domingo, marzo 08, 2009

REAL SOCIEDAD 1 - SEVILLA ATLÉTICO 0 Una semana de respiro

El partido de hoy sólo podía tener un resultado. Hoy sólo podía darse la victoria de la Real. Y es el que se ha dado. Hoy no había demasiado que ganar y muchísimo que perder. Anoeta recibió de uñas al equipo tras la debacle de Vitoria y en algunos momentos del partido perdió algo los nervios. Pero el partido dio de sí todo lo que podía ofrecer. La Real ganó. Y casi todos los equipos que le preceden en la tabla no lo hicieron. La jornada comenzaba con el equipo de Lillo a nueve puntos del ascenso y ahora está a siete. Dos puntos menos con respecto al objetivo. El sufrimiento ha sido excesivo, sí. El rival era muy malo, de acuerdo. Pero lo único que se necesitaba hoy era ganar tres puntos. Así, lo de hoy es el primer paso en la caza que tiene que emprender la Real, la de la tercera plaza. Es la primera semana de respiro en mucho tiempo. Y es el espaldarazo necesario para afrontar la primera verdadera gran final, la que afronta la semana que viene en Jerez.

Un análisis frío del partido obliga a decir que la victoria ha sido merecida. Merecidísima, en realidad. Aplastante diferencia de posesión de balón y de ocasiones de gol, en un encuentro en el que Bravo apenas ha tenido trabajo. Pero la Real ya no está para análisis fríos y hay que tener en cuenta demasiadas cosas. El rival es un equipo de Segunda B que ha aguantado 82 minutos con su marcador a cero y la Real estaba mostrando ya algunos signos de impotencia. La misma que nos acompaña durante toda la temporada de cara a gol. El Sevilla Atlético es el peor rival con el que se va a encontrar este año el equipo txuri urdin. Y sólo ha sido capaz de ganar por un gol, conseguido en los últimos minutos del partido. Más de una decena de corners se han sacado sin peligro y los delanteros han vuelto a quedarse a cero. Con Bravo consolidado como Zamora, la falta de gol sigue siendo lo que aleja a la Real de los puestos de ascenso. El Xerez no será tan benévolo la próxima semana, las pruebas suben de nivel y la exigencia a los jugadores realistas será mayor.

Lillo apostó finalmente por una defensa de tres que confirma que lo mejor que se puede hacer con Dramé es dar por finalizada su cesión. No ha tenido minutos ni con Castillo sancionado. Labaka, Mikel González y Ansotegi formaron la línea de atrás, con Gerardo incrustrado en el centro del campo junto a Markel y Aranburu. Sergio, Xabi Prieto y Marcos fueron los enlaces con el único delantero, Abreu. La sorpresa fue que ni siquiera contra el colista de Segunda apostara Lillo por dos delanteros. Más sorpresa aún fue que el primero en saltar desde el banquillo fuera Necati, aunque bien es verdad que Agirretxe estuvo a punto de no entrar en la convocatoria. Y quizá la mayor de las sorpresas fue que Lillo no agotó los cambios. Quizá fue un síntoma más del pánico que le invade a la Real, y por extensión a Anoeta, en los fatídicos minutos finales que tantos puntos han costado. El técnico pareció no querer cambiar nada por si acaso. Y esta vez salió bien. Pero el sufrimiento de ser un equipo de marcadores cortos volvió a atenazar a la Real por unos instantes.

Eso y sólo eso pudo privar hoy del triunfo al equipo txuri urdin. Eso en el aspecto deportivo porque, otra semana más, también pudo hacerlo la actuación arbitral. El marcador debió ser más amplio con decisiones normales del trencilla de turno. Hoy se han producido dos penaltis en el área sevillista. Dos más. El primero por mano y el segundo a Xabi Prieto. Ontanaya López, el mismo que permitió al Castellón ganar en Anoeta con un gol en fuera de juego mientras anulaba otro legal a Necati, no pitó nada. Cuando jugábamos en Primera, podíamos contar en que los arbitrajes no serían imparciales en estadios como el Bernabéu o el Nou Camp. Pero en Segunda estas cosas duelen más. Contra los cuatro últimos equipos de la tabla, los que el año que viene pueden jugar en Segunda B, la Real ha salido perjudicada. Muy perjudicada. No es que te quiten. Es, además, contra quién te quitan. Y lo olvidamos con una facilidad tremenda. Lo de hoy, en todo caso, sí pueden ser errores humanos (pero que se acumulan en contra de la Real), aunque sí ha habido otros detalles que no han gustado, como algunas tarjetas o alguna ley de la ventaja no concedida.

Pero los problemas de la Real siguen siendo ofensivos y a eso hay que prestar mucha más atención. Hoy el juego no es que haya sido brillante, pero ha fluído algo más que en semanas anteriores, y además, como destacó Lillo, con la personalidad que ha tenido el equipo de no precipitarse en función de lo que exigía la grada. El optimista verá una mejoría a la que agarrar su ilusión, el pesimista dirá que el verdadero motivo de que hoy se hayan generado bastantes oportunidades de gol hay que buscarlo en la endeblez del rival. Y probablemente los dos tengan razón. Pero lo que no se puede ocultar es que en diez de trece partidos que ha jugado la Real en Anoeta ha llegado al descanso con su marcador a cero. Es mucho tiempo desperdiciado a lo largo de la temporada y, más importante, muchísimo sufrimiento acumulado. Y siguen pasando las semanas y el máximo goleador de este equipo sigue siendo un jugador que está lesionado desde comienzos de octubre, Díaz de Cerio.

El gol, además, ha llegado quizá en una de las ocasiones menos claras, eso sí en una buena jugada de Moha (que entró en la segunda parte y que empezó mal) culminada por Aranburu antes de que rebotara en un defensa sevillista. Hay que lograr una efectividad mayor porque el éxito depende de eso y hay que animar a todos los jugadores a que sean más valientes. Hay que atacar con garra las innumerables jugadas a balón parado que genera la Real. Hay que arriesgarse a tirar desde fuera del área. Hay que buscar, como se ha hecho hoy pero con más acierto, las entradas por banda (y aprovechar la calidad de Marcos y Xabi Prieto que siguen algo apagados). Hay que aprovechar las virtudes que tiene este equipo. Porque las tiene. Hoy el Sevilla Atlético, que pese a ser el peor equipo de la categoría sí ha dado guerra en algunos partidos, no ha sido nada y eso también ha sido mérito de la Real. Eso lo ha destacado Lillo en la rueda de prensa. Tiene razón. Y ojalá eso sirve para darle confianza al equipo.

El año pasado las tres derrotas seguidas se cerraron con una victoria agónica contra el Hércules. Esta vez ha sido con una victoria igualmente agónica, ante un rival de peor entidad. Eso y otros resultados han hecho que la jornada haya sido casi perfecta. Ninguno de los seis primeros clasificados ha ganado. Parece que sólo destacamos los resultados de los demás cuando la Real no consigue ganar. Hoy ha ganado y ha remontado dos puntos como mínimo a todos los equipos que encabezan la clasificación. Eso es una buena noticia que demuestra que, si los de Lillo hacen los deberes, todavía hay opciones de volver a Primera. La distancia ahora es de siete puntos, doce con respecto al Xerez, el líder, que es el próximo rival de la Real. El corte que había entre el sexto y el séptimo clasificado ha quedado en esta jornada reducido a la mínima expresión, a dos puntos, con lo que es lícito pensar que hasta el décimo clasificado están justificados los sueños de meterse en la pelea por volver a Primera.

La Real, rompiendo la racha de tres derrotas consecutivas, es novena. Estamos todavía dentro del grupo de equipos con derecho a soñar. Estamos vivos. Hoy hemos ganado una semana de respiro, un impulso antes de una gran batalla, la que tiene que dar la verdadera medida de las posibilidades de este equipo.

2 comentarios:

cityground dijo...

Es increíble lo que nos cuesta marcar un gol, otros días es verdad que no se crean muchas ocasiones pero ayer hubo a patadas, ayer era un partido para golear pero esta visto que eso para la Real es imposible, al menos ganamos que era lo importante.

El partido del Xerez sera clave, si se gana se puede soñar aun con el ascenso, perdiendo e incluso empatando la cosa se pondrá otra vez casi imposible porque no creo que los de arriba fallen tanto como esta jornada.

Iván dijo...

ya solo nos faltan ganar doce partidos.

El del sábado el siguiente.

Aupa