Toca olvidarse de los recuerdos en el escenario en el que más difícil resulta esa tarea para la Real (domingo, 17.00 horas, El Molinón, PPV). Porque Gijón será para siempre el lugar en el que el equipo txuri urdin conquistó su primera Liga, pero llega a jugar allí de nuevo después de una semana en la que se han prolongado dos históricas maldiciones (la Copa del Rey y el Hércules en Alicante) y en la que se ha roto una magnífica racha positiva (el Atlético jamás había ganado en Anoeta). Además, la última visita al lugar de tan hermoso recuerdo, acabó en derrota, gol en fuera de juego mediante. Así que nada de recuerdos. Realidades, para variar. Y ojalá que sea una realidad que surja de la contienda limpia y honorable de dos equipos de fútbol que guardan ciertas similitudes, porque la Real lleva cuatro semanas consecutivas viendo como la actuación arbitral cambia el desarrollo de sus partidos y en las dos últimas incluso el resultado. Fútbol, por favor. Eso que tantas veces queda en el olvido y de lo que tan poco se habla últimamente en la Liga española. Y para la Real, qué mejor escenario que El Molinón para recuperarlo.
No se esperan demasiados cambios en la alineación titular que Martín Lasarte ponga sobre el césped de El Molinón, aunque queda por comprobar cómo afecta el estado del terreno del juego a sus planes iniciales. En la convocatoria sí hay dos novedades reseñables. Aunque debutó en el amistoso del pasado miércoles, Diego Ifrán tendrá que esperar todavía para entrar en una lista. Los que sí vuelven son Agirretxe y Dani Estrada. El primero entra en lugar de Borja Viguera, que hasta ahora estaba siendo el escogido para completar la lista pero llevaba ya varios partidos sin disponer de minutos. El segundo ocupa el puesto de Markel Bergara, que sufrió un percance en el amistoso del miércoles. El resto son los mismos que estuvieron ante el Atlético de Madrid y, dado el grado de satisfacción del técnico con esa actuación y la precedente en Alicante (en ambas cree Lasarte que se debieron sumar puntos), lo normal es que el once se acerque mucho al ideal que tiene en mente desde el comienzo de la temporada.
Ese once lo conforman Bravo en la portería, Mikel González y Ansotegi de centrales, De la Bella y Carlos Martínez como laterales, Diego Rivas y Aranburu en el doble pivote, con Griezmann y Xabi Prieto por las alas, Zurutuza en el centro y Llorente como delantero. Quien más opciones tiene de entrar en el once es Elustondo, que lleva varias semanas contando con minutos y siendo elogiado por el entrenador txuri urdin. Labaka podría entrar si los problemas de Mikel González de esta semana le han dejado alguna secuela, aunque no parece probable. Sarpong, Tamudo y los ya mencionados Estrada y Agirretxe, además del portero Zubikarai, apuntan al banquillo, aunque el extremo holandés podría tener un hueco en el once si Lasarte opta por dar descanso a alguno de los de arriba, algo que tampoco parece probable. Griezmann, con cuatro tarjetas amarillas, es el único jugador que está en peligro de perderse el derbi ante el Athletic por acumulación de amonestaciones.
La Real llega a este partido después de sufrir dos derrotas consecutivas, en Anoeta ante el Atlético de Madrid y en Alicante ante el Hércules, y en ambas intervino desgraciadamente el árbitro. Pita en Gijón Paradas Romero, un colegiado que subió a Primera cuando la Real bajó a Segunda. El equipo de Lasarte ocupa la novena posición en la tabla, cuatro puntos por debajo de la frontera europea y seis por encima de los puestos de descenso. El Sporting, cuarto por la cola, tiene los mismos puntos que el primer equipo que esta ahora en zona marcada, el Málaga. Ganar en Gijón supondría dejar al que muchos ven como un rival directo a nueve puntos de distancia. El conjunto txuri urdin sólo podría ganar una posición esta jornada, en detrimento del Mallorca, aunque éste tendría que perder en casa ante el Málaga (o empatar si la Real ganara por dos goles de diferencia). La victoria permitiría llegar al derbi de la semana que viene con al menos los mismos puntos que el Athletic, ahora mismo igualado pero por detrás de la Real en la clasificación gracias al gol average. No ganar supondría una racha de tres jornadas sin conocer la victoria antes de ese encuentro y de la visita al Camp Nou.
En El Molinón no cuenta la estadística. Siempre será el lugar en el que Zamora hizo campeona a la Real en aquel último minuto del partido que se jugó el 26 de abril de 1981. Contando con aquella visita, que acabó en empate, la Real ha visitado Gijón en 42 ocasiones, 33 en Primera y nueve en Segunda. En la máxima categoría, el equipo txuri urdin venció en nueve ocasiones, empató en otras ocho y perdió en 16. Estadísticas desfavorables, pero no demasiado. Y que mejoran teniendo en cuenta sólo las últimas visitas. De los últimos 13 encuentros (entre las temporadas 85-86 y 97-98), sólo perdió tres y ganó cinco. El último duelo en Primera, el de esa campaña 97-98, se saldó con un claro 0-2 (goles de Cvitanovic y Aldeondo) a favor de una Real lanzada en busca del subcampeonato que al final no logró. El mayor triunfo txuri urdin es el 2-4 de la 92-93, con dos tantos de Luis Pérez y los mismos de Uría. La peor goleada sufrida por la Real allí es el 6-2 de la temporada 77-78. Los goles realistas los anotaron López Ufarte de penalti y Satrústegui. En Segunda, en cambio, la Real nunca ganó en Gijón. Nueve partidos, siete derrotas (la peor de todas el 5-2 de la campaña 63-64) y sólo dos empates.
Fue precisamente en Segunda cuando se vieron las caras por última vez Sporting y Real Sociedad, en la temporada 2007-2008. Entonces, ambos equipos luchaban por subir a Primera, los locales diez años después de bajar a Segunda y los visitantes todavía con el shock del descenso muy vivo. El objetivo lo lograron los asturianos y los vascos no. El Sporting ganó aquel día por un gol en un fuera de juego tan claro y flagrante que es imposible comprender cómo no fue señalado. Bilic marcó en el minuto 81 y Del Cerro Grande, un árbitro de infausto recuerdo para la Real, dio validez al gol. El colegiado influyó más aún en el partido, pero esa fue la jugada determinante. La Real jugó un buen encuentro y demostró que tenía nivel de sobra para estar en la pelea por el ascenso, pero le faltó marcar. Fútbol no hubo demasiado, al menos del preciosista. Pero fútbol del de verdad, en un césped embarrado y con lucha constante, hubo mucho. A los puntos ganó la Real, pero los tres puntos se quedaron en Gijón gracias al árbitro. Venía el equipo de Eizmendi de perder con el líder Numancia y perdió contra el Sporting. Sus opciones de ascenso pasaban por momentos delicados. El equipo se acabó recuperando de la mano de Lillo, pero no fue suficiente para subir.
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