La Real se enfrenta a una gran oportunidad que confirme que el sueño de volver a Primera es posible (sábado, 18.30 horas, Chapín; ETB-1, Canal Sur, Telemadrid-La Otra). Juega ante el Xerez, el líder de la categoría. Ganar supondría recortar tres puntos al equipo que ahora mismo lidera la clasificación, quizá acercarse a los puestos de ascenso (aunque no parece la jornada más propicia para hacerlo) y recibir una inyección de moral que, viendo la cantidad de golpes que ha soportado este equipo durante toda la temporada, puede tener un valor incalculable. Lillo ha apelado a recuperar el espíritu con el que la Real venció el año pasado en Málaga. El referente es claro. El equipo, tras romper ante el Sevilla Atlético una racha de cuatro jornadas sin seguir y tres perdiendo, vuelve a tener la oportunidad de ganar dos partidos seguidos por primera vez. Qué importante sería hacerlo.
Durante la semana se ha rumoreado que Lillo podría volver al 4-3-3, gracias al regreso de Castillo y Rivas a la convocatoria, después de haber cumplido ambos un partido de sanción. Lo más probable es que los dos entren de nuevo en el once, el primero dejando en el banquillo a Carlos Martínez o Gerardo y el segundo probablemente a Markel Bergara. Aranburu parece fijo en el centro del campo, con lo que las elecciones de Lillo, además del lateral derecho, estarán en el ataque y en los centrales. Arriba Abreu también parece tener garantizado un hueco, y Necati, a pesar de las buenas sensaciones que dejó hace una semana parece que empezará de nuevo desde el banquillo. Xabi Prieto, Marcos y Sergio son quienes más opciones tienen de jugar tras el uruguayo, gracias también a que Moha es baja por tarjetas. Sólo un jugador de la primera plantilla se queda fuera por decisión técnica. No hace falta una bola de cristal para asegurar que ese es Dramé.
Por primera vez en mucho tiempo, y excepción hecha del futuro de Dramé o la renovación de Markel, se ha hablado más del partido que de cuestiones extradeportivas. Quizá sea la hora de aprovechar esa coyuntura y que la Real vuelva a demostrar sobre el campo que hay motivos para confiar en ella. A pesar de la evidente endeblez del rival, lo cierto es que ante el Sevilla Atlético hubo una clara mejoría con respecto a jornadas anteriores. A este equipo se le ha criticado que apenas genere ocasioens de gol y el domingo pasado tuvo muchísimas. No tuvo acierto, eso es evidente, pero el primer paso está dado. Ratificarlo ante un rival de mucha más entidad medirá con mucha mayor fiabilidad las posibilidades reales de esta Real. Lillo cree que la distancia entre ambos no puede ser de doce puntos, como marca ahora mismo la tabla. Yo también lo creo. Pero son los puntos y los partidos los que tienen que dar o quitar razones.
La jornada vuelve a ser peligrosa para la Real, aunque sería bueno tener claro, para que no vuelva a cundir el catastrofismo, que perder este encuentro no sería un golpe definitivo en las aspiraciones de ascenso del equipo txuri urdin. El Xerez se iría definitivamente, sí, pero que no se nos olvide que tres equipos consiguen el mismo premio. Los realistas, que parten con 39 puntos y desde la novena posición, podrían adelantar sólo al Huesca (recibe al Alicante) y Salamanca (visita al Eibar). Tenerife y Hércules, que ahora mismo ocupan las otras dos posiciones de ascenso con nueve y siete puntos de ventaja con respecto a la Real, se miden en casa ante Albacete y Murcia respectivamente. Dos partidos a priori sencillos, pero ya sabemos que en esta Segunda División cada partido hay que pelearlo como si fuera el último.
Dicen que la estadística está para romperla. Ojalá que no suceda en este caso, puesto que la Real nunca ha perdido en el campo del Xerez. Ha visitado la ciudad andaluza en cuatro ocasiones, ha vencido en dos y ha empatado en otras dos, todas ellas en Segunda División. Ambos empates fueron a un gol, y las victorias fueron en la temporada 42-43 por 0-1 y en la 45-46 por un rontundo 0-7. Aquel día, Ontoria anotó cinco goles y Pedrín y Unamuno redondearon una goleada histórica, la segunda mayor que ha conseguido la Real a domicilio en su andadura en la categoría de plata del fútbol español. Aunque Andalucía suele ser una comunidad autónoma poco propicia para el conjunto txuri urdin, ésta es una de las plazas que demuestran que no hay plaza imbatible, ni siquiera en el sur.
La última visita de la Real a Xerez, la temporada pasada, se saldó con empate a uno. Comenzaron marcando los jerezanos gracias a Antoñito y a un grave error defensivo de los de Coleman. El jugador andaluz remató con cierta facilidad y dentro del área un despeje hacia atrás que Garitano hizo tras un saque de banda. El equipo txuri urdin reaccionó bien y empató con un gran gol de Díaz de Cerio, que remató cruzado un espléndido pase a la media vuelta de Gari Uranga. Los tres puntos debieran viajar para San Sebastián, pero la Real no aprovechó sus ocasiones, sobre todo un espléndido lanzamiento de Xabi Prieto al larguero a falta de quince minutos para el final. Ese tiro casi puso el punto final al encuentro, que permitía a la Real seguir invicta fuera de casa tras tres partidos disputados lejos de Anoeta.
En la primera vuelta, el Xerez arrancó un punto de Anoeta, un punto que probablemente no mereció pero que pudieron ser tres si los visitantes hubieran acertado con alguna de las buenas llegadas que tuvieron en el tramo final y que desbarató con muchísima seguridad Zubikarai. No obstante, sería injusto dar la sensación de que los jerezanos merecieron el triunfo. No fue así, como evidencia el hecho de que su portero, Chema, fuera el mejor jugador del encuentro. Hizo varias paradas de mérito, sobre todo una que evito el gol de Estrada, en un fantástico remate de cabeza que se encontró con una portentosa estirada del meta. Eran las primeras jornadas sin Elustondo y Xabi Prieto y el juego en el centro del campo se resintió. Fue un partido lento, denso y sin ritmo pero que debió ganar la Real. Ese empate es el primer punto que el Xerez sacó de San Sebastián en las cuatro visitas realizadas hasta la fecha.
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