penalti a favor, después de una mano de Gregory en la jugada previa al 1-2 que anotó Zurutuza. Penalti pudo ser el gol de Xabi Prieto, porque el entradón del defensa sportinguista (que se quedó sin tarjeta) fue de órdago. Al menos no se dejó engañar por el impresentable piscinazo de Barral. Pero hasta esto se convirtió en un elemento más de elogio a la actitud txuri urdin (que hasta evitó la quinta amarilla a Griezmann en el galimatías arbitral). Porque no es fácil subsistir en un partido en el que se señala una falta cada minuto y medio, en el que no hay ritmo y en el que todo se decide por calidad. Porque la calidad suele necesitar continuidad y hoy era imposible. Pero Llorente, Xabi Prieto y Griezmann la han puesto en este escenario.
Hoy la Real se ha olvidado de la historia, como hacía falta. Y hoy la Real ha puesto sobre el campo su presente y, sobre todo, su futuro. Ha demostrado que el fútbol de cantera puede competir en Primera División. Ha demostrado que unos chavales que no visten la camiseta de la Real porque alguien ha puesto unos cuantos millones de euros en el banco, sino porque se lo han ganado con su trayectoria, pueden demostrar tanta clase como jugadores constantemente alabados en los medios de comunicación. No, no ha sido el mejor partido de la Real. Tampoco el más bonito. Pero qué grande ha sido la victoria. Nueve puntos por encima del descenso y dos por debajo de los puestos europeos. No hay que pensar en objetivos. No hay que cambiar nada. Hay que seguir jugando partido a partido. Y el de hoy ha sido el segundo lejos de Anoeta que acaba con victoria txuri urdin (enorme mejor a domicilio en las últimas tres salidas). Es el que permite llegar el derbi de la semana que viene por delante del Athletic. Es el que tiene que garantizar la confianza que se merece este equipo, el mismo que subió con el cambio de Llorente por Bueno. El mismo. Cuánto dice eso de estos chicos que hoy han vestido la camiseta de la Real. Gran victoria. Y ahora, el Athletic.
3 comentarios:
Gran victoria en El Molinón, mucho merito además remontando.
El primer toque de LLorente en el gol de Xabi Prieto precioso y la jugada de Griezmann en el 2º gol genial.
Ganas de que llegue el derbi, empatados a puntos pero la Real por encima.
Un partido en el que un equipo lleno de chavales algo inocentes (Zuru, Carlos Martínez...) ganó a otro con gente "de oficio". Es un partido que hemos visto muchas veces en el que la Real acaba recibiendo algún gol en los últimos minutos.
Dale, Juan, prepara una previa del derbi como merece.
Cityground, sí señor, dos genialidades. Sí que hay ganas de derbi, sí, a ver si hay suerte.
Payo Yanguas, es una lectura muy interesante que habla muy bien de nuestra Real. Y espero que te guste el adelanto que acabo de publicar antes de la previa del derbi...
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