La Real busca una victoria de ilusión, la que sería tercera consecutiva (domingo, 17.00 horas, Anoeta, Gol TV). Después de tres derrotas seguidas, el equipo de Lillo necesita conseguir la misma racha de triunfos para volver a meterse en el pelotón de cabeza. Seguirá lejos todavía de los puestos de ascenso incluso sumando tres puntos, pero el golpe de moral que recibirían tanto el equipo como la afición sería inmenso después de haber pasado por los momentos más duros de la temporada. El gran problema de la Real y del entorno esta temporada está siendo la falta de fe. No se termina de creer que el equipo puede volver a Primera División y la clasificación no ayuda a tener una visión optimista. Hay momentos en los que sí se da esa confianza, pero siempre acaba rota por algún motivo. Tres victorias consecutivas, habiendo sido una de ellas en el campo del líder, tienen que bastar para que el realista crea que es posible lograr el objetivo. Pero para ello es imprescindible ganar esta semana en Anoeta al Girona.
Lillo no cuenta con más bajas que las sobradamente conocidas de Gorka Elustondo e Iñigo Díaz de Cerio. Tras dos victorias consecutivas, el técnico dejó la puerta abierta a repetir once por tercera semana consecutiva, aunque con lo aficionado que es el tolosarra a las sorpresas seguro que introduce algún cambio. Castillo es quien más papeletas tiene para entrar en el once, supliendo a uno de los tres centrales que jugó la semana pasada. Quizá lo natural sea el mismo cambio que hizo en Jerez, por Mikel González, aunque Labaka también podría ser el escogido para ver el partido desde el banquillo. Es bastante probable que Lillo continúe con su esquema de 3-4-3, con Gerardo realizando una doble función de lateral y centrocampista. Él será sin duda uno de los elegidos, ya que los dos jugadores que se quedan fuera de la convocatoria por decisión técnica son Carlos Martínez y Boukary Dramé, éste último tan acosumbrado ya a estar en la grada como los lesionados de larga duración.
Moha vuelve a la convocatoria después de cumplir en Jerez un partido de sanción, pero no parece probable que tenga sitio en el once ante el Girona, y más después del espléndido partido de Marcos ante el líder, que le garantiza la banda izquierda en el ataque. Junto a él volverán a estar Xabi Prieto y Abreu, ya máximo goleador del equipo con seis tantos. Detrás del delantero uruguayo (que no podrá jugar la próxima semana, al igual que Bravo, por estar convocado con su selección) lo normal es que repita Sergio, aunque no hay que descartar que, ante un rival tan cerrado como se presenta el cuadro catalán, Necati pueda actuar como mediapunta. No en vano, el turco y el uruguayo formaron una gran pareja atacante en los minutos finales ante el Sevilla Atlético. Diego Rivas y Markel Bergara se disputan el otro puesto del centro del campo, pues Aranburu parece fijo.
Mientras la Real siga a más de un partido de distancia de los puestos de ascenso, todas las jornadas van a ser muy peligrosas, porque se corre el riesgo de sobredimensionar un traspiés. El equipo de Lillo parte en la octava posición, a siete puntos del tercero. Esta semana sólo podría alcanzar a Salamanca (recibe al tercero, el Tenerife), Castellón (visita al Levante) y Zaragoza (parece poco probable que pinche en casa ante el colista, el Sevilla Atlético). Los dos primeros protagonizan duelos directos de la parte alta de la tabla, y a eso hay que sumar que los tres primeros clasificados juegan fuera. Eso, y que todos los rivales salvo el Rayo habrán jugado antes que los nuestros, podría deparar una jornada muy clarificadora para los intereses de la Real. Siempre y cuando se sumen los tres puntos ante el Girona, claro está. Que nadie se olvide de lo difícil que es derrotar al cuadro catalán, que acumula catorce empates en toda la Liga, los siete últimos de forma consecutiva.
Los precedentes son tan antiguos como favorables a la Real. Las tres visitas del equipo catalán a San Sebastián, todas ellas en Segunda División, se han saldado con victoria txuri urdin. En la temporada 35-36, la que concluyó con el descenso a Tercera que impidió la Guerra Civil, el Girona fue uno de los pocos equipos a los que consiguió derrotar la Real, por un ajustado 3-2. En la campaña 42-43, el triunfo fue también corto, 1-0, con gol de Pedrín. Aquel año, por cierto, la Real consiguió el ascenso a Primera. Y también se celebró un retorno a la máxima categoría tras el último enfrentamiento con el Girona. 5-1 fue el resultado en la campaña 48-49, con dos goles de Arguiñaño y uno de Caeiro, Pérez y Alsúa. Ojalá se consiga la victoria ante el Girona y ojalá, como en los dos precedentes anteriores, signifique que la Real vuelve a Primera División al final de la temporada.
El enfrentamiento de la primera vuelta fue un muy mal partido que demostró muchas carencias en el fútbol de la Real. Ante un rival recién ascendido de Segunda B, el equipo txuri urdin salió timorato al campo y eso supuso conceder alguna ocasión, aunque no demasiado claras, al Girona. Luego la Real tomó el mando del partido y demostró que hay una enorme diferencia de calidad entre uno y otro equipo. Pero esa superioridad, de apenas veinte minutos, no se plasmó en ocasiones claras de gol y el conjunto txuri urdin, que seguía lamentando las ausencias de Elustondo y Xabi Prieto, se fue diluyendo con el paso de los minutos. La única buena noticia que dejó el partido fue la espléndida actuación de Zubikarai en la portería. En el descuento, Marcos fue expulsado por doble amarilla, las dos por simular sendos penaltis. El empate sin goles en Girona supuso la quinta jornada consecutiva sin ganar y la cuarta sin anotar un solo gol. El líder, el Salamanca, se fue a seis puntos. Esa distancia se recortó. ¿Por qué no se van a recortar los siete puntos que hoy nos saca el tercero?
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