viernes, abril 03, 2009

PREVIA Real Sociedad - Nastic. A por la quinta para aumentar la ilusión

A por la quinta victoria consecutiva (sábado, 18.30 horas, Anoeta; ETB-1). La Real busca ese registro que no logra desde la temporada en la que disputó la Champions League (2003-2004) y, de paso, confirmar la ilusión por el ascenso que se ha disparado después de lograr el cuatro triunfo de esta racha. Ni Lillo ni el equipo quieren que se dispare la euforia, pero saben que lograr los tres puntos ante el Nastic en Anoeta supondrá un espaldarazo, quizá definitivo, para meter a la Real en la pelea por los puestos de ascenso. Ahora parecen seis los aspirantes y quizá sea alguno más todavía, pero lo que es indudable es que el objetivo está ahí, al alcance, a pesar de que hace un mes, sólo un mes, algunos enterraron al conjunto txuri urdin. La solvencia defensiva y la pegada ofensiva de las últimas jornadas se encuentran con el mayor en Anoeta desde la visita del Hércules. El Nastic será una buena medida para las posibilidades de la Real.

A pesar de haber disputado dos partidos internacionales esta última semana, lo que les impidió jugar en Castellón, Bravo y Abreu han entrado en la convocatoria. Sin embargo, habrá que esperar a los minutos previos al partido para saber si entran en el once inicial. No sería la primera vez que el meta chileno se pierde también el encuentro posterior a su regreso a San Sebastián y, además, está el seguro de contar con un Zubikarai que siempre ha respondido con plenas garantías ante la ausencia del guardameta titular. En el ataque, si Abreu no fuera de la partida, lo normal sería que Agirretxe se mantuviera en el once. El canterano marcó un gol de crack la pasada jornada y sigue demostrando jornada a jornada que el futuro de la delantera de la Real pasa por él.

Como todas las semanas, es difícil saber qué planes tiene Lillo (que cumple una temporada completa en el banquillo, 42 partidos) para afrontar el duelo ante el Nastic. Parece seguro que esta vez habrá delantero, sea Abreu o Agirretxe (Necati, que no jugó ni un minuto la semana pasada, parece contar con menos opciones, pero el fervor que le demostró Anoeta en su último partido le convierte en una baza interesante para la segunda mitad), y que los que jugarán por detrás serán tres de los jugadores más en forma del equipo: Xabi Prieto, Marcos y Sergio. Aranburu es fijo y junto a él se disputan uno o dos puestos Markel, Diego Rivas y Gerardo. Éste tendría sitio en el centro del campo si el técnico opta por regresar a la defensa de tres que ya ha usado con cierta asiduidad en esta racha de cuatro victorias consecutivas. Eso dejaría a los tres centrales y a Castillo luchando por los tres puestos de atrás. Carlos Martínez, a pesar de su buen partido en Castellón, con asistencia incluída, iría al banquilo de usarse este esquema. Dramé y Estrada son los jugadores que se quedan fuera de la lista.

A cinco puntos de la tercera posición, la Real vuelve a vivir una de esas jornadas peligrosas en las que parece tener más que peder que algo por ganar. Los tres puntos no meterán al equipo en los puestos de ascenso pero no sumarlos podría alejar de nuevo esas plazas y afectar a la volátil ilusión de los aficionados realistas. El equipo txuri urdin sólo tiene ahora mismo a tiro al Zaragoza, tres puntos por encima. Los maños reciben en La Romareda al Girona. El Rayo-Tenerife que se jugará a la misma hora que el partido de la Real permitirá remontar puntos al menos a uno de los dos equipos. Ya el domingo, el Hércules recibirá al colista Sevilla Atlético, y el Xerez visitará al Murcia. No parece una jornada demasiado propicia para que pinche ningún de los dos, sobre todo los alicantinos, pero esta Segunda División tiene una inagotable capacidad de sorpresa. Lillo no quiere hacer cuentas y me parece sensato. Pero la clasificación manda y son datos necesarios. Aunque sabe que lo más importante sucede en Anoeta, el aficionado sí tiene la mirada puesta en estos campos.

Los precedentes son muy buenos para la Real, puesto que el Nastic jamás ha ganado en San Sebastián. De los seis partidos que se han jugado con anterioridad, el conjunto txuri urdin ha vencido en cinco y ha empatado sólo uno. Fue en Segunda y, precisamente, la temporada pasada. Fue el tercer partido de Lillo como entrenador y el equipo no dio muchos motivos para pensar que se podía ganar el partido. La actuación realista fue muy discreta ante un rival ya alejado de las posibilidad de ascender y que tampoco dio síntomas de peligro. Lillo no parecía tener cogida la tecla del equipo a pesar de que sumaba una victoria y dos empates. La Real se quedó tras este punto a dos del tercer clasificado, el Sporting, a falta de ocho jornadas para el final de la Liga. Curiosamente, y a pesar de que la distancia era menor que ahora, aquel fue un día de decepción y ahora mismo, a cinco del ascenso, vivimos momentos de ilusión. Así es el fútbol.

Los otros dos partidos que han jugado Real Sociedad y Nastic en Segunda División se saldaron con victoria realista, la más rotunda de ellas el 5-0 de la temporada 45-46, con goles de Pérez, Unamuno, Pedrín, Ontoria y Vázquez. Aquel año la Real no consiguió subir a Primera. En la máxima categoría estos enfrentamientos se cuentan por victorias de color txuri urdin. La última de ellas fue en la campaña del ascenso y supuso el primer triunfo de la Real en la temporada, agónico pero triunfo al fin y al cabo. Y eso que era ya la jormada 15. Real y Nastic bajaron de la mano. Los catalanes, de hecho, fueron los únicos que quedaron por detrás del conjunto dosnotiarra en la clasificación.

En la primera vuelta, la Real consiguió los tres puntos en el descuento gracias un gol de Iñigo Díaz de Cerio. Fue un partido extraño. Moha adelantó a la Real con su primer gol de txuri urdin en una buena primera parte de los de Lillo. Pero como tantas veces le pasó al equipo en esta temporada, el segundo gol no llegó y el partido se quedó abierto. El Nastic salió con mucha fuerza en la segunda parte y tuvo ocasiones para empatar. El árbitro colaboró en el dominio tarraconense con infinidad de faltas al borde del área de Bravo. En una de ellas, inexistente por cierto, llegó el gol de Moisés. Y cuando nadie esperaba ya cambios en el marcador, Iñigo enganchó un perfecto disparo desde la frontal que dio los tres puntos. Fue la primera victoria de la temporada fuera de casa, el último gol de Iñigo antes de su lesión y el único partido de Liga que ha jugado Dramé.

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