La Real viaja a Córdoba (sábado, 18.00 horas, Nuevo Arcángel; ETB 1, Canal Sur) con la intención de que se vea allí al líder. No sólo que salte al campo, sino que demuestre tal condición. Tras el golpe de efecto dado el pasado domingo ante el Levante, es hora de que el conjunto txuri urdin gane de nuevo lejos de Anoeta, algo que no consigue desde hace dos meses. Es necesario que refrende como visitante la buena imagen que suele ofrecer cada quince días en el estadio donostiarra. Es necesario dar un paso más que afiance los sueños de ascenso que ya irremediablemente están instalados en los corazones realistas. El liderato no es una anécdota, es algo que se ha ganado la Real a lo largo de las 29 jornadas que ya se llevan disputadas. Quedan trece estaciones para llegar a la meta. Y el líder tiene que dejarse ver en algunas más, también lejos de San Sebastián, para que el ascenso sea una realidad.
Martín Lasarte ha cerrado ya el grupo de jugadores con el que culminará el asalto a la Primera División y en él no están hombres como Sergio o Viguera (Riesgo sólo entrará cuando Bravo se marche al Mundial). Si no es por sanción o lesión, los cambios en sus convocatorias son mínimos. Con respecto a la jornada pasada, sólo hay una novedad en la expedición a Córdoba y es, además, un relevo habitual en las últimas semanas. Vuelve Nsue, se cae Songo'o (que ni siquiera llegó a tener minutos ante el Levante). Teniendo en cuenta que los 18 escogidos son prácticamente los mismos, no sería descabellado pensar que los once que saltarán al campo cordobés serán también los mismos que jugaron ante el Levante. Sólo un cambio parece posible, la entrada de Zurutuza ya en el once inicial después de tres semanas consecutivas saliendo desde el banquillo. El sustituído podría ser bien Elustondo o bien Aranburu.
Una vez que los tocados de la última semana han superado sus molestias, y teniendo en cuenta que Estrada y Labaka son los únicos inquilinos de la enfermería txuri urdin, lo lógico es que no haya variaciones en la defensa. Bravo estará en la portería, con Carlos Martínez y De la Bella en los laterales y Mikel González y Ansotegi en el centro. Por delante, y como viene siendo habitual, Diego Rivas es fijo, igual que Xabi Prieto en la banda derecha y Bueno en la punta de ataque (más después de recuperar el acierto goleador hace una semana). Los otros tres puestos son los que están en el aire. Zurutuza y Aranburu pugnan por la mediapunta; el capitán y Elustondo por el segundo mediocentro (aunque lo normal es que Lasarte siga apostando por Elustondo, lo ha hecho cuando el 4 estaba dando un rendimiento peor que la semana pasada); y Griezmann es la primera opción en la izquierda pero también tienen posibilidades tanto Nsue como Johnatan Estrada.
La posición de la Real al comienzo de la jornada es inmejorable y, además, llega con el subidón de adrenalina producido por la forma en que llegó la victoria ante el Levante. Es líder, con 55 puntos, con tres de ventaja sobre el segundo clasificado, el Hércules (con el que se enfrentará dentro de diez días en Anoeta; será, pase lo que pase esta semana, un partido de primero contra segundo), y siete con respecto al tercero y al cuarto, el Betis y el Cartagena. Los de Lasarte saltarán al campo sabiendo ya lo que ha hecho el Betis y, en parte, si juegan para conservar la distancia que les separa de la cuarta posición o si pueden aumentarla. Jugará al mismo tiempo que el Levante, y tendrá que esperar al domingo para conocer los resultados de Hércules, Cartagena y Numancia. El equipo txuri urdin acumula cuatro jornadas sin conocer la derrota y tres victorias consecutivas en Anoeta, pero también cuatro salidas sin volver a San Sebastián con el botín de los tres puntos, desde que Nsue diera la victoria en Vigo el 16 de enero.
La leyenda negra de la Real en el sur es extensa, pero es menos intensa desde que el equipo bajó a Segunda en el verano de 2007. En Córdoba ha jugado ya siete veces y sólo en una de ellas ha conseguido la victoria, arrancando además otros dos empates. Pero es que esas tres ocasiones en las que ha puntuado están entre las cuatro últimas visitas realistas al feudo cordobés. En Primera División, la Real jugó tres veces allí y sólo consiguió arrancar un empate, en la temporada 68-69, gracias a un tanto de Mendiluce. La mayor goleada encajada en la máxima categoría fue en la campaña anterior, la del regreso a la élite tras el ascenso de Puertollano, 2-0. En Segunda, la Real perdió 3-0 en su primera comparecencia, en la temporada 45-46, y 3-2 en la campaña siguiente. Pero desde que volvió a la categoría de plata hace tres años, no ha perdido allí. En su primera visita, en la 07-08, la Real, con Eizmendi en el banquillo, jugó uno de los mejores encuentros de la temporada y ganó 1-3.
La pasada campaña, la Real pudo perder, debió ganar y acabó empatando en un partido dirigido (es un decir) por ese malísimo colegiado que ahora todos tenemos en la cabeza gracias al espectáculo del pasado domingo en Anoeta, Pino Zamorano. Marcos anotó el primer gol de la Real, pero el Córdoba empató, se fue arriba y tuvo claras ocasiones para hacer el 2-1. Pero llegó un gran ataque realista y el propio Marcos asistió a Agirretxe para que hicera el segundo gol txuri urdin. La Real bajó muchísimos enteros en su ya de por sí escaso fútbol aquel día y no cerró el partido. En un descuento alargado hasta el extremo sin justificación alguna, Pino Zamorano dejó sin señalar una clara sobre Carlos Martínez y en el subsiguiente rechace el Córdoba empató. Volaron dos puntos en el descuento y con una clara colaboración del colegiado. Pero nadie puede decir que la Real mereciera ganar en Córdoba.
En la primera vuelta, la Real sufrió muchísimo para llevarse la victoria ante los andaluces. El Córdoba dominó en la primera mitad y dispuso de alguna clara ocasión que obligó a Bravo a actuar una vez más de salvador. La Real mostró en la primera mitad un juego lento y previsible, y Lasarte metió en el descanso al jugador más veloz que tenía en el banquillo: Nsue. Nada más regresar de los vestuarios, el fue el autor del único gol del partido. Se colocó en la banda derecha y eso dio libertad a Xabi Prieto, que se movió por el centro en la segunda mitad y dio todo un recital. Los tres puntos ya no peligraron. Ante el Córdoba, la Real consiguió su tercera victoria consecutiva en Anoeta y se afianzó en los puestos de privilegio de la Liga, unos puestos que ya no ha abandonado. Y que no abandonará. En Córdoba tiene una buena oportunidad de demostrar que esas son sus intenciones.
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