La incompetencia arbitral, una vez más, ha acabado con las ilusiones de la Real. Un árbitro mediocre, Álvarez Izquierdo, ha perpetrado un atraco, un robo, un escándalo más de un colectivo que ya no merece el más mínimo respeto de los aficionados. Y lo ha hecho, además, en el último minuto, sin tiempo para reaccionar (y aunque lo hubiera habido, este nefasto personaje lo ha evitado, no dando un solo segundo de descuento tras un cambio del Racing, y ha pitado incluso antes del descuento que había marcado). No voy a reproducir aquí todos los insultos que me han salido cuando el protagonista del partido ha señalado el penalti y después el final del encuentro. Son los que nos han pasado por la cabeza a todos los aficionados realistas. Qué fácil parece pitar a la Real, qué facil le resultó a este árbitro pitar faltas a favor de Zigic y en contra de Kovacevic, qué fácil sacar tarjetas a la Real, qué fácil... Qué fácil sucumben los árbitros a la presión de la grada en algunas ocasiones. Y lo que es peor, qué tranquilos duermen algunos árbitros, no me cabe la menor duda, a pesar de la incopetencia que demuestran jornada a jornada, partido tras partido. No me creo que no haya árbitros capaces de manejar los partidos de la máxima categoría.
Ya son muchos los días en que uno acaba con la sensación de que los árbitros machacan a la Real, a pesar de que veníamos de recibir a favor la pasada semana un penalti inexistente, lamentable, incomprensible. Pero lo de este año es sangrante. Pasó en San Mamés, en Anoeta contra el Zaragoza, los dos partidos de la Copa ante el Málaga, en el Camp Nou... Demasiados puntos se quedan así por el camino. Y algunos me dirán que estoy obsesionado con los árbitros (desde luego más que el entrenador de la Real, que se ha plantado en la rueda de prensa y ni siquiera se ha querido decir que no era penalti; hace falta una respuesta enérgica porque está visto que en España el que no llora no mama), pero cada vez tengo más claro que son la vergüenza de este deporte que adoro desde que soy niño. Los árbitros, por mucho que lo intenten, no van a acabar con esa ilusión. Ni con la Real.
Hasta que este incompetente con silbato ha cambiado el partido, Racing y Real ofrecieron un buen espectáculo. No mucho fútbol, pero sí ocasiones y llegadas a ambas porterías. La Real ha hecho una buena primera parte, ha tenido más llegada que en cualquier otro primer tiempo de partidos anteriores y ha dispuesto de buenas ocasiones. Pero, una vez más, se ha quedado sin marcar. Esa sigue siendo la gran lacra del equipo realista esta temporada, y ya sólo queda confiar en que Skoubo, Savio y Herrera solucionen esa sequía que poco a poco, y junto con los arbitrajes, nos está matando poco a poco.
En la segunda parte, a pesar de que el Racing tardó mucho en entrar en juego y a que la Real tuvo llegadas con peligro, los realistas no estuvieron al mismo nivel. Los cambios que introdujo Portugal parecieron dar a los racingistas el dominio del partido, que ya mantuvo hasta el final. Pero tampoco acabó de tener grandes ocasiones delante de un Bravo que no tuvo que hacer esta vez su habitual parada milagrosa, pero que sí contó una vez más con la ayuda de su larguero.
Dos cambios introdujo Lotina en el once inicial. Una vez más, Garrido se volvió a quedar fuera del equipo titular. Sigue pareciéndome increíble que el míster vea más nivel en Gerardo y en Rekarte, dos laterales que no pasan del centro del campo y que siguen cometiendo errores atrás. Garitano, como se preveía, entró por Rivas para tapar la altura de Zigic, y lo consiguió a ratos. Los cambios no esutvieron a la altura de los que hizo el Racing, y el dominio cambió de manos.
Diez años después, la Real volvió a perder en El Sardinero. El campo del Racing fue escenario hoy de un atraco. Y me da igual que duela leerlo así, porque es descorazonador perder un partido así. La Real, que no perdía desde el partido el Camp Nou, sigue siendo incapaz por uno u otro motivo de encadenar dos victorias seguidas.
3 comentarios:
Ay Juanito que quieres que te diga, NO COMMENT. A mi ya no me salen ni los insultos, si por lo menos los escuchasen, pero desde casa o desde el bar en mi caso, no los escuchan. Y en el mismo campo creo q les entra por una oreja y les sale por la otra, lo q yo digo sin comentarios. Saludos.
Soy un firme defensor de valorar las decisiones arbitrales se gane o se pierda, influya o no en el resultado final. Si los árbitros quieren ser parte del juego, deben estar a la altura. Son los únicos jueces contra los que no se puede hacer nada, ni aunque se demuestre claramente que no tienen razón.
El año del subcampeonato la Real, cuando ganamos muchos partidos, también sufrió arbitrajes perjudiciales y se habló de ellos igual. Ser un mal equipo no tiene por qué llevarnos a olvidar los arbitrajes. Al menos esa es mi opinión.
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