La marcha de Garrido y lo que supone para la Real

Javi Garrido ya no es jugador de la Real Sociedad. El Manchester City es su nuevo equipo y, a falta de confirmación oficial (que visto el oscurantismo continuo de la directiva es posible que no llegue), el club ingresará cerca de dos millones de euros por el traspaso. La operación salida continúa (ya se ha traspasado a Mikel Alonso y a Garrido, y a ver si de una vez se consuma la anunciadísima salida de Cifu al Valladolid; a la espera quedan los transferibles y quien sabe si también Xabi Prieto) y la entrada de algo de dinero en las arcas realistas permitirá que, de una vez, llegue algún fichaje en las próximas semanas.

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Garrido debutó en la Real en octubre de 2003, en un partido de Copa del Rey ante el Oviedo. Denoueix era el entrenador realista y esa temporada le alineó en sólo dos encuentros, ambos de Copa. Amorrortu le consolidó en el primer equipo, como parte de la misma apuesta de cantera de la que formaron parte Riesgo, Prieto, Zubiaurre o Mikel Alonso, y le colocó como titular indiscutible en el lateral izquierdo desde el principio. En total ha jugado 90 partidos con la camiseta txuri urdin, en los que marcó un gol, la temporada pasada ante el Betis.

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Una vez consumado el traspaso, hay que analizar lo que supone para la Real. Yo lo tengo claro. Es una pérdida importante aunque en absoluto irreparable para el equipo de Chris Coleman y, al mismo tiempo un fracaso más de este Consejo de Administración. Y me explico.

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Garrido es un muy buen futbolista. La pasada temporada me llevaba las manos a la cabeza cada vez que Lotina se empecinaba en dejarle en el banquillo. Era, de largo, el mejor lateral de la plantilla y la Real no estaba en situación de permitirse esos lujos. Pero su marcha lo que hace es abrir las puertas a un chaval más de Zubieta, Xabier Castillo, quien, por cierto, el año pasado jugó en Segunda con Las Palmas y es uno de los actuales jugadores de la primera plantilla que conoce la categoría. Garrido protagonizó un relevo similar cuando Aranzabal dejó la Real. El dueño de la banda izquierda se marchaba y llegaba un chavalín del Sanse para suplirle.

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¿Cuál es la diferencia? La edad del jugador. Aranzabal se marchó de la Real pasando de los 30 años y Garrido se va con 22. Ese es el fracaso de este Consejo, que no ha sido capaz de renovar a los jugadores de la casa que se acercan al final de su contrato. Habrá casos en los que se pueda apelar a su realismo (como en el de Aranburu), pero pocos profesionales, ni siquiera aquellos que hayan mamado lo que significa la Real desde la cuna, cortarán su carrera ante el riesgo de verse estancados en Segunda División. El Consejo tendría que haber renovado hace mucho tiempo a Garrido. O a Prieto, por ser un caso muy similar que es posible que tenga el mismo final.

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Pero, ojo. El mundo no se acaba por la salida de Garrido ni creo que haga irrealizable el sueño del ascenso esta temporada, como he leído esta mañana en algún medio de comunicación guipuzcoano. ¿Garrido era absolutamente imprescindible para subir? No perdamos el norte. Es imprescindible que los delanteros marquen 30 goles, que el portero realista esté en los primeros puestos del Zamora y que el equipo sepa competir y sumar puntos. No la presencia de uno u otro jugador. La cantera debe ser siempre la base de este equipo y duele formar a un jugador para que se vaya tan pronto. Pero lo cierto es que, lo más probable, es que su salida no afecte demasiado al juego del equipo la próxima temporada. Y demos confianza a Castillo, como siempre se ha dado confianza a los potrillos.

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Y un detalle más que no quiero dejar de comentar. Se ha hablado mucho en las últimas semanas, desde que se consumó el descenso, de que Garrido iba a ser uno de los jugadores traspasados. Los medios de comunicación hablaron del Athletic, del interés del Zaragoza, de una oferta del Olympiacos. Pero nadie publicó nada sobre el Manchester City. Ahora, a toro pasado, si uno busca en Internet referencias, se da cuenta de que en abril se publicaron en la prensa británica numerosas noticias sobre la visita a España de Stuart Pierce, responsable deportivo del City, para espiar a Garrido, del que dio muy buenos informes (precisamente fue a ver el Betis-Real en el que Garrido marcó su único gol con la Real, ya que aprovecharon también para ver al central bético Juanito). ¿No se enteró la prensa realistas? Ya lo dudo. Entonces, ¿a qué intereses sirven? ¿Informan de verdad a los seguidores de la actualidad del equipo?