A nueve puntos del ascenso, con un sueño tan roto a estas alturas como improbable el 21 de junio, pero con la exigencia de ganar. Así viaja la Real a Huesca (domingo, 18.00 horas, El Alcoraz, sin televisión), donde exhibirá una vez más el mejor y mayor patrimonio que tiene este club: su incansable afición. Se espera que un millar de realistas esté en las gradas del campo oscense, una demostración más de fidelidad que engrandece a los realistas y también al club de sus amores. Algunos viajarán por fe, otros por simple y valioso amor a su escudo. Sea cual sea el motivo, su presencia obliga a la Real, exige que los jugadores den lo mejor de sí mismos para lograr los tres puntos, con o sin ascenso de por medio, y dejen el nombre de este club lo más alto posible. En Huesca se verá otra muestra más que explica por qué este equipo es y siempre será distinto a todos los demás.
Para afrontar este partido, Lillo no tiene jugadores suficientes para completar una convocatoria de 18 y ha decidido no recurrir al filial, que pasa por momentos complicados en su lucha por mantenerse en Segunda B y necesita de todos sus efectivos. A las bajas ya conocidas de Iñigo Díaz de Cerio, Gorka Elustondo y Sergio Rodríguez por lesión y Carlos Martínez por sanción, se suma la de última hora de Boukary Dramé. No es que su presencia fuera a cambiar nada, puesto que el técnico no cuenta con él más que para hacer número en sus listas, pero la Real viaja con 17 efectivos a Huesca. Y también se desplaza con la eterna incógnita de cuál será el once y también el esquema que coloque Lillo sobre el terreno de juego. A pesar de que el resultado fue muy negativo, no sería de extrañar que la alineación se aproximara mucho a la que jugó hace siete días contra el Tenerife.
Bravo es indiscutible bajo palos. Si se jugara con defensa de tres, y ante la baja de Carlos Martínez, lo más probable es que los elegidos sean Ansotegi (muy en forma en los últimos partidos y, sin duda, el mejor defensa de la temporada), Mikel González y Castillo (del que esta semana se ha hablado mucho por las dificultades que puede generar su más que probable salida de la Real a final de temporada). El rombo del centro del campo podría colocar de nuevo a Aranburu muy cerca del área, donde le hizo daño aunque sin acierto al Tenerife, con Gerardo, Diego Rivas y Markel Bergara por detrás de él. Y la tripleta atacante volvería a estar formada por Xabi Prieto, Marcos y Abreu, aunque tampoco hay que descartar que Moha o incluso Estrada se cuelen en la alineación titular. De jugar con defensa de cuatro, Gerardo retrasaría su posición, al igual que Aranburu, pero el once podría ser el mismo sin problema alguno.
Lograr que un millar de realistas vaya a ver este partido es una hazaña. Quienes hacen cálculos creen que el ascenso puede estar entre los 75 y los 78 puntos. Eso quiere decir que la Real, séptima en la clasificación con 50 puntos, necesita ganar entre ocho y diez partidos. En otras palabras, puede que ya no baste ni la hombrada de ganar los nueve encuentros de Liga que restan. Y aún así, un millar de seguidores se desplaza para animar a su equipo. Es una impresionante demostración de fidelidad que ya quisieran otros que necesitan ganar Ligas, jugar en Europa o llegar a finales de Copa para que aflore el sentimiento de su afición de esta forma. Los realistas son el mayor patrimonio de la Real. Y es la Real quien tiene que cuidarlo. Tres puntos en Huesca y dejar hasta la última gota de energía sobre el campo son requisitos que se antojan imprescindibles en una jornada en la que Rayo, Zaragoza y Xerez tienen desplazamientos fáciles, pero Hércules, Tenerife y Salamanca podrían pinchar.
Será la primera vez que la Real visite Huesca en partido oficial, ya que nunca han coincidido ambos equipos en la misma categoría ni se han visto las caras en Copa. En la primera vuelta, el equipo txuri urdin se quedó con los tres puntos en un partido difícil y anodino, que se recordará única y exclusivamente por el golazo que anotó Castillo. El gol llegó ya avanzada la segunda mitad, después de que al descanso se llegara con 0-0 en el marcador, algo ya habitual en Anoeta, y muy pocas ocasiones de gol sobre el césped. Pero el trallazo del lateral realista se convirtió en uno de los mejores tantos que ha visto el estadio del barrio de Amara y le dio a la Real tres puntos muy necesarios para la escalada hacia los puestos de arriba. Con este triunfo, el conjunto txuri urdin rompió una racha de cuatro encuentros sin lograr tres puntos en su propio estadio. El equipo de Lillo se movía en mitad de la tabla, a tres puntos de los puestos de ascenso y a sólo cuatro del liderato. Las cosas han cambiado para peor. Pero siempre queda la heróica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario