Iñigo Díaz de Cerio y Xabi Castillo han revolucionado la actualidad realista. El primero ha confirmado que se marcha de la Real porque el equipo txuri urdin "no es la mejor opción" para su futuro. El segundo ha dicho que no quiere seguir jugando como realista en Segunda y que el tren de Primera sólo pasa una vez en la vida. A mí no me preocupa que haya jugadores que se quieran ir de la Real, ni estoy especialmente molesto por el hecho de que quieran jugar en otros equipos y dirigir su carrera profesional hacia donde consideren más oportuno. Allá cada cual, que a eso tienen todo el derecho del mundo. Además, sé que este equipo siempre va a tener once jugadores en el campo, una veintena en la plantilla y un filial detrás para cubrir el futuro, sea éste más o menos brillante, por lo que el hecho de que se vayan uno, dos o diez jugadores cuando finalice esta temporada no me altera lo más mínimo.
Lo que me choca es que quienes crecen dentro de la Real entiendan tan poco lo que significa este equipo. En varias ocasiones he escuchado a Lillo decir que cambiaría todos sus años como entrenador en el banquillo por un solo partido como jugador sobre un campo. Creo que esa es la sensación que compartimos todos los aficionados. Al menos yo sí daría cualquier cosa por un instante sobre el cesped de cualquier campo con la camiseta de la Real. Si ya la luzco con orgullo en la grada, en juego tiene que ser algo único. "Cada domingo que me toca jugar en la Real pienso que doy un paso en mi carrera. Muchas veces no lo valoramos lo suficiente". Esa frase no es mía. La dijo Ansotegi hace un par de semanas. Y esa frase no sólo hace que mi cariño por Ansotegi crezca, al margen de la valoración que tenga de él como jugador. Es que además es verdad. Díaz de Cerio y Castillo acaban de demostrar que es verdad, que no todos los que visten la camiseta de la Real lo valoran lo suficiente.
Si no ocurre algo inesperado, ninguno de los dos vestirá la camiseta del centenario. No hay camiseta que me haga más ilusión vestir que esa y, desde luego, jamás voy a tener la oportunidad de lucirla sobre un campo de juego. Pero estoy seguro de que no puede haber nada más grande que ser de la Real y tener esas dos estrellas sobre el pecho. Estoy hablando, claro está, desde el punto de vista más sentimental que puede tener el fútbol. Por eso mismo entiendo sobradamente a un jugador que quiere salir de la Real, porque asumo que eso es lo que menos les importa en muchos casos. Jugar en Primera, cobrar un gran sueldo, aspirar a ganar títulos... Eso es lo que busca cualquier profesional, sin duda, y los de la Real no son una excepción. Todos en nuestros trabajos aspiramos a mejorar y no dejamos que nadie nos juzgue por ello. Tampoco voy a juzgar yo con este baremo a estos dos jugadores. Los futbolistas, en ese sentido, no son diferentes. Pero por este mismo motivo, me siento estafado cada vez que un jugador apela a la Historia, a los sentimientos, a la afición. Porque casos como estos hacen que sienta que lo hacen sólo cuando les conviene, por su propio interés, y no porque lo piensen de verdad.
Díaz de Cerio y Castillo forman ya parte de la centenaria Historia de la Real. Su presencia en ella será mucho más breve de lo que seguramente a casi todos nos hubiera gustado. Pero los motivos que esgrimen para irse me parecen falsos. Eso sí se lo puedo reprochar y, de hecho, se lo reprocho. Siempre he respetado mucho a jugadores que de verdad se iban para progresar, como hicieron en su día Bakero, Txiki, López Rekarte, Lasa, Kodro, Darko, Xabi Alonso y tantos otros. Siempre he admirado a aquellos que se marcharon para hacer un favor a la Real y a sus siempre maltrechas arcas, como Periko Alonso. Pero lo que nunca podré entender es a aquellos que no saben valorar lo que supone este equipo y que no ponen de su parte para que el equipo logre algún tipo de beneficio cuando llega la hora de su salida. Bravo no tiene reparos en decir que quiere progresar, pero también añade que la salida tiene que ser beneficiosa para el club. Los de fuera a veces muestran más sensibilidad que los de casa. Y eso, cuando durante tanto tiempo se ha utilizado el viejo discurso de falta de apoyo a los de casa, duele.
Sin conocer demasiado la intrahistoria de la salida de Díaz de Cerio de la Real, porque no nos lo han contado todo, da la sensación de que le han asesorado mal. Pudo renovar hace un año por unas buenas cantidades económicas y dar rienda suelta a su proclamado realismo (que yo no soy nadie para dudar de él), pero no quiso hacerlo, esperando no se sabe muy bien qué. Quizá algunos de los que ahora lamentan su marcha se den cuenta del daño que hicieron a la Real con sus inisdias contra el ex presidente Badiola. El error que cometió su Consejo de Administración fue pensar que sería posible renovarle en todo caso. Debió buscar un traspaso al final de la temporada pasada. Porque duele invertir tanto dinero en la cantera para que precisamente quien ha crecido en Zubieta se marche sin dejar dinero ni excesivo rendimiento deportivo. El error que cometió el Consejo de Aperribay fue vendernos que era posible renovarle. Quizá se vio obligado a hacer para quitarse presión, pero parece un engaño más. La Real, en proceso concursal, no estaba en condiciones de ofrecer un contrato interesante a Díaz de Cerio. Así de claro.
Lo de Castillo, sencillamente, es sorprendente. El tren de Primera sólo pasa una vez, dice. Si un futbolista que debiera conocer ya este mundo dice eso, mal vamos quienes vemos este deporte desde la barrera, como aficionados o como periodistas. Ese tren pasó en Vitoria para la Real. Ese tren todavía no se ha ido del todo esta temporada, aunque estas manifestaciones dejan claro que su ilusión por conseguir el ascenso ya no existe, por muchos aficionados ingenuos y creyentes, como yo, que pueda haber. Dos veces ha visto pasar Castillo ese tren, en las dos temporadas en que ha jugado en Segunda. Y, si no subimos esta temporada, en junio de 2010 ese tren volverá a pasar por San Sebastián. Osasuna, que parece el destino más probable de Castillo, está luchando por no bajar a Segunda. Ese es un peligro del que casi nadie está a salvo. Cambiar un equipo por otro sólo por tener una gloria que puede ser efímera en Primera me parece un error. Y más cuando estamos hablando de un jugador tan joven. Pero él sabrá.
Yo lo que tengo claro es que no quiero en la Real jugadores que no quieran estar. Ni de casa, ni de fuera. Ahora bien, creo que es un motivo de reflexión que gente que ha nacido, crecido y progresado dentro de este equipo no valore lo que significa jugar en la Real o la apuesta y el gasto que el club hace por y para ellos. El Celta, en una situación económica muy similar a la de la Real y con menos Historia sobre sus espaldas, fichó una decena de jugadores el pasado verano. Y me imagino que para todos ellos fichar por el Celta supuso un paso adelante. Como lo fue fichar por la Real para Sergio, Marcos o Moha. Como lo hubiera sido, y así lo dijo, para Iván Campo, un tipo que ha ganado una Champions. Yo no voy a dejar que nadie se permita el lujo de ningunear lo que supone jugar en la Real. Ni en Primera, ni en Segunda, ni en proceso concursal, ni de ninguna de las maneras. La Real sí es la mejor opción. Y quien no lo crea, ya sabe dónde está la puerta.
5 comentarios:
lo mejor será que los que estén crean en lo que se quiere, que es subir a primera. El comentario de Castillo del paso del tren de primera, me parece fuera de lugar, porque aunque complicado todavía hay alguna opción de ascenso. El mejorar siempre es lícito. Pero creo que estas declaraciones de Castillo menosprecian claramente el trabajo de los compañeros y del entrenador de la Real para las jornadas que quedan por jugarse.
Seguro que algún jugador del Sanse suplirá con éxito estas marchas, lo peor el que la Real no alcance ningún € por la venta. A lo mejor se debería de dejar de magnificar a tanto jugador insignia realista visto lo visto.
Un saludo
Aupa erreala
"A enemigo que huye, puente de plata". Los que no quieran estar en la Real, son enemigos y como tales, que se vayan. Ellos sabrán lo que hacen. Me parece bien que quieran aspirar a más, pero siempre respetando.
En el caso de De Cerio, se le veía venir de lejos desde hace mucho tiempo. Al igual que tú, no soy nadie para dudar de su sentimiento txuri urdin, pero lo hago. Dudo de que ame la camiseta que ha vestido porque habría hecho algo más por seguir vistiéndola y me da a mi que no ha hecho nada. Quizá sea manía personal, pero no creo que sea una pérdida que haya que llorar. Y a ver si en Bilbao le perdonan todo lo que ha fallado aquí.
Sobre Castillo, nunca me gustó como persona. Y bueno, ya que estamos, como jugador tampoco me despierta simpatía. Pero desde luego, tras sus declaraciones, en el lugar de Lillo, dudaría mucho muchísimo si le utilizaría en lo que resta de temporada.
Y ojo, porque si quiere jugar en un equipo de Primera división española, el equipo que lo quiera fichar tendrá que pagar 1,5 millones de euros. ¿Realmente lo vale?
A mi lo que más me preocupa es la capacidad de Loren para edificar un nuevo proyecto. No le veo un tipo avispado y con contactos para manejarse en un mercado tan especial como es el de Segunda y con los pocos recursos de los que dispone la Real. Y si hace como pretende, reforzar al primer equipo con muchos chavales del Sanse... miedo me da.
Un abrazo y perdón por el ladrillazo!
Lo de Cerio estaba cantado, acaba contrato y un goleador siempre es muy apetecible pero lo de Castillo no lo entiendo, decir a estas alturas que no quiere jugar en 2ª cuando no ha acabado la temporada y ademas la Real por lo que he leído le puede renovar un año o pedir indemnización es de juzgado de guardia, si fuera Lillo no jugaría mas esta temporada, aunque últimamente casi no lo hace, en Huesca jugo 5 minutos.
Si se van casi mejor, necesitamos gente comprometida se hayan criado en Zubieta o en Cuenca, y que para los que vestir la camiseta de la Real aun en 2ª sea algo grande.
Parece que habrá muchos cambios en el equipo para la próxima temporada (suponiendo que no subimos), espero que alguien de la Real tenga controlado bien el mercado de 2ª donde se pueden traer buenos jugadores sin pagar ningún traspaso, se puede subir alguno del sanse pero con jugadores con experiencia y que sean importantes en 2ª.
Muchas veces los enemigos los tenemos dentro, y los de fuera nos dan lecciones, Kodro, Darko, Karpin, Bravo, ect. Habria que analizar cuanto daño han hecho a la real los representantes, que encima son y viven en Donosti, como los del despacho de Biurrun, que encima ha jugado en la Real.
Iván, lo malo es eso. Después de años de pensar que un jugador va a ser el futuro de la Real, te das cuenta de que en realidad es ya su pasado. De nada sirve lo invertido en él, y eso es muy doloroso. Que se queden los que quieran estar.
Rubén, yo también creo que Díaz de Cerio podría haber hecho más. Y comparto contigo que no hay que llorar ninguna de estas dos bajas. A rey muerto, rey puesto. Con Loren yo también tengo dudas, pero quiero ver cómo se desenvuelve en esta economía de guerra que tenemos. Su prueba de fuego en la confección de la próxima temporada. Si acierta, se ha ganado el puesto para años.
Cityground, ahí está el punto importante para el futuro, que es lo que comentaba Rubén: la capacidad de Loren para formar la plantilla del año que viene. Confío en que tenga los deberes hechos, pero hay que esperar. No nos queda otra.
PatiodeCaballos, lleva ya mucho tiempo con esa sensación. Últimamente parece que se aprecia, valora y respeta lo que es la Real mucho más desde fuera que desde dentro. Y eso tendría que hacernos pensar a todos.
Publicar un comentario