Un fichaje extraño para acabar con la maldición de la banda izquierda

El que parece va a ser último fichaje de la Real Sociedad para la temporada 2007-2008, David Vaughan, es una incorporación un tanto extraña. Lo es porque el club ha pagado por él 450.000 euros a un modestísimo club de la división inglesa equivalente a la Segunda B. La cifra se antoja excesiva y uno se pregunta cómo se ha negociado este fichaje. Dicen que había clubes importantes detrás de él, pero aún así la duda es legítima. Hasta que no le veamos jugar esa duda se mantendrá, aunque siempre soy partidario de dar un margen a cualquier nuevo jugador de la Real, ya proceda de la cantera o del exterior. Más si viene avalado por John Toshack. Porque ¿cuántos dudaron de las posibilidades de Nihat, al que no dudaron en calificar en su día como un capricho del galés?
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Dicen que Vaughan es un jugador que gusta de llevar el balón pegado al pie, que mete buenos centros después de conducir el esférico, que es muy luchador aunque no un líder sobre el campo y que no destaca por su velocidad en todo caso. Juan Ugarte, jugador en su día del Sanse, coincidió con él su aventura inglesa (que todavía continúa) y está convencido de que puede ser la revelación de esta Liga. Incluso compara sus cualidades futbolísticas con las de Joe Cole, del Chelsea, para que nos hagamos una idea del tipo de jugador que es. Lo veremos, seguramente, a partir de la segunda jornada de Liga. Mañana juega con la selección galesa de Toshack un partido contra Bulgaria y después volará rumbo a Donosti para pasar el reconocimiento médico y ser presentado.
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Vaughan es el jugador escogido por Salva Iriarte y Chris Coleman para acabar con la maldición que afecta a la banda izquierda de la Real en los últimos años. Desde que en junio de 2004 De Pedro dejó el equipo (y en los meses anteriores en los que varias lesiones le impidieron formar parte del once titular), nadie se ha apropiado de ese puesto durante demasiado tiempo. Nada menos que 14 jugadores han ocupado esa demarcación en los últimos tres años. Demasiados, y una buena muestra de la descomposición que ha vivido la Real en esos tiempos en demasiadas facetas.

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Cuando De Pedro salió de la Real, la apuesta de Denoueix era Gabilondo, que de hecho ya había disputado muchos partidos tanto en la temporada del subcampeonato como en la siguiente, la de la Champions. Con Amorrortu pareció que cobraba cierta ventaja Barkero, el único campeón del mundo del que puede presumir la Real en su historia (aunque sea Sub-20). Barkero siempre fue una promesa que nunca terminó de cuajar en el primer equipo. Al final, la solución de emergencia era usar en esa demarcación a Aranburu. Todos los entrenadores han acabado colocando al de Azpeitia en algún partido como extremo izquierdo.
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Después de ver en esa banda a Lee Chun Soo, Alvaro Novo, Gari Uranga, Xabi Prieto, Stevanovic y Rossato, Mark González fue el primero que realmente se apropió de ese puesto. El Liverpool cedió al chileno a la Real. Bakero apostó por él a pesar de que salía de una lesión importante y el jugador respondió con creces. Cinco goles que contribuyeron a que el equipo txuri urdin mantuviera la categoría no sin muchísimos apuros. No es descabellado decir que sin Mark González, ahora en el Betis, la Real habría bajado a Segunda un año antes.
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Pero como era una cesión, el chileno tuvo que regresar a Liverpool, donde Rafa Benítez tampoco le dio demasiadas oportunidades. Bakero, ya en su doble faceta de director deportivo y entrenador, apostó por un desconocido portugués, Fabio Felicio, que no dejó más que algún buen detalle en el partido de su debut, en San Mamés. Disputó algunas segundas partes y finalmente se produjo su regreso a Portugal sin llegar a comerse el turrón en San Sebastián. Ni siquiera supimos si era buen o mal jugador.
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Y entonces llegó Lotina a la Real, con lo que el carrusel de jugadores que pasaron por ese puesto fue tremendo. Tras no confiar en Felicio, comenzó colocando a Aranburu, solución de emergencia a la que le siguió Gari. Aprovechando la baja de Jauregi, se trajo cedido desde el Sevilla a Jesuli, jugador que tuvo ya a sus órdenes en el Celta de Vigo, pero que no sólo no cuajó sino que encima se pasó media temporada lesionado.

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Ya en el mercado invernal, el fichaje de un extremo izquierdo fue una prioridad. Y así llegó el segundo jugador que se hizo dueño del puesto, Savio. Era ya el cuarto extremo que Lotina hacía jugar en la Real y el segundo fichado por él. Su extraordinario final de temporada (no se le puede recordar por el fallo del penalti ante el Racing, que además ya no hubiera contribuido a lograr el objetivo final) no sirvió, como en el caso de Mark González, para que la Real siguiera en Primera, pero el brasileño fue sin duda uno de los que mantuvo la ilusión de los aficionados casi hasta el final.

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Ahora llega un galés llamado a poner fin al desbarajuste de la banda izquierda y adueñarse del puesto por muchos años. Desde De Pedro, 14 futbolistas han pasado por ese puesto. Cinco procedentes de Zubieta. Seis extranjeros. Tres españoles no vascos. Y ninguno ha podido ganarse el puesto por más de media temporada. Desde el filial no ha salido, por lo visto, ningún jugador en disposición de luchar por el puesto y será Xabi Prieto quien ocupe esa demarcación en el primer partido de Liga. Después será el turno de Vaughan. Ojalá este último fichaje por recomendación de Toshack salga tan bien como los Kodro, Karpin o Nihat. La respuesta, a partir de Ipurúa.